Diagnóstico e Intervención en Escuelas desde la Política de Convivencia
Escolar y Enfoque de Derechos Humanos
Diagnosis and Intervention in Schools from Living School Policy and
Human Rights Approach
María Luisa Arancibia Muñoz1
1 Universidad de Concepción, Chile. Socióloga, Magister en Políticas
Sociales. Se dedica a aportar en la docencia en las líneas de la
Sociología de la Educación y Metodología de la Investigación. Dirección
electrónica: mluisaarancibia@gmail.com
Dirección para correspondencia
Resumen
El propósito de este artículo es describir y reflexionar sobre las
principales intervenciones que formaron parte del Proyecto de
Convivencia Escolar, ejecutado en establecimientos educacionales de la
comuna de Chiguayante, en el marco del Fondo de apoyo a la Gestión
Municipal Plan Comunal de Seguridad Pública. Este proyecto se enmarcó
en un diseño de investigación-acción, ya que pretendió aportar en la
transformación y praxis educativa. Los resultados más importantes de la
fase diagnóstica del proyecto escolar dan cuenta de climas tóxicos en
las escuelas, en términos comunicacionales, abordaje de conflicto,
empatía y espacios de convivencia. A partir de estos resultados
surgieron varias intervenciones en las escuelas siguiendo con los
lineamientos de la política de convivencia escolar y el enfoque de
derechos humanos. En la línea de entrenamiento a actores educativos
claves, se implementó un circuito de capacitaciones en modalidad
teórico-práctica con el equipo docente. También se generaron espacios
de capacitación y reflexión sobre convivencia escolar para la población
estudiantil. En la línea de sensibilización y difusión a padres, madres
y apoderados, se entregó información y herramientas en temas de
prevención de la violencia. Sobre el mejoramiento de espacios físicos
de convivencia se construyeron de asientos, diseño de murales,
hermoseamiento colectivo de salas de clases y la construcción de una
sala de encuentro para estudiantes. La conclusión más relevante acerca
de las intervenciones realizadas se basa en la necesidad de debatir y
visibilizar la política de convivencia en las escuelas y, por otro
lado, que el enfoque de derechos humanos sea aplicado de manera
transversal en las escuelas, procurando educar para la paz, la
tolerancia y la aceptación de la diversidad cultural.
Palabras clave: Proyecto de intervención, convivencia escolar, derechos
humanos, espacios de convivencia, Chile
Abstract
The purpose of this article is to describe and reflect on the key
interventions that were part of School Coexistence Project, implemented
in educational institutions in the district of Chiguayante, in the
framework of the fund to support the Community Management Plan
Municipal Public Security. This project was part of a research design
action as intended to contribute to the transformation and educational
praxis. The most important results of the diagnostic phase of the
school project realize toxic climates in schools, in terms of
communication, conflict management, empathy and living spaces. From
these findings are several interventions in schools following the
guidelines of the policy of school life and the human rights approach.
On line training key educational actors, circuit training was
implemented in theoretical and practical mode with the teaching staff.
Training spaces and reflection on school life for the student
population were also generated in the line of awareness and
dissemination to parents and guardians, gave information and tools on
prevention of violence. On improving physical living spaces were built
seating, mural design, beautification group classrooms and the
construction of a meeting room for students. The most important
conclusion about interventions based on the need to discuss and
highlight the policy of coexistence in schools and on the other hand,
the human rights approach is applied transversely in schools, trying to
educate for peace, tolerance and acceptance of cultural diversity.
Keywords: Intervention of project, school coexistence, human rights,
living spaces, Chile
1. Introducción
Este estudio se basa en la implementación de un Proyecto de Convivencia
escolar ejecutado en 2 escuelas de administración municipal, en el
marco del Proyecto Comunal, Fondo de apoyo a la Gestión Municipal Plan
Comunal de Seguridad Pública, ejecutado entre 2008 y 2009, en la Comuna
de Chiguayante, región del Biobío, Chile. El equipo de trabajo estuvo
compuesto por profesionales que forman parte de distintas disciplinas,
entre las que se encuentran: sociología, pedagogía, psicología y artes.
Algunas características de las escuelas intervenidas es que formulan su
propio Proyecto Educativo Institucional (PEI), el cual se convierte en
una herramienta que recoge los principios y acuerdos entre todos los
actores educativos para orientar, de manera coherente, las decisiones
de una institución educativa; es una guía de la acción educativa que,
además, refleja la identidad de una escuela.
A nivel institucional, estas escuelas están regidas por la Política
Ministerial de Convivencia Escolar, entendida como “la coexistencia
pacífica de los miembros de la comunidad educativa, que supone una
interrelación positiva entre ellos y permite el adecuado cumplimiento
de los objetivos educativos en un clima que propicia el desarrollo
integral de los estudiantes” (MINEDUC, 2012, p. 20); esta política
pretende ser un marco para las acciones que el Ministerio de Educación
(MINEDUC) realice en favor del objetivo de aprender a vivir juntos, por
lo que cumplirá una función orientadora y articuladora del conjunto de
acciones que los actores emprenden en favor de la formación en valores
de convivencia, tales como: respeto por la diversidad, participación
activa en la comunidad, colaboración, autonomía y solidaridad. De esta
forma, la política de convivencia escolar se convierte en un eje
central de la formación ciudadana (MINEDUC, 2012). También, el diseño
de esta política responde a la necesidad de fortalecer el desarrollo y
logro de los objetivos fundamentales transversales presentes en el
currículo, que son base de la formación de ciudadanía y principios
democráticos.
A través de este proyecto de intervención, desde ahora denominado PCE
(Proyecto de Convivencia escolar), se observa que la política de
convivencia escolar se encuentra a un nivel de discurso en estas
escuelas, entre los directivos, sin lograr llegar a los niños y las
niñas y la planta docente, lo que se traduce en escasas acciones
concretas referidas al mejoramiento de la convivencia. En este sentido,
existe un nudo crítico que es la dificultad para transferir los
aprendizajes dispuestos por las políticas educativas, lo que hace
imprescindible un acompañamiento técnico que asegure la ejecución de
las directrices ministeriales, para que estos lineamientos se instalen
como parte de la cultura escolar. Desde ahí nace la idea de diseñar un
Proyecto de Convivencia escolar en 2 escuelas públicas. Es en este
contexto que el PCE buscó reconocer la necesidad de fortalecer las
capacidades y competencias de cada establecimiento educacional, para
abordar sus problemas de convivencia escolar, y se sugirió además que
las mismas comunidades trabajen en la solución de sus problemas,
mediante un acompañamiento técnico y sistemático. Este proyecto abarcó
un año de ejecución.
Los lineamientos del PCE están presentes en los objetivos del Plan
Estratégico 2008 del PADEM, que es un instrumento de planificación
estratégica que define los planes de acción de la comuna y que
configura las directrices de la política educacional municipal. Este
instrumento es elaborado por el DAEM, que es la dirección de
Administración de Educación Municipal, y que tiene como principal
función administrar las diversas escuelas que existen en la comuna. Uno
de los objetivos del plan estratégico y que se relaciona con la
convivencia escolar es “Mejorar la convivencia escolar y el desarrollo
personal de los educandos construyendo comunidades educativas
respetuosas de las personas humanas, democráticas e inclusivas, que
resuelvan pacíficamente sus diferencias en aras del bien común”. Por
otro lado, la definición ministerial define la educación como un
proceso permanente que abarca las distintas etapas de la vida de las
personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo moral,
intelectual, artístico, espiritual y físico, mediante la transmisión y
cultivo de valores, conocimientos y destrezas, enmarcados en nuestra
identidad nacional, capacitándolas para convivir y participar en forma
responsable y activa en la comunidad. (Ley 18962, 2006, p. 22)
Con base en estos lineamientos institucionales se ejecuta el PCE, que
persigue los siguientes objetivos:
a) Elaborar una caracterización de las prácticas de convivencia escolar
al interior de cada escuela (un diagnóstico de base para ejecutar las
acciones concretas del PCE)
b) Ofrecer espacios de reflexión sobre convivencia escolar a los niños
y las niñas, planta docente la dirección de las escuelas, apoderados,
padres y madres.
c) Activar los centros de estudiantes y apoderados con el fin de
generar instancias de diálogo y participación democrática entre los
actores educativos.
d) Recuperar espacios de convivencia escolar, como un factor importante
en el desarrollo de la cultura escolar.
Lo anterior sustenta el enfoque de intervención del proyecto, orientado
hacia los 3 niveles de prevención:
1. Prevención primaria: sensibilización, información y difusión de la
convivencia escolar como un eje fundamental que aporta a mejorar
aprendizajes y que favorece la retención escolar.
2. Prevención secundaria: apoyo y asesoría a la institución educativa y
los actores que la componen, para el abordaje de la convivencia escolar
y su mejoramiento. Involucra capacitación, habilitación de competencias
y acompañamiento en la transferencia de aprendizajes.
3. Prevención terciaria: atención especializada de carácter psicosocial
a estudiantes que lo requieran. Para esto se contempla la detección y
diagnóstico de los casos, desarrollo y ejecución de planes de
tratamiento y circuitos de derivación cuando sea necesario.
2. Enfoque teórico
2.1 Educación y enfoque de derechos humanos
Desde el punto de vista teórico, el PCE se basó en la Convención de los
Derechos del Niño (ejercer y participar de sus derechos), citando el
artículo N° 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que
expresa: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros” (ONU, 2013, p. 4). Por lo tanto,
se espera que en toda comunidad educativa que está al servicio de la
persona y de la sociedad, los derechos esenciales de la naturaleza
humana sean respetados, ejercidos y promovidos por cada uno de los
actores educativos: planta docente, población estudiantil, apoderados,
padres y madres y todas las personas que conforman los espacios
escolares.
La finalidad de la educación es promover la realización personal,
potenciar el respeto de los derechos humanos y las libertades, y
promover la tolerancia y el entendimiento. Así, la educación no debe
ser vista de manera instruccional, sino para el cumplimiento de
derechos civiles, políticos, económicos o sociales, desde que se adoptó
la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948 (Unicef, 2008).
Los 4 fundamentos de la Convención de los Derechos del niño son:
- No discriminación
- Interés superior del niño
- Derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo del niño en el
mayor grado posible
- Derecho del niño a expresar sus opiniones acerca de las cosas que le
afectan y a que se dé la debida importancia a sus opiniones en función
de su edad y madurez
El derecho a la calidad de la educación debe asumir ciertas
obligaciones base en el entendimiento de una educación basada en
enfoque de derechos humanos, como se expresa en la tabla 1(UNICEF,
2008).
El enfoque de derechos humanos exige entornos de aprendizajes
acogedores, que tengan presentes las diferencias sociales y donde se
genere, por lo tanto, espacios saludables y protectores. Un entorno
saludable debe brindar además, oportunidades seguras y estimulantes
para jugar y divertirse (UNICEF, 2008).
Desde ahí, convivir significa encontrarse y conversar, compartir
vivencias y construir espacios armoniosos, participar y cooperar
partiendo de la diversidad y el pluralismo, desde ahí la educación en
derechos humanos hace significativos aportes al proceso educativo y a
la convivencia en los centros escolares (Rodino, 2012). La convivencia
es el reflejo de una realidad diversa, en la que interaccionamos con
personas con intereses y necesidades diferentes a las nuestras, por lo
tanto, un reto para las escuelas es educar en derechos humanos y
convivencia (Ferrrero, 2007).
3. Fases del Proyecto de Convivencia escolar (PCE)
En la primera fase del proyecto de intervención se diagnosticó la
situación de la convivencia escolar en las escuelas intervenidas, para
lo que se aplicaron como técnicas de recolección de datos, el grupo de
discusión y la encuesta. Los resultados se analizaron con el fin de
definir líneas de acción del proyecto. A continuación se detalla cada
fase del proyecto de intervención.
3.1 Fase 1 Levantamiento de datos cualitativos y cuantitativos para el
diagnóstico de la convivencia escolar en cada escuela
El levantamiento de la información se llevó a cabo durante 2 meses y
contempló la definición de la naturaleza de la investigación, los
participantes y las técnicas de recolección de datos. Estos puntos son
desarrollados como sigue:
3.1.1 Diseño de investigación
En esta fase se caracterizaron las prácticas de convivencia escolar en
las escuelas donde se definió la muestra de estudio, y luego los
instrumentos metodológicos de medición.
El PCE se enmarcó dentro de la investigación-acción aplicada a la
educación interesada en indagar, cuestionar y resolver problemas.
En esta fase no solo nos dirigimos a la búsqueda de conocimiento, sino
que también a la transformación educativa (Pérez, 2004). Desde el
enfoque investigación-acción, buscamos interpretar la realidad de las
escuelas de manera diagnóstica, con el fin de analizar datos
cualitativos y cuantitativos para definir los lineamientos de acción
relacionados con la problemática de convivencia escolar; así también,
interpretar la realidad de las escuelas en cuanto a categorías
relevantes, como: espacios de convivencia, uso del poder, participación
y uso del enfoque de derechos humanos.
A través del diseño se posibilita experimentar la realidad tal como es
y dentro de ella, es clave la interacción con informantes, ya que “los
estudios cualitativos nos mantienen próximos al mundo empírico. Están
destinados a asegurar un estrecho ajuste entre los datos y lo que la
gente realmente dice o hace” (Taylor y Bogdan, 2000, p. 48). Es
relevante por lo tanto, conocer a los informantes desde la praxis misma
del quehacer social, lo cual le da un significado de realismo y validez
empírica, por lo que “la metodología cualitativa se refiere en su más
amplio sentido a la investigación que produce datos descriptivos: las
propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta
observable” (Pérez, 2004, p. 29). También se usó el enfoque
cualitativo, con el fin de profundizar y conocer la percepción en torno
a la convivencia escolar, desde el discurso de los agentes claves que
forman parte de la organización escolar.
3.1.2 Sujetos participantes
La muestra estuvo compuesta por estudiantes de segundo ciclo básico de
quinto a octavo año, de las escuelas intervenidas. La cantidad total de
niños y niñas es igual a 400, que corresponde a un 45% de hombres y un
55% de mujeres.
La muestra de docentes estuvo compuesta por los profesores jefes de
cada nivel, conformando 8 docentes por escuela; y se aplica un grupo de
discusión en cada escuela.
3.1.3 Técnicas de recolección de datos
La primera técnica utilizada en esta fase diagnóstica fue la
elaboración de un cuestionario adaptado y validado por el equipo de
profesionales del proyecto, para determinar la situación referida a la
convivencia escolar en las escuelas. Este instrumento buscó comparar
los resultados (planta docente y población estudiantil).
Las dimensiones sujetas a medición cuantitativa fueron:
- Dimensión abordaje de conflictos: caracterización de los conflictos
en la escuela, en términos de percepción, conocimiento de la normativa,
utilidad y justicia en su aplicación
- Dimensión comprensión empática: estilo de relaciones de la planta
docente y población estudiantil que promueven el respeto mutuo, y la
empatía frente a situaciones de dificultad.
- Dimensión comunicación: existencia de canales de comunicación claros
y expeditos
- Dimensión espacios de convivencia: percepción que se tiene de la
infraestructura de la escuela en cuanto a accesibilidad, utilidad y
actividades que se imparten.
La segunda técnica utilizada fue el grupo de discusión, previa
construcción de una pauta guía sobre categorías a discutir por docentes
de las escuelas, que fueron:
- Conocimiento y práctica del Reglamento de Convivencia
- Estrategias de resolución de conflictos .Comunicación con los niños y
niñas
- Conocimientos sobre el estilo para ejercer autoridad con la población
estudiantil
- Necesidad de espacios colectivos: patio, bancos, juegos, muros,
diarios murales, salas de clases.
3.1.4 Procesamiento de la información
La forma de procesamiento de la información para la fase diagnóstica
fue acorde con el modelo y la técnica de recolección de datos. Para el
caso de los grupos de discusión, se realizó un análisis de contenido,
pues este corresponde a un proceso analítico de decodificación de
información, basado en la construcción de indicadores y categorías
analíticas (González, 2000); en el caso del cuestionario se dio énfasis
a las medidas de tendencia central, principalmente media y tablas de
frecuencias.
3.1.5 Principales resultados por escuela de la fase I diagnóstica
Según los resultados cuantitativos, se observa en el gráfico 1, que en
la Escuela Bélgica los promedios más bajos relacionados con la opinión
de los docentes y estudiantes, son las dimensiones conductas y
conflicto; la percepción sobre la convivencia escolar es desfavorable
para ambos grupos, pero principalmente para los estudiantes, cuyos
promedios están todos por debajo del 4,0. Esto queda en evidencia en la
tabla 2, la cual muestra un promedio de 3,1 en cuanto a la opinión de
los estudiantes sobre el tema de conflictos en la escuela.
En relación con la empatía, la población estudiantil ve como un nudo
critico el tema del respeto entre pares y con sus profesores. El ítem
que obtiene mayor puntaje se relaciona con el refuerzo positivo que
reciben en caso de ser reconocidos en algún ámbito académico. Ver la
tabla 3.
Y por último, sobre espacios colectivos, la población estudiantil
declara no tener lugares cómodos para compartir, y que los existentes
son de difícil acceso. Ver tabla 4.
En el Gráfico 2 se observa que la planta docente de la Escuela
Balmaceda tiene una visión mejorada de la convivencia escolar, no así
la población estudiantil, que en términos de conflicto, promedia 2,5,
siendo el puntaje más alto un 4,0, también deficiente en la dimensión
comunicación. Sobre los conflictos, los niños perciben que en su
escuela hay muchos, y tienen una percepción de injusticia en cuanto a
la resolución de estos. Tales resultados se observan en la tabla 5.
En cuanto a la dimensión Comunicación, los estudiantes declaran que los
canales o instancias para comunicar inquietudes o para realizar alguna
actividad, no son óptimos. Ver tabla 6.
Sobre los resultados cualitativos generados de los grupos de discusión
dirigidos a docentes de las escuelas, previa codificación, se presentan
algunos hallazgos significativos y en la tabla 7.
3.1.6 Análisis de los resultados
Desde los distintos contextos educativos y según los resultados de la
caracterización de la convivencia escolar, no existe una reflexión
sobre lo que es educar para la paz y, en definitiva, se nota la
ausencia del enfoque de derechos humanos y de la política de
convivencia escolar. Lo que existe en las escuelas intervenidas son
ambientes hostiles, como lo señalaron los mismos docentes: “La
inseguridad que sentimos en lo violento y delictual de mi escuela”. Hay
una escasa aplicación de los principios fundamentales en que se basan
los derechos humanos: “la igualdad, tolerancia y no discriminación”.
Todo esto es manifestado por los mismos docentes entrevistados, quienes
dicen: “La injusticia en el trato hacia los profesores; la falta de
identidad de profesores, auxiliares, el maltrato a los humildes, la
forma déspota de hablar a los más débiles”. “La inseguridad, la
indisciplina de los alumnos y la falta de respeto”.
La violencia física declarada y la violencia simbólica más refinada
coexisten sin ninguna contradicción en la institución escolar, como lo
señalan los entrevistados: “La violencia se expresa en malos tratos,
groserías e insultos entre los alumnos”. “Indisciplina, falta de
comunicación”.
Los docentes también señalan disconformidad y una percepción de
injusticia sobre su quehacer profesional: “Necesita de una ‘catarsis’
de limpieza; transparencia en la gestión y adjudicación de horas y de
otros beneficios; mejorar el trato entre nosotros, prohibiendo levantar
la voz; pedir la participación de todos los docentes en las decisiones
que nos involucren, por ultimo asesorías en trabajo de mediación y
potenciación de aprendizaje”…el incumplimiento de normas; la falta de
respeto hacia el profesor y funcionarios en general la falta de apoyo a
los profesores”.
También hay un debilitamiento de los espacios de participación
deliberativa, como los consejos escolares. Según los entrevistados:
“…el centro de alumnos no funciona mucho”. “Hay una centro de padres
que no se conoce, solo se sabe que es una persona que es apoderado de
un niño y que está hace años, nadie lo saca”. Se generaliza al interior
de los establecimientos la percepción de los docentes de una baja
participación de los niños y niñas “…es que no participan, no les gusta
participar”.
La convivencia escolar tiende a quedar cristalizada en las reuniones de
curso como una norma, más que un principio orientador de integración
escolar. Los docentes opinan que es preciso recuperar espacios como
patios, que han estado en malas condiciones, hermosear la sala de
clases y trabajar en la creación colectiva de murales.
Sobre el ejercicio del liderazgo, opinan que se tiende a prácticas
autoritarias y, por otro lado, a no tener espacios de reflexión sobre
resolución de conflictos.
4. Fase 2 Intervención basada en enfoque de derechos y Política de
Convivencia Escolar
A partir de los resultados del diagnóstico inicial, se comenzó con la
Fase II del proyecto, que contempló cumplir con el objetivo de ofrecer
espacios de reflexión sobre convivencia escolar a los niños y niñas,
planta docente y la dirección de las escuelas. Las principales
actividades fueron:
a) En la línea de gestión directiva, se intentó instalar la convivencia
escolar como un tema institucional que produjera acciones concretas de
mejoramiento, desde el rol de los distintos equipos y actores. Este
proceso fue gradual, contemplando la capacitación, la habilitación de
competencias y el acompañamiento en la transferencia de aprendizajes.
Se buscó incorporar el tema de la convivencia escolar en los
instrumentos de política y gestión institucional.
b) En la línea de entrenamiento a actores educativos clave, se
implementó un circuito de capacitaciones en modalidad teórico-práctica
con el equipo docente, inspectores generales, niños y niñas otros
integrantes de la comunidad que se identificaron como relevantes para
el mejoramiento de la convivencia. Este entrenamiento tuvo como foco el
desarrollo de competencias técnicas y relacionales que permitieron la
resolución pacífica de conflictos.
c) También se generaron espacios de capacitación y reflexión sobre
convivencia escolar para la población estudiantil, planta docentes,
dirección de las escuelas y apoderados de estas. Se realizaron talleres
de reflexión sobre diagnóstico y compromiso de acompañamiento por parte
del equipo del proyecto, a estudiantes con problemas de convivencia
escolar. Asimismo, se reflexionó sobre el rol del profesor jefe, las
estrategias de resolución de conflictos y la percepción de convivencia
escolar para directivos. También hubo talleres sobre procesos de
democratización al interior de la escuela (caso de los Centros de
Padres y Apoderados), talleres de recuperación de espacios colectivos,
reflexiones y sistematización de datos que dan cuenta de la percepción
de espacios que favorecen u obstaculizan una sana convivencia escolar.
d) Para desarrollar esto se utilizaron las reuniones de apoderados
(escuelas para padres), los talleres focalizados, las jornadas abiertas
y el diseño e implementación de campañas.
Sobre el objetivo “Mejorar los espacios de encuentro y convivencia
entre pares.”, se recuperó los siguientes espacios colectivos:
a) Mejoramiento de espacios físicos de convivencia, como una sala de
encuentro diseñada por estudiantes.
b) Hermoseamiento del patio para niños y niñas de primer ciclo, con la
solidaridad y trabajo en equipo de padres, madres y población
estudiantil, así como todos los actores relevantes en la escuela.
c) Construcción de asientos, diseño de murales y hermoseamiento
colectivo de salas de clases.
d) Acompañamiento de procesos de mejora de la convivencia: se estimuló
la generación de proyectos propios a través de propuestas innovadoras y
pertinentes de los distintos actores educativos, para favorecer la
responsabilidad y autonomía progresiva en el tratamiento de la
convivencia escolar.
En el cuadro 8, se detalla la cantidad de talleres y capacitaciones
realizadas.
5. Conclusiones
La opinión de docentes y estudiantes es muy relevante, pues expresan en
forma reiterada su preocupación por una serie de situaciones que
obstaculizan la convivencia en las escuelas: desde dificultades en la
forma de relacionarse, que afectan el clima escolar, hasta la poca
tolerancia y respeto por el otro. Los desafíos críticos por delante son
los que el Informe Delors identificó con simplicidad y exactitud entre
los grandes fines de la educación: aprender a ser y aprender a vivir
juntos / convivir (UNESCO, 1996), que son precisamente las metas que
persigue la educación en derechos humanos. Es necesario construir y
sostener condiciones que aseguren la buena convivencia y el aprendizaje
seguro, como parte de su función formativa, entendiendo que la
convivencia escolar es un elemento constitutivo de un proceso escolar
satisfactorio y productivo.
En el marco del diagnóstico de la convivencia escolar, es claro que
estas instituciones no privilegian la comunicación, el respeto mutuo,
el diálogo y la participación, lo que generando un clima tóxico.
A pesar de estos resultados, los intentos del PCE fueron generar
espacios y reflexiones basados en el respeto y la tolerancia por los
estudiantes y todos los actores que conforman una escuela: se trató de
instalar una convivencia democrática. En el marco de la intervención de
este proyecto de convivencia escolar, el trabajo realizado durante un
año se enmarcó en la política de convivencia escolar y los lineamientos
centrales del enfoque de derechos humanos. Creemos en la necesidad de
que todos los actores educativos apuesten por un discurso práctico que
se concrete en actividades con sentido y reflexiones del quehacer
pedagógico, desde un currículo que tienda hacia un fundamento ético y
cognitivo, y no a una ingenuidad de alfabetización cognitiva que
esconda lo verdadero, lo humanista, como ya señalaba Freire (2005).
La política de convivencia debe enfatizar los valores de autonomía,
diálogo, respeto y solidaridad, así como la participación democrática y
el desarrollo de la conciencia crítica son claves para que niños y
niñas se desarrollen de manera integral. La educación basada en los
derechos humanos debe estar presente tanto en los contenidos
contemplados en los planes y programas de estudio, como en las
relaciones que se establecen entre los miembros de la comunidad
educativa, y en la gestión y la vida cotidiana de la escuela (Ferrero,
2007). Si los actores educativos se sienten tranquilos y protegidos
dentro de su escuela e interactúan de manera respetuosa, se favorece el
aprendizaje de los derechos humanos de manera práctica, donde radica la
importancia de educar para la vida y para una sociedad más igualitaria.
Y por último, si los niños y niñas y la planta docente se forman con el
enfoque de derechos humanos, su comprensión de lo cotidiano permitirá
generar interacciones más pacíficas, respetuosas y seguras para todos,
ya que el énfasis de esa formación se pone en los valores, actitudes y
comportamientos que deben regular los vínculos entre sujetos de
derecho. En síntesis, es preciso que, mediante estos proyectos basados
en mejorar la convivencia escolar, las escuelas entiendan y reflexionen
sobre qué es educar en derechos humanos, educar para la paz como eje
central de la formación integral de niños y niñas de todas las escuelas.
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Correspondencia a:
María Luisa Arancibia Muñoz. Universidad de Concepción, Chile. Socióloga, Magister en Políticas
Sociales. Se dedica a aportar en la docencia en las líneas de la
Sociología de la Educación y Metodología de la Investigación. Dirección
electrónica: mluisaarancibia@gmail.com
Artículo recibido: 29 de setiembre, 2013 Devuelto para corrección: 18
de diciembre, 2013 Aprobado: 15 de mayo, 2014