Analisis Existencial del Rol Docente en el Manejo de la Disciplina en
el Aula y el Centro Educativo
Existential Analysis of the Teacher's Role in the Management of
Discipline in the Classroom and the School
Osvaldo Murillo Aguilar1
1Labora en el Instituto de Investigación en Educación. Profesor de la
Escuela de Orientación y Educación Especial, ambos de la Universidad de
Costa Rica. Licenciado en Orientación de la Universidad de Costa Rica.
Dirección electrónica: osvaldo.murillo@ucr.ac.cr
Dirección para correspondencia
Resumen
El presente ensayo tiene como propósito evocar la reflexión de las y
los docentes a partir de los hallazgos de experiencias positivas
respecto del manejo de la disciplina en el aula, las cuales fueron
analizadas desde la perspectiva de enfoques de intervención
humanístico-existenciales y en la cual participaron varios centros
educativos del país. El objetivo es que dichas experiencias sirvan de
herramienta e insumo para que los profesionales en Orientación puedan
abordar este tema en forma adecuada en las instituciones educativas
donde laboran, debido a que, en muchas ocasiones, la disciplina en el
aula se ha convertido en el principal problema de los y las docentes
del país, dado que actualmente representa todo un desafío el trabajo
con un grupo de estudiantes.
Palabras clave: disciplina, existencialismo, connivencia escolar, rol
docente.
Abstract
There are cases which describe this problematic issue as well as the
news media address how hard it is for teachers being in front of a
group of students and the challenge that represents for them. That is
why this essay presents positive experiences in discipline management
in the classroom applied by teachers from different regions of the
country. The experiences are analyzed from the perspective of
Humanistic-existential intervention approaches, in order to provide a
tool for teachers' reflections on their role in discipline management
along with inputs for Guidance and Counseling professionals to be used
in the schools where they work.
Keywords: discipline, existentialism, coexistence in school, teaching
role.
1. Introducción
Este ensayo retoma diversas experiencias como facilitador en el
Proyecto de Capacitación: Manejo de la Disciplina para la Convivencia
Escolar en el Aula, del Instituto de Investigación en Educación de la
Universidad de Costa Rica, durante diferentes jornadas de capacitación
desde el año 2006 hasta la fecha2
Como parte de los fines que busca este proceso de formación continua de
docentes, se encuentran principalmente sensibilizar a las y los
docentes para redescubrir su rol protagónico en el proceso de manejo de
la disciplina y la creación de ambientes más armónicos en los centros
de enseñanza y en segundo lugar facilitar un modelo de intervención
para tal fin.
En el marco de estas capacitaciones, para que las personas que reciben
la formación logren acreditar el curso, es necesario que con los
aprendizajes del mismo, diseñen un proyecto para el manejo de la
disciplina en su aula o centro educativo. Dentro de estos proyectos han
surgido prácticas concretas que se caracterizan por su originalidad,
creatividad, entrega y compromiso, que va más allá de realizar un
trabajo para obtener un título para carrera profesional, demostrando un
auténtico deseo de mejorar la convivencia en su aula.
Estos proyectos son desarrollados en distintas instituciones educativas
del país por docentes de los distintos niveles educativos, desde
preescolar hasta secundaria, trabajando desde temas relacionados con
los valores hasta las más diversas conductas disruptivas.
El impacto de los proyectos en ocasiones es tal que el resto de
docentes de los centros educativos solicitan a sus compañeras y
compañeros que les capaciten en sus técnicas para implementarlas
también sus aulas. Lo cual propicia un efecto multiplicador donde se
comparten las principales estrategias para la convivencia en el aula, a
las cuales las y los docentes hacen sus propias adaptaciones para el
manejo de la disciplina.
Gracias a que las y los docentes participantes de este proceso de
formación, comparten sus experiencias y aprendizajes, al finalizar el
curso o en la plataforma virtual de aprendizaje del Instituto de
Investigación en Educación, en el caso de las capacitaciones a
distancia, es posible visualizar que existen docentes en todo el país
capaces de asumir un compromiso con el mejoramiento de la calidad de la
educación costarricense, de recibir una capacitación y generar cambios
significativos en su entorno inmediato e impactando significativamente
la convivencia escolar.
Ahora bien, desde la disciplina de la Orientación, es importante
aportar criterios para colaborar con las y los docentes en la creación
de espacios escolares cada vez más apropiados para la convivencia, en
especial cuando la figura del profesional en el Orientación sigue
constituyendo un referente en este tema en las instituciones educativas.
Por este motivo. a partir de estas experiencias exitosas, cabe
preguntarse entonces ¿Cómo, desde la Orientación, se puede favorecer el
análisis del rol protagónico de la persona docente en el manejo de la
disciplina?
2. Concepto de Disciplina
Para iniciar el análisis es importante reflexionar sobre el concepto de
disciplina y el impacto que este tema tiene en el contexto escolar.
Actualmente el manejo de la disciplina, es una demanda constante en
muchos centros educativos, originada por la frecuente manifestación de
problemas de conducta en las escuelas y colegios, propiciando en
ocasiones una convivencia tensa para los miembros de la comunidad
educativa, siendo así una necesidad imperiosa que afrontar y donde la
persona profesional en Orientación está llamada a ser protagonista
junto al cuerpo docente.
Alrededor de la disciplina puede existir una gran diversidad de ideas
en torno a lo que se entiende por este concepto; dichos criterios son
los que inciden en la manera en la que las personas docentes manejan la
disciplina en el aula.
Por ende, la definición conceptual requiere pensar, como lo menciona De
la Mora (2003), en cómo cada docente en el aula maneja la disciplina a
partir de lo que cree que ésta es. En este sentido cabría suponer
entonces que la disciplina implica ante todo, un proceso en el que
convergen sentimientos, normas, valores, metas, currículum,
personalidades, contexto, entre otras variables.
Desde lo que menciona esta autora, para comprender el manejo de la
disciplina, es necesario observarla desde una perspectiva más holística
que permita trascender la visión reglamentista y le permita a las
personas potenciar su capacidad de socializar y convivir, al mismo
tiempo que se favorece el proceso de enseñanza aprendizaje.
Un concepto que logra integrar esta postura es el propuesto por Curwin
y Mendler, citados por De la Mora (2003. p. 15) quienes exponen que la
disciplina es: "La habilidad que tiene la persona para plantearse una
meta y persistir hasta alcanzar y tener control de sus impulsos, para
dirigir conscientemente su conducta, cuidando de no afectar los
derechos de los demás".
Desde esta perspectiva la disciplina es una habilidad, debido a que es
algo que la misma persona puede ejercer, pero que también puede
aprenderse y adquirirse a través de procesos que le estimulen. Todo lo
anterior se relaciona con lo que define León (1998), como la disciplina
desde el punto de vista humanista, es decir una disciplina que, sin
alejarse del afecto, les permita a las y los estudiantes adquirir
paulatinamente un sentido de control interno; mientras las y los
docentes asumen un rol protagónico en la formación de una habilidad que
será de utilidad para toda la vida en todos los contextos en que se
mueva la persona.
3. El rol docente en el manejo de la disciplina.
Como se logra observar, en las ideas anteriores, el manejo de la
disciplina en el aula es una realidad compleja que requiere del
análisis de múltiples factores, la influencia de la familia y de la
sociedad en general son dos aspectos que se suman a las variables
citadas anteriormente y que reflejan a la perfección la dificultad que
encierra este tema.
Es difícil para la persona docente conservar la disciplina en un
espacio físico reducido donde convergen más de 25 historias de vida por
más de 6 horas diarias y una serie de necesidades de distinta índole a
las que se suman las exigencias de un curriculum formal.
Por tal motivo, se podría decir que el trabajo de mantener en las aulas
una dinámica favorable para el aprendizaje es una tarea desgastante
para quienes ejercen la docencia, pues es sobre estas personas que
recae la responsabilidad de manejar la disciplina, una tarea para la
cual no siempre se cuentan con la suficiente formación o los recursos
necesarios.
En este sentido. Cubero (2011) insiste en la necesidad de colaborar
para que él y la docente puedan desempeñar adecuadamente su labor en
cuanto al manejo de la disciplina se refiere, y lo importante que
resulta un análisis del propio papel en este tema.
Para esta autora, la figura docente tiene un papel trascendental en lo
referente a la disciplina en el aula y el centro educativo,
principalmente debido a la manera en que la presenta la oferta
educativa, sus planeamientos y la metodología con la que trabaja.
Para Fierro. Carbajal y Martínez (2010), la importancia del docente en
la creación de espacios más favorables para la convivencia escolar,
radica en la manera en que este asume a sus estudiantes y en cómo se
comunica con ellos y ellas.
Para las autoras, la forma en que se dirige la persona docente a sus
estudiantes tiene una carga afectiva que influye en el comportamiento
de estos y estas en las aulas, ya que con sus palabras puede influir en
que las y los estudiantes se sientan, confirmados, juzgados, ignorados
o valorados.
De ahí la necesidad que menciona Cubero (2011) de provocar la reflexión
y la toma de conciencia de las personas docentes sobre su papel en la
convivencia escolar y concretamente en el manejo de la disciplina.
Reafirmando este posicionamiento, Murillo (2009, p. 17) señala que "no
es posible separar la disciplina de quien la administra, en este caso
del profesorado", es decir que si se desea mejorar las situaciones de
disciplina y convivencia en los centros educativos, es necesario
trabajar con el cuerpo docente, con el fin de ayudarle a asumir la
cuota de responsabilidad que le corresponde en este proceso.
Durante los cursos y la sistematización de los mismos, es posible
observar un denominador común en las experiencias más exitosas, y es
que las y los docentes enfatizan en que una de las claves para mejorar
la forma de manejar la disciplina en las aulas es percatarse de que
ellas y ellos pueden ser un agente de cambio fundamental para la
convivencia. Lo cual se denota en algunos de los aprendizajes que ellos
y ellas señalan:
"La disciplina parte de la persona, de su propio conocimiento y de sus
propias metas, para lograr una disciplina cada persona requiere de
dirigir adecuadamente sus acciones"
"Me parece muy valioso (el curso) para mi labor como docente, induce a
una reflexión de nuestra práctica y a mejorar aspectos que quizás no
los estábamos abordando adecuadamente"
Lo anterior evidencia la importancia de incentivar la reflexión en
torno al papel del docente en el manejo de la disciplina y de potenciar
el sentido de responsabilidad y compromiso que poseen las y los
profesionales en educación, en beneficio de la convivencia escolar.
Para ofrecer los criterios necesarios para dicha reflexión, se tomarán
como referente un enfoque existencial, con el fin de mantener una línea
congruente con el mismo proceso capacitación, que consta de una primera
fase de sensibilización basado en la teoría humanista-existencial con
el aporte León (1998), sobre la influencia de las necesidades en el
manejo de la disciplina en el aula y el aporte de Abarca. Cubero y
Nieto (1996), sobre la incidencia de la conducta docente y su manera de
comunicarse en el establecimiento de la disciplina escolar.
Asimismo, la elección de este enfoque tiene la intención desde la
Orientación, de centrarse en la figura docente como elemento primordial
en el manejo de la disciplina en el aula con la finalidad de
revalorizar la importancia de su labor en este tema, considerando tanto
su parte profesional como personal.
4. Premisas teóricas para el análisis de las experiencias.
A lo largo de las capacitaciones las experiencias de los y las docentes
han suscitado el interés de profundizar en la temática de la disciplina
escolar desde distintas perspectivas; por eso motivo se pueden citar
por lo menos tres trabajos que han abordado este objeto de estudio, al
menos en nuestro país.
En un primer acercamiento la investigación inicial de Abarca. Cubero y
Nieto (1996), se acerca a la disciplina (en una de sus tantas aristas)
a partir de la comunicación docente y su conducta sobre la disciplina
en las aulas, en segundo lugar León (1998) ofrece una perspectiva
humanista del tema en basada en las propuestas de Maslow e intenta
explicar cómo detrás de cada conducta perturbadora de un estudiante en
clase, se encuentra una serie de necesidades insatisfechas. Y en un
tercer momento Murillo (2009) aporta desde las teorías cognitivo-
conductual cómo se pueden analizar los distintos estilos de ejercer la
disciplina.
Sin embargo, hasta el momento no se ha realizado un acercamiento
teórico que intente explicar cuál podría ser la motivación del o la
docente para asumir su rol o responsabilidad en el manejo de la
disciplina o cómo poder explicar que existan docentes que sí asuman o
reconozcan su rol protagónico en esta tarea.
Por lo tanto y para mayor claridad de lo que se desea abordar en este
análisis, se pasa a detallar algunas de las principales categorías
teóricas del existencialismo:
La existencia precede a la esencia: este principio se basa en que las
personas en primera lugar existen y posteriormente se definen por medio
de sus elecciones y acciones.
No hay verdad excepto en la acción: en otras palabras, desde el
existencialismo no basta con que las personas piensen, crean o digan lo
que desean hacer, es necesario llevarlo a la acción consecuentemente.
Libertad y responsabilidad: es decir toda persona, según Sartre (2009),
es lo que ella hace de sí misma y este es el mayor logro de su vida. Es
decir es libre de escoger por sí misma y aceptar con responsabilidad
las consecuencias de sus actos.
Toda verdad y toda acción implican una voluntad y una subjetividad
humana: para Naranjo (2006) este principio destaca que la realidad se
encuentra en cada persona y en su percepción de los eventos y no en los
eventos aislados.
Soledad y relación: Corey (1989), explica este principio existencial,
como aquella condición de la persona de definirse y construirse a sí
misma de manera solitaria, pues nadie decide por ella, ni vive por
ella, ni encuentra las respuestas por ella, de alguna forma es una
manera de estar en soledad. Sin embargo, al mismo tiempo es un ser
social que vive en relación con otros, es decir, personas que aprenden
a ser ellas mismas en contacto con los demás.
Toda persona es un sujeto no un objeto: en este sentido Pine citado por
Naranjo (2006). menciona que el ser humano no puede ser objeto de
ciencia, porque esta no puede descubrir el yo en cada persona.
La búsqueda de autenticidad: para Corey (1989) esta es una clave del
existencialismo, es la necesidad del ser humano de afirmarse a sí mismo
como único y valioso, es reconocer las propias limitaciones y
capacidades y trascender el yo.
El aquí y el ahora: el pasado no interesa, es necesario centrarse en el
presente. Queda mejor: Aunque según la perspectiva fenomenológica de
Husserl (1982) el pensamiento de los hechos pasados se encuentra en el
presente de la persona, es necesario centrase en este último.
Autoconciencia: según lo menciona Naranjo (2006, p. 20), se trata de
descubrir "su único ser en el mundo", ser consciente de las dimensiones
de su existencia.
Muerte y no ser: para Corey (1989). es necesario que las personas se
replanteen el concepto de muerte e involucren otra clase de muerte
aparte de la física, como perder la curiosidad intelectual y la
sensibilidad.
La búsqueda de significado: lo cual plantea Frankl (2007) es la tarea
esencial del ser humano, descubrir el sentido de su vida.
A partir de las anteriores categorías teóricas propias del
existencialismo y con las experiencias del Proyecto de Capacitación:
Manejo de la Disciplina para la Convivencia Escolar en el Aula, se
pretende brindar, desde la perspectiva de la Orientación una serie
pautas que le permitan a la persona docente reflexionar sobre su
práctica educativa en relación con el manejo de la disciplina, y al
orientador u orientadora contar con un material que le permita abordar
la temática con sus compañeras y compañeros del cuerpo docente donde
labora.
5. Consideraciones para analizar el rol docente en el manejo de la
disciplina.
Tal y como se ha mencionado en este ensayo. para generar un cambio
significativo en la manera en que se asume la disciplina y por ende en
la forma en que esta se maneja en las aulas, es necesario asimilar el
rol protagónico que se tiene en dicho proceso, de ahí que la primera
pauta que se abordará en el ensayo enfatiza en este aspecto.
5.1 Tomar conciencia.
El primero de los aspectos a analizar para contribuir a mejorar la
manera en que se asume el reto de manejar la disciplina en las aulas,
se basa en las experiencias de las y los docentes que mencionan haberse
percatado de la responsabilidad que tienen en el mejoramiento de la
convivencia en el aula y en el centro educativo, empezando con realizar
acciones significativas desde su salón de clase que impactan en el
resto de la institución ¿Cómo lo lograron?
Desde la perspectiva existencial, una manera de explicar esto radica en
que estas y estos docentes parten de una pregunta existencial básica
(que no necesariamente es consciente), relacionada en este caso con su
vocación. ¿Quién soy y a dónde quiero llegar? ¿Cómo experimento mi
mundo?
Es decir, su relación con las situaciones de la disciplina de su grupo
y con las conductas de sus estudiantes dejan de ser como lo menciona
Hurssel (1982) un asunto trascendente, entendido en el sentido
fenomenológico, es decir algo fuera de la conciencia, para ser una
situación inmanente, es decir en el sentido más simple, algo propio de
la conciencia, en este caso de su conciencia docente, percatándose de
su papel directo en el manejo de la disciplina. al reflexionar sobre su
rol en este tema.
Este se podría ser el primer y más importante paso para generar cambios
significativos como es el caso de docentes que lograron que su proyecto
de manejo de la disciplina se ejecutara y obtuvieran cambios
significativos en el clima del aula. Un ejemplo que ilustra esta
situación es la siguiente frase de una maestra de segundo grado:
"yo digo que lo que me funcionó más que cualquier técnica fue darme
cuenta de que yo era la primera que gritaba, entonces bajé, empecé a
bajar la voz y escuchar más lo que ellos tenían que decir y ha sido
genial..."
Los cambios parecen iniciar una redefinición de su rol ante los eventos
cotidianos de la convivencia escolar, no como una labor propia de su
trabajo, sino como una labor que nadie más haría por ellos o ellas.
Esto es parte de tomar conciencia de su ser único y contemplarse a sí
mismas y sí mismos, como piezas importante en la convivencia escolar.
El tomar conciencia es también, según Naranjo (2006) poder usar el
potencial para la acción, es reconocer que ante las situaciones de la
vida se puede elegir, por ejemplo buscar su ser único o permitir que la
identidad se pierda en la conformidad. Lo cual se relaciona con otros
principios existenciales como el poder de la acción como la única vía
para llevar los cambios deseados a la práctica, y la responsabilidad de
asumir las consecuencias de las propias decisiones.
En el caso de docentes que lograron cambios significativos en los
patrones de convivencia, se puede afirmar que existe una clara
conciencia de su identidad profesional, pero lo anterior también
permite considerar que en los casos en los cuales el o la docente no
asume su rol en la convivencia, se podría decir que su identidad se
pierde en la conformidad.
Cuando una persona aumenta su autoconciencia lo hacen también sus
posibilidades de elección en la vida. Para Naranjo (2006), una persona
que se encuentra en este proceso de crecimiento es capaz de asumir más
riesgos y de experimentar, comprometiéndose consigo misma a utilizar su
potencialidad para generar diferencias y cambios. Para los docentes que
manifiestan experiencias exitosas en el manejo de la disciplina no es
sencillo, percatarse de que tenían que cambiar la manera en la que
estaba afrontando sus labores, ni tampoco arriesgarse a usar nuevas
metodologías, sin embargo lo hacen y logran trascender, ahora en un
sentido diferente, es decir habiendo asumido la disciplina como algo
inmanente a sí misma para transformarla, tal y como lo señala el
siguiente ejemplo:
"queríamos trabajar la conducta de que los chicos hablan demasiado
fuerte, más bien gritan, pero por más técnicas que usamos no lo
logramos, entonces el director y yo nos dimos a la tarea de observar
qué pasaba y nos dimos cuenta de que éramos nosotras las maestras las
que dábamos el ejemplo, a veces necesitábamos una escoba o algo y
salíamos a la puerta del aula y gritábamos para pedir las cosas...
empezamos a cambiar esto y hemos visto el cambio en los chicos
también..."
Este cambio significativo que señalan las personas docentes como la del
ejemplo, al incrementar su autoconciencia, les permite visualizarse a
sí mismas como agentes de cambio en un momento y lugar únicos, y asumir
la responsabilidad de este cambio.
Ahora bien, quienes lograron realizar cambios significativos en el
manejo de la disciplina se vieron ante la necesidad de tomar una
decisión que les permitiera crear un espacio de convivencia cada vez
más armónico, y realizaron una elección que les permitió mejorar en su
desempeño.
5.2 Ejercer libre y responsablemente el manejo de la disciplina.
En cuanto a los problemas de disciplina, es común escuchar a docentes
durante los procesos de capacitación señalar como los principales
responsables de la indisciplina a los padres y madres de familia,
generando con ello uno de los principales discursos con los que se
trata de explicar la causa de los problemas disciplinarios en las
instituciones educativas.
Si bien es cierto, el abandono de muchos padres y madres de familia de
sus responsabilidades es una causa fundamental de los problemas de la
disciplina, es importante que el y la docente, reflexione con mayor
énfasis en aquellas causas que atañen a aspectos relativos a sus
funciones para ocuparse de ellas, pues es sobre estas que pueden
ejercer mayor injerencia. Los siguientes comentarios ilustran este
punto:
"aquí podemos hacer de todo para mejorar la disciplina pero llegan a la
casa y se les olvidó todo"
"uno se esfuerza porque aprendan hábitos pero en la casa los papás lo
que dicen es que una es una vieja loca, que no le hagan caso..." "el
problema principal aquí es la familia"
Para muchos y muchas docentes no es fácil abandonar estos discursos y
terminan perdiéndose en la conformidad y la seguridad de lo inmutable,
decidiendo funcionar con una parte solamente de su capacidad. Desde el
existencialismo, según Naranjo (2006) esto puede explicarse debido a la
ansiedad existencial, es decir a la tensión que se genera ante la
posibilidad de visualizarse como alguien que necesita cambiar para
poder realizarse o trascender, para algunas personas esta ansiedad es
la fuente motivacional y para otras el cambio es una situación que no
desea asumir.
En el caso de estas últimas. Frankl (2007), señala que suelen ser
capturadas por un sentimiento de vacío existencial y apatía, lo cual
podría explicar cómo algunas personas docentes deciden apegarse a su
metodología de trabajo o formas de manejar la disciplina, aunque estas
no les generen resultados favorables.
De nuevo se muestra como existen personas que logran optar por un
cambio en su modo de percibir y manejar la disciplina, otras que
prefieren no hacerlo, también están aquellas que desean un cambio pero
no encuentran la manera de llevarlo a cabo y por último quienes deciden
no pensar en el tema. De cualquier manera la persona está tomando una
elección ante el problema haciendo uso su libertad.
En este sentido la liberad, es otra de las categorías teóricas del
existencialismo que ayuda a estudiar experiencias exitosas en el manejo
de la disciplina. Sartre (2009) menciona que existen muchos pretextos
que el ser humano inventa con el objetivo impedir el uso de su
libertad, como la herencia, el ambiente, la educación, la cultura; pero
que al final la persona es lo que ella hace de sí misma.
En otras palabras, una persona con mayor autoconciencia es alguien que
se siente en capacidad de utilizar su libertad para dejar atrás
patrones que no le permiten seguir realizándose. En este caso
particular, podría decirse que las y los docentes que logran llevar a
cabo un plan de manejo de la disciplina, utilizan su libertad para
cambiar esquemas que no le permitían hacer de la experiencia de clase
una vivencia armónica y placentera. Toman una decisión conscientes de
su papel docente y la llevan a la acción.
Si bien es cierto no se puede suponer que la capacitación recibida
fuera la causa directa de esta toma de conciencia, no se puede negar
que al menos amplió marco su referencia, y tal como lo menciona Beck
(1979). a medida que esto sucede las personas llegan a conclusiones
cada vez más ricas, con mayor capacidad de predicción y una mejor base
para tomar sus decisiones.
Ahora bien, si desde la fenomenología y existencialismo como rama de
esta, se propone según Hurssel (1982) y Beck (1979) que existen
elementos dados que son trascendentes, u objetos ante los cuales las
personas realizan sus propias percepciones, de alguna manera se propone
también que ante estos hechos dados o reales las personas eligen sus
respuestas y se hacen responsables de ellas y de sus consecuencias.
En esta línea, según Beck (1979), existe una cultura que es dada y es
común a muchas personas y en muchas ocasiones éstas hacen valoraciones
de la misma muy similares, y al final es cada quién, quien asume las
decisiones últimas, se puede decir que así sucede también en los
centros educativos, donde existe una cultura institucional o gremial,
padres y madres de familia con distintas características, condiciones y
reglamentos que les son dados a los y las docentes, y que es común para
muchos y muchas, al final es cada maestro y maestra la responsable de
su decisión última.
Tal y como lo menciona Frankl (2007) estas son las decisiones que se
toman con la última de las libertades, la espiritual. y la cual nunca
podrá ser arrebatada. En un sentido aún más estricto Sartre (2009)
menciona que nadie puede escapar de la responsabilidad de sus
elecciones y por ende de sus consecuencias.
5.2.1 Pasar de evadir a asumir.
En relación con el sentido de la libertad y la responsabilidad
Keikegaard, citado por Binetti (2006) hace un aporte interesante que se
liga con el concepto de libertad de Frankl (2007), para el filósofo
danés la libertad es algo más que un asunto de libre albedrío donde la
persona escoge ante una serie de alternativas, sino que un asunto de
reflexión que involucra a todo el espíritu de la persona, por lo que la
persona elige o decide más bien por una voluntad de fuerza interior y
no simplemente por un razonamiento práctico.
Este criterio existencial de Keikegaard, citado por Binetti (2006)
podría ayudar a responder una interrogante más en este análisis ¿Cuál
es la razón por la que algunas y algunos docentes si asumen su rol con
responsabilidad en el manejo de la disciplina y otras u otros no?
Desde estos aportes se podría decir que el o la docente que aumenta su
autoconciencia no solo aumenta su potencialidad de elección en un
sentido de racionamiento sino que al reflexionar sobre su propio ser,
involucra a toda su persona en la decisión de asumirse como agente
activo el proceso de convivencia escolar. Por otro lado se podría
hipotetizar que quienes no lo hacen, asumen el manejo de la disciplina
como algo ajeno a sí mismas que no les involucra del todo, sino como
una función que demanda el trabajo, sin embargo esto demanda una
investigación a profundidad.
Ahora bien, retomar rol protagónico de la persona docente en el manejo
de la disciplina, tal y como se ha observado, demanda entre otras
cosas, según Cubero (2011) una revisión de los propios patrones de
comunicación y de la metodología empleada hasta el momento. Esto por lo
tanto requiere de implementar, en muchas ocasiones, nuevas estrategias
en el manejo de la disciplina, lo que a su vez involucra activar el
potencial creativo.
5.3 Retomar la curiosidad y la sensibilidad
Cuando crece el compromiso y la responsabilidad como un agente activo
en el proceso de mejoramiento de la disciplina, se ha podido observar
que las personas docentes suelen manifestarlo elaborando distintos
materiales didácticos para sus estudiantes, esmerándose en la creación
de nuevos recursos que les faciliten su intento de generar espacios
aptos para la convivencia y el aprendizaje y por observarse así mismo
continuamente.
Este deseo de crear nuevas herramientas que favorezcan el manejo de la
disciplina y a su vez permitan transformar los espacios de los centros
educativos en beneficio de una convivencia cada vez más armónica, es
posible explicarlo por medio de lo que Naranjo (2006) denomina como
vivir las potencialidades creativamente.
Para ello es importante que las y los docentes, puedan reconocer
aquellas destrezas personales y profesionales que le puedan ayudar en
el manejo de la disciplina y ponerlas en práctica para la consecución
de esta tarea. Por ejemplo una docente puede tener facilidad para
trabajar con tejidos, dibujos y diversas técnicas para la elaboración
de manualidades, puede aprovechar para confeccionar rótulos con las
normas de clase, o la elaboración de signos que indiquen alguna
conducta deseada como poner atención o pedir permiso para levantarse,
de manera que la docente no necesite alzar la voz para alguna de estas
situaciones.
De igual forma, se han presentado casos de docentes que han logrado
involucrar sus habilidades personales en la metodología de clase de
manera que logran captar la atención de sus estudiantes al grado de
reducir considerablemente la generación de conductas perturbadoras,
como por ejemplo el caso de una docente que componía canciones para ver
algunos de los temas del curriculum, para posteriormente cantarlas en
el aula acompañada de su guitarra.
También puede citarse el caso de la docente de preescolar que elaboró
un personaje para que sus estudiantes le comentaran las quejas que
tenían de sus compañeros, propiciando incluso que lograran el diálogo
para resolver sus pequeñas diferencias.
Así como estos casos se podrían citar muchos más, de personas que
logran desarrollar al máximo sus potencialidades, con el objetivo de
contribuir en el manejo de la disciplina y en la construcción de
mejores espacios de convivencia.
A esta capacidad de involucrar las propias capacidades personales en el
manejo de la disciplina, Frankl (2007) le llama valor creativo. Este
valor según lo señala el autor, es uno de los tres valores que ayudan
al ser humano a descubrir el sentido de la vida. Existe lo que el autor
denomina como valor experiencial, el cual se centra en lo que la
persona puede obtener de las experiencias de su vida y encuentros con
otros, también se encuentran los valores actitudinales es decir la
postura que la persona decide asumir ante los eventos de su vida. Pero
lo valores creativos, son aquellos que se centran en lo que la persona
quiere darle al mundo.
De manera que si se observa el caso de los y las docentes que asumen el
rol protagónico del manejo de la disciplina, en primera instancia son
personas que decidieron tomar una postura ante los problemas de
indisciplina de sus instituciones o salones de clase, que les
permitiera generar cambios positivos en sus estudiantes (valor
actitudinal). Una posición que les permitió alejarse de la muerte, no
el plano físico, como lo explica Naranjo (2006), sino en el sentido de
la rutina y de actos metódicos sin sentido, permitiendo el surgimiento
de nuevas formas de entender y manejar la disciplina, un ejemplo de
esto son los siguientes comentarios de unos docentes:
"las técnicas comienzan a tener lógica con mi realidad, y eso estimula
a practicar, desarrollar y crear herramientas que me ayuden en la
disciplina en clase"
"di bueno a veces uno no tiene con que trabajar, pero cuando uno
entiende que la necesidad que tiene estos chicos de disciplina,
entonces uno con lo poquito que tiene hace algo que les llame la
atención y sirva para la disciplina también..."
Es decir, son personas capaces de observar lo que se encuentran en su
entorno y valorar aquello que les permita mejorar la manera en la que
manejan la disciplina (valor experiencial), potencializando sus
recursos personales y aprendiendo de las experiencias favorables de
otras personas en esta área y de los procesos de capacitación.
Una vez asumida una actitud y valorados los recursos y experiencias que
el entorno ofrece, las personas docentes que han tenido éxito en el
manejo de la disciplina, toman la decisión de aportar y crear (valor
creativo) nuevas formas para establecer la disciplina en las aulas y
los centros educativos, que nacen de sus propias capacidades personales.
Lo anterior evidencia que para poder involucrarse de esta manera en la
decisión de mejorar la disciplina escolar, las personas docentes
necesitan encontrarle el sentido que esto tiene para sus vidas, no solo
para sí mismas, sino también para la convivencia y el impacto en la
vida de sus estudiantes. De esta forma es posible pasar de la intención
a la acción.
5.4 Ponerse en movimiento. Del deseo a la acción.
Este es el aspecto que es más evidente para quienes están fuera y
logran observar los cambios que las personas en su interior han venido
construyendo. Se puede afirmar que cuando se da este paso la persona
deja de ser una observadora de los hechos trascendentes para ser
creadora de nuevos discursos.
Se puede decir también, que la acción es el reflejo del compromiso que
la persona asume consigo misma luego de un acto de elección consciente,
reflexivo, libre y responsable.
La importancia de la acción reside en que, como lo menciona Sartre
(2009), define a la persona, incluso para él, elegir no elegir es
también una elección. Por tanto, si las acciones de estos docentes les
definen es importante mencionar, que lo hacen como profesionales
responsables, capaces de asumirse como entes activos de la convivencia
en su centro educativo, y cuando esto sucede el impacto de las acciones
propicia que otras personas se interroguen a sí mismas sobre su acto
educativo, al menos en cuanto a la disciplina y convivencia escolar se
refiere.
La acción, de alguna manera al estar centrada en el aquí y el ahora
según Naranjo (2006). propicia que las personas se centren en utilizar
su tiempo en algo productivo, más que insistir en las causas remotas de
las situaciones, como por ejemplo pensar en "¿para qué seguir
trabajando la disciplina en el aula si en la casa les enseñan otras
cosas o los medios de comunicación solo enseñan "antivalores" y
violencia?", y en consecuencia no se actúa en el aula con las
capacidades y potencialidades con las que se cuenta. Esto lo confirma
una directora que llevó el curso cuando comentó que:
"Bueno nada hace uno con llevar un curso sino pone en práctica lo que
aprendió, de nada vale dejarse eso para uno solo"
En resumen no basta con la intencionalidad, es necesario actuar, como
lo hicieron estos y estas docentes, al final esto es lo que impacta y
tiene efectos multiplicadores.
A partir de las experiencias exitosas en el manejo de la disciplina, se
puede decir que existen dos condiciones que ayudan a las personas para
actuar, una de ellas es el principio existencial citado por Naranjo
(2006), como estar presente en lo apremiante del momento y la segunda
es la paradoja de soledad-relación.
La primera consiste según la autora, en que el pasado no es tan
importante como el momento presente donde la persona es. Para el caso
del manejo de la disciplina, es importante aprender de las experiencias
pasadas, con otros grupos, estudiantes y aplicando diversas técnicas,
pero lo que es realmente necesario es aplicar en el presente estos
aprendizajes derivados de estas vivencias.
Existen docentes que en ocasiones se sienten abrumados por experiencias
pasadas en las que el manejo de la disciplina no ha sido el más
esperado, sin embargo es importante reconocer que el tiempo para
generar cambios y actuar es el presente.
Asimismo un factor fundamental en las experiencias exitosas de manejo
de la disciplina, radica en comprender que el trabajo se realiza en
medio de la paradoja de la soledad - relación. Soledad porque la
persona docente confía en sí misma, en sus capacidades, potencialidades
y es al final quien toma la decisión última de actuar y cambiar; pero
también es cierto que este trabajo lo realiza en compañía de otras
personas, empezando por sus mismos estudiantes, el resto del cuerpo
docente, el personal administrativo y las familias, aprendiendo de
estas personas y encontrando en ellas recompensa y satisfacción.
Con el análisis anterior se ha hecho un acercamiento a la persona
docente como un ser capaz de incidir, si así lo decide, en los procesos
de mejoramiento de la convivencia escolar desde una dimensión más
personal y menos social o técnica, con el fin de generar reflexión de
cómo el acto docente nace de un ser consciente, libre y activo.
Por ende, es necesario fomentar espacios desde la Orientación para
reflexionar junto a la persona docente sobre las dimensiones
cognitivas, conductuales, y éticas pero también sobre la dimensión del
SER docente (ser en el sentido existencial de la palabra) en cuanto a
su responsabilidad en la convivencia del centro educativo,
específicamente como formador de disciplina.
6. ¿Cómo propiciar acciones desde Orientación para generar más
experiencias exitosas en el manejo de la disciplina?
La Orientación según Martínez y Martínez (2011), es un proceso a lo
largo de la vida que la persona asume activamente, siendo la
constructora de su propio proyecto de vida, capaz de transformar su
contexto y su realidad.
Por tal motivo, desde la disciplina de la Orientación, exista la
responsabilidad de favorecer acciones, espacios y procesos, que
propicien que las personas reflexionen sobre sí mismas, el impacto de
sus acciones y sus responsabilidades.
Las y los docentes, muchas versas insertos en sus labores cotidianas,
no cuentan con este tipo de espacios en sus centros educativos, por lo
que las personas profesionales en Orientación, pueden colaborar en este
sentido a la vez que se contribuye en el mejoramiento de la convivencia
escolar.
Desde la Orientación es necesario facilitar procesos que ayuden al
personal docente a tomar conciencia de cómo está asumiendo su rol y la
valoración que hace de este, así como del impacto que sus acciones
tienen en el estudiantado y por ende en el clima grupal.
En este sentido, retomando lo que expone el Plan de Estudios de la
Carrera de Orientación de la Universidad de Costa Rica (Escuela de
Orientación y Educación Especial. 2000) es necesario señalar que a la
persona, en este caso docente, se le debe considerar como un ser único,
integral y cambiante, con un marco de referencia propio con el que
analiza todos los acontecimientos. Es decir, es necesario facilitar que
las y los docentes reflexionen sobre su propio marco de referencia, a
través del cual analizan los acontecimientos que ocurren en el centro
educativo.
Por esa razón, la Orientación debe incluir dentro de sus tareas en el
centro educativo, favorecer que las y los docentes, ante las
situaciones de indisciplina que se presentan en el aula (originadas por
distintas razones como la metodología. formas de comunicarse u otros
relacionadas a la figura docente o institución educativa), puedan
analizar la manera en la que responden, con el fin de evitar caer en la
conformidad que caracteriza los casos en que se piensa que todo está
perdido.
Para ello como parte de los aspectos que se pueden favorecer desde la
Orientación, se encuentran el de ayudar al docente a asumir riesgos y
experimentar con nuevas metodologías y recursos en sus clases, como una
forma de comprometerse consigo mismos y sus estudiantes, para generar
cambios significativos en favor de la convivencia en los centros
educativos.
Despertar en los y las docentes el deseo de asumir el cambio, tener
apertura para asumir nuevos modelos para manejar la disciplina y
abandonar prácticas anteriores que no generan resultados positivos,
permitiría compartir técnicas e intercambiar experiencias entre los
compañeros y compañeras, en beneficio del manejo de la disciplina.
Una manera para organizar un proceso de ayuda con estas
características, podría estructurarse de la siguiente manera a partir
del análisis del presente ensayo:
Como se logra apreciar, la Orientación tiene la responsabilidad de
apoyar al cuerpo docente de la institución en la construcción de una
convivencia escolar más armónica en los centros educativos. Sin embargo
esta tarea va más allá de sugerir técnicas específicas para el manejo
de los grupos, sino que, en primera lugar, debe propiciar en los y las
docentes un autoanálisis sobre el impacto que tiene la manera en que se
desempeña profesionalmente.
Lo más importante luego de propiciar dicha reflexión es ayudar a los y
las docentes a establecer planes de acción que les movilicen para
llevar a la práctica sus ideas sobre cómo cambiar lo que consideran
necesario, para poder manejar mejor la disciplina, lo cual implica
entre otras cosas aprender de situaciones anteriores, potencializar sus
destrezas y aprovechar adecuadamente los recursos de los que disponen,
incluido el resto del cuerpo docente de la institución.
7. Conclusiones
Luego analizar este caso a la luz de categorías teóricas existenciales
se puede concluir que:
Quienes asumen con responsabilidad y compromiso el manejo de la
disciplina logran observar avances significativos en la convivencia
escolar, propiciando con ello cambios no solo en sus grupos, sino
también generando en sus compañeras y compañeros docentes el deseo de
seguir por ese camino.
Dentro de las principales razones que inciden en que un docente o una
docente asuman un rol protagónico en los procesos de convivencia
escolar, se encuentran:
Desarrollar una mayor autoconciencia, entendida más allá de las
habilidades o limitaciones, sino respondiendo a cuestiones
fundamentales como por ejemplo, sobre su ser docente, sobre su estar
ahí y ahora, con una responsabilidad concreta.
Reconocer que por más complicada que sea la situación de disciplina en
el grupo, siempre tiene la oportunidad de elegir como responder ante
ella y de recurrir a sus capacidades y apoyos, para ofrecer
alternativas de solución.
De manera que las situaciones del contexto, el ambiente, las
normativas, los padres y madres de familia, la cultura institucional y
otras, pueden influir en las decisiones del o la docente respecto al
manejo de la disciplina pero no determinan esas elecciones, la decisión
última siempre será del profesor o profesora
Es indispensable darle un sentido al manejo de la disciplina en el
aula, para no observarlo como una función más del docente y los
estudiantes, sino como un compromiso necesario para convivir que exige
un aporte de cada parte.
Es necesario ayudar al docente para que involucre las propias
capacidades personales en el manejo de la disciplina, es decir el
manejo de la disciplina parece ir más allá de cambiar de estrategias o
comprender las razones de la indisciplina, es posiblemente, como lo
ilustra este ensayo, hacer del manejo de la disciplina algo propio, es
un hecho que está frente al docente y sobre el cuál puede decidir.
Asimismo. es necesario contribuir con la persona docente en la
elaboración de un plan de acción sistemático, que le permita pasar del
deseo a la acción, involucrando experiencias positivas y nuevos
aprendizajes, sabiendo que si bien es cierto cuanta con el apoyo de sus
compañeros y compañeras, es él o ella quien tiene la decisión.
A partir de experiencias exitosas en el Proyecto de Manejo de la
Disciplina para el Logro de la Convivencia en Aula y el Centro
Educativo del INIE, es interesante plantearse la posibilidad de seguir
investigando sobre la incidencia de estos procesos internos de
reflexión del y la docente para su cambio en la manera en la que se
asumen los conflictos escolares de convivencia.
Además se abre una posibilidad de explicar teóricamente las razones por
las cuales las y los docentes, ante el proceso formativo en el manejo
de la disciplina, responden de manera tan distinta para asumir su
responsabilidad en la convivencia escolar.
Por otro lado, se hace evidente la necesidad de crear procesos
formativos que ayuden a las y los docentes a alcanzar mayor
autoconciencia de su libertad, responsabilidad y capacidad de acción.
Retomando el aporte de Gadamer, citado por Carr (noviembre. 2006),
referente a la autoconciencia histórica efectiva, es necesario abrir
espacios para conversaciones abiertas entre las y los participantes (en
este caso los actores educativos) para llegar a un entendimiento de la
situación histórica (de la disciplina escolar), y lograr así una
"fusión de los horizontes" de pensamiento (p.12).
Lo anterior conlleva a una última conclusión, aunque la demanda del
cuerpo docente se dirige propiamente a las técnicas y las estrategias
que les ayuden a manejar un grupo y "casos especiales" de disciplina,
el primer paso debe ser un diálogo reflexivo que fomente la
autoconciencia ante esta situación y solo posteriormente la elaboración
de planes de acción que cristalicen el proceso de la disciplina escolar.
2Dicho programa está a cargo del Instituto de Investigación en
Educación de la Universidad de Costa Rica bajo la responsabilidad de la
Licda. Carmen Cubero Venegas. Proyecto ED-2995
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Correspondencia a:
Osvaldo Murillo Aguilar.Labora en el Instituto de Investigación en Educación. Profesor de la
Escuela de Orientación y Educación Especial, ambos de la Universidad de
Costa Rica. Licenciado en Orientación de la Universidad de Costa Rica.
Dirección electrónica: osvaldo.murillo@ucr.ac.cr
Documento recibido: 2 de junio, 2014 Enviado a corrección: 10 de julio,
2014 Aprobado: 1° de diciembre, 2014