Indicadores de una organización laboral durante la fase La Unión (700-1100 N.E.) en el sitio arqueológico Nuevo Corinto: un estudio de caso a partir de la evidencia lítica

 

 

Silvia Sanabria

 

Escuela de Antropología, Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica

silviamaria.sanabria@ucr.ac.cr

 

 

Resumen: El enfoque principal de la propuesta se centra en el estudio de la evidencia lítica recuperada en contextos específicos dentro del sitio arqueológico Nuevo Corinto, ubicado en la subregión arqueológica del Caribe costarricense. Esta investigación es un estudio de caso de la cultura material lítica como indicador de una organización laboral durante la fase La Unión (700-1100 N.E.). Se prioriza en la determinación del contexto espacial de proveniencia de la muestra y el análisis tecnológico de artefactos y desechos líticos como principal enfoque para entender las estrategias de organización de la producción, conjugando aspectos sobre la organización sociopolítica relacionada con sociedades de rango o aldeas complejas. Se identificaron cuatro indicadores en los que se definieron contextos de consumo y producción diferenciados, que permitieron reconocer al sitio arqueológico, Nuevo Corinto, como una aldea autosuficiente en la producción del instrumental lítico necesario para el mantenimiento del orden social.

Palabras clave: Nuevo Corinto; tecnología lítica; organización de la producción; organización laboral; aldeas complejas.

 

Archaeological indicators of working organization during the “La Unión” phase (700-1100 CE) at Nuevo Corinto archaeological site: a lithic evidence study

Abstract: This study analyzes the lithic evidence recovered from a number of different contexts within the excavation of Nuevo Corinto in the archaeological sub-region of the Costa Rican Caribbean. This research examines lithic material culture with the goal of providing a better knowledge of labor organization during La Union phase (CE 700-1100). The determination of the context in which each sample was found and the technological analysis of both artefacts and debitage are key elements to understand how lithic production was organized. However, the complex socio-political structure of settlements like Nuevo Corinto must be also taken into account. At least four elements from different consumption and production contexts suggest that the community of Nuevo Corinto was able to produce all the lithic artefacts necessary to the preservation of its social order.

Keywords: Nuevo Corinto; lithic technology; production organization; work organization; complex societies.

 

 

Introducción

 

Nuevo Corinto ha sido definido como un sitio con una organización de tipo cacical, gracias a la discusión previa de una serie de elementos que han permitido comprender este complejo desarrollo sociopolítico. Ha sido a través de diversas investigaciones que se ha logrado entender aspectos sobre la cultura material; principalmente cerámica y lítica (García y Arce, 2012; Sanabria, 2015), su cronología (García, 2017; Salgado, Hoopes, Aguilar y Fernández, 2013), componentes arquitectónicos (Gamboa, 2016), espacio (Acevedo, 2016) y relaciones regionales, entre otros.

 

Estos elementos han sido ampliados en distintos estudios; uno de ellos, y como parte de una investigación mayor, ha sido dirigido al entendimiento de la organización de la producción de la tecnología lítica dentro del sitio Nuevo Corinto, estudio en el cual se desarrolló una serie de análisis para comprender el proceso de manufactura de los bienes líticos, así como las relaciones socioeconómicas resultantes de dicho proceso. Estos datos permitieron asimilar la dinámica de dicha producción, principalmente en términos económicos (Sanabria, 2015) y que sustentan la idea de conocer el sitio como una aldea cacical.

 

A raíz de esta investigación, se deriva el tema de la organización laboral; el cual fue mencionado y se pretende ampliar en el presente artículo. Es importante aclarar que para la discusión propuesta se parte del análisis de los resultados derivados de esta investigación previa. De esta forma, se presenta en la siguiente propuesta un estudio de caso a partir de la producción y el consumo de bienes líticos para dar sustento a lo que se considera como una organización laboral definida para Nuevo Corinto en términos de su dinámica sociopolítica.

 

 

El sitio Nuevo Corinto y la fase La Unión

 

La ubicación espacial de Nuevo Corinto caracteriza al sitio, pues se encuentra inmerso en medio del cauce trenzado del río Chirripó y el cauce del río Corinto, correspondiente a un terreno de carácter aluvial, ubicado específicamente en un pie de monte en el poblado de la Unión de Guápiles (Figura 1), zona que se ubica arqueológicamente en la subregión arqueológica del Caribe Central costarricense.

 

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Los datos arqueológicos han demostrado que Nuevo Corinto presenta una continuidad de ocupación a partir del complejo La Montaña (2000-300 A.N.E.), hasta la fase La Cabaña (1100-1550 N.E.); datos que además han permitido evidenciar importantes diferencias entre las distintas fases cronológicas.

 

La fase La Unión corresponde a la delimitación de un momento cronológico de ocupación (700-1100 N.E.), contemplada en estudios recientes; cuya delimitación fue basada en la evidencia estratigráfica y cerámica proveniente de la excavación de unidades asociadas a montículos, plazas, rasgos funerarios y basamentos; donde algunas de estas unidades cuentan con fechamientos absolutos (Salgado et al., 2013).

 

Correspondiente a la fase de interés, Nuevo Corinto contaba con un centro arquitectónico nucleado, caracterizado por la presencia de montículos, plazas, rasgos funerarios, encierros y calzadas (Figura 1); estructuras de las cuales se ha asociado cultura material, específicamente cerámica sobre la que se evidencian ciertas particularidades en el complejo que ha sustentado la información para sugerir cambios en las prácticas sociales y culturales (Salgado et al., 2013).

 

 

El concepto de aldeas cacicales y organización laboral

 

En el marco de la discusión sobre el concepto de sociedades cacicales se prioriza en el factor demográfico, considerado como el común denominador para entender el proceso que generó estos sistemas de organización; siendo el auge en la concentración de la población en los asentamientos uno de los elementos que generó la diferenciación social, contando con desarrollos particulares en distintas regiones. A pesar de la particularidad de algunos asentamientos estudiados, varios autores coinciden en que este fenómeno se da en un rango definido entre los años del 500-800 N.E. (Fernández, 2011; Fonseca, 1992; Snarskis, 1978) y se consolida en nuestro país entre el 700-800 N.E. (Fernández, 2011), manteniéndose hasta momentos más tardíos.

 

Se apega a esta concentración de población el proceso de nucleación que conlleva además a la centralización de las principales estructuras arquitectónicas, convirtiendo los asentamientos en aldeas más dispersas, evidencia que ha sido registrada en diferentes sitios de la Región Central; como por ejemplo Guayabo de Turrialba (Alarcón, 2014), el Alto del Cardal (Cavallini, 2013), entre otros.

 

En Nuevo Corinto se evidenció un incremento significativo de población durante la fase La Selva (300-700 N.E) y se constató un auge para la fase La Unión a partir del 700 N.E., momento cuando se consideró el surgimiento de la nucleación con la mayor expresión arquitectónica para el sitio, asociado a un momento de organización política de tipo cacical (Salgado et al., 2013).

 

El surgimiento de una diferenciación social generada por el aumento de la población y la segregación de esta en aldeas nucleadas genera, además, la intensificación de un control político y económico que se evidencia en la cultura material, específicamente en aquellos elementos generados bajo una producción especializada y su distribución desigual. Lo anterior, según Fonseca (1992), incrementa en un periodo transicional (500-800 N.E.), donde se consolidan las actividades agrícolas con una integración territorial controlada por grupos de rango donde cumplieron un rol de importancia la redistribución y el intercambio.

 

Snarskis (1987) se refiere a lo anterior señalándolo como un indicador de evidencia de cacicazgos, priorizando, en la redistribución de bienes en las sociedades de rango, como un elemento clave para mantener el orden social de acuerdo con una demanda especial de la sociedad. Sobre este indicador, el autor señala un elemento de importancia y es que los individuos llevan a cabo labores específicas según una demanda social y de rango definido evidenciado en la creación de bienes suntuarios, bajo una especialización artesanal (Snarskis, 1987).

 

En estos términos, se habla de una organización política sobre la producción y además de las fuerzas laborales y de las actividades desarrolladas dentro de los asentamientos cacicales. Es fundamental en este punto entender que la organización laboral incluye la organización de la producción sobre la cual se analiza la inversión en términos de costos de manufactura, grado de especialización y eficiencia de la producción (Costin y Hagstrum, 1995).

 

Esta separación de labores en torno a actividades productivas y de acuerdo con la dinámica de distintas demandas del grupo social se puede diferenciar tras la producción artesanal especializada, entendiendo el concepto como aquella actividad laboral en la cual el producto es consumido por no especialistas (Sinopoli, 2003) y la producción no especializada.

 

Para efectos de esta propuesta se hace una separación en lo que respecta a la producción artesanal especializada, puesto que, en el mayor de los casos, esta refiere únicamente a aquellos bienes de carácter suntuario. De esta forma, se hace referencia a la manufactura de bienes necesarios para el mantenimiento local del conjunto de actividades desarrolladas en la cotidianidad, pero que son necesarias para el mantenimiento del orden social; es decir, bienes utilitarios producidos bajo ciertos niveles de estandarización y eficiencia, similar a los bienes suntuarios. La eficiencia se refiere a la selección de técnicas acordes para la satisfacción de una demanda social establecida, relacionada con el desarrollo de una variabilidad de técnicas para satisfacer necesidades locales a partir de una relación establecida entre el productor y el consumidor (Costin, 1991, 2007).

 

Haciendo esta separación se analiza lo anterior en términos de una subsistencia económica, donde se considera la creación de bienes para satisfacer una demanda social local regida por un orden político de organización y distribución laboral. En este sentido, juegan un rol de importancia los artesanos encargados de la elaboración de bienes específicamente utilitarios necesarios para el desarrollo de diversas actividades a nivel espacial dentro de un mismo territorio; entendido esto como la subsistencia económica para el mantenimiento del orden social (Sanabria, 2015). De esta forma, se considera en el siguiente documento la importancia de los procesos de producción y el rol que jugaron en el mantenimiento de sociedades jerárquicas, a partir del estudio de caso de la cultura material lítica.

 

 

Aspectos metodológicos

 

Esta propuesta parte del análisis de una colección de 921 elementos líticos, analizados en detalle tras la investigación de tesis “La lítica del sitio Nuevo Corinto (L-72NC): Un acercamiento a la dinámica socio-económica de su producción en las fases La Selva – La Cabaña (300 N.E. – 1550 N.E.)”, realizada por la autora (Sanabria, 2015). Además, se incluyen resultados de análisis posteriores efectuados bajo la misma metodología tras la recolección de materiales en los espacios de interés (Sanabria, 2016).

 

Se seleccionaron los resultados obtenidos de piezas líticas asociadas a diversos contextos de la fase La Unión (700-1100 N.E.). Específicamente las unidades ubicadas en los montículos 1 (n=21), 5 (n=1), 6 (n=114) y 7 (n=272), unidades correspondientes a 2 rasgos funerarios denominados como RF1 (n=215) y RF2 (n=74); y una unidad asociada al encierro 1 (n=224) (Figura 2).

 

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La colección lítica fue analizada en su totalidad, de forma individual y macroscópica, mediante análisis tecnológicos y no funcionales, priorizando en una clasificación básica de cada espécimen, según fueron núcleos, artefactos o fragmentos de ellos, lascas y desechos. Estos a su vez se clasificaron según variables previamente propuestas para cada categoría (ver Sanabria [2015]). Se resume a continuación únicamente las principales variables consideradas para efectos de este documento.

 

Las técnicas de análisis se basaron principalmente en el análisis de atributos de cada espécimen. En el caso de las lascas completas, se consideraron los análisis agregados (Ahler, 1989), como su tamaño y peso, así como su clasificación según fueran lascas de decorticación primaria, secundaria o terciaria. Otra categoría estuvo representada por los desechos o bien, lascas no completas; en los cuales se consideraron aquellos elementos denominados como base para identificar aquellas lascas extraídas de forma controlada y con factibilidad de retoque; es decir, lascas utilizables .

 

La categoría de desecho de reducción de talla donde se consideró las lascas completas o incompletas, pero que por sus atributos se asociaron al desprendimiento de piezas por desbaste de núcleo, mientras que el concepto de desechos secundarios refiere al término Shatter donde se consideran aquellos especímenes residuos del proceso de manufactura, es decir, desprendimientos secundarios no controlados (ver Kooyman, 2000; Andrefsky, 2005; Sanabria, 2015).

 

Según lo anterior, se definieron los estados de producción basados en un modelo secuencial de manufactura donde se consideró la ausencia o presencia de huellas de uso, características de estas, cicatrices de extracción, patrón de cicatriz, entre otros. De esta manera, se denominaron como estados temprano, medio o tardío según la definición de los ítems en: base, preforma, producto terminado y desechos (ver Kooyman, 2000; Sanabria, 2015).

 

Para el caso de las herramientas, núcleos y preformas, se consideró las características de los atributos presentes en cada pieza, así como una detallada identificación de las huellas de uso, huellas de manufactura y patrones de cicatriz, de manera que se estableció una clasificación propia, por lo que no se utilizó la clasificación común según industrias (picado, pulido, lasqueado), basándose en una categorización del proceso de manufactura según la intervención tecnológica de cada pieza (ver Sanabria [2015]).

 

 

La tecnología lítica: indicadores tecnológicos de la evidencia según espacios

 

A partir del análisis de la muestra lítica y su distribución espacial, se identificó la relación tecnológica de producción que estos bienes comparten a nivel de espacio, lo cual fue asociado a un consumo y una producción diferenciada según la zona donde estos se encuentran ubicados.

 

 

Montículo 7 (M7)

 

La evidencia en este contexto fue recolectada en la parte interna del montículo y en las secciones externas inmediatas a este. Los indicadores tecnológicos sobre la evidencia lítica sugieren que este espacio fuese una zona de producción primaria; es decir, espacios donde la evidencia lítica indica una producción directa.

 

Este contexto se caracterizó por la evidencia de lascas y desechos asociados a un estado medio-tardío de producción, mayormente representado por lascas con retoques y aprovechamiento de filos, desechos de talla o de retoque, preformas, artefactos asociados a la percusión y artefactos para generar acabados, como los pulidores con huellas de uso asociadas al tratamiento de la piedra, artefactos hachoides en estado de retoque y/o mantenimiento, y herramientas con altas intervenciones de lasqueo (figuras 3 y 4; Anexo 11). A partir de estos elementos se consideró el M7 como una zona de taller lítico.

 

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El principal indicador tecnológico que diferencia el espacio del M7 fue el estado tardío del proceso de producción en el que se encontró la evidencia y la presencia de huellas de manufactura en artefactos y lascas que reflejan el mantenimiento de herramientas descartadas para su posible reintegración (Figuras 3a y 3b), siendo el único contexto caracterizado por un conjunto completo de evidencia que indica la producción de bienes en esta industria, además de la alta frecuencia de materiales

 

 

Montículo 6 (M6)

 

Los materiales líticos de esta unidad fueron recolectados tanto hacia la sección externa del montículo como a lo interno. La evidencia recuperada sugiere una producción secundaria de elementos líticos, lo que quiere decir que la manufactura de esta industria no es un factor determinante en este espacio y que responde a una producción de carácter expeditivo y de consumo inmediato.

 

Los indicadores tecnológicos en la evidencia fueron identificados por la única presencia de lascas de desecho o desechos secundarios, algunos con modificaciones expeditivas para uso inmediato y posterior descarte (Figura 5; Anexo 2); la frecuencia del material en comparación al M7 y la escala de producción son bajas. La presencia de materiales líticos hacia lo interno del montículo se concentra con mayor frecuencia en uno de los estratos, asociado a la abundante cantidad de fragmentos cerámicos.

 

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El principal indicador tecnológico de la evidencia en este contexto es la baja frecuencia y el estado temprano y medio del proceso de producción; es decir, sin un alto tratamiento tecnológico, por lo que se asocia a una manufactura expeditiva de los materiales.

 

 

Montículos 1 y 5 (M1 y M5)

 

Se consideran en conjunto debido a la baja presencia de elementos líticos. Ambos contextos fueron intervenidos arqueológicamente hacia la sección interna; en el caso del M1 por medio de excavaciones horizontales con algunas intervenciones verticales; y el M5 por medio de la excavación vertical.

 

Los indicadores tecnológicos de la evidencia respondieron a la ausencia o mínima cantidad de elementos líticos relacionados principalmente a bienes de carácter suntuario, por lo que se asoció a un consumo de bienes y no a una zona de producción.

 

El M1, considerado como el montículo principal, evidenció la utilización de lítica con un desarrollo tecnológico de carácter complejo, mostrando lítica escultórica con grados estilísticos y decorativos, mediante la presencia de una cabeza de jaguar ubicada en la escalinata de acceso y la presencia de 2 metates esculpidos con cabeza de felino ubicados en los brazos de lo que fuese la estructura de la plaza asociada al montículo (Figura 6a y 6b).

 

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Por un lado, asociado al M1, pero fuera de la estructura, se identificó una zona con alta evidencia de fragmentos líticos, incluyendo fragmentos de metates, núcleos y desechos. La exploración de esta zona estuvo determinada por intereses externos al proyecto de investigación del cual formaron parte los análisis líticos, por lo que la evidencia no fue recolectada en su totalidad; sin embargo, sí hubo una identificación a nivel superficial in situ, por parte de la autora, sobre la cual se valora la posibilidad de que exista un taller externo, mas ligado al M1 (Rousse y Lachapelle, 2015; Sanabria, 2016).

 

Por otro lado, en el M5, tras su excavación, no se recuperó evidencia lítica que sugiera algún tipo de producción; no obstante, es en este contexto que se logró identificar dentro de una estructura funeraria, a lo interno del montículo, una preforma de metate en forma de felino (Figura 6c). Este contexto se encontró alterado por la acción de huaqueros; a pesar de esto,, se considera que no hubo movilización de dicha preforma debido al peso, pues se trata de un bloque lítico masivo y de gran tamaño.

 

De esta forma, el indicador tecnológico de la evidencia asociado a ambos contextos se puntualiza en la utilización de bienes suntuarios en estas estructuras y la nula presencia de lítica en estados tardíos de producción sobre ellos. Estos contextos fueron definidos como zonas de consumo diferenciado.

 

 

Encierro 1 (e1)

 

La evidencia recolectada en este sector dio indicios para asociarla a una zona secundaria de producción y consumo lítico, respondiendo a la producción de lítica de carácter expeditivo para consumo asociado a otras actividades laborales (procesamiento de otros materiales).

 

El conjunto se caracterizó por una variabilidad entre los bienes, como la presencia de bienes expeditivos, lascas y desechos sin asociaciones tecnológicas destacadas, lo que mantiene su carácter expeditivo, lascas pequeñas, algunas con adelgazamientos y tratamientos en sus filos o retoques laterales. Algunas de las herramientas identificadas se caracterizaron por la intervención de lasqueo complejo, núcleos y herramientas asociadas a cortes (Figura 7; Anexo 3).

 

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El indicador tecnológico representativo asociado a esta estructura es la presencia de bienes expeditivos relacionados a labores de corte y raspado; por lo tanto, que se infiere que la producción lítica de carácter expeditivo estuviese realizándose como respuesta al procesamiento o trabajo sobre otros materiales (maderas, hueso, entre otros).

 

 

Rasgos funerarios (rf1 y rf2)

 

Ambos rasgos poseen una alta frecuencia de evidencia lítica y con características tecnológicas determinantes, que previamente fueron definidos como zonas de depósito o espacios donde no hubo producción lítica, pero sí una movilización posterior de los elementos líticos hacia estas zonas.

 

El primero de los contextos corresponde al RF1, cuya evidencia lítica es una de las más llamativas debido a la variabilidad del conjunto (Figura 8). Esta evidencia se caracteriza por poseer elementos representativos de todo el proceso de producción como tal; es decir, el conjunto posee núcleos, ejemplos de lascas y desechos características de todas las etapas del proceso de manufactura (temprano, medio y tardío), herramientas funcionales y herramientas descartadas. Lo anterior se documentó en un orden y un acomodo específico, por lo que fue considerada la movilización posterior a este espacio (Anexo 4).

 

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El segundo contexto funerario corresponde al RF2, que se caracteriza por el depósito de fragmentos de lítica escultórica sobre el rasgo, principalmente fragmentos de metate de panel colgante y mano de moler con estribo. El indicador tecnológico de la evidencia en estos contextos es la movilización de lítica y el depósito de esta en este tipo de rasgos, que se asocia al plano ritual (RF1) o como bienes suntuarios (RF2); pues no hay evidencia de un consumo o alguna forma de producción.

 

 

Discusión

 

Tras entender los indicadores tecnológicos mostrados por la evidencia lítica, se propone una serie de elementos basados en la diferenciación espacial considerada la distribución de los bienes líticos y la relación tecnológica de producción que estos bienes comparten a nivel de espacio. Se asocia a un consumo y una producción diferenciada según la zona donde estos se encuentran ubicados. Se sugiere que para el caso de Nuevo Corinto, existió una demanda social basada en distintos intereses particulares, dentro de los cuales destaca el interés por producir herramientas líticas para consumo individual, para consumo local y para consumo especial. Estos últimos refieren a los bienes especializados de consumo desigual (Sanabria, 2015).

 

Es a partir de esta variabilidad tecnológica que se esquematiza en el centro nucleado del sitio, zonas específicas relacionadas con la organización de la producción de la tecnología lítica, su consumo y su manufactura.

 

 

Indicadores de una organización laboral a partir de la evidencia lítica y su contexto

 

En los contextos anteriores, se analizó la evidencia lítica en términos tecnológicos; esto permitió la identificación de una distribución de zonas de producción y consumo, basado en una variabilidad del conjunto lítico. Es a partir de esta diferenciación que se pretende discutir sobre una organización laboral, en la cual se proponen 4 indicadores que la definen para el período de mayor auge y concentración de la población en Nuevo Corinto. Estos indicadores se clasifican de la siguiente manera: a) la organización del espacio, b) la eficiencia y la especialización, c) el control político y d) el rol de la producción lítica en el contexto general del asentamiento.

 

 

A) La organización del espacio

 

El primero de los indicadores se argumenta a partir de la diferenciación de técnicas en el proceso de manufactura evidenciado en cada uno de los contextos analizados. A pesar de que la muestra no es representativa a nivel de sitio, fue posible determinar diferencias tecnológicas y asociarla a contextos definidos.

 

En este punto se hace referencia a la movilidad de bienes dentro del centro nucleado. La diferenciación tecnológica identificada en cada uno de los contextos analizados permite interpretar que la distribución del espacio en términos de una organización laboral es un factor determinante; por lo tanto, se sugiere que existe un control sobre el espacio y la organización de la producción, así como su distribución y consumo.

 

De esta forma, se proponen espacios específicos para el desarrollo de actividades laborales como parte del mantenimiento de un orden social políticamente definido. Los contextos analizados plantean una zona de producción lítica en la cual se generan bienes definidos por una demanda social, representada en este caso por el espacio asociado al M7; donde, además de una producción de bienes, se da el mantenimiento técnico de herramientas.

 

En este sentido, se afirma que existen una o varias personas encargadas de este rol laboral dentro del sitio, ubicadas en un espacio determinado sobre el cual se desarrolla el trabajo. Por su parte, el mantenimiento de estos bienes específicos sugiere la existencia de una demanda social definida por este tipo de artefactos (hachoides principalmente) que son utilizados en otro tipo de labores dentro del sitio y fuera del contexto donde fueron recuperados; es decir, hay una movilización de bienes hacia esta zona (M7) que, posterior a su reparación o mantenimiento, serán trasladados a diferentes puntos para formar parte del instrumental de trabajo de quienes emplean o consumen este tipo de bienes una vez elaborados o retocados; lo que a su vez se asocia a otro tipo de rol laboral dentro del orden social establecido.

 

La variabilidad tecnológica en los espacios y la definición de zonas secundarias de producción lítica permite asociar la organización del espacio para el desarrollo de actividades diferenciadas. Ejemplo de esto se muestra en los conjuntos líticos a nivel comparativo entre los montículos analizados y se enfatiza en la lítica proveniente del E1; la cual fue definida como una producción secundaria en respuesta al trabajo o procesamiento de otros materiales. Esto soporta la idea de entender una organización del espacio en procesos laborales, por lo que hay una separación de zonas de producción y de consumo.

 

De forma esquemática se plantea una distribución espacial de actividades laborales a nivel del establecimiento de un orden social específico, de manera que se mencionan los siguientes espacios de desarrollo de actividades:

I. Zona de producción y mantenimiento de lítica (M7);

II. Zonas de desarrollo de actividades de quienes utilizan el instrumental generado por la demanda requerida a nivel lítico (utilitario especializado);

III. Zonas de producción de industrias o procesamiento de otros materiales o bienes artefactuales (E1).

 

 

B) La eficiencia y la especialización

 

La demanda social de la industria lítica se ejemplifica por medio de elementos principales definidos por la evidencia recuperada en todos los contextos: 1) la evidencia lítica expeditiva asociada al consumo inmediato e individual, 2) la evidencia lítica compleja asociada al trabajo colectivo, 3) la evidencia lítica compleja asociada a un consumo restringido. Estos elementos, a su vez, distinguen diferentes tipos de consumidores.

 

Analizando cada uno de los escenarios, tenemos, en primer lugar, los contextos del M6 y el E1, donde se da una producción secundaria de lítica como respuesta a una demanda individual y una demanda colectiva asociada a procesos de trabajo distintos. Es decir, en el E1, la manufactura lítica responde a un criterio de producción o procesamiento de algún tipo de materiales (no definidos), donde el instrumental no requiere de un alto grado de especialización, por lo que los materiales líticos son producidos de forma expeditiva o en un grado medio de complejidad. Mientras que en el M6 se denota una producción completamente expeditiva donde la eficiencia de la producción no requiere de un alto grado de especialización.

 

El segundo de los casos hace referencia a la producción del M7, donde la eficiencia de la producción está determinada por la selección de técnicas asociadas a la producción de bienes utilitarios para un consumo colectivo. De esta manera, se requiere de algún grado de especialización, por lo que se infiere la presencia de personas específicas para ejercer este trabajo, pues la eficiencia del bien culminado va a determinar el desarrollo laboral de quienes lo consumen.

 

Es posible en este sentido hablar de una estandarización intencional, entendiendo el concepto como el grado de homogeneidad y uniformidad en la elaboración de los bienes, considerando su forma estilística, técnica y de atributos formales controlados por el artesano (Costin, 2007), lo cual está ligado al grado de especialización a nivel tecnológico del conjunto lítico. Se parte del hecho de que la zona de producción asociada al M7 cuenta con la evidencia para indicar una similitud en el proceso de manufactura de los bienes que pueden asociarse a la estandarización de algunos de los elementos líticos aquí recuperados.

 

Finalmente, se menciona la evidencia lítica asociada a un consumo restringido, donde se cuenta con los elementos líticos ubicados en espacios limpios de cualquier desecho o elementos de producción, como se evidenció en el M1 y M5.

 

A pesar de que no se evidenció dentro del sitio zonas asociadas a este tipo de producción (lítica compleja de carácter escultórico), sí se identificó su consumo y es probable que la producción sea a nivel local de sitio, pues en otros espacios se recuperaron elementos en estado de preforma, pero dichos contextos no han sido explorados.

 

En contraste con el segundo escenario, este contexto varía, debido a que los consumidores de ambos productos son personas diferenciadas. En el contexto del trabajo colectivo se identifica lítica producida para consumo local en un sentido laboral de mantenimiento de orden social; mientras que el consumo restringido está dado por un consumidor regido por el mantenimiento de un orden político. Se amplía este punto en el siguiente indicador.

 

 

C) El componente sociopolítico de la demanda

 

En los contextos analizados, la evidencia indica 2 escenarios en los que se ejemplifican formas de producción especializada. El primero de los contextos tiene que ver con la producción de bienes suntuarios, que se asocia a un tipo de producción de especialización artesanal, la cual hace referencia a la producción de bienes cuyo consumo está restringido a una parte (élite) del grupo social (Costin, 1991, 2007; Fernández, 2011; Sanabria, 2015). En este caso, se habla de una demanda especial determinada por un grupo de mayor rango como medio para ejercer un control político (Fernández, 2011).

 

El contexto general del M1 y el M5 caracterizados por la presencia de lítica de carácter escultórica son elementos estilísticos complejos. Esta evidencia se identificó como un consumo diferenciado de bienes, siendo los únicos contextos (a excepción de los rasgos funerarios) en los que estos bienes fueron identificados y asociados a un uso simbólico. De esta forma, se sugiere la presencia de un grupo de rango mayor, el cual rigen la organización laboral en términos económicos y políticos.

 

La presencia de este tipo de bienes en el contexto del M1 sugiere además la presencia de un grupo especializado de productores encargados de su confección. Esto, a su vez, indica como estos grupos (o grupo) de élite ejercen el control político sobre la organización laboral en la producción de elementos suntuarios y consumidos por un grupo restringido. Es en este factor donde se analiza nuevamente el concepto de la movilización de bienes y su distribución en el espacio, siendo el contexto del montículo principal un ejemplo claro en comparación con los demás montículos intervenidos, de cómo la distribución a nivel local está regida por un componente político.

 

Por otro lado, el contexto del M5 muestra una evidencia en un rasgo funerario hacia lo interno del este, donde la extracción de una preforma de metate con características escultóricas de alto grado de complejidad tecnológica refleja el simbolismo, la importancia y la distribución de este tipo de bienes, además de su producción dentro del sitio. De igual manera, el depósito de este tipo de bienes en rasgos fúnebres se repite en el contexto del RF2, lo que indica la importancia y el papel que tuvieron este tipo de bienes a nivel local.

 

De esta forma, el indicador regido por el componente sociopolítico se caracteriza por el consumo diferenciado de los bienes suntuarios y su distribución en el espacio. Según Fernández (2011), refiriéndose a estos elementos como bienes de prestigio, constituyen la forma más eficiente de materializar una ideología y representan una situación donde el acceso a ciertos tipos de recursos está restringido a un segmento particular de la sociedad y por lo tanto una desigualdad (Fernández, 2011).

 

 

D) El rol de la producción lítica en el contexto general

 

El rol de la producción lítica dentro del sitio Nuevo Corinto se define tras la importancia que se le otorgó a esta industria en el mantenimiento del orden social, la dinámica de una producción organizada y la distribución diferenciada de los bienes. En estos términos se habla de un valor agregado tras la necesidad de organizar un sistema de producción en torno a la tecnología lítica (que incluye los medios de producción: artesanos, materias primas y tecnología) y un valor simbólico tras la concepción referida a la utilización o consumo de bienes.

 

En el primer concepto se menciona el caso de un rol de importancia cuyo valor se infiere por el hecho de una organización de la producción de la tecnología lítica. La diferenciación de una demanda social de producto se identifica tras la elaboración de bienes utilitarios puestos a disposición para un grupo definido de la población. Sin embargo, el rol de importancia de la producción en este caso radica en que esta producción está siendo dirigida por un grupo de rango mayor y que además el consumo de bienes utilitarios está dispuesto para otro grupo que forma parte de una organización laboral definida por el equipo de élite.

 

Por otro lado, se menciona a quienes producen bienes de consumo restringido de ese grupo de mayor rango; los bienes suntuarios cuya funcionalidad se enfoca en la exaltación de quienes tienen el acceso a estos bienes, como distintivos de poder, identidad y supremacía. En este sentido, se habla de que la organización de producción lítica cumple un papel que permite la distinción de labores para el mantenimiento de un orden social y políticamente definido, estableciendo roles laborales de quienes producen, qué se produce, cómo se distribuye y quiénes consumen.

 

El segundo de los conceptos refiere al valor simbólico que se le otorga a esta producción en específico. Para este caso se considera como punto de partida los contextos del RF1 y M5, puesto que la evidencia presente en estos sectores se caracterizó por los estados de producción en los cuales se encontró la evidencia lítica, mostrando lo que se denomina en este artículo como una exaltación al proceso productivo y a quien realizó esta actividad.

 

En la evidencia recolectada en el RF1, se identificó el proceso de producción lítico en todas sus etapas (núcleos, lascas producto de desbastes primarios, secundarios y terciarios, desechos, herramientas útiles y descartadas), dispuestas en un orden claramente establecido como parte del ajuar fúnebre de la persona quien yacía en esa estructura, la cual se asoció a un artesano cuyo ajuar consistió en el depósito de sus herramientas y material de trabajo. De igual forma, el caso del M5, la ubicación de una preforma de un metate con forma de felino, en un estado avanzado de producción y el desecho del mismo, a pesar de lo que implica el trabajo realizado por el artesano, los costos de manufactura en términos de tecnología y materias primas, su movilización y demás aspectos.

 

Es en estos contextos donde se considera el rol de importancia que tuvo la tecnología lítica como parte del mantenimiento de ese orden social de la aldea. En estos términos, se transmite el valor simbólico de esta producción y de quien o quienes se encargan de esta labor (artesanos), puesto que el depósito de estos bienes en estos espacios se considera como una exaltación a este proceso productivo y a quien lo realiza, de manera que estas personas juegan un papel relevante dentro de la escala de jerarquización social del grupo.

 

 

Conclusiones

 

Nuevo Corinto ha evidenciado un crecimiento poblacional paulatino a partir de fases tempranas hasta la fase La Unión (700- 100 N.E). El proceso de nucleación identificado tras la concentración del núcleo arquitectónico y la dispersión de materiales dentro de este demuestran la importancia del mantenimiento del grupo poblacional dentro de un rango controlado principalmente por un orden de corte político. Es este momento de la ocupación en la que se ha caracterizado el auge en Nuevo Corinto como un sitio con una organización política de tipo cacical según los datos obtenidos hasta el momento (Salgado et al., 2013); los cuales permiten analizar el contexto de la organización laboral aquí propuesta.

 

Los indicadores refieren únicamente a una forma de organización en torno a la producción de un tipo de industria, siendo un ejemplo claro que permite determinar cómo el crecimiento demográfico y la nucleación del sitio constituyen un elemento fundamental para entender la necesidad de organizar a la población en términos inherentes a un interés político, económico y social.

 

En términos políticos, por medio de la relación del instrumental lítico con el contexto espacial (organización del espacio), se logró determinar la diferenciación de consumo del artefactual, separando una serie de bienes producidos para consumo local de carácter laboral y una serie de elementos producidos para un consumo restringido (eficiencia y especialización). Es esta última forma de consumo la que se asocia directamente con el orden político de la producción, entendiendo que existe una afinidad entre los artesanos dedicados a la fabricación de este tipo de bienes con un grupo de mayor rango (componente sociopolítico de la demanda), debido a que estos artesanos constituyen el medio para materializar la hegemonía política sobre un grupo de menor rango que se encuentra organizado bajo una estructura dedicada a mantener el orden social.

 

Asimismo, el ligamen entre lo político y el fenómeno económico se ve reflejado en las formas de producción y consumo de los bienes líticos. Es decir, la existencia de una demanda de bienes está dada por el orden político recientemente definido y la necesidad de suplir un conjunto artefactual necesario para mantener el orden social mediante la distribución de actividades laborales que procuren: la exaltación de grupos de rango mayor, el mantenimiento del asentamiento y el mantenimiento de los principales bienes de consumo colectivo del grupo; separando, entonces, los conceptos de especialización artesanal y especialización laboral (Costin, 2007).

 

De esta forma, Nuevo Corinto se caracteriza por una autosuficiencia en la producción del instrumental lítico utilitario y suntuario, previamente mencionado por Doris Stone, al resaltar un alto desarrollo del arte de la escultura en piedra y de bienes suntuarios únicos en la subregión (Stone, 1961) y, posteriormente, ejemplificado en la producción lítica de carácter utilitario (Sanabria, 2015). De igual forma, esta característica también ha sido mencionada en el caso de la producción cerámica, ejemplo de ello ha sido el caso de la confección del tipo cerámico Mercedes Línea Blanca, para el cual se ha sugerido al asentamiento como principal productor y distribuidor de estos bienes (García y Arce, 2012).

 

Nuevo Corinto se ha caracterizado como un asentamiento autosuficiente en la producción, sin negar la posibilidad de consumo de bienes líticos producto de redes de intercambio. Esto debido a un orden político reforzado por una diferenciación social marcada en la distribución laboral de actividades.

 

 

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Cuadernos de Antropología

Enero-Junio 2018, 28(1)

DOI: 10.15517/cat.v28i1.32390

Recibido: 11-09-2017 / Aceptado: 29-11-2017

 

Revista del Laboratorio de Etnología María Eugenia Bozzoli Vargas

Centro de Investigaciones Antropológicas, Escuela de Antropología, Universidad de Costa Rica

ISSN 2215-356X

 

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1 Los anexos se encuentran disponibles como documento adjunto a este archivo, en la web del Portal de Revistas Académicas de la Universidad de Costa Rica