Enfermedades dentales y su relación con la paleodieta de un grupo de habitantes del centro cacical Agua Caliente, Cartago, Costa Rica (900-1550 d.C.)

Milena Salazar-Camacho

Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Ciudad de México, México

mmsc13@gmail.com

Cuadernos de Antropología

Enero-Junio 2024, 34(1)

DOI: https://doi.org/10.15517/cat.v34i1.57751

Recibido: 24-11-2023 / Aceptado: 25-04-2024

Revista del Laboratorio de Etnología María Eugenia Bozzoli Vargas

Centro de Investigaciones Antropológicas (CIAN), Universidad de Costa Rica (UCR)

ISSN 2215-356X

Resumen: Las enfermedades dentales son frecuentemente reportadas en los restos humanos antiguos y su estudio brinda información acerca de la paleodieta. En esta investigación se evaluó la relación entre las enfermedades dentales y el perfil dietético de un grupo de individuos de estatus social bajo que habitó el sitio arqueológico Agua Caliente, Costa Rica, entre los años 900-1550 d.C. La muestra de estudio estuvo integrada por 24 individuos: 5 juveniles (sexo indeterminado) y 19 adultos (4 femeninas, 5 masculinos y 10 de sexo indeterminado). La dentición se analizó de manera macroscópica para identificar cinco enfermedades: caries, cálculos dentales, enfermedad periodontal, lesiones periapicales y pérdida ante mortem de piezas dentales. Las enfermedades más frecuentes fueron las caries y los cálculos dentales. Probablemente, estas dos afecciones estuvieron involucradas en la formación de las otras enfermedades identificadas. Los resultados obtenidos indicaron que los carbohidratos y las proteínas formaron parte de la paleodieta de estos individuos, así como otros alimentos. Estas fuentes dietéticas fueron consistentes con el registro arqueológico, ya que se evidenciaron en los restos paleobotánicos y de fauna, las estrategias de subsistencia y la tecnología empleada para la obtención y procesamiento de estos alimentos. Los hallazgos de este estudio ofrecen un primer acercamiento de la asociación entre las enfermedades dentales y la paleodieta de los habitantes de Agua Caliente, pero es necesario desarrollar más investigaciones, aplicar métodos complementarios (análisis de isótopos y cálculos dentales) y analizar colecciones osteológicas humanas de mayor tamaño.

Palabras claves: piezas dentales; restos óseos humanos; perfil dietético; Bioarqueología; Paleopatología.

Dental diseases and their relationship with the paleodiet of a group of inhabitants of the chieftain center of Agua Caliente, Cartago, Costa Rica (900-1550 AD)

Abstract: Dental diseases are frequently reported in ancient human remains and their study provide information on paleodiet. This study evaluated the relationship between dental diseases and the dietary profile of a group of individuals of low social status who inhabited the Agua Caliente archaeological site, Costa Rica, between the years 900-1550 AD. The remains of 24 individuals were analyzed: 5 subadults (indeterminate sex) and 19 adults (4 females, 5 males and 10 of indeterminate sex). The dentition was macroscopically examined to identify five diseases: caries, dental calculus, periodontal disease, periapical lesions, and antemortem loss of teeth. Caries and dental calculus were the most common pathologies observed in the sample. It is possible that these two pathologies caused the formation of the other identified diseases. These results indicated that carbohydrates and proteins were part of the paleodiet of these individuals, as well as other foods. These dietary sources were consistent with the archaeological record, since they were evidenced in the paleobotanical and faunal remains, the subsistence strategies and the technology used to obtain and process these foods. The findings from this study offer a first approximation to the association between dental diseases and paleodiet of the inhabitants of Agua Caliente. However, further research is required, applying complementary methods (isotope analysis and dental calculus) and analyzing larger human osteological collections.

Keywords: teeth; human skeletal remains; dietary profile; Bioarchaeology; Paleopathology.

Introducción

Una enfermedad es una anomalía en la estructura o función del cuerpo y representa el impacto del medioambiente y la reacción del cuerpo ante este. Una forma importante en la que el medioambiente incide en el cuerpo es mediante los alimentos que se consumen. Dado que los dientes están en contacto directo con la comida, las enfermedades dentales reflejan gran parte de la dieta. Sin embargo, la mayoría de las enfermedades dentales están relacionadas con las interacciones entre la dieta y los microorganismos que viven en la boca (Hillson, 2005).

Las enfermedades dentales son frecuentemente identificadas en los restos humanos de las poblaciones antiguas (Roberts y Manchester, 2010). El estudio de estas enfermedades se facilita porque las piezas dentales se caracterizan por ser altamente resistentes a la mayoría de los procesos tafonómicos (Ogden, 2008). Por esta razón, en la mayoría de los contextos arqueológicos, los dientes se conservan mejor que los huesos y, a pesar de su tamaño pequeño, son un registro valioso de nuestras vidas (Ullinger y Loewen, 2023).

En la presente investigación se analizó la relación entre las enfermedades dentales y el perfil dietético de 24 individuos recuperados en el sector Playskool del sitio arqueológico Agua Caliente, Costa Rica1. Se eligieron cinco enfermedades, a saber: caries, cálculos dentales, enfermedad periodontal, lesiones periapicales y pérdida ante mortem de piezas dentales. Se estimó la prevalencia de cada una de las enfermedades y se analizó su distribución entre los grupos de edad y el sexo biológico de los individuos. Además, la reconstrucción de la paleodieta se apoyó en el registro arqueológico de Agua Caliente que hace referencia al aprovechamiento de los recursos naturales disponibles. De esta manera, se utilizó la información que brindan las muestras paleobotánicos, los restos óseos de fauna, las estrategias de subsistencia y la tecnología empleada para obtener y procesar los alimentos (Achío, 1999, 2007; Blanco y Mora, 1995; Ibarra, 1984; Peytrequín y Aguilar, 2007a, 2007b; M. Salazar, 2013; Y. Salazar et al., 2018; Y. Salazar y Sánchez, 2009).

Ubicación y características generales de Agua Caliente

El sitio Agua Caliente se localiza en el valle del Guarco, al sur de la ciudad de Cartago, en San Francisco de Aguacaliente. Este yacimiento tuvo una gran extensión, pero sus límites son difíciles de definir debido a las alteraciones ocasionadas por los proyectos de urbanización que se han desarrollado en la zona. Actualmente, solo se conserva el sector con declaración de Monumento Histórico-Arquitectónico y es resguardado por el Museo Nacional de Costa Rica. Al norte de este monumento se localizó el sector Playskool, en el cual se recuperaron los individuos analizados en esta investigación (Figura 1).

Agua Caliente tuvo una extensa trayectoria de ocupación precolombina que inició en el complejo cerámico Barva (1000-300 a.C.) y finalizó en la fase Cartago (900-1550 d.C.) (Corrales y Quintanilla, 1987; Valerio et al., 1987; Vázquez, 1985). Durante este último periodo de ocupación, el sitio adquirió características sociales, políticas, económicas y religiosas que se vinculan con una aldea o centro cacical (Peytrequín y Aguilar, 2007a, 2007b; Vázquez e Hidalgo, 2022). Asimismo, en este periodo, Agua Caliente contaba con un complejo arquitectónico que formó la zona principal del sitio, la cual se concentra en el sector Monumento Histórico-Arquitectónico (Peytrequín y Aguilar, 2007a, 2007b; Vázquez, 1985; Vázquez y Corrales, 1987; Vázquez e Hidalgo, 2022). Adicionalmente, en la periferia de este núcleo arquitectónico se ubicó una cantidad considerable de cementerios de tumbas de cajón (Achío, 1999, 2007; Vázquez, 1985, 1991; Vázquez y Corrales, 1987).

Estrategias de subsistencia y aprovechamiento de recursos naturales

La agricultura fue una de las principales estrategias de subsistencia practicada por los antiguos habitantes del sitio. Entre los años 900-1500 d.C., en Agua Caliente se plantó maíz (Zea mayz L.), frijol (Phaseolus sp.) y, probablemente, aguacate (Persea americana). También se recuperaron fitolitos de plantas de la familia Compositae, los cuales están relacionados con zonas de cultivo y las muestra analizadas en Costa Rica datan de los años 1000-1500 d.C. (Blanco y Mora, 1995). Además, las fuentes etnohistóricas mencionan que en el valle del Guarco se cultivó yuca, piña, cacao, caña dulce, plátano y pejibayes (Ibarra, 1984).

En el Basamento 1 se encontraron 43 muestras botánicas y entre estas se identificaron semillas carbonizadas de maíz (Zea mayz L.) y frijol (Phaseolus sp.). La mayoría de estos restos botánicos se asociaron con fogones, lo cual indica que eran cocinados para su consumo (Y. Salazar et al., 2018; Y. Salazar y Sánchez, 2009; Vázquez, 1984a). Por otra parte, debajo del piso de una tumba de cajón del sector Playskool se recolectó una mazorca carbonizada (Achío, 1999, 2007). Además, en el sitio se han encontrado restos macrobotánicos de plantas silvestres, como: zapote, palmas, leguminosas y gramíneas, así como fitolitos de la familia Annonaceae, entre otros (Blanco y Mora, 1995).

Las herramientas líticas y los artefactos cerámicos también hacen referencia a labores agrícolas y a la preparación de alimentos. Las hachas y las azuelas halladas en el Basamento 1 y en el sector Monumento se han vinculado con la agricultura y la limpieza de terrenos para el cultivo (Peytrequín y Aguilar, 2007a; Y. Salazar y Sánchez, 2009). Los metates, las manos de moler, los machacadores y los maceradores pudieron ser utilizados en el procesamiento y la preparación de alimentos. Estos artefactos fueron encontrados en el Basamento 1 (Y. Salazar y Sánchez, 2009), el sector Monumento (Peytrequín y Aguilar, 2007a) y el sector Playskool (Achío, 2007). Adicionalmente, algunas vasijas y fragmentos cerámicos presentaron marcas de ahumado y restos de hollín, los cuales hacen referencia a la exposición al fuego y, por consiguiente, a la cocción (Peytrequín y Aguilar, 2007a; Y. Salazar et al., 2018). No obstante, estos artefactos también pudieron tener un uso ritual, ceremonial y/o funerario (Peytrequín y Aguilar, 2007a; Y. Salazar et al., 2018).

La cacería fue otra actividad practicada por los antiguos pobladores de Agua Caliente. La punta lítica de proyectil que se recuperó en el Basamento 1 es una evidencia directa de la realización de esta actividad. En el piso habitacional de esa misma estructura se encontraron herramientas cortantes y raspadores. Estos instrumentos pudieron haber sido empleados para cortar carne y procesar cuero, hueso, piel y tendones (Y. Salazar et al., 2018; Y. Salazar y Sánchez, 2009). En el sector Monumento también se reportó el hallazgo de un cuchillo y raspadores (Peytrequín y Aguilar, 2007a).

Con respecto a los restos de fauna, en el Basamento 1 se encontró un fragmento de hueso de ave, el cual estaba asociado con muestras de maíz y una placa de armadillo (Dasypus novemcinctus) de color blancuzco. Esta coloración es causada por la exposición al fuego y sugiere el consumo de este animal (Y. Salazar y Sánchez, 2009; Y. Salazar et al., 2018). De igual manera, en los montículos 1 y 2 del sector Monumento se recuperaron restos óseos de venado cola blanca (Odocoileus virginianus, Cervidae), saíno (Tayassu tajacu), iguana (Iguana sp.) y armadillo (Dasypus novemcinctus) (Peytrequín y Aguilar, 2007a, 2007b). Asimismo, en el sector Playskool se recuperaron restos de fauna (Achío, 2007) asociados a los individuos analizados en la presente investigación. Se identificaron restos de venado cola blanca (Odocoileus virginianus), saínos (Tayassu sp.) y mamíferos de las familias Mustelidae y Procyonidae (M. Salazar, 2013).

Por último, la pesca pudo haber sido otra estrategia de subsistencia, ya que en las cercanías del sitio Agua Caliente se ubican quebradas y ríos (Peytrequín y Aguilar, 2007a, 2007b). No obstante, aún no se han encontrado restos de fauna procedentes de esos ecosistemas (peces, crustáceos, bivalvos, etc.) ni herramientas directamente vinculadas con la pesca y captura.

Contextos funerarios y desigualdad social

El Museo Nacional de Costa Rica ha realizado diferentes trabajos de rescate arqueológico en este sitio, los cuales han sido impulsados por proyectos urbanísticos, principalmente (Valerio, 1988; Vázquez, 1985, 1998; Vázquez et al., 1987; Vázquez y Corrales, 1987; Vázquez y Hidalgo, 2022). Entre los hallazgos realizados destacan las numerosas zonas funerarias con tumbas de cajón y/o enterramientos sencillos, las cuales fueron localizadas en los sectores Monumento Histórico-Arquitectónico (Peytrequín y Aguilar, 2007a; Sánchez, 2021; Vázquez e Hidalgo, 2022), Cocorí (León, 2010; Valerio, 1988; Vázquez, 1990, 1991) y Playskool (Achío, 1999, 2007; Vázquez, 1998). En el cuadro S1 del material suplementario se presenta una síntesis de estos hallazgos.

Los individuos analizados en la presente investigación fueron recuperados en cementerios de tumbas de cajón del sector Playskool. Estos contextos funerarios son característicos de la fase Cartago (900-1550 d.C.) y fueron excavados por el arqueólogo Andrés Achío (1999). Los individuos fueron inhumados siguiendo el patrón funerario de tumbas de cajón, el cual consistía en la elaboración de cistas rectangulares con dimensiones anatómicas. Estas tumbas se construyeron con cantos rodados, lajas calcáreas e ígneas. Por lo general, en cada tumba se depositó solo un individuo articulado en posición extendida (Vázquez, 1982, 1991, 1998).

Durante los trabajos de rescate efectuados en el sector Playskool se recuperó un total de 204 artefactos: 118 objetos cerámicos, 84 líticos y dos elaborados con restos de fauna (Achío, 2007; M. Salazar, 2013). Sesenta y siete de estos objetos estaban distribuidos dentro de 39 tumbas de cajón (Achío, 2007). Se observó que, por lo general, se depositó un artefacto por cada individuo enterrado (M. Salazar, 2013). Sin embargo, solo 10 de los individuos analizados en esta investigación tuvieron artefactos asociados. Es posible que algunas de las ofrendas funerarias fueran perecederas y, por lo tanto, no se conservaron. En total se identificaron siete artefactos: tres cerámicos, dos líticos y dos de fauna. En el cuadro S2 del material suplementario se detalla la cantidad de ofrendas que presentó cada individuo.

Es probable que los individuos enterrados en los cementerios del sector Playskool compartieron identidades sociales similares y su persona social recibió honras fúnebres muy semejantes (Goodenough, 1965). Asimismo, las tumbas de cajón presentaron características afines en cuanto a su forma y construcción, lo cual denota una inversión de energía mayormente uniforme (Tainter, 1973, 1978). Esta homogeneidad en la elaboración de las tumbas de cajón, así como en el tipo de material, procedencia y cantidad de los artefactos ofrendados son indicativos de que los individuos tenían un estatus social bajo y pertenecieron a la base de la pirámide social dominada por la élite (M. Salazar, 2013). Esta base poblacional formó unidades productivas, las cuales pudieron estar integradas por familias que desempeñaron actividades como la agricultura, la caza y la construcción de diferentes obras de infraestructura (M. Salazar, 2013; Vázquez, 1984b, 1991). Además, los datos etnográficos mencionan que las familias poseían sus propias sepulturas dentro de los cementerios (Bozzoli, 1979; Fernández, 2006). En el sector Playskool del sitio Agua Caliente (Achío, 1999) y en otros sitios de la región de estudio como, por ejemplo, Hacienda El Molino (Vázquez, 1982) y El Cristo (Blanco, 1986) se han documentado tumbas de cajón con una superposición estructural. La organización de estas tumbas podría indicar que fueron utilizadas por las familias para enterrar a sus integrantes durante varias generaciones (M. Salazar, 2013).

En otros sectores del sitio se han recuperado ofrendas funerarias que se distinguen por presentar una manufactura de mayor calidad, como es el caso de los artefactos de la colección Rojas Troyo (Alfaro, 1894; Hartman, 1901). Además, en la operación 8 del sector Cocorí se encontró un artefacto metálico que corresponde a un cascabel de cobre (R. Vázquez, comunicación personal, 14 enero, 2013). De igual manera, en el montículo 1 del sector Monumento se recuperó un cascabel de oro asociado a restos óseos humanos, el cual posee características del Pacífico Sur de Costa Rica. En dicho sector también se recuperaron objetos procedentes de otros territorios del país y de la parte sur de Mesoamérica. Por consiguiente, es presumible que el complejo arquitectónico del sector Monumento albergó enterramientos elitistas con ajuares suntuarios (Peytrequín y Aguilar, 2007a).

Estos contextos funerarios reflejan desigualdades sociales que pueden estar relacionadas con la organización social de este sitio arqueológico (Binford, 1971). De tal manera, las diferencias en el tipo y la calidad de las ofrendas recuperadas en los sectores funerarios y en otras zonas del sitio sugieren que la población de Agua Caliente contaba con una organización social jerarquizada entre los años 900-1550 d.C., en la cual un grupo minoritario dominaba un segmento poblacional más homogéneo y mayoritario (M. Salazar, 2013).

Análisis osteológico

La colección osteológica estudiada está compuesta por 24 individuos recuperados en tumbas de cajón del sector Playskool, los cuales se encuentran resguardados en el Museo Nacional de Costa Rica. El criterio de inclusión que se utilizó para seleccionar a estos individuos fue que presentaran, al menos, una pieza dental y/o alguno de los alveolos del hueso maxilar o de la mandíbula, para evaluar la ausencia o la presencia de estas enfermedades.

Estos restos óseos humanos tienen un estado de conservación limitado, ya que están incompletos y/o fragmentados. Esta condición restringió en gran medida la estimación de la edad y del sexo biológico, así como el registro e identificación de las enfermedades dentales.

Estimación de la edad a la muerte y la determinación del sexo biológico

La estimación de la edad de los individuos juveniles (menores de 19 años) se realizó con base en la secuencia de formación y erupción de las piezas dentales y la medición de la longitud de los huesos largos (Ubelaker, 2007). Debido a su deteriorado estado de conservación, el desgaste dental (Lovejoy, 1985) fue el único método que se pudo emplear para estimar la edad de los adultos (mayores de 20 años). Este método no es el más recomendable porque el desgaste de los dientes está determinado por múltiples factores como la dieta, las enfermedades y el uso de los dientes como herramientas (Falys y Lewis, 2011). Por consiguiente, Field (2019) propuso desarrollar y aplicar tasas de desgaste dental específicas de una población para realizar estimaciones más confiables. No obstante, existen muy pocos métodos exclusivos de una población determinada (Clark et al., 2023). Las poblaciones antiguas de Costa Rica no son la excepción, ya que hasta el momento no cuentan con métodos basados en sus propias colecciones osteológicas de referencia, los cuales proporcionen una estimación más precisa de la edad a la muerte y también del sexo biológico. Por lo tanto, en esta investigación se utilizaron los métodos disponibles.

El sexo biológico de los adultos se estimó con base en el dimorfismo sexual expresado en el cráneo y la mandíbula. Los rasgos evaluados fueron los siguientes: la cresta nucal, el proceso mastoideo, el margen orbital, la glabela/arco supraorbital y el pronunciamiento del mentón (Walker, 2008). No se determinó el sexo a los individuos menores de 12 años debido a la falta de técnicas confiables (Scientific Working Group for Forensic Anthropology [ SWGANTH], 2010).

Análisis de patologías dentales

Se analizaron, de manera macroscópica y con la asistencia de una lupa de 2x de aumento, cinco enfermedades dentales, a saber: caries, cálculos dentales, lesiones periapicales, enfermedad periodontal y pérdida de dientes ante mortem. Estas enfermedades se registraron con base en las guías estandarizadas (Buikstra y Ubelaker, 1994). El registró se enfocó en determinar la presencia o ausencia de las enfermedades en cada individuo. Además, se estimó la prevalencia bruta de estas afecciones dividiendo el número de individuos que presentaron una de las enfermedades entre el número total de individuos estudiados (Waldron, 2007).

La etiología de las enfermedades fue determinante para llevar a cabo su análisis y registro. Estas enfermedades se evaluaron en individuos de ambos sexos biológicos. La mayoría de estas enfermedades se examinaron en todos los grupos de edad. Sin embargo, la pérdida de dientes ante mortem y la periodontitis no fueron evaluadas en juveniles, ya que estas afecciones son poco frecuentes en individuos de edades tempranas de poblaciones arqueológicas (Lewis, 2018). La etiología de cada enfermedad y su registro se describe en el cuadro 1.

Resultados

Estimación del sexo biológico y de la edad a la muerte

Del total de individuos analizados, se identificaron cuatro femeninas (16,7 %) y cinco masculinos (20,8 %). A los otros 15 individuos no fue posible estimarles el sexo biológico (62,5 %) (Cuadro 2). En cuanto a la estimación de la edad a la muerte, se establecieron tres categorías amplias de edad: juveniles (0-19 años), adultos jóvenes (20-30 años) y adultos de edad media (>31-40 años) (Cuadro 2). Se identificaron cinco juveniles (20,8 %), ocho adultos jóvenes (33,3 %) y 11 adultos de edad media (45,8 %). En el cuadro S3 del material suplementario se presentan los rangos de edad estimados para cada individuo.

Prevalencia bruta de las enfermedades dentales

El deficiente estado de conservación no permitió evaluar la presencia o ausencia de las cinco enfermedades dentales en cada uno de los 24 individuos analizados. Cuando se presentó está limitación se indicó que la enfermedad no fue observable. Sin embargo, en el 54,2 % de los individuos se identificaron, al menos, dos enfermedades dentales (Cuadro 3).

La caries fue la enfermedad más frecuente, ya que se registró en el 83,3 % de los 24 individuos analizados (Figura 2a). Se presentó en todas las femeninas y los masculinos (100,0%) y en las tres categorías de edad, pero los individuos adultos de edad media tuvieron la frecuencia más alta (72,7 %) (cuadros 4 y 5).

Los cálculos dentales fueron la segunda afección más frecuente y se registró en el 54,2 % de los 24 individuos estudiados (Figura 2b). Se observó en individuos de ambos sexos y en las tres categorías de edad, pero la prevalencia fue ligeramente mayor en individuos masculinos (80,0 %) y en adultos jóvenes (75,0 %) (cuadros 4 y 5).

Las lesiones periapicales se evaluaron en 11 individuos de ambos sexos y de las tres categorías de edad, pero solo se identificó en una femenina adulta de edad media (9,1 %) (Figura 2c y cuadros 4 y 5).

La periodontitis se presentó en el 66,7 % de los 9 individuos que conservaron alveolos. Esta enfermedad se registró en las dos femeninas analizadas y en el 50,0 % de los masculinos. Además, afectó al 75,0 % de los adultos de edad media (cuadros 4 y 5).

La pérdida ante mortem de piezas dentales se observó en el 30,0 % de los 10 individuos examinados (Figura 2e). Dos femeninas (66,7 %) tuvieron pérdida de piezas dentales antes de morir, mientras que en los masculinos estuvo ausente. Esta condición tuvo una mayor prevalencia en los individuos adultos de edad media (40,0 %), mientras que solo afectó al 20,0 % de los adultos jóvenes (cuadros 4 y 5).

En algunos individuos se observó la coocurrencia de enfermedades dentales. Dos adultos jóvenes, una femenina y un masculino presentaron caries, cálculos dentales y periodontitis. A otro adulto joven de sexo indeterminado se le identificaron caries, cálculos dentales, periodontitis y pérdida ante mortem de piezas dentales. Además, cabe destacar que solo una femenina adulta de edad media estuvo afectada por las cinco enfermedades dentales evaluadas (Cuadro 3).

Discusión

Las enfermedades dentales y su relación con la paleodieta

La caries fue la enfermedad más frecuente entre los individuos estudiados. En diferentes poblaciones antiguas del hemisferio occidental, la alta prevalencia de esta afección dental se ha vinculado con el consumo de carbohidratos fermentables derivados de una dieta agrícola (Cohen, 2009; C. S. Larsen, 2006; Roberts, 2015), especialmente con la ingesta de maíz, ya que este cereal cuenta con un componente altamente cariogénico que es la sacarosa (C. S. Larsen, 2000). En el sitio Agua Caliente, la recuperación de hachas y azuelas permitió inferir que se estaban cultivando alimentos. Además, la recuperación de semillas carbonizadas de maíz y frijol demuestran la ingesta de fuentes dietéticas ricas en carbohidratos2. Adicionalmente, los metates, las manos de moler y los maceradores indican el procesamiento de estos alimentos agrícolas, así como de otros productos.

En los individuos del sitio Hacienda El Molino, ubicado en Cartago, también se reportó una cantidad significativa de caries, la cual fue asociada con el consumo de carbohidratos como el maíz y el frijol (Vázquez, 1982). Asimismo, en los sitios arqueológicos El Silo (Vargas, 2016), La Cascabel (Aguilar, 2012), La Cananga y Nicoya (Barrientos y Pérez, 2005), localizados en el Pacífico Norte de Costa Rica, se registraron altas frecuencias de caries. Esta enfermedad dental podría estar relacionada con la ingesta de productos agrícolas ricos en carbohidratos, ya que en esta región se efectuaron análisis de isótopos estables que demostraron el consumo de dietas mixtas, las cuales incluían el maíz (Zea mays) y proteínas de origen terrestre y marino (Norr, 1991). También es importante señalar que las poblaciones antiguas consumieron otros alimentos cariogénicos. Por ejemplo, en el sitio Xcambó, localizado en la península de Yucatán, las altas prevalencias de caries se vincularon con el consumo de alimentos con una consistencia viscosa que facilitaba su acumulación en los dientes como, por ejemplo, tamales, camotes, bebidas a base de maíz, que contenían cacao, miel y frutas (atole) y bebidas alcohólicas elaboradas a partir de la fermentación del maíz (chicha) (Cucina et al., 2011, 2019).

Los cálculos dentales fueron la segunda condición patológica más frecuente. Las dietas ricas en carbohidratos y/o proteínas facilitan la mineralización de la placa dental. El sitio Agua Caliente cuenta con evidencia del consumo de ambos grupos alimenticios, lo cual pudo causar la formación de cálculos dentales. Además del cultivo de alimentos ricos en carbohidratos, el registro arqueológico de este asentamiento indica que entre los años 900-1550 d.C. también se practicaron actividades como la caza, la cual permitió adquirir fuentes dietéticas de proteína. El hallazgo de diferentes restos de fauna y artefactos líticos permiten hacer inferencias acerca del consumo de proteínas y la práctica de la cacería.

En el sitio Hacienda El Molino se reportaron algunos individuos con cálculos dentales y su causa fue atribuida al consumo de carbohidratos y a la falta de higiene dental (Vázquez, 1982). En los sitios La Cascabel y El Silo, la presencia de cálculos dentales se podría relacionar con la ingesta de una dieta mixta que incluía carbohidratos y diferentes tipos de proteínas (Aguilar, 2012; Vargas, 2016), como lo evidenciaron los análisis de isótopos estables (Norr, 1991). Por otra parte, en sitios arqueológicos de Inglaterra se realizaron análisis proteómicos de cálculos dentales que permitieron identificar alimentos específicos que formaron parte de la dieta como, por ejemplo, proteínas de leche, avena (A. sativa) y guisantes (P. sativum) (Hendy et al., 2018).

Las demás enfermedades dentales analizadas pudieron haber sido provocadas por caries y cálculos dentales en sus grados más severos, debido a la compleja relación sinérgica que existe en el bioma oral (Kinaston et al., 2019). La placa dental provoca enfermedades en los dientes y en los tejidos de soporte como, por ejemplo, las caries y la enfermedad periodontal (T. Larsen y Fiehn, 2017). Además, los estudios clínicos han demostrado que el consumo de carbohidratos fermentables (azúcares y almidones) representa un factor de riesgo común para el desarrollo de ambas enfermedades (Chapple et al., 2017; T. Larsen y Fiehn, 2017). De igual forma, los cálculos dentales, que se forman cuando la placa dental se mineraliza, han sido considerados como un factor etiológico importante en el desarrollo progresivo de la periodontitis (Akcali y Lang, 2017; White, 1997). En el sitio Agua Caliente se observó esta asociación entre la presencia de caries, cálculos dentales y enfermedad periodontal.

Cuando las caries severas no son tratadas pueden provocar lesiones periapicales y pérdida de dientes ante mortem (Witwer-Backofen y Engel, 2018). Entre los individuos analizados en esta investigación, solo a una femenina se le identificó una lesión periapical, pero también estuvo afectada por caries, cálculos dentales, enfermedad periodontal y pérdida ante mortem de dientes. Asimismo, a las dos femeninas que perdieron piezas dentales antes de la muerte también se les identificó caries, cálculos dentales y enfermedad periodontal. De igual manera, en el sitio Hacienda El Molino se reportaron individuos que presentaron hasta cuatro de estas enfermedades, especialmente caries, cálculos dentales, lesiones periapicales y pérdida ante mortem de dientes (Vázquez, 1982). Estos casos ejemplifican la compleja interacción entre la dieta, las estrategias de subsistencia, el microbioma oral y la coocurrencia de enfermedades dentales (Hillson, 2005, 2019; Kinaston et al., 2019). Estos vínculos son complejos y es importante reconocer que las diferentes enfermedades dentales incluyen una variedad de lesiones y defectos que interactúan de diversas maneras (Hillson, 2019).

Distribución de las enfermedades dentales según la edad a la muerte y el sexo biológico

En la distribución de las enfermedades dentales según la edad a la muerte se observaron algunas tendencias. Los adultos de edad media presentaron las prevalencias más altas en la mayoría de las enfermedades evaluadas, ya que el desarrollo de estas afecciones, especialmente las caries, está relacionado con el incremento de la edad, pero también influyen otros factores como la dieta (Hillson, 2019). Además, todos los menores de 19 años (20,8 %) tuvieron caries, ya que los juveniles no están exentos de sufrir enfermedades dentales (Lewis, 2018).

Las diferencias entre el sexo biológico y las enfermedades dentales fueron más difíciles de determinar porque solo se identificaron cuatro femeninas (16,7 %) y cinco masculinos (20,8 %). Por lo general, las femeninas y los masculinos tuvieron prevalencias similares para cada enfermedad, pero la principal diferencia se observó en la pérdida ante mortem de dientes. Esta enfermedad solo estuvo presente en femeninas (66,7 %). Estos resultados podrían reflejar la predisposición clínica que tienen las mujeres de sufrir una salud bucal más deficiente que los hombres, la cual es consecuencia de las hormonas sexuales, el tamaño de las glándulas salivales, la composición química de la saliva y los efectos del embarazo (Kinaston et al., 2019).

Limitaciones de la investigación y recomendaciones

El principal inconveniente que enfrentó esta investigación fue el deteriorado estado de conservación que presentaron los individuos, ya que condicionó la estimación de la edad a la muerte y el sexo biológico, así como la identificación de las enfermedades dentales. Por consiguiente, la interpretación de las prevalencias de estas afecciones con base en la edad a la muerte y el sexo biológico estuvo restringida. De igual manera, la prueba exacta de Fisher que se ejecutó para evaluar la asociación entre las enfermedades dentales, el sexo biológico y los grupos de edad estuvo limitada por la conservación y el tamaño de la muestra y, como consecuencia, no se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas.

A partir de estas problemáticas, se recomienda que, en futuras investigaciones, se amplie y diversifiqué la muestra de estudio mediante la inclusión de individuos recuperados en otros sectores del sitio Agua Caliente. De esta manera, se podrían efectuar comparaciones intrapoblacionales entre las enfermedades dentales relacionadas con la paleodieta y el sexo biológico, la edad, los sectores de procedencia y el estatus social de los individuos. Adicionalmente, las inferencias realizadas acerca de la paleodieta se podrían complementar con la aplicación de análisis de isótopos estables (Katzenberg y Waters‐Rist, 2018), estudios de fitolitos y almidones preservados en los cálculos dentales (Leonard et al., 2015) y análisis de residuos químicos en diferentes artefactos (Núñez-Cortés, 2022). Sin embargo, se recomienda considerar las implicaciones éticas que conlleva la realización de estos análisis destructivos (Lambert y Walker, 2018).

Conclusión y comentarios finales

La integración de dos líneas de evidencia: las enfermedades dentales y el registro arqueológico, permitió realizar interpretaciones de la paleodieta y su relación con el aprovechamiento y acceso a los recursos naturales. De tal manera, los resultados de esta investigación indicaron que los carbohidratos y las proteínas de origen animal formaron parte del perfil dietético de 24 individuos de estatus social bajo (no elitista) que habitaron el sitio Agua Caliente durante el periodo más tardío de ocupación. El consumo de estos dos grupos alimenticios estuvo vinculado con la etiología de las dos enfermedades que presentaron las prevalencias más altas: las caries y los cálculos dentales. Asimismo, los restos paleobotánicos (maíz y frijol) y de fauna (venado cola blanca, saíno, armadillo, entre otros) hallados en el sitio sugieren la ingesta de carbohidratos y proteínas, respectivamente. A la vez, la obtención de estos alimentos involucró la práctica de una estrategia de subsistencia mixta que incluyó la agricultura, la cacería y la recolección de frutos y plantas silvestres (Peytrequín y Aguilar, 2007b) y, además, el uso de tecnología (herramientas líticas y artefactos cerámicos) para adquirir, procesar y preparar estos productos. Cabe destacar que estos individuos también pudieron haber consumido otros alimentos, ya que Agua Caliente contó con una diversidad de recursos naturales (fuentes de agua, tierras fértiles y diferentes especies de flora y fauna). Por consiguiente, es muy probable que sus antiguos pobladores disfrutaron de una dieta variada (Peytrequín y Aguilar, 2007a).

La presente publicación representa el primer estudio bioarqueológico que aborda la relación entre las enfermedades dentales y la paleodieta de un grupo de individuos que habitó el valle del Guarco entre los años 900-1550 d.C. Sin embargo, es necesario desarrollar más investigaciones, aplicar métodos complementarios (análisis isotópicos, de cálculos dentales, entre otros), así como analizar colecciones osteológicas más grandes. Por ende, se deja abierta la invitación para que se continue estudiando la evidencia biológica más cercana de las poblaciones antiguas de Costa Rica: los restos óseos y las piezas dentales.

Agradecimientos

Se le agradece al Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional de Costa Rica por haber facilitado un espacio de trabajo para llevar a cabo el análisis osteológico de esta investigación. Se extiende un sincero agradecimiento a Ricardo Vázquez por revisar detalladamente el documento y por las valiosas recomendaciones que realizó. De igual manera, se le agradece a Maritza Gutiérrez, por realizar el análisis de los restos de fauna, y a Geissel Vargas, Julio César Sánchez y Luis Sánchez, por su colaboración en el préstamo de informes. También se le agradece a Quintín Hernández, por elaborar el mapa de ubicación del sitio Agua Caliente y editar las figuras. De igual manera, se le agradece a Carmen Grace Salazar, Yahaira Núñez y Rebeca Portilla por la lectura y las sugerencias aportadas para mejorar este texto. Finalmente, se extiende un agradecimiento a los revisores anónimos por las observaciones efectuadas.

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  1. 1 Esta publicación se deriva de la tesis de licenciatura que realizó la autora del presente artículo (M. Salazar, 2013).

  2. 2 Cien gramos de maíz amarillo contienen 9,42 g de proteína y 74,3 g de carbohidratos, mientras que 100 g de frijol negro tienen 21,6 g de proteína y 62,4 g de carbohidratos(US Department of Agriculture [USDA], 2019).