Comunidades de Aprendizaje: Una Opci�n Educativa para la Poblaci�n
Costarricense en Desventaja Social y en Condici�n de Vulnerabilidad
Learning Communities: An Option for the Costa Rican Socially Challenged
and Under Vulnerable Condition Population
Florlenis Ch�vez Ponce1
1 M�ster en Planificaci�n Curricular, candidata a Doctora del Programa
Latinoamericano de Doctorado en Educaci�n de la Universidad de Costa
Rica, actualmente, Asesora Nacional en Estudios Sociales del Ministerio
de Educaci�n P�blica de Costa Rica. Direcci�n electr�nica:
florlenis@gmail.com
Direcci�n para correspondencia
Resumen
Este ensayo ofrece elementos fundamentales para brindar una respuesta a
los requerimientos, intereses y necesidades de una poblaci�n en rezago
educativo y en desventaja social, que las ubica en condiciones de
vulnerabilidad, para lo cual se plantea el concepto de comunidades de
aprendizaje, a partir del proyecto educativo del Centro Especial en
Teor�as y Pr�cticas Superadoras de Desigualdades (CREA) de la
Universidad de Barcelona, Espa�a. La base de esta propuesta es la
actuaci�n exitosa de la formaci�n de familias, la cual se enfoca en la
transformaci�n social y educativa, mediante el aprendizaje dial�gico,
supuesto en el que se comunican las personas que integran esas
comunidades sin que medien relaciones de poder de unos sobre otros.
Aunque se enmarca en el sistema educativo costarricense, las
conclusiones son transferibles a otros contextos sociales, en las que
sea preciso acercar a las familias para trabajar de manera coherente
entre la comunicaci�n que reciben en sus hogares y en la escuela y con
ello incorporar los n�cleos familiares a los procesos educativos.
Palabras clave: comunidades de aprendizaje, desventaja social,
vulnerabilidad, aprendizaje dial�gico, formaci�n de familias, Costa Rica
Abstract
This essay presents fundamental elements in order to provide an answer
to the requirements, interests, and needs of a lagged and socially
challenged population which place this population in conditions of
vulnerability for which the concept of learning communities is
presented taking as reference the educative project of the Special
Center in Theories and Overcoming Practices of Inequalities (CREA) of
the University of Barcelona, Spain. The basis of this proposal is the
successful performance at shaping families, which focuses on the social
and educative transformation through dialogic learning; it takes for
granted that people that form these communities communicate with no
presence whatsoever of power among others. Although it is conceived
within the Costa Rican educational system, the conclusions are
transferable to other social contexts, in which approaching families is
necessary in order to work in a proper way between the communication
that they have at home and at school aiming to incorporate the family
nucleus to the educational processes.
Key words: learning communities, social disadvantage, vulnerability,
dialogic learning, family training, Costa Rica
1. Introducci�n
En Costa Rica, las pol�ticas educativas y la distribuci�n
presupuestaria para ejecutarlas se enfocan al cumplimiento de las
denominadas pol�ticas p�blicas inclusivas, definidas como las acciones
que se gestan en los �mbitos social, econ�mico y ambiental. En su
dise�o, ejecuci�n y evaluaci�n se contempla el impacto que se presenta
en el entramado de la sociedad, por lo cual se intenta incorporar a los
colectivos o grupos en riesgo social y vulnerabilidad (Barahona, 2006).
Con las pol�ticas p�blicas establecidas en el pa�s, se espera asegurar
el acceso de las poblaciones en desventaja social y en condici�n de
vulnerabilidad a los servicios sociales b�sicos, entre ellos la
educaci�n. Se evidencia que estas pol�ticas buscan promover
responsabilidad en las instituciones p�blicas y privadas, procurando el
beneficio de los grupos de poblaci�n vulnerable. Al respecto, se
proponen las comunidades de aprendizaje para un trabajo con los grupos
de personas que est�n en desventaja social y en situaci�n de
vulnerabilidad.
En este ensayo se analizan las caracter�sticas de las poblaciones en
desventaja social y en condici�n de vulnerabilidad en el �mbito
educativo, y se plantea las comunidades de aprendizaje como una opci�n
educativa, ya que:
El Proyecto de Comunidades de Aprendizaje va en esta l�nea, al recoger
los enfoques te�ricos -desde la educaci�n, sociolog�a y psicolog�a- y
las pr�cticas educativas inclusivas, de reconocido prestigio que est�n
dando mejores resultados desde la conexi�n de un aumento de aprendizaje
con una mejora de la convivencia. (Flecha y Larena, 2008, p. 22)
Flecha y Larena afirman que para transformar la desigualdad social, se
debe partir de las capacidades universales como la interacci�n, el
di�logo y la acci�n. Por tal motivo, se presentan las comunidades de
aprendizaje como una opci�n educativa para favorecer a la poblaci�n en
desventaja social.
El ensayo se inicia con una introducci�n, seguido de la
contextualizaci�n de la realidad del pa�s en el �mbito socioecon�mico,
se muestra la situaci�n de las poblaciones en desventaja social y
condiciones de vulnerabilidad, en cuanto al acceso a la educaci�n para
el desarrollo. Por otra parte, se enfocan los desaf�os de la educaci�n
costarricense ante las poblaciones vulnerables y, finalmente, la
funci�n de las comunidades de aprendizaje como alternativa para
poblaciones en desventaja y en situaci�n de vulnerabilidad.
Este trabajo es relevante, ya que parte de la realidad de las
poblaciones que se encuentran en estado de vulnerabilidad y en
desventaja sociales. Al referirse a la vulnerabilidad:
En t�rminos generales no es, por otra parte, cuesti�n de situaci�n
personal sino de circunstancia social, de fen�meno que se ubica en la
estructura misma de una sociedad. No se trata de un asunto que puede
ser resuelto por el ser humano aislado, por medio solamente de su
empe�o personal individual, sino que se trata de un fen�meno
estructural. La combinaci�n de algunas caracter�sticas sociales
biol�gicas, as� como de ciertos contextos estructurales, da origen a
grupos poblacionales que son socialmente vulnerables. (Acevedo, L�pez y
Trujillo 2012, p. 11)
En Costa Rica, la evoluci�n y realidad de la poblaci�n ha tenido un
proceso hist�rico en el cual se evidencia que:
Por varias d�cadas, disfrut� de estabilidad pol�tica, progreso social y
crecimiento econ�mico, pero su modelo de desarrollo empez� a dar
se�ales de agotamiento en la d�cada de los setenta, colapsando
finalmente con la crisis internacional del decenio siguiente. La
reforma econ�mica emprendida con posterioridad no logr� restablecer el
ritmo de crecimiento econ�mico deseado. Los niveles de pobreza se han
estancado desde mediados de los noventa y se han ampliado las brechas
de equidad y las asimetr�as econ�micas y social. (Centro
Latinoamericano y Caribe�o de Demograf�a, 2007, p. 2)
As�, la desigualdad social es un aspecto que se ahonda y se visualiza
en mayor medida en las poblaciones en desventaja social y en condici�n
de vulnerabilidad, entendida esta como las condiciones que experimenta
una sociedad en los �mbitos sociales, econ�micos, culturales e
institucionales, de manera que hay un deterioro en aspectos como la
salud, la vivienda y la educaci�n; en consecuencia, en diversos
componentes de la vida de las personas, es decir, el aspecto de
vulnerabilidad tiende a mostrar los niveles de dificultad y las
capacidades que tendr� cada grupo social para enfrentar �ntegramente
las amenazas espec�ficas.
Al respecto, Damman (2006) manifiesta que la vulnerabilidad est�
asociada con ciertos grupos etarios (como los ni�os menores de 5 a�os
de edad, o las personas mayores), con el g�nero, con afecciones o
impedimentos mentales o f�sicos, con el embarazo, con la orientaci�n
sexual, con la geograf�a (por ejemplo urbana/rural) con la econom�a
(niveles socio econ�micos y salud), o la etnicidad, en fin, todos
aquellos grupos que sufren un rezago en la sociedad. Adem�s, este autor
indica que para romper con el elemento de la vulnerabilidad es
necesario desarrollar un enfoque basado en los derechos humanos, que se
concentre en la no discriminaci�n, en el respeto, en la equidad, en la
rendici�n de cuentas, en la transparencia, en la participaci�n y en los
elementos que posibilitan la integraci�n de estos grupos a la sociedad.
El estudio de las poblaciones que se encuentran en desventaja social y
que viven en condici�n de vulnerabilidad es de suma relevancia, por lo
que resulta preciso, tener presente el sector educativo, en tanto es
fundamental considerar los desaf�os pendientes para darle respuestas a
los grupos vulnerables y las acciones que se pueden implementar para su
acceso a la educaci�n.
2. Contextualizaci�n
El sistema educativo costarricense est� amparado por un marco legal que
parte, desde la Constituci�n Pol�tica, hasta leyes que regulan la
educaci�n nacional. Por ejemplo: la Ley Fundamental de Educaci�n, de
1957, la cual se define como la ley marco del sistema educativo,
despu�s de la Constituci�n Pol�tica.
La estructura del sistema educativo tiene como finalidad favorecer el
eficaz y din�mico cumplimiento del proceso educativo, coordinando todas
las partes que lo integran y organizando los recursos humanos y
materiales de los que se dispone. La ense�anza se encuentra
estructurada de la siguiente forma: la educaci�n inicial, compuesta por
el ciclo materno-infantil y el ciclo de transici�n; la Educaci�n
General B�sica (EGB), la cual comprende los 2 primeros ciclos de 3 a�os
cada uno; la educaci�n secundaria, donde se ubica el tercer ciclo de la
EGB que consta de un periodo de 3 a�os, y una vez alcanzado este ciclo,
se contin�a con la educaci�n diversificada con una duraci�n de 2 a�os.
Finalmente, la educaci�n superior que se ofrece en las universidades,
colegios universitarios e institutos de educaci�n superior (Ram�rez,
1997).
En 1994 se dicta la Pol�tica Educativa hacia el Siglo XXI, un innovador
esfuerzo por establecer un marco de largo plazo para el desarrollo del
Sistema Educativo Costarricense que permite adecuar el mandato
constitucional a la realidad espec�fica de la actualidad. Uno de sus
prop�sitos es cerrar las brechas existentes entre la calidad de la
educaci�n que reciben los estudiantes de las �reas urbanas y rurales, y
la eliminaci�n de las diferencias entre las instituciones educativas de
las �reas urbanas marginales y no marginales.
3. Poblaciones en desventaja social y en condici�n de vulnerabilidad
En relaci�n con las personas que se encuentran en estados de
vulnerabilidad, en el Informe de la Junta Ejecutiva del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo y del Fondo de Poblaci�n de las
Naciones Unidas 2007, se indica que viven problemas tales como una
brecha entre las regiones rural y urbana, diferencias entre la calidad
educativa y los rendimientos menores en colegios p�blicos en
comparaci�n con centros educativos privados.
Al respecto, Blanco y Cusato (2010) afirman que estos elementos de
vulnerabilidad generan desigualdades sociales, entre ellas: tasas de
empleo menores, salarios m�s bajos, segregaci�n y segmentaci�n del
mercado laboral. Por otra parte, la poblaci�n en situaci�n de
desventaja social y vulnerabilidad, suele asentarse en las zonas
marginales y de mayor pobreza de las grandes ciudades, por lo cual en
la zona urbana tambi�n hay situaci�n de desigualdad.
En cuanto a estos aspectos "La desigualdad es una de las principales
caracter�sticas que definen la historia de Am�rica Latina y el Caribe.
Una muy alta y persistente desigualdad que, acompa�ada de una baja
movilidad social, han llevado a la regi�n a caer en una trampa de
desigualdad". (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
2010, p. 6)
Los problemas que conlleva la desigualdad social cobran relevancia,
pues se observan en �mbitos como la educaci�n, la salud y el bienestar
social, que afectan en mayor grado a las poblaciones que se encuentran
en desventaja social, entendida como las condiciones sociales que
afectan negativamente el desempe�o de comunidades, hogares y personas
con menor acceso a los recursos y a las oportunidades que la sociedad
entrega para el desarrollo de sus miembros (Rodr�guez, 2000). Por
tanto, estas poblaciones se encuentran en condiciones de
vulnerabilidad, al reproducir las desigualdades entre generaciones.
Se debe considerar que al existir desigualdad, esta restringe las
capacidades de amplios fragmentos de la poblaci�n, lo cual dificulta la
formaci�n de capital humano y sus posibilidades de inversi�n en
actividades productivas, lo que provoca una reducci�n en la capacidad
de crecimiento de los pa�ses de la regi�n latinoamericana. En el �mbito
educativo ante las desigualdades sociales, se debe considerar que los
procesos de ense�anza y aprendizaje tienen lugar en un contexto donde
intervienen factores sociales, pol�ticos, culturales y econ�micos, los
cuales influyen directamente en la poblaci�n estudiantil en general.
De acuerdo con �opo (2013), un aspecto que ahonda esta problem�tica son
las evaluaciones regionales e internacionales, las cuales presentan
algunas limitaciones, como no contemplar las diferencias en los
curr�culos y problemas en la comparaci�n entre pa�ses, pues el contexto
socioecon�mico y acad�mico var�a, y las muestras que se eligen para la
prueba son heterog�neas. Al respecto, Soto (2012) indica que en la
lucha contra la desigualdad, Costa Rica nada contra la corriente
dominante en Am�rica Latina y se ahoga. Mientras que en otros pa�ses de
la regi�n el ingreso tendi� a nivelarse entre 2000 y 2010, en la
situaci�n costarricense la brecha que separa a ricos de pobres se
profundiz�.
En este horizonte, la vulnerabilidad que tienen las poblaciones en
desventaja social en el �mbito educativo, debe reflexionarse, y desde
ella analizar la problem�tica que viven y las acciones que pueden
convertirse en oportunidades educativas. En coherencia con este
planteamiento, se hacen esfuerzos por solventar esta problem�tica, sin
embargo, quedan grupos en situaci�n de vulnerabilidad y desventaja
social, que requieren una respuesta oportuna para continuar e
insertarse en el sistema educativo de forma adecuada, y una de estas
respuestas la constituyen las comunidades de aprendizaje.
4. Desaf�os de la educaci�n para las poblaciones en desventaja y
condiciones de vulnerabilidad
La educaci�n es un factor clave para el crecimiento de las personas y,
en general, de la sociedad, por ello, debe buscar que el estudiantado
desarrolle todas sus capacidades para desenvolverse en la sociedad. El
proceso que conlleva la educaci�n debe tener como meta fundamental el
crecimiento integral del estudiantado en cada una de las etapas en las
cuales se encuentre, para que la formaci�n responda a sus necesidades
en el contexto escolar.
En relaci�n con los desaf�os que enfrenta el sistema educativo, Blanco
(2009) se�ala que un desaf�o pendiente es la b�squeda de sistemas
educativos flexibles que incorporen diversas opciones de continuidad de
la trayectoria educativa, y que cuenten con ofertas pertinentes y
suficientes para atender las necesidades educativas de quienes,
habiendo interrumpido su proceso educativo, desean y requieren
completarlo. En el Informe sobre Desarrollo Humano 2013, uno de los
grandes desaf�os que se indica es la b�squeda de:
Una mayor equidad, entre hombres y mujeres, y entre grupos (religiosos,
raciales y otros), no solo es valiosa en s� misma, sino que tambi�n es
esencial para promover el desarrollo humano. Uno de los instrumentos
m�s poderosos para el avance de la equidad y del desarrollo humano es
la educaci�n, que acrecienta las capacidades de las personas y expande
su libertad de elecci�n. (Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, 2013, p. 88)
En Costa Rica, se evidencian algunos avances, sin embargo, a�n queda
mucho por hacer. Uno de los desaf�os para las poblaciones en desventaja
social, es la ausencia de una educaci�n inclusiva, la cual, de acuerdo
con Quijano (2008), debe considerarse una forma de atender las
necesidades educativas del estudiantado, y que sea un medio capaz de
garantizar quienes presentan alguna discapacidad los mismos derechos
que el resto de sus compa�eras y compa�eros escolarizados en una
escuela regular. As�, los desaf�os que enfrenta la educaci�n con
respecto a las poblaciones en desventaja son ineludibles. Por ello, es
necesario retomar aspectos filos�ficos, t�cnicos y legales del marco
actual de la educaci�n costarricense, los cuales deben reformarse para
continuar abriendo el camino del �xito que se desea en educaci�n.
En el Tercer Informe del Estado de la Educaci�n (2011) se exponen
algunos desaf�os referidos a la reformulaci�n de las pol�ticas, de
manera que permitan en primera instancia, la inclusi�n educativa del
estudiantado en todas sus manifestaciones, el fortalecimiento de una
cultura de prevenci�n del riesgo, la adecuaci�n del curr�culo, seg�n el
contexto educativo, la permanec�a del estudiantado en las aulas y la
conclusi�n de secundaria completa, el fortalecimiento de pol�ticas
educativas que favorezcan el emprendedurismo, el manejo de las
herramientas tecnol�gicas para toda la poblaci�n estudiantil, el acceso
de la poblaci�n estudiantil al aprendizaje de un segundo idioma, la
propuesta e implementaci�n de ofertas curriculares significativas para
la juventud y acuerdos sostenibles para la educaci�n superior.
El Primer Informe de Seguimiento al cumplimiento del Plan de Acci�n de
Educaci�n 2003-2015 - COSTA RICA, expone la necesidad de incorporar los
desaf�os anteriores con el prop�sito de reducir las barreras al
aprendizaje y escuelas capaces de atender las necesidades de toda la
poblaci�n estudiantil. Por ello, para reducir estas barreras, se
propone a las oficinas especializadas del Ministerio de Educaci�n
P�blica, como lo son la Direcci�n de Gesti�n y Evaluaci�n de la
Calidad, el Instituto de Desarrollo Profesional y otras dependencias
claves en la formulaci�n de propuestas de pol�ticas educativas y
curriculares, as� como de lineamientos y procedimientos para su
implementaci�n, plantear acciones que propicien la consecuci�n de
propuestas que respondan a los desaf�os que enfrenta la educaci�n.
5. Comunidades de aprendizaje: opci�n educativa para estudiantes en
desventaja y en condici�n de vulnerabilidad
En respuesta a la poblaci�n costarricense que se encuentra en
desventaja social y en situaci�n de vulnerabilidad, se plantean las
comunidades de aprendizaje como una opci�n para responder a los
problemas del sector en el aspecto educativo. Se proponen las
comunidades de aprendizaje como una opci�n, pues:
Deben abrir v�as para la participaci�n de todos y todas. Para ello, se
hace imprescindible transformar las relaciones de poder que
habitualmente se mantienen en la escuela por una nueva estructura m�s
abierta, participativa e igualitaria. Esto no implica perder de vista
que existen distintas funciones y responsabilidades dentro de la
comunidad, es decir, que es diferente ser familiar, que profesor,
profesora, colaborador o colaboradora. (Flecha, Padr�s y Puigdell�vol,
2003, p. 5)
En relaci�n con el tema de las poblaciones en desventaja social y
vulnerabilidad cabe destacar lo que indican Flecha y Larena (2008), al
exteriorizar la necesidad de visualizar a una comunidad de aprendizaje
como un centro educativo en donde se decide sustituir actuaciones
tradicionales, por actuaciones que la comunidad cient�fica
internacional muestra como exitosas en los procesos de aprendizaje y el
mantener la convivencia. Por tanto, se trata entonces de que se alcance
el �xito y la igualdad, para ello se propone la incorporaci�n de la
comunidad. Al respecto, Elboj, Puigdellivol, Soler y Valls (2009),
manifiestan que no se busca una educaci�n compensatoria para quienes se
encuentren en desventaja social, sino que se prev� la mejora de la
educaci�n que reciben.
En coherencia con este planteamiento, se proponen las comunidades de
aprendizaje como una opci�n educativa para la poblaci�n costarricense
que se encuentra en desventaja social y en condici�n de vulnerabilidad,
de manera que se implemente un proyecto de transformaci�n social y
cultural que impacte en la sociedad. Por consiguiente, se podr�
integrar en el centro a las personas que, desde el punto de vista
socioecon�mico, no han tenido la oportunidad de insertarse a los
procesos educativos, que de alguna forma pueden ser parte de una
concepci�n de educaci�n participativa de la comunidad.
5.1 Aprendizaje dial�gico: base fundamental de las comunidades de
aprendizaje
Al plantear las comunidades de aprendizaje como una opci�n educativa
para las personas en desventaja social y condici�n de vulnerabilidad,
se debe partir del aprendizaje dial�gico documentado en 7 principios
que:
Pretenden aportar una gu�a para la reflexi�n sobre el aprendizaje
dial�gico y su puesta en pr�ctica. Todos ellos conjugan teor�as
sociales, conocimientos culturales y sentimientos; aspectos acad�micos
dentro de procesos de transformaci�n que recorren las relaciones
laborales, sociales, familiares y afectivas de las personas que
participan en �l. (Aubert, Flecha, Flecha, Garc�a y Racionero, 2008, p.
167)
As� se busca un di�logo igualitario, una inteligencia cultural, una
transformaci�n, una dimensi�n instrumental, la creaci�n de sentido, la
solidaridad y la igualdad de diferencias. Con respecto al di�logo
igualitario, este se visualiza al dar valor a lo que cada miembro
aporta, y se traslada el poder a la argumentaci�n que debe ser
"entendida como presentaci�n de razones con pretensiones de validez, de
forma que cada uno de los participantes aporta la claridad de sus
intenciones" (Elboj et al., 2009, p. 95). Por consiguiente, dar
participaci�n a las poblaciones en desventaja social y vulnerabilidad,
permitir� considerar desde sus vivencias las necesidades particulares
que se deben gestar en la comunidad de aprendizaje.
En relaci�n con la inteligencia cultural, estos autores se�alan que
esta "presupone una interacci�n donde diferentes personas entablan
comunicaci�n y consiguen llegar a entendimientos en los �mbitos
cognitivo, �tico, est�tico y afectivo" (p. 98). As�, al plantear una
opci�n educativa desde la comunidad de aprendizaje, este principio se
torna relevante, pues su orientaci�n pretende un entendimiento de la
situaci�n particular y grupal de quienes participen en esta interacci�n.
Con respecto al principio de transformaci�n, es preciso considerar que
busca transformar la realidad y no la adaptaci�n a ella, por lo cual se
plantea la urgencia de que, para garantizar una educaci�n de calidad,
el profesorado necesita un trabajo estrecho con la participaci�n de las
familias, de profesionales, de instituciones y voluntarios, para lograr
mejores resultados de manera que la educaci�n cumpla una de sus
funciones, a saber, la superaci�n de las desigualdades sociales (Aubert
et al., 2008).
Estos autores contin�an indicando que otro de los principios del
di�logo igualitario, es la dimensi�n instrumental, la cual se convierte
en un pilar fundamental para que las personas con menores desventajas
sociales y vulnerables, se interesen por asistir a un centro educativo,
y que la educaci�n los prepare para ser incluidos con �xito en la
sociedad de la informaci�n.
En la perspectiva de la base de las comunidades de aprendizaje, de
acuerdo con el di�logo igualitario, se tiene el principio de creaci�n
de sentido, orientado a que "la creaci�n de sentido implica dar una
determinada orientaci�n vital a nuestra existencia, so�ar y sentir un
proyecto por el que luchar, implica sentirse protagonista de la propia
existencia" (Elboj et al., 2009, p. 105).
En coherencia con este principio, la comunidad de aprendizaje como una
opci�n educativa para las personas en desventaja social y condici�n de
vulnerabilidad, se obliga a encontrar acciones que hagan que esta
poblaci�n, se sienta parte fundamental de la educaci�n propia y de sus
hijos. Asimismo, estos autores indican que dentro de la concepci�n del
aprendizaje dial�gico "se tiene como constituyente, como objetivo la
solidaridad entre todas las personas participantes en las comunidades
de aprendizaje" (Elboj et al., 2009, p. 106). Por tanto, tener como
principio la solidaridad, permite que quienes participen de ella
aporten al proyecto educativo, lo cual posibilita una visi�n de hablar
y no callar.
El �ltimo principio del di�logo igualitario que se�alan Aubert et al.,
(2008), es la igualdad de diferencias, y se basa en reconocer que hay
diferencia, pero que este reconocimiento no genera igualdad, por tanto,
se requiere el planteamiento de objetivos igualitarios para que en las
aulas se piense en una diversificaci�n desde el valor de la igualdad.
Las comunidades de aprendizaje se convierten desde los principios del
di�logo igualitario, en una opci�n educativa que puede responder a la
situaci�n que condiciona a las personas en desventaja social y
vulnerabilidad, a incorporar a sus hijos y a ellos mismos en la
intenci�n de terminar los estudios, adem�s de aportar desde sus
necesidades e intereses, de forma que la educaci�n logre una
trasformaci�n social en esta poblaci�n.
5.2 Hacia una comunidad de aprendizaje: fases de transformaci�n
Para encaminar un centro educativo hacia su transformaci�n, Elboj et
al. (2009) proponen una serie de fases que permiten obtener un panorama
de c�mo hacen y qu� se hace en una comunidad de aprendizaje. Cada una
de las fases tiene una implicaci�n directa con la siguiente, de manera
que no se puede abandonar ninguna, pues esto no permitir�a alcanzar el
objetivo propuesto.
La primera fase se refiere a la sensibilizaci�n, en esta se definir� el
trabajo de 30 minutos intensivos, qui�nes asistir�n y participar�n en
la sesi�n de trabajo, as� como una figura de coordinaci�n. Cada persona
cumplir� un papel fundamental para llevar a cabo la sensibilizaci�n.
Durante este tiempo, se trabajar� en el conocimiento de las l�neas
b�sicas del proyecto de comunidades de aprendizaje, las aportaciones
cient�ficas de investigaciones que evidencian las actuaciones de
excelencia que han demostrado promover el �xito escolar y la mejora de
la convivencia para la ni�ez en contextos plurales y diversos y el
trabajo conjunto, la reflexi�n y an�lisis de los nuevos retos que se
plantean en la sociedad, y los retos que afronta el centro. A partir de
esta fase, lo fundamental es la incorporaci�n de familias que vivan en
un contexto de desventaja social y vulnerabilidad, de forma que desde
un inicio se consideren las necesidades e intereses de esta poblaci�n.
La segunda fase se referir� a la toma de decisi�n, se deber� realizar
un debate entre todas las personas de la comunidad educativa acerca de
lo que implica la transformaci�n de su escuela en comunidad de
aprendizaje. Esta fase tiene una implicaci�n directa con tomar la
decisi�n o no de iniciar la transformaci�n, por lo que se debe
visualizar la interiorizaci�n de toda la formaci�n-informaci�n
recibida. Es preciso que esta decisi�n responda a los requerimientos
planteados en la fase inicial. La tercera fase se denomina fase del
sue�o, en esta se so�ar� el ideal de escuela olvidando contextos que
limiten al estudiantado; por consiguiente, se requiere la participaci�n
del cuerpo docente y las familias. Tiene 3 apartados: reuniones en
grupos para idear el centro que se desea, acuerdo sobre el modelo de
centro que se desea alcanzar y contextualizaci�n de los principios
b�sicos de la comunidad de aprendizaje en el centro educativo.
La cuarta fase es la selecci�n de prioridades, en esta se dar� a
conocer la realidad y los medios con los que se cuenta, de manera que
ello permita analizar y establecer las prioridades del sue�o. La quinta
fase es la planificaci�n, aqu� se establecer� la activaci�n del plan
transformador y, con base en las prioridades, se conforman comisiones
para trabajar en alguna de ellas. Es necesario indicar que en las
comisiones debe haber representaci�n de profesores, familiares,
estudiantes, asociaciones locales y miembros del cuerpo de asesores.
En la sexta fase se indicar� la necesidad de efectuar una investigaci�n
en relaci�n con los cambios generados en el centro educativo, producto
del desarrollo de una comunidad de aprendizaje; entre estos: la
ampliaci�n de horario de apertura de la escuela, el papel de las
personas colaboradoras en el aula, el trabajo conjunto de docentes y
toda la red de interacciones que se establezcan en las escuelas.
En la s�ptima fase se realiza el proceso de formaci�n, y debe
conformarse una comisi�n que se encargar� de programas de actividades
que se realicen durante todo el a�o. La �ltima fase se refiere a la
evaluaci�n, la cual deber� entenderse como un proceso de valoraci�n
permanente, del proceso de transformaci�n producto de la implementaci�n
de una comunidad de aprendizaje.
Se retoman estas fases, pues ellas constituyen el fundamento en el cual
se deben basar las comunidades de aprendizaje y desde ellas llevar a la
pr�ctica las actuaciones que han demostrado ser exitosas y
fundamentadas en evidencias cient�ficas. Adem�s, en cada una de estas
fases se considera la participaci�n de diferentes miembros para la
implementaci�n de este tipo de comunidades como una opci�n educativa,
ya que la incorporaci�n de diferentes actores es relevante por el
aporte que cada uno de ellos brinde en esta experiencia, lo que se
convertir� en un apoyo para quienes participen en estas comunidades.
5.3 Actuaciones de �xito: la formaci�n de familias
Al hablar de comunidades de aprendizaje, adem�s, de considerar las
bases del aprendizaje dial�gico con sus principios y las fases que se
encaminan hacia una transformaci�n, se requiere reflexionar sobre las
actuaciones de �xito -pues estas responden- a actuaciones que la
comunidad cient�fica internacional ha demostrado que contribuyen a
mejorar en el aprendizaje del alumnado y la mejora de la convivencia en
el centro educativo.
Tal y como lo se�ala el CREA, las actuaciones de �xito se dirigen a la
transformaci�n social y educativa, y para ello han desarrollado y
puesto a funcionar los grupos interactivos, las tertulias dial�gicas,
la formaci�n de familiares, la participaci�n educativa de la comunidad,
el modelo dial�gico de prevenci�n y resoluci�n de conflictos y
formaci�n dial�gica del profesorado.
Para el caso de la tem�tica que considera a las poblaciones en
desventaja social y en condici�n de vulnerabilidad en Costa Rica, se
enfatiza lo que podr�a aportar la actuaci�n de �xito en relaci�n con la
formaci�n de familias, al ver la comunidad de aprendizaje como una
opci�n educativa para este tipo de poblaci�n, se trabajar�a en su
formaci�n, de manera que considere los intereses y necesidades de las
familias, para influir directamente en el rendimiento escolar de sus
hijos y en su propia formaci�n. Por ello:
Estas actividades dirigidas a las familias tienen relevancia no solo
por el aprendizaje instrumental que se desarrolla en estos espacios
educativos, sino porque tambi�n significa mucho para el alumnado, sobre
todo para el perteneciente a minor�as y grupos desfavorecidos, poder
compartir actividades y entornos de aprendizaje con sus familias,
dentro del propio centro escolar y despu�s en sus casas. (Flecha, 2011,
p. 74)
Desde una perspectiva dial�gica, la formaci�n de familiares se
visualiza como una "relaci�n entre culturas y como camino a la
superaci�n de las desigualdades y exclusiones actuales" (Aubert, Duque,
Fisas y Valls, 2010, p. 84), por lo que la b�squeda del di�logo entre
las diversas culturas que representan las poblaciones en desventaja
social, mediante su participaci�n en la comunidad de aprendizaje,
tendr� repercusiones positivas en sus familias y en la sociedad.
En la formaci�n de familiares, una de las actuaciones de �xito son las
tertulias literarias dial�gicas, en las que tal como lo exponen Flecha,
Garc�a, Ortega y Racionero (2012), quienes participan manifiestan que
se aprende: vocabulario, a leer, expresiones y el di�logo como elemento
fundamental. Por su parte, el CREA indica que estas se llevan a cabo
con familiares del estudiantado, personas de la comunidad de diversas
culturas, practicantes de diferente religi�n, edades, ideolog�a y
procedencia, entre otros aspectos; lo relevante de esta actuaci�n es
que, sin importar estas diferencias, se comparten di�logos, se
desarrollan reflexiones cr�ticas y se construyen conocimientos en torno
a una obra de la literatura cl�sica universal. De acuerdo con lo
anterior, en esta actuaci�n de �xito se se�ala que:
Se ha puesto de manifiesto que la formaci�n de familiares responde a
las necesidades de las familias y se organiza de acuerdo con sus
demandas. Las personas participantes son protagonistas de su propio
aprendizaje. Esta formaci�n aumenta la motivaci�n del alumnado por el
aprendizaje y las posibilidades formativas de las familias. (Flecha et
al., 2009, p. 195)
En relaci�n con lo que proponen estos autores y la situaci�n de las
poblaciones en desventaja social y en condici�n de vulnerabilidad, en
el �mbito educativo se deben generar opciones que permitan la inclusi�n
de todos para que se genere una verdadera transformaci�n de las
instituciones educativas en una comunidad de aprendizaje; en la que en
la pr�ctica se refleje una verdadera participaci�n, por lo que se debe
tener en cuenta todas las culturas en igualdad de condiciones, y se
debe convertir el contexto escolar en un espacio de di�logo y consenso
entre culturas (Ramis, 2006). Por tanto, la comunidad debe establecer
un objetivo que permita el acercamiento de las familias a los procesos
educativos en los que participan sus hijos y de esta forma, buscar un
trabajo orientado en la unidad de la comunicaci�n que reciben en los
hogares y en la escuela.
6. Consideraciones finales
Las comunidades de aprendizaje propuestas como una opci�n educativa
para las poblaciones en desventaja social y en condici�n de
vulnerabilidad, se convierten en un espacio de reflexi�n al considerar
los requerimientos que aun se conciben en la realidad educativa
costarricense. Los fundamentos b�sicos de las comunidades de
aprendizaje buscan la incorporaci�n de diversos participantes en la
educaci�n, as� que esta propuesta espera una transformaci�n de la
escuela, la cual debe gestarse desde los intereses y necesidades de las
personas involucradas.
La perspectiva de participaci�n se enfoca desde la formaci�n de las
familias, de manera que con ello, quienes est�n en desventaja social o
viven en condici�n de vulnerabilidad, puedan ser parte fundamental en
el proceso de incorporaci�n para su propia superaci�n y la de sus
hijos, y que las nuevas generaciones que podr�an abandonar la escuela,
rompan con el patr�n reproducido en sus familias. Por consiguiente, la
educaci�n desde las comunidades de aprendizaje se convierte en una
posibilidad que contribuye en una transformaci�n del contexto social.
En referencia al aporte que se puede vivenciar desde las comunidades de
aprendizaje, para las personas que est�n en desventaja social o
vulnerabilidad, es que al crear espacios de participaci�n de las
familias en un di�logo igualitario, se permitir� que las personas
participantes est�n en el mismo nivel, lo cual generar�a la cohesi�n
social. As�, la participaci�n de la familia en las escuelas es un tema
fundamental, que cobra relevancia en el contexto de las comunidades de
aprendizaje, ya que la b�squeda de una educaci�n que responda a la
poblaci�n estudiantil vulnerable y en desventaja social, requiere de
forma urgente la participaci�n de madres y padres de familia preparados
para colaborar en los procesos de ense�anza y aprendizaje de sus hijos.
Finalmente, la propuesta de mantener las comunidades de aprendizaje
como una opci�n educativa en el �mbito costarricense, podr�a permitir
ofrecer una respuesta a los requerimientos, intereses y necesidades de
una poblaci�n en rezago educativo y en desventaja social; por ende, es
preciso gestar acciones que se enfoquen a un trabajo educativo que
procure la equidad, la igualdad y la incorporaci�n de todos los grupos
que viven en condici�n de vulnerabilidad.
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Correspondencia a:
Florlenis Ch�vez Ponce. M�ster en Planificaci�n Curricular, candidata a Doctora del Programa
Latinoamericano de Doctorado en Educaci�n de la Universidad de Costa
Rica, actualmente, Asesora Nacional en Estudios Sociales del Ministerio
de Educaci�n P�blica de Costa Rica. Direcci�n electr�nica:
florlenis@gmail.com
Ensayo recibido: 29 de mayo, 2014 Enviado a correcci�n: 29 de julio,
2014 Aprobado: 20 de octubre, 2014