Entre Madres: Talleres de Comunicación
Between Mothers: Communication Workshops
María Jesús Cardoso Moreno1, Lucía Tomás Aragonés2
1 Profesora en la Facultad de Educación de Zaragoza, España. Doctora en
Psicología por la Universidad de Extremadura, España. Dirección
electrónica: mcarmor@unizar.es
2 Profesora en la Facultad de Educación de Zaragoza, España. Doctora en
Psicología y secretaria del Colegio Oficial de Psicólogos de Aragón,
España.
Dirección para correspondencia
Resumen
En el presente artículo se expone el trabajo de investigación cuyo
objetivo fue conocer el grado de satisfacción de las madres con un
taller de formación denominado "Entremadres". Las 150 mujeres madres
que participaron en el taller en la ciudad de Zaragoza, España, se
conformaron en un grupo de 7 u 8 madres y estuvo compuesto por seis
sesiones de dos horas cada una, entre los años 2008 y 2013. Este taller
fue dirigido a madres con hijos de edades comprendidas entre 2 y 16
años. La frecuencia fue de una sesión a la semana. En cada sesión se
pretendió despertar la curiosidad de las participantes, al tratar temas
que tuvieran relación con la vida, respetar el ritmo de aprendizaje y
las necesidades de cada individuo, promover el trabajo en grupo y
fomentar todos los medios posibles de expresión. El instrumento para la
recogida de datos fue un cuestionario que se diseñó específicamente
para este estudio donde se recogieron sus opiniones, preocupaciones,
propuestas de mejora, y resultados de las actividades formativas. Los
datos indicaron que las madres participantes mejoraron la asertividad y
la escucha activa. Cuando preguntamos a las madres sobre el programa,
se mostraron satisfechas con él y consideraron que les resultó útil
para mejorar la relación con sus hijos. El programa desarrollado fue
eficaz para mejorar las habilidades de comunicación y potenciar el
papel de la madre como educadora. Además encontramos un alto grado de
satisfacción tras la realización de dicho taller.
Palabras clave: talleres de comunicación, relación madre-hijo,
educación, madres, España.
Abstract
The objective of this work was to determine the degree of satisfaction
among a group of mothers that undertook a family education training
programme called "Between mothers". The 150 women that participated in
a communication workshop in the city of Zaragoza, Spain, formed in
groups of 7 or 8 mothers y it was comprised in six sessions of two-hour
each, between the years 2008 and 2013. The frecuency was of one session
per week. In each session it was intended to wake the participants'
curiosity by addressing issues regarding the life, showing respect to
the rhythm of learning and the needs of each individual, promoting
teamwork, and to promote all kind of forms of expressions. Data was
collected by a questionnaire specifically designed for the study to
collect their opinions; there were sections on worries, proposals for
improvement and the results and effect of the training sessions. The
data shows that the participants felt that they had improved their
ability to assert themselves and developed their active listening
skills. We found a high degree of satisfaction with the training
programme and it was felt that the workshop had a positive influence on
their family life in general. The training programme improved the
participants' communication skills and allowed them to develop their
roles as mothers and educators. Also, there was a high degree of
satisfaction with the workshop.
Key words: communication workshop, relation mother and child,
education, mothers, Spain.
1. Introducción
En los últimos años, observamos un notable incremento de las
publicaciones cuyo ámbito de estudio es la educación familiar. Son
muchas las obras que, con cierta regularidad, se ponen a disposición de
madres y padres con la finalidad de ofrecer pautas de actuación en las
tareas de crianza y educación en la vida familiar (Camps, 2009;
Comellas, 2009; Gervilla, 2008; Pérez Díaz, 2009; Rivas y Rodríguez,
2008). Este hecho nos muestra la necesidad que tienen los padres de una
orientación educativa familiar. Cuando empleamos el término "formación
de padres" hacemos referencia a un intento de acción formal con el
objeto de incrementar la conciencia de las madres y los padres y la
utilización de sus aptitudes y competencias parentales (Brock, Oertwein
y Coufal, 1993; Lamb y Lamb, 1978). Para Cataldo (1991, p. 17) "forma
parte de la educación de los niños y es un método para ayudarles a
crecer y a desarrollarse. (...) les ayudan a obtener información y
conocimientos para hacer que la educación de sus hijos sea más
satisfactoria y eficaz". Para Boutin y Durning (1997), de manera
general, se trata de toda acción educativa de sensibilización, de
aprendizaje, de adiestramiento o de clarificación de los valores, las
actitudes y las prácticas de las madres y los padres en educación.
El objetivo de los programas encuadrados en la formación de padres es
la mejora de las pautas de crianza y, por tanto, centran sus esfuerzos
en el desarrollo de competencias y habilidades educativas de todas las
personas de la comunidad. Es decir, responden (Vila, 1998) a un diseño
de intervención colectiva y no se proponen el trabajo individual con
las familias, aunque evidentemente de ellos se espera que introduzcan
modificaciones en las prácticas individuales de las familias. En este
sentido, entendiendo la familia como escenario donde los padres pueden
enseñar a sus hijos y pueden servir como un medio educativo,
consideramos necesario la implementación de programas de educación que
doten de las competencias necesarias a los padres para que puedan
llevar a cabo estas tareas (Hidalgo, Oliva, Serra y Vallejo, 1989;
Martínez González y Pérez Herrero, 2004; Pereira y Pino, 2002a, 2002b).
Parece necesario desarrollar una conceptualización más realista sobre
las relaciones que sostienen padres y madres e hijos e hijas para
posibilitar una intervención más eficaz en el marco familiar (funciones
que cumplen, emociones que se ponen en juego en dichas relaciones,
valores que sostiene a cada grupo generacional, etc.).
La familia es una realidad connatural al ser humano, que crece y se
desarrolla al calor y confianza de los suyos. Por muchos avances
tecnológicos y cambios que experimente nuestra sociedad, la familia
será la base en la que se sustente la formación y crecimiento integral
de los hijos, que a su vez hacen crecer y perfeccionarse a los padres.
Nuestra sociedad actual posee tal complejidad que transforma en tarea
ardua la convivencia diaria en las familias. Cambios vertiginosos que
son difíciles de asimilar. Variedad de horarios y jornadas de trabajo y
estudio que complican la convivencia familiar. Avances pedagógicos y
tecnológicos que dejan a muchas familias al borde del analfabetismo con
respecto a lo que aprenden sus hijos. Influencia agresiva de los medios
de comunicación social en la mayoría de la población sea cual fuere su
edad. Los padres muchas veces se encuentran desorientados, desasistidos
y asustados. No saben cómo enfrentarse a situaciones planteadas por sus
hijos. Se sienten desbordados, les falta formación, disponen de
criterios poco claros y repetición de patrones de comportamiento ya
obsoletos.
Para Moratinos (1985)
la Escuela de Padres constituye una institución que puede ser de
diverso carácter, en relación con los Centros educativos, y en la que
mediante conferencias, reuniones, cursos y otros elementos formativos
análogos, se pone a los padres al día sobre la problemática de la
educación de sus hijos y de su actitud para con los mismos. (p. 18)
Ríos (1981, p. 51), por su parte, nos clarifica la finalidad de estas
escuelas afirmando que "el carácter específico de las escuelas de
padres esté, quizás, en su matiz eminentemente formativo. La escuela
debe tender solamente a dar una formación pedagógica a los padres".
Entre los fines de una escuela de padres está, según Ríos, el
prepararse para manejar de manera adecuada las diversas situaciones que
le presenta la evolución, el crecimiento y desarrollo múltiple de los
hijos. La familia no cuenta con todos los criterios que hacen posible
la realización de una tarea educativa tal y como la viene exigiendo el
desarrollo de la sociedad en que vivimos. Hasta hace unos años se
educaba por repetición de patrones vividos. Ante los cambios habidos en
la sociedad, hoy es necesaria una formación específica para criar a los
hijos con cierta serenidad, confianza y logros.
La familia es una realidad de vida que está en continua adaptación al
medio y a las circunstancias en que se desenvuelve. Pero toda
adaptación implica una crisis, pequeños o grandes desgarros,
concesiones y disputas. Todo ello es importante y válido dentro de la
dinámica de una familia que quiere salir adelante buscando el bienestar
de sus miembros, su felicidad. Lo deseable sería que la familia
previniera, se adelantara a esas posibles situaciones
desestabilizadoras, estuviera preparada y tranquila para cuando llegara
la ocasión.
Así pues, los padres deben estar preparados para manejar de manera
adecuada las diversas situaciones que le presentan la evolución, el
crecimiento y desarrollo múltiple de los hijos. La familia no cuenta
con todos los criterios que hacen posible la realización de una tarea
educativa tal y como la viene exigiendo el desarrollo de la sociedad en
que vivimos ya que, hasta hace unos años se educaba por repetición de
patrones vividos. Ante los cambios habidos en la sociedad, hoy es
necesaria una formación específica para criar a los hijos con cierta
serenidad y confianza.
Coloma (1993) analiza la familia como grupo primario, donde se puedan
satisfacer idealmente la necesidad de relaciones auténticamente
humanas, espontáneas, directas y profundas de los individuos. Es
considerado grupo primario paradigmático en cuanto ofrece las
condiciones ideales para satisfacer necesidades del individuo humano.
Rof Carballo (1960), médico y ensayista español, nos explica con
claridad diversos aspectos de la familia tales como su estructura,
fundamentos biológicos, funciones, etc. Afirma que la familia no es una
categoría eterna e inmutable en el tiempo y en el espacio. Se observan
grandes variaciones en la estructura de la familia y en las funciones
que asume según las diferentes sociedades. No existe 'la familia', sino
diferentes tipos de familia que cambian en función de la época, de la
geografía, del desarrollo económico, técnico y social, de la clase
social y del desarrollo de ideas. En los últimos años se han
diversificado los modelos de familia, abarcando así modelos de familias
homoparentales, monoparentales y los matrimonios mixtos, que unen
personas de diferentes nacionalidades. En nuestro estudio no se ha
tenido en cuenta el modelo de familia ya que no era uno de los
objetivos de nuestro trabajo.
Con respecto a los papeles de la familia Rof Carballo afirma algo
relevante: una de las funciones más importantes es la de proporcionar
al niño información y un sistema de valores, que son elementos
esenciales para la estructuración anatómica, funcional y psicológica de
su cerebro. Se deduce de tal afirmación que la importancia de unos
padres formados, con seguridad en sí mismos y unos principios bien
asentados para poder transmitirlos, son esenciales para el sano
crecimiento de la familia.
En relación con la función socializadora de la familia, Coloma (1993)
nos habla de ésta como ámbito de socialización de los hijos. Las
relaciones familiares no suceden en el vacío social, sino que tienen
lugar en una sociedad global concreta, la sociedad industrial, y en un
microsistema específico, la familia como grupo primario. Se hace
patente la necesidad de la formación de los padres, dada la importancia
que tiene la familia como primera instancia que es para la
socialización del niño.
Las escuelas de padres van surgiendo como búsqueda de una respuesta
adecuada a la preparación técnica que se precisa en la educación
familiar. De este modo, educación familiar y educación institucional
escolar colaboran para obtener buenos resultados.
En 1947, durante un congreso de la Unesco, surge el Movimiento Mundial
de Madres, que hace especial hincapié en el papel de la madre como
educadora y destaca su papel para la cohesión social. Este Movimiento
Mundial se basa en la importancia de la madre en la formación del apego
y en el posterior desarrollo evolutivo de su hijo y tiene estatus
consultivo de la ONU ya que cuenta con la experiencia o los
conocimientos técnicos especiales útiles para su labor. Entre las
funciones de este movimiento se encuentra la de apoyar a las madres en
su papel de iniciadora a la vida en sociedad ya que dota el niño de los
vínculos que permiten su socialización, evitando tensiones y violencia;
considerando que su aportación es fundamental para la sociedad y
complementaria de la del padre. Así pues, su papel es muy importante en
la prevención de conductas de riesgo.
Este movimiento mundial puso en marcha un programa de formación
denominado "Ateliers de Parole", que posteriormente se llevó a cabo en
España bajo el nombre de "Talleres de Entremadres". En estos talleres
se potencia el autoaprendizaje a través de la reflexión sobre la propia
experiencia y el diálogo con otras madres. Es un lugar donde todos
aprenden de todos, y un momento para mirar a los hijos pero poniendo
primero los ojos sobre nosotros mismos como adultos. Sólo desde nuestro
modo de entender, sentir la vida podremos abordar con ciertas garantías
el estilo de educación que queremos para nuestros hijos.
Partimos de los estudios que indican que mejorando la comunicación de
las madres con sus hijos conseguiremos una mejor dinámica familiar
(Franco, 2010). El objetivo del presente trabajo es analizar el grado
de satisfacción de las madres que asisten a los denominados "Talleres
de Entremadres" y analizar como vivencian el proceso de educación de
sus hijos. Además, quisimos saber el grado de satisfacción de las
madres con el taller recibido entre los años 2008 y 2013. En nuestro
estudio no hemos incluido a padres ya que el presente taller fue
concebido para trabajar con madres.
2. Metodología
2.1 Sujetos
La muestra de nuestro estudio está compuesta por 150 mujeres asistentes
a los talleres entre los años 2008 y 2013. El lugar de impartición de
éstos fue la Asociación de Mujeres de Cabañas de Ebro, el Colegio
Público Montecanal, la Casa Cuna Ainkaren, la Asociación de Madres
Solas, la Asociación El Veral, el Colegio Agustín Gericó, Colegio La
Salle Franciscanas y la Asociación de Amigos de China; todos ellos
situados en Zaragoza. Los "Talleres Entremadres" van dirigidos
exclusivamente a madres con niños con edades comprendidas entre los 2 y
los 16 años. Cada grupo está formado por 7 u 8 mujeres. Las edades de
las madres oscilaron entre los 25 y los 50 años. En lo referente al
estado civil de las madres nos encontramos con diversos casos. En su
mayoría estaban casadas (en el 75 % de los casos), aunque también
encontramos madres divorciadas sin parejas (16.34%) y con pareja
(8.2%), y una pequeña proporción viuda (0.66%). Otros criterios de
inclusión fueron que tuvieran una formación académica que les
permitiera leer y escribir sin dificultad. Los cuestionarios fueron
realizados fueron todas las mujeres participantes en los citados
talleres.
2.2 Instrumento
El instrumento para la recogida de datos fue un cuestionario que se
diseñó específicamente para este estudio. Este cuestionario fue pasado
a las madres que asistían a los talleres. Dicho cuestionario se
administró durante la última sesión, con el objetivo de recoger sus
opiniones, preocupaciones, propuestas de mejora, y resultados de las
actividades formativas. Elegimos este método de recolección de datos ya
que muestran las necesidades y opiniones que éstos tienen sobre dichos
talleres.
2.3 Procedimiento
Los "Talleres Entremadres" son convocados de forma gratuita por la ONG
Acción Familiar. El objetivo de esta ONG es la valoración y promoción
de la familia, el fomento de los vínculos familiares y la ayuda a todos
sus miembros. Dicha ONG trabaja en contacto directo con los colegios de
la ciudad de Zaragoza. A través de estos colegios, se ofertan los
talleres a las madres que pudieran estar interesadas en realizarlos.
Este taller va dirigido a madres con hijos de edades comprendidas entre
2 y 16 años. Cada taller está formado por un grupo de 7/8 madres y está
compuesto por seis sesiones de dos horas cada una. La frecuencia es de
una sesión a la semana. En cada sesión se pretende despertar la
curiosidad de los participantes, tratar temas que tengan relación con
la vida, respetar el ritmo de aprendizaje y las necesidades de cada
individuo, promover el trabajo en grupo y fomentar todos los medios
posibles de expresión. Para ello, se utilizan metodologías y técnicas
que estimulen la creatividad entre todos. Cada sesión se centra en un
aspecto. Así, en la primera sesión se trabaja las prioridades como
madre de cada una de las integrantes. En la segunda sesión cómo hacerse
respetar por mi hijo, en la tercera cómo respetar a su hijo, en la
cuarta cómo poner límites a su hijo, en la quinta sesión cómo escuchar
a su hijo y, por último, en la sexta sesión, cómo compartir buenos
momentos en familia. Así cada una de las sesiones gira en torno a una
pregunta principal:
- Sesión 1: ¿Cuáles son mis prioridades cómo madre?
- Sesión 2: ¿Cómo hacerse respetar por mi hijo?
- Sesión 3: ¿Cómo respetar a su hijo?
- Sesión 4: ¿Cómo poner límites a su hijo?
- Sesión 5: ¿Cómo escuchar a su hijo?
- Sesión 6: ¿Cómo compartir buenos momentos en familia?
Al comienzo de cada sesión se explican los principios de intercambio,
que son los siguientes:
- Confidencialidad
- Respeto de la diferencia
- No juzgar
- Escuchar hasta el final
- Hablar en primera persona (decir "yo")
Cada sesión comienza con la proyección de una secuencia de un video
donde se muestra a una familia que representa un conflicto sobre el
tema principal que se tratará en esa sesión, sirviendo como
introducción al tema que se va a tratar. Así, en el video visionado en
la primera sesión aparece una mujer reflexionando sobre sus prioridades
como madre. En los siguientes videos se muestran a madres en distintas
situaciones de conflicto y se analizan como se enfrentan a esas
situaciones. Posteriormente, preguntamos a las madres sobre lo que han
visto y oído, con el objetivo de establecer un diálogo entre ellas.
Esas ideas que comentan las madres se anotan en una pizarra y versan
sobre diversas habilidades que se han mostrado en el video. A
continuación, esas habilidades son leídas en voz alta y nos aseguramos
que han sido entendidas por todas las asistentes. Después, pedimos a
las madres que expliquen al resto alguna situación en la que ellas han
utilizado esas habilidades y cómo les ha funcionado. Posteriormente,
cada madre decide trabajar sobre alguna de las habilidades que se han
expuesto y que considera que debe mejorar. Finalmente, se anuncia el
tema de la siguiente sesión.
La próxima semana, al principio de la siguiente sesión se pregunta por
las habilidades que han trabajado durante esa semana y se les pide qué
expliquen cómo le ha funcionado y qué dificultades han encontrado para
su aplicación.
Al final de la última sesión se administra un cuestionario de
evaluación anónimo y se pidió sinceridad para intentar evitar indicios
de deseabilidad social. En este se preguntaba por el diseño del
programa, sobre la mejora de las relaciones con sus hijos y sobre el
grado de satisfacción con el taller.
Los talleres son dirigidos por expertas monitoras que han tenido un
entrenamiento previo en la impartición de estos talleres. La función de
la monitora es dinamizar el grupo, manteniendo una postura neutral en
todo momento.
3. Resultados
A continuación pasamos a exponer las respuestas y las habilidades que
consideraron necesarias en cada una de las sesiones. Estos datos
expresan de forma cualitativa aquellas habilidades que consideran
importantes en cada sesión. No presentamos porcentajes ya que en el
momento que una habilidad aparecía se pedía a las madres que no se
repitieran.
En la tabla 1 se puede observar las respuestas que dieron estas madres
durante la primera sesión ante la pregunta "¿Qué es lo más importante,
lo más prioritario en la educación de vuestros hijos?", en la tabla 2
las respuestas que dieron durante la segunda sesión ante la pregunta
"¿Qué es para mí la falta de respeto?", y en la tabla 3 las respuestas
que dieron durante la tercera sesión ante la pregunta "¿Qué es para mí
respetar a mi hijo?".
En la tabla 4 pueden observar las respuestas que dieron estas madres
durante la cuarta sesión ante la pregunta "¿Qué límites ponéis?", en la
tabla 5 las respuestas que dieron durante la quinta sesión ante la
pregunta "Para mí, ¿escuchar a mi hijo es?" y en la tabla 6 las
respuestas que las madres durante la sexta sesión ante la pregunta
"¿Qué ideas se os vienen cuándo pensáis en buenos momentos en familia?"
En la siguiente tabla (Tabla 7) se indican las habilidades que se han
puesto de manifiesto en los talleres impartidos.
Posteriormente, analizamos las respuestas que dieron las madres ante el
Cuestionario de Evaluación mediante Análisis de Varianza. En la
pregunta "Las actividades del programa son interesantes y amenas"
encontramos diferencias significativas (F = 26.87, p = 0.00). Los datos
indican que la mayoría de las mujeres han considerado que las
actividades del programa son interesantes y amenas (Figura 1).
En la pregunta "Las actividades del programa son útiles para mis
relaciones familiares" encontramos diferencias significativas (F =
28.53, p = 0.00). Los datos indican que la mayoría de las mujeres han
considerado que las actividades del programa son útiles para sus
relaciones familiares (Figura 2).
En la pregunta "Ahora comprendo mejor las relaciones familiares"
encontramos diferencias significativas (F = 31,22 p = 0.00). Los datos
indican que la mayoría de las mujeres han considerado que tras realizar
el taller comprenden mejor las relaciones familiares (Figura 3).
Por último, en la pregunta "He aprendido cosas que me van a ayudar a
responder mejor a las dificultades familiares" encontramos diferencias
significativas (F = 32.65, p = 0.00). Los datos indican que la mayoría
de las mujeres han considerado que han aprendido cosas me le van a
ayudar a responder mejor a las dificultades familiares (Figura 4).
4. Conclusiones
Según Fresnillo Poza, Fresnillo Lobo y Fresnillo Poza (2000), la
necesidad de aprender a ser padres no es nueva. Siempre se ha recurrido
a las experiencias de otros padres, de los consejos de los abuelos, de
los dichos y refranes y hasta de los cuentos infantiles cuando los
hijos plantean algún problema. Desde antiguo han sido padres y madres
los que, informándose y actuando, han ido solucionando esas
dificultades. La conveniencia de transmitir y poner en práctica todos
los consejos que mejoran la vida familiar y benefician el desarrollo de
los hijos, llevó, ya en 1815, a un grupo de madres a constituirse en la
primera "Asociación de madres de familia", en los Estados Unidos de
América. Este movimiento consideraba que cada madre, cualquiera que sea
su cultura o su modo de vivir, tiene las habilidades necesarias para
educar a sus hijos. Estas habilidades, heredadas o intuidas, le
confieren unas capacidades especiales para esa labor.
Sin embargo, entendemos, al igual que Moratinos (1985), que la
importancia de la familia en la educación es innegable, y que una buena
preparación de aquélla contribuye en gran medida a la consecución de
mejores resultados cualitativos en la formación de los alumnos.
Así pues, la asistencia a talleres les permite reflexionar y aprender
sobre todas aquellas cuestiones del desarrollo de la infancia y la
adolescencia que consideren importantes. Son espacios de aprendizaje
donde el intercambio de experiencias y la reflexión colectiva se
convierten en herramientas que permiten mejorar los recursos educadores
de los padres.
El objetivo de dar una formación a los padres ha de tender,
primariamente, a darles una conciencia respecto al papel que han de
desempeñar como educadores naturales y permanentes de los propios hijos.
Para Entrena y Soriano (2003), los objetivos principales en la
formación para padres deben ser:
- Informar, aconsejar y orientar sobre el desarrollo, aprendizaje y
socialización del niño, y asesorar a los padres que tienen hijos con
necesidades educativas especiales.
- Estimular la participación de los padres en el proceso de aprendizaje
así como en las experiencias escolares de los hijos.
- Enseñar técnicas para fomentar el aprendizaje y el control del
comportamiento.
- Prevenir problemas en las relaciones familiares y/o en el desarrollo de
los hijos.
- Ofrecer asesoramiento y rehabilitación a las familias que presenten
problemas en las relaciones familiares y/o en el desarrollo de los
hijos.
- Proporcionar apoyos sociales en la comunidad.
- Estimular y apoyar las iniciativas de interés especial promovidas por
los padres.
Fresnillo Poza y colaboradores (2000), señalan diversos indicadores
presentes en la sociedad actual que crean la necesidad de una Escuela
de Padres. Uno de ellos es la confusión sobre los valores que deben
predominar. Algunos describen a nuestra sociedad occidental como
hedonista, competitiva, consumista, individualista... y sin embargo
muchos reconocen encarecidamente valores como la solidaridad, el
ecologismo, la cooperación, la tolerancia... Otro aspecto relevante es
la falta de tiempo para compartir con los hijos, que hace que la
escuela sea en muchos casos su segundo hogar. Además, nos encontramos
con la influencia creciente de los medios de comunicación que
interfieren en ocasiones con lo que los padres desean transmitir a sus
hijos y la falta de dedicación o de conocimientos para mejorar como
persona y ofrecer así a nuestros hijos un mejor modelo de conducta.
Los datos obtenidos en nuestro estudio indican que las madres
asistentes al "Taller Entremadres" consideran que ha sido importante
para ellas la creación de un espacio de reflexión grupal sobre
problemáticas de la vida cotidiana. Valoran positivamente el hecho de
brindarles elementos de análisis que permitan trabajar dichas
problemáticas. Las madres pertenecientes a este estudio muestran
perfiles diferentes (aunque en su mayoría están casadas, algunas son
divorciadas con pareja, otras divorciadas sin pareja) pero todas están
unidas por un objetivo común, querer mejorar en su tarea como madre.
Queriendo todas lo mejor para sus hijos, sin saber a veces qué es lo
que "falla", que estoy "haciendo mal", "¿por qué me falta al respeto?
¿Cómo pongo límites?, etc...
Durante las seis sesiones de duración del taller, las madres han ido
poniendo en práctica sus habilidades en diversos contextos. Como quedó
expuesto anteriormente, valoran de forma muy positiva las actividades y
el programa formativo. Las participantes han hecho mucho hincapié en la
novedad de la metodología y en que el énfasis se pone en lo positivo,
se habla siempre de lo que ha funcionado, no de lo que no ha
funcionado. Consideran que ese hecho provoca que el clima sea positivo
y agradable, llegando a crear un clima de confianza para poder hablar
de temas personales.
A lo largo de las sesiones han contestado a muchas preguntas que han
ido surgiendo y han descubierto sentimientos y experiencias de los que
anteriormente no eran conscientes. Esas experiencias, al ser puestas en
común con otras madres y siguiendo siempre los Principios del
Intercambio fijados en todas las sesiones, les han llevado a extraer
unas habilidades que les sirven tanto a ellas como a las demás madres.
De esta forma, además, se ha fortalecido su autoestima cómo madres, ya
que la mayoría se da cuenta de que en muchas ocasiones "lo sabe hacer
bien" (Musitu, Buelga y Lila; 1994).
Las actividades de formación de padres influyen sin lugar a dudas de
forma positiva en las relaciones familiares. Consideramos que no es
tanto por las estrategias o contenidos aprendidos, que por supuesto
tienen su repercusión, sino porque la actitud de los padres cambia, y
eso afecta al conjunto. Creemos que debemos hacer reflexionar a los
padres sobre el significado de serlo y sobre cuál es su proyecto
familiar. Por supuesto, animarlos en su cometido, desterrando los
complejos de culpa que aumentan las dificultades, y convencerlos de que
tienen que formarse ellos para poder desarrollar en sus hijos una
personalidad fuerte, equilibrada y creativa.
Los Talleres de Entremadres son una oportunidad para poner en común
esas habilidades y tomar distancia para ejercer su papel de madres. El
trabajo que se realiza en estos talleres apoya y anima a las madres en
su papel de educadoras: los buenos hábitos que comentan y aportan cada
una van formando una nueva visión que les ayuda en la educación de los
hijos, para hacer de ellos adultos responsables capaces de vivir mejor
juntos, en su barrios y en sociedad.
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María Jesús Cardoso Moreno. Profesora en la Facultad de Educación de Zaragoza, España. Doctora en
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electrónica: mcarmor@unizar.esLucía Tomás Aragonés. Profesora en la Facultad de Educación de Zaragoza, España. Doctora en
Psicología y secretaria del Colegio Oficial de Psicólogos de Aragón,
España.
Artículo recibido: 23 de marzo, 2014 Enviado a corrección: 30 de
setiembre, 2014 Aprobado: 8 de diciembre, 2014