Estrategias de Aprendizaje y su Relación con el Rendimiento Académico
en Estudiantes de una Escuela Privada de Educación Media Superior
Learning Strategies and their Relationship with Academic Achievement in
Students of a Private High School
Ruth Roux1, Elsa Elva Anzures González2
1 Profesora en la Unidad Académica Multidisciplinara de Ciencias,
Educación y Humanidades de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores en México. Doctora en
Educación por la Universidad del Sur de Florida. Dirección electrónica:
rrouxr@uat.edu.mx
2 Profesora de Física en Educación Media Superior del Colegio José de
Escandón La Salle en Ciudad Victoria, Tamaulipas, México. Maestra en
Educación por la Universidad La Salle. Dirección electrónica:
elsaeanzures@yahoo.dom.mx
Dirección para correspondencia
Resumen
Las estrategias de aprendizaje son actividades o procesos mentales que
llevan a cabo los y las estudiantes intencionalmente para procesar,
entender y adoptar la información que reciben en el proceso educativo.
Este artículo presenta un estudio correlacional que examinó el uso de
estrategias de aprendizaje de 162 estudiantes de educación media
superior en un colegio privado del noreste de México. Los objetivos
eran identificar las estrategias de aprendizaje más utilizadas y
conocer la relación entre las estrategias empleadas y las
calificaciones reportadas para el período escolar inmediato anterior a
la realización del estudio. Se usó el Cuestionario de Evaluación de las
Estrategias de Aprendizaje para Estudiantes Universitarios (CEVEAPEU).
Las estrategias más utilizadas fueron las motivacionales (ejemplo: la
inteligencia se puede incrementar con el esfuerzo) y las metacognitivas
(ejemplo: procuro aprender de mis errores). La estrategia que mostró
mayor correlación con el rendimiento académico fue: tomar apuntes en
clase, que es una estrategia de procesamiento y uso de información. Los
reactivos que resultaron con baja correlación fueron: la inteligencia
se tiene o no y no se tiene y no se puede mejorar (motivacional), y
aporto ideas personales (procesamiento y uso de información). El
estudio sugiere adaptar el instrumento para su uso en el nivel medio
superior y poner mayor atención a la enseñanza de las estrategias de
aprendizaje en la educación media superior mexicana. Sobre todo las que
se usan en la selección, procesamiento y uso de la información,
necesarias en el desarrollo de una sociedad basada en el conocimiento.
Palabras clave: estrategias de aprendizaje, rendimiento académico,
educación media superior, México.
Abstract
Learning strategies are activities or mental processes that students
carry out intentionally to process, understand and adopt information
received during the learning process. This article presents a
correlational study that examined the use of learning strategies by 162
high school students at a private school in northeast Mexico. The
purpose was to identify the learning strategies most frequently used
and the relationship of those strategies with the grades reported for
the previous school period. The study used the University Students'
Learning Strategies Questionnaire (CEVEAPEU). The strategies most
frequently used were motivational (example: intelligence can be
increased with effort) and metacognitive (example: I try to learn from
my errors). The strategy that showed the highest correlation with
academic achievement was taking notes in class, an information
processing and use strategy. The questionnaire items that showed the
lowest correlation with academic achievement were: intelligence cannot
be improved (motivational) and I contribute my own ideas (information
processing and use). The study suggests that the instrument needs
further adaptation for its use with high school students. More
attention should be given to the teaching of learning strategies in
Mexican high schools. Especially, the strategies required for the
selection, processing and use of information, necessary in the
development of a knowledge-based society.
Key words: learning strategies, academic achievement, high school
education, Mexico.
1. Introducción
Las estrategias de aprendizaje son actividades o procesos mentales que
llevan a cabo los estudiantes intencionalmente durante su proceso
educativo con el propósito de facilitarlo (Beltrán. 1993; Monereo.
1994; Pérez. 2010). Se distinguen de los procesos y técnicas de
aprendizaje (Beltrán. 2003). Mientras los procesos tienen que ver con
la puesta en marcha de las operaciones mentales en el proceso de
aprender (por ejemplo: la atención. la comprensión. y la adquisición),
las técnicas son actividades operativas fácilmente visibles (por
ejemplo: hacer un resumen o esquema).
Entre los procesos y técnicas se encuentran las estrategias, las cuales
no son tan visibles como las técnicas, ni tan encubiertas como los
procesos (por ejemplo: organizar la información para comprender el
significado). Son reglas que permiten tomar decisiones apropiadas en
relación con un proceso determinado, en el momento oportuno. El uso de
estrategias de aprendizaje implica que el o la estudiante tiene un plan
de acción. Cuando el /la estudiante sabe lo que hay que hacer para
aprender, lo hace, y lo controla, está en la posibilidad de continuar
aprendiendo en forma independiente o autónoma.
Estas tácticas representan el esfuerzo que el/la estudiante tiene que
hacer para procesar, entender y adoptar la información que recibe en el
proceso de enseñanza-aprendizaje (Tay, 2013). Son las actividades que
realiza para dar sentido a la información (Kafadar, 2013). Se han hecho
distintas clasificaciones de las estrategias de aprendizaje (Hartley,
1998; O'Malley y Chamot, 1990; Oxford, 1990; Riding y Rayner, 1998;
Weinstein y Mayer. 1985). Sin embargo, la mayoría de las
clasificaciones separan las actividades que se relacionan con
habilidades de tipo cognitivo y las que se relacionan con las de tipo
afectivo (Gagne y Driscoll, 1988). Este trabajo se basa en la
clasificación de Gargallo, Suárez-Rodríguez y Pérez-Pérez (2009),
quienes toman en cuenta tres dimensiones relacionadas con el
aprendizaje: voluntad, capacidad y autonomía (querer, poder y decidir).
La clasificación de Gargallo, Suárez-Rodríguez y Pérez-Pérez (2009) se
fundamenta en las definiciones de Pintrich y Gooth (1990); Pintrich,
Smith, García y Mckeachie (1991); Pozo y Monereo (1999); y Roces,
Tourón y González (1995). La clasificación aglutina dos tipos de
estrategias: (1) las que ponen en marcha el proceso de aprendizaje y
ayudan a sostener el esfuerzo (motivacionales, afectivas,
metacognitivas, control de contexto e interacción y manejo de
recursos); y (2) las estrategias relacionadas con el procesamiento de
la información, aspecto ineludible en la sociedad actual (búsqueda,
selección, procesamiento y uso de la información).
En México, el estudio de las estrategias de aprendizaje toma especial
relevancia a partir de la Reforma Integral de la Educación Media
Superior (RIEMS) implementada en 2011. La RIEMS señala que los y las
estudiantes deben ser competentes para el aprendizaje independiente.
Este aprendizaje, requiere que conozcan y usen distintas estrategias
para, por ejemplo, motivarse, planificar, tomar decisiones, organizar
información y controlar el contexto de estudio (Secretaría de Educación
Pública, 2011).
Los profesores de bachillerato suponen que los /las estudiantes
aprendieron a usar estas estrategias durante su educación primaria, o
durante sus estudios de la secundaria, pero generalmente encuentran que
no fue así. Por ello, independientemente del grado escolar que enseñe,
el profesor debe asegurarse de que los /las estudiantes sepan utilizar
las estrategias que facilitan su aprendizaje, o bien enseñar estas
estrategias a sus estudiantes para que aprendan de manera independiente.
Las estrategias se pueden enseñar junto con los contenidos curriculares
de cada asignatura, o bien, en sesiones de clase especialmente
destinadas para ello. Antes de eso, el profesor debe conocer las
teorías que se han formulado en el campo de la psicología para explicar
cómo autorregulan su aprendizaje los estudiantes. En las secciones
siguientes se resumen los principales postulados de tres teorías del
aprendizaje autorregulado y los puntos en los que coinciden. También,
se describen los métodos, resultados y conclusiones de un estudio que
se realizó para conocer la relación entre las estrategias de
aprendizaje utilizadas por una muestra de estudiantes de educación
media superior, y su rendimiento académico.
2. Aprendizaje autorregulado y rendimiento académico
La investigación sobre el aprendizaje independiente, autónomo o
autorregulado de los estudiantes en el aula se basa en las teorías de
Pintrich (2000),Zimmerman (2000) y Winne (2001), Pintrich (2000) ofrece
un marco teórico que contiene cuatro fases y cuatro áreas para explicar
cómo regulan los estudiantes su aprendizaje en el aula. Las cuatro
fases son planeación, monitoreo, control y reflexión. En la primera
fase, el estudiante planea, establece metas u objetivos, y activa su
conocimiento del contexto, el texto y sobre sí mismo. En la fase dos,
el estudiante muestra que tiene conciencia metacognitiva y monitorea su
cognición o aprendizaje. En la etapa tres, selecciona la estrategia
cognitiva y regula diferentes aspectos del contexto, de la tarea y de
sí mismo. Por último, hace juicios y reflexiona sobre el contexto, la
tarea y sobre sí mismo.
Dentro de estas fases existen cuatro áreas en las que puede ocurrir la
autorregulación: cognición, motivación o afecto, conducta y contexto.
Estas fases no son jerárquicas, pueden ocurrir en forma paralela y
dinámica.
Igualmente, Zimmerman (2000) propone un modelo para explicar cómo se
autorregula el aprendizaje. En este modelo la autorregulación tiene
tres fases: previsión, desempeño, control y autorreflexión. En la fase
de previsión el estudiante prepara el escenario para lo que va a
aprender. Los más autorregulados o autónomos tienen expectativas
realistas, se plantean metas con resultados específicos, e identifican
el mejor plan para maximizar las posibilidades de éxito en una tarea de
aprendizaje particular. En La segunda fase, que sucede durante el
proceso de aprendizaje, el estudiante emplea estrategias específicas
como, por ejemplo, preguntarse: ¿Qué puedo hacer para no distraerme? En
la última fase, cuando terminan la tarea de aprendizaje, los
estudiantes independientes o autorregulados reflexionan para
autoevaluarse.
Winne (2001) ofrece una tercera perspectiva que se basa en la teoría de
procesamiento de la información. Su modelo incluye cuatro fases:
entender la tarea, fijar metas y planear como alcanzarlas, poner en
práctica estrategias y adaptarse meta cognitivamente a estudiar. En la
primera fase, el estudiante se forma una percepción de la tarea a
partir de la información que obtiene del contexto, de su experiencia y
sus conocimientos previos. En la segunda fase, desarrolla metas y
planes. En la tercera fase, selecciona y utiliza estrategias. En la
fase cuarta, monitorea y evalúa las diferencias entre lo que se
proponía como meta y lo que logró. Este modelo supone que las fases se
realicen en forma recurrente, al tiempo que el estudiante monitorea,
nota discrepancias y adapta su plan o sus estrategias para autorregular
su aprendizaje.
Apoyar a los estudiantes para que sean independientes en su
aprendizaje, requiere comprender cómo se autorregula el aprendizaje.
Las teorías de Pintrich (2000), Zimmerman (2000) y Winne (2001) son el
punto de partida. Asimismo, se necesita saber cuáles son las
estrategias que ya utilizan los estudiantes y cuáles no. Esto se puede
lograr a través de un instrumento de evaluación de uso de estrategias.
Por otra parte, es importante saber si el bajo rendimiento académico de
algunos estudiantes se relaciona con la falta de uso de estrategias
apropiadas o se debe a otros factores. El rendimiento académico es el
nivel de eficacia en el logro de los objetivos curriculares para las
diversas asignaturas y se expresa mediante una calificación o promedio,
algunos lo llaman rendimiento escolar (Navarro, 2003).
Diversos estudios han encontrado que las estrategias de aprendizaje se
relacionan directamente con la calidad del aprendizaje y permiten
identificar las causas del nivel de rendimiento de los y las
estudiantes (Beltrán, 2003; Martín, García, Torbay y Rodríguez, 2008).
Puede suceder que dos estudiantes con el mismo potencial intelectual,
la misma motivación y receptores del mismo tipo de enseñanza tengan un
rendimiento diferente debido a que utilizan estrategias de aprendizaje
distintas.
El estudio que aquí se presenta tuvo como objetivo analizar las
estrategias de aprendizaje que empleaban los /las estudiantes de
educación media superior de un colegio privado en el noreste de México
en sus clases de física. Además, se investigó la relación entre las
estrategias de aprendizaje que los y las estudiantes reportaron
utilizar y su rendimiento académico, representado por las
calificaciones que dijeron haber obtenido en el semestre previo al
desarrollo del estudio. Las preguntas de investigación que orientaron
el trabajo son: ¿Cuáles son las estrategias de aprendizaje que utilizan
los /las estudiantes en la asignatura de física? ¿Cuál es la relación
entre estrategias de aprendizaje que utilizan los/las estudiantes en
las asignaturas de Física y su rendimiento académico en esa asignatura?
3. Métodos
3.1 Características y alcance del estudio
Este es un estudio transversal, descriptivo y correlacional. Es
transversal porque se recolectó la información en una única ocasión. Es
descriptivo porque mide la acción de dos variables y su propósito es
conocer cómo operan esas variables en determinado lugar o situación. Es
correlacional porque analiza el tipo de relación que existe entre
aprendizaje y rendimiento académico. La investigación correlacional
tiene, en alguna medida, un valor explicativo; sin embargo, en este
estudio la explicación es parcial porque hay muchos otros factores
vinculados a las variables.
3.2 La muestra
Se empleó una muestra de tipo conveniencia, conformada por 162
estudiantes inscritos en tercer semestre de educación media superior en
el ciclo escolar 2010-2011. Fue una muestra no-probabilística, de
conveniencia o por selección intencionada (Casal y Mateu, 2003). El
muestreo por selección intencionada consiste en la elección, por
métodos no aleatorios, de sujetos que se encuentran en determinado
lugar, en determinado momento y deciden o no colaborar. Este método es
el más utilizado en las investigaciones en las que se da a todos los y
las estudiantes de un grupo o una generación la misma oportunidad de
participar. La muestra, por lo tanto, no es representativa y los
resultados no se pueden generalizar a sujetos de otros contextos
educativos.
Los sujetos tenían entre 15 y 18 años de edad. El 75% de ellos habían
realizado estudios de secundaria en la misma institución. Un 15%
provenían de instituciones privadas diversas y un 10% de escuelas
públicas. El 29.6% dijo tener planeado escoger la especialidad de
Ciencias Químico-Biológicas, 25.9% de Sociales-Humanidades, 22.8% de
Físico-Matemáticas, 14.2% de Económico-Administrativas y 7.4% no sabía
aún que especialidad escogería en el siguiente ciclo escolar.
3.3 El instrumento de recolección de datos
La información fue obtenida a través del Cuestionario de Evaluación de
las Estrategias de Aprendizaje para Estudiantes Universitarios
(CEVEAUPEU), creado por Gargallo, Suárez-Rodríguez y Pérez-Pérez
(2009). Consta de 88 reactivos organizados en dos escalas: (1)
Estrategias afectivas, de apoyo y control; y (2) Estrategias
relacionadas con el procesamiento de la información. Las escalas se
subdividen en seis sub escalas y 25 estrategias.
Las respuestas del cuestionario fueron marcadas por los sujetos en una
escala de tipo Likert, en donde 1 indicaba Muy en Desacuerdo,2 En
Desacuerdo, 3 Indeciso, 4 De Acuerdo y 5 Muy de Acuerdo. El
cuestionario fue contestado por los sujetos en grupo, dentro de su
salón de clase. Se les explicó el objetivo de la investigación y se les
dio el tiempo libre para responder. En promedio, les tomó 15 minutos
llenar el cuestionario.
3.4 Los procedimientos de análisis de los datos
La información del cuestionario fue analizada en tres etapas. En la
primera etapa se calcularon los índices Alpha de Cronbach para cada uno
de los reactivos y por bloques de reactivos, a fin de determinar su
fiabilidad. Se descartaron aquellos reactivos que presentaron índices
menores de .7 (< α = .7). Los índices Alpha de Cronbach para
cada una de las escalas y sub-escalas aparecen en la Figura 1.
En la segunda etapa se calcularon las estadísticas descriptivas para
cada reactivo. En la tercera etapa se calcularon los coeficientes de
correlación Pearson para las estrategias de aprendizaje y las
calificaciones reportadas por los sujetos.
El coeficiente de correlación lineal de Pearson es un índice que mide
el grado de covariación entre dos variables que se relacionan
linealmente. Sus valores oscilan entre -1 y +1. La magnitud de la
relación la especifica el valor numérico del coeficiente, y el signo
refleja la dirección de tal valor (la relación -1 es tan fuerte como la
relación +1). La correlación entre dos variables X e Y es perfecta
positiva cuando en la medida que aumenta una de ellas aumenta la otra.
Esto solo sucede cuando la relación de una función es exacta (por
ejemplo en las ciencias físicas) donde los fenómenos se ajustan a leyes
conocidas. La relación es perfectamente negativa cuando, exactamente,
conforme aumenta una variable disminuye la otra, lo que también ocurre
en las ciencias físicas. La correlación será nula si para un valor
obtenido de X se puede obtener cualquier valor de Y. y entonces el
valor de rxy = 0. En las ciencias sociales, con gran variedad de
componentes aleatorios, no se establecen relaciones funcionales
exactas, por lo cual se pueden tener correlaciones positivas o
negativas no perfectas. La fórmula utilizada para calcular el
coeficiente de correlación Pearson fue: rxy = (Σ=ZxZy) / N.
Una correlación es efectiva si es diferente de cero. No obstante, una
correlación significativa no necesariamente tiene que ser fuerte. La
significación de la correlación de Pearson depende de la muestra. Una
correlación de 0.01 puede ser significativa en una muestra
suficientemente grande, y otra de 0.9 puede no serlo en una muestra
pequeña. Tiene mayor importancia la interpretación del coeficiente de
correlación en términos de proporción de variabilidad compartida o
explicada, la cual ofrece una mejor idea de la magnitud de la relación.
Este coeficiente llamado "de determinación" se define como el cuadrado
del coeficiente de correlación, y es la proporción de la varianza
compartida entre ambas variables.
Por ejemplo, si la correlación entre una estrategia y el rendimiento
académico es de 0.6, significa que 0.62=0.36 es la proporción de
varianza compartida entre ambas variables. Es decir, la estrategia y el
rendimiento académico comparten un 36% de elementos, o bien, la
estrategia y la obtención de la calificación ponen en juego un 36% de
habilidades comunes. A continuación se presentan los resultados de este
estudio.
4. Resultados
4.1 Estrategias con mayores puntajes
De los 88 reactivos del instrumento utilizado, solamente 41 obtuvieron
una fiabilidad > 0.7, por lo que el análisis se redujo a 41
reactivos, es decir, el 46.59% de los reactivos del cuestionario
original. Para identificar las estrategias de aprendizaje con mayores
puntajes, independientemente de que estas tuvieran correlación, o no,
con el rendimiento académico se tomaron en cuenta aquellas estrategias
que obtuvieron una media mayor a 4.00. Esto es, se consideraron
aquellas estrategias del cuestionario en las que los/las estudiantes
marcaron las opciones de respuesta De acuerdo y Muy de acuerdo.
Como lo muestra la Tabla 1, las ocho estrategias que obtuvieron los
puntajes más altos fueron: es útil para mí aprender (X= 4.40); puedo
aprender los conceptos básicos de física (X= 4.34); consigo lo que me
proponga (X= 4.43); puedo dominar las habilidades de física (X=
4.06); la inteligencia se puede incrementar con esfuerzo (X= 4.47); si
no logro el éxito esperado, cambio mis planes (X= 4.06); procuro
aprender de mis errores (X= 4.12); y hago posible por descubrir lo
incorrecto y mejorar (X= 4.02).
Tal como se advierte, las estrategias que obtuvieron mayores puntajes
son afectivas, de apoyo y automanejo, específicamente, las de tipo
motivacional y metacognitivo. Ninguna de las estrategias de
procesamiento de la información estuvo dentro de las que obtuvieron
puntajes altos.
4.2 Estrategias de aprendizaje y rendimiento académico
A continuación, se presentan los resultados del análisis de correlación
Pearson entre las estrategias de aprendizaje que mostraron índices de
fiabilidad más altos y el rendimiento académico de la muestra de
estudiantes. Como lo muestra la Tabla 2, la correlación obtenida entre
estrategias motivacionales y rendimiento académico resultó lineal
positiva, lo cual significa que, a mayor puntuación en la escala de
Likert, mayor calificación reportada por los/las estudiantes. La
estrategia 13, con una correlación de Pearson de 0.227, comparte un
porcentaje de elementos comunes con la calificación reportada de 5.12%.
La estrategia 14, cuya correlación de Pearson fue 0.14, comparte un
porcentaje de elementos comunes con el rendimiento académico de 1.98%.
La estrategia 15, con un r = 0.101, obtuvo un porcentaje en común con
la calificación de 1.02%, mientras que la estrategia 16, cuyo r= 0.249,
registró un porcentaje en común con la calificación de 6.20%. En vista
de lo anterior, se establece que la estrategia 16 en este bloque tiene
una correlación mayor que las otras estrategias, mientras que la menor
correlación corresponde a del reactivo 15.
Los valores con respecto a r para los reactivos 22, 23, 24, y 25 fueron
de: 0.349, 0.226, 0.184 y 0.239 respectivamente. Los porcentajes de
elementos comunes entre las estrategias y la calificación reportada por
los/las estudiantes fueron: 12%, 5.10%, 3.38% y 5.71% respectivamente,
siendo el reactivo 22 el que mayor correlación obtuvo dentro de las
estrategias motivacionales con una diferencia muy grande con respecto a
los demás, mientras que el de menor correlación del bloque fue el
reactivo 24. Para los reactivos 26 y 27, la correlación de Pearson fue
lineal positiva, pero muy cercana a cero: 0.047 y 0.019
respectivamente, por lo que el porcentaje que tienen en común estas
estrategias con la calificación registrada por los/las estudiantes es
de solamente un 0.22% y un 0.03% respectivamente. Es decir, su
correlación es casi nula.
Todos los reactivos que conforman las estrategias meta cognitivas
obtuvieron una correlación lineal positiva, ello indica que a mayor
puntuación en la escala Likert, mayor calificación reportada por
los/las estudiantes. Como lo muestra la Tabla 3, el reactivo 44 obtuvo
un de r=.077 y un .59% de elementos comunes entre la estrategia y la
calificación reportada, es decir, su correlación es muy baja en
relación con otras estrategias de la misma sub-escala. El reactivo 45
obtuvo una puntuación de r=0.268 y un porcentaje de elementos comunes
con la calificación de un 7.18%, con lo cual se convierte en la segunda
estrategia con mayor correlación de este bloque.
El reactivo 47 arrojó un r=0.158, y su porcentaje de elementos en común
fue de 2.49%. El reactivo 48 obtuvo en su correlación de Pearson con la
calificación un r= .165 y su porcentaje en común fue 2.72%, en ambos
reactivos se determina que aunque su correlación es menor que en el
reactivo 45, es aún relevante. La correlación entre el reactivo 49 y la
calificación reportada fue r=0.294 y el porcentaje en común entre
variables de un 8.64%, siendo la estrategia que obtuvo la mayor
correlación con las calificaciones dentro de éste bloque. El reactivo
50 obtuvo una r=0.240 y el porcentaje de elementos comunes entre ésta y
la calificación obtenida por los/las estudiantes fue de
5.78%, correlación importante en este estudio.
La estrategia control de contexto, interacción social y manejo de
recursos se midió a través de los reactivos 51 a 54 del instrumento
aplicado, obteniendo todas ellas una puntuación de correlación positiva
con respecto a la calificación reportada por los/las estudiantes. La
correlación para el reactivo 51 y la calificación reportada fue de
r=.114, y el porcentaje en común que tienen ambas variables es de
1.29%, por lo cual, aunque su correlación es la segunda en importancia
dentro del bloque, es considerada relativamente baja. Para el reactivo
52, la correlación fue r= .074, mientras que su porcentaje de elementos
comunes fue de .54%, es decir, su correlación es muy baja. En cuanto al
reactivo 53, la correlación de Pearson arrojada fue de .153, con un
porcentaje de elementos comunes entre variables de 2.35%, lo que indica
que este reactivo tiene la mayor incidencia en la calificación y por lo
tanto, la correlación más relevante en el grupo. En el reactivo 54, la
correlación de Pearson con una puntuación de r=.045, y un porcentaje de
elementos comunes entre variables de .2% es casi nula. Estos datos se
muestran en la Tabla 4.
En la Tabla 5 se pueden ver los resultados de las estrategias de
búsqueda y selección de información. Para el reactivo 65, el
coeficiente de correlación con respecto a la calificación reportada fue
el más importante de su grupo, con una puntuación de r=.260, mientras
que el porcentaje de elementos comunes entre variables fue de
6.76%, correlación importante dentro del presente estudio,Para el
reactivo 66, la puntuación de correlación fue de un r=.220 y su
porcentaje de elementos comunes con la calificación reportada por
los/las estudiantes fue de 4.84%. La correlación de Pearson para el
reactivo 67 reportó un r=.177 y su porcentaje de elementos comunes
entre variables fue 3.13%, siendo la menor del bloque, pero aún
relevante. El último reactivo de este bloque, el 68, arrojó un
coeficiente de correlación de r=.233 y su porcentaje de elementos
comunes con el rendimiento académico reportado fue de 5.42%, correlación
importante. Todo este grupo de reactivos incide positivamente en las
calificaciones de la muestra.
El uso de las estrategias de procesamiento y el uso de la información
se evaluaron a través de los reactivos del 69 al 95. Como en los casos
anteriores, solamente se consideraron los que obtuvieron mayor
fiabilidad. Como se observa en la tabla 6, estos reactivos mostraron
una correlación lineal positiva, indicando que a mayor puntuación
obtenida en la escala Likert, mayor calificación reportada. En el
reactivo 69, la puntuación de r=.106 y el porcentaje de elementos
comunes entre éste reactivo y la calificación fue de apenas 1.12% es
decir relativamente bajo. En el ítem 70 se obtuvo una correlación de
Pearson de r= 0.090, siendo el porcentaje de elementos comunes entre
las dos variables de 0.81%, el menor para este grupo de reactivos y
considerado muy bajo. En el ítem 71, la puntuación de correlación r=
.244, con un porcentaje de elementos comunes de 5.95%, correlación
importante para este estudio. El último reactivo del grupo de
estrategias organizacionales, el 72, fue el que mayor puntuación obtuvo
en la correlación de Pearson, con un r= .390 y un porcentaje de
elementos comunes entre variables de 15.21%. Este reactivo fue el más
representativo del cuestionario, siendo su correlación muy alta.
Los reactivos 80 al 84 presentaron una correlación lineal positiva. El
reactivo 80 alcanzó una puntuación de r=0.119 y un porcentaje de
elementos en común entre las variables de 1.42%, considerándose una
correlación baja dentro del presente estudio. En el reactivo 81, se
obtuvo r= .014. El porcentaje entre variables fue de .02%, es decir,
esta estrategia tiene una correlación casi nula con respecto a las
calificaciones, al igual que el reactivo 82, con una puntuación de r=
.061, y un porcentaje de elementos en común de 0.37%. El reactivo 83
obtuvo una correlación de Pearson con respecto a las calificaciones
obtenidas de r= .113 y el porcentaje común entre variables fue de
1.28%, demostrando una correlación baja. El reactivo 84 obtuvo un
coeficiente de correlación de r= 0.040, y el porcentaje obtenido por
éste fue de .16%, es decir, correlación casi nula.
Por último, los reactivos 93. 94 y 95 miden la estrategia transferencia
y uso de la información. El reactivo 93 obtuvo una r= .042 y un
porcentaje de elementos en común de .17%, lo que indica una correlación
casi nula, pero positiva. El reactivo 94 obtuvo una correlación lineal
negativa de r= -.038, lo que indica que los/las estudiantes que
estuvieron más de acuerdo con éste reactivo obtuvieron menor
calificación. El porcentaje de correlación entre variables fue de solo
.14%, es decir casi nula. El reactivo 95 obtuvo una puntuación de
correlación lineal positiva con puntuación de r=.187 y porcentaje de
elementos comunes de 3.49% por lo que la correlación se considera
relevante, indicando que quienes que obtuvieron mayores calificaciones
estuvieron, en mayor grado, de acuerdo con este reactivo.
5. Discusión
El cuestionario CEVEAPEU utilizado contiene 88 reactivos originalmente
validados en estudiantes universitarios españoles. Este estudio
demostró que al ser empleado con los estudiantes mexicanos del nivel
medio superior en el colegio privado seleccionado, solo el 46.59 % de
los reactivos resultaron con una fiabilidad adecuada (a>0.7).
Por ello, se considera que para estos estudiantes en particular, es
preferible utilizar una versión adaptada del instrumento.
De las 41 estrategias de aprendizaje cuyo análisis de fiabilidad
resultó adecuado y fueron analizadas en relación con el rendimiento
académico, únicamente 19 obtuvieron una correlación positiva
significativa. Es decir, solo el 46.34% de las estrategias tuvo una
correlación relevante con las calificaciones de los/las estudiantes.
Las estrategias que mostraron mayor correlación fueron: puedo entender
contenidos de física (motivacional), procuro aprender de mis errores
(metacognitiva), y tomo apuntes en clase (procesamiento y uso de la
información).
La estrategia que obtuvo una mayor relación con el rendimiento
académico de todas las analizadas en el cuestionario fue la de tomo
apuntes en clase… Asimismo, quienes son capaces de tomar apuntes
relevantes en clase fueron quienes obtuvieron mayores calificaciones.
Esta es una habilidad que no se enseña de manera explícita en la
mayoría de las instituciones de educación media superior en México.
Los/las estudiantes van adquiriendo esta competencia por iniciativa
propia, mientras que en otros países forma parte de los contenidos en
el currículum de nivel medio superior e incluso del superior. En
nuestro país tenemos el reto de preparar cabalmente a nuestros
estudiantes para tomar apuntes en forma eficiente y con ello contribuir
a que tengan un mayor rendimiento académico.
Otras estrategias relacionadas con el rendimiento académico fueron las
motivacionales y algunas de las estrategias metacognitivas, como las de
control y autorregulación. Sin embargo, estrategias tan importantes en
el aprendizaje como las empleadas para el conocimiento de objetivos,
las relacionadas al establecimiento de criterios de evaluación, o las
que se emplean en la planificación y la autoevaluación, no mostraron
ser utilizadas con frecuencia. Tampoco obtuvieron resultados
significativos las estrategias de control de contexto, interacción
social y manejo de recursos que son del bloque de estrategias
afectivas, de apoyo y control.
Los resultados permiten concluir que los participantes requerían mayor
conocimiento y utilización de las estrategias relacionadas con la
búsqueda, selección, procesamiento y uso de la información, tan
necesarias en esta época en la que abunda la información, como
consecuencia de los avances tecnológicos y científicos. Formar
ciudadanos que desarrollen una sociedad basada en el conocimiento
implica, necesariamente, orientarlos en el uso eficiente de la
información científica disponible. Para ello, el uso de estrategias
adecuadas es fundamental.
Referencias
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Correspondencia a:
Ruth Roux. Profesora en la Unidad Académica Multidisciplinara de Ciencias,
Educación y Humanidades de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores en México. Doctora en
Educación por la Universidad del Sur de Florida. Dirección electrónica:
rrouxr@uat.edu.mxElsa Elva Anzures González. Profesora de Física en Educación Media Superior del Colegio José de
Escandón La Salle en Ciudad Victoria, Tamaulipas, México. Maestra en
Educación por la Universidad La Salle. Dirección electrónica:
elsaeanzures@yahoo.dom.mx
Artículo recibido: 26 de mayo, 2014 Enviado a corrección: 29 de
setiembre, 2014 Aprobado: 1° de diciembre, 2014