Resumen
El sometimiento de las mujeres y la falta de confianza en ellas por parte de los hombres de la masonería, su
papel subsidiario, parece haya quedado flotando como tópico y espejismo. Al margen de los efectos concretos
que esta clase de libro (La Masonería Femenina) consiguió en la España de post-guerra, hemos de constatar en qué términos queda distorsionada la imagen femenina: la mujer como tal aparece subyugada; las logias de mujeres tienen una función subalterna, sometidas a los designios de los hombres masones. Si cruzamos esta percepción residual con la realidad de que dentro de la masonería ha venido manteniéndose una corriente exclusivamente masculina que solo acoge a las mujeres en su órbita para participar de la filosofía y en acciones benéficas, el espejismo está servido y el discurso victimista, por más que se revista de progresista, también.