Orientacion Educativa e Intercultualidad: Aportes Teórico-Prácticos al
Quehacer Profesional en Orientacion
Educational Guidance and Interculturality: Theoretical and Practical
Contributions to the Professional Task in Counseling
Carol Graciela Morales Trejos1
1 Docente de la Escuela de Orientación y Educación Especial,
Universidad de Costa Rica. Candidata a Doctora, del Programa Ciencias
de la Educación, Mención en Educación Intercultural, de la Universidad
de Santiago de Chile. Profesional en Orientación. Dirección
electrónica: carol.morales@usach.cl
Dirección para correspondencia
Resumen
Este ensayo aborda, de forma general, los principios de la Orientación
Educativa y su relación con fundamentos teóricos de la
Interculturalidad, asimismo, de forma propositiva, se puntualizan,
desde la perspectiva intercultural, los aportes al quehacer profesional
en Orientación tomando en cuenta las múltiples transformaciones
sociopolíticas, educativas, económicas, religiosas y culturales que
impactan los sistemas educativos en nuestras sociedades
multiculturales. Planteamientos que permiten enmarcar la Orientación
dentro de los nuevos desafíos que dicha formación y quehacer
profesional requieren, y así contribuir con el debate contemporáneo
sobre la diversidad, la cultura, la educación y la interculturalidad.
De esta forma, pretende una reflexión sobre los aportes teóricos y
prácticos de la Educación Intercultural al quehacer de la persona
profesional en esta área.
Palabras clave: educación, orientación, cultura, interculturalidad,
diversidad sociocultural.
Abstract
This essay presents a reflection related to the contribution of
Intercultural Education theory and practice in the Counseling
professional. First, it is approached the principles of scholarly
guidance and its relationship with intercultural base theory. After
that, it is pointed out from an intercultural perspective the
contributions to the Counseling professionals, taking into account
multiple socio¬political, educational, economic, religious and cultural
transformations that impact the educational system in our multicultural
societies. This approaches framed counseling field within new
challenges of the professional development in this way it allows a
contemporary debate about about diversity, culture, education and
interculturality.
Key words: education, orientation, cultura, interculturalism,
sociocultural diversity.
1. Introducción
Una de las características más relevantes en las sociedades actuales es
el cambio, cuyas trasformaciones sociales, económicas, políticas,
educativas y culturales demandan formas distintas de comprender y
aproximarse a las diversas realidades socioculturales. Estos cambios
configuran nuevos escenarios en las distintas esferas sociales. En lo
que respecta al ámbito educativo las juventudes despliegan procesos de
construcción de identidades individuales y colectivas complejos, cada
vez más se les observa incursionar en espacios sociales menos
tradicionales, que requieren de profesionales en educación con las
herramientas teóricas y prácticas necesarias para enfrentar la
complejidad de los mundos juveniles y sus diversos referentes
culturales.
El presente documento pretende constituir en este sentido un aporte a
la reflexión teórica y práctica dentro del quehacer del y la
profesional en Orientación en relación a la comprensión y abordaje de
la diversidad juvenil a nivel educativo, para tal fin se plantean una
serie de aportes profesionales desde la mirada intercultural, que
buscan posibilitar el diálogo y la interacción en y desde la diversidad.
Retomando el concepto diversidad en el marco juvenil que representa un
tópico clave en esta reflexión, cabe señalar siguiendo autores como
Torres (2001) y Femenías (2007) su asociación con constructos teóricos
como la diferencia e identidad, los cuales actualmente no se consideran
solamente relacionados a diferencias étnicas, raciales o genéricas,
sino a referentes culturales más amplios vinculados a características
personales, contextuales, familiares, cognitivas, sociales, económicas,
políticas, sexuales, religiosas, individuales y colectivas, construidas
socialmente tanto por jóvenes como por adultos en relación a lo
juvenil. Esta consideración amplia de la diversidad y de lo juvenil
permite centrar la mirada en categorías más complejas y dinámicas a
nivel educativo.
También es importante precisar en este ensayo, que al referir a la
interculturalidad no se puede dejar de lado el considerar el
surgimiento del multiculturalismo, en tanto el origen discursivo como
práctico de la interculturalidad se sustenta en muchos de sus
planteamientos. Dietz (2003a) atribuye los orígenes del
multiculturalismo a un abanico amplio de movimientos sociales de los
años sesenta y setenta que buscaban un horizonte político-social común.
Estos movimientos según el autor, surgen en el seno de las sociedades
crecientemente post-industriales que se levantaron contra la
institucionalidad establecida del Estado-nación, y es desde estos
procesos de institucionalización programática que los movimientos
multiculturalistas van generando su propia teorización académica, sobre
todo para el contexto anglosajón.
La incursión y el arraigo del multiculturalismo dentro de la pedagogía,
lo marca según Dietz (2003b) la evolución de los estudios étnicos,
marcado en un primer momento por el autoestudio con fines de
empoderamiento, practicado por las propias minorías étnico-culturales y
por el surgimiento de los estudios culturales que criticaban los
discursos académicos imperantes de la época, en el conjunto de las
ciencias sociales y humanidades occidentales. Apareciendo en los años
ochenta y noventa el discurso reivindicativo como una novedosa
aportación a la gestión de la diversidad educativa, asociado en su
mayoría a querer resolver "problemas escolares" vinculados con la
diferencia y la migración desde una interpretación multicultural
(Dietz, 2003b), aspectos que han sido las bases de muchas políticas
educativas en relación a la gestión de la diversidad.
Sin embargo es, siguiendo a Dietz (2003a) en los años noventa en que
tanto los orígenes como los aspectos discursivos del multiculturalismo
y de la interculturalidad comienzan a separarse, estableciéndose
algunas diferencias en el plano factico y normativo, el autor citando a
Giménez-Romero (2003), planea como el multiculturalismo en un plano
factico se enfoca en la diversidad cultural lingüística y religiosa y
en uno normativo en el reconocimiento de la diferencia haciendo uso del
principio de la igualdad y la diferencia, mientras que la
interculturalidad, avanza su comprensión en un plano factico de las
relaciones interétnicas, interlingüísticas e interreligiosas, y a un
plano normativo considera la convivencia en la diversidad, haciendo uso
además de los principios de igualdad y diferencia, del principio de
interacción positiva, aspectos que marcan claramente los intereses y
los objetivos que adquiere la interculturalidad y evidencian que no
solo son diferentes a los del multiculturalismo sino que en muchos
casos puede ser contradictorios y antagónicos.
La perspectiva intercultural comparte con el multiculturalismo el
respeto hacia la diferencia y el hecho de instaurar la diversidad
cultural como escenario de interacción para el enriquecimiento mutuo,
bajo esta premisa, se plantea enormes retos ciudadanos a fin de
comprender adecuadamente la diversidad del ser humano y la comunicación
intercultural en el contexto de las sociedades actuales, la educación
intercultural propone según Sagastizabal, Perlo, Piretta y San Martín
"una mirada de la pluralidad cultural como una riqueza, aprecia el
mundo de lo humano, en el mundo de la cultura, su pluralidad de
expresiones, las valora como una sobre-abundancia" (2009, p. 75).
De forma puntual es relevante precisar la interculturalidad entendida
en esta reflexión como un enfoque educativo basado en el respeto, la
interacción y el diálogo, que busca favorecer dentro del proceso
educativo bajo un modelo integrado de actuación la comprensión,
valoración y gestión de la diversidad sociocultural, promoviendo para
tal fin la realización de prácticas educativas interculturales
orientadas al desarrollo integral e igualdad y equidad en las
oportunidades de los distintos actores educativos (Aguado,1995; Dietz,
2003c; Escarbajal, 2010).
En este sentido la educación intercultural y sus aportes al contexto
educativo son abordados de forma más puntual y reciente desde hace
aproximadamente 12 años, siguiendo a autores como Aguado et al. (2008)
y Dietz (2008), lo cual permite plantear este enfoque educativo como un
tema actual que permite comprender las nuevas dinámicas socioculturales
dentro de distintas esferas sociopolíticas y educativas, implantando
para su gestión procesos de reconocimiento, legitimización, valoración
e incorporación, que se alejan de propuestas educativas
multiculturalitas compensatorias.
Como antecedente importante de considerar al abordar esta temática,
cabe señalar que con el propósito de dar cuenta de los distintos
desafíos que se les demandan a las personas profesionales en educación
en este nuevo decenio en torno a debates sobre la cultura y la
diversidad, autores como Baumgartl y Milojevi citados por Aguado y Del
Olmo (2009) hacen referencia a la interculturalidad como habilidad
necesaria en el siglo XXI en la que conceptos como cultura e identidad,
desde la perspectiva intercultural, requieren de una mirada hacia
nosotros mismos y hacia el otro, insertos en premisas como el cambio y
el dinamismo. Así mismo autoras como Malik (2003) retomando a Pederson
(1994) plantean que para alcanzar competencias interculturales se deben
de considerar tres aspectos básicos; la auto-conciencia, los
conocimientos, y las habilidades y destrezas de la persona profesional,
elementos que remiten a espacios de interacción y diálogo cooperativo y
colaborativo.
En relación a lo anterior, este artículo en primera instancia aborda de
forma amplia los principios fundantes de la Orientación Educativa y su
relación con fundamentos teóricos y prácticos de la interculturalidad,
seguidamente de forma más precisa se puntualizan aportes al quehacer de
la persona profesional en Orientación desde la perspectiva
intercultural, reconociendo elementos básicos concernientes a la
auto-conciencia, el conocimiento y habilidades que el profesional y la
profesional en orientación debe de conocer, analizar y desarrollar en
torno a lo intercultural. Concluyendo con algunas consideraciones
finales en relación al tema abordado en este ensayo.1
2. Discusión Teórica
2.1 Orientación Educativa e Interculturalidad; puntos de encuentro
La Orientación Educativa, siguiendo a autores como Molina (2001)
comprende una gran diversidad conceptual, en tanto algunos autores la
tienden a definir desde una perspectiva personal-social, otros a partir
de una visión académica o bien referida al área profesional, sin
embargo en esta reflexión interesa resaltar definiciones que integran
estas áreas y dan cuenta del ser humano desde una visión evolutiva e
integral.
En un primer plano cabe señalar a Bisquerra y Álvarez quienes
consideran que la orientación "es un proceso de ayuda dirigido a todas
las personas, a lo largo de toda su vida, con objeto de potenciar el
desarrollo de la personalidad integral" (2001, p. 16). Por su parte
Molina (2001) considera que es un proceso dirigido al conocimiento de
diversos aspectos personales como las capacidades, gustos, intereses,
motivaciones personales en función del contexto familiar y la situación
general del medio donde se está inserto para poder decidir acerca del
propio futuro. Señalando los autores en este proceso la prevención, el
desarrollo y la atención a la diversidad del estudiantado con la
intervención de los agentes educativos como aspectos medulares de la
orientación educativa.
Desde un punto de vista científico, Repetto (1994) citado por Molina
(2001) expresa que la orientación
(...) es la ciencia de la acción que estudia desde la perspectiva
educativa y por tanto diagnóstica, preventiva, evolutiva y ecológica,
la fundamentación científica del diseño, la aplicación y la evaluación
de los intercambios dirigidos al desarrollo y al cambio optimizado del
cliente y de su contexto. (p. 87)
Retomando estas definiciones es importante señalar, como aspecto
central de la Orientación Educativa, la presencia e importancia de un
proceso en las intervenciones que él y la profesional en Orientación
ejecute, referido a favorecer el autoconocimiento, la identidad, la
toma de decisiones y el conocimiento del contexto sociocultural de la
persona orientada, en miras de su desarrollo personal y social,
constituyéndose en un servicio de apoyo especializado que brinda
integralidad al proceso educativo.
Es importante en este punto, siguiendo a Aguado (1999) precisar y
reiterar en relación a la interculturalidad, que esta se entiende como
un enfoque educativo basado en el respeto y valoración de la diversidad
cultural, dirigido a todas las personas, que propone un modelo de
intervención, formal e informal, holístico, integrado, configurador de
todas las dimensiones del proceso educativo con el fin de lograr la
igualdad de oportunidades/resultados, la superación del racismo en sus
diversas manifestaciones, la comunicación y las competencias
interculturales.
Por su parte Escarbajal (2010, p. 37) enriqueciendo esta postura señala
que "la interculturalidad no es integración ni asimilación, ni mucho
menos separación o marginación", sino que por el contrario debe ser
entendida como la habilidad para reconocer, armonizar y negociar las
innumerables formas de diferencias que existen en la sociedad, haciendo
uso del respeto, el intercambio, la apertura, la aceptación de los
valores y de los modos de vida de los otros. Salas (2003) considera que
La interculturalidad no apunta pues a la incorporación del otro en lo
propio, sea ya en sentido religioso, moral o estético. Busca más bien
la transfiguración de lo propio y de lo ajeno con base a la interacción
y en vistas a la creación de un espacio común compartido, determinado
por la convivencia. (p. 71)
Concerniente a los puntos de encuentro entre la Orientación Educativa y
la Interculturalidad, se pueden señalar de forma general similitudes en
relación a tres puntos, uno, dentro del contexto educativo ambas se
configuran como un aporte clave que busca favorecer la gestión de la
diversidad sociocultural que caracteriza a las personas jóvenes y la
erradicación de procesos de exclusión social, desde principios como la
equidad, el respeto, la justicia y la igualdad de oportunidades.
Dos, desde consideraciones epistemológicas, las dos se nutren de otras
disciplinas científicas como la educación, la psicología, la filosofía,
la antropología y la sociología, con el fin de comprender desde
perspectivas más amplias y pertinentes las diversas realidades
sociales. Tres, las propuestas para el cambio que tanto la Orientación
como la interculturalidad proponen a nivel educativo requieren de un
trabajo cooperativo y colaborativo entre los distintos actores
educativos en coordinación con la comunidad y sus diversas estructuras
sociopolíticas.
Seguidamente se hace referencia a los tres principios de la
Orientación; prevención, desarrollo de capacidades e intervención
social, según planteamientos de autores como Sanz Oro (1987), Álvarez y
Bizquerra (1996), explicitando de forma interrelaciona aportes desde la
educación intercultural que configuran puntos de enriquecimiento mutuo.
En relación al primer principio, el de prevención, siguiendo a Sanz Oro
(1987) citado por Sobrado y Cortes (2009, p. 204), las acciones
emprendidas por el/la profesional en orientación se dirigen a todos los
posibles destinatarios y no de manera exclusiva a aquellos (as) que
potencialmente puedan tener un problema o necesidad, así mismo señala
el autor bajo este principio se tiende a trabajar con grupos y con un
carácter intencional dada su planificación.
Hacer uso de principios como la igualdad y la equidad dentro del
componente preventivo de la Orientación, siguiendo a autoras como
Aguado y Del Olmo (2009) demandan desde la perspectiva intercultural de
una persona profesional en Orientación, vigilante de sus sesgos y
prejuicios asociados al género, la raza, la etnia, la cultural, la
región y las orientaciones sexuales, aspecto que devela la importancia
de la responsabilidad ética en el quehacer profesional.
Retomando el aspecto de vigilancia, según Aguado et al. (2008) o de
auto-conciencia mencionado por Malik (2003) citando a Pederson (1994),
es relevante señalar que este se puede llevar a cabo mediante el
establecimiento de la reflexión crítica constante, lo cual podría
significar en el plano educativo, potenciar lo no escolar de lo
escolar, categoría planteada por Duschatzky y Sztulwark (2011) quienes
visualizan lo no escolar como un espacio de preguntas, de ruptura, de
construcción de otras posibilidades de ser y estar de las personas
jóvenes y adultas en los establecimientos educativos, planteamientos
importantes para comprender y (re) pensar lo educativo hoy.
La actitud reflexiva de la persona profesional en Orientación bajo
estas premisas, debe instalarse como una práctica constante dentro del
quehacer profesional, que conduzca a la persona profesional a enfocarse
primeramente en los problemas, más que en la búsqueda de soluciones
inmediatas a situaciones que pueden requerir una mayor comprensión,
según lo plantea Duschatzky y Aguirre (2013) reflexionar para pensar en
los problemas desde la conservación de las preguntas nos pone en
movimiento y en una genuina actitud de aprendizaje.
Pensar sobre el pasar de las cosas, es decir comprender de forma más
compleja y profunda una situación, nos puede remitir a la posibilidad
de hacer algo juntos que desde lo intercultural implica pensar en lo
común y en el problema de los encuentros, aceptar la confusión, la
paradoja y la incertidumbre como sentimientos válidos dentro de este
proceso de pensar-nos como enfatizan Duschatzky y Aguirre (2013), ya
que esta admisión nos permite abrir posibilidades en una situación
presentada como dada.
Considerando el principio de prevención desde la perspectiva
intercultural, se puede comprender que la diversidad que existe entre
las culturas actuales es inmensa y configura oportunidades de
crecimiento que enriquece el componente cultural y a las personas a
nivel individual y colectivo dentro del proceso enseñanza aprendizaje.
Siguiendo con el segundo principio referido a la orientación para el
desarrollo (Sanz Oro, 1987, citado por Sobrado y Cortes, 2009), el
orientador y la orientadora bajo este principio favorecen procesos de
autoconocimiento, identidad, toma de decisiones, conocimiento del
contexto sociocultural que le permitan a las personas orientadas
avanzar en su vida con las distintas tareas del desarrollo, aspecto que
implica involucramiento con el otro y el análisis de realidades dentro
y fuera de sus contextos inmediatos, identificando oportunidades y
limitaciones para su crecimiento y el de los que le rodean.
Este principio orientador admite considerar al individuo en un continuo
crecimiento y la orientación como un proceso dirigido al desarrollo
integral de la persona, aspecto que desde lo intercultural siguiendo a
Abdallah-Pretceille (2001) supone "imaginar una educación en el marco
de una sociedad marcada por la pluralidad, pero también anclada en una
fuerte tradición educativa fundamentalmente homogeneizadora" (p. 58).
Hacer mención a esta dicotomía es importante en tanto permite situar la
propuesta intercultural alejada de propuestas compensatorias, primeras
respuestas que surgieron de la educación para enfrentar los problemas
emanados de las diferencias culturales anclados en teóricas como la del
déficit. La propuesta intercultural por el contrario siguiendo a
Escarbajal (2010) parte de que la diversidad cultural supone la
valoración específica de cada cultura y el respeto al ritmo de cada
individuo que pertenece a ella, así mismo plantea que es la educación
la que debe acomodarse a los distintos ritmos de aprendizaje cultural y
no a la inversa, resultando relevante en este punto para la
interculturalidad el diálogo en y para la convivencia.
Considerando una postura educativa abierta a la diversidad cultural, la
interculturalidad instala discusiones y tensiones sobre las formas de
reconocimiento de las identidades culturales, aspecto clave de
favorecer dentro de los principios de la orientación educativa. Desde
el punto de vista de lo intercultural no hay sujeto sin un tejido de
relaciones intrínsecas con los otros sujetos, como afirman
Abdallah-Pretceille y Porcher (1996)
(...) yo estoy inscrito en una constelación de sujetos y mi identidad
no sería tal sin la construcción de los otros. Yo me hago a mí mismo,
pero en medio de los otros y por los otros. La condición fundamental
para que yo sea un sujeto es que todos los otros lo sean también. (p.
50)
Este planteamiento permite que la persona profesional en Orientación
ejecute procesos de desarrollo basados en las capacidades para
enjuiciar y resolver conflictos interétnicos en una sociedad cada vez
más diversa, creando actitudes favorables hacia la diversidad
sociocultural, aceptando la posibilidad de diferentes perspectivas
culturales, haciendo uso de la negociación de normas y valores que la
persona o el grupo comparten.
El tercer y último principio referido a la intervención social, otorga
un papel importante a la relación persona profesional y persona
orientada. Bajo este principio, según señala Sanz Oro (1987) citado por
Sobrado y Cortes (2009), se hace relevante la identificación de
factores contextuales que favorecen o inhiben el desarrollo integral de
la persona, con el fin de procurar intervenir teniendo en cuenta la
variable sociocultural, la orientación al cambio y las discrepancia
entre los intereses del sujeto orientado y el contexto en el que se
desarrolla.
La interculturalidad enriquece estos planteamientos desde el enfoque
socio crítico planteado por Escarbajal (2010), quien retomando a
autores como García, Sáez y Escarbajal de Haro (1999) considera el
abordaje de la diversidad sociocultural desde condiciones que
posibiliten el diálogo libre y abierto entre todas las culturas,
comprendiendo dicha diversidad como fuente de aprendizaje y de riqueza.
Este planteamiento a nivel educativo permite dar cuenta de las personas
jóvenes desde una mirada crítica y posibilitadora de diversas formas de
ser y estar dentro y fuera de los establecimientos educativos.
Desde una perspectiva intercultural dentro de la intervención social,
siguiendo a autoras como Aguado (2005), la persona profesional en
Orientación debe considerar en un primer momento, favorecer procesos
que lleven a las personas orientadas a descubrir lo que tienen en común
con los demás y lo que los distingue, es decir reconocer las
diferencias, en segundo lugar, negociar objetivos e intereses en común
y las normas de comportamiento que van a favorecer el logro de esos
objetivos, en este punto el respeto y disposición hacia compartir y
comprender al otro se hace indispensable, la apertura hacia conocer el
mundo del otro es clave en un proceso de diálogo intercultural.
Dichas intervenciones según lo referido por Aguado et al. (2003)
promueven el desarrollo de prácticas educativas interculturales, las
cuales deben orientarse a favorecer la igualdad de oportunidades
(entendida como oportunidades de elección y de acceso a recursos
sociales, económicos y educativos), la superación del racismo y la
adquisición de competencias interculturales en todas las personas, sea
cual sea su grupo cultural de referencia.
Según este principio, la Orientación debe tomar en cuenta además del
contexto en que se realiza su mediación, la posibilidad de intervenir
sobre el propio contexto, en este sentido el quehacer profesional en
Orientación estará dirigido a la modificación de aspectos concretos del
contexto que ayuden a la asimilación y organización de la información
para tomar decisiones, debido a la creciente complejidad de la sociedad
contemporánea y a desarrollar capacidad de respuesta y de aplicabilidad
para afrontar los rápidos cambios sociales, culturales y tecnológicos.
El recorrido sobre los puntos de encuentro entre orientación educativa
e interculturalidad, permite definir como se ha señalado en este
apartado importantes espacios de enriquecimiento mutuo a nivel
socioeducativo que favorecen la gestión de la diversidad sociocultural
que caracteriza los mundos juveniles en contextos educativos cada vez
más complejos y diversos.
2.2 Aportes teórico-prácticos de la Interculturalidad al quehacer
profesional en Orientación
Tras la articulación de las similitudes y los espacios de
enriquecimiento mutuo entre Orientación Educativa e Interculturalidad,
cabe sistematizar en este apartado de forma propositiva cuales son los
aportes que la perspectiva intercultural le confiere al quehacer de la
persona profesional en orientación.
Partiendo de los principios orientadores de la educación intercultural,
considerados por García y Sáez, 1998, citados por Escarbajal (2010, p.
143), adoptar y posibilitar en sí mismo y en los otros una mayor
sensibilidad hacia la diversidad existente entre las personas de
diferentes culturas, es un punto de partida a ser considerado en el
quehacer de la persona profesional en Orientación, que facilitaría la
mejora comunicativa entre los distintos grupos culturales, en tanto se
establezcan prácticas educativas basadas en la reciprocidad y el
consenso, eliminando prejuicios y estereotipos raciales, así como
estimulando actitudes favorables hacia los miembros de las minorías y
sus grupos de pertenencia.
Esta apertura permite desarrollar competencias culturales, lingüísticas
y comunicativas distintas, que autores como Escarbajal (2010) las
denominan competencias comunicativas interculturales, las cuales
facilitarían el desarrollo de procesos en pro de la emancipación
cultural y social de las minorías, ampliando sus posibilidades sociales
y laborales a través de su capacitación formativa y de su
autopercepción positiva.
Considerando que la interculturalidad a nivel educativo se refiere a
una verdadera exigencia de la propia naturaleza del acto pedagógico, se
hace necesario procurar compromisos activos que se pueden traducir en
acciones socioeducativas concretas en relación al respeto y valoración
de la diversidad como rasgo característico del contexto educativo. En
este sentido, Escarbajal (2010, p. 144) señala aspectos que desde esta
reflexión se configuran aportes relevantes a la labor orientadora,
entre ellos;
a) Reconocer y garantizar el derecho de las minorías étnicas a
incorporar al sistema educativo, en particular, y a la sociedad, en
general, sus peculiaridades lingüísticas, religiosas y culturales, sin
discriminación.
b) Incorporar y dar respuestas a los problemas de identidad cultural de
las minorías desplazadas de su lugar de origen.
c) Atender las necesidades educativas especiales derivadas de la
diversidad humana dentro de una misma cultura, es decir, de las
minorías marginadas de cada cultura específica, así como responder a
las necesidades de las nuevas minorías.
d) Promover el respeto por todas las culturas coexistentes y condenar
las medidas políticas destinadas a asimilar a los inmigrantes y
minorías culturales a la cultura mayoritaria.
e) Plantear la educación intercultural como relevante para todos y
todas, no sólo para personas inmigrantes o las minorías culturales.
f) Desarrollar esquemas conceptuales transculturales, para demostrar en
la práctica educativa que el conocimiento es propiedad común de todas
las personas, más allá de la cultura particular de un grupo concreto.
g) Tener el convencimiento de que ninguno de los problemas planteados
por la diversidad étnica y cultural de la sociedad tiene una solución
unilateral.
h) Aplicar los principios democráticos de justicia social favoreciendo
la participación democrática.
i) Atender preferentemente a la calidad de las relaciones más que a los
medios y apoyos puestos en juego.
j) Introducir nuevas estrategias didácticas y organizativas, tanto en
las situaciones escolares como en la formación del profesorado y en las
relaciones con los padres, madres y la comunidad.
Hacer efectivos estos objetivos de la educación intercultural,
planteados como aportes al quehacer profesional en Orientación, supone
llevar a la práctica una verdadera educación intercultural, capaz de
recoger la multiculturalidad para transformarla en un encuentro
enriquecedor y formativo entre los y las estudiantes, pero también
entre las familias y el contexto social, es decir, proponer una
educación que transforme los estereotipos negativos y los prejuicios en
actitudes positivas hacia el encuentro y la fusión con otras culturas,
favoreciendo el desarrollo de las minorías.
Desde las premisas interculturales, una formación de este tipo debería
comprender
La educación para la escucha empática, es decir,
predisponerse hacia una escucha profunda de los comportamientos, de las
palabras y de las emociones de los interlocutores; el respeto
intercultural, o sea, el desarrollo de la capacidad de descubrir a las
otras culturas, y al mismo tiempo hacer posible la apertura del propio
mundo a los otros; para la comunicación, conseguir interpretar los
mensajes, para comprender cuáles de ellos son esenciales en la cultura
del interlocutor, en su personalidad, en su rol y cuáles corresponden a
aspectos contextuales. (Guidetti, 2009 citado por Escarbajal, 2010, p.
144)
Instalar la reflexión de las premisas interculturales planteadas
anteriormente dentro de la práctica pedagógica, constituye siguiendo a
autores como Rodríguez (2007), Erazo (2011), Aguado et al. (2008), y
Dietz (2003c) un elemento que puede constituir una significativa
oportunidad de aprendizaje para docentes en práctica, estudiantes en
formación docente y para el profesorado en ejercicio de Escuelas y
Liceos, que permitiría a nivel educativo generar un nuevo planteamiento
de la educación y a fortalecer, siguiendo a Torres (2001), el papel de
la persona educadora en la formación de los ciudadanos en una sociedad
democrática moderna.
Siguiendo este señalamiento, enfatizar en la tarea orientadora la
formación ciudadana mediante procesos que les permitan a las personas
jóvenes desplegar todas sus habilidades y potencialidades dentro de
espacios de participación social y política, constituye un desafío en
nuestras sociedades contemporáneas.
Favorecer la participación y la acción juvenil que se señala en
distintas dimensiones como la social y la política a nivel educativo,
se puede basar siguiendo a Torres (2001) en tres aspectos, permitir en
un primer momento que los y las estudiantes afirmen su identidad de
género, racial y cultural, así como proporcionarles la libertad de
funcionar más allá de los limites étnicos y culturales, y por último,
permitirles obtener las aptitudes necesarias para vivir en una sociedad
democrática moderna.
Según las consideraciones anteriores, es preponderante enfatizar tanto
en la formación como en el quehacer profesional en Orientación la
apertura hacia el diálogo intercultural, el respeto mutuo, el rescate
de la persona en tanto diversa y el convivir con respeto y valoración,
aspectos que implican como plantean Dietz (2003c) y Aguado et al
(2008), realizar una puesta a disposición del otro de todo aquello que
le posibilite ser distinto de lo que es en algún aspecto, para lo cual
se hace necesario re-significar el espacio educativo, bajo un
itinerario plural y creativo, sin patrones ni reglas rígidas que
obstaculicen el trayecto y enfaticen resultados excluyentes (Duschatzky
y Skliar, 2000).
A modo de conclusión es importante recalcar que el enfoque
intercultural empleado como metáfora de la diversidad en educación
implica siguiendo a Aguado (2011), que la persona profesional en
educación en este caso puntual la orientadora y el orientador asuman un
rol de mediador (a) intercultural, el cual demanda no detenerse en la
cultura como determinante de comportamientos, sino sobre la manera en
que la persona utiliza los rasgos culturales para decir y decirse, para
expresarse verbal, corporal, social y personalmente, en este sentido es
preciso pensar desde la condición de que somos iguales en términos de
dignidad, dejando de utilizar la "diversidad" como pretexto para la
exclusión social.
3. Consideraciones Finales.
Tras las ideas desarrolladas en esta reflexión, se realizan los
siguientes planteamientos finales;
- La orientación educativa y la educación intercultural desde sus
puntos de encuentro y enriquecimiento mutuo, permiten potenciar la
diversidad sociocultural y (re) articular los espacios educativos,
desde una comprensión más amplia y compleja de las realidades sociales
en las que sus profesionales se desempeñan.
- El espacio educativo se constituye como un espacio de reflexión, de
debate, de convivencia, de interacción, de adquisición de saberes,
donde las experiencias vitales y personales aportadas a este nuevo
escenario, cobran relevancia en el intercambio entre los miembros de la
comunidad educativa. En este lugar el rol de la persona profesional en
orientación se centra en crear un espacio social regido por nuevas
pautas nacidas de la negociación, de la creatividad colectiva y la
participación ciudadana, como menciona Fornet-Betancourt (2004) que
vayan más allá de la tolerancia de formas de vida distintas o de formas
de escuela distintas, ya que convivir con maneras distintas de vivir y
de educar, es compartir la diversidad del otro.
- De forma precisa cabe señalar como aportes educativos desde la
perspectiva intercultural a la labor profesional orientadora, los
siguientes:
- Analizar, expresar y reflexionar sobre las propias
referencias, poniendo de manifiesto los elementos que contribuyen a
definir el género, la raza, la etnia, la cultura, la religión y las
orientaciones sexuales.
- Explorar las ideas previas e interpretaciones que
configuran los preconceptos en relación al género, la raza, la etnia,
la cultura, la religión y las orientaciones sexuales de cada estudiante.
- Facilitar la unión de la teoría y la práctica mediante la
reflexión permanente.
- Incorporar en su quehacer profesional un rol de mediador
(a) intercultural.
- Mostrar apertura hacia la comprensión y valoración de la
diversidad sociocultural desde la complejidad de los mundos juveniles y
las sociedades contemporáneas.
- Favorecer procesos educativos interactivos, basados en el
diálogo, los encuentros, la equidad y el respeto.
- Participar de forma activa y critica del trabajo en equipo
e interdisciplinario.
- Favorecer espacios dentro y fuera de la sala de clase que
motiven a la participación social y ciudadana de las personas
jóvenes considerando su diversidad sociocultural.
- La reflexión y la puesta en práctica de los planteamientos
interculturales considerados en este ensayo, le permiten a la persona
profesional en orientación, desarrollar procesos reflexivos en relación
a la equidad educativa, la comprensión y valoración de la diversidad
así como de la justicia social a nivel personal, que posteriormente
pueden ser ampliados al trabajo con estudiantes, docentes,
administrativos y padres y madres de familia, favoreciendo espacios de
diálogo e intercambio intercultural.
- Una consideración final a modo de recomendación, siguiendo la
propuesta intercultural y las demandas sociales, económicas, políticas,
educativas, religiosas y culturales que plantean las sociedades
contemporáneas, la constituye el instalar en la formación del
profesorado en general, una visión desde la interculturalidad que les
brinde herramientas en relación al conocimiento, análisis y el
desarrollo de procesos que favorezcan la comprensión y la gestión de la
diversidad sociocultural desde perspectivas más amplias e integradoras
posibilitadoras de oportunidades, de equidad y justicia social, dentro
de las cuales se pueden considerar las señalas en esta reflexión
teórica.
1 Aborda algunos de los tópicos teóricos sobre los cuales se ha
estructurado una investigación en curso, suscrita al programa doctoral
en Ciencias de la Educación, Mención en Educación Intercultural, de la
Universidad de Santiago de Chile, durante el período 2012-2014.
4. Referencias
Abdallah-Pretceille, Martine. (2001). La Educación Intercultural.
Barcelona, España: Idea-Books.
Abadallah-Pretceille, Martine y Porcher, Louis. (1996). Education et
Communication Interculturelle. Paris, Francia: Puf.
Aguado Odina, Teresa. (2011). El enfoque intercultural en la búsqueda
de buenas prácticas escolares. Revista Latinoamericana de Inclusión
Educativa, 5(2), 23-42. Recuperado de
http://www.rinace.net/rlei/numeros/vol5-num2/art1.html
Aguado Odina, Teresa. (1999). La Educación Intercultural: concepto,
paradigmas, realizaciones. En María del Carmen Jiménez Fernández,
Lecturas de pedagogía diferencial (pp. 89-104). Madrid: Dykinson.
Aguado Odina, Teresa. (1995). Un modelo de Orientación para la
comprensión y competencia multiculturales. Revista Española de
Orientación y Psicopedagogía, 6(10),105-111.
Aguado Odina, María Teresa y Del Olmo, Margarita. (2009). Educación
Intercultural. Perspectivas y propuestas. Madrid, España: Editorial
Universitaria Ramón Areces.
Aguado Odina, Maria Teresa, Gil Jaurena, Inés y Mata Benito, Patricia.
(2008). El enfoque intercultural en la formación del profesorado.
Dilemas y propuestas. Madrid, España: Editorial Universidad Nacional de
Educación a Distancia (UNED).
Aguado Odina, Maria Teresa, Gil Jaurena, Inés y Mata Benito, Patricia.
(2005). Educación Intercultural: Una propuesta para la transformación
de la escuela. Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid, España.
Editorial (UNED).
Aguado Odina, María Teresa y Herraz Ramos, Mercedes. (2006). Medición
social intercultural en el ámbito socioeducativo. Madrid, España:
Editorial Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
Aguado Odina, María Teresa, Ballesteros, Belén, Malik, Beatriz y
Sánchez, Marifé. (2003). Educación intercultural en la enseñanza
obligatoria: prácticas escolares; actitudes y opiniones de padres,
alumnos y profesores; resultados académicos de los estudiantes de
diversos grupos culturales. Revista de Investigación Educativa, 21(2),
323-348. Recuperado de http://www.uned.es/grupointer/rie2003eduinter.pdf
Alvarez Gonzáles, Manuel y Bisquerra Alzina, Rafael. (1996). Manual de
Orientación y Tutoría. Barcelona, España: Praxis.
Bisquerra Alzina, Rafael y Alvarez Gonzáles, Manuel. (2001). Modelos de
Orientación e Intervención Psicopedagógica. España: CISS Praxis.
Dietz, Gunter. (2003a). Del multiculturalismo a la interculturalidad.
En Multiculturalismo, interculturalidad y educación: una aproximación
antropológica (pp. 49-78). Granada: Universidad de Granada.
Dietz, Gunter. (2003b). El multiculturalismo: ¿movimiento o
institución?. En Multiculturalismo, interculturalidad y educación: una
aproximación antropológica (pp. 13-48). Granada: Universidad de Granada.
Dietz, Gunter. (2003c). Por una antropología de la interculturalidad.
En Multiculturalismo, interculturalidad y educación: una aproximación
antropológica (pp. 79-127). Granada: Universidad de Granada.
Dietz, Gunter. (2008). El paradigma de la diversidad cultural: Tesis
para el debate educativo. En Consejo Mexicano de Investigación
Educativa, Conferencias Magistrales del IX Congreso Nacional de
Investigación Educativa. México, D.F.: COMIE.
Erazo Jiménez, Soledad. (2011). Prácticas reflexivas, racionalidad y
estructura en contextos de interacción profesional. Revista Perfiles
Educativos, 33(133), 114-133. Recuperado de
http://www.redalyc.org/pdf/132/13219088007.pdf
Escarbajal Frutos, Andrés. (2010). Interculturalidad, Medición y
trabajo colaborativo. España: NARCEA.
Femenías, María Luisa. (2007): El género del multiculturalismo
(Introducción y capítulo 1). Buenos Aires, Argentina: Editorial
Universidad de Quilmes.
Fornet-Betancourt, Raúl. (2004). Reflexiones de Raúl Betancourt sobre
el concepto de Educación Intercultural. México, D.F.: Consorcio
Intercultural.
Molina Contreras, Denyz. (2001). Material de apoyo instruccional. Curso
Orientación Educativa. Barinas: UNELLEZ.
Malik Lieva, Beatriz. (2003). Intervenciones para la adquisición de
competencias interculturales. En Elvira Repetto Talavera (coord.),
Modelos de orientación e intervención psicopedagógica (Vol. 2, pp.
424-452). Madrid: Editorial UNED.
Rodríguez, Nacarid. (2007). Prácticas docentes y mejora de la escuela.
Revista Educere, 77(39), 699-708. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/356/35603915.pdf
Sagastizabal, María de los Angeles, Perlo, Claudia, Pivetta, Bibiana y
San Martin, Patricia. (2009). Aprender y enseñar en contextos
complejos. Multiculturalidad, diversidad y fragmentación. Buenos Aires,
Argentina: Ediciones Innovaciones Educativas.
Salas Astrain, Ricardo. (2003). Etica Intercultural. (Re)Lecturas del
Pensamiento Latinoamericano. Santiago, Chile: Editorial de la
Universidad Cardenal Silva Henríquez (UCSH).
Sobrado Fernández, Luis y Cortés Pascual, Alejandra. (2009).
Orientación Profesional. Nuevos escenarios y perspectivas. Madrid,
España: Editorial Biblioteca Nueva.
Torres, Carlos Alberto. (2001). Democracia, educación y
multiculturalismo: Dilemas de la ciudadanía en un mundo global. México
D.F.: Editores Siglo XXI.
Correspondencia a:
Carol Graciela Morales Trejos. Docente de la Escuela de Orientación y Educación Especial,
Universidad de Costa Rica. Candidata a Doctora, del Programa Ciencias
de la Educación, Mención en Educación Intercultural, de la Universidad
de Santiago de Chile. Profesional en Orientación. Dirección
electrónica: carol.morales@usach.cl
Documento recibido: 2 de junio, 2014 Enviado a corrección: 15 de julio,
2014 Aprobado: 1° de diciembre, 2014