Dossier
George Cadle Price y la consolidación de una nación
George Cadle Price and the Consolidation of a Nation
George Cadle Price y la consolidación de una nación
Anuario de Estudios Centroamericanos, vol. 46, 2019
Universidad de Costa Rica
Recepción: 13 Mayo 2020
Aprobación: 25 Agosto 2020
Resumen: La consolidación de Belice estuvo acompañada de inestabilidad política y social, lo cual contribuyó al lento avance hacia la independencia. En el proceso, el político George Cadle Price, quien se desenvolvió dentro de los márgenes de un contexto colonial, buscó generar cambios a partir de un proyecto de nación. Se analizan los eventos alrededor de la vida de Price para visibilizar cómo se ligaron con el desarrollo de la política moderna en Belice; se retoman elementos propuestos por Bertux sobre el enfoque biográfico. Se revisa bibliografía actual y se retoma el diario de campo realizado en el 2011 por el autor. A partir de esto, se profundiza en las posturas que existían en torno a la política e identidad beliceña.
Palabras clave: Belice, imperialismo, división étnica, identidad nacional, conflicto territorial, símbolos identitarios.
Abstract: The consolidation of Belize was accompanied by political and social instability, which contributed to the slow progress towards independence. In the process, the politician George Cadle Price, who developed within the margins of a colonial context; it sought to generate changes from a national project. The events around Price's life are analyzed to make visible how they were linked to the development of modern politics in Belize; elements proposed by Bertux on the biographical approach are taken up. Current bibliography is reviewed, and the field diary made in 2011 by the author is taken up. Based on this, it delves into the positions that existed around Belizean politics and identity.
Keywords: Belize, imperialism, ethnic division, national identity, territorial conflict, identity symbols.
Introducción
Mientras realizaba mi trabajo de campo en Belice, en 2011, se suscitaron eventos de suma importancia, los cuales fungieron como elementos que incrementaron la comprensión de la interacción entre grupos étnicos en un país joven, profundamente influenciado por una lógica colonial. El 19 de septiembre de ese año aconteció la muerte de quien sería considerado el personaje más importante de la historia contemporánea en Belice: George Cadle Price, llamado el Padre de la Patria. Al tratarse de una persona de tal envergadura, se llevaron a cabo diversas actividades fúnebres que concluyeron el día 26 de dicho mes, cuando enterraron su cuerpo en el panteón de Belize City, la antigua capital del país.
En Belmopán, se realizó el funeral de estado del ex primer ministro George Price, los eventos por la muerte del ex primer ministro comenzaron desde el sábado 24 de septiembre, culminando el día 26 con su sepelio. El recorrido del cuerpo del ex primer ministro comenzaría en Belmopán atravesando la avenida principal de la ciudad. En el camino estuvieron presentes ciudadanos beliceños que presenciaban el paso de la carrosa fúnebre que llevó el féretro hacia la ciudad de Belice. De igual manera, en la antigua capital lo esperaba una larga fila de beliceños (Diario de campo, septiembre de 2011).
A casi nueve años de su muerte, su figura no puede pasarse por alto. Sus acciones durante su vida como político continúan impactando la vida del país centroamericano, al mismo tiempo que son recordadas como las grandes hazañas de aquel que decía “que su vida estaba comprometida a la causa de la libertad beliceña y al mismo tiempo a la construcción de la identidad nacional” (Craig y Musa 18).
El interés de George Price en “forjar una identidad nacional” estuvo acompañado de una serie de interrogantes para retomar los elementos culturales de los diferentes grupos étnicos que conforman el país. De esa manera crear una imagen reforzada desde un discurso integrador, permitiendo así la unidad total de un territorio afectado por el colonialismo, lo cual influyó en las relaciones sociales de sus habitantes (Medina 770).
La búsqueda de una identidad nacional beliceña llevó a Price a estar en el ojo del huracán en diferentes ocasiones, sus relaciones dentro de la vida política siempre estuvieron marcadas de altibajos. Por momentos se avanzó hacia objetivos concretos; por ejemplo, lograr que Inglaterra le otorgara cierta autonomía a la colonia en 1964 para resolver sus propios asuntos; o avanzar a paso lento, como fue el caso de conseguir la independencia de Inglaterra.
En medio de la tempestad
Durante el siglo XX la colonia inglesa atravesó por diferentes situaciones de tensión política, económica y desastres naturales. En 1931, la antigua ciudad de Belice se vio afectada por el poder de un huracán, el cual dejó a su paso múltiples daños. Un duro golpe al poder adquisitivo de los beliceños tuvo lugar en 1949, con la devaluación de su moneda. Nuevamente, en 1961, el huracán Hattie devastó la ciudad de Belice, la industria forestal estaba en bancarrota y dejó de ser la principal fuente de ingreso del país. El ánimo de los pobladores estaba diezmado por las precarias condiciones laborales. Además, diferentes contrapesos políticos influyeron y como consecuencia marcaron el camino hacia la construcción de la identidad nacional de Belice (Meg, Craig y Yasser 8; Shoman 125; Cunin 11).
La figura de George Price se ve envuelta en este contexto, según la biografía de Musa y Craig, desde muy pequeño atravesó por experiencias que marcaron su vida; por ejemplo, vivir en carne propia el huracán de 1931, acontecimientos como la muerte de su madre y el cambio de planes en cuanto a su carrera eclesiástica por el inicio de la segunda guerra mundial, entre otros. Ese cúmulo de situaciones hicieron que Price adquiriera un carácter ligado a sus principios religiosos (Vernon 105).
Lo anterior hace pensar en cómo la imagen de este ha influido en la construcción de la identidad nacional en Belice. Dentro de esos desafíos e inestabilidades, la cuestión de forjar una identidad nacional fue uno de los retos más grandes que enfrentó Price. ¿Por qué eso era un problema?, ¿qué hizo George Price para forjar las líneas generales de la identidad beliceña?, ¿en qué se basa la visión de identidad nacional que promulgó Price?
Para dar respuesta a dichas preguntas, será necesario realizar un breve acercamiento al origen de este político, el cual refleje cómo fue su incorporación a la vida política y sus diferentes estrategias para llegar a las metas que buscaban él y sus colegas del Partido Unido del Pueblo (PUP, por sus siglas en inglés).
El enfoque biográfico: Representaciones y valores
Se retoman algunos aspectos de la vida de George Price como político, sin dejar a un lado la parte humanista que lo distinguió entorno a los procesos que se desarrollaron para que se concretara el Belice independiente. El método biográfico contribuye a visibilizar los eventos alrededor del personaje, al relacionar sus acciones ejecutadas y su influencia en el desarrollo histórico en un espacio determinado. Asimismo, pondera el proceso vivido, las representaciones y los valores que se sobreponen en la idiosincrasia colectiva. En ese sentido, estos aspectos visibilizan la vida de George Price dentro de la política beliceña, las sociales, estructurales y la relación en conjunto de todo lo anterior presenta el camino trazado sobre el cual Price llevó a Belice a la independencia (Bertaux 1-23)..
Breve acercamiento a los orígenes de George Cadle Price
Nació el 15 de enero de 1919 en la antigua capital de Belice, hoy conocida como Belize City. Hijo de Irene Cecilia Escalante y de William Cadle Price, fue el tercero de once hermanos (Craig y Musa 4). El contexto que acompañará a Price durante su juventud y edad adulta está formado por un espacio colonial, en donde habitan personas de diferentes grupos étnicos: maya q’eqchi’, maya mopán, yucatecos, creoles, chinos, indios y libaneses.
Cuando empezó a asistir al St. John’s College, y poco a poco se insertaba en la vida académica, se percató de diferentes fenómenos sociales que acontecían en la entonces Honduras británica, como el movimiento de los creoles y su reconocimiento como grupo étnico. Además, la experiencia que obtuvo al estudiar en el Seminario Mayor de Guatemala, le hizo vislumbrar la posibilidad de ver una región centro americana con Belice como nación soberana (Craig y Musa 12; Vernon 104).
La entrada de Price al ámbito político estuvo marcada por su paso como secretario de uno de los empresarios y políticos más importante de esos momentos: Robert Sidney Turton. Ya en la escena política beliceña, Price gana sus primeras elecciones en 1947 y se mantiene como consejo. Una vez gestado esto, y con la creación del PUP, se empezó a desarrollar la estrategia que posibilitaría la independencia de Belice (Bolland 467; Craig y Musa 13; Cunin 3).
El autogobierno: Momentos decisivos
Las situaciones que fueron dirigiendo el interés independentista de la clase política beliceña se originan, primero, desde un contexto histórico que recae en los primeros cortadores de palo de tinte (Logwood) a quienes, después de reclamar el reconocimiento de la Corona inglesa como asentamiento, les fue alterada su estructura de organización política por la intervención de algunas instituciones del sistema de gobierno colonial, el cual les quitó a los cortadores algunos “derechos” de los cuales gozaban de facto. Segundo, esta situación deja un sentimiento de exclusión económico-político en los colonos ingleses que se dedicaron a la extracción del árbol (Toussaint 108-109). La situación permearía a corto plazo en todos los pobladores que, poco a poco, llegaban de distintos sitios e iban haciendo crecer el asentamiento: esclavos africanos, los descendientes de blancos y africanos, los desplazados de Yucatán por la guerra social maya, los mayas q’eqchi’, mopán, cachiquel y los garífunas.
A largo plazo, se pudo ver el reflejo de todo lo que se venía arrastrando en cuanto a la relaciones político-sociales en un sistema colonial. Entre 1930-1940, en la Honduras británica, se empezaron a conformar grupos de trabajadores que se organizaron como sindicatos, lo cual tuvo un carácter reivindicativo que buscaba seguridad en cuanto a derechos económicos de sus agremiados. En ese tenor, los reclamos del grupo fueron tomando un planteamiento de corte político de donde se desprenden los primeros partidos políticos (Toussaint 175).
La devaluación del dólar de la Honduras británica, el 1 de diciembre de 1949, puso en una situación tensa a la sociedad beliceña. Al año siguiente, como consecuencia del golpe económico sufrido, se formó el comité del pueblo (en la casa de George Calde Price se desarrollaron los primeros encuentros para concretar el objetivo), así se conformó el PUP que posteriormente recibió apoyo de la Unión General de Trabajadores (GWU, por sus siglas en inglés). A partir de estos escenarios comenzaría una cantidad de actividades que buscarían la autonomía y posteriormente la independencia de Belice. Alrededor de todo esto la figura de George Price va adquiriendo importancia (Craig y Musa 14; Toussaint 175; Shoman 175-177).
Dentro de este proceso, la creación del PUP fue crucial, ya que desde ahí se desarrollaron estrategias para llevar a cabo una “pacífica constructiva revolución beliceña” todo esto al tiempo en el que se le designó a George Price como líder del partido en 1956 (Toussaint 176; Craig y Musa 14). Una vez consolidado el movimiento, y con el visto bueno de la clase media creole, la clase política y la sociedad beliceña en general comenzó a caminar (Medina 765). En ese momento no se tenía certidumbre total del impacto de tal hazaña. Como primer ejercicio, se decidió cambiar de manera interna el nombre de Honduras británica por el de Belice y sustituir la bandera británica por una azul y blanco con el emblema de los cortadores de madera.
En el camino al autogobierno, se buscó que se estableciera una reforma constitucional, la cual generara el sufragio universal, es decir, que la sociedad beliceña pudiera votar para elegir a sus gobernantes. Esta tuvo una primera modificación en 1960 y una más en 1963; finalmente en ese año, Inglaterra le otorgó a Belice las facultades absolutas para la resolución de sus problemas internos. Lo anterior fue un gran paso para la futura independencia del país (Toussaint 115-116; Hoffmann 35).
En el antes y durante el autogobierno en Belice hay que pensar en el tiempo transcurrido y en los actores involucrados. Si hacemos una suma desde la creación de los grupos sindicales y posteriores partidos políticos que logran el autogobierno, más el periodo hasta alcanzar la independencia, da un total de 41 años. Tiempo en el cual tuvieron lugar actores claves, como Robert Sydney Turton, quién a raíz de algunos conflictos con Inglaterra en cuanto al corte y exportación de caoba, se le acusó de financiar a grupos de la escena política beliceña para atacar los intereses de los británicos (Shoman 168). Además, este personaje fue vinculado con el ascenso político de George Price (Cunin 3). Por su parte, John Smith, Leigh Richardson, Philip Goldson y George Price formaron el Comité del Pueblo (People’s Comittee) (Craig y Musa 14). Posteriormente, Leigh Richardson y Philip Goldson renuncian al PUP y crean su propio partido, el Partido de la Independencia Nacional (NIP por sus siglas en inglés), el cual fungió como partido opositor del PUP (Shoman 179).
El eje transversal que atraviesa todo este periodo recae en George Cadle Price, su talento como político lo sitúa en varios de los momentos cumbre en la búsqueda del autogobierno. Una vez que se logra dicho cometido, se empieza a desarrollar la preparación social hacia la independencia (Craig y Musa 16). El propósito de Price y de su partido, el PUP, era crear conciencia social sobre el origen histórico del país, de esa manera, visibilizar la presencia de grupos mayas que viven en la zona, descendientes de una civilización que construyó ciudades y dejó un legado científico. Aunado a esto, fue importante puntualizar el arribo de los cortadores de palo de tinte, la población africana, la comunidad garífuna y todos los grupos étnicos que llegaron de manera paulatina y por diversas circunstancias (Medina 766).
Retomar estos puntos para la concreción de la unidad nacional fue vital; sin embargo, constituía un reto para el partido y su líder. En síntesis, se pretendía reunir esa serie de momentos históricos que remitían a imágenes y símbolos culturales; pero no a toda la población beliceña le hacía sentido. George Price se vio en la necesidad de realizar un trabajo de campo importante, se dedicó a visitar varias villas, interactuar con sus habitantes, conocer lo que comen y lo qué piensan (Craig y Musa 15-16). Pensar en el nombre Belice remitía a buscar el origen histórico, decodificar esa información y transmitirla de la mejor manera, con miras a crear un discurso que pudiera trazar un panorama de la identidad beliceña, la cual pudiera ser apropiada y que a la postre creara la tan anhelada unidad nacional (Toussaint 181).
Se había dado un paso importante, que fue celebrado con bombos y platillos por la sociedad beliceña, se esperaban mejoras para toda la población. Es así que dentro de las estrategias políticas que el PUP y Price implementaron destaca la que buscó generar un origen como país y que, en la medida de lo posible, este se apropiara como discurso unificador (Wiegand 358-361).
La independencia: Entre la unidad y el imperialismo
George Price buscó insertar a Belice en el camino hacia la independencia, primero, concretando la autodeterminación del país al presionar para modificar la constitución de Honduras británica. Una vez que Inglaterra aceptó el nuevo estatus de su colonia, se vendría la integración social por parte del PUP a través de un proyecto de identidad nacional, el cual incluyó el plan para el desarrollo de Belice (Bolland 191). Esto implicó un acercamiento a la historia beliceña, se tenía que realizar un análisis a profundidad de las distintas voces y visiones de los grupos étnicos que ahí viven. Este fue el primer escenario a resolver en la búsqueda de la independencia, asunto nada sencillo, ya que se tenía que encontrar un punto medio para reducir las tenciones entre grupos étnicos, como consecuencia de la lógica colonial racista (Shoman 123-124).
En todo este entramado de posturas y visiones, se encuentra el grupo creole, una población que se autoadscribe como descendientes de los primeros habitantes de Belice, es decir, de la mezcla de europeos y africanos llevados como esclavos, además consideran que son los herederos de las costumbres inglesas (Correa 9-10). Las actividades dentro del asentamiento inglés para los antepasados de los creoles se dirigieron al trabajo en el corte de palo de tinte y caoba, para el caso de los hombres (Johnson 606), y las actividades domésticas, para el caso de las mujeres.
Las mujeres vivieron una serie de abusos físicos por parte de los ingleses, entre estos las violaciones sexuales, las cuales provocaron embarazos no deseados (Shoman 42-46). De todo este abuso se conformaría el grupo creole, quienes por su condición racial fueron adquiriendo otro tipo de participaciones dentro de la colonia; fueron incluidos dentro de actividades relacionadas a la servidumbre, cuestiones administrativas y de seguridad. Así, el grupo logró un ascenso importante dentro del asentamiento, al grado de ser considerados por los ingleses como los herederos próximos de la cultura inglesa (Boland 194).
Según Correa (2018), los cargos que poco a poco fueron ocupando los creoles adquirieron importancia para la colonia de Honduras británica. Claramente se podía identificar un grupo social que tenía oportunidad de asistir a la escuela y tener educación de tipo superior, involucrarse en la política y por ende trabajar para el gobierno colonial. Todo esto fue motivando el interés de los creoles por conocer más sobre su origen histórico, y colocar la idea de que el gradual arribó a la independencia de Belice tenía que pasar por reconocer al grupo creole como los fundadores de facto de la nación.
Price tuvo que pensar de qué manera se tendría que tratar la situación, ya que la idea de un proyecto de unidad nacional pasaba por que todos los grupos fueran reconocidos y que, además, cada uno reflejara la particularidad que en conjunto formaba la identidad de la singular nación. Esto se vuelve un obstáculo que tendría que ser atravesado con mucho cuidado, pues en la ciudad de Belize City, antigua capital del país, el grupo creole se estaba consolidando como una clase media que tenía peso en algunos asuntos políticos.
Otro factor por señalar tiene que ver con la posición imperialista de Inglaterra en cuanto a otorgar la independencia a Belice. Lo anterior se vincula con el proceso para la libre autodeterminación de sus asuntos internos, esto se iba posponiendo, ya que, Gran Bretaña señaló una serie de factores: la inexistencia de una clase media “educada”, inexperiencia política, los casos de países del caribe anglófono que retomaban el sistema comunista en su política, el temor de que Belice se pudiera convertir en la entrada de este en la región centroamericana, la presencia de George Price y su populismo condujera hacia políticas socialistas y los reclamos territoriales del país vecino de Guatemala. La posición del Imperio inglés es vista como un obstáculo, por el grupo independentista, pues señalaba de manera sutil que Belice aún no estaba preparado para dar ese paso y, sobre todo, que necesitaban la guía y asesoramiento de Gran Bretaña. Para los británicos, lo anterior fungió para sujetar al grupo que buscaba la independencia y retrasarla por más de 41 años (Toussaint 176; Shoman 179-180).
Estos aspectos, por los cuales se atrasó la independencia de Belice, representaron obstáculos a superar. Por ejemplo, el supuesto de que no existiera una clase media económicamente fuerte y educada fue una afirmación parcial, ya que se iba conformando un grupo importante de beliceños que estaban involucrados en negocios de extracción de materia prima, como la caoba, el azúcar, y en menor medida el chicle. Además, parte de esta clase media ya estaba incursionando en la escena política como es el caso de Robert Sydney Turton, John Smith, Leigh Richardson, Philip Goldson y George Price, por lo cual, la conciencia política y de clase ya se veía reflejada en la construcción de un proyecto de identidad nacional. Sin embargo, para los ingleses este no era un grupo representativo y mucho menos defenderían del todo los intereses de continuar con una estructura colonialista, disfrazada de democracia.
Entre otras cosas, el contexto que rodeaba el proceso independentista en Belice estaba acompañado de países que simpatizaban con el comunismo, como es el caso de Cuba, Nicaragua y Guyana. Esta fue una preocupación para Inglaterra, pues se pensaba que, si Belice y sus dirigentes políticos seguían con una tendencia nacionalista motivadas por el proyecto del PUP y George Price, no tardarían en retomar la ideología comunista y que en la región centroamericana continuara proliferando esta ideología político-económica, lo cual geopolíticamente representaría un contra peso al bloque capitalista. Aunado a esto, se presenta el conflicto territorial entre Guatemala y Belice, el cual se originó cuando ambos territorios eran parte del Imperio español y los ingleses ocuparon sin previo aviso el territorio beliceño (Wiegand 351).
Cuando las colonias europeas fueron consumando su independencia, muchos problemas que la Corona española tenía con sus homólogos europeos en territorio americano no quedaron resueltos, como es el caso de los asuntos limítrofes. Los nuevos países asumieron que los territorios en donde existió soberanía de España, pero no se había consolidado su administración, pasaban a ser asunto del país emergente. Así, los nuevos países alrededor de Belice consideraron oportuno ejercer el reclamo de la parte que consideraban les pertenecía. México y Guatemala inician con una serie de diálogos con Inglaterra para llegar a un acuerdo en cuanto a las porciones de territorio que cada país reclamaba. Entre México e Inglaterra se llega a un acuerdo, en el cual ambos países se benefician y colaboran; sin embargo, entre Guatemala y el Imperio inglés las cosas no marchan del todo bien, y desde finales del siglo XIX y mediados del siglo XX se viene arrastrando con una serie de diferencias y desacuerdos (Toussaint 110-113).
La extensión de este conflicto llevo a que en la mitad del siglo XX se intensificaran las desavenencias, incluso que Guatemala llegará a considerar invadir Belice, lo cual afectó el proceso de independencia. Por su parte, al PUP liderado por George Price le parecía una situación de diálogo constante y trabajo de negociación, en donde no se veía muy clara la disposición de Guatemala por establecer acuerdos reales, además de que todo el proceso se llevó en conjunto con el cuerpo de la asamblea beliceña, Inglaterra y Guatemala, lo cual daba una imagen y postura de dependencia de Belice hacia sus homólogos británicos.
¿Cómo abordaron estás situaciones George Price y su partido? Se inició con la creación de un proyecto de unidad nacional, esto no fue nada sencillo, pero se optó por hacer referencia al pasado precolombino en el que se resaltaba la herencia de la cultura maya en el área geográfica beliceña; sobre todo porque los descendientes de los mayas que construyeron grandes edificaciones aún se encontraban ahí, viviendo en valles y esparcidos por el norte y sur de Belice. En el proyecto también se menciona la población de africanos e ingleses que llegaron a mediados del siglo XVII, de igual manera se incluye al grupo social que surge de estos dos, es decir, los creoles que se habían destacado en la participación política, y seguidamente al resto de la población que ha llegado en menor proporción, como es el caso de personas de la india, chinos, garífunas y menonitas. Aunque fue un proyecto al que le faltó matizar muchos aspectos de la identidad y cultura en relación a la construcción de un país, se dejaron las bases que podrían irse reformulando en el futuro (Phillips 195).
Con esto en mano, se buscó que la población fuera adoptando la idea que la independencia de Belice venía junto con la apropiación de símbolos culturales identitarios que se podían ver reflejados en un sentimiento nacional. Así fue como George Price salió a los alrededores del país para visitar a las familias de las aldeas más lejanas, de igual manera se organizaban reuniones políticas en donde se esparcía el fervor nacionalista y los deseos de libertad. Asimismo, Price aprovechó varios espacios internacionales para poner sobre la mesa el tema de la independencia de Belice. Su retórica hizo que se ganara la simpatía de muchos países que pronto empezaron a apoyar la causa beliceña. Finalmente, después de una serie de resoluciones hacia la autodeterminación e independencia, en 1980 la ONU declaraba que el país centroamericano debía de independizarse antes de finalizar 1981. Así pues, el 21 de septiembre de 1981 Belice obtiene la independencia (Craig y Musa 17; Medina 766; Albaugh y Rolison 4; Toussaint 119).
Después de un largo proceso en donde los intereses de países externos parecían pesar en la independencia de Belice, esta por fin se ve consumada. El gran obstáculo es atravesado y de nueva cuenta se reinicia el ejercicio, en el horizonte se vislumbran algunos objetivos nacionales; por el momento Belice comienza a caminar.
George Price y las bases para la de identidad nacional
El exprimer ministro, el primero del Belice independiente, fue parte importante en la búsqueda de los simbolismos en los que se acuñaría la identidad beliceña; él como actor intelectual y el PUP como ente con las facultades legales para concretar el proyecto de nación. Entre esos símbolos está la creación de la nueva capital de Belice en 1970, proyecto que puso a George Price en la mira de los medios de comunicación impresos de ese momento, quienes cuestionaban sus decisiones en cuanto al desarrollo y continuidad de dicha proeza. En ese tenor a Price le interesó concretar esta hazaña al considerar que Belmopán se convertiría en un símbolo de nación y progreso. Se pensaba que la construcción se consumaría rápidamente y que los futuros pobladores la volverían un lugar con una dinámica económica importante. Sin embargo, después de su fundación pasaron 10 años más para que Belice se independizara (Cunin 11).
La población beliceña, la burocracia y sus opositores interpretaban la construcción de la nueva ciudad como un proyecto personal del exprimer ministro. En ese cause de interpretaciones, la ciudad de Belmopán podía ser colocada como un proyecto nacional, proyecto gubernamental o proyecto del PUP. Lo anterior viene a conflictuar las cosas, sobre todo porque los partidos opositores se apoyaron de la idea que el proyecto de la nueva capital era una estrategia para que Price se mantuviera en el poder por un periodo largo (Cunin 12).
Belmopán se coloca como una propuesta del gobierno y partido en turno, con la singularidad de pasarse por alto elementos importantes al momento de decidir crear una ciudad que fuera el símbolo de una nación joven e independiente, por ejemplo, costos, accesibilidad, temporalidad y pobladores. El problema fue que, aunque las estrategias para concretar la ciudad de Belmopán no estaban rindiendo frutos, el gobierno liderado por George Price nunca reconoció los errores cometidos (Cunin 13).
Las acciones ejecutadas desencadenan un gran desfase que afectó al discurso de unidad creado desde el imaginario de nación independiente. El contexto alrededor de la búsqueda de la independencia de Belice dio lugar a un lapso prolongado hasta concretarse. Para nada se trata de justificar las decisiones tomadas alrededor del proyecto Belmopán, o bien, las negociaciones con Guatemala en cuanto a la disputa territorial, las cuales subían la tensión con los cambios políticos de Honduras británica (Wiegand 353), se trata de acontecimientos que se desarrollaron entorno al dirigente en turno y que repercutirían en sus futuras campañas al ascenso del poder.
Quebrando patrones, inclusión étnica, imágenes y símbolos
En el programa de independencia que se elaboró, en uno de sus apartados, se menciona que el interés nacional es que todos los grupos raciales estén unidos, de modo que puedan convivir y generar sus propios recursos en la afirmación de una conciencia compacta de la nacionalidad, simbolizada y amparada por una nueva bandera (Prats y Beltrán, citado en Toussaint 189). Pensar en la unificación de Belice era necesario (Honduras británica, como se llamó durante su estatus de colonia 1862-1973), ya que nace en un sistema colonial, en donde predominaba una lógica racial, una forma que ponía en desventaja a los que no eran considerados como puros. Esto predominó hasta principio del siglo XX y, aunque en teoría la esclavitud ya se había abolido, en la práctica se continuaban reproduciendo relaciones de sometimiento (Shoman 50-51; Johnson 608).
Con esa imagen, el PUP pretendió hacer a un lado las diferenciaciones raciales, al igual que todo aquello que estuviese ligado a la incorporación de elementos ingleses. Además, le estaría dando importancia al pasado precolombino del territorio. Como ya se comentó, se dispuso a cambiar la capital a un lugar que pudiera ser un punto de acceso para los seis distritos. Se creó el zoológico del país y se retomó al tucán ave de la región, lo cual generaría más símbolos nacionales identitarios (Albaugh y Rolison 16).
También se empezaba a resaltar que la nación beliceña estaba constituida por una diversidad de grupos étnicos, lo cual la hace multiétnica (Ministerio de Educación 1983, citado en Medina 758). Como parte de todo este auge de símbolos, se decidió crear la bandera beliceña, la cual en el centro tenía a dos cortadores de caoba uno negro y el otro creole, en fondo de color azul con dos barras horizontales en la parte superior e inferior (Prats y Beltrán, citado en Toussaint 181).
Con esas bases, a George Price le interesaba que, a partir del proyecto de identidad nacional, otros procesos se fueran concretando: el desarrollo de la nación e institucionalizar el gobierno a través de acciones que buscan mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos. El principal proyecto del gobierno de George Price fue impulsar reformas agrarias y distribuir tierras, también creó escuelas de los diferentes niveles educativos, al grado de formular el proyecto para la Universidad de Belice (Bardini, citado en Toussaint 193).
George Price y el PUP ejecutaron estas acciones para que Belice comenzara a tener forma y, sobre todo, un rumbo el cual caminar. Claro, en ese momento aún había mucha tela que cortar y era necesario enfrentar las posturas que otros actores tomaron en cuanto a estas propuestas.
Algunas consideraciones de la construcción de identidad nacional de Belice
George Price y el PUP sentaron las bases para la construcción del proyecto de nación, el cual incluye el asunto de la identidad nacional.2 Sin embargo, se dejaron espacios vacíos, algunos borrosos, en donde la sociedad beliceña y los partidos en turno no tenían claro cómo se debía avanzar en el tema de identidad nacional. Este proyecto no pretendió favorecer a ningún grupo étnico de Belice, pero al mismo tiempo excluía. Así pues, el país impulsó una campaña por la identidad y orgullo beliceño. No obstante, lo único que ha ocurrido es que se repitan errores del pasado, es decir, se vuelven a generar estereotipos discriminatorios, se institucionaliza un discurso sobre quiénes han tenido el poder y quiénes deben de seguir en él.
En vías a la construcción de la identidad beliceña, se desarrolló el proyecto de la construcción de un museo, el cual buscaba representar a la población que conforma el país en una lógica reivindicativa, con esto mitigar los clichés sobre los grupos étnicos que se construyeron a lo largo de la etapa colonial.
El museo de Belice, que se ubica en la nueva capital del país (Belmopán), retrata a cada uno de los grupos étnicos que existen, coloca también algunos aspectos históricos de los que han sido parte; sin embargo, se continúan presentando imágenes que evocan al rol que cada grupo tuvo durante la etapa colonial, pero que finalmente se siguen reproduciendo en la vida diaria en el Belice independiente (en formas sutiles) y eso hace que no se avance mucho en cuanto a dejar esos clichés en relación al origen étnico (Price y Price 101).
El PUP, como ente institucional, decidió que el museo podía ser un lugar en donde se reflejara la unidad nacional. Al final esto también tenía intereses políticos con miras a mantener la presencia partidista en el parlamento beliceño. Al darse un manejo con intereses políticos y luchas de poder, al igual que en el caso del proyecto Belmopán, la ejecución y puesta en marcha del museo se ha visto trastocado por las elecciones que se presentaron en el año de 1993, para evitar conflictos partidistas se decidió suspender una exhibición que se planeaba para ese año (Price y Price 97).
De alguna manera los grupos étnicos tenían que “con vivir”, pero lo hacían desde el punto de “vive y deja vivir”, lo cual no ha permitido su integración social. Esto es influencia del pasado colonial, en donde se buscó dividir a la población; en ese sentido, actualmente los diferentes proyectos nacionales que han construido los partidos políticos lo único que han conseguido es incrementar este sentimiento de no integración (Boland 200).
Los grupos étnicos han comenzado a experimentar cierta legitimación a partir de las alianzas y reconocimiento de algunos partidos políticos, lo cual hace que se esté produciendo una especie de partidos políticos etnizados. Personas de diferentes grupos étnicos podrían compartir la identidad dentro del mismo partido político, reconfigurando las identidades al grado que la identidad étnica pase a segundo plano: “Esas formas de administración de la diversidad se dan a partir de praxis políticas que guardan profundas raíces con el colonialismo y sus herencias persistentes en la sociedad beliceña” (Boland 202). El tema sigue siendo el reconocimiento a partir de una política nacional hegemónica, lo cual ha provocado, desde ese discurso, que no solo se reconozca una sola identidad, como es el caso de la afirmación de los creoles de pensarse como los fundadores y verdaderos nativos de Belice (Correa 6).
De ahí que en el país se haya desatado una ola de movilizaciones de garífunas y mayas, creando asociaciones civiles que se han hecho ver en el plano nacional e internacional en la búsqueda del reconocimiento como grupo étnico (Correa 7). Según este autor, “la cultura” ha sido focalizada como un recurso, por lo tanto, se ha vuelto el campo de disputas por reconocimiento y acceso a ciertos derechos no solo de orden cultural, sino sociales y económicos, es decir, ahora el tema de la identidad nacional se ha desquebrajado por la reafirmación étnica. Dado el olvido que algunos grupos tienen del gobierno, se ha utilizado esta estrategia para mejorar su condición de vida.
Conclusiones
George Price pasó casi cincuenta años activo en la política beliceña, en el camino se encontró con opositores, quienes pensaban que, dada su formación en el país de Guatemala y su origen racial, harían ceder el país de Belice a los reclamos guatemaltecos. Los ingleses lo consideraban como potencialmente peligroso para la construcción del futuro país beliceño, según Shoman, en su libro trece capítulos de la historia de Belice, los ingleses desarrollaban un tipo de contra ofensiva a la causa independentista de George Price. Sin embargo, pese a todo se logró concretar dicho objetivo.
La génesis del país beliceño es un tanto compleja, con una diversidad de actores que iban y venían durante la etapa colonial, durante el autogobierno y la independencia. Esto hacía que se pensara en cómo se iba a formar la cohesión social para avanzar a nuevos retos como país. La estrategia de concretar un proyecto de pluralismo cultural tuvo las mejores intenciones de unificar a los grupos étnicos; sin embargo, los reconoce de manera parcial y no como un todo que hace a una nación multicultural. En la práctica, en las representaciones y festividades nacionales, el grupo creole continúa representado como el grupo dominante, esto se puede corroborar en la bandera nacional.
George Price logró concretar un discurso identitario nada fácil de lograr, al menos no se pensaba que pudiera llegar a suceder en el escenario que afrontaba el país. Sin embargo, él dejó las bases para que su revisión periódica se reconceptualizara y se rompieran paradigmas en el ámbito de los países multiculturales. A pesar de las situaciones que a veces lo ponían como un detractor, su trabajo por el país, logró situarlo en un lugar importante dentro de la escena política beliceña y el imaginario de la población de Belice. En ese sentido, retomo las notas de campo realizadas el día de su fallecimiento.
En todo el país se suspendieron las labores, mayormente en las oficinas gubernamentales y en las escuelas. George Price es considerado como el constructor de la independencia y padre de la patria beliceña, realizó diferentes logros políticos para el país, al grado de señalar que él estaba casado con Belice, por este motivo es recordado con gran cariño por los beliceños (Diario de Campo, septiembre de 2011).
Durante el sepelio de George Cadle Price en Belize City, la participación de diferentes actores fue notoria, en la ex capital del país, hubo un largo discurso a cargo de dirigentes religiosos, familiares del ex primer ministro, el líder del People’s United Party (PUP) Johnny Briceño y el Primer Ministro Dean Barrow. Entre el público se pudo apreciar a empresarios locales, miembros de los partidos políticos de Belice, y un gran número de simpatizantes que rodeaban la plaza de la independencia, cabe señalar que todo esto fue transmitido por la radio y televisión local (Diario de campo, septiembre de 2011).
Este suceso marcó a la sociedad y al país beliceño, entre el discurso efectuado el día del funeral del exprimer ministro resaltó la frase, “no habrá otro igual que él, la nación no tendrá otro líder como él”. Los esfuerzos que George Cadle Price hizo por Belice fueron únicos y por eso es recordado como una persona que no descansó por la libertad de su pueblo. Sin lugar a duda, la experiencia que él vivió es inigualable. Hoy más que nunca su arduo trabajo tiene que ser referente para muchos dirigentes en el mundo.
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