Anuario de Estudios Centroamericanos

Universidad de Costa Rica, Volumen 45, 2019

ISSN: 2215-4175

DOI: 10.15517/AECA.V45I0.40706

 

De un lado y del otro. Mujeres contras y sandinistas en la Revolución nicaragüense (1979-1990). María Dolores Ferrero Blanco. España: Editorial Comares, 2018

 

Verónica Rueda-Estrada

Contacto: vrueda@uqroo.edu.mx

ORCID: 0000-0002-8892-7729

 

Recibido: 26/02/2019

Aceptado: 18/03/2019

 

La obra de María Dolores Ferrero presenta una perspectiva plural del estudio de las mujeres en el contexto de la guerra en Centroamérica. En su relevancia confluyen los procesos antagónicos que vivieron aquéllas que participaron y sufrieron la guerra en Nicaragua desde alguna de las dos posturas ideológicas que se enfrentaron durante los años ochenta: el sandinismo y el antisandinismo ejemplificado en mujeres simpatizantes de la contrarrevolución. Esto último es la gran virtud del libro pues da luz sobre una organización e integrantes poco visibilizados dentro de la academia.

La estructura del texto está dividida en dos partes, la primera es de carácter metodológico, en ella se plantea y justifica la obra a partir del contexto histórico de los testimonios presentados y las repercusiones del sandinismo en la actualidad. La segunda, presenta los testimonios de las mujeres contras y sandinistas. La manera en la que aborda el tema es una propuesta original, en tanto son ellas las protagonistas y sujetos fundamentales en la revolución y contrarrevolución de la década de los ochenta. Las visiones anteriores, más conservadoras, las consideran exclusivamente como víctimas de la guerra o con una actitud pasiva frente a ésta. En cambio, la autora expone la explícita participación activa de estas, sobre todo de las militantes sandinistas. Sin embargo, esta premisa no es evidente en las contras, a quienes paradójicamente las divide en madres y esposas de excombatientes y solo destaca la intervención directa de una de ellas, aun y cuando en los testimonios presentados queda claro su labor desempeñada como correo, educadoras, activistas, incluso algunas de ellas estuvieron presas por sus ideas políticas.

La manera en la que divide los testimonios supone que su colaboración en la lucha contrarrevolucionaria fue encauzada por sus relaciones familiares, pues era el padre, esposo o hijos los que se sumaban conscientemente al grupo armado y ellas los seguían a los santuarios. Sin embargo, los testimonios demuestran que, con frecuencia, ellas se unían a la lucha por decisión propia asumiendo el compromiso que eso implicó. En ambos casos convergen las críticas que recibieron por sus decisiones y los sentimientos de culpa por dejar a sus hijos en “segundo plano”. Se hace cierto contraste entre los testimonios sandinistas y contras, sin embargo, no logra articularse una perspectiva comparada.

Se trata de una mirada femenina sobre problemas de mujeres, mismos que se van construyendo con sus experiencias personales sobre hechos específicos. Uno de los grandes aciertos de la obra es la multiplicidad de voces y de versiones contrastadas sobre la Revolución sandinista, pues, además de las mujeres testimoniantes, están presentes otros actores, masculinos y femeninos como líderes políticos, periodistas y activistas que facilitan sus experiencias gracias a un copioso proceso de recolección/ compilación de fuentes digno de destacar.

La obra parte de una necesaria revisión de los antecedentes históricos de Nicaragua, del régimen de Anastasio Somoza Debayle y de la lucha insurreccional, así como del gobierno revolucionario, las políticas agrarias, el Servicio Militar Patriótico (SMP) y los excesos cometidos por los sandinistas, que, desde la perspectiva de la autora, fueron las principales razones del levantamiento contrarrevolucionario. Además, incluye mapas, un glosario de términos nicaragüenses y un índice onomástico que ayuda a la reconstrucción del periodo revolucionario, pues incorpora abundante información sobre los personajes y los hechos y a través de un robusto corpus de citas a pie de página. Es importante precisar que, en la primera parte del texto, se hace la reconstrucción de la década de guerra civil básicamente desde las fuentes sandinistas, por lo que no se logra conocer la visión de la Resistencia Nicaragüense, este objetivo se cumple de manera tangencial en la segunda parte donde utiliza los argumentos de las mujeres contras.

Si bien, De un lado y del otro. Mujeres contras y sandinistas en la Revolución Nicaragüense (1979-1990) podría considerarse como una actualización de obras previas sobre testimonios de mujeres nicaragüenses como los de Randall (1980),1 Maier (1985)2 y Bayard de Volo (2002);3 o una revisión desde la perspectiva de las luchas de las mujeres y el feminismo como el trabajo de González y Kampwith (2001),4 Palazón (2007)5 y Chaguaceda, (2011),6 por el contrario, en este trabajo Ferrero visita nuevamente las experiencias personales, privadas, afectivas, familiares, de aquellas que pareciera no tuvieron intervención directa en la guerra, pero sí la vivieron, padecieron y sufrieron. En esta polifonía, sin embargo, afloran las experiencias del activismo político, pues buscan ser reconocidas por su labor y sacrificio personal. Esto ofrece una perspectiva poco abordada en los textos testimoniales elaborados durante la guerra o la posguerra, y la inclusión de mujeres no sandinistas, acentúa la riqueza del trabajo y su diferencia con obras previas.

El libro llena un importante vacío dentro de los estudios sobre la guerra civil en Nicaragua, que se centraron primero en lo sandinista y solo de manera tangencial en la Contra. En ambos casos es evidente la escasa presencia de las mujeres, sugiriendo que la historia y la guerra se hubieran hecho sin ellas: “A nosotras nunca nos han preguntado nada” (31), es el reclamo ante esta invisibilización lo que le da a la autora un motivo para escribir sobre ellas y, especialmente, para incluir a las contras. No se trata solo de mujeres con liderazgo, por el contrario, buscó a las usualmente olvidadas, a las que De un lado y del otro son relegadas únicamente al papel de esposas y madres de combatientes. Tradicionalmente se les concibe sin aportaciones o inertes, pero sus testimonios prueban lo contrario, fueron y siguen siendo activas y críticas, conscientes de su poder de gestión.

El texto proporciona una variedad de lugares de enunciación casi enfrentados, pero con evidentes coincidencias en la lucha por hacerse visibles, propuesta que se hace desde la óptica femenina, no por ello feminista. La obra es un diálogo diacrónico entre la construcción argumental de un pasado no resuelto y una serie de permanencias que parecen inamovibles: el autoritarismo, la polaridad social y política, la violencia estructural y el sentido patrimonialista del estado, ello a pesar de los cambios profundos que en los ochenta se realizaron.

En el texto se reconstruyen los años del activismo político y la participación en la guerra, lo que amplió el nivel de análisis social dando lugar a posiciones que cuestionaron tanto al régimen derrocado como al instaurado, todo en un contexto regional de cambios políticos y culturales de suma trascendencia. Desde aquella década de los ochenta, mucho se ha modificado en Nicaragua, por ello las transformaciones subjetivas que recoge el trabajo de Ferrero son imprescindibles, no solo para registrarlos sino para determinar sus cambios y permanencias, para poder resolver el pasado. Ello, nuevamente, en un contexto de avatares sociales, políticos y de enfrentamientos entre dos sectores en el país, por un lado, el régimen de Daniel Ortega y aliados, y por el otro sus numerosos detractores, estos últimos con una agenda poco clara y con síntomas de evidentes fisuras pero que han dado lugar a movilizaciones sociales sin precedentes desde abril de 2018.

El libro no busca explorar las prácticas políticas y su relación con las historias de las mujeres testimoniantes, por el contrario, el interés del trabajo es la vinculación familiar afectiva e interpersonal en un contexto de guerra, por ello se cruzan estilos de vida, acciones, ideologías propias y prácticas compartidas, compromiso social y político y el aporte personal al cambio social.

De un lado y del otro advierte sobre una serie de temáticas y perspectivas aún sin trabajar o profundizarse en la historia contemporánea de Nicaragua, entre ellos destacan los efectos psico-sociales del enfrentamiento entre bandos –a veces militares– como constante histórica, los desplazados de guerra, las organizaciones creadas para liberar a los presos políticos, las múltiples experiencias del reclutamiento al SMP y a la Contra y la emergencia de templos evangélicos como medio para la salvación espiritual ante las heridas físicas y mentales de la guerra.

Como contraste, Ferrero desarrolla a profundidad otras temáticas, por ejemplo: las grandes diferencias entre los sepelios de las sandinistas y el de las mujeres contras. Las familias de las primeras recibieron un ataúd y pudieron enterrarlos; la gran mayoría de los cadáveres de los militantes de la Contra quedaron insepultos en las montañas del norte, por ello simbólicamente se afirma “Nicaragua es un gran cementerio de guerra”. También introduce la idea de la guerra como un acto liberador (no solicitado) para las mujeres. Al incorporarse los hombres a las actividades militares permitió que ellas salieran de sus hogares a trabajar de forma sistemática para mantener a sus familias, por lo que poco a poco lograron ser independientes a nivel económico y capaces de reconfigurarlas relaciones sociales. Así mismo en el texto se hacen evidentes tanto las relaciones familiares de las clases populares como de las élites nicaragüenses (los Chamorro, Lacayo, Zelaya, entre otros), las prácticas cotidianas de supervivencia de las mujeres que lograron mimetizarse o bien, generar la respuesta adecuada ante la presencia o amenaza de cada uno de los bandos en pugna. La liberación de los estándares en las relaciones de pareja permitió, en algunos casos, la igualdad y en otros el establecimiento de relaciones menos permanentes y asimétricas. Finalmente, evidencia la necesidad de las mujeres de hablar sobre sus aportes con el fin de lograr el reconocimiento de sus sacrificios y acciones a favor tanto del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como de la Contra.

Ferrero no busca volver a sus testimoniantes heroínas de piedra o bronce, su deseo es crear la empatía necesaria para ver, desde otra perspectiva, a las mujeres y su aporte en la década revolucionaria y contrarrevolucionaria, por ello se escuchan voces de diversa condición social y económica, así como de formación académica y profesional. Entre las contras esta una educadora (Silvia Del Socorro Peralta), una comerciante (Nora Guadalupe Quintanilla), una desplazada de guerra (Xiomara Gutiérrez Rizo), una campesina presa durante los ochenta, y miembro de la Asociación de Discapacitados de la Resistencia Nicaragüense (ADRN) (María Concepción Herrera), y una activista política que trabajó en la integración del Frente Interno de la Contra siendo un menor de edad (María del Carmen Arauz Zeledón), por mencionar algunas. Entre la clase media sandinista están presente fundadoras de instituciones simbólicas, como Milu Vargas precursora del Partido de la Izquierda Erótica, una administradora de empresas del FSLN (Ariana Peralta), una promotora de arte (Juanita Bermúdez), una locutora (Esperanza Guevara) y una abogada feminista (Zoila Gadamuz), entre otras.

Otro acierto del libro es que desarrolla la heroicidad del FSLN en un contexto complicado pues a veces es confundido con el danielismo actual. Por ello es significativo el testimonio de Marlen Chew, una militante histórica del sandinismo guerrillero que se enfrentó a las turbas represivas de Nicolasa Sevilla en la época de Somoza. Ahora es reconocida como la legítima fundadora de la Asociación de Mujeres del Pico Rojo que se ha opuesto al régimen de Daniel Ortega, y debido a ello ha sido encarcelada. Esto demuestra que las mujeres continúan participando como sujetos activos y son parte fundamental en las transformaciones de los procesos políticos de Nicaragua, y el libro de Ferrero Blanco da cuenta de ello.

 

Verónica Rueda-Estrada. Mexicana. Doctora en Estudios latinoamericanos por la UNAM, profesora-investigadora de la Universidad de Quintana Roo, Unidad Académica Playa del Carmen. Su investigación se centra en la historia contemporánea de Nicaragua y en las organizaciones y movilizaciones campesinas durante la posguerra. Recompas, Recontras, Revueltos y Rearmados, editado por el Instituto Mora en 2015, es su último libro.

 

Notas

 

 


1 Randall, Margaret. Todas estamos despiertas: testimonio de la mujer nicaragüense hoy: México: Siglo XXI, 1980.

2 Maier, Elizabeth. Las Sandinistas. México: Cultura Popular, 1980.

3 Bayard de Volo, Lorraine. Mother of héroes and martyrs. Gender identity politics in Nicaragua 19791990. Baltimore: Johns Hopkins University Press, 2002.

4 González, Victoria y Karen Kampwith. (Eds). Radical Women in Latin America. Left and Right, Penn State University Press.

5 Palazón, Gemma. “Antes, durante y después de la revolución… la lucha continúa. Movimiento feminista en Nicaragua. Lectora: revista de dones i textualitat, 13, (2007): 115-131.

6 Chaguceda, Armando. El movimiento de mujeres y las luchas sociales por la democratización en la Nicaragua posrevolucionaria (1990-2010. Encuentro. Revista Académica de la Universidad Centroamericana, 89 (2011): 39-62.