MOTIVACIÓN
Y ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE DEL ESTUDIANTADO
DE LA ESCUELA DE ORIENTACIÓN Y EDUCACIÓN ESPECIAL
MOTIVATION
AND LEARNING STRATEGIES OF COUNSELING AND SPECIAL
EDUCATION
STUDENTS
Sonia Parrales
Rodríguez1, Julieta
Solórzano Salas2
1 Profesora
de la Escuela
de Orientación y
Educación Especial, Universidad de Costa Rica. Licenciada en
Educación con Énfasis en Orientación, Bachiller en
Estadística. Dirección electrónica:
sonia.parrales@ucr.ac.cr
2 Profesora
de la Escuela
de Orientación y Educación
Especial, Universidad de Costa Rica. Investigadora del Instituto de
Investigación en Educación (INIE). Máster en
Evaluación Educativa. Dirección electrónica:
julieta.solorzano@ucr.ac.cr
Dirección para correspondencia
Resumen
El presente
artículo científico expone los resultados de
una investigación realizada en el año 2012 para
caracterizar las estrategias de aprendizaje y la motivación de
la población estudiantil de la Escuela de Orientación y
Educación Especial, Facultad de Educación, Universidad de
Costa Rica. Ambas carreras tienen un compromiso con la calidad y
requieren contar con información que permita un mayor
acercamiento a las formas en que cada estudiante se organiza para
aprender, así como los aspectos que contribuyen a alcanzar el
logro académico. En la investigación participó el
estudiantado del Bachillerato en Ciencias de la Educación con
énfasis en Educación Especial y del Bachillerato y la
Licenciatura en Ciencias de la Educación con énfasis en
Orientación. Se utilizó una adaptación de los
instrumentos Cuestionario de Técnicas de estudio. Se
seleccionaron los ítems que presentaron propiedades
psicométricas para un total de 25 ítems con un Alfa de
Cronbach de α=0.785. Como parte de los hallazgos de la
investigación se obtiene que las estrategias de estudio que
utiliza el grupo de estudiantes son: el repaso, el uso de esquemas, de
los mapas conceptuales y del subrayado; pensamiento crítico, la
metacognición, la autorregulación y el manejo de
recursos. En el aspecto de motivación el estudiantado recurre a
la motivación extrínseca e intrínseca y siente
poca ansiedad ante los exámenes.
Palabras clave: ESTRATEGIAS DE
APRENDIZAJE, MOTIVACIÓN,
ESTUDIANTE UNIVERSITARIO, EDUCACIÓN SUPERIOR, COSTA RICA
Abstract
This scientific article
presents the results of an investigation
conducted in 2012 to characterize learning strategies and motivation of
the student population of Counseling and Special Education, Faculty of
Education, University of Costa Rica. Both careers have a commitment to
quality and require information that allows a better approach to the
ways in which each student organizes for learning, as well as the
aspects that contribute to reach academic achievement. The research
involved students of the Bachelor of Science in Education with an
emphasis in Special Education and the Bachelor and Degree of Science in
Education with emphasis in Counseling. We used an adaptation of two
instruments: the Study Techniques Questionnaire and Motivated
Strategies for Learning, and selected the items that showed
psychometric properties for a total of 25 items with Cronbach's alpha
of α = 0.785. As part of the research findings it is observed that the
strategies of study used by the group of students were the review, the
use of diagrams and concept maps, underlining, critical thinking,
metacognition, self-regulation and resource management. In the
motivation aspect, the student searches for intrinsic and extrinsic
motivation and feels less anxiety on the exams.
Key words: LEARNING STRATEGIES,
MOTIVATION, COLLEGE STUDENT, HIGHER
EDUCATION, COSTA RICA
Introducción
La Escuela de
Orientación y Educación Especial de la
Facultad de Educación en Universidad de Costa Rica, forma
profesionales en Orientación y en Educación Especial.
Además, contribuye en la formación de educadores de
preescolar, primaria y secundaria. A continuación se ofrece una
sinopsis histórica de cada carrera.
La carrera de
Orientación inició en 1964, y es pionera en
la formación de profesionales en esta disciplina. Actualmente,
se ofertan todos los años los grados académicos de
Bachillerato y Licenciatura. La Orientación procura el
(…) autoconocimiento e identidad,
conocimiento del contexto natural y sociocultural, la toma de
decisiones y el planeamiento para la vida, con la finalidad de ayudar a
las personas a clarificar y construir el sentido de vida que asumen
para su existencia en las diferentes etapas y situaciones vitales.
(Sección de Orientación, 2011, p. 64)
Por su parte, la carrera
de Educación Especial inicia sus
funciones en 1974. Actualmente, se oferta cada año el grado de
Bachillerato. El programa de la Licenciatura se ofrece a la comunidad
estudiantil cada dos años. Esta carrera ofrece al sistema
educativo formal y no formal los apoyos para responder a las
necesidades educativas especiales que presenta el estudiantado
(Sección de Educación Especial, 2011).
A partir del año
2008, ambas carreras, con el apoyo del Centro
de Evaluación Académica (CEA), se abocaron a la
autoevaluación con fines de acreditación ante el Sistema
Nacional de Acreditación de la Educación Superior
(SINAES). Este proceso permitió a las carreras repensar las
acciones cotidianas y su impacto social, cultural y educativo, debido a
la naturaleza de cada objeto de estudio que las caracteriza. Producto
del ejercicio de autovaloración, se identificaron áreas
por mejorar, lo cual se plasmó en un compromiso de mejoramiento.
En el contexto de este
artículo es importante rescatar que las
Políticas de la Universidad de Costa Rica para los años
2010-2014 (Consejo Universitario, 2012) estimulan las tareas de
autoevaluación y acreditación de las carreras, invitan a
la flexibilización curricular, para así garantizar el
óptimo cumplimiento de cada plan de estudios por parte del
estudiantado y promover la innovación para liderar las
transformaciones sociales que se requieran con el fin de garantizar la
equidad y la justicia.
Por el interés de
mejoramiento e innovación, valorado
desde el marco jurídico de la Universidad, ambas carreras han
establecido en sus compromisos de mejora la consecución de un
sistema de información de sus estudiantes (Sección de
Educación Especial, 2011; Sección de Orientación,
2011), puesto que hay una necesidad palpable por acercarse a conocer
las características demográficas y académicas que
presenta el estudiantado, que es una de las poblaciones beneficiadas de
la autoevaluación y la acreditación.
La formación
profesional que pretende consolidar cada
estudiante, desde una elección vocacional consciente, debe
permitirle la construcción de los saberes conceptuales,
procedimentales y actitudinales que contempla cada plan de estudios en
el que se matriculó. La Universidad, como institución
estatal de estudios superiores, tiene la responsabilidad social de
velar por el cumplimiento y logro a cabalidad de la propuesta
curricular planteada por cada carrera, puesto que es la
Institución que certifica al estudiantado ante la sociedad.
Una forma de promover una
adecuada formación en la
educación superior, es demandar en el profesorado el
conocimiento de las características de aprendizaje del
estudiantado, de modo tal que la acción docente atienda esa
caracterización y medie las estrategias de enseñanza y
aprendizaje para el logro del perfil establecido en el plan de estudios
acreditado. Méndez y González (2011, p. 6) indican que
“(…) toda estrategia docente que se idee debe partir del conocimiento
de cómo aprende el sujeto y cuáles son las variables que
se deben manipular en el contexto educativo para favorecer ese
aprendizaje (…)”.
Por otro lado, el
profesorado debe considerar la motivación que
tiene la persona en formación con el fin de estimular no
solamente el logro de la recompensa externa como aprobar el curso, sino
también la valoración social y el incremento de la
capacidad y profundidad del conocimiento. Arguedas (2010) afirma que
“aunque hay variables relacionadas con la motivación que no se
pueden cambiar, se puede determinar cuáles están sujetas
a modificaciones que influyan para que el estudiantado mantenga o
desarrolle su interés por aprender” (p. 31).
Esta investigación
respondió a las siguientes
interrogantes: ¿cuáles son las estrategias de aprendizaje
que utiliza el estudiantado de las carreras de Educación
Especial y Orientación?; ¿qué tipo de
motivación para el estudio tiene este grupo de estudiantes?
1. Estrategias de aprendizaje y
motivación
Para dar respuesta a las
cuestiones planteadas, se utilizaron los
aportes de Pintrich y García (1993), Pintrich, Smith,
García y McKeachie (1991, citados por Herrera y Lorenzo, 2009;
Herrera, Jiménez y Castro, 2011), quienes señalan que en
el estudiantado se pueden identificar tres tipos de estrategias de
aprendizaje: las cognitivas (repaso, elaboración y
organización de la información, además del
pensamiento crítico); las metacognitivas (relacionadas con
planificación, control y regulación de las actividades
que la persona realiza durante el aprendizaje); y las de
regulación de recursos (la organización del tiempo
asignado y del ambiente de estudio, el esfuerzo aplicado, el
aprendizaje con pares y la búsqueda de ayuda).
Por otra parte, se
mencionan como estrategias de aprendizaje las
siguientes: repaso, elaboración, organización,
pensamiento crítico, metacognición y
autorregulación, manejo de recursos (tiempo y ambiente),
regulación del esfuerzo, aprendizaje con pares y búsqueda
de ayuda, según Artino (2005). La investigación realizada
utilizó el aporte teórico señalado para
conceptualizar las estrategias de aprendizaje y de motivación
del estudiantado.
Se entiende por repaso la
actividad que lleva a la persona a repetir
información para sí misma, es decir, repasar los
materiales una y otra vez para incrementar la capacidad de
evocación de información (Credé y Philips, 2011;
Rotgans y Schmidt, 2010). Rinaudo, Chiecher y Donolo (2003) aclaran que
esta estrategia promueve un procesamiento superficial de la
información pues “(…) no ayudarían a construir conexiones
internas o a integrar la nueva información con el conocimiento
previo (…)” (p.109).
La elaboración son
todas aquellas estrategias cognitivas para
sintetizar e integrar información, tales como la toma de apuntes
o el parafraseo (Zhi Feng y Hung, 2010; Rotgans y Schmidt, 2010).
Por su parte, la
organización permite identificar las ideas
principales o conceptos claves de una información y las ordena
para lograr la resolución de problemas (Soprano, 2003).
También es definida como la habilidad para manejar las demandas
actuales o futuras de una tarea (Cooper-Kahn y Dietzel, 2008), que
promueven procesamientos cognitivos más profundos de la materia
a estudiar (Rinaudo, Chiecher y Donolo, 2003).
El pensamiento
crítico se comprende como la habilidad que tiene
cada estudiante para aplicar conocimientos previos a nuevos contextos,
o evaluar críticamente ideas y conceptos. Esta habilidad permite
desarrollar juicios reflexivos y realizar análisis de
información según el contexto (Zhi Feng y Hung, 2010).
La metacognición y
autorregulación permiten al
estudiantado monitorear su propio desempeño y compararlo con los
estándares de lo que se precisa o a partir de las metas
autoestablecidas. Además, le posibilitan reflexionar sobre la
efectividad de sus logros de aprendizaje (Cooper-Kahn y Dietzel, 2008;
Credé y Philips, 2011).
El manejo de recursos son
todas aquellas actividades que realiza el
estudiante para calendarizar, planificar y administrar el propio tiempo
de estudio y establecer metas realistas para el logro de los objetivos
propuestos (Rotgans y Schmidt, 2010). El ambiente es considerado parte
de los recursos de que se dispone, y se recomienda que sea tranquilo,
ordenado y relativamente libre de distractores visuales o auditivos
(Pintrich et al., 1991, citados por Rinaudo, Chiecher y Donolo, 2003).
La regulación del
esfuerzo es la perseverancia que muestra la
persona en el estudio aun cuando el material sea aburrido o
difícil y demande un gran esfuerzo (Rotgans y Schmidt, 2010).
El aprendizaje con pares
es la capacidad para estudiar
colaborativamente con otras personas y realizar grupos para este fin
(Rotgans y Schmidt 2010), mientras que buscar ayuda se da cuando el
estudiantado muestra la habilidad de solicitar la asistencia o ayuda a
compañeros de clase o docentes cuando se enfrenta a dificultades
en el proceso de aprendizaje (Rotgans y Schmidt, 2010; Credé y
Philips, 2011).
Las estrategias
señaladas toman en cuenta la diversidad de
formas de organización del trabajo individual y grupal para el
logro de los aprendizajes universitarios.
Otro tema de
interés en esta investigación fue la
motivación para el estudio. Para comprender este tema se debe
explorar la motivación intrínseca, la extrínseca,
el valor de la tarea, el control de las creencias hacia el aprendizaje,
las creencias de la autoeficacia para el aprendizaje y el rendimiento,
así como la ansiedad (Pintrich, Smith, García, y
McKeachie, 1991, citados por Artino, 2005). A continuación, se
explican cada una de estas.
La motivación
intrínseca le permite al estudiantado
asumir una tarea de aprendizaje con deleite e interés (Rotgans y
Schmidt, 2010; Hong, Greene y Hartzell, 2011). Es probable que una o un
estudiante motivado intrínsecamente realice actividades que le
signifiquen un desafío cognitivo o esté dispuesto a
desarrollar tareas de aprendizaje que le exijan un pensamiento
más profundo (Rinaudo, Chiecher y Donolo, 2003). Si las personas
intrínsecamente motivadas cometen un error, deducen que es una
forma de conocer en la que no está haciendo algo bien (Arguedas,
2010).
La motivación
extrínseca es aquella que experimenta la
persona cuando se compromete con una tarea de aprendizaje para buscar
reconocimiento y recompensa (Hong, Greene y Hartzell, 2011; Rotgans y
Schmidt, 2010). Las personas con este tipo de motivación
realizan su trabajo por presión y por no reprobar, produciendo
un aprendizaje menos creativo (Arguedas, 2010).
El valor de la tarea es
uno de los dos componentes clave necesarios
para comprender las conductas de logro y los resultados
académicos de cada estudiante; se refiere al grado en que
consideran que una tarea académica tiene valor o vale la pena
ser realizada (Liem, Lau y Nie, 2007). Los juicios que realiza el grupo
de estudiantes sobre qué tan interesante, útil e
importante es una tarea, condicionan el grado de involucramiento que va
a asumir (Rotgans y Schmidt, 2010).
El control de las
creencias hacia el aprendizaje corresponde a las
creencias del estudiantado de que los resultados devienen de su propio
esfuerzo y no a factores externos como el docente, por lo que, a mayor
empeño, es mayor la posibilidad de obtener resultados positivos
(Zhi Feng y Hung, 2010; Rotgans y Schmidt, 2010).
Las creencias de la
autoeficacia para el aprendizaje y el rendimiento
llevan al estudiantado a tener confianza de realizar las tareas que se
le asignan (Credé y Philips, 2011). La autoeficacia incorpora la
expectativa del éxito, es específica del desempeño
de la tarea y de los juicios sobre la propia habilidad de completar una
tarea y confiar en las propias habilidades para realizarla (Rotgans y
Schmidt, 2010).
Por último, la
ansiedad es la emoción negativa o la
preocupación que genera la realización de pruebas y
exámenes (Zhi Feng y Hung, 2010).
Las teorías sobre
la motivación tienen un gran valor para
el profesorado en la educación superior, porque facilitan el
entendimiento de las conductas hacia las tareas, así como del
rendimiento.
2.
Método
Se trata de una
investigación cuantitativa de tipo descriptivo.
Según Hernández, Fernández y Baptista (2010) este
enfoque recolecta datos para realizar análisis
estadístico y determinar formas de comportamiento en el grupo
examinado. Además, es de tipo descriptivo pues mide las
variables de estudio y las describe sin dar una explicación de
la forma como se relacionan. Más bien, contribuye a tener un
panorama más amplio y preciso de las estrategias de aprendizaje
y la motivación del grupo de estudiantes que participaron.
Participantes y contexto
de aplicación
Participó el
estudiantado de las carreras del Bachillerato en
Ciencias de la Educación con énfasis en Educación
Especial y de la Licenciatura y Bachillerato en Ciencias de la
Educación con énfasis en Orientación presentes en
los cursos del segundo ciclo del 2012 en el momento de la
aplicación. La participación fue voluntaria y se
visitó un curso por nivel para un total de 80 estudiantes de
Educación Especial y 100 de Orientación (Tabla 1).
Instrumentos
La aplicación de
instrumentos se realizó en la primera
semana del mes de diciembre del año 2012.
Debido a los objetivos
planteados, se utilizaron los cuestionarios de
Técnicas de estudio y el Motivated Strategies for Learning, que
han evidenciado confiabilidad estadística en otras
investigaciones, la cual se expondrá a continuación.
El Cuestionario de Técnicas de
estudio fue diseñado y
aplicado por Herrera y Lorenzo (2009) y Herrera, Jiménez y
Castro (2011) con estudiantes de primer y último año de
psicología y docencia en cuatro universidades españolas.
Este instrumento tiene una confiabilidad interna de α = 0.72 y
está integrado por cuatro secciones que abordan los siguientes
aspectos:
I sección: Datos de
identificación de las personas
participantes, tales como sexo y edad. Además, pregunta por la
titulación y especialidad, curso y vía de acceso a la
universidad. Sin embargo, estos aspectos no se consideraron pertinentes
para la realidad del estudiantado de las carreras de Orientación
y Educación Especial.
II sección: Son ítems
que permiten conocer el lugar y las
condiciones de estudio del grupo de estudiantes. Estos ítems
obtuvieron un α = 0.65 .
III sección: Con un α = 0.67,
se exploran las estrategias que
cada estudiante utiliza para organizar el estudio, dentro de las cuales
se incluye planificación del tiempo de estudio y la
información que utiliza para establecer prioridades a la hora de
estudiar.
IV sección: Interesa conocer
la frecuencia de algunas
estrategias que se dan antes, durante y después del estudio.
Esta sección presentó un α = 0.82 .
Por su parte, el
cuestionario Motivated Strategies for Learning (MSLQ)
de Pintrich, Smith, García, y McKeachie (1991, citado por Artino
2005) aportó reactivos para medir la motivación del
estudiantado en el aprendizaje. Según explica Artino (2005), el
MSLQ está compuesto por 81 ítems, agrupados en dos
categorías:
1. La motivación:
se compone de 31 ítems. El MSLQ valora
las metas y las creencias que tiene cada estudiante de las habilidades
para enfrentar un curso y la ansiedad ante las pruebas. Según la
tabla 2, este conjunto de reactivos se agrupan
en las siguientes
subescalas y sus respectivos valores del coeficiente alfa.
2. Las estrategias de
aprendizaje: explora, con 50 ítems, las
estrategias cognitivas y metacognitivas de uso frecuente para el
estudiantado y se encuentran agrupados en nueve subescalas tal y como
se muestra en la tabla 3.
Descripción
del cuestionario elaborado para esta
investigación
Las investigadoras se
dieron a la tarea de unir los cuestionarios
Técnicas de Estudio y el MSLQ. Para esto se hizo una
discusión de los diferentes ítems que contenían
cada uno y las similitudes existentes. Es importante anotar que, debido
a que el MSLQ enfoca el interés a la motivación aplicada
a un curso puntualmente, se hizo la adaptación en la
redacción para que el estudiantado valorara su motivación
para la carrera y se eliminaron algunos ítems. El cuestionario
quedó estructurado inicialmente con un total de 115 reactivos.
Para la validación
de contenido se solicitó la
evaluación de tres personas expertas con grado de
maestría y experiencia en la docencia universitaria. Se
seleccionaron los ítems que presentaron el acuerdo de al menos
dos jueces, para un total de 59 reactivos en la versión final.
Se les solicitó a las estudiantes del Bachillerato en Ciencias
de la Educación con énfasis en Educación Especial
de II y III nivel (Recinto de Guápiles, Universidad de Costa
Rica) que hicieran una revisión del instrumento para corroborar
la claridad y comprensión de los ítems.
• I
parte de datos generales: para esta
investigación se incluyeron las variables
sociodemográficas de sexo, edad, estado civil, trabajo
remunerado, jornada de trabajo. Además, se incorporaron otros
aspectos para caracterizar la condición del grupo de
estudiantes, tanto en el
contexto de la Universidad como en la carrera
tales como: tipo de opción en la elección de la carrera,
si está cursando otra carrera; cantidad de cursos matriculados
en la Universidad y en la carrera; y la valoración de la
percepción del grado de dificultad de la carrera.
• II
parte: con 59 reactivos se pretendía
medir las estrategias de estudio y la motivación para el
aprendizaje.
3.
Análisis de los datos
La información
recopilada se procesó con el programa SPSS
(versión 20). Para considerar las propiedades
psicométricas de los reactivos se utilizó la
correlación de cada ítem con la totalidad del
instrumento. Se seleccionaron aquellos ítems que alcanzaron el
estadístico ≤0.25, para un total de 25 ítems con un Alfa
de Cronbach de α=0.785 para medir los siguientes indicadores:
motivación (intrínseca, extrínseca y ansiedad) y
estrategias de aprendizaje (repaso, elaboración,
organización, pensamiento crítico, metacognición,
manejo de recursos y buscar ayuda). Los ítems se pueden
consultar en el anexo 1.
4.
Análisis de los resultados
A continuación, se
exponen los resultados obtenidos de la
aplicación del cuestionario que permitieron identificar las
estrategias de aprendizaje y el tipo de motivación del
estudiantado de ambas carreras. Es necesario aclarar que en
Orientación no se presentaron diferencias significativas entre
las respuestas de los estudiantes del nivel de bachillerato con el de
licenciatura.
Características
de la población informante
Se puede observar en la
Tabla 4 que, para ambas carreras, la mayor
cantidad de estudiantes son mujeres, solteras, no trabajan o realizan
jornadas de trabajo por horas. La edad promedio para Educación
Especial es de 21 años y en la carrera de Orientación,
23.
En la siguiente tabla se
resumen las características personales
y académicas del estudiantado participante.
De acuerdo con las
características académicas, se
presenta en común que una cuarta parte afirma estar empadronado
en otra carrera, de la cual poco más del 60% es del área
de las Ciencias Sociales (47% son de la Facultad de Educación
para los estudiantes de Educación Especial y un 31% en el caso
del estudiantado en Orientación). Para el 36% de
Educación Especial, esta fue su primera opción de carrera
al ingresar a la Universidad, mientras que en Orientación fue el
50%.
Como otra
característica académica, se observa que el
grupo de estudiantes de Educación Especial matricula más
cursos (cinco cursos, de los cuales cuatro corresponden a la carrera) y
de manera consistente asigna más número de horas para
estudiar ( =16 horas semanales). Por su parte,
el estudiantado de la
carrera de Orientación matricula 4 cursos de la carrera y
asigna 12 horas semanales para estudiar.
Dado lo anterior, es
criterio de las investigadoras que los resultados
obtenidos son pertinentes a la realidad de ambas carreras, en cuanto a
que la mayoría del estudiantado son mujeres y en la carrera de
Orientación se matriculan personas de más edad que el
promedio.
Con respecto a la
valoración de la carrera, un 56% indica que
tiene la misma dificultad que otras carreras de educación y un
62% indica que tiene el mismo grado de dificultad con respecto a otras
áreas.
Motivación
Para el análisis de
este apartado se incluyeron los indicadores
de motivación intrínseca y extrínseca y ansiedad
ante los exámenes.
Con respecto a la motivación intrínseca,
los grupos de
ambas carreras coinciden en que les resulta satisfactorio tratar de
comprender el contenido que se presenta en los cursos, tan
profundamente como sea posible (88%). Un porcentaje menor (72%) se
refiere a que lo más importante es mejorar el promedio general,
así que el objetivo a lograr en los cursos de la carrera es
obtener una buena nota. De esta manera, se puede afirmar que el
estudiantado es motivado por la nota, pero es más importante
interiorizar y profundizar en los aprendizajes, por lo tanto, implican
un desafío cognitivo y están dispuestos a desarrollar
tareas de aprendizaje que exigen un pensamiento más profundo.
Del indicador motivación extrínseca,
el 74% de
estudiantes opinan que quieren hacer bien las cosas para demostrar sus
capacidades a las personas que les son significativas. En este sentido,
la formación profesional permite desarrollar y potencializar
habilidades profesionales que pueden ser manifestadas en diferentes
ámbitos como el familiar y el laboral, los cuales proveen el
reconocimiento y recompensa que caracteriza este tipo de
motivación.
Según lo anterior,
es oportuno invitar al profesorado de ambas
carreras a reflexionar si la entrega de la docencia es coincidente con
los aspectos que motivan tanto intrínseca como
extrínsecamente al estudiantado, considerando los espacios de
aprendizaje como una oportunidad para la interiorización de
conocimientos y el desarrollo de habilidades disciplinares.
Otro indicador que se
exploró fue la ansiedad
que genera en el
estudiantado el examen, por lo que se indagó la frecuencia del
uso de esta estrategia en ambas carreras y el nivel de agrado por parte
de las personas informantes.
En el caso de
Educación Especial se incluyen exámenes en
el 75% de los cursos y en Orientación en el 50% de los cursos.
Al consultarles el nivel de agrado por esta estrategia, es mayor el
porcentaje de estudiantes de Educación Especial que se
mostró indiferente (45%), mientras que el estudiantado de
Orientación tiende a la opción del desagrado (40%).
Del grupo de estudiantes
participantes de ambas carreras, un 21%
reconoce que le agradan los exámenes como estrategia de
evaluación, por lo que el 79% restante podría sentirse
poco motivado en los cursos que los incluyan. Al consultarles sobre sus
reacciones, el 51% admite que siente nervios cuando realiza
exámenes, pero no todos tienen manifestaciones físicas de
ansiedad como el latido acelerado del corazón (26%) y
sensación de inquietud y malestar (38%). Un 59% piensa en las
preguntas que no pudo responder al salir del examen y las corrobora con
los apuntes que ha realizado en el curso (54%); el 57% analiza las
posibles consecuencias ante una baja calificación. Contrario a
lo que se podría esperar, el estudiantado presenta niveles
aceptables de ansiedad ante los exámenes, es decir, no genera
emociones negativas o preocupación; para la mitad del grupo, una
vez concluida la prueba no hay preocupación por el resultado o
por corroborar las respuestas.
Técnicas
de estudio
El estudiantado de ambas
carreras coincide en que prefiere estudiar
todos los días de la semana. Sin embargo, el porcentaje de
estudiantes de Educación Especial con una franja horaria de
estudio definida (de 7 pm. a media noche) es mayor que el grupo de
estudiantes de Orientación en este mismo horario, tal y como se
detalla en el Gráfico
1. Es interesante observar que ambos
grupos coinciden en los horarios en que inician el estudio, pero el
grupo de Educación Especial concluye en horas más
avanzadas de la noche; esto podría justificarse por el hecho de
que, en promedio, matriculan más cursos y, por lo tanto, dedican
más horas de estudio.
A continuación, se
exponen los resultados de los indicadores:
repaso, elaboración, organización, pensamiento
crítico, metacognición y autorregulación, manejo
de recursos y búsqueda de ayuda.
Para el indicador repaso,
el grupo de examinados y examinadas indica
que realiza una ojeada rápida a la materia antes de profundizar.
Sin embargo, el estudiantado de Orientación repasa los apuntes
más que el de Educación Especial (46%, 40%
respectivamente, p < .05), pero los estudiantes de esta
última carrera leen con mayor frecuencia sus comentarios
anotados y repasan las lecturas en varias oportunidades (62%, 22%
respectivamente, p < .05). La estrategia de repaso puede ser
utilizada por el profesorado de ambas carreras para priorizar los
conceptos y los contenidos que son importantes para la disciplina,
teniendo en cuenta que promueve un procesamiento superficial de la
información y facilitan la capacidad de evocación.
Como es evidente, en ambos
grupos se observan diferencias en las
técnicas de repaso, por lo tanto, el profesorado puede hacer uso
de estas estrategias para mediar los aprendizajes en el aula, o bien
incentivar el uso de aquellas otras que se utilizan de manera menos
frecuente o no se conocen.
Para el indicador
elaboración, el estudiantado de ambas carreras
considera que no es necesario el uso de muchas palabras en la
elaboración de esquemas, los cuales son más usados que
los mapas conceptuales. Sin embargo, el grupo de Educación
Especial utiliza más esta técnica que los de
Orientación (49%, p < .05). Ambos grupos se dividen en igual
porcentaje al utilizar o no utilizar frases de los apuntes, libros y
otros materiales del curso para realizar los esquemas.
Cuando el estudiantado de
ambas carreras se refiere al uso de esquemas
y mapas conceptuales para estudiar, se puede afirmar que la
elaboración que hacen de los contenidos desarrollados durante la
clase, tiende a ser concreto, con pocas palabras y sistematizado. Este
tipo de estrategias favorece la integración de los diferentes
contenidos.
En cuanto al indicador organización, el 93% del
grupo de
estudiantes participantes subraya las ideas principales en el material
de estudio. Esto confirma el interés del estudiantado en
rescatar lo esencial de los contenidos estudiados para procesar
cognitivamente el material de estudio, por lo tanto, el profesorado
puede recurrir a una diversidad de estrategias para mediar el
aprendizaje; pero, a partir de los resultados de esta
investigación, se sugiere que, además, se le ayude al
estudiantado a establecer los conceptos claves.
Del indicador pensamiento crítico, se
observa que el 80% de
estudiantes indicó que procura aplicar las ideas de las lecturas
en otras actividades de aprendizaje, así como las exposiciones y
las discusiones en clase. Por lo tanto, el aprendizaje se construye
como una experiencia integrada, transferible a otras prácticas
de aprendizaje, evidenciando la existencia de temas transversales en la
formación que les permite unificar los conocimientos y el
desarrollo de juicios reflexivos.
En metacognición y
autorregulación, se observa que la
mitad del estudiantado emplea actividades tales como hacer preguntas
que les ayudan a enfocar la lectura y hacer uso de material que les
causa curiosidad, aunque se les dificulte entenderlo; además, el
60% prefiere tener material que los rete para aprender nuevas cosas.
Solamente el 42% admite que utiliza el diccionario para aclarar
términos o palabras confusas. El profesorado debe aprovechar el
interés que muestra el estudiantado por el desafío
cognitivo para ayudarlos a establecer metas de aprendizaje alcanzables,
mediadas por la autorregulación. En el indicador buscar ayuda,
se confirma esta situación porque solamente el 54% del
estudiantado reconoce que pregunta al profesor o profesora para
clarificar los conceptos vagos. En este sentido, un ambiente en el aula
en el que el estudiantado teme a equivocarse, puede ser una de las
razones para sentir ansiedad y poca confianza para pedir ayuda cuando
la necesita.
En cuanto al manejo de recursos, el 89% de
estudiantes procura tener a
mano la información y los materiales que requiere cada vez que
estudia y un 84% cuenta con computadora en el lugar que tiene dispuesto
para estudiar. Un porcentaje similar (87%) confirma que cuenta con un
grupo de pares para realizar los trabajos académicos y para
estudiar. En relación con este indicador, el estudiantado cuenta
con adecuadas técnicas y recursos para estudiar, lo cual se
puede valorar como un factor a favor del desempeño
académico.
5.
Conclusiones
Como parte del compromiso
de mejora y la búsqueda de la calidad
que tienen ambas carreras, es necesario profundizar en las
características demográficas y de aprendizaje del
estudiantado para ofrecer una respuesta educativa acorde a este perfil.
En función de los
objetivos propuestos en la
investigación, se presentan las características en las
estrategias de estudio y la motivación de la población
consultada.
El estudiantado de
Educación Especial y Orientación
estudia todos los días de la semana y lo hace especialmente en
la franja horaria de 7 p.m. a media noche. Los de Educación
Especial realizan el repaso con una “ojeada” rápida a la
materia, leen con mayor frecuencia los comentarios anotados y releen
las lecturas en varias oportunidades antes de profundizar; en el caso
de Orientación, revisan los apuntes. El grupo de docentes puede
incentivar al estudiantado a controlar su trabajo elaborando un horario
de estudio como estrategia adicional de motivación. Con respecto
a las estrategias de estudio, se recomienda un aprendizaje en
profundidad más que uno superficial. Este tipo de aprendizaje
ayuda a relacionar la teoría con la vivencia, retomando la
relevancia que tiene para la persona.
Para el indicador
elaboración, el estudiantado de ambas carreras
considera que no es necesario el uso de muchas palabras en la
elaboración de esquemas, los cuales son más usados que
los mapas conceptuales. En la organización, el subrayado de las
ideas principales en el material de estudio es la estrategia más
utilizada. Aunque esta técnica de asociación demanda poco
tiempo y esfuerzo, no hay un entendimiento real de los conceptos. En
cuanto al pensamiento crítico, tiende a aplicar las ideas de las
lecturas en otras actividades de aprendizaje como las exposiciones y
las discusiones en clase. En este sentido, el pensamiento reflexivo
individual ayuda a apropiarse de los aprendizajes.
En metacognición y
autorregulación, el grupo de
estudiantes utiliza actividades como hacer preguntas que les ayudan a
enfocar la lectura, hacer uso de material que les causa curiosidad,
aunque se les dificulte entenderlo y prefiere tener material que los
rete para aprender nuevas cosas. No siempre utilizan el diccionario
para aclarar términos o palabras confusas. Al respecto, el grupo
docente puede proveer estrategias didácticas que proporcionen
las condiciones básicas para que los procesos metacognitivos se
puedan dar, como, por ejemplo, estimular la exploración de los
estilos de aprendizaje y el uso de recursos que están al
alcance, como el diccionario.
En el manejo de recursos,
la mayoría de estudiantes procura
tener a mano la información y los materiales que requiere cada
vez que estudia, y cuenta con computadora en el lugar que tiene
dispuesto para estudiar. Además, se organizan en grupo para
realizar los trabajos académicos y para estudiar. Un trabajo en
grupo productivo proporciona la oportunidad para la ayuda mutua de la
resolución de tareas, pero el profesorado también puede
estimular el análisis de controversias conceptuales.
En relación con la
motivación para el estudio, el grupo
de estudiantes indica, con respecto a la motivación
intrínseca, que les resulta satisfactorio tratar de comprender
el contenido que se presenta en los cursos de la carrera, tan
profundamente como sea posible, y lo más importante es mejorar
el promedio general. En motivación extrínseca, valoran la
posibilidad de demostrar sus capacidades a las personas que les son
significativas, por lo tanto buscan el reconocimiento. El profesorado
puede valorar el tipo de motivación que cada una de las
estrategias de enseñanza y evaluación provoca en su
grupo.
Ante la ansiedad que
genera el examen en el estudiantado, pocos
reconocen que les agradan los exámenes como evaluación,
pero sólo la mitad manifiesta emociones negativas o
preocupación. Aunque esta estrategia se asocia con
motivación externa, es necesaria para la valoración de
los aprendizajes y cada docente puede estimar si beneficia el propio
desarrollo o si genera desagrado por miedo al fracaso.
El profesorado de ambas
carreras puede utilizar la información
que se desprende de esta investigación para mediar un
aprendizaje significativo, con estrategias de uso frecuente, o bien
implementar otras que se ajusten a las motivaciones del estudiantado.
Ante los resultados
obtenidos se recomienda al profesorado de la
Escuela promover en el estudiantado las estrategias de aprendizaje que
se señalan en el referente teórico, y que no son
utilizadas por el estudiantado, tales como la regulación del
esfuerzo y el aprendizaje con pares. Esta última genera,
incluso, la interdependencia positiva entre el grupo de estudiantes.
Del mismo modo, con la
motivación, el profesorado puede hacer
uso de la valoración de las diferentes tareas que realizan para
adquirir el aprendizaje, controlar las creencias hacia el aprendizaje,
la propia eficiencia y el desempeño personal para el
éxito académico.
6.
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Correspondencia a:
1 Profesora de la
Escuela de Orientación y
Educación Especial, Universidad de Costa Rica. Licenciada en
Educación con Énfasis en Orientación, Bachiller en
Estadística. Dirección electrónica:
sonia.parrales@ucr.ac.cr
2 Profesora de la Escuela de Orientación y Educación
Especial, Universidad de Costa Rica. Investigadora del Instituto de
Investigación en Educación (INIE). Máster en
Evaluación Educativa. Dirección electrónica:
julieta.solorzano@ucr.ac.cr
Recibido: 1
de julio, 2013 Corregido: 3 de octubre, 2013
Aprobado: 12 de diciembre, 2013