Agron. Mesoam. 27(2):385-396. 2016
ISSN 2215-3608 doi: http://dx.doi.org/10.15517/am.v27i2.24394
CALIDAD NUTRICIONAL Y DEGRADABILIDAD RUMINAL DE LA PLANTA DEL GUINEO NEGRO (Musa AAA)1
Pablo Chacón-Hernández2, Carlos Boschini-Figueroa2, Ricardo Russo-Andrade2
RESUMEN
Calidad nutricional y degradabilidad ruminal de la planta del guineo negro (Musa AAA). El objetivo del trabajo fue evaluar el valor alimenticio de un banco forrajero de guineo negro (Musa AAA). El estudio se llevó a cabo en la Estación Experimental Alfredo Volio Mata de la Universidad de Costa Rica, localizada en la provincia de Cartago, Costa Rica. El estudio fue realizado durante los meses de mayo a noviembre del año 2013 y se empleó un diseño de bloques completos al azar. Se obtuvieron valores promedio en la planta entera de 5,67% de materia seca, 6,50% de proteína cruda, 53,91% de fibra neutro detergente, 35,67% en fibra ácido detergente, 7,61% de lignina, 28,07% de celulosa, 18,23% de hemicelulosa, 1,95% de extracto etéreo, 19,30% de cenizas, 4,63% de proteína cruda fijada a la fibra neutro detergente y 25,32% de carbohidratos no fibrosos; además, para todos los componentes bromatológicos se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p<0,05) de acuerdo con la parte de la planta muestreada. En los análisis de degradabilidad ruminal, se encontraron valores de fracción soluble de 18,38% a 47,43%, fracción degradable de 33,45% a 45,76%, velocidades de degradación de 1,65%/h a 7,51%/h y porcentajes potencialmente degradables de 64,14% a 82,86%, según la parte de la planta muestreada. Según los datos analizados, la planta de Guineo Negro podría ser utilizada para alimentación de rumiantes en los lugares donde se encuentre disponible.
Palabras clave: forraje, bromatología, banco forrajero.
ABSTRACT
Nutritional quality and ruminal degradability of banana (Musa AAA) plant. The objective of the study was to evaluate the nutritional value of a Musa AAA fodder bank. The study was conducted at the Alfredo Volio Mata Experimental Station of the University of Costa Rica. It took place from May to November 2013 using a complete random block design. Mean values for the whole plant were of 5.67% of dry matter, 6.50% of crude protein, 53.91% of neutral detergent fiber, 35.67% of acid detergent fiber, 7.61% of lignin, 28.07% of cellulose, 18.23% of hemicellulose, 1.95% of ether extract, 19,30% of ash, 4.63% of crude protein attached to the neutral detergent fiber, and 25.32% of non- fibrous carbohydrates. Besides, statistical differences were found (p<0.05) for all bromatological components, according to the sampled plant part. The analysis of ruminal degradability showed values ranging from 18.38% to 47.43% for the soluble fraction, from 33.45% to 45.76% for the degradable fraction, from 1.65%/h to 7.51%/h for the degradation speed, and from 64.14% to 82.86% the potentially degradable percentage, depending on the part of the plant sampled. According to analyzed data, Musa AAA plants could be used for feeding ruminants where available.
Keywords: forage, bromatology, fodder bank.
1 Recibido: 23 de julio, 2015. Aceptado: 24 de setiembre, 2015. Este trabajo formó parte del proyecto 737-B1-074, inscrito en la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica.
2 Universidad de Costa Rica, Facultad de Ciencias Agroalimentarias, Estación Experimental Alfredo Volio Mata, Cartago, Costa Rica. pablo.chacon@ucr.ac.cr (autor para correspondencia), carlos.boschini@ucr.ac.cr, ricardo.russo@ucr.ac.cr
INTRODUCCIÓN
Anualmente, a nivel mundial se produce una cantidad considerable de materia orgánica en los diversos procesos de la producción agrícola (Costa et al., 2011), pero solo una parte de esa producción es aprovechada directamente (Villalba et al., 2011). El cultivo de las diversas variedades de musáceas existentes es el segundo en magnitud después de los cítricos, contribuyendo a un 16% del total de fruta producida.
Desde el punto de vista genético, el origen de los ecotipos actuales de musáceas se dio por medio de cruces de Musa acuminata Colla y Musa balbisiana Colla, las cuales se denotan como los genomas A y B, respectivamente, pudiendo verse híbridos diploides, triploides y tetraploides por la hibridación entre ambas especies (Mohapatra et al., 2010). Asimismo, el “pool” germoplásmico del género Musa, se ha diversificado hasta grados muy complejos por mutaciones somáticas que se han dado de forma guiada o natural (Osuji et al., 1997). En el caso del guineo negro, este pertenece genéticamente a un grupo puro triploide AAA proveniente de la Musa acuminata Colla (Mohapatra et al., 2010).
En las plantaciones de musáceas o zonas aledañas, el uso de la biomasa vegetal como forraje para alimentación animal podría constituir una alternativa económica para los agricultores (Mohapatra et al., 2010), ya que lo único cosechado es el fruto para la venta comercial, y un 70-80% de la producción no es aprovechada (Mazzeo et al., 2010), quedando muchas veces en el campo hasta su descomposición natural o incineración por parte del agricultor (García y Martínez, 1999), lo que genera muchas veces problemas de contaminación (Villalba et al., 2011). Dicha situación obliga a implementar sistemas de manejo que disminuyan el impacto ambiental generado por el cultivo (Mazzeo et al., 2010; Costa et al., 2011).
En Costa Rica muchos productores pecuarios han recurrido de forma empírica al uso de subproductos y residuos de cosecha, como alternativa para la alimentación, p. ej. el pseudo-tallo de las musáceas, esto se realiza con el fin de reducir los costos de producción (Dormond et al., 2011) y disminuir la dependencia de insumos externos (De-la-Cruz y Gutiérrez, 2006).
Desde el punto de vista práctico, la limitante actual en el uso del vástago como fuente alimenticia radica en el hecho de que es el residuo menos estudiado en las plantaciones de musáceas (Dormond et al., 2000; Amaral et al., 2008), además, la composición bromatológica de un forraje no es suficiente para determinar la calidad de un material, ya que al mismo tiempo su aprovechamiento está determinado por el grado de digestibilidad en el animal (Weiss et al., 1992).
El objetivo de este trabajo fue evaluar el valor alimenticio de un banco forrajero de guineo negro (Musa sp.).
MATERIALES Y MÉTODOS
Ubicación del experimento
El experimento se llevó a cabo en la Estación Experimental Alfredo Volio Mata, de la Universidad de Costa Rica, la cual se encuentra ubicada en El Alto de Ochomogo, distrito de San Rafael del cantón de La Unión en la provincia de Cartago, Costa Rica, a 1542 msnm. Las condiciones climatológicas de la zona comprenden una precipitación anual media de 1465,9 mm, distribuidos principalmente en la época lluviosa que va de mayo a noviembre; una humedad relativa media del 88% y una temperatura que va de los 13,5 °C a los 22,2 °C con un promedio anual de 17,9 °C (Instituto Meteorológico Nacional, comunicación personal, 2013). Las coordenadas geográficas correspondientes a dicho centro experimental son 9°55’10’’ latitud norte y 83°57’20’’ longitud oeste (Chacón-Hernández, 2008), el suelo es de origen volcánico, clasificado como Typic distrandepts, caracterizado por buen drenaje y fertilidad media; asimismo el ecosistema es considerado como bosque húmedo montano bajo (Vásquez, 1982).
Descripción del material de estudio
Las muestras analizadas fueron tomadas de un banco forrajero de guineo negro (Musa AAA), establecido en la estación experimental durante la época lluviosa del año 2013, y en el cual las cepas de las plantas fueron sembradas con una disposición de marco real de dos metros de lado. Además, a dicho banco no se le realizó ningún tipo de poda, cosecha o aplicación de fertilizantes desde un año antes del inicio del periodo experimental.
Definición de parcelas y diseño experimental
Con el fin de eliminar las posibles variaciones generadas por la ubicación de las plantas dentro del banco forrajero, debidas a diferente radiación, suelo, humedad, entre otras, y determinar la calidad nutricional de las diferentes secciones del pseudo-tallo y la hoja, se utilizó un diseño experimental de bloques completos al azar (Steel y Torrie, 1988), con tres bloques y cinco tratamientos. Cada bloque fue definido de forma aleatoria dentro del banco forrajero, con dimensiones de seis metros de ancho por ocho metros de largo, de forma que dentro de cada uno se tuviera un máximo de doce cepas para realizar los muestreos (Pi). Las partes de la planta muestreadas, correspondientes a tres secciones del pseudo-tallo y dos partes de la hoja, se definieron como los cinco tratamientos analizados (Tj). El modelo estadístico utilizado para el análisis de la información correspondió a:
yijk=μ+Pi+Tj+eijk
Proceso de muestreo
Se realizó un muestreo en el cual se tomó de forma aleatoria cinco de los vástagos más aptos para la cosecha en cada parcela, los cuales todavía no habían alcanzado su época reproductiva, para un total de quince pseudo-tallos; tomando únicamente como criterio de selección para el muestreo las dimensiones de las plantas, seleccionando siempre las de mayor tamaño. El corte fue realizado a una altura de 20 a 25 cm sobre el nivel del suelo; inmediatamente después se dividió cada planta en dos secciones correspondientes a hojas y vástago o palote, y se les realizó el corte en el punto de bifurcación de las hojas.
Con el fin de determinar la calidad nutricional de las diferentes partes de la planta del guineo negro, cada vástago fue dividido en tres secciones correspondientes a la parte basal, media y apical del mismo, de las cuales se tomó una muestra que fue enviada al laboratorio para su análisis; además, de cada pseudo-tallo se recolectó una muestra de hojas las cuales fueron separadas en dos partes: lámina y peciolo, para ser enviadas al laboratorio de bromatología de la estación experimental.
Análisis de muestras
Los análisis de laboratorio de las muestras fueron desarrollados en el laboratorio de bromatología de la Estación Experimental Alfredo Volio Mata. A todas las muestras recolectadas, se les realizó análisis químicos de: materia seca (MS; AOAC 934.01); proteína cruda (PC) por el método de Kjeldahl (AOAC 954.01); extracto etéreo (EE; AOAC 920.39) y cenizas totales (CEN; AOAC 935.12) según los procedimientos establecidos por la AOAC (2000); además, fibra neutro detergente (FND), fibra ácido detergente (FAD) y la lignina (LIG) por el método de Goering y Van-Soest (1970) y Van-Soest et al. (1991); proteína cruda incrustada en la fibra neutro detergente (PCIFND) por medio de un análisis de FND según los protocolos de Goering y Van-Soest (1970) y Van-Soest et al. (1991), seguido de un análisis de PC sobre el residuo obtenido según el método de Kjeldahl (AOAC, 2000); hemicelulosa (HEMI) y celulosa (CEL), los cuales se estimaron por diferencia de las fracciones correspondientes; finalmente, se determinó la cantidad de carbohidratos no fibrosos (CNF) mediante la siguiente fórmula (NRC, 2001):
CNF=100-((FND-PCIFND)+PC+EE+CEN)
donde:
CNF = carbohidratos no fibrosos, %
FND = fibra neutro detergente, %
PCIFND = proteína cruda incrustada en la fibra neutro detergente, %
PC = proteína cruda, %
EE = extracto etéreo, %
CEN = cenizas, %
Se realizaron pruebas de degradabilidad ruminal según la metodología descrita por Ørskov et al. (1980), para lo cual se utilizaron dos animales híbridos Jersey-Reyna fistulados ruminalmente, de los cuales ninguno se encontraba en producción y estaban alimentados únicamente con pasto Estrella Africana (Cynodon nlemfluensis) desde una semana antes y durante de la incubación.
Análisis de resultados
Los valores determinados en laboratorio para las muestras de vástago fueron sometidos al análisis de varianza con el PROC ANOVA del paquete estadístico SAS (1985). Aquellas variables que mostraron diferencias importantes entre medias, fueron sometidas a la prueba de Duncan para su segregación estadística.
Los resultados de degradabilidad ruminal fueron ajustados con el mismo paquete estadístico (SAS, 1985), mediante el algoritmo de Marquardt (Vargas, 2005; Chacón-Hernández y Vargas-Rodríguez, 2009):
donde:
yi = degradación del material en el iésimo tiempo de incubación, %
a = fracción soluble, %
b = fracción degradable, %
e = base de los logaritmos neperianos
c = tasa de degradación, % hora
ti = tiempo de incubación ruminal, horas
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Composición nutricional
No se encontró diferencias significativas entre parcelas (p>0,05) para ninguno de los componentes evaluados en el análisis bromatológico del banco de guineo negro, aunque si fueron determinadas diferencias significativas (p<0,05) de acuerdo con la sección de la planta evaluada (Cuadro 1).
Materia seca (MS)
El contenido de materia seca (MS) aumentó significativamente (p<0,05) conforme se subió a través de las diferentes secciones de la planta (Cuadro 1), lo cual pudo deberse a la mayor proporción de tejido de transporte presente en tejidos fisiológicamente de mayor edad y proporción de aerénquima, o a una exportación de compuestos solubles desde las partes fisiológicamente más viejas a las jóvenes (Maurice et al., 1997; Avila et al., 2010); inclusive el cambio en el contenido de MS al pasar de la sección basal a la media y de esta última a la apical, constituyó cambios de 3,93% y 4,97% de la MS, respectivamente.
Los porcentajes de MS encontrados fueron similares a los reportados por Oliveira et al. (2007), quienes encontraron en Musa acuminata Colla, var. Cavendish un 11,0%, 25,7% y 8,3% de materia seca en peciolos, láminas y pseudo-tallos, respectivamente. Los valores obtenidos también fueron similares al 10,1% de MS que indican Marie-Magdeleine et al. (2010) al analizar muestras de la planta entera de Musa x paradisiaca. Además, la literatura indica que únicamente las hojas de musáceas alcanzan valores superiores al 20% de MS, mientras que los pseudo-tallos o palotes, normalmente se encuentran bajo el 10% (Katongole et al., 2008), lo cual es coincidente con lo determinado en las muestras analizadas (Cuadro 1).
Al comparar los contenidos de MS del material analizado de la planta entera (Cuadro 1), con el de forrajes de corta comúnmente utilizados, como Pennisetum purpureum o el sorgo negro forrajero, para los cuales se han reportado valores mínimos de 12% cuando son cosechados a una edad de 70 y 91 días, respectivamente (Araya y Boschini, 2005; Boschini y Elizondo, 2005), el contenido de MS en las musáceas es considerablemente más bajo, aunque este material podría también tomarse como una opción para el suministro de agua al animal durante la época seca en ciertas zonas climatológicas, donde se tienen problemas de escasez de agua.
Proteína cruda (PC)
En un estudio en el que se analizaron los contenidos de nitrógeno en cinco variedades de musáceas, se encontró una concentración máxima de proteína en las hojas de 16,06%, mientras que la más baja fue 2,31% en el vástago (Hernández et al., 2009); los valores determinados en ese estudio fueron más bajos que los presentados en el Cuadro 1. Sin embargo, si los valores obtenidos en este ensayo se comparan con el 21,6% en hojas y 9,7% en vainas de la hoja en el pseudo-tallo de Musa acuminata (Katongole et al., 2008), fueron ligeramente inferiores. Estas variaciones pudieron deberse a la estrecha relación entre el clon, tipo de suelo, sistema de cultivo y manejo de las plantaciones de musáceas con el contenido de nitrógeno (García y Martínez, 1999).
La concentración de PC determinada en las diferentes secciones del vástago, presentó valores que fueron más bajos a los encontrados en otros forrajes de corta como el sorgo, para el cual se ha reportado un valor promedio de 12,66% luego de 77 días de crecimiento (Vargas, 2004); o el pasto Pennisetum purpureum cv. King Grass cosechado a 60 días de rebrote con 9,56% (Chacón y Vargas, 2010). Además, las cantidades determinadas en este estudio fueron inferiores al 7% de PC mínimo que deben poseer los materiales utilizados en alimentación de rumiantes para mantener un adecuado ambiente ruminal (Sánchez et al., 1998).
La mayor cantidad de compuestos nitrogenados, carbohidratos y minerales suelen encontrarse en las zonas fisiológicamente más activas en términos de crecimiento (Maurice et al., 1997), lo cual puede explicar la diferencia significativa observada en el contenido de PC en las diferentes secciones de la planta.
La planta de la morera, a una edad de setenta días de crecimiento, puede tener un 7,75% de PCIFND de un total de PC de 20,88%, lo cual corresponde a un 37,11% ligado a la fibra (Boschini-Figueroa, 2006), valor que es considerablemente más bajo a lo determinado en este estudio (Cuadro 1), donde más del 60% de los compuestos nitrogenados se encuentran ligados a la fibra, e inclusive llegan a ser un 97,17% de la PC en el caso de la lámina de la hoja, esto indicó que la mayoría del nitrógeno en el material analizado se encontraba en la forma de proteínas ligadas a la pared celular, de la cual una parte puede ser aprovechada según se libere y se haga disponible por la digestión ruminal, mientras que existe una fracción ligada a la FAD que no será aprovechada por el animal (NRC, 2001).
Fibra
El valor de fibra neutro detergente (FND) en las hojas de Musa x paradisiaca fue de 68,0% (Marie-Magdeleine et al., 2010), valor que no difiere de forma considerable con lo determinado en las muestras analizadas para esta fracción (Cuadro 1), otros experimentos reportan un valor de 67,2% y 69,5% de FND en pseudo-tallos de Musa cavendishi (Poyyamozhi y Kadrivel, 1986; Viswanathan et al., 1989), valores que fueron cercanos a lo encontrado para la lámina de la hoja en las muestras analizadas.
Un 47,22% de FAD fue reportado por Aziz et al. (2011); 45,0% para la misma fracción fue indicada por Marie-Magdeleine et al. (2010), siendo en general estos valores más elevados a los obtenidos en las muestras de vástago y las láminas de las hojas en este estudio. Katongole et al. (2008) determinaron valores de lignina en pesudo-tallos y hojas de 10,2% y 12,4%, respectivamente, siendo mayor lo encontrado en el vástago e inferior a la lámina (Cuadro 1); asimismo, estos porcentajes elevados podrían generar un problema de consumo, ya que la lignina es indigestible y en niveles elevados disminuye la ingesta voluntaria (NRC, 2001; Aziz et al., 2011).
Al analizar los contenidos de celulosa de las diferentes partes morfológicas de las musáceas, se obtuvieron proporciones de 34,0-40,0%, 31,0% y 20,4% en el pseudo-tallo, peciolo y lámina de la hoja, respectivamente (Mohapatra et al., 2010); estos valores fueron similares a los observados en este estudio en las hojas, pero menores para las tres secciones analizadas del palote, las cuales a su vez presentaron valores superiores al 22,5% reportado para Musa acuminata (Katongole et al., 2008).
Se ha encontrado un 18,56% de hemicelulosa (HEMI) en el pseudo-tallo de musáceas (Aziz et al., 2011), valor que fue cercano a lo que se reportó en el presente ensayo (Cuadro 1). Sin embargo, los resultados de holocelulosa de 60-65%, 62,7% y 32,1% para pseudo-tallo, peciolo y lámina de la hoja, respectivamente, indicados por Mohapatra et al. (2010), sugieren proporciones de HEMI que difieren de manera considerable a lo determinado en este experimento, al ser la holocelulosa la suma de la CEL y la HEMI (Rabemanolontsoa y Saka, 2012).
Las variaciones en la composición de las fracciones de la fibra observadas y las reportadas por otros autores, podrían deberse a diferencias entre variedades, o al estado fisiológico de la planta al momento del muestreo, similar a lo encontrado (Happi-Emaga et al., 2008) en las cáscaras del fruto de variedades de musáceas.
En hojas de maralfalfa se han reportado porcentajes de FND y FAD de 62,06% y 27,04%, respectivamente (Cárdenas et al., 2012), mientras que en pasto Napier (Pennisetum purpureum), cosechado a una edad de noventa días, se determinaron valores de 23,17% de HEMI y 37,23% de CEL (Ansah et al., 2010); estos valores aunque difieren en cierto grado de lo determinado para las muestras analizadas (Cuadro 1), podrían indicar que tanto el pseudo-tallo, como las hojas de musáceas pueden constituir, desde el punto de vista bromatológico, un forraje similar a los utilizados actualmente para alimentación de rumiantes.
Extracto etéreo (EE)
Las cantidades de extracto etéreo (EE) determinadas (Cuadro 1) fueron ligeramente mayores al 1,3% que indican Subramanian et al. (1988) en las vainas de Musa sapientum, pero inferiores al 4,1% reportado en pseudo-tallos de Musa cavendishi (Poyyamozhi y Kadrivel, 1986). Asimismo, el valor de 4,27% de EE determinado en las láminas de la hoja (Cuadro 1) fue mayor al 2,3% encontrado al analizar el mismo tipo de material de la especie Musa acuminata (Katongole et al., 2008).
Si se compara la cantidad de EE en las muestras analizadas (Cuadro 1), con la de otros forrajes tropicales como el kikuyo (Pennisetum clandestinum), que puede tener 2,14% (Sánchez et al., 2005), el material no difirió de forma importante y fue inclusive mayor al 1,07% que según Herrera-Campos et al. (2009) puede tener el pasto Estrella Africana (Cynodon nlemfluensis).
Carbohidratos no fibrosos (CNF)
Los valores de carbohidratos no fibrosos obtenidos fueron superiores al 23% (Cuadro 1), lo cual fue mayor al 10,89% que se determinó (Sampaio et al., 2010) en pasto señal (Brachiaria decumbens Stapf.), y similar al 23,1% encontrado en heno de un pasto de zona templada indefinido (Schwab et al., 2006). Por lo anterior, y el bajo nivel de proteína determinado, podría considerarse el material estudiado como una fuente energética con potencial para utilizarse en dietas de rumiantes (NRC, 2001).
Correlaciones de los componentes bromatológicos
Se encontró una relación sobre el 90% que actúa de forma directamente proporcional entre el contenido de MS y el porcentaje de PC, HEMI y PCIFND (Cuadro 2), estos resultados difirieron de lo observado en otros forrajes tropicales como el pasto humidícola (Brachiaria humidícola (Rendle) Schweick), donde la relación entre la PC y la MS fue estadísticamente significativa, pero inversamente proporcional (Reyes-Purata et al., 2009).
La alta relación entre la PC, HEMI y PCIFND (Cuadro 2), sugirió que la mayoría de compuestos nitrogenados se encontraban ligados a la hemicelulosa en la pared celular en forma, principalmente, de extensina (NRC, 2001), haciendo que la PC en el material no se encontrara disponible de forma inmediata, sino más bien de acuerdo con la velocidad de degradación de la fibra (Valenciaga et al., 2002; Moreira et al., 2003), en este caso, probablemente a la tasa en que la HEMI sea digerida por la flora ruminal. La baja relación entre la PC con la FAD y la CEL, indicó una baja proporción de PC ligada a la FAD, lo cual favorecería el aprovechamiento del nitrógeno de la planta de musáceas, ya que la proteína presente estuvo más relacionada a la fracción B que a la C, esta última indigestible para el rumiante (NRC, 2001).
En el presente estudio se obtuvo un coeficiente de correlación alto entre la LIG y la HEMI (Cuadro 2), similar a lo mostrado por otros autores en otros forrajes (Varel et al., 1991). Pese a la poca digestibilidad de la LIG (Vargas, 2005), parece no existió repercusión sobre el aprovechamiento de la HEMI por parte del animal, ya que en otros estudios se ha presentado potencialmente un mayor porcentaje de degradación en materiales como la morera (Boschini, 2001), y Bromegrass (Bromus inermis) (Varel et al., 1991). Además, el aumento de la FND, lignina y HEMI de forma proporcional al aumento en la MS (Cuadro 2), puede estar ligado al acúmulo de carbohidratos estructurales, lo cual tiene estrecha relación con el hábito de crecimiento de las musáceas, para el cual se requiere de estructuras de soporte para mantener un porte erecto (Avila et al., 2010).
Degradabilidad ruminal
No se encontraron diferencias significativas entre parcelas (p>0,05) para ninguno de los componentes evaluados en las pruebas de degradabilidad ruminal del banco de guineo negro; asimismo, no se encontraron diferencias en el porcentaje de componentes solubles para ninguna de las secciones del pseudo-tallo (p>0,05), que a su vez fueron mayores a la porción soluble en el peciolo y la lámina de la hoja (p<0,05); adicionalmente, estas dos últimas mostraron una fracción degradable mayor que el vástago (p<0,05; Cuadro 3).
Los resultados obtenidos (Cuadro 3) fueron cercanos a los que se indicaron al analizar cáscara de banano, con valores de componentes solubles de 43,62% (Monçao et al., 2014); pero fueron mayores al 30,9% que indicaron Keir et al. (1997) en banano, aunque no especificaron claramente el tipo de material utilizado, lo cual podría explicar las diferencias.
Si se comparan los resultados obtenidos en la presente investigación con los presentados para morera, de alrededor de 30% en materiales de 56 días de rebrote (Boschini, 2001), se observa una mayor cantidad de la fracción A (soluble) en el vástago y el peciolo, no así en las hojas; situación similar se presenta cuando se compara con lo reportado para diferentes cultivares de sorgo forrajero los cuales en términos generales tuvieron valores de 20-25% (Vargas, 2005).
La fracción degradable fue estadísticamente mayor en la hoja que en el pseudo-tallo (p<0,05), mientras que el porcentaje degradable en el peciolo fue intermedio, lo que indica que el vástago se caracteriza por estar formado en mayor proporción por compuestos solubles (Cuadro 3), lo cual probablemente esté relacionado con la composición nutricional y el contenido de carbohidratos no fibrosos determinado en las muestras analizadas (Cuadro 1). Según Monçao et al. (2014), la fracción B (degradable) fue del 23,39% en cáscara de banano, lo cual fue menor a lo determinado (Cuadro 3); pero Keir et al. (1997), en muestras de la planta de banano, indicaron un 29,7% de material degradable, que es considerablemente más cercano a lo que se determinó en la presente investigación.
Para el pasto Napier se determinó una degradabilidad ruminal de la fracción B de 46,2% (Kariuki et al., 2001), el cual fue superior a los valores obtenidos en este estudio en el vástago y el peciolo, pero similar a lo determinado para la lámina (Cuadro 3), demostrando que el pseudo-tallo constituye un material con un comportamiento diferente al de otros forrajes disponibles en condiciones tropicales, cuyo principal aprovechamiento se da por medio de la fermentación bacteriana en el rumen.
En el vástago y el peciolo de la hoja la velocidad de degradación fue desde un 5,8%/hora hasta un máximo de 7,5%/hora, mientras que en la lámina fue significativamente menor (p<0,05) al alcanzar únicamente un 1,6%/hora, lo que indicó que el material poseía una fracción potencialmente degradable reducida en el rumen, si se compara con el resto de muestras estudiadas (Cuadro 3). Estos valores fueron más altos que lo determinado por Katongole et al. (2008), quienes indicaron una velocidad de degradación ruminal de 4,7%/h en vainas del pseudo-tallo; pero más bajos que lo reportado por los mismos autores para la hoja (3,7%/h).
La baja degradación de la lámina se pudo deber a la composición de la misma, la cual en primer lugar presenta una capa cuticular importante que normalmente está formada por ceras, carbohidratos, alcoholes, aldehídos y cetonas unidos en una matriz altamente hidrofóbica (Hopkins y Hüner, 2009; Marie-Magdeleine et al., 2010), la cual aumentaría el tiempo de rezago a nivel del rumen; y en segundo lugar tiene una alta cantidad de FDN y LIG (Cuadro 1) que reducen la capacidad de penetración de los microorganismos ruminales (Katongole et al., 2008; Marie-Magdeleine et al., 2010), llevando a una disminución en la degradación del material.
En la cáscara de banano se encontró una degradabilidad potencial de 67,01% (Monçao et al., 2014), mientras que para las hojas de la planta de banano se indicó un valor de alrededor del 50% (Keir et al., 1997), proporciones que fueron inferiores a lo determinado en el presente ensayo (Cuadro 3), indicando la posibilidad de un mayor aprovechamiento por los rumiantes; inclusive los valores presentados no difirieron en grado importante de lo presentado por Chacón-Hernández y Vargas-Rodríguez (2009) en pasto King Grass (Pennisetum purpureum) quienes reportaron un rango de 89,01% a 72,57%, lo cual indicó la posibilidad de sustituir forrajes de corte, ya utilizados de forma común, por este tipo de fuentes alimenticias alternativas disponibles.
Al analizar la digestibilidad in vitro de la materia seca (DIVMS) de dos variedades de musáceas, la diferencia en la degradación luego de un día de incubación encontrada fue poca (Poyyamozhi y Kadrivel, 1986); según las muestras analizadas en este estudio, la degradación de las diferentes partes de la planta de musáceas se dio principalmente durante las primeras veinticuatro horas dentro del rumen, siendo máxima la diferencia en la lámina al pasar de uno a dos días de incubación (Figura 1). Además, según lo mencionado anteriormente sobre la composición de esta parte de la planta, los valores de degradabilidad obtenidos fueron los más bajos, volviéndola un suplemento poco aprovechable, y por lo tanto, menos recomendable para su uso en alimentación animal, al compararla con las restantes partes de la planta y al no cumplir la tasa de degradación mínima de 0,04 %/hora recomendada (Preston, 1986; Katongole et al., 2008).
La DIVMS de la vaina del plátano (Musa sapientum) fue de 63,4% en una investigación efectuada por Subramanian et al. (1988), lo cual fue inferior a lo determinado para las tres secciones analizadas del vástago en esta investigación, situación que pudo deberse al método de determinación, ya que Viswanathan et al. (1989) indicaron que el valor de la DIVMS es mayor que el observado por el método in vivo. Comparativamente, Vargas (2005) habló de degradabilidades en un rango de 46%-64% al permanecer el material por un lapso de veinticinco horas dentro del rumen (tasa de paso de 4%/hora), siendo estos valores ligeramente menores que lo determinado para las musáceas (Figura 1). Además, Boschini (2001) en morera, obtuvo un valor de degradabilidad de 69,64% para la planta entera con una tasa de paso de 4%/hora, la cual ronda los valores señalados para el pseudo-tallo (Figura 1); lo anterior indica que las musáceas pueden sustituir forrajes utilizados comúnmente con porcentajes de aprovechamiento similares.
En términos generales, se considera que la planta de guineo negro (Musa AAA) puede ser utilizadas como alimento para animales rumiantes en los lugares donde el cultivo de la especie vegetal se da de forma regular. A pesar de lo anterior, sumado a su uso deben tomarse en cuenta las características de la misma en términos del bajo contenido de MS en el vástago o palote y la reducida digestibilidad de la lámina de la hoja.
Adicionalmente, la gran cantidad de humedad que contiene el vástago debe ser considerada cuando su uso se realiza en zonas con problemas de sequía durante el verano, pudiendo transformarse el material en una fuente a considerar de suministro de agua al animal.
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