Actualidades en Psicología, 38(136), enero-junio, 2024, 88-107 // DOI: 10.15517/ap.v38i136.57422

ISSN 2215-3535

Respuesta emocional ante la percepción musical. Una revisión sistemática

Emotional response to music perception. A systematic review

Morena López 1

https://orcid.org/0000-0003-2518-1816

Nadia Justel 2

https://orcid.org/0000-0002-0145-3357

Verónika Diaz Abrahan 3

https://orcid.org/0000-0001-5003-4274

1, 2, 3 Laboratorio Interdisciplinario de Neurociencia Cognitiva, Centro de Investigación en Neurociencias y Neuropsicología, Universidad de Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

1, 2, 3 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina

1 Doctorado en Neurociencias, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina

3 Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas “Dra. María Florencia del Castillo Bernal”, Puerto Madryn, Chubut, Argentina

1 lopezmorena@conicet.gov.ar 2 nadiajustel@gmail.com 3 abrahanveronika@gmail.com

Recibido: 31 de octubre del 2023. Aceptado: 2 de mayo del 2024.

Resumen. Objetivo. Las reacciones emocionales a la música surgen a partir de la interacción entre las características de la pieza, el oyente y el contexto donde se da la percepción musical. Este trabajo busca indagar el rol de las diferentes características de un evento musical en la inducción emocional. Método. Siguiendo la guía PRISMA 2020, se realizó una búsqueda en bases de datos académicas (Redalyc, SciELO, ScienceDirect, PubMed y Taylor & Francis), seleccionando 25 artículos empíricos que plantearan una relación entre una única exposición a música y respuesta psicofisiológica. Resultados. Los artículos revisados sugieren que la cualidad de la respuesta emocional a la música depende principalmente de los aspectos musicales. Sin embargo, los factores personales y contextuales asociados al involucramiento con la experiencia modularían la magnitud de la respuesta.

Palabras clave. Emoción, valencia, arousal, características musicales, evento musical, música y emociones

Abstract. Objective. Emotional reactions to music result from the interaction between the characteristics of the piece, the listener, and the context where musical perception occurs. This work aims to investigate the role of the different characteristics of a musical event in emotional induction. Method. Following PRISMA 2020 guidelines, a search in academic databases (Redalyc, SciELO, ScienceDirect, PubMed y Taylor y Francis) was conducted, selecting 25 empirical articles which propose a relationship between a single exposure to music and psychophysiological response. Results. The reviewed articles suggest that the quality of emotional response to music mainly depends on its musical features, but personal and contextual factors associated with the involvement with the experience would be able to modulate the magnitude of this response.

Keywords. Emotion, valence, arousal, musical features, musical event, music and emotions

Introducción

La música es un fenómeno necesario e integral en el desarrollo de la mente humana (Fukui & Toyoshima, 2023). Diversos estudios muestran que puede inducir estados psicofisiológicos asociados a la emoción (Juslin, 2019), lo que se conoce como Inducción Emocional a través de Música (EIM por sus siglas en inglés; Ribeiro et al., 2019). El estado emocional resultante implica cambios en el sentimiento subjetivo, la expresión conductual y la activación fisiológica, cual puede medirse a través de indicadores de la actividad del sistema nervioso autónomo (Dimitriev, 2023). Entre ellos se distinguen el ritmo cardíaco (RC), la variabilidad del ritmo cardíaco (VRC), el ritmo respiratorio (RR), el nivel de conductancia galvánica (CG)―grado de conducción eléctrica de la superficie de la piel (Ishaque et al., 2023)―y la actividad de los músculos cigomático mayor (zEMG) y corrugador superciliar (cEMG)―implicados en la expresión emocional facial (Nascimben & Ramsøy, 2020; Russo et al., 2013).

No obstante, la relación entre la música y la respuesta psicofisiológica dista de ser simple. Puede deberse a la complejidad misma de la música (Salakka et al., 2021), a las diferencias interpersonales (MacGregor & Müllensiefen, 2019; Wang et al., 2021) e, incluso, a la compleja relación que se establece entre la música y el ser humano (Chaturvedi et al., 2021; Juslin, 2013, 2019; Pérez-Eizaguirre & Tizón, 2022; Taruffi et al., 2017; Sloboda & Juslin, 2001). Diversas investigaciones sobre la percepción musical sugieren que la respuesta emocional a la música puede ser provocada por la interacción entre diferentes propiedades musicales. Esta interacción puede ser catalítica (dos propiedades musicales tienen un efecto determinado solo si ocurren juntas), terminativa (al combinarse dos propiedades, se da un efecto semejante al de cada una individualmente) o antagonista (una propiedad contrarresta a la otra) (Juslin, 2019). Por otro lado, las asociaciones a circunstancias, eventos o experiencias personales que la persona realiza a partir de la música (Ho & Loo, 2023; Sloboda & Juslin, 2001) y otros factores, como la preferencia musical, tienen una gran injerencia en el proceso de inducción emocional (Pérez-Eizaguirre & Vergara-Moragues, 2021; Valevicius et al., 2023). Es decir, las propiedades intrínsecas de los estímulos musicales mantienen una relación compleja e interactúan entre sí. En ese sentido, serían relevantes en la EIM, pero podrían no ser suficientes para explicar el impacto psicofisiológico (Juslin, 2019). En tal sentido, conceptualizaciones contemporáneas proponen que las reacciones emocionales a la música resultarían de la interacción entre las características propias de la pieza, del oyente y del contexto en el que la percepción musical ocurre, configuración llamada evento musical (Juslin, 2013, 2019). Por eso, la presente revisión sistemática busca identificar cómo participan los diferentes componentes del evento musical en las reacciones emocionales, con la intención de contribuir a la comprensión de los mecanismos que subyacen a la EIM.

Método

Búsqueda y Selección de Artículos

Siguiendo la guía PRISMA 2020 para revisiones sistemáticas (Page et al., 2021), se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos académicas Redalyc, SciELO, Science Direct, PubMed y Taylor y Francis. En cada una, se combinaron las palabras claves: ‘music’ con ‘emotion’, ‘heart rate’, ‘breath rate’, ‘skin conductance level’, ‘physiology’, ‘neurophysiology’, ‘physiological response’ y ‘neurophysiological response’, utilizando el operador lógico AND. La última búsqueda se realizó en octubre del año 2022.

El proceso de selección de artículos constó de cuatro fases: (1) búsqueda en bases de datos, (2) selección por título, (3) selección por resumen y (4) selección final por lectura del artículo completo (ver Figura 1). Los criterios de selección fueron los siguientes: (a) que sean investigaciones empíricas, (b) que se plantee una relación entre una única exposición a percepción musical y respuesta psicofisiológica, (c) que se mida la actividad de indicadores del sistema nervioso autónomo, (d) que se hayan publicado en los últimos 10 años, (e) que la población conste de personas adultas sin patologías. Como resultado, se crea una muestra de 23 artículos. Se realizó una evaluación no estructurada sobre la calidad de los artículos leyendo y analizando la investigación de forma crítica (ver recolección y síntesis de datos). A partir de la lectura completa de los artículos, se incluyeron dos publicaciones pertinentes extraídas de las referencias.

Recolección y síntesis de datos

La muestra final constó de 25 artículos que se interpretaron independientemente y considerando las siguientes variables de análisis: (a) variable independiente, (b) tipo de muestra (principales características sociodemográficas de la muestra), (c) tipo de estímulo musical (características de los estímulos musicales), (d) tiempo de exposición al estímulo (duración de la tarea de percepción musical), (e) comparaciones metodológicas realizadas, (f) variables dependientes (indicadores fisiológicos y/o subjetivos evaluados), y (g) resultados (principales hallazgos). Para la recolección de datos, se extrajeron y sintetizaron los resultados de cada artículo correspondientes a las medidas subjetivas y/o fisiológicas periféricas evaluadas en respuesta a los diferentes estímulos musicales.

Resultados

Esta revisión buscó identificar cómo los diferentes componentes del evento musical participan en la inducción emocional. Por ello, se clasificaron los artículos en función de la variable independiente de cada uno, dando lugar a dos categorías de análisis que se corresponden con tales componentes. Una de las categorías incluyó los estudios cuya variable independiente fue la música. Entre ellos se distinguieron dos subcategorías: estudios focalizados en analizar aisladamente los parámetros musicales (ver Tabla 1) y artículos que clasificaron los estímulos musicales según su carácter emocional construido a partir de la combinación e interacción de propiedades intrínsecas (ver Tabla 2). La segunda categoría de análisis incluyó aquellos estudios cuya variable independiente fueron las características personales y/o contextuales (ver Tabla 3).



Características Musicales

Las propiedades intrínsecas son aquellas estrictamente musicales, tales como los aspectos temporales (ritmo, métrica), la intensidad (fuerza con que se produce este sonido), modo (escala con características melódicas distintivas), el timbre (cualidad del sonido), entre otras (Sloboda & Juslin, 2001). En la Tabla 1, se presentan las características de los artículos que estudiaron de manera aislada el efecto de un parámetro musical. Allí se incluye la muestra con la que se trabajó, el parámetro musical analizado, las variables dependientes que se evaluaron, las comparaciones metodológicas realizadas, el tiempo de exposición a la pieza o estímulo musical y los resultados principales encontrados.

Diferentes estudios optaron por un enfoque que aisla ciertos parámetros musicales. Entre ellos, el tempo (número de pulsos por minuto) ha sido identificado como un parámetro central en la EIM al comparar piezas musicales de diferentes tempos. Por ejemplo, un estudio comparó la VRC ante la escucha de una pieza de heavy metal (tempo rápido) o la permanencia en silencio, y encontró un aumento en la respuesta fisiológica durante la escucha (Nogueira et al., 2015). Por otro lado, un trabajo realizado por da Silva et al. (2014) comparó la VRC de jóvenes varones antes y durante la escucha de música clásica (tempo lento) y heavy metal (tempo rápido), sin encontrar diferencias. Otro parámetro musical relevante es la intensidad (percepción cualitativa de la amplitud de onda que permite clasificar a los sonidos en fuertes o débiles (Thompson et al., 2012). En un estudio realizado por do Amaral et al. (2016), un grupo de jóvenes mujeres escucharon una pieza de heavy metal y otra clásica a intensidad baja, media o alta. Thompson et al. (2012) encontraron que ambas piezas a intensidades bajas provocaron una reducción en el índice del dominio de baja frecuencia, un componente de la VRC asociado a la actividad simpática y parasimpática de la regulación cardíaca autónoma (de Abreu, 2012). Además, la pieza de heavy metal a altas intensidades mostró un aumento de la VRC global, efecto que se atribuye a las características excitantes del estímulo junto a la alta intensidad, elementos capaces de provocar una respuesta refleja de sobresalto (Eder et al., 2009). Este efecto no se encontró en un estudio realizado por el mismo equipo en una población de jóvenes varones (do Amaral et al., 2014). Sin embargo, allí se analizaron otros índices de la VRC, lo que dificultó la comparación entre resultados.

Tsai y Chen (2015) encontraron que tanto la intensidad como el tipo de intervalo son factores relevantes en la tensión armónico-dinámica. En su estudio, se estableció la línea de base (CG, RC, temperatura de los dedos, profundidad de la respiración) y posteriormente se realizó una tarea de percepción musical separada en dos bloques. En ambos casos, se escucharon las mismas seis sonatas mientras se registraba la actividad fisiológica. Entre fragmentos hubo un período de silencio para puntuar la intensidad de los escalofríos experimentados. Se determinaron los momentos de mayor y menor tensión de cada pieza y se compararon las respuestas fisiológicas en cada uno de ellos. Se halló una mayor tensión, reflejada en las medidas fisiológicas, ante las intensidades altas y los intervalos disminuidos. La profundidad de la respiración se elevó con el aumento de la tensión armónico-dinámica y disminuyó con su resolución. El aumento de la profundidad de la respiración, no obstante, no se explica únicamente por aspectos acústicos, pues involucra procesos superiores cognitivos y emocionales, ya que esta respuesta se ha asociado a estímulos musicales con altos niveles de tensión (Tsai & Chen, 2015), intensamente placenteros (Blood & Zatorre, 2001) y capaces de conmover a la persona y provocar piloerección (Benedek & Kaernbach, 2011). Por otro lado, el incremento de la relajación provocó un aumento de la temperatura de los dedos (Lai, 2004; Lundqvist et al., 2009), mientras que el aumento de las expectativas inmediatamente anterior a la recurrencia del tema se vio reflejado en incrementos en RC y CG.

Durante la escucha musical, los oyentes realizan hipótesis sobre el desarrollo de la pieza músical. La ruptura, retraso o confirmación de estas expectativas genera un impacto emocional (Narmour, 1991). Sobre ello, Gorzelańczyk et al. (2017) compusieron tres melodías: (1) melodía original, tonalmente correcta, (2) melodía tonalmente alterada, con una nota fuera de la clave, y (3) melodía tonalmente correcta, con una nota en un timbre diferente. Posteriormente, le solicitaron a jóvenes que las escucharan y focalizaran su atención en las alteraciones tonales, mientras ellos registraban la CG. Los resultados mostraron que la CG fue mayor durante las melodías alteradas. A su vez, las melodías con cambios tonales provocaron mayor CG que las melodías con cambios tímbricos. Las respuestas a las alteraciones tanto tímbricas como tonales no fueron constantes ante todos los estímulos. Esto se le atribuye a una falta de atención en los mismos. Gorzelańczyk et al. (2017) señalan que, si bien se observó una mayor respuesta ante la alteración de notas, quienes participaron refirieron ser más conscientes de las variaciones tímbricas que tonales.

Con un enfoque de trabajo más global, Juslin et al. (2015) realizaron una serie de experimentos con el objetivo de identificar diferentes mecanismos de respuestas psicofisiológicas ante la música: (1) reflejo del tronco encefálico (respuesta involuntaria de alerta a un estímulo que supera cierto umbral), (2) contagio emocional (inducción de una emoción en reacción a características musicales interpretadas como si se tratara de una voz humana expresando tal emoción) y (3) expectativa musical. Para el reflejo del tronco encefálico, eligieron piezas musicales con eventos acústicos extremos; para el contagio emocional, piezas con violín y/o cello que, por sus características tímbricas, remitieran al llanto de una persona; para la expectativa musical, piezas con secuencias musicales inesperadas. Sesenta personas escucharon los fragmentos correspondientes a cada mecanismo y uno neutro (control) mientras se registraba la zEMG, cEMG y CG. Las distintas condiciones provocaron patrones diferenciales de actividad psicofisiológica. Las piezas utilizadas para el reflejo del tronco encefálico provocaron sorpresa y un aumento en la CG. Las piezas empleadas para contagio emocional generaron tristeza, junto a menores niveles de zEMG y aumento de cEMG y CG. Las piezas de expectativa musical provocaron, por su parte, ansiedad, y mostraron menores niveles de zEMG y mayores niveles de cEMG y CG. Al comparar todas las condiciones entre sí, se observó un aumento de la CG respecto de la línea de base en todas las condiciones experimentales, no así en la condición neutra. Además, las condiciones que provocaron emociones negativas (contagio emocional y expectativa musical) produjeron una mayor cEMG y una menor zEMG en comparación con la que provocó emociones neutras (reflejo del tronco encefálico).

Las piezas musicales usualmente se clasifican en estilos de acuerdo con el modo en que se combinan sus características musicales (Tizón & Gómez-Martín, 2020). Trappe y Voit (2016) realizaron un estudio donde las personas escucharon una de tres piezas de diferentes estilos musicales (música clásica, música romántica y música pop) o permanecieron en silencio. Se midió su RC, presión sanguínea (PS) y niveles de cortisol en sangre antes y después de la tarea. Los grupos que escucharon música de estilo clásico y romántico presentaron una mayor reducción en los niveles de cortisol en sangre, en el RC y en la PS que los otros dos grupos. Quienes escucharon música pop redujeron sus niveles de cortisol en sangre, pero en menor medida. Se atribuye el impacto diferencial a que las piezas de música de estilo clásico y romántico utilizadas poseen tempos lentos y frases largas ligadas. Por un lado, la pieza clásica utilizada era periódica y predecible, mientras que la romática presentaba armonías consonantes, melodías pegadizas y estructuras simples, todas características asociadas a la inducción de placer (Zatorre, 2015). En el caso de la música pop, al incluir sonidos creados artificialmente y letra, implicó la participación de otras áreas cerebrales en el procesamiento, tales como las áreas asociativas y auditivas bilaterales, y las estructuras del hemisferio izquierdo como el putamen, cúneo y giro post-central (Brattico et al., 2011). Esto podría dar lugar a sensaciones diferentes. En otro estudio, Roque et al. (2013) compararon el efecto de la música barroca y la música heavy metal con periodos de silencio. Encontraron que ambos estímulos provocaron una ligera reducción en la VRC global respecto del silencio, sin diferencias por tipo de estímulo. Atribuyen el efecto a la equivalencia en la intensidad de los estímulos. Finalmente, Pérez-Lloret et al. (2014) midieron la VRC de los jóvenes participantes durante la escucha de tres piezas musicales pertenecientes al estilo clásico, romántico y New Age. En comparación con la permanencia en silencio, la música New Age provocó variaciones en los índices de VRC, que reflejan una modulación en la arritmia sinusal respiratoria producto de cambios en los patrones respiratorios asociados a la relajación, lo que se explica por la interacción catalítica de las características musicales de la pieza (tempo lento, sonidos largos, armonías constantes, timbres dulces) (Juslin, 2019).

Dimensiones Emocionales

Hay estudios que clasifican la música en función de sus propiedades intrínsecas. Dependiendo de la combinación de parámetros musicales y su interacción catalítica (Juslin, 2019), se determina un nivel de activación (activante o relajante) y valencia (positiva, negativa o neutra) para cada pieza. Respecto del nivel de activación, en las piezas activantes hay mayor presencia de ritmos marcados, articulación rítmica staccato, tempo rápido, tensión armónica, intensidades altas, modos mayores, y rupturas de expectativa tonal y tímbrica. Las piezas relajantes, en cambio, presentan ritmos lentos, sonidos largos, tempo lento, intensidades bajas, modos menores y estructuras armónicas congruentes y predecibles (do Amaral et al., 2016; Gomez & Danuser, 2007; Khalfa et al., 2008; Trappe & Voit, 2016; Siragusa et al., 2020; Tsai & Chen, 2015). En cuanto a la valencia, en las piezas positivas, hay tempo veloz, melodías descendentes, articulación rítmica staccato, modos mayores y consonancias, mientras que, en las piezas de negativas, predominan los ritmos vagos, amplitud melódica, tempo lento, complejidad armónica y disonancias (Gomez & Danuser, 2007; Khalfa et al., 2008). En la Tabla 2, se presentan las principales características de los estudios que clasifican la música según estas dimensiones emocionales. Allí se incluye la muestra con la que se trabajó en cada uno, las variables dependientes que se evaluaron, las comparaciones metodológicas realizadas, el tiempo de exposición a la pieza o estímulo musical y los resultados principales encontrados.

Sobre el tema, Siragusa et al. (2020) compararon el estado psicofisiológico durante la escucha de cuatro piezas musicales, dos activantes y dos relajantes. Utilizaron dos implementadas previamente en la literatura (Iwanaga et al., 2005) y dos nuevas. Todas presentaron tempos y ritmos regulares, dinámicas homogéneas y armonías consonantes, pero tempos de diferente velocidad (rápido o activante y lento o relajante). La tarea consistió en permanecer en silencio y luego escuchar los cuatro fragmentos aleatoriamente. Durante la escucha, se registró el RC, VRC, CG y otras medidas. Respecto del silencio, las piezas relajantes provocaron un menor RC y CG, mientras que las activantes solo generaron una menor CG. No se encontraron diferencias entre grupos en la VRC. Asimismo, al comparar las piezas, hallaron que la pieza relajante nueva indujo una respuesta emocional más marcada que la utilizada en Iwanaga et al. (2005), sugiriendo que el tempo lento, la repetición y la predictibilidad serían características musicales esenciales para la inducción de estados de relajación (Bernardi et al., 2005).

Fuentes-Sánchez et al. (2021) midieron la actividad fisiológica durante la escucha de 42 fragmentos de música de película placenteros, displacenteros y neutros. Luego de la escucha de cada fragmento, cada participante puntuó su valencia, nivel de activación, tensión y emociones discretas (felicidad, tristeza, ternura, ira y miedo). Los fragmentos placenteros recibieron mayores puntajes de valencia, nivel de activación, felicidad y ternura, aspectos que se correlacionaron positivamente con la CG, la actividad zEMG y el RC. Los fragmentos displacenteros recibieron mayores puntajes de tensión, ira y miedo, y se correlacionaron positivamente con la CG y la actividad cEMG. Se sugiere que el aumento en la CG se asocia al nivel de activación de la pieza (Gomez & Danuser, 2007; Khalfa et al., 2002), mientras que la actividad EMG facial y el RC variarían con la valencia. Estas conclusiones se ven parcialmente apoyadas por Bullack et al. (2018), quienes también utilizaron fragmentos de música de película considerados felices y tristes. Encontraron que, al comparar cada estímulo con una línea de base sin estimulación auditiva, los fragmentos tristes provocaron una disminución en la CG y zEMG, y un aumento en cEMG, mientras que los alegres aumentaron el ritmo respiratorio y disminuyeron la CG. Ambos tipos de estímulos provocaron un aumento del RC y del ritmo respiratorio, pero este último fue más marcado en los fragmentos felices. Por otro lado, ambos disminuyeron la CG, pero este efecto fue más significativo durante los fragmentos tristes. Las diferencias en CG por tipo de estímulo replican hallazgos previos (Khalfa et al., 2002; 2008; Lundqvist et al., 2009), lo que podría deberse a que la CG es un indicador que responde al nivel de activación (Gomez & Danuser, 2007; Trochidis et al., 2013). En este caso, los fragmentos felices resultaron más activantes que los tristes a nivel subjetivo.

Ribeiro et al. (2019) compararon las respuestas psicofisiológicas (CG, RC y emocionalidad) a los fragmentos musicales de estilo barroco y neobarroco seleccionados con la intención de inducir emociones positivas con alto nivel de activación y emociones negativas con bajo nivel de activación, e indagaron la persistencia de la respuesta. A su vez, se incluyeron piezas consideradas neutras (fragmentos minimalistas compuestos de melodías y ritmos simples). Luego de establecerse la línea de base psicofisiológica, las personas escucharon los tres fragmentos musicales en tres bloques diferentes contrabalanceados. Cada bloque constó de tres minutos de percepción musical y seis minutos de recuperación. Los estímulos considerados positivos y negativos provocaron un aumento significativo de la CG respecto de la línea de base. Este aumento decreció con el correr de la la música, pero se mantuvo por encima de la línea de base durante gran parte de la recuperación. Los reportes subjetivos, en cambio, retornaron a valores neutrales más rápidamente. No se encontraron diferencias en RC. Sobre la emocionalidad, los estímulos positivos fueron valorados como más activantes que los negativos. Por otro lado, en los estímulos seleccionados por el equipo investigador como neutros, que fueron valorados como emocionales por las/os participantes, se encontró un aumento significativo de la CG, y un menor RC para quienes los puntuaron como negativos.

Por otro lado, Ogg et al. (2017) compararon la actividad fisiológica (RC, VRC, PS, CG, EMG) provocada por fragmentos pertenecientes al romanticismo (positivos activantes, negativos activantes, positivos relajantes y negativos relajantes). Los activantes (positivos y negativos) generaron un aumento de la CG, RC y zEMG, y una disminución de la PS, mientras que los relajantes provocaron una disminución del RC, y los relajantes negativos un aumento de la PS. Por otro lado, los fragmentos positivos generaron un aumento en la zEMG, y los negativos provocaron un aumento de la cEMG, independientemente del nivel de activación. Los efectos identificados por Ogg et al. (2017) coinciden con los arrojados por un estudio realizado por Kim y Wedell (2016), quienes investigaron los estados psicofisiológicos inducidos por estímulos de diferente modalidad —visual (imágenes) y auditiva—. No obstante, otros estudios no han encontrado el mismo patrón de respuestas (Blood & Zatorre, 2001). Las discrepancias respecto de otros estudios puede deberse a la heterogeneidad de los estímulos utilizados en ellos. Por ejemplo, algunos no encontraron relación entre la actividad cardíaca y los estímulos musicales, pues solo utilizaron piezas de valencia positiva y negativa, sin considerar la dimensión de nivel de activación (Lundqvist et al., 2009).

Influencia de Rasgos Personales y Contextuales

Existen aspectos externos a los musicales que merecen su atención al analizar la EIM. En la Tabla 3, se presentan las principales características de los estudios que los toman como variable independiente. Allí se incluye la muestra con la que se trabajó, el factor estudiado, las variables dependientes que se evaluaron, las comparaciones metodológicas realizadas, el tiempo de exposición a la pieza o estímulo musical y los resultados principales encontrados. Entre tales aspectos se incluyen rasgos personales, circunstanciales o la familiaridad con la música (Ho & Loo, 2023; Juslin, 2013; Salakka et al.; 2021). Van den Bosch et al. (2013) realizaron un experimento donde un grupo de jóvenes escucharon fragmentos musicales y valoraron su placer, nivel de activación y familiaridad mientras se registraba la CG.

En el primer bloque de evaluación, se analizaron las respuestas a los fragmentos totalmente desconocidos, sin observarse cambios en la CG por nivel de activación o placer. Luego, en el segundo bloque, se incluyeron los fragmentos familiares y se encontró que estos provocaron mayores niveles de activación y placer, además de una tendencia al aumento de la CG. En un segundo experimento, utilizaron un procedimiento similar, pero, en el segundo bloque, se repitieron los mismos 35 fragmentos del primero. Dicha repetición no fue notificada a las personas participantes. Los investigadores encontraron un aumento en la CG durante la escucha de los fragmentos musicales repetidos, a pesar de que no fueron reconocidos explícitamente por las personas participantes. En síntesis, la anticipación, predicción y expectativa en torno a la familiaridad de la música participarían en la respuesta emocional resultante.

La preferencia musical influiría en las respuestas asociadas a la valencia a través de mecanismos psicofisiológicos, neuroquímicos y hemodinámicos vinculados con el carácter hedónico de la música. Los procesos asociados al placer experimentado al escuchar la música de preferencia influirían la respuesta autónoma (Salimpoor et al., 2011). Sobre ello, Fuentes-Sánchez et al. (2022) correlacionaron la preferencia y la familiaridad para cada estímulo con las respuestas psicofisiológicas. Allí encontraron una correlación positiva entre familiaridad, valencia reportada y actividad zEMG. Además, encontraron una correlación positiva entre la preferencia musical, valencia, RC y zEMG, y una correlación negativa entre la preferencia musical y cEMG. Lynar et al. (2017) encontraron que las piezas elegidas por los participantes provocaron un mayor RC y CG, además de una mayor alegría e involucramiento en comparación con los estímulos seleccionados por el equipo de investigación. Se hipotetiza que el involucramiento emocional podría ser el determinante principal de la activación fisiológica. Esto coincide con estudios previos en los que no se hallaron diferencias entre las piezas elegidas y las asignadas; sin embargo, la elección, en estos casos, se hizo a partir de una lista preestablecida por el equipo investigador (Benedek & Kaernbach, 2011). La ausencia de efecto allí podría deberse a que elegir las piezas de una lista ya estipulada podría restringir el involucramiento emocional con las mismas.

Los resultados previos sobre disfrute se encuentran en línea con un estudio realizado por Plassa et al. (2014), donde se evaluó la respuesta cardíaca de mujeres jóvenes antes y durante esuchar música barroca relajante durante 10 minutos. Se encontró un aumento de la VRC solo en quienes indicaron disfrutar de la pieza, mientras que las demás participantes no evidenciaron cambios respecto de la línea de base.

Liljeström et al. (2013) contribuyen al tema indagando sobre si la preferencia musical, los rasgos de personalidad y el contexto social de escucha modularían la respuesta emocional a la música. Para ello, realizaron un experimento que duró dos días. En el primer día, solicitaron a un grupo de jóvenes que eligieran sus ocho canciones favoritas y respondieran un cuestionario, donde midieron los rasgos de su personalidad. En el segundo día, se les pidió asistir a la sesión con alguien con quien tuvieran un vínculo cercano y con quien compartieran gustos musicales. Durante la tarea, escucharon (en soledad o en compañía) 16 canciones (las ocho que habían indicado y ocho de un repertorio popular similar al estilo musical que elegieron), mientras se registraba la CG y RC. Encontraron que la música de preferencia generó emociones más positivas e intensas, acompañadas de mayores niveles de CG y RC. Además, quienes escucharon las piezas con un acompañante presentaron mayores reacciones positivas e intensas a la música, acompañadas de una mayor CG y RC. Este efecto podría deberse a un fenómeno psicosocial complejo, así como también al involucramiento en una experiencia compartida que favorecería la focalización y sensibilidad al estímulo. Respecto de la relación entre los rasgos de personalidad y el impacto emocional de la música, encontraron una correlación positiva entre neuroticismo y las emociones negativas durante la escucha; y entre la apertura a la experiencia, extroversión, amabilidad y emociones positivas.

Los escalofríos que experimentan las personas oyentes son considerados un indicador de involucramiento emocional ante la preferencia musical. Mori y Iwanaga (2014), solicitaron a un grupo de jóvenes que eligieran tres canciones que les provocasen escalofríos. Tras establecer la línea de base fisiológica (RC, RR y CG), escucharon aleatoriamente seis canciones: las tres elegidas por las personas participantes y tres elegidas por otra persona participante (asignadas). Se reportaron los momentos en los que experimentaron escalofríos. Se encontró que, durante la música elegida, el número de escalofríos, la valencia, el nivel de activación y el aumento en la CG fueron mayores. Además, se compararon las respuestas provocadas por las mismas canciones en diferentes personas (elegida vs asignada), y se encontraron respuestas más intensas en quienes las habían elegido. Estos resultados fueron replicados en estudios posteriores (Mori & Iwanaga, 2021).

Finalmente, un enfoque de investigación sobre la temática se encuentra orientado a analizar la focalización de la atención en la música. Sobre el tema, Merrill et al. (2020) realizaron un estudio donde compararon las respuestas fisiológicas (zEMG, cEMG, RC, CG y RR) durante la escucha de música bajo dos tareas. En una, se orientó la atención de las personas oyentes a la emoción percibida, es decir, aquella expresada por la pieza musical, solicitándoles que le adjudicaran el adjetivo que mejor la describiera. En la otra se llevó la atención de las personas participantes a la emoción sentida/experimentada durante la escucha, donde reportaron la intensidad con la que percibieron las emociones inducidas. El grupo de participantes escuchó dos veces (una por tarea) 32 fragmentos musicales de películas, con distintas cualidades emocionales (activantes versus relajantes y positivos versus negativos vs neutros). Todas las respuestas fisiológicas fueron más intensas al focalizar la atención en la música con el objetivo de asignarle un adjetivo. Allí, las principales estrategias utilizadas fueron concentrarse en los parámetros musicales e imaginar situaciones de la vida real o películas en las que esa pieza musical funcionara como fondo. En cambio, en la tarea de emoción sentida/experimentada, llevaron su atención a los reacciones corporales, movimientos involuntarios y juicios estéticos sobre la música. Los autores concluyen que dirigir la atención hacia la propia persona opera como distractor, obstaculizando la inducción emocional; en cambio, centrarse en la música, la favorece.

Discusión

El objetivo general del presente trabajo fue identificar de qué manera participan los diferentes componentes del evento musical en la EIM, para lo cual fue necesario comprender los correlatos psicofisiológicos de la EIM. Los resultados sugieren que las propiedades intrínsecas de la música participan de la construcción del carácter emocional de una pieza musical, dando lugar a respuestas psicofisiológicas más o menos precisas que pueden evaluarse registrando indicadores de la actividad del sistema nervioso autónomo.

A grandes rasgos, los artículos revisados permiten identificar que el tempo (Nogueira et al., 2015; Perez-Lloret et al., 2014; Siragusa et al, 2020; Trape & Voit, 2016), la tensión armónica (Tsai & Chen, 2015), la intensidad (do Amaral et al., 2016) y la ruptura de expectativa (Gorzelańczyk et al., 2017; Juslin et al., 2015) contribuyen en mayor medida a determinar el nivel de activación de la pieza, impactando en la actividad de indicadores del sistema nervioso autónomo como la CG, el RC, la VRC y la respiración. Otros aspectos temporales, como el ritmo y la métrica, requieren mayor investigación.

La interacción catalítica de tales aspectos da lugar a piezas musicales que pueden ser clasificadas, según su nivel de activación, en activantes y relajantes (Juslin, 2019). Las piezas con características activantes tienen la capacidad de provocar un aumento en la actividad del sistema nervioso simpático, lo cual se refleja, por ejemplo, en la disminución de la VRC (do Amaral et al., 2016) y el aumento del RC y la CG (Kim & Wedell, 2016; Ogg et al., 2017). Las piezas con características relajantes favorecen el aumento de la actividad del sistema nervioso parasimpático, reflejada en aumento de la VRC (Lynar et al., 2017; Perez-Lloret et al., 2014) y disminución de la CG y RC (Ogg et al., 2017; Siragusa et al., 2020).

La interacción catalítica de otros aspectos como la variación de alturas (Khalfa et al., 2008), la disonancia (Dellacherie et al., 2011), el modo y la complejidad armónica (Gomez & Danuser, 2007) se encuentran más implicados en la determinación de la valencia, influyendo en la actividad EMG. En este sentido, las piezas felices o positivas con tempo rápido, melodías descendentes, articulación rítmica staccato, modos mayores y consonancias, a nivel psicofisiológico, son acompañadas por mayores reportes de placer, felicidad, disfrute y por mayor actividad zEMG y menor actividad cEMG (Bullack et al., 2018; Fuentes-Sánchez et al., 2021). Por otra parte, las piezas tristes o negativas se caracterizan por tener ritmos vagos, amplitud melódica, tempo lento, complejidad armónica y disonancias, lo que hace que provoquen mayores sensaciones de displacer y tristeza, acompañados de mayor actividad cEMG (Bullack et al., 2018; Fuentes-Sánchez et al., 2021).

A lo largo de los estudios, se encontró una concordancia entre los datos fisiológicos y los subjetivos (Dimitriev, 2023; Ribeiro et al., 2019), revalidando la eficacia de la música como medio para la EIM (Fuentes-Sánchez et al., 2021; Lynar et al., 2017). Sin embargo, el carácter emocional de la música no sería el único medio por el cual esta genera un impacto en la actividad del sistema nervioso (Juslin, 2013, 2019). Por ejemplo, en varios estudios se identificó un aumento del RC y CG como respuesta anticipatoria a la música (Tsai & Chen, 2015; van den Bosch et al., 2013). La variedad de factores implicados en la EIM sugiere que las reacciones a la música implican la participación de diversos mecanismos cognitivos (Dellacherie et al., 2011; Juslin et al., 2015; Tsai & Chen, 2015), e involucra la interacción de diferentes niveles de procesamiento (Siragusa et al., 2020).

Sin embargo, en ciertos casos es difícil establecer patrones de respuesta específicos. Desde un punto de vista, esto puede explicarse por la complejidad del objeto de estudio (Ho & Loo, 2023), así como también por las limitaciones metodológicas que se pueden observar en las investigaciones asociadas principalmente a la falta de rigurosidad en la selección de los estímulos. Específicamente, los estudios que operacionalizaron la música según su nivel de activación mostraron resultados heterogéneos, mientras que los que incluyeron la dimensión de valencia mostraron un patrón de actividad más preciso (Bullack et al., 2018; Fuentes-Sánchez et al., 2021; Kim & Wedell, 2016; Ogg et al., 2017). Estos últimos contaron con procedimientos rigurosos y sistemáticos de selección de estímulos.

Las características musicales suelen combinarse de manera relativamente estable al interior de cada estilo musical. Aunque se han explorado pocos, los antecedentes presentados muestran que existen diferencias en el impacto emocional hacia diferentes estilos musicales (do Amaral et al., 2016; Perez-Lloret et al., 2014; Trappe & Voit, 2016). Sin embargo, la mayor parte de los estudios presentados utilizaron principalmente estímulos musicales de estilo clásico, romántico, barroco, entre otros (i.e. Bullack et al., 2018; Fuentes-Sánchez et al., 2021; Ogg et al., 2017; Ribeiro et al., 2019; Siragusa et al., 2020), y tuvieron un criterio de selección y clasificación poco claro, lo que dificultó la extracción de conclusiones sólidas respecto de las propiedades intrínsecas que determinan el carácter emocional de la música, así como de su impacto psicofisiológico.

Finalmente, la reacción emocional ante eventos musicales, tal cual propone Juslin (2013; 2019) podría ser resultante de la interacción entre las características propias de la pieza, del oyente y del contexto en el que la percepción musical tiene lugar. Sobre ello, y en línea con estudios previos en diferentes ámbitos de aplicación (Pérez-Eizaguirre & Vergara-Moragues, 2021; Valevicius et al., 2023), un factor que podría contribuir a provocar una respuesta más intensa sería la preferencia y el gusto generado por la escucha de piezas musicales elegidas por la persona (Liljeström et al., 2013; Lynar et al., 2017; Mori & Iwanaga, 2014; 2021), dado que el efecto no se observa si la elección se realiza entre una lista preestablecida (Benedek & Kaernbach, 2011) o si la pieza musical no se disfruta (Plassa et al, 2014). Asimismo, la escucha junto a alguien con quien se tenga un vínculo cercano y con quien se comparta el gusto musical propiciaría el involucramiento emocional en una experiencia compartida, favoreciendo la atención y sensibilidad al estímulo (Liljeström et al., 2013). Este efecto también podría alcanzarse mediante la focalización atencional voluntaria en la música (Merrill et al., 2020). En este sentido, sería esperable que estímulos y/o circunstancias con mayor significancia personal favorezcan la disponibilidad de las personas a dejarse interpelar por la música, dando lugar a reacciones emocionales más intensas y de mayor magnitud.

A partir del presente artículo se puede concluir que la música puede ser utilizada como medio para inducir estados emocionales (Juslin 2013, 2019; Pérez-Eizaguirre & Tizón, 2022; Ribeiro et al., 2019). Este efecto dependería principalmente de sus características musicales, pero, considerando la complejidad del fenómeno, los factores personales y contextuales también tendrían un papel central (Juslin, 2013, 2019). Sin embargo, es importante remarcar una serie de limitaciones propias. Primero, solo se incluyeron estudios realizados en contexto experimental y de laboratorio, quedando por fuera aquellos realizados en contextos ecológicos, clínicos o educativos. Segundo, el presente artículo estuvo orientado hacia la percepción musical. En este punto, dentro del conjunto de propuestas que integra la música, existen otras que no fueron consideradas, por ejemplo, el aprendizaje y la experiencia musical. Estos aspectos serán considerados en futuras investigaciones con el objetivo de contribuir al conocimiento sobre el tema, ya que entender los mecanismos que subyacen a la EIM habilita la implementación de experiencias musicales en la modulación de otros dominios como la percepción del dolor (Aksu, 2023), los cuidados paliativos (Pérez-Eizaguirre & Vergara-Moragues, 2021), la calidad del sueño (Jespersen et al., 2023), los procesos atencionales (Putkinen et al., 2017), los procesos de formación de la memoria (Diaz et al., 2021), entre otros.

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Respuesta emocional ante la percepción musical