Necesidades de Orientación de Padres y Madres de Colegios Académicos
Diurnos de la Dirección Regional San José Norte
Counseling Needs of Parents from Academic Day Secondary Schools of the
North San José Region
Roxana Chinchilla Jiménez1 Flor Jiménez Segura2
1Docente e investigadora de la Escuela de Orientación y Educación
Especial y del Instituto de Investigación en Educación, ambos de la
Universidad de Costa Rica. Maestría en Terapia Familiar. Licenciada en
Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación. Dirección
electrónica: roxana.chinchilla@ucr.ac.cr
2Docente e Investigadora de la Escuela de Orientación y Educación
Especial y del Instituto de Investigación en Educación. Universidad de
Costa Rica. Doctora en Psicología Educativa, Maestría Gerontología,
Licda. en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación.
Dirección electrónica: flor.iimenez@ucr.ac.cr
Dirección para correspondencia
Resumen
Este documento emerge de un estudio realizado en el año 2013 y permitió
identificar las necesidades de Orientación derivadas del contacto con
madres y padres de familia, según las personas profesionales en
Orientación. La investigación fue desarrollada desde un paradigma
cuantitativo y es de tipo descriptivo y la recopilación de la
información se realizó mediante un cuestionario constituido por 15
preguntas abiertas. Algunos de los principales resultados evidencian
que las madres y padres desean satisfacer las necesidades básicas de
sus hijos e hijas, así como brindarles apoyo en sus estudios, pero no
lo logran por situaciones como la pobreza, la falta de empleo y la
violencia doméstica. Los Orientadores y las Orientadoras declaran que
las madres y los padres necesitan formación en lo referente a reglas
claras, manejo de límites y consecuencias. Es necesario que las
instituciones educativas promuevan una cultura de acercamiento entre
madres y padres con el proceso educativo del estudiantado, con el afán
de favorecer el éxito escolar de sus hijos e hijas.
Palabras clave: relación escuela-familia, institución educativa,
necesidades de orientación, educación permanente, Costa Rica.
Abstract
This paper arises from a study undertaken in 2013 that allowed the
identification of counseling needs of parents, from the perspective of
Guidance counselors working in educational institutions. The research
is descriptive and was done under a quantitative approach. Information
was collected through a 15 open-question questionnaire. Some of the
main findings were: that mothers and fathers wish to satisfy their
children's basic needs, as well as to support them in school matters,
but they are not successful due to poverty, unemployment, and domestic
violence. Counselors express that parents need education in relation to
clear rules, limit setting, and consequences. It is necessary for
schools to promote a culture of involvement of parents with students'
educational processes, in order to favor school achievement.
Keywords: school-family relationship, educational instituion counseling
needs, life-long education, Costa Rica.
1. Introducción
La disciplina de Orientación, posee la gran responsabilidad de aportar
al fortalecimiento de la calidad de vida de la sociedad. Como una parte
fundamental de la sociedad contemporánea, se encuentra la familia,
permeada por los cambios tan acelerados que dicha sociedad experimenta.
Producto de estos fenómenos, la familia se transforma constantemente y
lucha por adaptarse a los requerimientos sociales, lo que la
caracteriza como sistema viviente y en constante evolución.
Al respecto Walsh (2004) afirma que existe una configuración diversa de
las familias producto de un contexto socio-histórico, donde destacan
cuatro tendencias:
• Diversidad de las formas de familia
• Cambios en los roles de la familia
• Diversidad Cultural y disparidad socioeconómica
• Variedad y expansión del ciclo vital de la familia
Cuando se habla de la diversidad de formas de familia, se plantea que
en la actualidad en la mayoría de las familias, se ha generado una
proliferación de diversas estructuras familiares y redes de apoyo que
reciben el nombre de configuraciones o formas no tradicionales de
familia.
Esta, entre otras razones, hace necesaria la intervención orientadora,
como un recurso valioso, que permita comprender la complejidad de los
procesos familiares desde las interacciones, para favorecer las
competencias familiares, a partir de las tareas propias del ciclo vital
familiar. De esta manera, la Orientación cumple con una de sus
principales funciones, acompañar en los procesos vitales de las
personas y en sus tareas del desarrollo, como lo es la socialización en
las familias, las cuales son parte de la comunidad educativa.
Para García y Martínez (2003) la Orientación Educativa es entendida
como un proceso de ayuda a la persona, al grupo familiar y escolar. De
ahí que se debe entender la familia y la escuela como contextos
específicos de aprendizaje y socialización, que involucra a todos los
miembros y subsistemas en que se organizan.
Es necesario que la Orientación apoye el acercamiento de las familias a
los centros educativos de educación secundaria, debido a que se tienden
a establecer diversas barreras que obstaculizan la relación entre
familia e institución educativa, producto de la complejidad en las
relaciones y de los sistemas sociales de las familias con hijas e hijos
adolescentes. En este sentido. Davis y Lambie (2005) argumentan la
importancia de que los centros educativos de secundaria participen a
las familias en el proceso educativo y de diversas decisiones, como una
poderosa influencia no sólo para mejorar el rendimiento académico del
grupo de estudiantes, sino también para el desarrollo personal y social
en general de las jóvenes y los jóvenes y de sus propias familias.
Además las personas profesionales en Orientación, con sus habilidades
de liderazgo, conocimientos de los diferentes procesos del ciclo vital,
entes activos y parte integral del programa educativo, pueden ser
propiciadores de cambios sistémicos, al utilizar sus recursos para
reducir las barreras que impidan por ejemplo, el éxito académico de las
y los estudiantes, al fungir como mediadores en la relación
escuela-hogar (Davis y Lambie, 2005).
Llama la atención que en los últimos informes de investigación que
presenta el Estado de la Nación, la familia no ha sido un tema
importante de estudio. La última información que se enfoca sobre ésta,
data en el Estado de la Nación de 1996 que proporciona aspectos muy
generales sobre este sistema, tales como los tipos de familia,
violencia familiar y niñez y adolescencia, es decir, no se rescatan los
cambios que los sistemas familiares costarricenses han experimentado
durante los últimos 16 años ni cómo han incidido en la relación
familia-escuela; situación que inquieta e insta a elaborar estudios
relacionados que permitan actualizar y enriquecer lo existente hasta el
momento.
Este estudio reviste importancia considerando que existen pocas
investigaciones realizadas en el contexto nacional, que permitan
describir la relación familia-escuela, desde un enfoque
sistémico-ecológico.
Para efectos de esta investigación se considera la perspectiva
ecológica, que según Corsi (2008), toma en cuenta los distintos
contextos donde interaccionan las personas, para tener una visión
integrada de la realidad a la que pertenecen las familias.
Es importante mencionar que los sistemas familiares están inmersos en
exosistemas dentro de los cuales se identifican instituciones
educativas, comunidades, ámbitos laborales, entre otros, que permean la
estructura y el funcionamiento familiar. Estos exosistemas a su vez,
están inmersos en macro sistemas, que son patrones más generalizados de
la sociedad, como la cultura patriarcal, la idiosincrasia del país de
origen o de un continente, entre otros.
De allí, radica la importancia de elaborar un estudio cuantitativo de
tipo descriptivo, que permita analizar las necesidades de orientación
que según las personas profesionales en Orientación manifiestan las
madres y padres de familia de las instituciones donde laboran.
Asimismo, se pretende identificar las inquietudes o necesidades que
plantean las y los orientadores en lo referente al trabajo con madres y
padres de familias.
1.1 Objetivo general
Analizar las necesidades de Orientación que tienen las madres y padres
de familia según las personas profesionales en Orientación de los
colegios académicos públicos de la Dirección Regional San José Norte.
1.2 Objetivos específicos
• Determinar las necesidades de Orientación de tipo familiar
reconocidas por los y las profesionales en Orientación de los colegios
académicos públicos de la Dirección Regional San José Norte.
• Determinar las necesidades de Orientación de tipo educativo
relacionadas con el estudiantado que plantean madres y padres a los y
las profesionales en Orientación de los colegios académicos públicos de
la Dirección Regional San José Norte.
• Reconocer necesidades de capacitación sobre el trabajo con familias
planteadas por las personas profesionales en Orientación de los
colegios académicos públicos de la Dirección Regional San José Norte.
2. Referente teórico
Desde la visión sistémica de la familia, esta es vista de forma
circular más que un pensamiento en líneas rectas o relaciones causa y
efecto. Esta visión de la familia tiene su origen en una visión
holística, donde todas las partes de un sistema están conectadas
directa o indirectamente, de modo que al cambiar una de las partes el
efecto se propaga a todas las demás. Esta forma de entender la familia
da un acercamiento al fenómeno estudiado mucho más integral, porque
permite visualizar todos los factores que intervienen en la complejidad
de la cotidianidad familiar (Hernández, 1997).
Los sistemas familiares inician con la conformación de la pareja
(parejas heterosexuales o parejas en situaciones especiales), la
relación entre ambos es producto de intercambios repetidos: cada uno
expresa sus particularidades como hábitos, creencias o necesidades que
son intensificadas, anuladas o transformadas mediante la interacción.
Así nace la unidad base de la familia, el inicio de la pareja (Belart y
Ferrer, 1999).
Este patrón interaccional es único y particular en cada sistema y
responde a las características de las personas que lo integran y
depende de la manera en que estas se combinan, se complementan o se
anulan entre sí. A este recién formado sistema se le denomina
sub-sistema conyugal.
Con el nacimiento del primer hijo o hija el sistema familiar adquiere
un subsistema. que cambia y modifica las interacciones del sistema
conyugal asumiendo funciones parentales recién formadas, o sea el rol
de papá, mamá y a su vez nace el subsistema filial o sea el subsistema
de los hijos.
Cada individuo pertenece a diferentes subsistemas en los que posee
diferentes niveles de poder y en los que aprende habilidades
diferenciadas. Por ejemplo una mujer puede ser una hija, hermana mayor,
hermana menor y así cumplir diferentes roles, de acuerdo con la
estructura y dinámica familiar a la que pertenece. Esta estructura es
el primer ente socializador que conoce el niño o la niña. Aquí aprende
a desarrollar estrategias y habilidades básicas de interacción que
posteriormente le servirán para incorporarse a una institución
educativa.
La organización en subsistemas de una familia asegura el cumplimiento
de las variadas funciones del sistema total, así como ofrece un campo
diferenciado a cada miembro para ejercer sus habilidades
interpersonales en distintos niveles (Szapazani y Hervís. 1985).
Este orden jerárquico que existe en el cual el niño o niña se incorpora
desde su nacimiento, es el que le marca las pautas para aprender a
relacionarse posteriormente con otros sistemas como por ejemplo el
comunitario. Las personas pertenecen simultáneamente no sólo a varios
subsistemas sino a diferentes, de esta pertenencia múltiple surge el
intercambio de información entre un sistema y otro.
2.1 Funciones del sub-sistema parental
El sistema familiar está más protegido cuando sus integrantes de mayor
madurez y experiencia vital, ejercen la autoridad. Cuando la autoridad
la ejercen en familias monoparentales (solo mamá o solo papá) también
es importante que exista claridad en el manejo de la autoridad, reglas,
límites y clima de confianza.
Las madres y los padres tienen la capacidad y el poder de aplicar su
exigencia, y son ellos mismos quienes establecen las reglas y límites
de la familia. Para Glen (1992) existen tres tipos de estilos de
paternidad y maternidad: autoritario, de firme autoridad y permisivo.
Su definición se basa fundamentalmente en el equilibrio y el uso del
poder entre padres e hijos. Los resultados de las evaluaciones indican
que mamá y papá deben de ser firmes y capaces de controlar y exigir, al
mismo tiempo afectuoso y dispuesto a aceptar a sus hijas e hijos y
participar en su vida.
Los procesos de socialización van a implicar interacciones diarias
entre padres, madres e hijos en contextos que diferirán en su función,
en su estructura interpersonal y en su impacto en la hija y el hijo. A
esto se le denomina ordenación jerárquica: no sólo comprende la
autoridad que unos miembros ejercen sobre otros, las responsabilidades
que asumen y las decisiones que toman, sino también la ayuda,
protección, consuelo y cuidado que brindan a los demás.
Las madres y padres razonables y de autoridad firme producen más hijas
e hijos plenamente competentes. Según Glen (1992) El principio
fundamental de la paternidad razonable es el adecuado equilibrio entre
las exigencias de los padres y su sensibilidad. El arte de ser madre o
padre supone el uso de la conveniente cantidad de poder tanto para
exigir como para detenerse en el momento preciso, siempre de acuerdo
con las necesidades personales y el temperamento de los hijos.
Esta función de las madres y padres es fundamental en todas las etapas
del desarrollo evolutivo porque este equilibrio homeostático (dinámico)
entre el afecto, amor y autoridad, parental permea el comportamiento de
la descendencia.
Las madres y padres son importantes, ya que suponen la principal fuente
de referencia para el desarrollo de actitudes, creencias y valores de
las personas adolescentes acerca de la vida en general y
específicamente de su propio sentido del yo y su valía personal.
Musitu y Gutiérrez (1984) mencionan que es de suma importancia la
interacción paterno-materno-filial basada en el apoyo y la cohesión o
vinculación con la prole y en la expresión de la autoestima de la hija
o el hijo y consecuentemente en su capacidad para adaptarse con
facilidad a las diferentes situaciones, en su capacidad creativa y en
su comportamiento.
Cuando las madres y padres aprenden a vincularse con las hijas e hijos
de forma que se eduque a la prole manejando la disciplina en las etapas
del ciclo vital familiar y adaptándose a las diferentes etapas de
desarrollo evolutivo, la familia tiende a funcionar mejor.
Todas las familias tienen los recursos para generar cambios que
faciliten su propio proceso de crecimiento familiar, pero en algunas
ocasiones las familias necesitan de la ayuda del centro educativo
favoreciendo procesos de socio-aprendizaje que faciliten el
funcionamiento familiar.
2.2 Relación familia - centro educativo
El conocimiento de lo que sucede en la familia y con ella es de gran
importancia para el sistema escolar. La cohesión (vinculación que
existe entre las partes del sistema) y flexibilidad (capacidad del
sistema de ajustarse y autorregularse) del sistema familiar determina
de alguna manera el estilo de relación que ha de mantener con la
escuela. La familia es parte de la institución educativa y esta a su
vez influye en esta.
Dabas (2003) indica que cada familia tiene una valoración particular de
la escuela y por tanto varían sus expectativas con respecto al éxito de
sus hijas e hijos, las demandas hacia el centro educativo elaboran
diferentes maneras de enfrentar el fracaso escolar. Simultáneamente
todos los miembros de la familia interaccionan en diversos contextos,
modificando las posibilidades de aprendizaje de estos. Estas
situaciones influencian y modifican las relaciones cotidianas.
Por otra parte el centro educativo representa el cambio y la
transformación, considera Dabas (2003) que eso no ha cambiado, su
esencia, a saber los elementos estructurales se han mantenido a lo
largo del tiempo. La función del colegio como un sistema ha sido y es
adaptar a las personas más jóvenes al mundo social vigente. Considera
esta autora que esa función inicial de la escuela ha marcado su
estructura y organización.
Posteriormente el quehacer educativo se valorizó en función del éxito y
fracaso en la adquisición de aprendizajes y con ello surge el problema
de la escuela como un problema de calidad, de ineficacia; es decir, lo
que se planteaba era la inadaptación de la escuela a un mundo cambiante
o bien la inadaptación de los estudiantes al sistema educativo. No se
consideraban los cambios sociales y culturales.
Es importante tener claro que los cambios no solo provienen de la
estructura macroeducativa. Madres padres y personal docente pueden
construir un contexto significativo que permita compartir con respeto a
los ámbitos de acción de cada uno. Las familias pueden compartir con
las y los docentes modos de posicionarse y resolver los asuntos
educativos de sus hijas e hijos y por otra parte puede favorecer a las
personas docentes acciones que les permitan desarrollar un curriculum
más ajustado al estudiantado.
En segundo lugar la participación. Esta decisión no puede ser tomada
por solo la institución educativa, aunque puede ser la de la
iniciativa; sin embargo, una vez que las familias responden se deben
ajustar las metas y acciones considerando una nueva realidad. Esta
aceptación no siempre es fácil que se dé. Debe ser una participación
responsable que avance a la a la toma de decisiones compartida; pero se
requiere de una nueva forma de pensar y claridad respecto a quién
corresponde cada responsabilidad. El personal docente tiene la
responsabilidad de definir los objetivos y la manera de implementarlos,
y que pueda participar la familia.
En tercer lugar que familias y escuelas se abran para encontrar nuevas
formas de conexión. Esto significa aceptar todos los saberes y la
búsqueda activa entre todos los miembros de la red social, para que no
se legitime únicamente el saber del docente. Si no que el padre y madre
de familia se incorporen en el proceso de aprendizaje de sus hijas e
hijos.
Pero no todas las instituciones educativas fomentan o están interesadas
en esta articulación de la madre o padre al centro educativo, aunque
diferentes investigaciones indican que esto influye directamente en el
proceso de aprendizaje de jóvenes. Por el contrario, algunas veces la
institución educativa desfavorece esta articulación, por falta de
claridad de su función. Es importante formar redes sociales entre el
centro educativo y las fuerzas vivas de las comunidades donde se están
insertas para apoyar en la tarea educativa.
La red social implica un proceso de construcción de lo individual y lo
colectivo. Es un sistema abierto que mediante un intercambio dinámico
entre los integrantes de un colectivo (familia, equipo de trabajo,
barrio, organización como la escuela, el hospital, etc.) y con
integrantes de otros colectivos favorece la potencialización de los
recursos que poseen y la creación de alternativas novedosas para la
resolución de problemas o la satisfacción de necesidades (Dabas, 2003).
Diversas investigaciones como la de Arguedas y Jiménez (2007) plantean
la importancia de la familia en la permanencia u éxito las personas
jóvenes en el sistema educativo. Al respecto mencionan:
Es importante señalar que la mayoría de las personas que han
permanecido en la institución, han tenido el apoyo de sus madres o
padres, los cuales asisten a reuniones, a entregas de notas o bien a
cualquier convocatoria recibida por algún funcionario de la
institución, tienen buen concepto de sus hijas e hijos y las o los
respetan en sus diferencias (p. 26).
El éxito escolar y el fracaso escolar ya sea por razones de rendimiento
académico, la deserción y la repitencia en la mayor parte de los casos,
está relacionada con la falta de apoyo de la familia. Consideran que
por lo general el sistema familiar asume un rol pasivo en su relación
con el centro educativo y se recurre a este cuando se presentan
problemas disciplinarios o bien de rendimiento académico.
Al respecto Rodríguez (2009) plantea que el conocimiento de lo que
sucede en la familia y con ella, es de gran importancia para el sistema
escolar, porque es aquella la que, de alguna manera, determina el
estilo de la relación que ha de mantener con la institución.
2.3 La familia con hijos adolescentes
Esta etapa significa para la persona adolescente el enfrentamiento de
grandes desafíos, tales como, la pérdida y duelo del cuerpo de niña o
niño, donde:
Al llegar a esta etapa la aparente tranquilidad que tenía el niño en
etapas anteriores se pierde, y el adolescente se encuentra ante la
necesidad de estructurar una nueva identidad personal, lo cual no es
fácil ya que ha de integrar todas esas transformaciones. El cuerpo
cobra gran importancia, es el punto de referencia en torno al cual se
organiza la identidad y al mismo tiempo a través de él se relaciona con
el mundo exterior (Belart y Ferrer, 1999, p. 152).
En general esta es la etapa del ciclo vital familiar que más se ha
investigado por estar más que otra cargada de mitos y estereotipos;
esta es una etapa de grandes retos y desafíos porque pone a las madres
o padres a tener una relación diferente donde la persona adolescente
quiere y lucha por encontrar quien es él o ella. Y eso reta a sus
madres y padres a estar de frente a sus propias preguntas
existenciales. Las personas adolescentes establecen su autoestima
principalmente en cualidades físicas, por eso para ellas y ellos es tan
importante la apariencia física, la ropa, el peinado, entre otros.
Efectivamente, para la persona adolescente es prioritario afrontar la
búsqueda de sí misma, es decir, saber quién es, qué es capaz de hacer y
cuál es su papel en la sociedad. La adolescencia de las hijas e hijos
puede ser también una forma indirecta de crecimiento para los padres,
una experiencia enriquecedora puesto que dinamiza el sistema familiar y
evita el anquilosamiento (Belart y Ferrer, 1999).
La adaptabilidad de las madres y padres para negociar, ceder y algunas
veces ser firme, es el gran reto, la flexibilidad del sistema para
ajustarse a las nuevas demandas de esta etapa del desarrollo evolutivo
familiar va a ser fundamental. Así como la cohesión del sistema o sea
la vinculación entre los miembros para que sea unida pero con la
libertad de generar procesos de individuación esenciales en esta etapa.
Cuando la hija o el hijo presenta una crisis y el sub-sistema parental
responde, ella o él confiará en ellos; estas pequeñas crisis son
decisivas para las relaciones entre padres e hijas e hijos. Si los
progenitores no le ayudan, no se enteran, le castigan o se ponen
histéricos provocarán en él o ella sentimientos de culpa o de soledad
que ensanchará la brecha generacional. Las madres y los padres tienen
que estar a su disposición cuando la persona adolescente les necesite.
Sin subestimar el problema o reaccionando de forma impulsiva o
exagerada. Es fundamental que las hijas e hijos sepan que pueden contar
con sus madres y padres en los momentos difíciles; si pueden confiar
sin miedo a ser castigados representarán su mejor fuente de ayuda
(Belart y Ferrer, 1999, p. 178).
Al respecto Hernández (1997) plantea que la persona adolescente no le
va bien la rigidez ni la sobre protección. La rigidez ha de
flexibilizarse mediante las negociaciones; si bien los padres han de
asumir el control y marcar los límites, por su parte las hijas y los
hijos han de tener "voz" para expresar sus opiniones. Sólo así se
podrán llegar a acuerdos y soluciones satisfactorias para todas y
todos. Es importante que queden claras las reglas a las que la persona
adolescente tiene que atenerse en cuanto a sus estudios, horarios,
obligaciones, dinero, etc., así como cuáles serán las conductas a
seguir en caso de infracción a las reglas. En esta etapa ya no se trata
de que los progenitores impongan las normas sino que han de ser
pactadas conjuntamente entre padres e hijos e hijas.
2.4 Orientación a las familias desde el centro educativo
La Orientación a las familias cumple una función de entender la familia
y el centro Educativo como contextos de aprendizaje y socialización en
la que intervienen todos los actores educativos para generar
estrategias que faciliten la dinámica familiar para prevenir, detectar
dificultades, enfrentar y solucionar problemas. García y Martínez,
(2003) plantean que la persona profesional en Orientación cumple una
función fundamental como es ser ese agente de cambio social en la
comunidad educativa. Lo que significa que su trabajo va dirigido a
favorecer en sus orientadas y orientados las estrategias que aseguren
la permanencia y el éxito académico de la población estudiantil. Estos
mismos autores mencionan los principios que son ejes vertebrales de la
función orientadora en el centro educativo:
1. El principio antropológico en el cual se ve al ser humano como libre
de decidir, como ser individual y social, o sea que significa
desarrollar estrategias para favorecer a la familia como única y
particular.
2. Es el evaluativo lo que significa que el quehacer del profesional va
precedido por una detección de necesidades de Orientación.
3. Principio de intervención social o ecológico sistémico en el cual se
centra en revisar las actuaciones en los diferentes contextos, donde
cada estudiante interactúa.
Dentro del concepto de análisis de necesidades que el profesional
efectúa del trabajo que realiza existen dos tipos de necesidades que
plantea Sanz (1990, p. 76) "las primarias que residen en los sujetos –
alumnos, alumnas, padres, madres, profesores y profesoras, que son los
y las que reciben real o potencialmente los servicios diseñados en el
programa. Y las necesidades secundarias que residen en la propia
institución".
Otro aspecto importante es que siempre se debe tener claro que la
familia tiene el derecho y deber de participar del proceso educativo de
sus hijas e hijos. Y la institución educativa el deber de favorecer la
relación familia centro educativo. Y es función del profesional en
Orientación facilitar el acercamiento centro educativo- familia.
3. Procedimiento metodológico
3.1. Metodología
3.1.1. Tipo de investigación
De acuerdo con las características de la presente investigación y sus
propósitos, fue desarrollada bajo el enfoque cuantitativo. Se presenta
una concepción global positivista. hipotética-deductiva, objetiva,
particularista y orientada a los resultados. La función de la persona
que investiga, consiste en ubicarse de forma externa al objeto que
estudia (Barrantes, 2007).
Este estudio es de tipo no experimental, ya que se realiza de forma
tal, que las variables no se manipularon deliberadamente. Lo que se
pretendió en la investigación no experimental, es observar los
fenómenos o situaciones tal y como se dan en su contexto natural, para
después analizarlos. Es un estudio descriptivo (Hernández, Fernández y
Baptista, 2010).
Asimismo, con lo propuesto se analizó las necesidades de Orientación
que presentaban las madres y padres de familia y que han sido
detectadas por las personas profesionales en Orientación de la
Dirección Regional de Educación San José-Norte. Al tener una visión
global y generalizada sobre la temática en estudio, se lograron
analizar las necesidades detectadas, así como, proponer algunas
recomendaciones dirigidas a las instituciones educativas, en relación a
la puesta en práctica de algunas acciones que permitan la atención de
las madres y padres.
Esa es la razón por la que se eligió un estudio de tipo descriptivo, en
el cual el propósito es relatar situaciones y eventos, tal y como lo
afirma (Hernández et. al., 2010, p. 60) "Los estudios descriptivos
buscan especificar las propiedades importantes de personas, grupos,
comunidades o cualquier fenómeno que sea sometido a análisis. Mide o
evalúan diversos aspectos, dimensiones o componentes del fenómeno a
investigar."
3.1.2. Problema de investigación
Mediante el proceso investigativo, se pretendió responder al siguiente
problema de investigación: ¿Cuáles son las necesidades de Orientación
de madres y padres detectadas por las personas profesionales en
Orientación de instituciones de educación secundaria académica diurna
públicas de la Dirección Regional Norte?
3.1.3. Sujetos de investigación
El universo lo constituyen 35 personas profesionales en Orientación de
los colegios académicos diurnos públicos de la Dirección Regional de
Educación San José Norte. Se trabajó con toda la población.
3.1.4. Definición de variables
3.1.4.1. Definición conceptual
Necesidades de Orientación de tipo familiar: Se refiere a la
discrepancia entre el cumplimiento de las tareas parentales como son el
cuido, la protección y el establecimiento de reglas y límites y la
expectativa del centro educativo respecto a cumplimiento de estas
(Belart y Ferrer, 1999; Hernández, 1997).
Necesidades de Orientación de tipo educativo: Se refiere a la
discrepancia entre el apoyo que consideran las y los profesionales de
Orientación deberían dar madres y padres en cuanto a las condiciones
que facilitan el proceso educativo de sus hijas e hijos. Incluyendo la
participación e involucramiento de madres y padres en las actividades
del centro educativo, el apoyo emocional en su rol de estudiante
(Belart y Ferrer, 1999; Hernández, 1997).
3.1.4.2. Definición operacional
Para la presente investigación las variables operacionales fueron
entendidas igual que las conceptuales.
3.1.4.3. Instrumento
Con el propósito de obtener la información de este estudio, se utilizó
la técnica de cuestionario. El cual está constituido por preguntas
abiertas (13) de los temas a investigar y fue sometido a criterio de
profesionales en Orientación en ejercicio de colegios diurnos, que no
formaban parte del grupo investigado.
Después de recopilar la información, las investigadoras se dieron a la
tarea de leerla e identificar categorías de análisis que dieran
respuesta a las necesidades de tipo familiar y educativo. Se ubicó la
información recogida en cada una de las categorías, según lo mencionado
por cada persona participante. Se agrupo la información que concordaba
y se cuantifico las frecuencias. Lo anterior permitió elaborar cuadros
y gráficos con la información recopilada.
4. Información recopilada y discusión de resultados
A continuación se presenta la información recopilada, así como, su
análisis.
Se observa en el Gráfico 1 que las personas participantes del estudio
declaran que las necesidades básicas del estudiantado no están siendo
cubiertas en su totalidad por parte de las madres y padres de familia.
Dos personas consideran que las necesidades básicas de salud,
educación, acceso a vivienda y capacidad económica para cubrir las
necesidades mínimas, no están siendo satisfechas por las madres y
padres. Por ejemplo, la mayoría de la población estudiantil debe
solicitar beca de comedor en el colegio y en las instituciones del
estado beca económica.
Se ve que las madres y los padres no pueden cubrir necesidades básicas
de sus hijas e hijos, tales como: comida y vivienda (la mayoría viven
en casas alquiladas con problemas de construcción), con mucha
dificultad podrían cubrir necesidades de otro orden tales como las
modas, actividades recreativas, entre otras (Belart y Ferrer, 1999).
También señalan las personas que la mayoría de las familias están
conformadas por madre e hijos o hijas, y que muchas de ellas trabajan
en labores domésticas que no les permite cubrir las necesidades básicas
del estudiantado. Al trabajar la mayoría de las mujeres en trabajos
poco remunerados; desde una visión eco sistémica de la familia, esto
tiene una influencia en el micro sistema o sistema familiar de no
cubrir necesidades de orden básico (Corsi, 2008; Walsh, 2004), lo cual
llevaría a las personas adolescentes a adaptarse a lo que el sistema
les está brindando. Las personas profesionales en Orientación mencionan
que lo que si se observa es que varias madres y padres dan apoyo, cuido
y vigilancia a sus hijas e hijos. Pero que están más centrados en
resolver los problemas económicos que los afectivos.
Se nota en el Gráfico 2 que veinte y ocho de las personas profesionales
en Orientación que se entrevistaron consideran que las madres y padres
de familia no satisfacen las necesidades básicas de sus hijos e hijas,
según lo esperado por la institución. Sin embargo, no se puede dejar de
lado que al pertenecer la mayoría del estudiantado de las instituciones
que abarcaron el estudio a una clase baja, no se podría pensar en que
las madres y padres no estén queriendo satisfacer las necesidades
básicas de sus hijos e hijas, sino más bien que la capacidad económica
no permite, ni facilita a las personas responsables del estudiantado
satisfacerlas.
Lo que sí consideran las personas participantes del estudio que podrían
satisfacer las madres y padres de familia y no lo hacen en su mayoría,
es el tener reglas claras en la familia, tener más supervisión y cuido
de los hijos e hijas y acompañarles más en su proceso de enseñanza y
aprendizaje. Es importante que las madres y padres consideren que si
bien no es sano la rigidez excesiva, ni la sobreprotección, ya que no
ayuda a tener límites claros, lo cual es parte fundamental para que se
genera la independencia y autonomía de las personas adolescentes
(Hernández, 1997).
Al observar las respuestas obtenidas de las personas participantes del
estudio sobre si las familias del estudiantado tienen reglas claras y
explícitas; veinte y una de las personas señalan que no. Sin embargo,
lo más importante a rescatar es que los profesionales en Orientación
mencionan que las madres y padres no saben cómo implementar las normas,
muchas veces las ponen en práctica por imposición y no de forma
consensuada. Algunas de las personas profesionales en Orientación
declaran que varias madres y padres de familia esperan que la
institución educativa establezca los límites y la verificación de los
mismos en la institución, y a su vez, esto repercute en la dinámica
familiar.
Es necesario que si bien los Departamentos de Orientación contribuyen
en asesorar a las madres y padres sobre la práctica de reglas claras y
poner consecuencias. La mayoría de las madres y padres como bien lo
señalan los participantes no cuentan con las competencias o
herramientas para lograrlo. Sin embargo es oportuno tomar en cuenta que
los padres tienen el poder y responsabilidad de establecer reglas
firmes, de autoridad y permisivas a la vez (Glen, 1992).
Se observa en el Gráfico 4 que las madres y padres de familia asisten
mayoritariamente para conversar con el personal docente o
administrativo. Sin embargo, las personas profesionales en Orientación
que respondieron a esta pregunta, declaran que cuando las madres y
padres visitan la institución en la mayoría de las veces es porque se
les cita y no por iniciativa propia.
Es importante resaltar aquí que las personas entrevistadas señalan que
en sétimo año es cuando más madres y padres asisten a la institución,
lo cual se podría deber a que como vienen de la escuela necesitan
adaptarse.
Las personas profesionales en Orientación (20) señalan que la
asistencia de las madres y padres a la institución no es la esperada y
(15) consideran que si es la esperada. Sin embargo, anotan que las
madres y padres deberían tener mayor compromiso y tener una mayor
participación. Es importante que las madres y padres de familia según
las personas entrevistadas deberían asumir su papel en el proceso de
enseñanza y aprendizaje de sus hijos e hijas. Diversas investigaciones
como la Davis y Lambie (2005) mencionan que es necesario que en los
departamentos de Orientación apoyen el acercamiento de las familias a
los centros educativos, para la toma de diversas decisiones que
influyen en distintos aspectos como el rendimiento académico del
estudiantado, así como, en desarrollo personal de las y los jóvenes y
las propias familias.
Se observa en el Gráfico 6 que las personas profesionales en
Orientación señalan diferentes acciones que se realizan en la
institución para apoyar a las madres y padres de familia en su quehacer
para la formación del estudiantado.
De las acciones que se llevan a cabo en la institución, algunas de
ellas son talleres de diferentes temáticas, talleres recreativos y
reuniones para entrega de notas.
Se podría inferir que las instituciones que forman parte de esta
investigación no cuentan con estrategias o acciones que estén motivando
a madres y padres a asistir. Las y los profesionales en Orientación con
sus habilidades de liderazgo, conocimiento de los procesos familiares y
el ciclo vital familiar, como entes activos y parte integral del
proceso educativo, deben ser propiciadores de cambios, utilizando los
recursos para reducir las barreras que impiden el éxito escolar de los
y las estudiantes y fungir como mediadores y promotores de la relación
escuela-hogar (Davis y Lambie, 2005).
En el Gráfico 7 se observa que según las personas del estudio las
instituciones no están satisfechas con la participación de las madres y
padres de familia en las actividades que se promueven. Declaran que las
madres y padres mencionan que no asisten debido a que no tienen tiempo
para eso. En el momento que se observa un poco más de participación es
cuando se hace la entrega de notas o actividades de orden recreativo.
Algunas personas participantes concluyen que hay poco compromiso para
con los hijos e hijas, así como, poca identificación con la institución.
También declaran que la participación de las madres y padres se
presenta más en sétimo que en los otros niveles. Como lo habíamos
mencionado al parecer las madres y padres consideran importante apoyar
y acompañar al estudiantado en la transición entre la escuela y el
colegio.
Algunas de las personas participantes del estudio mencionan que usan el
correo electrónico para comunicarse con las madres y padres.
Se observa en el Gráfico 8 que las personas del estudio señalan que las
madres y los padres casi nunca apoyan emocionalmente al estudiantado.
Asimismo, opinan que en varias oportunidades no les acompañan en su
etapa del desarrollo y en las tareas académicas. También o que no dan
la importancia adecuada al estudiantado en los problemas académicos o
emocionales que presentan.
También declaran que es importante que las madres y padres conozcan los
cambios de las personas adolescentes, ya que en muchos momentos algunas
madres y padres maltratan a las hijas y los hijos por situaciones que
son características propias del desarrollo evolutivo.
Además se menciona que varios padres o madres exigen notas a sus hijos
e hijas, pero no apoyan para que el estudiantado logre conseguirlas.
Unido a esto, está el que las madres y los padres casi nunca llegan a
la institución, situación que hace más complicado el logro académico
del estudiantado. Lo anterior provoca bajas notas, unidas a los índices
altos de pobreza del estudiantado.
La responsabilidad de las madres y padres no solo tiene que ver con el
poner reglas hacia su prole, sino también con la ayuda, protección,
consuelo y cuidado de estos. Las madres y padres razonables y de firma
autoridad promueven hijos e hijas plenamente competentes (Glen, 1992).
En el Gráfico 9 se nota que las personas participantes del estudio
opinan que las madres y padres de familia no están apoyando
emocionalmente a sus hijas y sus hijos como lo esperaría la institución.
Las personas entrevistadas señalan que hace falta que en las
instituciones se implementen escuelas para madres y padres, ya que las
personas progenitoras no cuentan con las herramientas (comunicación,
manejo de límites, entre otros) necesarias para poder apoyar
emocionalmente y académicamente a sus hijos y sus hijas.
Algunas de las personas participantes señalan que en varios momentos se
han tenido que referir madres y padres al Patronato de la Infancia. Lo
anterior debido a que hay familias que presentan violencia doméstica,
no tienen trabajo estable y algunos miembros de algunas familias tiene
problemas de drogadicción.
Como se observa en el Gráfico 10 las personas participantes del estudio
declaran que las necesidades de Orientación que ellos y ellas observan
en las madres y padres de familia son: manejo de límites (12)
comunicación (11) y sentido de vida (10). Estos temas son identificados
por la mayoría de las personas del estudio. Es oportuno que la
institución liderada por la persona profesional en Orientación puede
promover el acercamiento centro educativo-familia y generar una cultura
institucional que favorezca en las personas participantes el desarrollo
de destrezas en relación con las temáticas de interés de las madres y
padres.
Se observa en el Gráfico 11 las personas profesionales en Orientación
sienten una necesidad de capacitación en trabajo con familia y sentido
de vida.
5. Conclusiones
No hay diferencias significativas en lo referente al apoyo académico y
emocional que reciben los estudiantes y las estudiantes durante la
secundaria. Se observa que hay más acompañamiento en sétimo año. Pueden
existir múltiples razones que expliquen esta realidad, una de estas,
podría ser que al ser sétimo una etapa de transición escuela-colegio,
las madres y padres sientan la necesidad de acompañar a su hija o hijo
en este periodo.
Las personas profesionales en Orientación entrevistadas tienen claro
que si bien algunos madres y padres desean satisfacer las necesidades
básicas de sus hijos y sus hijas, por situaciones de pobreza, falta de
empleo, violencia doméstica, entre otros, no se logra.
Las personas profesionales en Orientación plantean la necesidad de
recibir capacitación en el trabajo con familias y sentido de vida
prioritariamente.
Las instituciones educativas favorezcan el acercamiento de madres y
padres de familia a la institución, por medio de citas, en donde son
convocados por la institución por problemas que presentan las y los
estudiantes, pocas veces asisten a la institución por iniciativa
propia. Sería oportuno la implementación de diferentes estrategias
(escuela para padres, visita a las familias, entre otros) que promuevan
la relación institución educativa y madres y padres.
Las madres y padres de familia esperan que sea la institución educativa
la que establezca los límites y la verificación de los mismos, y que
esto favorezca la convivencia familiar.
Al centro educativo le preocupa el involucramiento de las madres y
padres. Sin embargo, no promueven políticas claras para ese
involucramiento.
Algunas de las personas participantes señalan que usan las tecnologías
de la información para comunicarse con las madres y padres de familia.
Las madres y padres de familia señalan los participantes del estudio
que necesitan formación en lo referente a manejo de límites y
consecuencias, y reglas claras.
Las personas profesionales en Orientación plantean la necesidad de
recibir capacitación en el trabajo con familias y sentido de vida
prioritariamente.
6 Recomendaciones
Es necesario que las instituciones educativas promuevan una cultura de
acercamiento de madres y padres de familia al proceso educativo del
estudiantado. Teniendo está el favorecimiento escolar de las y los
estudiantes.
Promover desde el Departamento de Orientación del Ministerio de
Educación Pública o la Escuela de Orientación y Educación Especial
propuestas dirigidas a las personas profesionales en Orientación para
que a partir de capacitaciones sobre la implementación y el trabajo en
escuela de padres, se puedan realizar, ya sea institucionalmente o bien
por comunidades educativas.
Que la Universidad de Costa Rica por medio del Programa de Educación
Continua de la Escuela de Orientación y Educación Especial ofrezcan:
cursos, seminarios, charlas entre otros, sobre temáticas relacionadas
con la familia y sentido de vida de las mismas; que proporcione
herramientas teórico prácticas que favorezcan al ser realizadas, la
relación centro educativo-familia.
7 Agradecimientos
Agradecimientos a las personas profesionales de los Departamentos de
Orientación de los colegios académicos diurnos de la Dirección Regional
San José Norte y a la Directora Regional de la Dirección Regional San
José Norte.
8. Referencias
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promueven la Permanencia de Estudiantes en la Educación Secundaria.
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Walsh, Froma. (2004). Resiliencia Familiar. Argentina: Amorrortu.
Correspondencia a:
Roxana Chinchilla Jiménez. Docente e investigadora de la Escuela de Orientación y Educación
Especial y del Instituto de Investigación en Educación, ambos de la
Universidad de Costa Rica. Maestría en Terapia Familiar. Licenciada en
Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación. Dirección
electrónica: roxana.chinchilla@ucr.ac.cr
Flor Jiménez Segura. Docente e Investigadora de la Escuela de Orientación y Educación
Especial y del Instituto de Investigación en Educación. Universidad de
Costa Rica. Doctora en Psicología Educativa, Maestría Gerontología,
Licda. en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación.
Dirección electrónica: flor.iimenez@ucr.ac.cr
Documento recibido: 23 de junio, 2014 Enviado a corrección: 15 de
julio, 2014 Aprobado: 8 de diciembre, 2014