La Alquimia de la Orientación: Propuesta Pedagógica Desde el Paradigma
de la Complejidad
Counseling's Alchemy: Pedagogical Proposal from the Complexity Paradigm
Silvia Alvarado Cordero1
1 Profesora de la Escuela de Orientación y Educación Especial,
Investigadora del Instituto de Investigación en Educación, ambos de la
Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: sil.alvarado@gmail.com
Dirección para correspondencia
Resumen
Este trabajo busca brindar un aporte a la disciplina de Orientación al
proponer una forma de incorporar el paradigma de la complejidad al
quehacer profesional. Se incluye una revisión de la injerencia de
diferentes teorías en el desarrollo histórico de esta disciplina y se
ejemplifica la aplicación de los principios de auto organización,
interdependencia y sustentabilidad a la práctica de la Orientación.
Sustentada en estos fundamentos teóricos, se diseñó e implementó una
propuesta pedagógica en un centro educativo de Educación Primaria. Se
realizó un trabajo de campo con 22 docentes y 380 estudiantes de una
escuela pública en donde, durante un mes, se generaron espacios de
participación y expresión creativa, con acciones a nivel de aula y de
institución. En las acciones realizadas se subrayó constantemente la
importancia de iniciar con el cambio individual en pequeños actos, como
el ahorro energético, el manejo de desechos, la armonía en las
relaciones interpersonales, se desplegó un abanico de posibilidades que
emergió de las personas participantes. Los resultados y conclusiones
evidencian importantes alcances y aportes que realiza la Orientación a
la calidad de vida personal y social desde el contexto educativo, desde
donde se convierte en una experiencia pedagógica exitosa, que puede ser
homologada en otros contextos.
Palabras clave: orientación, paradigma de la complejidad, propuesta
pedagógica,Costa Rica.
Abstract
This paper aims a contribution in Counseling field suggesting how to
incorporate the complexity paradigm to professional tasks. A review of
the influence of several theories on the historical development of the
discipline is included along with the application of the principles of
self-organization, interdependence, and sustainability to the practice
of Counseling is exemplified in the paper. Based on those theoretical
foundations, a pedagogical proposal was designed and implemented in a
primary school. Twenty-tow teachers and 380 from the public primary
school participated in a variety of opportunities for creative
expression, and activities in the classroom as well as in the
institution as a whole. During field work, the importance of starting
with individual change in small actions such as energy saving, waste
management, harmony in interpersonal relationships, and an array of
unimaginable possibilities that arose from the participants, was
constantly stressed. Results and conclusions show that Counseling in
the primary schools can deliver important inputs that contribute to a
better personal and social quality of life, becoming a successful
pedagogical experience that can be transferred to other contexts.
Keywords: counseling, complexity paradigm, pedagogical proposal, Costa
Rica.
1. Introducción
Así como los Alquimistas desde la Edad Media invirtieron mucho esfuerzo
en encontrar la "Piedra filosofal" (sustancia que según los creyentes
en la alquimia tendría propiedades extraordinarias, como la capacidad
de trasmutar los metales en oro), mi búsqueda de cómo contribuir con la
disciplina de la Orientación, me ha llevado a descubrir que un camino
puede ser mediante la incorporación de los planteamientos del paradigma
de la complejidad.
En el contexto de la celebración de los 50 años de la Orientación en
Costa Rica, se consideró importante retomar la presente propuesta
pedagógica en Orientación, dada la pertinencia y relevancia de contar
con insumos permitan reflexionar acerca de los aportes de los
paradigmas y cómo influyen en el quehacer de la disciplina.
En el primer apartado se incluyen algunos planteamientos teóricos del
desarrollo histórico de la Orientación, del paradigma de la complejidad
o emergente y se plantea incorporar los principios de autoorganización,
interdependencia y sustentabilidad a la práctica profesional. En el
apartado de metodología se explica desde este posicionamiento teórico
el diseño e implementación de una propuesta pedagógica, que se inicia
con el planteamiento de ejes estratégicos y objetivos específicos, que
incorporados a la práctica profesional en Orientación en un centro
educativo de primaria, permitieron plantear los resultados y
conclusiones del trabajo de campo realizado con la incorporación del
paradigma de la complejidad.
2. Acercamiento teórico
2.1 Una mirada a la historia de la Orientación
En el desarrollo histórico de la humanidad se muestra que ha existido
la necesidad y disposición de las personas a colaborarse mutuamente, en
el seno de la sociedad algunas personas se han dedicado de manera
particular a desarrollar esta acción. La Orientación se configura como
una disciplina que busca contribuir al desarrollo y bienestar de las
personas. En Costa Rica a lo largo de la historia, se ha evidenciado la
influencia múltiples tendencias, entre ellas el paradigma positivista,
la metodología experimental, el desarrollo de las técnicas estadísticas
y psicométricas y la emergencia de la corriente de salud mental, así
como de los movimientos sociales de reforma que culminaron con la
implementación de la Orientación en el Sistema Educativo.
En la literatura relacionada con el desarrollo de la Orientación, se
plantean dos fases: la precientífica y la científica, ambas se
diferencian por los métodos y técnicas que en cada periodo se han
utilizado. En la primera fase pre científica, que va desde tiempos
antiguos hasta finales del siglo XIX, se considera que existía una
permanente búsqueda de orientación de las personas, se ayudaba a los
jóvenes a convertirse en miembros de la sociedad y a lidiar con las
adversidades de lo cotidiano. En la segunda fase, denominada
científica, es la época en la que se recurre a la verificación
experimental para explicar los fenómenos humanos. De esta manera, la
Orientación como ciencia tiene su origen en el razonamiento y la
observación (Masis, Mendoza y Quesada, 1996).
Dentro de este desarrollo histórico-científico, la Orientación es
considerada una disciplina, ya que estudia un área específica, es decir
se interesa por el ser humano y su desarrollo. Además, posee un marco
de referencia teórico y práctico, que aporta los conocimientos
necesarios para dar significado a los procesos orientadores, así la
Orientación evoluciona con el conocimiento científico y se caracteriza
por los paradigmas empleados.
La elección de un paradigma científico determina el tipo de situaciones
que se desean explorar, las técnicas por usar, las teorías por
construir, así como la naturaleza y el valor de las contribuciones en
el desarrollo del potencial humano. Por ejemplo, la Orientación a
partir del desarrollo de la filosofía positivista, como enfoque
epistemológico científico, pretendió cuantificar toda realidad humana,
a este paradigma se le atribuye una visión del mundo positivista,
hipotético-deductiva, particularista, objetiva y orientada hacia
resultados, propio de la ciencia natural (Gordillo, 1988).
Con el paradigma fenomenológico, la Orientación se adscribe a una
visión de mundo fenoménica, inductiva, holística, subjetiva y orientada
hacia el propio proceso. Desde este paradigma, se retoma la importancia
de adoptar una actitud de exploración y apertura, a fin de comprender
mejor las situaciones, captando los eventos con el significado que
tienen para la persona que los está viviendo.
La Orientación ha estructurado su teoría con base en una serie de ideas
y conocimientos prácticos sobre fenómenos y hechos afines en la
conducta habitual de las personas, por ello se considera una ciencia
aplicada. Es decir, la persona orientadora utiliza los conocimientos
básicos tanto propios como de diferentes disciplinas a fin de
individualizar situaciones surgidas en los diferentes ámbitos de
trabajo (Castro, Chaves y Morales, 1996).
La labor de la Orientación como campo profesional, surgió a mediados
del siglo XX y en Costa Rica ha pasado por varios momentos. Entre 1948
y fines de 1964, surgen las primeras ideas de establecer la Orientación
como servicio. Algunos de los factores que influyeron en el surgimiento
son la necesidad de impulsar el crecimiento económico y social del
país, el interés por instaurar una educación media que respondiera a
las necesidades de la nación y los estudiantes, el deseo de incorporar
al sistema educativo, técnicas y procedimientos de Orientación basados
en la pedagogía, la psicología, la sociología y la higiene mental, así
como la necesidad de ofrecer a los y las estudiantes orientación
vocacional. En el año de 1964, con la Reforma a la Enseñanza Media, se
establece oficialmente en Costa Rica el servicio de Orientación
(Pereira, 2006).
Las personas que iniciaron en Costa Rica la labor orientadora fueron
docentes de secundaria que recibieron un asesoramiento en técnicas y
procedimientos específicos, se les llamaba inspectores, que más tarde
pasaron a denominarse auxiliares de Orientación, aunque conservaban sus
funciones de control que venían ejerciendo, se realiza el cambio de
nombre al puesto al ampliar las funciones.
Dentro de este periodo, en marzo de 1964, comienza el plan regular para
la preparación de profesionales en Orientación en la facultad de
Educación en la Universidad de Costa Rica, tratando de responder a las
necesidades del Sistema Educativo. En ese momento el énfasis de la
Orientación era la ubicación vocacional de las personas, utilizando
instrumentos psicométricos para evaluar características personales, las
cuales predijeran el éxito vocacional o académico. Durante los 10 años
siguientes, se establecen y expanden los servicios de Orientación,
enfatizando en el logro de la adaptación del estudiante al medio
educativo. En 1973, surge la necesidad de analizar los principios y
fines de la Orientación, dentro de la propuesta del Plan Nacional de
Desarrollo Educativo y de los fines de la Educación costarricense.
Producto de ello, en 1975, se plantean los principios de la Orientación
con una visión de ser humano como unidad biopsicosocial, tomando en
cuenta las etapas evolutivas y las diferencias personales. Además se
involucra a todo el personal de la institución educativa y a la familia
como responsables del proceso orientador (Pereira, 2006).
En estos años se divide la Orientación, tanto para el estudio como para
el ejercicio profesional en las áreas vocacional, educativa y personal
social. Según la Universidad de Costa Rica (2000, p. 7):
la Orientación existe en Costa Rica como disciplina aplicada de las
Ciencias de la Educación, porque se han dado ciertas condiciones
históricas, socioeconómicas, políticas y culturales, que han hecho
sentir la necesidad de ofrecer a la población estudiantil
fundamentalmente, una atención especializada a sus necesidades de
orientación personal, educacional y vocacional.
El propósito debía dirigirse al logro académico y al éxito personal,
como vía para la toma de decisiones vocacionales. En 1985, inició un
énfasis en la práctica de la Orientación en prevención, al aplicar en
el campo educativo, el enfoque denominado "Circulo del bienestar", el
cual fue aprobado por el Consejo Superior de Educación en 1990 y se
tomó un marco de referencia para la prevención de problemas
psicosociales que pudiera presentar la población estudiantil. Este
enfoque concibe al ser humano con una visión holística, formado por
diferentes dimensiones: física, emocional, ética, espiritual,
vocacional y social, además se incorporó la dimensión cognoscitiva como
parte de esta visión integral (Baldares, 2004).
Con este aporte, se da un fortalecimiento del desarrollo personal de
las orientadas y los orientados por medio del énfasis en el plan de
vida y el desarrollo de las habilidades para enfrentar la vida
responsable y armoniosamente. Poco a poco, las personas profesionales
en Orientación logran abarcar otros ámbitos de trabajo además del
educativo, entre ellos se puede mencionar el vocacional, familiar y el
penitenciario, por lo que la identidad de la persona que realiza
Orientación se ha expandido, al visualizarse en diferentes escenarios
laborales.
En el devenir de la historia de Orientación como ciencia, disciplina y
profesión se ha pasado por un proceso de transformación, que ha
requerido que se adapte a los cambios del momento histórico-social en
que se encontraba.
Actualmente, se considera que los procesos de Orientación ofrecen
condiciones para favorecer el crecimiento, el desarrollo personal y
vocacional, preparando a las personas para enfrentar las diferentes
etapas y situaciones de la vida. Se considera que para lograrlo es
importante estimular el autoconocimiento, la autonomía, la autoestima,
la comprensión del medio, el juicio crítico y la construcción de una
escala de valores reflexiva, que orienten la conducta hacia la
superación y dirección personal, con un sentido ético (Pereira, 2006).
2.2 La Orientación desde el paradigma de la complejidad
La rapidez y profundidad de los cambios que suceden en la actualidad,
en todas las dimensiones de la vida, ponen en evidencia que en el siglo
XXI la historia de la humanidad ha entrado en una etapa sin precedentes
y con imprevisibles repercusiones para las sociedades.
La ciencia revoluciona la materia, la vida y la mente en este siglo,
con extraordinarios acontecimientos como la revolución informática,
biomolecular y cuántica. Hemos pasado de una economía de mercado
"nacionalista" a economías supra-mundiales, globalizadas en manos de
unas cuantas personas, bajo la denominación de compañías anónimas.
También hemos pasado de una concepción natural de la vida humana a la
fertilización in vitro, de la información documental a una
hipertextualización no solo escrita sino que también virtual.
El desarrollo vertiginoso y continuo avance de los medios de
comunicación permite conocer y obtener la información de manera directa
y en el momento, con imágenes y sonidos que pueden darnos una sensación
de mayor veracidad sobre los acontecimientos sucedidos.
Además, observando el desarrollo de las relaciones interpersonales, con
la naturaleza y el cosmos, se advierte una gran necesidad de
solidaridad que no dependa de leyes, ni decretos, de imposiciones, o de
anuncios publicitarios, sino una solidaridad que sea fruto de la
iniciativa de cada persona, que sea expresión de la buena voluntad, que
lleve a proponer, establecer y ejecutar acciones de bien común,
cargadas de positivismo y del convencimiento propio de ser partícipe de
la vida en su conjunto, por lo tanto, una vida plena de
interrelacionalidad.
Desde finales del siglo XX y en lo que va del Siglo XXI el concepto de
complejidad se ha integrado en muchos ámbitos, es una forma de abordar
la realidad en las ciencias experimentales y que se extiende a las
ciencias sociales. La teoría de los sistemas complejos es un modelo
explicativo de los fenómenos del mundo que integra aportes de distintas
ramas del conocimiento científico. El paradigma de la complejidad es
una opción ideológica, un modelo de pensamiento y de acción ciudadana
(Bonil, Sanmartí, Tomás y Pujol, 2004).
Según Rodríguez y Aguirre (2011), la complejidad puede entenderse, como
un paradigma científico emergente que involucra un nuevo modo de hacer
y entender la ciencia, extendiendo los límites y criterios de
cientificidad, más allá de las fronteras de la ciencia moderna,
ancladas sobre los principios rectores del mecanicismo, el
reduccionismo y el determinismo.
Las primeras referencias al paradigma de la complejidad las plantea
Edgar Morin (s.f.), en contraposición a lo que denomina paradigma de la
simplificación, propone la necesidad de construir un pensamiento
complejo y la importancia de una acción ciudadana orientada por una
forma de posicionarse en el mundo.
El pensamiento de Morin (s.f.) aborda el conocimiento como un proceso
que es a la vez, biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico,
cultural, social e histórico, mientras que la epistemología tradicional
asume el conocimiento sólo desde el punto de vista cognitivo.
Este nuevo planteamiento tiene enormes consecuencias en el
planteamiento de las ciencias, la educación, la cultura, la sociedad,
al plantear que la complejidad es, el tejido de eventos, acciones,
interacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo
fenoménico.
A lo largo de las últimas décadas el paradigma de la complejidad ha
sido tomado como referente desde distintos ámbitos, en especial desde
aquellos asociados a la educación ambiental y principalmente en países
latinoamericanos, como una respuesta a los problemas sociales y
ambientales actuales. El paradigma de la complejidad supone una opción
ideológica de valores, pensamiento y acción, reúne aportaciones de
campos muy diversos que configuran una perspectiva ética, de
construcción del conocimiento y una perspectiva de la acción (Bonil et
al., 2004).
La Orientación, es una disciplina joven y el desarrollo histórico que
ha tenido en Costa Rica, es parte de su constitución. En el encuentro
con el Paradigma de la complejidad se evidencia que sus planteamientos
se encuentran en sintonía con los fundamentos de la Orientación, ya que
las personas necesitan descubrir su camino y es ahí donde la
Orientación puede estimular en el individuo su desarrollo, el cual
emergerá del descubrimiento de su interrelacionalidad.
Los procesos de cambio en la calidad de vida personal y social, así
como en los procesos generados desde la práctica de la Orientación se
pueden lograr con esta nueva visión del paradigma emergente, ya que
permite una transformación trascendental de las reflexiones, valores y
formas de visualizar y actuar en el mundo, desde la totalidad de dichas
interrelaciones.
Cabe mencionar que también Boff (2001), insiste que el reto para la
humanidad depende de la capacidad que tengamos de asumir el desafío
frente a los nuevos modos de ser, de sentir, de pensar, de valorar, de
actuar, de rezar, que necesariamente llevan a nuevos valores, sueños y
comportamientos asumidos por un número cada vez mayor de personas y
comunidades.
La vida se presenta para el ser humano como un proceso creativo que él
mismo debe desarrollar mediante la autoorganización para enfrentar las
diferentes situaciones que se le presentan. Actualmente, la Orientación
como disciplina enfoca sus esfuerzos no solo a personas o grupos en
situación de riesgo, sino a la población total, porque su misión no es
"remediar" problemas, su accionar pretende el fortalecimiento de las
habilidades y potencialidades de las personas para que logren su
desarrollo y del entorno. Esta dimensión es un gran paso que permite
que la Orientación se abra a la totalidad de la vida, porque desde el
paradigma de la complejidad la persona es considerada parte de la
interrelacionalidad con otras personas, la ecología y el cosmos.
Por lo tanto, se hace cada vez más necesario la incorporación de una
forma amplia de entender al ser humano, si la Orientación lo visualiza
desde el paradigma de la complejidad, se comprende que la persona
genera su bienestar desde el conjunto de la vida, de la totalidad y más
allá de estos vínculos desde la unidad de la vida. Dicha unidad implica
ser este todo y a la vez conservar la especificidad que caracteriza a
cada ser vivo.
Maturana (1999) plantea que los sistemas auto-producidos (una célula,
un organismo, la conciencia o psique, una corporación, entre otros)
constan de una red de procesos u operaciones, que pueden transformar o
destruir componentes pero en los que el mismo sistema opera su
identidad y la mantiene a través de esa red de procesos de interacción
entre sus elementos, correspondiendo al principio de autopoiésis, la
cual se considera una propiedad básica de los seres vivos, puesto que
son sistemas determinados en su estructura, es decir, son sistemas
tales que cuando algo externo incide sobre ellos, los efectos dependen
de ellos mismos, de su estructura en ese instante y no de lo externo.
La Orientación puede trabajar con personas asumiendo el principio de la
autopoiésis, es decir, en los procesos que realiza apoyar la capacidad
que poseen las personas de auto-producir y auto-reproducir, así si se
estimula el bienestar y genera desde su interior la búsqueda y logro
del mismo. Por lo tanto, es una la necesidad visualizar a los seres
humanos como organismos integrales, en los aspectos positivos del
comportamiento humano: la felicidad, la satisfacción, la alegría, la
serenidad, la diversión y el éxtasis, el crecimiento personal y en la
autorrealización (Capra, 1982).
Además, la Orientación puede retomar el paradigma de la complejidad, al
incorporar en su práctica los principios de autoorganización,
interdependencia y sustentabilidad, como evidencia que la vida se
caracteriza por ser un proceso que se gestiona a sí mismo, llevando así
a trasformar el cómo se han realizado la labor orientadora y que le he
denominado lograr la alquimia de la Orientación.
2.3 Principio de autoorganización
Los sistemas naturales y sociales en el desarrollo de la vida son
flujos permanentes de autoorganización, dejando atrás al modelo que
enfatizó en el orden establecido, la uniformidad, el control extremo,
la estabilidad, pasando a ver la realidad cotidiana desde una visión
caracterizada por lo dinámico, divergente, incierto, que responde a una
variedad de posibilidades. El ser humano, es autoorganización en "...
un proceso en el que se construye a sí mismo, no mediante adaptación a
un entorno rígido, pues este también es dinámico, vivo, en una continua
co evolución..." (Alvarado, 2006, p. 66).
Si se visualiza la Orientación en su quehacer cotidiano desde este
principio, se alienta a permanentemente repensar las propuestas y
flexibilizar sus procesos, para favorecer la creatividad y el
desarrollo de la vida en el equilibrio dinámico, logrando así colaborar
en la gestación de un modelo educativo autoorganizado, de
coconstrucción, en donde todos y todas tenemos la capacidad de
regenerar el tejido de la vida que nos une. Este principio llama a que
las personas pasen de ser seres a los que hay que ayudarles a resolver
sus problemas a ser personas generadoras de sus propias vidas.
Al trabajar y compartir con familias que viven en condiciones de
pobreza extrema, se empezó a visualizar la aplicabilidad del paradigma
a la labor orientadora, constantemente advertía en sus experiencias la
posibilidad que tenemos los seres vivos de autoorganizarnos y propiciar
continuos cambios en respuesta al medio, además de la posibilidad de
permanecer en continua adaptación, aprendizaje y desarrollo, los cuales
se manifiestan como las características clave del comportamiento de los
seres vivos.
El potencial que tiene la autoorganización es el de facilitar y
promover ambientes diversos que permitan la emergencia y desarrollo de
las habilidades del ser vivo en plenitud y desde una complejidad
incalculable de posibilidades de desarrollo. Por ejemplo, cuando se
realizan procesos de orientación colectiva o con pequeños grupos es una
premisa establecer en conjunto las normas de convivencia, por lo que en
muchas oportunidades se convierten en imposiciones cargadas de
"debemos". Frente a esto la Orientación puede abrirse a la alquimia o
trasformación al brindar espacios para la autoorganización de las
personas, propiciando acciones concretas para que emerjan desde ellas
mismas los lazos de convivencia. Este principio nos llama a confiar en
la capacidad de las personas para auto organizarse.
El incorporar el principio de autoorganización también implica la
posibilidad de encontrar oleadas de pensamientos y recrear la
convivencia a partir de la reconstrucción de lo existente. Somos
sistemas adaptativos, donde la autoorganización tiene un papel central
en el desarrollo de posibilidades vitales, nuevas, creativas e
inspiradoras para el desarrollo.
2.4 Principio de interdependencia
El otro principio clave para comprender los procesos de realización
humana, es la interdependencia, que evidencia que todo está conectado
en una misma red. El éxito de los procesos vitales dependerá del tipo
de interrelaciones que logremos establecer entre los diferentes
elementos que conformamos el todo, ya que estamos interconectados en
una vasta y compleja red. Establecer esta visión de totalidad de la
vida, implica conocer los elementos bioquímicos que configuran nuestro
organismo, las relaciones diarias que conforman nuestra cultura, las
diferentes organizaciones sociales, evidenciando la diversidad en la
totalidad y viceversa, para dejar de pensar fragmentariamente.
Asumir el principio de interdependencia en la labor orientadora insta a
incorporar la visión sistémica para establecer redes tomando en cuenta
su contexto cotidiano, que permiten conocer y establecer acciones a
favor del bienestar de los seres humanos. Cuando se apoya a docentes en
la búsqueda de alternativas resulta muy significativo prestar atención
a todos los detalles, un ejemplo fue una situación en un centro
educativo, cuando una docente solicita apoyo a Orientación expresando
sentimientos de enojo, preocupación e impotencia por una niña de 9
años, quien mostraba desinterés hacia el estudio, descuido personal y
malos hábitos de higiene y que no respondía a sus solicitudes, de
cambiar dichos hábitos. Después de una escucha activa y empática con la
maestra, se estableció en conjunto las posibles acciones, el primer
paso fue visitar su hogar en el precario, conversar con ella y su
familia. Este inicio fue muy significativo tanto para la docente como
para la estudiante, quienes iniciaron una relación más estrecha al
sentirse comprendida en sus particularidades. En esta situación fue muy
perceptible la interrelacionalidad, ya que toda la familia evidenciaba
los mismos hábitos y para generar un cambio, fue necesario realizarlo
desde las posibilidades de las personas adultas responsables de la
niña, tanto por la salud individual como por la convivencia con otras
personas.
De esta manera, el comportamiento de una persona no puede retomarse
aislado de su contexto y de las interrelaciones que establece, orientar
es un acto total que no puede ser fragmentado, es un proceso que
implica muchos niveles de la conciencia humana, como el afectivo, el
físico, el social y el espiritual rebasando por completo lo puramente
cognitivo (Gallegos, 1999).
2.5 Principio de sustentabilidad
Los principios de autoorganización e interdependencia se complementan
con el principio de sustentabilidad y viceversa. Este aspecto revela la
posibilidad que tiene cada organismo, cada especie, cada sistema, de
conservar su estabilidad. "La sustentabilidad tiene en cuenta el
equilibrio dinámico y autorregulador vigente en la naturaleza gracias a
la cadena de interdependencias y complementariedades entre todos los
seres, especialmente los vivos, que viven de recursos permanentemente
reciclados y por ello indefinidamente sostenibles..." (Boff, 2001, p.
131).
De esta manera, la Orientación también puede contribuir a la
construcción de la civilización planetaria, en donde todos somos parte
de un solo tejido que nos une a pesar de nuestra diversidad. El
desarrollo de una nueva cultura de sustentabilidad, implica la
transformación de la manera de ver, sentir, enfocar y vivir nuestras
relaciones con el planeta Tierra y con las demás personas. Para lograr
la trasformación de condiciones adversas a condiciones de prosperidad y
bienestar.
De esta manera para lograr la Alquimia de la Orientación, al incorporar
el paradigma de la complejidad, es necesario que los procesos que se
desarrollen no sean rígidos, apegados a normativas o procedimientos
administrativos. Se requiere conocer la interrelacionalidad asociada a
cada particularidad de las personas, establecer relaciones de empatía
auténtica, caracterizadas por lazos de fraternidad, equidad y
solidaridad.
Además, la educación implica "...una búsqueda permanente de un
equilibrio dinámico entre la libertad individual y la responsabilidad
social" (Alvarado, 2006, p. 122), en la misma sintonía, la Orientación
puede generar núcleos de solidaridad que provoquen verdaderos
encuentros fraternos entre los seres vivos, el planeta y el cosmos; en
donde los seres humanos, como miembros de una sociedad, desarrollemos
una red de procesos, actos, encuentros, conductas y emociones que
configuren un sistema de convivencia y éste penetre en todos los
aspectos del vivir, en todas la dimensiones del hacer y emocionar.
Desde ésta óptica, la Orientación como disciplina, en sincronía con la
educación, es un agente no sólo de renovación interna y de cambio
social, porque va más allá del aprender las ideas o los hechos que
aparecen en los documentos; es también aprender de la vida, de la
sonrisa de un niño, del jugueteo de los cachorros, en el juego de las
olas del mar, en el trinar de los pájaros, al contemplar la puesta de
sol, al observar la naturaleza con sus múltiples colores y formas, a
partir de este aprendizaje, se desarrolla un sentimiento de
responsabilidad hacia la Tierra y un compromiso con la vida que hay en
ella.
Necesitamos una Orientación capaz de propiciar espacios donde la
persona pueda observar y descubrir por sí misma el significado de la
totalidad. Se requiere, un trabajo creativo, que fortalezca las
condiciones para la construcción de una sociedad inclusiva. Además, se
puede promover el desarrollo de la innovación, la alteridad, de cambio
ante las circunstancias adversas y de búsqueda de consenso con las
demás personas.
Se requiere que la práctica de la Orientación contribuya a contemplar
los problemas ambientales y del desarrollo en su globalidad, teniendo
en cuenta las repercusiones a corto, mediano y largo plazo, tanto para
la humanidad como para el planeta, para constituirse en un instrumento
eficaz para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz,
libertad y justicia. Contribuyendo de esta manera al desarrollo humano,
para que sea más armonioso, genuino y disminuir la exclusión.
Lo ecológico no debe ser un tema más con una metodología específica,
sino que su singularidad reside en su transversalidad, en el relacionar
todas las experiencias y todas las formas de comprensión por ser
complementarias y útiles para nuestro conocimiento del universo y
nuestra funcionalidad en él.
Realizar Orientación incorporando el principio de sustentabilidad,
implica ser coherentes con nuestras acciones cotidianas, así como
diseñar y desarrollar estrategias alternativas a la devastación
ecológica, la pauperización y la exclusión de las personas. La
aplicación de estos principios se ejemplifica en el siguiente trabajo
de campo a favor de la vida.
3. Aspectos metodológicos
Desde el paradigma de la complejidad, cabe mencionar que la metodología
no es una receta que se siguió paso a paso de manera lineal, ya que los
múltiples caminos para abordar la propuesta pedagógica llevaron a un
proceso de construcción en conjunto con las personas participantes. En
concordancia con los principios del paradigma de la complejidad,
durante la aplicación se respetó la diversidad humana, los contextos y
los procesos recursivos de la producción del conocimiento. Así, el
primer momento fue establecer en conjunto ejes estratégicos y objetivos
específicos que se plasmaron posteriormente en acciones que permitieron
el desarrollo del pensamiento, la observación y análisis desde el
paradigma de la complejidad.
La propuesta pedagógica consistió en realizar Orientación, fundamentada
en los principios de la autoorganización, interdependencia y
sustentabilidad, con el objetivo de proporcionar a las personas
participantes una mayor sensibilidad ética y estética del Universo y
del ser humano de manera armoniosa.
Participantes y contexto
El trabajo de campo se realizó con 22 docentes y 380 estudiantes de I y
II ciclo de una escuela de atención prioritaria, que se caracteriza por
condiciones de precariedad y pobreza estructural que viven las
comunidades de las cuales procede el estudiantado.
En este ámbito educativo, se tomó en cuenta que durante el mes de junio
existen fechas especiales que en se realiza alguna celebración, entre
ellas: la Semana de la cultura de Paz, Semana del Ambiente, Día de la
Música, Semana Nacional de la Orientación y Semana Nacional Sí a la
Vida. Por lo que se generó un proceso sinérgico de participación,
creatividad, expresividad y relacionalidad; los saberes se crearon y
recrearon en la vida cotidiana.
Ejes estratégicos
Para el planteamiento de las acciones la premisa inicial fue plantear
con los y las participantes el contenido de los ejes estratégicos que
guiaron todas las iniciativas, donde cada uno se convirtió a su vez en
etapas de trabajo. A su vez en cada etapa se volvían a retomar todos
los ejes, según como se muestra en la siguiente figura 1, están
relacionados de manera dinámica y recurrente, es decir no hay un orden
preestablecido.
Una vez establecidos los ejes estratégicos, se procedió a plantear
objetivos específicos, los cuales son la guía articuladora de la
propuesta pedagógica; las acciones fueron generadas desde la acción
orientadora en conjunto con estudiantes, docentes y familias. Por lo
tanto, las acciones planteadas respondían a las necesidades y
características específicas de la población participante.
4. Resultados y análisis
La implementación de la propuesta pedagógica inició con encuentros
fraternos en pequeños subgrupos donde todas las personas participantes
tenían pensamientos y sentimientos importantes que compartir, así desde
un espacio de intercambio fraterno se inició con una pequeña acción,
que poco a poco se fue ampliando, involucrando a muchas personas, que
respondieron con entusiasmo y compromiso, con la conciencia de que
somos capaces de readquirir nuestra reverencia por la vida, de
reemplazar el rumbo de la historia para vencer con el deseo de cooperar
e incrementar los lazos de comunión entre los grupos, para hacer de la
vida humana, la celebración gozosa que supone el proceso permanente de
aprendizaje y transformación a favor de la vida.
Fundamentados en los ejes estratégicos planteados, se formularon
preguntas clave y objetivos específicos que fueron la guía para las
iniciativas de las personas participantes con respecto a las acciones
que deseaban realizar, según se muestra en la siguiente tabla 1:
Durante un mes se generaron espacios de participación y expresión
creativa, con acciones a nivel de aula y de institución. Se inició con
la organización de espacios de reflexión acerca de la cultura de
sustentabilidad con el personal docente, fue realmente sorprendente el
encontrar puntos de congruencia y análisis, se expresaron sentimientos,
preocupaciones y propuestas. Se evidenció el principio de
autoorganización que subraya el potencial que tiene de facilitar y
promover ambientes diversos que permitan la emergencia y desarrollo de
las habilidades del ser vivo en plenitud y desde una complejidad
incalculable de posibilidades de desarrollo.
Resultó muy acertado el abordar, desde las vivencias con las docentes y
después con el estudiantado los enunciados de La Carta de la Tierra,
que ofrece un conjunto de valores organizados en 16 principios para la
construcción de un mundo mejor. Este es un recurso valioso que aporta
una visión holística e integrada de los problemas sociales y
ambientales de la humanidad, considera a la ecología como un nuevo
paradigma para relacionarse con la naturaleza, presenta que todos los
seres estamos conectados entre sí formando un sistema inmenso y
complejo, coincidiendo con lo planteado en el principios de
interdependencia que nos insta a dejar la costumbre de pensar
fragmentariamente.
Cabe mencionar que el principio de la carta de la Tierra que más fue
seleccionado por los y las estudiantes, fue el No. 1 "Respeto la Tierra
y la Vida en todas sus manifestaciones". El estudiantado lo presentó
creativamente con dramatizaciones, carteles, canciones y hasta bailes,
compartieron sus reflexiones y propuestas, entre ellas, no botar basura
en el aula, hacer basureros con cajitas para cada pupitre, no pelear,
respetar a sus compañeros y compañeras, cuidar a los animales, sembrar
plantas, entre otros, acorde con lo planteado en el principio de
sustentabilidad, que menciona que el desarrollo de una nueva cultura de
sustentabilidad, implica transformación en la manera de ver, sentir,
enfocar y vivir nuestras relaciones con el planeta Tierra, con las
demás personas.
Tanto del personal docente como del estudiantado, surgieron varias
iniciativas por ejemplo, se realizó un mural educativo de manera que
todas las semanas se le agregaban los elementos nuevos, que se iban
conociendo y acciones que se realizaban, así de un árbol solo con unas
ramas, se le incluyeron muchísimas flores coloreadas por el
estudiantado, luego se fueron agregando mensajes detallados inspirados
en los principios de la Carta de la Tierra. Otras acciones realizadas
que se pueden mencionar son dramatizaciones para los actos cívicos,
talleres de expresión creativa con materiales de desecho, talleres
participativos en las aulas, dibujos libres, montajes de recortes,
exposición de trabajos, video foros con las películas el Milagro de la
Mariposa Azul y la Carta a la Tierra, así como redacciones y trabajos
extractase.
Se evidenció que se logó generar un clima institucional de solidaridad,
entusiasmo y creatividad, logrando así que la práctica de la
Orientación colabore a contemplar los problemas ambientales y del
desarrollo en su globalidad, teniendo en cuenta las repercusiones a
corto, mediano y largo plazo, tanto para la humanidad como para el
planeta, para constituirse en un instrumento eficaz para poder
progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia.
De las acciones realizadas se subrayaba constantemente la importancia
de iniciar con el cambio individual en pequeños actos, como el ahorro
energético, el manejo de desechos, la armonía en las relaciones
interpersonales, en fin, se desplegó un abanico de posibilidades
inimaginables y que surgieron de las propias personas participantes. Se
generó un proceso autoorganizado, en el que los niños y niñas que se
movilizan con sus amistades, familiares, la comunidad y hasta el
comercio para compartir sus aprendizajes y contribuir en la recolección
de materiales. Se conformó un club ambientalista de 30 estudiantes,
integrado por un niño y una niña de cada grupo, para que junto a cada
docente propiciaran continuar la "campaña" en pro de la vida en el
planeta, cumpliendo así el objetivo de generar iniciativas que
favorezcan la cultura de la sustentabilidad.
De manera sincrónica, las maestras del Comité de Aseo y Ornato se
ofrecieron voluntariamente para iniciar un proyecto de reciclaje a
nivel institucional tomando en cuenta a los y las estudiantes y sus
familias. Surgieron muchas iniciativas para el embellecimiento externo
de la institución, con campañas de limpieza, colocación de plantas y
pintura de la escuela. Además se inició con recolección de papel
blanco, periódico y botellas plásticas, se colocaron bolsas rotuladas
en cada aula y se consiguieron estañones. Dadas las características de
la escuela, es un gran logro, que en un mes se haya recolectado casi
600 kilos de periódico. Con esta respuestas de las personas
participantes se muestra lo planteado en los aspectos teóricos, que la
Orientación como disciplina, en sincronía con la educación, es un
agente no sólo de renovación interna y de cambio social, porque va más
allá del aprender las ideas o los hechos que aparecen en los
documentos, es también aprender de la vida.
Con esta experiencia pedagógica se evidencia que los procesos de cambio
en la calidad de vida personal y social, así como en los procesos
generados desde la práctica de la Orientación se pueden lograr con esta
nueva visión del paradigma, ya que permite una transformación
trascendental de las reflexiones, valores y formas de visualizar y
actuar en el mundo desde la totalidad de dichas interrelaciones.
Coincidiendo con lo planteado por Morin (s.f) la complejidad es
relación y apertura, sin un punto de vista único y absoluto desde el
cual abordar la realidad y el conocimiento, donde es esencial
considerar a las personas de manera integral junto con su contexto. Por
lo tanto, la labor orientadora no es para responder a una normativa o
un lineamiento laboral, todo se realiza con la conciencia de que la
Orientación es un agente de trasformación que contribuye a generar La
Vida.
5. Conclusiones
La Alquimia de la Orientación desde el Paradigma Emergente, es un gran
desafío que configura un mapa actualizado de las posibles aplicaciones
al despliegue de la Vida para contribuir en la constitución de una
Nueva Humanidad, no se refiere a una ilusión o sentimentalismo, evoca a
que toda acción debe ser intencionada y fundamentada para generar
interrelaciones en pro de la Vida.
La práctica de la Orientación en el ámbito educativo, permite a la
persona profesional en Orientación ser creativa y estar en continua
transformación. Cada profesional mediante sus acciones realizadas desde
el paradigma de la complejidad puede irradiar a otras personas esta
nueva visión de la vida para contribuir así en los ideales de paz,
libertad y justicia.
La Orientación se despliega desde la vida cotidiana teniendo presente
la interrelacionalidad inherente a todo en la Vida, asumiendo la
posibilidad que tiene la persona de lograr la autoorganización para
propiciar el surgimiento de acciones creativas, con las cuales puede
afrontar las diferentes vicisitudes del diario vivir de manera
armoniosa y sustentable.
En el ámbito educativo, la Orientación pasa de ser una disciplina que
interviene en determinadas situaciones de vida a ser generadora de
procesos alquímicos a favor del incremento de la cantidad y calidad de
acciones positivas individuales y sociales. Ello, además puede incidir
en la prevención de los comportamientos destructivos, contribuir en la
educación emocional y el clima social en que se desenvuelven dichas
personas.
La Orientación desde esta nueva visión paradigmática implica nuevos
desafíos, el desarrollo de una práctica en donde se promuevan
transformaciones desde la persona para que pueda asumir las situaciones
adversas transformándolas a positivo.
Los nuevos cometidos de la Orientación serán un continuo dinámico,
creativo y esperanzador no solo para aquellos que conforman el ámbito
educativo, sino que también para la sociedad en general. Por lo tanto,
la redefinición de la disciplina de la Orientación, inicia con la
transformación interior, coherente, e intencionada de cada persona.
La alquimia se inicia desde la propia vida de la persona que ejerce la
Orientación, teniendo la capacidad de trasladar los procesos de
conocimiento básicos hacia una nueva conciencia, hacia toda la
humanidad. Durante esta experiencia se logró religar sentimientos y
saberes, para ir perfilando la Orientación desde el paradigma de la
complejidad y despojarse de la visión mecanicista de la vida y del
estilo tradicional de construcción del aprendizaje. Para lograr este
cometido se requiere de un camino donde los valores de justicia,
bondad, belleza y felicidad, estén presentes. Es a la vez una
posibilidad de construir una Nueva Humanidad, la cual se logrará con
nuestra vida, en las actividades diarias y desde el ejercicio
profesional de la Orientación, que en sincronía con la Educación es
propiciadora de procesos de trasformación.
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San José, Costa Rica: Escuela de Orientación y Educación Especial.
Correspondencia a:
Silvia Alvarado Cordero. Profesora de la Escuela de Orientación y Educación Especial,
Investigadora del Instituto de Investigación en Educación, ambos de la
Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: sil.alvarado@gmail.com
Documento recibido: 10 de junio, 2014 Enviado a corrección: 12 de
agosto, 2014 Aprobado: 1° de diciembre, 2014