Recursos Comunicativos de un Joven con Autismo: Enfoque Multimodal para
Mejorar la Calidad de Vida
Communicative
Resources of a Young Person with Autism: Multimodal
Approach for a Better Quality of Life
Gerardo Godoy
Echiburú1, Dominique Manghi Haquin2,
Gonzalo Soto
Cardenas3, Isabel Aranda Godoy4
1 Profesor en Escuela
Especial Juanita Aguirre, Chile. Dirección
electrónica: ichigen@gmail.com
2 Académica en
Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso. Chile e Investigadora responsable del proyecto
fondecyt1130684, Chile. Dirección electrónica:
dmanghi@gmail.com
3 Egresado de la carrera
de Educación Diferencial, Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso. Chile.
Dirección electrónica: gonzalo.soto.cardenas@gmail.com
4 Estudiante de la carrera
de Educación Diferencial en la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Chile.
Dirección electrónica: isabel.arandag@gmail.com
Dirección para correspondencia
Resumen
En el
ámbito pedagógico, los aportes de la
Semiótica Social, la Lingüística Sistémico
Funcional y la Multimodalidad se presentan como herramientas
teórico-metodológicas para analizar las interacciones
comunicativas en contexto escolar. Dentro de la diversidad de
experiencias y modos de comunicación que se presentan en la
escuela existen unos muy particulares, el de las personas del espectro
autista. Este estudio aborda la comunicación en la escuela desde
el paradigma de la educación inclusiva y tiene como objetivo
describir los recursos semióticos utilizados por un joven del
espectro autista de una escuela especial de la comuna de Viña
del Mar, Chile. Para esto se realiza un estudio de caso en el cual se
registra de manera audiovisual la interacción escolar en un
momento del día, durante cuatro semanas continuas. Para el
análisis multimodal, se consideran las nociones de campo, tenor
y modo junto con el intercambio de significados (metafunción
interpersonal), enfocándose principalmente en el recurso
"tirarse al suelo", siendo éste el más frecuente y cuyas
funciones se presentan mayormente diferenciadas. Se identifican los
recursos empleados para las dos opciones básicas del
intercambio: oferta y/o demanda, ya sea de bienes y servicios o
información, en los cuales el joven hace un uso consistente en
diversos contextos escolares. Entre las proyecciones destaca que, a
partir de la interpretación de sus interacciones, se puede
mejorar la Calidad de Vida del estudiante propiciando un clima de aula
favorable para el aprendizaje, validando sus interacciones no como
conductas disruptivas si no como recursos comunicativos reconocidos por
su entorno inmediato.
Palabras clave: autismo,
inclusión, multimodalidad,
semiótica social, Chile
Abstract
In the
teaching area, the contributions done by Social Semiotics,
Systemic Functional Linguistics and Multimodality are presented as
theoretical and methodological tools to analyze the communicative
interactions in the teaching context. Among the diversity of
experiences and ways of communication that are presented in schools,
the ones related to autism can also be found. This study approaches
school from the inclusive education paradigm, it's main objective is to
describe the semiotic resources being used by a student with autism
spectrum attending to a special education school in Viña del
Mar, Chile. This case study research is carried out by videotaping the
social interaction of the student during four weeks in a row. For the
multimodal analysis, the notions of field, tenor and mode are being
considered along with the exchange of meaning (interpersonal
metafunction), mainly focusing in the resource "down to the floor",
being the latter the most frequent one and which functions are strongly
differentiated. The main resources being identified answer to the two
basic options of exchange: offer and/or demand, either goods and
services or information, which the student makes constant use of among
the different school settings. Encompassed by the projections, it can
be highlighted by the different interpretations of interaction, that
the student's quality of life can indeed be enhanced, providing a
favorable learning setting; thus, validating the student's interactions
not as a disruptive behavior but as a primary resource of communication
known by their immediate environment.
Key words: autism, inclusion,
multimodality, social semiotics, chilean
education, Chile
1.
Introducción
En la actualidad, el
paradigma inclusivo propone construir una sociedad
que valore la diversidad, poniendo énfasis en la
modificación del entorno para facilitar la inclusión de
las personas con necesidades de apoyo (Booth y Ainscow, 2002). Uno de
los grupos que conforma la diversidad humana son las personas con
discapacidad y dentro de ellas, las personas con autismo..La
interacción de la persona que posee rasgos del espectro autista
con su entorno social genera intercambios de significados muy
particulares (Riviere, 2000), produciendo situaciones comunicativas en
las cuales los significados son interpretados por ambos interlocutores
de manera diferente (Halle, Brady y Drasgow, 2004).
Esta diferencia puede
producir dos tipos de consecuencias. Por una
parte, la persona con autismo sostiene en el tiempo su conducta
comunicativa-verbal o no verbal hasta que su interlocutor logra
interpretar su intención y contenido (Dreyfus, 2006). Por otra
parte, ante esta conducta peculiar y persistente el interlocutor puede
generar la creencia de que la persona con espectro autista no se
está comunicando o que lo hace de forma inadecuada, a partir de
los propios juicios sobre la manera apropiada en que las personas se
deben comunicar (Quirós, 2006).
Dado lo anterior, este
estudio se centra en la interacción de un
estudiante del espectro autista en situación escolar, poniendo
el foco en el repertorio de recursos que utiliza para comunicarse. En
esta investigación se deben tomar en cuenta dos factores. El
primer factor tiene que ver con la génesis del estudio: este
trabajo surge desde las necesidades comunicativas en el aula de una
escuela de Educación Especial chilena que atiende a estudiantes
con espectro autista, espacio en donde se desempeña como docente
uno de los autores de este articulo. Esta motivación educativa
es llevada al terreno de la investigación e intenta aportar a la
comprensión de las interacciones comunicativas de un joven del
espectro autista y así interpretar los significados creados en
un determinado contexto escolar, con el fin de mejorar la Calidad de
Vida de dicho estudiante.
El segundo factor a
considerar es que este estudio se enmarca en un
proyecto de investigación mayor (Fondecyt 1130684), el cual
aborda las interacciones comunicativas en el aula, desde la perspectiva
de la Semiótica Social y la Multimodalidad. Lo cual implica que
esta perspectiva teórica permite poner en un lugar central a
todos los modos semióticos que se utilizan en la
comunicación y representación, y no solo al
lingüístico (Kress y van Leeuwen, 1996).
En consecuencia, esta
investigación tiene como objetivo
describir los recursos comunicativos que utiliza una persona del
espectro autista en su contexto escolar. La descripción se
efectúa con un doble lente: un lente pedagógico -el cual
atiende a las necesidades de apoyo que requiere el estudiante con el
fin de mejorar su Calidad de Vida (Schalock, 2011) - y uno
semiótico - el cual identifica y valora los recursos
comunicativos en contextos situados y los significados creados a
través de ellos-. Ambos enfoques fundamentan teóricamente
la investigación y orientan los resultados y conclusiones.
2.
Marco Teórico
2.1
Condición de espectro autista y paradigma inclusivo
Con el fin de fundar las
bases para poder observar y describir la
comunicación de una persona que presenta rasgos del espectro
autista, se pone en común algunos conceptos y
terminologías que se utilizan a lo largo del artículo.
Primero es necesario comenzar por la condición del espectro
autista.
El autismo -descrito en
sus inicios por Leo Kanner en 1943- se define
desde la psicología y neurología como un trastorno del
neurodesarrollo que afecta la interacción y la
comunicación y que se caracteriza por presentar conductas e
intereses limitados y repetitivos (Belinchón, 2010). A partir de
esta definición más bien general, se pueden apreciar
diferencias entre quienes presentan el espectro autista dependiendo de
los contextos sociales donde se desempeña y las
características y potencialidades personales (Riviere, 1990),
estas se ven reflejadas en diagnósticos variados, por eso se
habla de espectro. Por ejemplo, las personas del espectro autista
pueden presentar características como discapacidad intelectual
(en varios niveles o grados), presencia o ausencia de lenguaje verbal,
respuesta exacerbada a algunos estímulos sensoperceptivos, entre
otros.
Respecto a las
características personales de cada niño o
adulto del espectro, se consideran tres criterios fundamentales que
configuran su diagnóstico: 1. alteraciones cualitativas en la
interacción social recíproca; 2. alteraciones en la
comunicación verbal y no verbal; y 3. presencia de patrones
restrictivos, repetitivos y estereotipados de la conducta (Wing, 1997).
La triada de Wing se puede expresar en diversos grados en cada uno de
los rasgos mencionados, sin embargo, es la descripción
común para todas las personas del espectro.
Específicamente en
cuanto al lenguaje, entre sus
características se ha descrito un retraso en el desarrollo
lingüístico e incluso ausencia de lenguaje en algunas
personas del espectro autista. Cuando desarrollan lenguaje suelen hacer
selección léxica y/o sintáctica poco común;
frecuentemente presentan ecolalia, tendencia a repetir de forma literal
lo que oyen y también, en general comprenden el lenguaje de
forma muy literal. Para quienes no han desarrollado completamente el
lenguaje se describen vocalizaciones sin lenguaje o también
lenguaje hablado, pero sin carácter comunicativo (Martos y
Riviere, 2001).
Se debe considerar que las
concepciones y formas de establecer las
interacciones entre personas dentro del espectro autista y sus
interlocutores se encuentran determinadas en amplia medida por las
representaciones sobre la condición del espectro autista que han
desarrollado los interlocutores, estas estructuran las relaciones
sociales y los intercambios comunicativos ya que funcionan como
estereotipos (Riviere y Núñez, 1996). Tal como dice
Quirós (2006) al partir de estos estereotipos, quienes
interactúan con las personas dentro del espectro autista generan
un prejuicio respecto de las conductas o emociones de ellos. Estas
atribuciones pueden ser erróneas lo que afecta las expectativas
sobre lo que las personas del espectro autista pueden o no pueden
hacer, impactando en los apoyos a las potencialidades y necesidades que
se podrán diseñar en el contexto educativo.
A través del tiempo
los paradigmas educativos se han ido
modificando de acuerdo con la concepción de ser humano y las
tradiciones epistemológicas (Cabrera, 2012). En los años
noventa se tenía como orientación educativa las
prácticas integradoras, donde se identifican falencias en una
persona, las cuales tienen que ser mejoradas o potenciadas para
integrarse en la sociedad donde se desempeña. Esta visión
se observa en los grupos interdisciplinarios de orientación
clínica, los cuales apuntan a desarrollar las habilidades que se
identifican como "descendidas" dentro de un marco de normalidad. Sin
embargo, en la actualidad la visión del ser humano como una
naturaleza única se ha debilitado, pasando a una
definición interpretativa, lo cual genera diversas concepciones
de lo que significa ser humano (Tamarit, 2005). Esto implica un cambio
hacia la Perspectiva Inclusiva en la educación, lo que se
relaciona con la valoración humanista de la persona como tal, y
por ende no se trata de mejorar sujetos que carecen de una habilidad o
función para "completarlos", sino mas bien, se pretende adaptar
o cambiar la cultura, derribando barreras y otorgando apoyos que
aprecien la diversidad de formas de vivir y de ser (Cabrera, 2012).
Incluso, en la
última edición del DSM-V (2013), proponen
un nuevo método de evaluación a utilizar, eliminando
límites diagnósticos como el Trastorno de Asperger,
trastorno de Rett y las otras categorías. De esta forma, la
diversidad de características identificadas se encuentran
descritas de manera más integral, centrando la
clasificación en los diferentes niveles de apoyo que requiera la
persona de acuerdo a su funcionamiento en la interacción con su
entorno.
Teniendo en cuenta las
características previamente descritas,
incluyendo el contexto y la postura educativa desde donde se posiciona
este artículo, se presentan variados desafíos a quienes
interactúan con personas del espectro autista, esto incluye
desde los profesionales que los atienden hasta sus familiares
más cercanos. Uno de estos desafíos es la
interpretación de los comportamientos y de las maneras de
comunicarse en distintos contextos, las cuales son percibidas con
frecuencia como peculiares y/o disruptivas por el interlocutor. Como
plantea Riviere (1990) respecto al comportamiento comunicativo de las
personas con dentro del espectro autista, estos son muy comunicativos,
sin embargo, lo expresan de manera particular.
A partir de estas
peculiaridades podemos tomar dos opciones u
orientaciones frente al comportamiento mencionado, una de ellas es
atribuir una dificultad al estudiante respecto a sus habilidades
comunicativas o de comportamiento, lo que corresponde a una postura del
paradigma de la integración. La otra opción es valorar
sus peculiaridades comunicativas y abrir espacios en los contextos de
desempeño de cada persona del espectro autista, interpretando
los significados comunicados, identificando necesidades y otorgando
apoyos (Shalock, 2011) con el fin de mejorar su Calidad de Vida. Esta
última correspondería a una postura orientada por el
paradigma inclusivo. Ahora bien, una manera de abordar teórica y
metodológicamente la interpretación de los recursos
comunicativos de una persona del espectro autista, teniendo en cuenta
su individualidad y particularidad en sus recursos para comunicar, es
la Semiótica Social y la Lingüística
Sistémico Funcional, las cuales abordaremos a
continuación.
2.2
Semiótica Social y Lingüística Sistémico
Funcional: miradas contextualizadas
Para abordar el
fenómeno comunicativo, en este estudio se
consideran los aportes de la Semiótica Social, la
Lingüística Sistémico Funcional (en adelante LSF) y
el enfoque Multimodal sobre la comunicación. Esta
selección resulta apropiada para observar la comunicación
de manera amplia y contextual, ya que plantean una teoría
funcional del lenguaje y de los otros sistemas semióticos,
además de ofrecer aspectos metodológicos para el
análisis de los diversos intercambios de significados en una
cultura.
La Semiótica Social
considera que los distintos sistemas
semióticos son productos culturales que surgen y se modifican a
la luz de las necesidades de representación y
comunicación de los distintos grupos sociales (Halliday, 1978;
Hodge y Kress, 1988). Desde esta teoría es posible preguntarse
tanto por los significados que intercambian las personas en
determinados contextos así como por los recursos que utilizan
para hacerlo. Halliday (1978) en su teoría LSF, propone una
serie de conceptos articulados para interpretar los fenómenos
semánticos de manera contextualizada, es decir, en una
relación interdependiente entre texto y contexto, cuyo mayor
desarrollo se encuentra en relación al sistema
lingüístico. Los sistemas semióticos o de
significado se presentan como un conjunto potencial de recursos para
significar, es decir, sistemas que han sido convencionalizados en las
distintas comunidades para construir significados para interactuar con
otros y con el mundo y con ello satisfacer necesidades comunicativas
(Halliday, 1983). Ontogenéticamente, el uso de los signos
puestos en juego en la creación de significado o semiosis son
importantes, ya que se relacionan con el proceso mediante el cual las
personas interiorizan las formas de ver el mundo de su comunidad a
partir de los signos como herramientas culturales (Vigotsky, 1998). En
este sentido, la propuesta de la Semiótica Social es
complementaria con el enfoque Sociocultural, el cual es ampliamente
conocido en el ámbito educativo a través de la
teoría vigotskyana.
Si nos enfocamos en la
semiosis como aspecto esencial para comprender
al ser humano en cada acto de comunicación lo nuclear es lo
semántico, esto es: el significado que se construye e
intercambia con otros. La Semiótica Social y la LSF entienden el
significado desde tres perspectivas (Gutiérrez, 2011). La
primera de ellas es el significado como elección, es decir, a
partir de los sistemas semióticos disponibles en su cultura, la
persona que crea significado, elige cuáles unidades de
significado usar y combinar para construir un significado mayor en un
texto. Este acto de elección de un recurso en vez de otro,
conlleva significado en sí mismo, estaría motivado por el
contexto y a la vez, los significados construirían el contexto
en la interacción semiótica.
En la segunda perspectiva,
el significado se entiende como
variación, es decir, cada significado es relativamente estable
en una comunidad pero no es fijo ya que se configura sobre
manifestaciones concretas en situaciones determinadas: el significado
cambia o varía dependiendo del contexto. La LSF se preocupa de
algunos rasgos que se presentan regularmente en los contextos y que se
asocian a las elecciones que se hacen desde el sistema. Por ejemplo, a
la hora de comprar fruta, generalmente elegimos los mismos recursos
para un intercambio de significados bastante estable. El registro es el
sustento teórico que permite dar cuenta de la descripción
del contexto de situación en referencia a tres variables:1)
tenor, quiénes se comunican y cuál es su relación;
2) campo, en qué actividad se encuentran y sobre qué tema
se comunican; y 3) modo, cuáles son los recursos
semióticos disponibles para comunicarse y cómo los
combinan en un texto (Halliday, 1978).
En la tercera perspectiva
el significado se comprende de manera central
como función. A partir de la dependencia contextual del
significado Halliday (1978) plantea la hipótesis metafuncional:
cada sistema semiótico permite expresar tres funciones
simultáneamente: la función interpersonal, la ideacional
y la textual.
La metafunción
interpersonal, también denominada
comunicativa (Kress y van Leeuwen, 1996), enactúa las relaciones
sociales y personales con las otras personas del entorno donde se
organiza la realidad social de las personas con las cuales
interactuamos. La LSF permite acercarnos a la interacción desde
una perspectiva semántica, ya que cada vez que interactuamos con
alguien, independientemente de las características de los
interlocutores, lo hacemos usando un sistema semiótico que
permite establecer una relación entre quien crea el significado
y toma su turno en la comunicación, y la persona que lo
interpreta probablemente tomará su turno a continuación
(Eggins, 2004).
Para poder comprender
mejor cómo ocurre el intercambio de
significados es necesario considerar que mientras que tomamos turnos en
la comunicación adoptamos diferentes roles en el intercambio de
significados. Tal como sintetiza la Tabla 1, e partir del uso de los
diversos recursos semióticos disponibles para el intercambio de
significados, la teoría LSF describe cuatro acciones
comunicativas centrales: afirmaciones, preguntas, órdenes y
ofrecimientos, las cuales tienen que ver con el rol que asumimos en la
comunicación (ofrecer/demandar) así como con el objeto de
intercambio (información / bienes y servicios) (Halliday &
Matthiessen, 1994). Los bienes y servicios corresponden a objetos y
acciones, es decir, en un intercambio comunicativo además de
información, se puede dar o pedir objetos y acciones que no
necesariamente son lingüísticas, pero que completan el
intercambio comunicativo. Por ejemplo: puedo estirar la mano para pedir
pan (demanda de un bien) y mi interlocutor me lo puede pasar sin
ninguna emisión lingüística (ofrecimiento de un
bien). La metafunción interpersonal también permite
expresar cuán seguros nos sentimos de lo que decimos,
cómo valoramos a las personas y sus actos, cual es nuestra
apreciación personal de las cosas o fenómenos, entre
otros; a través de la creación de significado o semiosis
(Oteiza, 2006; Moss, 2010).
En cuanto a la
metafunción ideacional, denominada por Kress y
van Leeuwen (1996) como función representacional, supone que la
totalidad de la experiencia humana sería potencialmente posible
de ser convertida en significado, es decir, todo podría
representarse a través de algún recurso para significar.
Es por esto que los diversos recursos constituirían sistemas de
significados que ofrecen una teoría de la experiencia humana. El
significado ideacional tiene que ver con la representación de
quién hace qué, a quién, cuándo,
dónde, por qué y cómo; reflejada cuando utilizamos
algún recurso semiótico para representar nuestras
experiencias acerca del mundo, para describir eventos, entre otros
(Eggins y Martin, 2003; Oteiza, 2006).
Finalmente, la
metafunción textual es la función
organizadora de los recursos semióticos en un texto, la que pone
en relación los distintos significados en un significado mayor.
Por lo tanto, es la función que habilita la creación de
significados ideacionales e interpersonales, formando un texto
coherente para el interlocutor. Ontogenéticamente es la
última metafunción del lenguaje que se desarrolla
(Halliday, 1978).
El último sustento
teórico que se aborda para completar
la mirada sobre la comunicación es la multimodalidad. El enfoque
multimodal sobre la comunicación, en oposición al
monomodal, se caracteriza por considerar, por una parte, la
creación de significados en un contexto y, por otra, pone su
mirada más allá del recurso lingüístico. La
multimodalidad es una perspectiva que permite comprender los escenarios
comunicativos de manera compleja, ya que considera que cada uno de los
modos semióticos puestos en marcha para la semiosis o
creación de significado aporta de manera diferente al
significado mayor (Kress y van Leeuwen, 2001). De esta manera, todo
texto es multimodal, en la medida en que se utilicen diversos modos
semióticos (habla, gestos, dibujos, escritura, entre otros.) en
el diseño de un producto o evento semiótico (Kress, 2010).
La multimodalidad como
enfoque semiótico permite, entonces,
observar la interacción y describir la combinación de
recursos semióticos bajo el supuesto de que todos ellos aportan
a un intercambio de significados, ya sea una palabra, una
expresión facial o corporal, cada una de ellas se pondría
en marcha con un fin comunicativo.
Entre los antecedentes
respecto de un abordaje semiótico de la
comunicación de personas del espectro autista, destaca el
estudio de Dreyfus (2006). A continuación, se sintetizan algunos
de sus hallazgos.
2.3
Diversas formas de comunicar
La presente
investigación está orientada por el trabajo
de Dreyfus (2006; 2011) quien analizó e interpretó las
interacciones comunicativas de su hijo Bodhi - quien posee como
diagnóstico una discapacidad intelectual y comunicativa severa.
Para esto utilizó el marco teórico de la Semiótica
Social y la LSF.
Dreyfus (2006) plantea que
existen "malos entendidos" en los
interacciones comunicativas entre Bodhi y las personas con quienes
realiza estos intercambios de significados. Los malentendidos son
frecuentes entre Bodhi y las personas que no se relacionan
frecuentemente con él y que, por lo tanto, no conocen sus modos
de comunicación. No obstante, estas situaciones también
ocurren con las personas cercanas, como los son sus familiares. Si bien
en el caso de Bodhi, las interacciones comunicativas son generalmente
no verbales, al contrario de lo que se podría suponer, él
comprende lo que le comunican y es muy expresivo, sin embargo, utiliza
otros modos para comunicar. Esto genera frecuentemente una
interpretación errónea de los modos comunicativos o
semióticos que pone en marcha Bodhi para crear significado.
Lo particular es, que
según este estudio, son los interlocutores
quienes malinterpretan o malentienden a Bodhi y no al revés, es
decir, Bodhi comprende e interactúa en el intercambio de
significados pero cuando él inicia la interacción o
entrega información o bienes y servicios sus interlocutores no
interpretan adecuadamente sus expresiones. De esta situación, y
a partir del marco teórico de la inclusión, es posible
apreciar que son los interlocutores los que podrían abrir su
propio espectro comunicativo, para participar adecuadamente en el
intercambio de significados.
Dreyfus (2011) plantea
que, en general, las personas con discapacidad
intelectual severa se comunican de manera muy ambigua, lo cual propicia
estos malentendidos que tienen como consecuencia frustración y
comportamiento agresivo. Esboza también que la LSF es un medio
útil para clasificar o identificar los tipos de malentendidos o
modos que utiliza Bodhi.
La autora destaca que
existen dos particularidades en la forma de
comunicación de Bodhi: la primera se relaciona con el uso de los
modos o recursos comunicativos puesto que cuando Bodhi se comunica
utiliza un solo modo por intercambio. Es decir, se podría
plantear que las interacciones de Bodhi son mono modales, no combina
más de un modo por toma de turno; La segunda
característica se relaciona con el significado contextualizado,
es así como un mismo modo de expresión puede tener
distintas funciones en su discurso y esto sería lo que genera
gran ambigüedad por las personas que no ponen atención a
los factores contextuales de la interacción.
Por ejemplo, en una
situación en que Bodhi quiere realizar su
actividad favorita que es subir una escalera, él apunta la
imagen de una escalera demandando un servicio: quiero que me lleves
para allá, y su cuidador lo lleva a la escalera. A pesar de
esto, él sigue apuntando la imagen de la escalera, ya que ahora
estaría ofreciendo información que su cuidador no logra
interpretar, ya que usa el mismo recurso para otra función.
Entonces, cuando Bodhi demanda un servicio simultáneamente
demanda información de su compañero (Dreyfus, 2011).
De esta manera, resulta
importante identificar los modos que utiliza
Bodhi (o la persona a la cual se está observando) e identificar
claramente si este modo es utilizado como oferta o demanda de
información o bienes y servicios, para lo cual, al igual como lo
realiza Dreyfus, es necesario identificar los recursos que utiliza la
persona para comunicarse. A continuación se presenta la
metodología de investigación, la cual contiene los
insumos de la LSF de manera práctica y el contexto en donde se
desempeña el presente trabajo.
3.
Metodología
Esta investigación
es parte de un proyecto mayor el cual aborda
la alfabetización semiótica en la escuela y su
mediación, a través de la descripción multimodal
de las interacciones semióticas de los estudiantes y de los
profesores (Proyecto Fondecyt 1130684). Dentro de los objetivos
planteados, este artículo apunta a describir los recursos
semióticos utilizados por un alumno del espectro autista de una
escuela de Educación Especial de la comuna de Viña del
Mar en Chile.
Desde una perspectiva
cualitativa, abordamos esta investigación
en torno a situaciones comunicativas de interacción escolar en
su entorno natural, rescatando la singularidad que la configura, partir
de intentar interpretar los acontecimientos, acciones, normas, valores,
entre otros, desde la perspectiva de las personas que están
siendo estudiadas (Mella, 1998).
El enfoque teórico
metodológico para la
descripción de la comunicación en un joven con Espectro
Autista y escasos recursos verbales, corresponde a la Semiótica
Social (Hodge y Kress, 1988; Halliday, 1978). Este enfoque relaciona
los significados con el contexto en dos niveles: 1) contexto social y
cultural; 2) contexto situacional o registro (campo, tenor y modo).
El diseño
corresponde a un estudio de caso único centrado
en la interacción del estudiante en el contexto escolar. Para
esto se realizaron grabaciones audiovisuales en el último
período de clases (11:40 a 13:00 hrs.) durante tres días
en cada una de cuatro semanas consecutivas. Con esto se
constituyó un corpus audiovisual de 13 sesiones de
grabación.
El análisis de los
datos se lleva a cabo desde el
Análisis Multimodal del Discurso (Kress y van Leeuwen, 1996) y
se utilizan como herramientas heurísticas para explorar el
corpus audiovisual la Gramática del Diseño Visual de
Kress y van Leeuwen (1996) y las metafunciones de Halliday (1978). El
análisis se concentra en la metafunción interpersonal ya
que esta es la que permite dar cuenta de las interacciones e
intercambio de significados.
Para el análisis se
revisaron los videos con detalle, con el fin
de realizar una interpretación y registrar los recursos
semióticos utilizados por el estudiante en el desarrollo de cada
sesión en la búsqueda de regularidades. Se utilizó
una tabla de análisis para describir el despliegue temporal de
los significados dando muestra gráfica del orden en que se
presentan los recursos para comunicarse durante el periodo de clases,
permitiendo analizar la frecuencia de aparición en
relación al contexto. A continuación se puede observar la
Tabla 2 utilizada para realizar los análisis de los videos:
El instrumento utilizado
para el análisis multimodal de los
videos (tabla 2) consta de 6 columnas definidas operacionalmente de
izquierda a derecha de la siguiente manera:
1) Período de
grabación: Período del día en
que se realiza la grabación, consigna la hora de
grabación y la asignatura o actividad curricular observada.
2) Despliegue temporal: Se
indican los minutos y segundos en que se
inicia y finaliza cada intercambio de significado durante la
grabación.
3) Campo: Actividad y tema
que configura el contexto de
situación ¿de qué hablan o se comunican?
4) Tenor: Roles de cada
persona durante las interacciones que configura
el contexto de situación (pide/da; información/ bienes y
servicios) ¿en qué rol se encuentra cada interlocutor?
5) Modo: tipo de recurso
utilizado para la interacción
comunicativa que configura el contexto de situación (palabra
hablada, gesto, acción,...) ¿Qué recursos se usan
para significar?
6) Descripción de
la interacción: Descripción
contextual de las interacciones, son las interpretaciones de los
analistas.
A partir de las 13
sesiones analizadas a través de la Tabla 2 de
análisis del corpus audiovisual, se buscan regularidades en los
recursos para construir significado en las interacciones cotidianas.
Posteriormente, se construye un repertorio de recursos
semióticos utilizados en el estudio de casos para la
metafunción interpersonal, en la tabla 3 se aprecia la oferta
(dar en la interacción) y demanda (solicitar en la
interacción) de bienes (objetos materiales), servicios
(acciones) e información.
Teniendo en cuenta los
insumos teórico-metodológicos
previamente mencionados, a continuación se presenta los
hallazgos obtenidos.
4.
Hallazgos
En esta sección se
mostrará en primer lugar el repertorio
de recursos que utiliza el estudiante para significar en el contexto
escolar. En segundo lugar, se profundizará en un recurso de
significación particular, el cual consiste en "tirarse al
suelo", para luego finalizar con una interpretación de este
recurso a partir del contexto de situación en el cual ocurre la
interacción. Cabe recordar, que el análisis en
cuestión se enfoca en la metafunción interpersonal, a
través de la demanda u oferta de bienes, servicios o
información.
4.1
Repertorio o abanico de recursos semióticos
A través de la
revisión de las interacciones del
estudiante con su entorno escolar, se identifican los siguientes
recursos para significar en el ámbito de la metafunción
interpersonal, los cuales están organizados en la Tabla 4 que se
muestra a continuación:
Las columnas de la Tabla 4
muestran el abanico de recursos
semióticos que utiliza el estudiante en el contexto escolar,
dividido en la demanda —aquellos que solicita— y la oferta —aquello que
entrega— en las interacciones comunicativas.
En un primer lugar, el
análisis permite dar cuenta de los
recursos que de forma global constituyen el repertorio comunicativo del
estudio de caso. Por un lado, los recursos que el estudiante utiliza
para la demanda, corresponden a un total de ocho modos
semióticos: contacto visual, tirarse al suelo, gritar, escupir,
hurgar la mochila, tomar objetos, mirar por la ventana y verbalizar
algunas palabras como "mamá", "chao" y "Jim de la Luna". Por
otro lado, los recursos utilizados para la oferta son muy diversos y
numerosos entre los que destacan con más frecuencia: pellizcar,
reír, llorar, aplaudir, agitar cabeza, golpear objetos, huir,
gesticular adiós con su mano, entre otros (ver Tabla 4).
A primera vista se logra
apreciar que los recursos que el estudiante
utiliza para la demanda, es decir, para solicitar información,
bienes y servicios en sus interacciones comunicativas, son menores en
cantidad en relación a los recursos utilizados en la oferta.
Cabe mencionar que respecto a esta diferencia entre la oferta y la
demanda hay dos aclaraciones que realizar, que se desprenden de la
observación del contexto escolar. Primero, si bien los recursos
para la demanda son menores en cantidad a la oferta, el estudiante
demanda de manera consistente y reiterada, siendo las instancias de
demanda notoriamente más frecuentes que la oferta durante los
intercambios comunicativos observados. Esta característica es
consistente con la descripción del Espectro Autista referido al
lenguaje instrumental y los intereses restringidos del estudiante, lo
que provoca mayor interés en demandar los objetos u acciones que
desea, a través de los adultos que le rodean.
La segunda
aclaración en relación con la cantidad de
recursos implementados para la oferta y la demanda, esta da cuenta de
una característica del repertorio comunicativo del estudiante.
Por una parte, la menor cantidad de recursos para la demanda, en este
caso, da cuenta del nivel de estabilización de los recursos que
utiliza el estudiante. En cada contexto de situación el
estudiante utiliza ciertos recursos para demandar información,
bienes o servicios, es decir, estos recursos son ya parte estable de su
repertorio semiótico y puede diferenciar entre sus funciones.
Por otra parte, la oferta de bienes, servicios, o información,
si bien presenta mayor diversidad de recursos, la mayor parte de estos
son utilizados de forma aleatoria y espontánea, lo que implica
una menor estabilización de los recursos y menor
diferenciación de sus funciones, y para los interlocutores una
mayor dificultad para interpretar los significados comunicados.
Estos diferentes grados de
estabilización de los recursos
semióticos y comunicativos coinciden con las investigaciones
realizadas por Bates y equipo (1979) respecto al desarrollo del
lenguaje. Su propuesta describe cómo los niños en la
etapa pre-lingüística estabilizan las funciones
comunicativas a través del uso de recursos semióticos
específicos para alcanzar objetivos concretos. Estas funciones
se vuelven cada vez más consistentes en el tiempo, lo que
denomina formas comunicativas consistentes. Si consideramos,
además, las características descritas respecto a los
intereses restringidos de las personas dentro del Espectro Autista
(Wing, 1997), podríamos decir que la demanda, al estar en
función de los intereses restringidos, podría facilitar
esta diferenciación funcional entre los recursos comunicativos.
Por ejemplo, dado que
dentro de los intereses restringidos del
estudiante se encuentra una botella de bebida, un peluche y un dibujo
de "Jim de la Luna", el estudiante utiliza el recurso de
"imitación de llanto" de forma estabilizada, cada vez que pide
alguno de los objetos mencionados. Este recurso se caracteriza por una
mirada intensa al interlocutor, una expresión facial de angustia
y un llanto fingido con una tonalidad e intensidad específica,
que va aumentando en la medida que demora la respuesta a su demanda.
Este recurso deja de ser utilizado en el momento en que el estudiante
recupera el objeto de demanda.
En cuanto a la oferta, los
recursos "tocarse el entrecejo" y
"verbalizar y/o gesticular Chao" son usados consistentemente para
informar que está enojado y para informar que quiere poner fin a
la interacción, respectivamente. Los recursos restantes son
utilizados de formas indistintas, constituyéndose como funciones
comunicativas menos estabilizadas. Siguiendo este mismo razonamiento,
los recursos utilizados para la oferta se encontrarían en un
nivel menos estabilizado de sus funciones, requiriendo por parte del
interlocutor de una interpretación más contextualizada y
un mayor conocimiento de la persona con autismo que en las situaciones
de demanda.
Para describir con mayor
detalle los objetos de intercambio, es posible
apreciar en la Tabla 5 la subdivisión de los recursos utilizados
para la oferta y demanda en bienes, servicios e información, los
cuales corresponden respectivamente a la demanda u oferta de objetos,
acciones o informaciones que el estudiante utiliza en las interacciones
en contexto escolar. En la Tabla 5 se observan que recursos utiliza
para tal o cual objeto comunicativo.
Un elemento importante a
destacar a partir del análisis de la
Tabla N° 5, es que al igual como señala Dreyfus (2011) a
partir de su investigación, estos resultados de un estudio de
caso demuestran que esta personas dentro del Espectro Autista o con
severa discapacidad comunicativa también utiliza recursos
comunicativos poco consistentes, emplean el mismo recurso en diversos
contextos y para significar en diferentes situaciones, generando
ambigüedad en la interpretación de los significados por
parte de los interlocutores. Así, en el caso de la demanda,
tenemos el recurso de "tirarse al suelo", el cual se repite tanto en
demanda de información, bienes y servicios ¿Cómo
interpretar estos significados que nos resultan ambiguos en la
interacción con personas autismo? Para hacer una
interpretación adecuada de la interacción comunicativa y
de la función del recurso utilizado es necesario analizarlo
desde su contexto de situación, es decir, el recurso utilizado
significará tal o cual cosa, dependiendo del contexto
situacional donde el joven use este recurso.
Por ejemplo, el "tirarse
al suelo" significará una demanda de
información en el contexto de almuerzo en el comedor de la
escuela, en cambio, significará demanda de un servicio durante
el periodo de clases en el aula. Este recurso de "tirarse al suelo"
requiere un análisis situado para realizar una
interpretación adecuada. Sumado a esto, el modo semiótico
se presenta por lo general de forma enérgica y repentina, lo que
genera desconcierto en el entorno. A continuación, se
profundizará en este recurso en particular.
4.2
Análisis del recurso semiótico "Tirarse al suelo"
Si bien uno de los
resultados de los análisis es el repertorio
de recursos semióticos, también es posible mostrar un
análisis en profundidad de uno de los recursos que utiliza el
estudiante para significar, este recurso es el "tirarse al suelo". El
recurso de "tirarse al suelo" posee la particularidad de expresarse en
diferentes situaciones comunicativas. El estudiante hace uso de este
recurso durante todo el periodo de clases, mostrando un aumento en
frecuencia e intensidad de la conducta durante el último
periodo, cuando se acerca la hora de salida de la escuela, el cual
corresponde al almuerzo. El estudiante utiliza el recurso, ya sea en la
sala de clases durante la asignatura de expresión
artística o en la sala de psicomotricidad durante el taller de
relajación, y luego en el comedor durante el almuerzo
propiamente tal.
A continuación, se
muestra en la Tabla 6 el registro de las
interacciones de estas tres situaciones comunicativas en las que el
estudiante utiliza este recurso. Recordemos que el registro corresponde
a las tres variables campo, tenor y modo que describen y configuran la
situación comunicativa.
En la Tabla 6 es posible
apreciar el despliegue del recurso "tirarse al
suelo" a través de diferentes registros. El recurso en
cuestión se expresa en los tres contextos de CAMPO: actividades
curriculares de artística, taller y almuerzo, con un TENOR en
donde participan el profesor, la asistente técnica del curso y
compañeros del curso. La interpretación general de este
recurso dice relación con comenzar/finalizar una actividad. Sin
embargo, esta interpretación sigue siendo demasiado general para
impactar en la Calidad de Vida del estudiante, para lo cual es
necesario especificar en contexto de desempeño, es decir,
generar una interpretación particular en el contexto de
situación donde emerge el recurso utilizado.
Para esto se ha
seleccionado el contexto de "Comedor" en la actividad
de "Almuerzo" con la presencia de "Compañeros de curso", "Otros
compañeros", "Profesor y asistente técnico". Es necesario
tener en cuenta que la actividad de almorzar es la última a
realizar antes de la salida de la escuela, y es justamente, en este
contexto, en donde el recurso de "tirarse al suelo", se interpreta por
la comunidad educativa solamente como una conducta disruptiva, y no
como un recurso comunicativo. A continuación en la tabla 7 se
aprecia el contexto de situación del análisis del recurso
“tirarse al suelo”.
Es necesario recordar que
el análisis del significado del
"tirarse al suelo" es realizado siempre en su contexto, por lo cual, el
significado del recurso está supeditado a su contexto de
situación o registro (campo- tenor- modo), esto nos puede dar
luces de que otros significados a partir del mismo recurso se pueden
configurar en otras situaciones, pero que no necesariamente se
podrá extrapolar el significado a otros contextos.
Debido a lo anterior, lo
que interesa conocer es ¿Qué
significa el recurso de tirarse al suelo en el contexto de almuerzo?
Para responder a esta pregunta la actividad del almuerzo es segmentada
en tres partes: inicio, desarrollo y cierre de la actividad.
4.3
Significado contextualizado del recurso tirarse al suelo
Durante inicio de
actividad: "Sácame de este lugar", "No quiero
comer"
Durante el inicio de la
actividad de almuerzo, es decir, al ingresar al
comedor, puede utilizar dos veces el recurso de tirarse al suelo con
dos significados distintos. Al entrar al comedor y tirarse al suelo el
estudiante demanda servicios, significado que podría ser
traducido como "sácame de este lugar". Cuando el estudiante
entra en el comedor expresa el rechazo a estar en tal lugar, lo cual
puede tener diversas causas, algunas de ellas pueden ser la presencia
de estudiantes de otros cursos, la disposición del espacio, los
sonidos, entre otros. Estas causas son posibles de indagar y determinar
a partir de la interpretación del recurso "tirarse al suelo" en
este contexto.
Al inicio de la actividad,
acercarse a la mesa también ofrece
información, significado interpretado como "No quiero comer". La
diferenciación entre un significado y otro dependerá del
contexto en que se ejecute, en este caso, cuando la comida del
estudiante está servida en la mesa, el significado pasa de ser
una demanda de servicios a una oferta de información "no quiero
comer".
Durante el desarrollo de
la actividad: "Déjame solo"
Durante el desarrollo de
la actividad el estudiante intenta escapar del
comedor constantemente y utiliza el recurso "tirarse al suelo" cuando
se lo impide el profesor o alguna asistente que se encuentre en el
comedor. A la utilización de este recurso se le ha llamado
"Déjame solo". En este contexto el estudiante está
intentando buscar espacios para la auto regulación. Es altamente
probable, considerando sus características de hipersensibilidad
(Frith, 1994) que el exceso de estímulos sonoros y visuales en
el contexto comedor generen una sobre estimulación lo que hace
que el estudiante busque regularse al utilizar el recurso "tirarse al
suelo" demandando la acción de dejarlo solo.
Durante el final de la
actividad: "¿Qué haremos?",
"¿Quién me viene a buscar?"
Durante el final de la
actividad, ocurre la situación que es la
más importante con relación a la mejora de la Calidad de
Vida del estudiante, esto es utilizar el recurso "tirarse al suelo"
después del término del periodo de almuerzo. Cuando el
estudiante utiliza este recurso al final de la actividad de almuerzo se
encuentra sólo o en compañía del profesor, lo cual
implica que la actividad de almuerzo ya ha finalizado y el estudiante
se encuentra solo. Esto significa que no utiliza el recurso como
"déjame solo", tampoco lo utiliza como "no quiero comer" porque
ya no tiene que comer, el plato está retirado de la mesa.
Tampoco significa "sácame de aquí" puesto que el
estudiante conoce la rutina de la actividad, es decir, sabe que es
momento de salir.
En esta situación
concreta, utilizando el recurso de "tirarse al
suelo" el estudiante demanda información respecto a las
actividades a realizar en el futuro inmediato, es decir, el momento en
que los padres lo recogen del colegio. La información solicitada
la interpretamos como"¿Quién me viene a buscar?"
"¿Qué haremos?" Este significado es sumamente importante
con relación a las descompensaciones emocionales y recursos
comunicativos peculiares que presenta el estudiante durante el
último periodo de clases, puesto que el joven expresa una
relación afectiva/comunicativa diferente dependiendo de
cuál de los dos padres lo retira de la escuela.
Esto se relaciona con las
actividades que se realizarán
posteriormente al periodo escolar ya que depende de cuál de los
dos progenitores lo retire y de la actividad a realizarse de inmediato
con él. Por ejemplo, si lo viene a buscar la mamá hay
mayor probabilidad que su desplazamiento sea a la casa de forma
inmediata, en donde la madre lo dejará en cuidado de otro
familiar. Por otro lado, cuando lo retira el padre, suelen desplazarse
hacia otros lugares antes de irse a la casa, como ir a supermercado o
tiendas de comida rápida.
Esto implica que si se le
otorgan los apoyos necesarios para anticipar
de mejor manera la situación de salida de clase respecto a
quién lo viene a buscar (papá o mamá) y qué
actividad realizarán (ir al supermercado, a la casa, a comer,
entre otros) es altamente probable que disminuya la ansiedad que
presenta en esta situación y con esto disminuyan también
sus descompensaciones emocionales durante el último periodo de
clases. Así, al interpretar adecuadamente la necesidad que
demanda el joven a través de este recurso que se presenta como
disruptivo para su contexto escolar inmediato, se espera que este sea
utilizado con menor o ninguna frecuencia al estar ya satisfecha su
necesidad.
Como cierre de la
interpretación del recurso "tirarse al suelo"
es posible expresar que el recurso de "tirarse al suelo" lo utiliza
principalmente como demanda de acciones durante el periodo de almuerzo
en el comedor, y demanda de información durante el último
periodo de la actividad de almuerzo, siendo esta última
interpretación las más valiosa en tanto elemento para la
mejora de la Calidad de Vida del estudiante. A continuación se
presentan las principales conclusiones de esta investigación.
5.
Conclusiones
Teniendo en cuenta la
caracterización de las interacciones
comunicativas de las personas con dentro del Espectro Autista desde la
Semiótica Social y el paradigma Inclusivo, se logra develar el
repertorio comunicativo de la persona de este estudio para contextos
específicos en los que se desenvuelve. Esta descripción
posibilita una mejor interpretación de las interacciones del
estudio de caso, al conocer cuáles recursos utiliza en
determinados contextos. Dicho conocimiento debería repercutir,
por una parte, en una disminución de los malos entendidos por
parte de los interlocutores quienes podrían ser más
asertivos en el intercambio de significados y, por otra, podría
aminorar la frecuencia y duración de las situaciones en las que
la persona dentro del Espectro Autista persevera en su conducta
comunicativa sin obtener la respuesta buscada. La descripción
del repertorio comunicativo o constelación (Quirós, 2006)
de este estudiante en particular, va de la mano de la valoración
de sus recursos para crear significados y de su potencial para
comunicarse con los demás.
De esta manera, destacamos
que la indagación en los recursos
comunicativos de manera situada potencialmente podría repercutir
en la mejora de la Calidad de Vida de la población estudiantil
dentro del Espectro Autista, puesto que ayuda a la
interpretación de sus necesidades, deseos y opiniones,
respetando sus propios recursos comunicativos. En el caso de este
estudio, resulta fundamental la interpretación del recurso
"tirarse al suelo" como medio para la demanda de información, lo
que otorga en primer lugar una visión explicativa de la
razón por la cual genera esta conducta el estudiante durante el
último periodo de clases, junto con una posibilidad
práctica de generar un plan de apoyo individual que apunte a
trabajar esta situación particular, así como otras, ya
que se conoce los recursos y la intención comunicativa de estos
recursos en ciertos contextos.
A modo general, cabe
mencionar la necesidad de comprender que la
visión que se tiene de las personas del espectro autista genera
un impacto directo en las relaciones comunicativas que se tienen con
ellas. Esto quiere decir, que es menester de la cultura en donde se
desempeñan todas las personas que participan en la sociedad el
educar en la valoración a la diversidad, teniendo en cuenta las
distintas formas de ser en el mundo y, en el caso particular de este
artículo, referido a la diversidad comunicativa, valorando
positivamente las distintas formas y recursos que pueden ser utilizados
en la comunicación.
En definitiva, se sostiene
que la manera más adecuada,
responsable y ética respecto a cómo investigar las
interacciones de las personas dentro del Espectro Autista con el fin de
mejorar su Calidad de Vida corresponde al Análisis Multimodal
del Discurso desde la Semiótica Social. Ya que permite
interpretar todos los recursos que posee una persona para significar y
comunicarse en contextos de situación determinados, respetando
así las particularidades personales y sociales de cada quien.
Los hallazgos presentados
pueden aportar a múltiples ejes de
acción: intervención y apoyo especializado, funciones
psicológicas, detección y diagnóstico, apoyos
educativos, cambios en la cultura escolar y familiar entre otros. Pero
lo más importante consiste en un cambio de mirada respecto a
qué significa comunicar y en qué medida esta
noción de comunicación afecta a nuestra forma de concebir
lo humano y, por consiguiente, afecta la forma de relacionarnos con las
personas que presentan el espectro autista.
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Correspondencia a:
Gerardo Godoy Echiburú. Profesor en Escuela Especial Juanita Aguirre, Chile.
Dirección
electrónica: ichigen@gmail.com
Dominique Manghi Haquin. Académica en Pontificia
Universidad Católica de
Valparaíso. Chile e Investigadora responsable del proyecto
fondecyt1130684, Chile. Dirección electrónica:
dmanghi@gmail.com
Gonzalo Soto Cardenas.
Egresado de la carrera de Educación Diferencial, Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso. Chile.
Dirección electrónica: gonzalo.soto.cardenas@gmail.com
Isabel Aranda Godoy. Estudiante de la carrera de
Educación Diferencial en la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Chile.
Dirección electrónica: isabel.arandag@gmail.com
Artículo recibido: 7 de marzo, 2014 Enviado a corrección:
12 de setiembre, 2014 Aprobado: 1° de diciembre, 2014