EMPLEOS ESTATALES Y REDES
SOCIO-FAMILIARES DE PODER EN POPAYÁN, 1832-1853
Willian Alfredo Chapman
Quevedo
Popayán, entramado
burocrático, red socio-familiar, poder, Estado.
Popayan,
bureaucratic machination, social-family network, power, State.
Fecha de recepción:
2 de octubre de 2013 - Fecha de aceptación: 8 de
julio de 2014
Este artículo analiza el
entramado burocrático que se tejió en la provincia y ciudad de
Popayán, entre 1832 y 1853. Se demuestra que para ocupar un cargo
burocrático eran primordiales las redes socio-familiares de poder, la
trayectoria familiar burocrática y el currículum. Precisamente en
éste último aspecto el republicanismo introduce una
particularidad, con respecto al empleo de preceptor de escuela, el cual era
ocupado a través de oposición. Igualmente, se llega a la
conclusión de que el entramado burocrático no dependió
exclusivamente de los gobernantes de turno o de la poco útil dicotomía liberal/conservador,
sino que en él influyeron una serie de factores como la reciprocidad,
las relaciones de poder y las
constantes negociaciones entre los poderes locales y el Poder Ejecutivo.
This
article analyzes the bureaucratic machination that took place in the province
and city of Popayan between 1830 and 1853. It is showing that in order to hold
a bureaucratic position, theywere fundamental the
social-familiar references of the power, the bureaucratic family path and the
curriculum, precisely, in this last aspect, the republicanism introduce a
detail about the school’s director professing, which was holded trought the oposition. Equally, we got as conclution
that the bureaucratic machination didn’t depend of the governors only or
the useless liberal/conservingdichotomy, but it
influenced a series of aspects such as reciprocity, the power’s
relationships and thefrequent negociations
between the local and executive power.
El 4 de abril de 1837
Ramón Ayerve le escribió al General
Tomás Cipriano de Mosquera suplicándole que intercediera por
él para que fuese nombrado Director General de la Renta de Tabacos de
Palmira. Ayerve apelaba a la amistad que tenía
con el General Mosquera y a los servicios que había prestado al Estado,
los cuales le habían permitido adquirir experiencia en el campo
burocrático (Archivo Central del Cauca 1837b).
Nuevamente el 16 de
mayo de 1837, Ayerve le volvió a escribir al
General Mosquera con el mismo propósito y le expresaba que ya
había enviado los docuᆳmentos al Ejecutivo, que lo acreditaban como
idóneo para ocupar el citado cargo estatal (Archivo Central del Cauca,
1837c).
A partir de lo
anterior, cabe preguntarse: ¿Cómo era el proceso de
selección de empleados estatales en Popayán entre 1832 y 1853?;
¿era un proceso exclusivo ᆳnación
de un empleo público?, ¿bastaba con las recomendaciones para
ocupar un puesto estatal o eran necesarios otros elementos?
Como lo muestra Juan
Carlos Gravaglia, en América Latina durante el
período republicano el “peso de las relaciones familiares en la
carrera de un funcionario hubiera sido aún más importante que en
la etapa precedente” (Garavaglia, 2012,
p. 22). Este
fenómeno nos deja frente a la ausencia de una burocracia racional
estatal y se adhiere más a lo que este autor ha llamado “Estado
ibérico”. Así, los estudios del citado historiador sobre el
Estado Latinoamericano en el siglo XIX nos han proporcionado luces sobre
cómo era el entramado burocrático de la época. Durante la
República, los empleos estatales, en su gran mayoría, se
seguían pensando y adjudicando en atención al
patrón construido a finales de la época colonial, esto no
implicó que no se generaran cambios y se construyeran dinámicas
diferentes respecto a los cargos estatales.
El presente artículo observa cómo se
construyó el entramado de los empleos estatales en Popayán entre
1832 y 18531ᆳtros
coloniales se mezclaron con los emergidos del proceso republicano, por lo cual
las relaciones socio-familiares de poder (incluimos en estas las formas de sociabilidad
asociativa), la tradición familiar burocrática y el
currículum jugaron un papel importante para acceder a un puesto en el
aparato estatal. Para demostrar lo afirmado,
entrelazamos las fuentes primarias con las secundarias; de las primeras empleamos las epistolares de los
generales Francisco de Paula Santander, José María Obando,
Tomás Cipriano de Mosquera y José Hilario López, las dos primeras
impresas, mientras que las segundas reposan en el Archivo Central del Cauca y
el Archivo General de la Nación, respectivamente; además
utilizamos los documentos
existentes en el Fondo Archivo Muerto del Archivo Central del Cauca, los de la
Hemeroteca Luis López de Meza y Sala Manuscrito y Libros Raros de la Biblioteca
Luis Ángel Arango, y los del Fondo Anselmo Pineda de la Biblioteca Nacional;
mientras que de las secundarias, recurrimos a trabajos que se enfocan en
Popayán y en otras regiones de Colombia, al igual que de otras latitudes
de América Latina.
El trabajo que el
lector tiene en sus manos está dividido en cuatro partes: la primera se
centra en observar cómo las relaciones socio-familiares, la
tradición burocrática y el currículum fueron importantes
en la trama burocrática de la época; la segunda, mira las
relaciones del entramado burocrático que tejieron los locales payaneses
con el Ejecutivo Central; la tercera, aborda cómo las destrezas y
saberes en un área fueron importantes al momento de aspirar a un empleo
estatal en la rama educativa; por
último, realizamos unas reflexiones sobre los empleos estatales en la época.
1. Currículum, recomendaciones,
familias y empleos estatales
En 1833 en una carta
que le dirigía el General José María Obando al Presidente
de la República de la Nueva Granada General Francisco de Paula
Santander, le solicitaba que intercediera a favor de Tomás Olano y Olave para que ocupara la vacante de la Contaduría
de Diezmos en Popayán (Martínez y Elías, 1973, pp. 117-118)2. Obando era una de las
figuras del santanderismo en Popayán, por lo que se puede suponer que Olano iba a ser nombrado
en la Contaduría debido a larecomendación
que le hizo Obando al General Santander; sin embargo, el empleo no le fue otorgado, ¿Qué
sucedió? ¿Por qué no fue suficiente la
recomendación de Obando? Antes
de responder los interrogantes, preguntémonos: ¿quién era
Tomás Olano y Olave?
Tomás Olano y Olave era payanés, hermano de Antonio Olano y Olave, participó en política durante el
período estudiado y fue miembro de la Sociedad de Educación
Elemental Primaria de Popayán (SEEPP), la
recomendación que hacía Obando de él tenía origen
en el hecho de que ambos eran socios de la citada asociación y de la
amistad que los unía con el presbítero y abogado Mariano Urrutia.
La respuesta negativa al puesto vagante en la Contaduría provino del
Secretario del Interior y Relaciones Exteriores Lino de Pombo, quien
recomendó a Santander no nombrar en dicho puesto a Olano
(Martínez y Elías, 1973, p. 21)3. Ese fenómeno fortalece la idea de que pertenecer
a una asociación y a una red socio-familiar4 no siempre fueron credenciales suficientes para conseguir los
objetivos personales, además nos otorga pistas
sobre la incidencia de las recomendaciones en el entramado de los puestos
públicos, ya que los citados factores no siempre garantizaron un empleo
estatal, lo que nos lleva a la
necesidad de observar con más detalle las relaciones socio-familiares de
poder y su incidencia en la trama burocrática.
Preguntémonos:
¿las asociaciones sirvieron como motor burocrático?
¿Pertenecer a una asociación implicaba favoritismo
burocrático? Si atendemos al ejemplo del párrafo anterior, la
respuesta es cerrada y será un contundente no; pero miremos otro caso para ir perfilando cómo era el
manejo del entramado de los puestos estatales. En
una carta que Victoriano Nieto le escribió al entonces Presidente
José Hilario López, en 1850, defendía al Teniente Manuel
Antonio Moreno ante la destitución de este del cargo de Guarda Parque de
la Plaza de Popayán (lugar donde se almacenaba la artillería) y
esgrimía como argumento que Moreno era un miembro activo de la Sociedad
Democrática de Popayán (Archivo General de la Nación,
1850). No sabemos con precisión qué pasó con Moreno, pero
este hecho nos otorga algunas pinceladas sobre la incidencia que tenían
las asociaciones en la trama burocrática. Otro ejemplo fue el de
Joaquín Mera recomendado por el abogado Jaime Arroyo al General
Tomás Cipriano de Mosquera para que fuese empleado en la Interventora de
Tabacos de la provincia, amparado, fundamentalmente, para designarle en el
empleo en que participaba en una asociación; dejemos que el documentos
nos lo revele: “Mera ha sido uno de los miembros de la Sociedad
Eleccionaria que ha trabajado con mucha constancia en las presentes elecciones,
por la causa nacional.” (Archivo Central del Cauca, 1938a).
Sigamos observando
qué incidía en el entramado de los empleos estatales al examinar
quiénes ocuparon los cargos de Gobernador de la provincia y Jefe
político del cantón de Popayán durante el período
estudiado. Los Gobernadores eran la representación del Ejecutivo en la
provincia, la máxima autoridad; mientras que los Jefes políticos, figura inspirada en el
modelo francés, eran los mediadores del poder.
Algunos favorecieron las aspiraciones del Ejecutivo Central, mientras que otros
truncaron sus proyectos en el ámbito local (Vélez, 2012). Dado lo
anterior, estos dos cargos eran de vital importancia en la trama
política de la época, debido a que tenían diferentes
funciones: la organización de las elecciones, impartir justicia, hacer
cumplir las leyes, entre otras.
Entre 1832 y 1838,
figuraron como Gobernadores Rafael Diago y Manuel María Mosquera, mientras que los Jefes
políticos fueron Manuel María Mosquera, Nicolás Hurtado,
José María Rebolledo y Manuel Esteban Arboleda (Tablas 1 y 2).
Iniciemos por Diago, recordemos que procedía
de los Diago Angulo, quienes en la década de
1820 realizaron alianzas con el General Simón Bolívar (Prado, L.
y Prado D., 2010), las cuales fueron
rotas a finales de la misma década. Diago tejió
excelentes relaciones con José María Obando e integró la SEEPP que fundó Joaquín Mosquera en 1833,
además fue Gobernador entre 1832 y 1836; por su parte Manuel
María Mosquera hermano de Joaquín y miembro de la citada
asociación ocupó el
cargo de Gobernador entre 1836 y 1838 y Jefe político en 1834. Los dos
nombramientos de estos personajes no eran una sorpresa y obedecían a las
relaciones de poder que los locales habían cultivado con el Presidente
Santander. Además, los dos casos nos muestran el constante
diálogo entre las autoridades locales y el Ejecutivo; Diago reconocido santanderista/obandista, mientras que Manuel María hacía
parte de la red socio-familiar Mosquera y Arboleda5, quienes en el pasado habían practicado la
política según los postulados de Bolívar.
Prado y Prado (2010, pp. 55-69) han identificado una red
socio-familiar Mosquera y Arboleda que
inició en el período colonial y se extendió hasta comienzos de la década de 1830, donde
comenzó a flaquear y a perder fuerza hasta
extinguirse. Así, es preciso preguntarse: ¿entre 1832 y 1853
funcionó la red socio-familiar Mosquera y Arboleda? La red tuvo sus
inicios en la época colonial, en la cual logró consolidar un
fuerte poderío económico que derivó en el siglo XIX en
poder político (Lobato, 1994, p. 135), por lo cual, como mostraremos en
este trabajo, la red socio-familiar Mosquera y Arboleda siguió
funcionando entre 1832 y 1853, pero no de forma unísona6, como también
ocurrió en la década de 1820
cuando Joaquín y Tomás Mosquera se enfrentaron alrededor de las
figuras de Santander y Bolívar,
respectivamente (Uribe, 2008), por lo cual la vida política de
Joaquín en la década de 1830 estuvo ligada a su relación
con el General Santander. Este fenómeno, sumado al exilio en Europa, a
principios de la década de 1830, de algunos integrantes7 de la red que
comenzaron a cruzar correspondencia con el también exiliado General
Santander, estrechó los lazos entre los Mosquera y el citado militar y,
sentó las bases para que Manuel José, Manuel María y
José Rafael Mosquera entablaran relaciones de poder con este, contrario
a lo que había sucedido en la década de 1820 cuando eran leales a
Bolívar, como se evidencia en una epístola que, el entonces
Coronel Tomás Cipriano de Mosquera le dirigió al General
Simón Bolívar donde describió la posición
política bolivariana de estos personajes (Banco del Estado, 1978, p.
216). Así, durante el período estudiado, la red socio-familiar
Mosquera y Arboleda funcionó de forma polimodal y no ego-centrada
(Bertrand, 2007).
Veamos los casos de los
Jefes políticos Hurtado, Rebolledo y Arboleda: Hurtado se casó
con Vicenta Mosquera y Arboleda, hermana de Joaquín, Tomás, Manuel María y Manuel José (figura
1), además había ingresado en 1833 a la SEEPP.
El segundo, Rebolledo, era hermano de
Ramón Rebolledo, su hijo Aparicio se casó con Clementina Pombo,
hija de Zenón, hermano de Lino; este último se casó con Ana, hija de Ramón Rebolledo (figura 3). El
tercero, Arboleda, no terminó sus estudios,
aprendió varios idiomas, ocupó diversos cargos públicos,
se casó con su prima Paula Arboleda Arrollo, hija de
Julián Arboleda Arrachea (figura.2) y
además, fue miembro de la SEEPP.
Tabla 1
GOBERNADORES
DE LA PROVINCIA DE POPAYÁN (1832-1853)
GOBERNADOR AÑO
Rafael
Diago |
1832-1836
y 1851 |
Manuel
María Mosquera |
1836-1838 |
Tomás
Olano Olave |
1841 |
Francisco
Delgado |
1841 |
José
María Gálavis |
1842 |
Francisco
de Paula Torres |
1843 |
Vicente
Javier Arboleda |
1846 |
Vicente
Cárdenas |
1846-1849 |
Pedro
Antonio Medina |
1849 |
Manuel
José Castrillón |
1838-1841
y 1850 |
Mariano
Tejada |
1852 |
Joaquín
Valencia |
1853 |
Por un lado, tenemos
que Hurtado había tejido relaciones de poder a través de alianzas
familiares y la asociación liderada por Joaquín Mosquera. Manuel
Esteban también construyó lazos de parentesco y de
asociación. José María construyó parentela con la
familia Pombo a través de su hermano Ramón, además
tenía una hoja de vida vinculada a la burocracia durante la Gran
Colombia que le otorgaba méritos para ocupar los empleos estatales en la
década de 1830. Así, tal como ha apuntado Garavaglia
(2012), conjuntamente con las relaciones socio-familiares de poder, el
currículum y la tradición familiar en un puesto público
jugaron un papel importante para acceder a un empleo estatal; y tanto los
Gobernadores como los Jefes políticos citados hasta el momento
poseían los elementos descritos para aspirar a cargos estatales, como
las relaciones socio-familiares de poder, la experiencia, la hoja de vida y la
tradición familiar burocrática.
Con la llegada de
José Ignacio de Márquez a la presidencia de la República
de la Nueva Granada en 1837, la Gobernación de la provincia de
Popayán fue asumida por el personaje sui generis de Manuel José
Castrillón. ¿Por qué Castrillón era un personaje
sui generis? ¿Qué relaciones socio-familiares de poder
había tejido? ¿Cuál era su filiación
política? En la década de 1820 Castrillón estuvo asociado
al santanderismo/obandismo
y precisamente con José María Obando tenía parentela, ya
que ambos estaban casados con hijas del mismo padre, se trataba de Margarita y
Dolores Espinosa, esta última esposa de José María. Por su
parte, también poseía una parentela con los Mosquera y Arboleda,
con quienes tenía lazos a través de su madre María
Quintana Arboleda hija de Baltasar Quintana y Elvira Arboleda, quien era hija
de Gonzalo Arboleda Saa y Elvira Montoya. Gonzalo era
hijo deJacinto Arboleda Salazar hermano de Francisco
Antonio Arboleda, quien se casó con Juana Francisca Arrachea,
cuyos hijos fueron María Josefa, Francisco José, María
Manuela. Esta última se casó con José María
Mosquera y Figueroa (padre de Tomás, Joaquín, Manuel José
y Manuel María), Manuel María, Antonio y Francisco, abuelo de
Julio y Sergio Arboleda (Arboleda, 1962, p. 11); además, Prima,
Tabla
2
JEFES
POLÍTICOS DEL CANTÓN DE POPAYÁN (1832-1853)
JEFE
POLÍTICO
AÑO
Nicolás Hurtado 1833
Manuel María Mosquera 1834
José
María Rebolledo
1835
Manuel
Esteban Arboleda 1836-1837
José
Rafael Mosquera
1837
Manuel
Tejada
1840
Juan
Antonio Delgado
1841
Manuel
María Rodríguez 1842
Manuel
María Rodríguez 1845
Juan
Nepomuceno Cobo 1845-1846
Rafael
Irurita
1848
Sergio
Arboleda 1848-1849
Mariano
Mosquera 1850
Andrés
Cerón
1851
Froilan
Largacha
1851
Julián
Trujillo
1852
la hija de Manuel José Castrillón, se casó con
Laureano Mosquera,8 descendiente,al
igual que Joaquín, Tomás, Manuel José y Manuel
María Mosquera de Cristóbal Mosquera y Silva, quien era su
bisabuelo (Arboleda, 1962, p. 279). Además, su hermano Antonio
Castrillón había establecido amistad con el General Mosquera, con
quien se escribía desde México, su país de residencia (Archivo
Central del Cauca, 1837 a). Los lazos entre Castrillón y los Mosquera y
Arboleda estaban basados en la sangre y el apellido (Bertrand, 2007); estos
lazos le sirvieron a ManuelJosé para
establecer relaciones de poder con algunos de los integrantes de la familia
Mosquera como Rafael y Manuel María, quien le escribió a su
hermano Tomás en abril de 1838 para expresarle que había
comenzado contactos con Manuel José Castrillón para que
este “se anticipe con su influjo de Gobernador á
hacer algo para ganar las elecciones” (Archivo Central del Cauca,
1838 b).
¿Por qué llegó Castrillón a
la Gobernación de la provincia de Popayán? Para el historiador
Gustavo Arboleda, Manuel José Castrillón reemplazó en la
Gobernación de Popayán a Manuel María Mosquera como una
estrategia empleada por el recién electo Presidente de la
República de la Nueva Granada, José Ignacio de Márquez,
con el objetivo de reducirle fuerzas en todo el territorio granadino a lossantanderista/obandistas
(Arboleda, 1990, p. 166). Aquí hay que formularse varias preguntas:
¿un personaje sui generis como Castrillón, que había
estado vinculado alsantanderismo
en la década de 1820 y comienzos de 1830, sí representaba
fidelidad para el gobierno de
Márquez? ¿Por qué Márquez lo había elegido
de los candidatos propuestos por la Cámara provincial de Popayán?
¿Cómo estaba conformada la Cámara provincial que
postuló a Castrillón? ¿Qué puestos había
ocupado Castrillón bajo la presidencia de Santander? ¿Cómo
eran las relaciones entre Castrillón y la red socio-familiar Mosquera y
Arboleda?
Dos factores fueron
primordiales para que Márquez nombrara a Castrillón como
Gobernador de la provincia de Popayán: el primero, la fuerte enemistad
que tenía Manuel José con el General Obando (Castrillón,
1971, p. 102), la cual se había agudizado después del
fallecimiento de Dolores Espinosa, esposa del militar y cuñada de
Castrillón, en 1833 (Arboleda, 1962, p. 313), lo que deterioró
los lazos entre ambos; el segundo, tiene que ver con el apoyo que brindó
Castrillón a la aspiración presidencial de Márquez, cuando
era Tesorero provincial, en oposición a su jefe inmediato, el Gobernador
Manuel María Mosquera, quien apoyó a Obando (Castrillón,
1971, p. 98).
Diego Castrillón
Arboleda afirma que Manuel José Castrillón fue nombrado Tesorero de la provincia de Popayán en 1836
por el Gobernador Manuel María Mosquera, luego de un largo
período sin ocupar un empleo estatal, el último había sido
el de Juez municipal primero de Popayán que asumió en febrero de
1834, después de su fracasado paso por los negocios (Castrillón,
1971, pp. 97-99). Sin
Figura 1.
Familia Mosquera
Figura
2. Familia Arboleda. Figura 3.
Familia Pombo.
Figura 4. Familia
Arroyo.
embargo, el 15 de diciembre de 1835 en el periódico
Constitucional de Popayán, aparece Castrillón firmando el
estado de cuenta de las arcas de la provincia como Tesorero, cuando era
Gobernador Rafael Diago9 y como Manuel
María Mosquera, fue designado
Gobernador Interino de la provincia de Popayán a finales de 1836 (Mendoza,
Henao y Arrubia, 1913, pp. 376-377). Es evidente que
el nombramiento de Tesorero de Castrillón lo realizó el santanderista/obandista Rafael Diago, y no Mosquera. Durante la administración de
Santander, Manuel José Castrillón se desempeñó como
Alcalde primero municipal de Popayán, Juez municipal primero de
Popayán y Tesorero provincial de Popayán. El historiador Diego
Castrillón Arboleda afirma que lo anterior se debió a sus
buenas relaciones con Santander (Castrillón, 1971, p. 98), las
cuales había tejido en la década de 1820, como ya hemos indicado.
Sin embargo, es preciso apuntar que Castrillón en la década de
1830 estableció buenas relaciones con algunos integrantes de la familia
Mosquera (incluso con Tomás Cipriano de Mosquera (Castrillón, 1994,
p. 189), tal es el caso de José Rafael Mosquera quien en 1832 le
recomendó al Presidente Santander tener en cuenta a Castrillón
para los empleos estatales de la provincia (Mendoza et al., 1913, pp. 55-56).10. Así, los
empleos estatales de los que gozó Manuel José Castrillón
también se debieron a las relaciones socio-políticas establecidas
con los locales, quienes tuvieron una fuerte influencia en la
dinámica burocrática de la época, especialmente los
Mosquera.
Sigamos respondiendo las interrogantes planteadas. La
Cámara provincial de Popayán que postuló a
Castrillón estaba integrada por Antonio Olano y Olave,
Manuel María Mosquera, José Cornelio Valencia y los
presbíteros Juan Bautista Verdugo y Manuel Maguilón,
los dos últimos diputados por el cantón de Almaguer11. Desafortunadamente
hemos identificado únicamente cinco de los siete miembros de la Cámara, pero algunos
nombres nos otorgan pistas para descubrir por qué postularon a
Castrillón. Antonio y Manuel María pertenecían a la red socio-familiar
Mosquera y Arboleda (como expresa Diego Castrillón Arboleda, algunos de
sus miembros apoyaron la candidatura presidencial de Obando, como fue el caso de Joaquín Mosquera quien le
afirmó a Santander en una epístola que Tomás Cipriano no votaría en el
Congreso por Márquez (Mendoza et al., 1913, p.325)12 y sucedió todo
lo contrario (Castrillón, 1994, p. 188), ya que José Rafael, Manuel
María y Tomás Mosquera habían hablado sobre el tema y la
posición a favor de Márquez que iba a tomar el General (Archivo
Central del Cauca, 1837 d),lo que nos indica que la incidencia de
Joaquín en la red socio-familiar Mosquera y Arboleda comenzaba a perder
fuerza o que se trataba de una estrategia familiar de no colocar todo el
capital político en un solo lado de la balanza del poder); mientras que
José Cornelio Valencia había generado buenas relaciones
políticas en la década de 1820 con Santander y
Castrillón; en atención a los perfiles de los tres miembros
citados de la Cámara; aunque Manuel María Mosquera fue
reemplazado por un suplente.
Los miembros suplentes de la Cámara eran dos:
José Vicente Cobo y Pedro Ramírez, el primero vinculado con los
Mosquera y Arboleda, mientras que del segundo,
no hemos identificado sus relaciones socio-familiares de poder, pero
debió tener buenos contactos con Manuel María Mosquera,
así lo refleja este en una
epístola que le envió a su hermano Tomás (Archivo Central
del Cauca, 1935), en la cual vemos que
existía una afinidad con Castrillón y su postulación, por
lo tanto, no era una sorpresa,
más con las características de un hombre como él, que era
anti-obandista pero no un liberal moderado
(Castrillón, 1994, p. 189), como si lo era el
Presidente Márquez. Por ello, en 1850, el político y escritor
payanés Julio Arboleda lo llamó “judìo
[sic] Malco” (Biblioteca Nacional de Colombia,
1850) para referirse a sus constantes mutaciones políticas.
¿A qué se
debía este fenómeno en Castrillón? Manuel José era
un hombre cuyo sustento económico principal eran los salarios que
devengaba de su labor como empleado del Estado, cuando estuvo fuera de la burocracia
payanesa pasó serias
dificultades económicas (Castrillón, 1971, p. 122), por lo cual
se veía obligado a entrar en
constantes diálogos con los detentores del poder y a redefinir sus relaciones socio-políticas en busca de una
reciprocidad que le permitiera acceder a un puesto estatal.
Durante la presidencia
del General Pedro Alcántara Herrán, también ejercieron la
Gobernación de la provincia de Popayán Tomás Olano y Olave y Francisco Delgado. El primero miembro de la SEEPP, hermano de Antonio Olano y Olave
y cercano a los Mosquera. Mientras que del segundo no tenemos información fidedigna que nos permita un
análisis de por qué fue nombrado Gobernador.
En las presidencias de
los Generales Herrán y Mosquera, en la Tabla 1 de Gobernadores de la
provincia de Popayán aparecen José María Galavís, Francisco de Paula Torres, Vicente Javier
Arboleda y Vicente Cárdenas. Galavís
era un abogado bogotano con experiencia en administración pública
ya que había desempeñado cargos en el Ministerio del Interior y
Relaciones Exteriores, Hacienda y fue Gobernador de Neiva (Arboleda, 1990, p.
179), por lo que su designación por partede
Tomás Cipriano de Mosquera (Castrillón, 1971, p. 121)
obedeció a una política estatal que buscó la
restauración del orden nacional desde el centro, con el objetivo de
fortalecer el Estado después de la llamada Guerra de los Supremos. Para
1843, el Gobernador de Popayán era el militar foráneo Francisco
de Paula Torres, en su informe a la Cámara provincial entregó un parte
de restauración del orden de la provincia (Gutiérrez, 1843), lo
que vislumbraba que el período de los Gobernadores forasteros
llegaba a su fin, dando paso a una política con mayor
participación de los grupos locales.
Veamos el caso de Vicente Javier Arboleda,
perteneció a la SEEPP y se casó con
María Manuela Mosquera y Arboleda, por lo cual este era cuñado de
Tomás, Joaquín, Manuel María y Manuel José, a lo
que se le sumaba su extensa hoja de vida como empleado del Estado; la correspondencia
entre Vicente Javier Arboleda y el General Mosquera fue constante, lo que
evidencia el lazo que existió entre ambos. En cuanto a Cárdenas,
de adolecente estuvo bajo la tutela de José Rafael Arboleda y Arroyo (padre de Julio y Sergio, figura 2) en la
ciudad de Popayán, donde se formó como
abogado y se empleó como Fiscal del Tribunal del Cauca, posteriormente
fue nombrado Gobernador de Pasto entre 1843 y 1844 y asumió la
Gobernación de Popayán de 1846 hasta 1849. Arboleda y
Cárdenas reunían los requisitos necesarios para ocupar la
Gobernación de la provincia, tenían fuertes relaciones
socio-familiares con los locales, tradición familiar burocrática
y un buen currículum.
Para las presidencias
de Márquez, Herrán y Mosquera los Jefes políticos del
cantón de Popayán fueron Manuel Tejada, Juan Antonio Delgado,
Manuel María Rodríguez, Juan Nepomuceno Cobo, Sergio Arboleda y
Rafael Irurita. Tejada era abogado y amigo cercano de
la familia O´Donnell, además, su tronco
familiar estuvo vinculado al Estado en las décadas de 1810 y 1820
(Arboleda, 1962, p. 424). Delgado también era abogado, se
desempeñó como Escribano Público en Cali, Secretario del
Tribunal de Apelaciones del Cauca, Secretario de la Gobernación de
Popayán, Alcalde parroquial y Jefe político de Cali; y era un
cercano colaborador de los santanderista/obandistas. De Rodríguez no hemos encontrado
información que nos permita seguirle bien la pista. Cobo era abogado y
se desempeñó como Juez letrado de Almaguer, Fiscal del Tribunal
de Popayán, Alcalde Distrital y Contador de la Gobernación de
Popayán. Además, fue miembro de la Sociedad Democrática de
Popayán, amigo personal de José María Obando y fundador de
la Escuela Republicana. Sergio Arboleda, hermano de Julio e hijo de José
Rafael Arboleda y Arroyo era abogado y miembro de la Sociedad Patriótica
de los Amigos del Orden y la Sociedad Popular de Republicanos de
Popayán; además tenías fuertes lazos con los Mosquera, Pombo y Arroyo (figuras No, 1,
2, 3 y 4). Irurita también era abogado y reemplazó a Lino de Pombo como
profesor de la Universidad del Cauca; fue Tesorero provincial y Fiscal del
Tribunal Superior del Cauca.
Las descripciones de
los párrafos anteriores nos permiten apreciar que se trataba de un
prototipo de empleado público que ocupó los cargos más
importantes de la provincia, con estudios, principalmente en Derecho,
trayectoria familiar y personal en empleos estatales, miembros de una
asociación y con relaciones socio-familiares de poder. De los citados
Jefes políticos llaman la atención dos personajes, se trata de
Juan Antonio Delgado y Juan Nepomuceno Cobo, el primero fue Jefe
político en 1841, mientras que el segundo entre 1845 y 1846 (figura 2),
ambos tenían filiaciones con el grupo político santanderista/obandista, en su
mayoría eran futuros liberales y lograron ocupar un importante
cargo burocrático en la ciudad de Popayán bajo las presidencias
de Márquez y Mosquera, período durante el cual se suponía
que los Mosquera y Arboleda debían fortalecerse y monopolizar el poder
en la región. ¿Qué sucedió? ¿Por qué
Delgado y Cobo llegaron a ser Jefes políticos del cantón de
Popayán? ¿Qué pasaba con las relaciones socio-familiares
de poder en la ciudad y provincia de Popayán?
No hemos podido establecer con precisión por
qué y cómo llegaron a la Jefatura política del
cantón de Popayán Delgado y Cobo, pero trataremos de buscar una
respuesta para este hecho. Primero preguntémonos: ¿quién y
cómo se nombraban los Jefes políticos? El artículo 48 de
la Ley Orgánica de Tribunales de 1834 estableció: “El jefe político es nombrado anualmente por
el gobernador de la provincia, a
propuesta en terna del consejo municipal; si
no se conformase con ninguno de los propuestos, puede exigir nueva terna (las negrillas son nuestras)” (Archivo
Histórico del Atlántico, 1925) Nótese un aspecto
importante en la cita: el Gobernador era quien nombraba al Jefe político
de una terna propuesta por el Concejo municipal y si esta no le gustaba
podía exigir una nueva. Hay aquí dos variables: en primer lugar,
la importancia del Concejo en la dinámica política de la
provincia y en segundo término, el margen de acción que otorgaba
la ley para la negociación entre Concejeros y Gobernadores.
Ejemplifiquemos la
elección de Jefes políticos. En 1837 ese cargo fue ocupado por José Rafael Mosquera, quien
pertenecía a la red socio-familiar Mosquera y Arboleda y había
sido elegido por su pariente, el Gobernador Manuel María Mosquera: hasta
el momento las relaciones socio-familiares de poder de los dos funcionarios
coincidían. Pero, ¿quiénes eran los integrantes del
Concejo municipal que propuso a José Rafael Mosquera para Jefe
político? Se trataba de Miguel Santiago Valencia, José
María Velasco, Manuel María Muñoz, Sergio Arboleda y
Manuel Otero. ¿Quiénes eran los citados Concejeros?
El abogado Miguel
Santiago Valencia era hijo de José Cornelio Valencia y al igual que su
padre había cultivado buenas relaciones con los santanderistas,
lo que le permitió desarrollar una buena hoja de vida como político y empleado del Estado (Arboleda, 1962, p. 447).
En 1835, junto a personajes como José Rafael Mosquera, Santiago Arroyo,
José Ignacio de Castro y el Gobernador Rafael Diago,
emprendió una cruzada en contra del entonces foráneo Tesorero
provincial Juan Nepomuceno Gómez, para buscar su destitución
(Valencia, 1835) y que en su reemplazo fuera nombrado Manuel José
Castrillón.
José
María Velasco tenía parentela con las familias Mosquera y Pombo,
con la primera a través de su matrimonio con Ascensión Mosquera y
con la segunda, por medio de su hermano Manuel Alonso, quien se casó con
María Ángela Cajiao Pombo, hija de
María Josefa Pombo, hermana de Manuel Pombo, padre del entonces Secretario del Interior y Relaciones
Exteriores, Lino de Pombo (Arboleda, 1962, pp. 80, 357-358 y 461-462). Manuel
María Muñoz era un abogado payanés que estableció
vínculos de amistad con los Mosquera por medio de Manuel María
Mosquera, con quien dirigió, de 1832 a 1835, el periódico
Constitucional del Cauca; además integró el Consejo directivo de
la SEEPP en 1835 (Biblioteca Luis Angel
Arango, 1835) y al momento de constituirse el partido conservador
abrazó las filas de este (Arboleda, 1962, p. 296). El lazo de los
Mosquera con Sergio Arboleda ya lo hemos comentado en páginas
anteriores. La relación socio-familiar de José Rafael Mosquera
con los integrantes del Concejo municipal de Popayán era fuerte, por lo que
no era una sorpresa que figurara en la terna para Jefe político y fuera
nombrado por el Gobernador de Popayán, su primo Manuel
María Mosquera. Que dos integrantes de la familia Mosquera estuvieran en
tan importantes cargos, como lo eran Gobernador y Jefe político, puede
llevarnos a pensar que dicha familia monopolizaba los empleos estatales en
Popayán.
Preguntémonos: ¿Hubo una
monopolización de los puestos estatales en Popayán por parte de
la familia Mosquera? En agosto de 1838, bajo la presidencia de Márquez y
la Gobernación de Manuel José Castrillón, fue nombrado,
por el Presidente Márquez, el santanderista/obandista Pedro Francisco Carvajal en el puesto de Director
de la Casa de Moneda de Popayán. ¿Por qué se nombró
a Carvajal, si el objetivo del Presidente Márquez al colocar a
Castrillón como Gobernador de Popayán era erradicar del
ámbito estatal a los santanderista/obandistas? Suponemos que el nombramiento de Carvajal fue
producto de las negociaciones entre los santanderista/obandistaspayaneses liderados por el General Obando y el
gobierno de Márquez, fenómeno que nos aleja de la visión
de monopolio del poder y el entramado estatal ejercido por los Mosquera y
Arboleda. Esta idea se refuerza con la carta que le dirigió Julio
Arboleda a su tío Tomás, en la cual le expresaba que el
nombramiento de Carvajal era evidencia de la impotencia del Ejecutivo frente a
sus enemigos (Archivo Central del Cauca,1838 c).
Más que impotencia, lo que existió fue una constante
negociación entre el Ejecutivo y las diferentes redes de poder que se
establecieron en Popayán durante el período estudiado, ya que era
necesario para el equilibrio político. Cuando este dialogo se
fragmentó, se generaron fuertes tensiones que muchas veces apelaron al recurso
de las armas. Sobre este último punto, Víctor Uribe-Urán y Luis Ervin Pradonos han otorgado pistas oportunas para comprender los
levantamientos en armas que se presentaron durante la primera mitad del siglo
XIX en la región (Prado, 2007, pp.149-260; Uribe, 2008, pp. 269-303).
Volvamos a Juan Antonio
Delgado, quien reemplazó a Manuel Tejada en la Jefatura política
del cantón. Delgado, perteneciente al grupo político santanderista/obandista fue
nombrado en 1841 por el Gobernador Castrillón. ¿Cómo
estaba integrado el Concejo municipal que incluyó a Delgado en la terna?
Lo conformaban Francisco Emigdio Lemos
(Presidente), Manuel María Muñoz, Mariano Mosquera, Rafael
García Urbano, Francisco Delgado, Manuel Ramos y Pedro de Ospina.
¿Quiénes eran estos personajes? El Presidente Lemos era abogado,
perteneció a la SEEPP, fue Fiscal del Tribunal
del Cauca, rompió relaciones con la citada asociación y se
adhirió a la Sociedad Gran Círculo Repúblico (liderada por
José María Obando y el eclesiástico Fernando Racines), lo cual le permitió estrechar su
relación con el General Obando (Arboleda, 1962, pp. 231-232; Archivo
Central del Cauca, 1938d; 1938e). Muñoz, también abogado, como ya
lo hemos apuntado, perteneció a la SEEPP y
tenía lazos con la red socio-familiar Mosquera y Arboleda. Mariano Mosquera,
como muchos personajes del siglo XIX, había conseguido figurar en la vida
pública de la provincia por medio de las armas, ligado al grupo de
Obando (Arboleda, 1962, p. 287). García, comerciante con una
tradición burocrática, tejió relaciones de poder con los santanderista/obandistas. De los
dos últimos no tenemos información precisa que nos permita hilar
sus relaciones socio-familiares de poder, pero algunas fuentes nos otorgan
pistas sobre su relación con el General Obando. Con excepción de
Muñoz y Delgado, la mayoría de los Concejeros estaban
relacionados con los santanderista/obandistas, por lo que, en el nombramiento de Juan Antonio
Delgado como Jefe político, los Concejeros municipales y las relaciones
socio-familiares de poder que estos habían tejido jugaron un papel
importante.
Para la administración Márquez y la
Gobernación de Castrillón, la pérdida de un puesto tan
importante en la provincia de Popayán como la Jefatura política generó conflictos. ¿Qué
pasó entre los poderes locales? ¿Qué conflicto se
originó alrededor de la
Jefatura política? Durante la Guerra de los Supremos, el Gobernador Castrillón
encarceló al Jefe político Juan Antonio Delgado bajo la
acusación de tener “un reten de jente [sic] armada” a favor de Obando. En su defensa,
Delgado aseveró que lo que había hecho era reunir jóvenes
en su casa para desmentir al Gobernador Castrillón, con respecto al
anuncio que había realizado sobre “el estado de prosperidad de la
Republica [sic]”. El cual, según Delgado, era erróneo ya
“que el estado de la Republica [sic] era el de una completa guerra
civil”. (Biblioteca Luis Ángel Arango, 1841).
La pugna entre Delgado
y Castrillón la ganó el primero y luego de obtener su libertad
convocó a los habitantes del cantón de Popayán a una
Asamblea General, la cual se celebró el día 13 de mayo de 1841 y
contó con la asistencia de “los padres de familia i otros
habitantes de la Ciudad [de Popayán]”. Delgado fue el primero en intervenir y ratificar que la convocatoria no se
hacía a título personal, sino de forma soberana y democrática, por ello expresaba:
Os he convocado para el dia [sic] de hoy por invitacion
[sic] del Ilustre concejo municipal con el patrocinio i laudable objeto de que
meditéis en vuestra prudencia i acordéis con vuestro tino las
medidas que os parezcan mas [sic] adaptables para conseguir la paz pública de
que tenemos una necesidad tan urjente [sic]
(Biblioteca Luis Ángel Arango, 1841b).
Delgado era la voz de
los habitantes del cantón de Popayán, que desaprobaban la
posición del gobierno frente a la guerra “intestina” que
había agotado “las rentas públicas”, reducido la
producción agrícola de las haciendas y provocado un descenso demográfico,
“sumiendo à la Republica [sic] entera en un abismo de males, cuyo
término nadie alcanza à columbrar.” Seguidamente afirmaba
que: “el choque de las armas no
dejará tras si otra cosa que sangre, desolacion [sic] imuerte.”
El objetivo de sus palabras era ofrecer a los payaneses un panorama del costo
de la guerra y cómo el pueblo lo asumía13 frente a un ejecutivo
impávido, por ello incitaba a los participantes de la Asamblea a
pronunciarse democráticamente con el objetivo de culminar la guerra:
Veamos si és
[sic] posible realizar entre nosotros la sublime inspiración de aquellas
sociedades europeas que se han propuesto fijar en las diputaciones parlamentarias
el tribunal de las naciones, i dejar para las bestias feroces la costumbre
brutal de matarse mutuamente por obtener un resultado (Biblioteca Luis
Ángel Arango, 1841b).
La voz de Delgado tuvo eco en la Asamblea y fue
ratificada por otros “individuos”
que intervinieron apuntando que “la medida que se proponia
[sic] [era] el unico
[sic] recurso que quedaba à estos pueblos para atajar el torrente de [la
guerra]”. Deliberada la
propuesta la Asamblea concluyó:
Primera: que se envie
[sic] una comision [sic] cerca del gobierno de Bogotà [sic] con el objeto de que negocie, i
concluya una cesacion [sic] de hostilidades,
à fin de que estas provincias puedan constituirse cuanto antes por si [sic]
mismas, en plena libertad, i del modo que mejor les convenga.
Segunda: que se solicite de S.E. el Supremo Director se sirva
por su parte negociar una suspension [sic] de armas
con el jefe que acaso venga mandando algunas fuerzas de Bogotá
contra estas provincias, para facilitar el paso à la comision [sic] de paz i que ella pueda conseguir su objeto.
Tercera: que la municipalidad de Popayàn
[sic] elija los individuos que deben componer dicha comicion
[sic], i Cuarta: que la misma municipalidad comunique á
las otras municipalidades de estas provincias el presente acuerdo, para
lo que pueda importar en beneficio de la paz pública (Biblioteca
Luis Ángel Arango, 1841b).
No hay palabras para describir la audacia de Delgado para
deslegitimar al Gobernador Castrillón y al ejecutivo, con lo cual
revirtió la connotación de sublevado que le habían
construido y empleó la democracia como mecanismo para impartir
justicia; por ello el acta era la ratificación de su absolución y
la condena al Gobernador Castrillón y al Presidente
Márquez. De este fenómeno emanan dos aspectos importantes: el primero, que no existió
un monopolio del poder y que en Popayán, las relaciones alrededor de
este estaban en constante reacomodación y dependieron de diversos
intereses, lo cual se evidencia en los nombres de los firmantes del
acta, donde figuraron Manuel Esteban Arboleda, Tomás Olano y Olave, Santiago Arroyo, Vicente Javier Arboleda,
José María Arroyo y Manuel José Mosquera, miembros de la
red socio-familiar Mosquera y Arboleda, lo que indica el distanciamiento que
comenzaba a surgir nuevamente entre Castrillón y los Mosquera y
Arboleda; segundo, la importancia del Concejo Municipal en la vida
política local.
Hasta la presidencia de Tomás Cipriano de
Mosquera, los documentos nos han proporcionado pistas sobre el manejo de las
relaciones de poder y el entramado burocrático en Popayán y
cómo este último no estuvo bajo la exclusividad de los
gobernantes de turno. ¿Qué pasó con la Gobernación
de la provincia y la Jefatura política de Popayán en la
presidencia del liberal José Hilario López?
Los Gobernadores
durante la administración de López fueron Vicente
Cárdenas, Pedro Antonio Medina, Manuel José Castrillón,
Rafael Diago y Mariano Tejada (Tabla 1).
Cárdenas fue reemplazado por Medina, el primero era la mano derecha de
Julio Arboleda; por su parte, Medina era abogado de pobres y aliado de Obando
con el que participó en la Guerra de los Supremos. Comenzó su
carrera burocrática como Operario de Fundición de la Casa de
Moneda de Popayán y escaló posiciones hasta lograr el cargo de
Segundo Ensayador en la citada institución, fue profesor de secundaria y
de la Universidad del Cauca, y llegó a ocupar el puesto de Gobernador de
la provincia (Arboleda, 1962, p. 262).
Cárdenas no es
ratificado en la Gobernación de Popayán debido a que no pertenecía al grupo liberal, así lo
dejó claro el abogado y médico payanés Rafael
Albán, en una epístola que le dirigió al Presidente
López, donde expresaba su desacuerdo
con la posible ratificación de Cárdenas como Gobernador de la
provincia: “Yo, pues, mi querido
Jeneral [sic], le digo que si tal cosa llegara a
suceder seria [sic] inútil nuestro trabajo, prepararia
[sic] V.S. grandes disgustos; y molestias de todo jenero
[sic] al partido que le ha sostenido en la lucha.” Y agregaba: “El
partido vencido ha dicho públicamente en este lugar, que nada importaba
que V.S. fuese el Presidente de la Republica [sic], si quedaba el mismo
Gobernador que hoy existe” (Archivo Central del Cauca, 1849). El hecho
descrito refuerza la idea de que el entramado burocrático local era el
resultado de un constante diálogo entre el Ejecutivo Central y los
locales, basado en las relaciones socio-familiares de poder que se
tejían continuamente.
Diago era santanderista/obandista y posteriormente militó en el partido
liberal. Castrillón, antiguo santanderista,
comenzó a estrechar sus relaciones con el grupo de los futuros liberales
en 1841, cuando apoyó la candidatura presidencial de Eusebio Borrero y no la de Pedro Alcántara
Herrán, yerno de Tomás Cipriano de Mosquera y con quien
había roto relaciones definitivamente en 1841 debido a que lo
destituyó de su puesto como Gobernador de Popayán. Según
Diego CastrillónArboleda, la
destitución se debió a la antipatía que profesaba el
General Mosquera por Manuel José Castrillón (1971, p. 121), pero
también los locales no estaban conformes con la labor que este
desempeñaba al frente de la Gobernación, por ello, en 1840 la
Cámara provincial envió al Presidente Márquez una terna de
seis candidatos para reemplazarlo (Arboleda, 1962, p. 296). Tejada era un
abogado e impresor payanés que se vinculó al liberalismo y
logró ocupar importantes puestos estatales como el de Personero Contador
de la provincia, Fiscal del Tribunal, Gobernador provincial y
Catedrático de la Universidad del Cauca (Arboleda, 1962, p. 424).
Así, la llegada a la Gobernación de estos tres personajes no era
una sorpresa.
Los Jefes políticos del cantón de
Popayán durante el gobierno de López fueron: Mariano Mosquera,
Andrés Cerón, Froilán Largacha y
Julián Trujillo. Del primero, ya hemos referido, en párrafos
anteriores, su relación con el grupo político santanderista/obandista; Cerón era un abogado payanés que
durante sus estudios de jurisprudencia se adhirió al grupo santanderista/obandista y
posteriormente al partido liberal, inició su carrera burocrática
como Juez letrado, se desempeñó como Fiscal del Tribunal, Jefe
político del cantón y llegó a ser Gobernador Interino dela
provincia en 1851. Largacha, también
payanés y abogado, inició su vida públicacomo
Profesor de la Universidad del Cuaca, después fue Juez letrado hasta
llegar aser Jefe político; y Trujillo
recibió el título de abogado en 1849 y se adherió
al partido liberal, aunque tenía fuertes relaciones con el General
Mosquera, con quien trabajó posteriormente cuando el militar mutó
al liberalismo (Arboleda, 1962, pp. 430-431).
La trama
burocrática generó constantes tensiones en la provincia, que
muchas veces cruzaron sus fronteras, lo que dio como resultado enfrentamientos
entre los poderes locales y el Ejecutivo. En las páginas que siguen
analizamos cómo se desarrollaron las diferentes confrontaciones entre
políticos payaneses y el Ejecutivo, alrededor de los cargos
públicos.
3. Locales contra centrales: las
dinámicas burocráticas de Popayán
Como ya hemos apuntado,
durante el período estudiado el entramado burocrático estaba relacionado
con factores como las relaciones socio-familiares, el currículum y la
tradición burocrática familiar. Una caricatura de 1834 titulada
El Lechero o Trabuco (figura 1),
realizada por Manuel Marcelino Núñez alias “El Sambo” (Conde, 2009, p.302)
e impresa por Carlos Casar de Molina (Helguera, 1988-1989), tenía como
objetivo criticar la “empleomanía” y la corrupción
del gobierno de Santander y nos proporciona pistas sobre cómo se
realizó el reparto del erario público durante su
administración.
En la caricatura,
Santander le expresa a su Secretario de Hacienda Francisco Soto: “Tenga
[usted] cuidado tocayo Soto, sujétela bien [para] ordeñarla sin
riesgo alguno…” a lo que Soto le contestaba “Ella [la
“res-pública”] es muy mansa…. Saquele
[sic] hasta la sangre…”, a la derecha de la imagen los
políticos de la provincia de Antioquía le reclamaban al General
Santander: “Exmo dejeun
poco [para] nosotros” (Antei, 1995, p. 98). De
la caricatura brotan diversas interpretaciones; sin embargo, nos interesa
apuntar dos aspectos: el primero, en el cual ya hemos ahondado, versa sobre
cómo las relaciones sociopolíticas jugaron un papel importante en
la dinámica burocrática durante el gobierno de Santander y la
segunda, cómo el Estado era concebido como el eje político y económico
del siglo XIX granadino.
La provincia y ciudad de Popayán no fueron ajenas
al fenómeno de vivir por y para el Estado. El entramado
burocrático payanés, durante la administración de Santander,
fue producto, muchas veces, de las negociaciones entre los poderes
políticos locales y el Ejecutivo, y en otras no, situación
que generaba conflictos entre ambos.
En
1832, José Rafael Mosquera conversaba con el Presidente Santander
alrededor de la serie de nombramientos que este había realizado en la
provincia de Popayán, en su carta le expresaba:
En cuanto a lo que usted me dice (se refería a
Santander) que se ha visto a hacer unos nombramientos de empleados de hacienda
y entiendo que habla usted de los de esta provincia, primero, por justicia,
segundo por dar moral a esta clase, y tercero, porque no deben premiarse los
enemigos de la Nueva Granada. (Mendoza et al., 1913, p. 54).
La lealtad y fidelidad
se utilizaban como argumentos para formar la planta burocrática,
aspecto necesario en la consolidación de un proyecto estatal. Sin embargo,
generaba polémicas, ya que la definición de lealtad del Ejecutivo
discurría con la de los payaneses. José Rafael Mosquera lo
recreaba a través de sus palabras:
Pero en cuanto a la
segunda razón si pienso, y aquí generalmente se piensa, que a
usted le han engañado en los informes que le han hecho acerca de las personas
que le han propuesto: con esos hombres no se da moral a la
administración de hacienda (Mendoza et al., 1913, p. 54).
José Rafael le
reclamaba al Presidente Santander por no haberle consultado la
distribución burocrática. Para Mosquera, el Presidente
había dialogado con personajes locales erróneos que lo
habían asesorado mal intencionadamente; sin embargo, el documento citado
nos ofrece pistas de un aspecto clave: no existía una
monopolización del poder en Popayán por parte de la red
socio-familiar Mosquera y Arboleda, lo cual evidencia que la trama
política era más compleja. Este aspecto se refuerza con el lenguaje descalificativo que
usaba Mosquera para referirse a los
empleados nombrados por el Ejecutivo. Lo anterior indica que si existía
una preocupación por este hecho, se debía claramente a que
había varias familias alrededor de la trama del poder y este no era
potestad exclusiva de la red socio-familiar Mosquera y Arboleda. Vayamos al
documento redactado por el abogado payanés:
Varios de ellos son ineptos en toda la
extensión de la palabra; jugadores de profesión, en lo que han
perdido intereses del Estado, que aún deben de lasrentas
que han administrado; y tan desacreditados en el público, que nadie les fiaría
el manejo de sus más cortos intereses (Mendoza et al., 1913, pp. 54-55).
Las tensiones que se generaban en Popayán por los
cargos burocráticos se canalizaban a través de cartas, hojas
sueltas, pasquines o columnas en los periódicos. Verbigracia de esto es
la defensa que realizó José Rafael Mosquera a favor de
José María Satisaval, Tesorero de la
provincia de Popayán, al cual, en una hoja suelta, lo acusaban de los
destinos errados con que estaba llevando la Tesorería. Mosquera apuntaba
que Satisaval era un hombre con experiencia y que el
hecho de que perteneciera al “godismo”, -antiguos bolivarianos- no
representaba necesariamente un obstáculo para que llevase la
Tesorería de Popayán, ya que era uno de los pocos ciudadanos
idóneos para atender el tema de la hacienda en la citada provincia. La
carta terminaba con una recomendación de los individuos que él
consideraba más idóneos para la asumir la Dirección de la
Casa de la Moneda. En la lista
figuraban Lino de Pombo, Manuel José Castrillón y José
María Cuero (Mendoza et al., 1913,
pp. 55-56). La recomendación de Pombo era incuestionable, ya que este
había tejido fuertes lazos con los Mosquera y Arboleda. Como hemos
apuntado anteriormente, Castrillón, por su parte, había estado
con el santanderismo en las décadas de 1820 y
1830, además comenzó a tejer buenas relaciones con José
Rafael y Manuel María Mosquera. Cuero, al igual que José Rafael
Mosquera, era abogado y había forjado una sólida amistad con
este. Generalmente, las recomendaciones eran tenidas en cuenta por el Ejecutivo,
lo que, al igual que en la época colonial (Colmenares, 1997, pp.
244-245), equilibraba los poderes (González, 1999, p. 236); por tanto,
como ya hemos apuntado, cuando el dialogo entre centro y localidad
sufría alguna ruptura se originaban tensiones políticas entre los
diferentes grupos y redes socio-familiares de poder.
Durante la administración de Santander, el puesto
de la Tesorería provincial de Popayán fue uno de los que
generó más conflicto. José Rafael Mosquera le había
expresado a Santander su punto de vista con respecto al nombramiento
erróneo que había realizado en este cargo en 1832 y que dicha
falencia se debía solucionar. Las palabras de Mosquera revelaban las
tensiones que generó el empleo de Tesorero entre los locales, e incluso
con el Ejecutivo.
Un pasquín que circuló en Popayán en
1835 con el título “Carta Curiosa”firmado
por J.M.P. -al parecer se trataba de Juan Nepomuceno
Gómez, Tesorero saliente de la provincia de Popayán-
levantó una serie de inconformidades entre los dirigentes locales. En el
documento se expresaba que Gómez había cambiado la
Tesorería de la provincia de Popayán, ya que antes:
Era un lugar inmundo en lo material i en lo formal. Allì [sic] era el punto de reunion
[sic] en donde se juntaban diariamente todos los vagabundos de la ciudad,
à formar la tertulia con los empleados de la oficina, á fumar tabaco, i componer el mundo echados
para atrás cada cual en su silla. A la una del dia
[sic] regularmente se dispersaban i se cerraba la oficina (Biblioteca
Nacional de Colombia, 1835).
Seguidamente, se anotaba cómo era el
funcionamiento de la Tesorería en materia de entidad pública al
servicio de los ciudadanos: “Omito decirte el ajiotaje
[sic] que habia [sic], las preferencias indebidas con
ciertos i contra ciertos acreedores, el olvido absoluto de las leyes i de las
disposiciones del gobierno”. Pero, según el contemporáneo,
con la llegada de Gómez a la citada dependencia cambiaron las reglas del
juego y el funcionamiento de la Tesorería provincial: el horario de oficina lo estableció de 9 a.m. a
4 p.m. e incluso a 6 p.m. cuando era necesario,
no había sillas para los visitantes con el objeto de evitar las
tertulias, hizo cumplir las leyes de hacienda, suprimió los privilegios
salariales de los empleados de la Casa de la Moneda, comenzó a perseguir
el contrabando de aguardiente y le abrió un proceso a Antonio Valencia,
Tesorero de la Casa de la Moneda (Biblioteca Nacional de Colombia, 1835).
Las acciones de
Gómez provocaron que este conquistara enemigos, y entre los más
álgidos, los Valencia. Se destacaba Miguel
Santiago Valencia, apodado “Quijote”,
quien, en palabras del autor de la fuente, increpó a Gómez en la
oficina de la Tesorería y le
expresó: “Sepa que si no fuera porque lo veo aqui
[sic], le daria [sic] à U. de patadas.” Según el documento,
el Gobernador de la provincia de
Popayán, Rafael Diago, se enteró de
dicha situación y le manifestó a Miguel Valencia:
“tú no has hecho lo bastante; debiste decirle más.”
Además, le contestó a
Gómez, quien interpuso una reclamación ante el Gobernador:
“que à él no le competia
[sic] tomar medida ninguna en el negocio” (Biblioteca Nacional de Colombia,
1835). ¿Por qué el Gobernador Diago,
adepto del santanderismo/ obandismo, actuó a favor de Valencia?
Durante la época republicana en Buenos Aires se comenzó a limitar
el acceso burocrático a toda persona que no naciera en la provincia (Garavaglia, 2012, p. 15); nuestra respuesta es que los
locales de Popayán intentaron homologar dichas acciones, lo que explica
el accionar del Gobernador Diago contra el Tesorero
foráneo Juan N. Gómez.
El conflicto entre Gómez y los locales payaneses
pasó a mayores, los ataques verbales
por la calle eran continuos, incluso con testigos representativos del poder,
como lo eran los Jueces letrados. Así sucedió con el ataque
verbal de “un mulato militar llamado… Morales”, elemento que
llama la atención, ya que refuerza la idea de que en la trama
política participaban diversos sectores sociales. No obstante, el punto álgido de la contienda lo
protagonizaron los Valencia y específicamente el apodado “Quijote”, quien por medio de
una hoja suelta titulada Nihiltimeo atacaba
audazmente a Gómez, dejemos que nuestro contemporáneo nos
describa un poco el contenido del papel:
Nos dice que Gomez
[sic] es chiquito de cuerpo, de color de enfermo; i otras cosas por este
órden [sic] tan terribles que no le deja hueso
sano. Da à entender tambien [sic] que
es hijo del tirano que hoi [sic] nos oprime
[Santander], i deuna mujer pública (Biblioteca
Nacional de Colombia, 1835).
Al colocar en tela de juicio la corporalidad, virtud,
honor y moral de Gómez, la pluma de Valencia tenía como objeto
provocar la renuncia de este y que su puesto fuese asumido por un local; pero
también, Valencia quería recordarle al Presidente Santander que
existía una cultura de negociación con los locales sobre el
reparto burocrático de la provincia. Las presiones de “los
Valencia” tuvieron eco en otros personajes de la política local
como José Antonio Arroyo, Santiago Arroyo y los Mosquera, quienes le
quitaron el apoyo a Gómez (Biblioteca Nacional de Colombia, 1835b) lo
que provocó su destitución y lograron reemplazarlo con un
personaje local: Manuel José Castrillón.
Antes de Gómez,
había sido destituido del cargo de Tesorero de la provincia de
Popayán José María Satisaval. El
despido de Satisaval se debió también a
intereses sociopolíticos, y no exclusivamente a los manejos
erróneos que este había hecho en la Tesorería,
según afirmaciones del Visitador/Auditor José María
Franco, quien realizó una auditoría a la Tesorería
provincial de Popayán enviado por la Oficina de Hacienda de la
República de la Nueva Granda.
Franco aseguraba que Satisaval
había cometido varias irregularidades al frente de la Tesorería,
una de ellas relacionada con la utilización equivocada de los fondos estatales (Chapman, 2010, pp. 50-51). Este
fenómeno suscitó un fuerte conflicto entre Franco y Satisaval, en
el que intervino el General Obando, quien en una epístola enviada al
presidente Santander respaldó a Satisaval.
Dejemos que el documento nos cuente:
En estos días ha habido sus
choquecillos entre el visitador y el tesorero. El primero se ha excedido en la
función de su comisión, en que no ha procedido con la urbanidad
con que se trata a los hombres; y el segundo muy inexperto o
condescendiente dejando hagan o que se le interrumpan funciones que creo no
correspondan a su visitado. Allá irán los documentos de lo
procedido, y el gobierno sabrá calificarlos. Me meto a hacer esta
indicación por las críticas que he oído
personalmente aun a los enemigos personales de Satizábal.
Hay sus papelitos más bien por las producciones ofensivas de Franco
contra los empelados, que por el objeto de su
comisión (Mendoza et al., 1913, p. 136).
Además de Obando, el Gobernador Diago defendió a Satisaval
y consiguió que el Ejecutivo no lo removiera de su cargo y anulara las
decisiones de Franco. No obstante, el citado Tesorero fue destituido de su
empleo a raíz de las presiones locales ejercidas por Vicente Quijano y
la familia Olano y Olave (Chapman, 2010, p. 51). El conflicto entre Franco y Satisaval revela cómo las filiaciones
políticas no eran tan rígidas y estaban en constante
reacomodo y negociación, ya que Satisaval fue
defendido tanto por integrantes del santanderismo/obandismo, como por miembros de la red
socio-familiar Mosquera y Arboleda, lo cual se refleja en una carta que Satisaval le envió al General Mosquera en la que le
agradecía el apoyo brindado (Archivo Central del Cauca, 1834). Los casos
de Gómez y Satisaval refuerzan la
hipótesis de que la relación del Ejecutivo con los locales estuvo
sujeta a una serie de redes y relaciones de poder, en la que jugaron un papel
preponderante los miembros de los diversos grupos socio-familiares, como
intermediarios sociales y políticos.
Las pugnas por el reparto burocrático no fueron un
fenómeno exclusivo de la administración de Santander y de la
provincia de Popayán. Durante el gobierno de Herrán, un papel
anónimo titulado Don Manuel Bosch, elaborado por Leandro Canabal, expresaba
la inconstitucionalidad del nombramiento de Joaquín Bosch, por parte del
Ejecutivo, como Administrador de la Aduana de Buenaventura (Biblioteca Nacional
de Colombia, 1843).
A través de su
abogado Antonio Olano y Olave, Bosch interpuso una
denuncia por injurias y calumnias ante el Tribunal de Popayán contra
Canabal. Canabal fue absuelto por la justicia granadina debido a que
presentó los documentos probatorios de la inconstitucionalidad del
nombramiento de Bosch. Terminado el proceso judicial, Leandro Canabal
colocó a disposición del público los documentos
probatorios, con el objetivo, según sus propias palabras, de que
“queden ilesos mi honor i reputacion [sic], que
con demasiada ligeresa [sic] quisieron comprometer
mis acusadores” (Bibilioteca Nacional de
Colombia, 1843).
Para remover a Bosch de
su puesto, Canabal argumentó lo siguiente: primero, Bosch no era
granadino de nacimiento o por naturalización; segundo, fue fiel a Fernando
VII y participó en la guerra contra el movimiento independentista;
tercero, el Gobernador de Buenaventura, miembro del Colegio electoral de Cali en 1835-1836, le negó los sufragios para
Representante porque Bosch carecía de los derechos de ciudadano; cuarto,
no había ocupado ningún puesto público y quinto, en
Buenaventura, Bosch era sindicado como seguidor de Obando (Bibilioteca
Nacional de Colombia, 1843). Esto último, hacía de Bosch un
personaje con una lealtad dudosa al gobierno de Herrán.
Siguiendo las pautas que nos ha proporcionado Juan Carlos
Garavaglia sobre
el Estado y su entramado burocrático, observamos en el caso de Bosch la
ratificación de
características como: primero, la tradición familiar
burocrática empleada en la época colonial, sumada “al
estatus social y a la reputación moral de las personas” (Lempérière, 1998, p. 59), aspectos que se
continuaron usando en el período republicano como elementos primordiales
para las aspiraciones burocráticas,
como ya lo hemos mostrado en párrafos anteriores; segundo, la fidelidad comprobada al gobierno, en la medida que este
trató de conformar una burocracia leal a su causa; y tercero, el lugar
de nacimiento, como componente básico para ocupar puestos estatales.
Llama la atención una nueva peculiaridad y es el ejercicio de la
ciudadanía a través de la democracia, que se presenta como
sinónimo de cualidad burocrática.
Además de los
factores señalados, Canabal hacía énfasis en las
influencias socio-familiares para haber nombrado a Bosch:
No
tomaré en consideración de si ha obrado ó
nó [sic] en el ánimo del Jeneral [sic] Herrán, el parentesco de Bosch con la
persona del Sor. [José] Rafael Mosquera, con cuya sobrina esta [sic]
casado Herrán, actual Presidente de la República, porque no es
posible que este majistrado [sic] tenga tal frajilidad [sic] para dejarse arrastrar en los negocios publicos [sic], por las simpatias
[sic] de familia (Bibilioteca Nacional de Colombia,
1843).
Las palabras de
Canabal, aunque forman parte de un conflicto de intereses, sirven para observar cómo en el reparto
burocrático las relaciones socio-familiares jugaban un papel
preponderante; hecho que Canabal desaprobaba, por lo que hacía un
llamado para que los ciudadanos velaran por el bien del Estado, de la nación
y la Constitución (Bibilioteca Nacional de
Colombia, 1843). Su objetivo era apelar al
significado de republicanismo, mediante el cuestionamiento de lo que él
llamaba “los vicios
políticos”, que se habían engendrado en la época
colonial y que permanecían en una supuesta sociedad moderna.
Así, durante el
período estudiado, parte del entramado burocrático payanés
estuvo ligado a las relaciones socio-familiares de los poderes locales y su
diálogo con el gobierno central, pese a los intentos del Ejecutivo, que
mediante la Constitución de 1843 obtuvo facultades como Estado central
para intervenir en las administraciones regionales: “nombrar o despedir a
altos funcionarios públicos, incluso gobernadores provinciales, como sus
representantes directos (König, 1994, p.
461-462)”.
Hasta el momento las
fuentes nos han mostrado que las redes socio-familiares de poder, el
currículum y la tradición burocrática eran primordiales
para ocupar un cargo del Estado, lo que nos aleja de una burocracia racional
estatal. Sin embargo, hubo cambios en el manejo de la dinámica de
funcionarios públicos, especialmente aquellos que se desempeñaban
en puestos relacionados con la educación, los cuales muchas veces fueron
nombrados a través de un proceso de selección, que implicó
la valoración de una serie requisitos y destrezas en el aspirante,
fenómeno que analizaremos a continuación.
2. La trama burocrática en el
campo educativo
En mayo de 1847 el
Alcalde de Cajibío le comunicó al Jefe
político del cantón de Popayán Juan Nepomuceno Cobo:
Que los padres de familia de Cajivio [sic] estan [sic] sacando
á sus hijos de la escuela á
causa de que se halla mal servicio, por que [sic] el
actual preceptor no es al propósito para enseñar por el
método de enseñanza mutua; á que
se agrega que se halla enfermo de un pié
(Archivo Central del Cauca, 1846a).
El Alcalde y el Cabildo
de Cajibío presionaron para que el Preceptor
de la escuela de dicha localidad fuese destituido, por lo cual quedó
vacante el cargo. Debido a este hecho, José Rafael Murgueítio
solicitó dicho puesto al Gobernador de la Provincia Vicente Javier
Arboleda (Archivo Central del Cauca, 1846a). ¿Fue nombrado Murgueítio como Preceptor de escuela?
¿Qué requisitos le fueron exigidos? ¿Demostró
destrezas y conocimientos en el área de trabajo a la que aspiraba?
El primer paso de Murgueítio fue solicitarle al Alcalde parroquial de Timbío Valentín Solano un certificado
sobre su conducta pública, moral y religiosa, el cual debía
estar acompañado por las declaraciones del Juez parroquial
Agustín Sarria y el cura de la localidad Rafael Negret
(Archivo Central del Cauca, 1846b). El certificado versaba:
El infrascrito alcalde parroquial asociado del juez
Agustín Sarria i del señor cura presbítero Rafael Negret, aconsecuencia [sic] de la
peticion [sic] que antecede, certifican: que
el ciudadano José Rafael Murgueitio, ha sido
uno de los
vecinos
mas honrados que ha tenido esta parroquia: que se le
ha visto cumplircon las obligaciones de su estado;
que ha obedecido siempre a las autoridades con respeto i humildad que cuando fué [sic] trastornado el orden politico
[sic] por la rebelion [sic] se desidió
[sic] desde un principio por la causa legitima [sic] i la sostubo
[sic] con las armas en la mano hasta que fué
[sic] tomado el cuartel jeneral [sic] de la plaza de
Popayán por los reveldes [sic]: que despues de este último acontecimiento
permaneció oculto, hasta el restablecimiento del gobierno en esta
provincia; en cuyo tiempo volvió a tomar las armas á
favor de él. Tampoco se le ha
notado en su conducta privada vicio alguno que ofenda ni á
la buena moralidad, ni á la sociedad. Su
conducta religiosa en ningun [sic] tiempo ha sido
tachada, ni en sus conversaciones, ni en sus costumbres, ni en los actos
públicos de religión a que está obligado un buen cátolico [sic]. Últimamente los que suscriben
están persuadidos de que del sujeto de quien se habla, no tienen tacha
que esponer [sic] con justicia contra su conducta
pública, moral i religiosa (Archivo Central
del Cauca, 1846b).
El documento anterior
nos proporciona dos pistas: la primera, que la imagen pública cobraba
importancia cuando se aspiraba a un puesto público; la segunda, tal como
lo ha demostrado Garavaglia, se pretendía
vincular al Estado hombres fieles a él (Garavaglia,
2012, pp. 8-15) y el Alcalde, el Juez y el párroco advertían la
fidelidad de Murgueítio. Con currículum
y certificado en mano, Murgueítio se
dirigió al Gobernador de la provincia de Popayán de la
siguiente manera:
“Señor Gobernador. José Rafael Murgueitio vecino de esta ciudad con el mayor respeto
represento ante V.S. que el majisterio [sic] de la
escuela de Cajibio se halla vacante; por lo que hago á él formal oposicion
[sic], i A V.S. suplico que se digne
admitírmela; i mandar que se fijen los edictos convocatorios previstos por la lei
[sic]; sirviéndose oportunamente fijar el dia
[sic] en que deba ser examinado (Archivo Central del Cauca, 1846 c).
El documento nos sugiere varios aspectos. En primer lugar
fortalece la idea de que los nombramientos en los puestos estatales no estaban
mediados exclusivamente por el cariz político, sino que en ellos
intervenían otros factores; lo que nos lleva al segundo aspecto relativo
a la palabra oposición, que evidencia la existencia de una especie de
concurso para aspirar a una vacante educativa del Estado, lo cual se
refuerza al observar las oposiciones publicadas en el periódico oficial
dela provincia Registro Municipal (Biblioteca Luis Ángel Arango,
1850). La oposición a la vacante le fue admitida a Murgueítio
por el Gobernador el 25 de abril de 1846; sin embargo, este no se
presentó al examen. Lo anterior nos muestra una característica
esencial del entramado burocrático educativo que se quería
construir, y era la exigencia de una validación de saberes para ser
nombrado como Maestro.
Otro ejemplo de cómo se habían presentado
cambios en la dinámica burocrática educativa del Estado es la
oposición que presentó Juan Conde Sandoval, para obtener el
magisterio de la escuela primaria del distrito de Silvia. Lo interesante del
expediente de oposición del citado ciudadano son dos puntos que nos
permiten comprender la trama
burocrática de la época. En la certificación que expide
Manuel Antonio Bueno, Rector del
Colegio Seminario de Popayán, resaltaba las actitudes profesionales de Sandoval
y su experiencia como maestro (Archivo Central del Cauca, 1845), lo que nos
indica que los empleos eran otorgados teniendo en cuenta otros patrones.
Además de su
currículum, Sandoval entregó un certificado de su conducta
pública, expedido por el Jefe político de Popayán
Manuel María Rodríguez y del Juez letrado del mismo cantón,
Miguel Antonio Valencia. Sandoval fue convocado a examen y evaluado por Manuel
María Luna y Domingo Rojas; condición que revela otra característica
en la dinámica burocrática: el papel preponderante que jugaron la
formación, los saberes y las destrezas en el nombramiento de puestos
públicos vinculados a la educación.
El reparto de los
empleos estatales dependió de muchos factores ligados a patrones
coloniales, ello no quiere decir que el republicanismo no introdujera cambios
en el tejido burocrático, como lo hemos mostrado en el presente
artículo. Así, la designación de un empleo estatal dependió
de las relaciones socio-familiares y de poder de los individuos, al igual que
de la tradición familiar burocrática de estos, la vida
pública (antecedentes religiosos, judiciales y administrativos), su
currículum y saberes en el campo o área de trabajo; este
último fenómeno se presenta como una novedad republicana y
adquirió fuerza durante el período. Los casos que hemos citado de
las vacantes de Preceptores de escuelas de primaria y los requisitos que
debían cumplir los aspirantes, como pasar una prueba o examen de
conocimiento, muestran los cambios que lentamente comenzaron a introducirse en
el sistema republicano en la cultura burocrática.
La distribución
de los puestos estatales en Popayán durante el período estudiado
fue objeto de constantes enfrentamientos entre las redes socio-familiares y
grupos políticos locales, y otras veces entre los citados y el Ejecutivo
en Bogotá. Un ejemplo claro de cómo las relaciones de poder y las
elecciones eran importantes e incidían en la dinámica de los
empleos estatales, queda representado en el caso de los Jefes políticos,
los cuales eran nombrados por el Gobernador de la provincia, a partir de una
terna que enviaba el Concejo municipal, por lo que, en cierta medida, la
designación del Jefe político dependió de los miembros del
Concejo. Como muestra de lo anterior encontramos casos en los que el Gobernador
y Jefe político no pertenecían a un mismo grupo político,
este fenómeno nos aleja de la idea de que existió un monopolio
del poder detentado por unas pocas familias y nos acerca más a comprender
el entramado político decimonónico payanés, desde las
relaciones de poder y la constante negociación.
Precisamente, estas
relaciones de poder fueron activadas por los locales de la época para
negociar el reparto burocrático payanés con el Ejecutivo en Bogotá.
Como lo hemos mostrado, cuando los locales sentían que el Ejecutivo
había sobrepasado sus intereses y nombrado en los empleos estatales a
personal ajeno a la Provincia y a las asociaciones, redes socio-familiares y
grupos políticos, activaban sus
relaciones de poder, con el objetivo de obstaculizar la labor
burocrática del empleado enviado por el Ejecutivo y provocar su
destitución. Este fenómeno obligó muchas veces al
Presidente a retomar los diálogos con los locales payaneses, para
realizar una redistribución burocrática y en consecuencia el
empleado foráneo era destituido y reemplazado por un local. De esta
manera, la trama burocrática no respondió exclusivamente a
las filiaciones políticas de los actores de la época y no
puede explicarse desde la visión partidista de liberales/conservadores,
sino que implicó otros matices que hemos abordado en este escrito.
1 Investigadores
como Alonso Valencia Llano, Margarita Pacheco, James Sanders, Zamira Díaz, Francisco Zuluaga, entre otros han
realizados sugerentes trabajos alrededor de la historia social y
política de la región. (Díaz, 2001; Pacheco, 1992;
Sanders, 2004; Valencia, 2008 y Zuluaga, 2001).
2 Popayán,
agosto 27 de 1833. “Carta de José María Obando al
Excelentísimo Presidente General Francisco de Paula Santander”
(Martínez, L. y Elías, S.(Eds.), 1973,
pp. 117-118)
3 Popayán,
septiembre 24 de 1833. “Carta de José María Obando al
Excelentísimo Presidente General Francisco de Paula Santander”
(Martínez, L. y Elías, S.(Eds.), 1973,
p. 21).
4 Las redes
sociales se presentan y presentaron como una “compleja serie de relaciones
en el marco de determinadas configuraciones sociales”. (Garavaglia, 1999, pp. 189-199). Sobre la discusión
conceptual e historiográfica de las redes sociales se pueden consultar
textos de Michel Bertrand (1999, p. 120); David Martínez
López (2005, pp. 457-480) y Zulema Trejo Contreras (2012).
5 Le hemos adjudicado el nombre de red socio-familiar
Mosquera y Arboleda, no porque fuesen las familias o los integrantes de
éstas, los de mayor relevancia, sino para tener un punto de referencia.
6 En otras latitudes
el funcionamiento de las redes no era unísono, como en Argentina,
México y Guatemala (Garavaglia, 1999, pp.
189-199), (Bragoni, 1999, pp. 169-194), (Morillo,
2003, pp. 41-52), (Lizama, 2007, pp. 75-115) y (Bertrand M. ,
2007, pp. 863-913).
7 Los personajes
sobresalientes de la red exiliados eran Pedro Alcántara Herrán,
Tomás y Joaquín Mosquera.
8 Lobato ubica a
Laureano Mosquera en el clan familiar del General Tomas Cipriano de Mosquera.
(1994, p. 135). Laureano Mosquera era un personaje muy parecido a Manuel José
Castrillón, que deambuló en diferentes grupos políticos: a
finales de la década de 1830 militó en la Sociedad Gran
Círculo Republicano junto a José María Obando, mientras
que a comienzos de la década de 1850 era miembro de la Sociedad Popular
de Republicanos liderada por Julio Arboleda y que se oponía al General
Obando (Archivo Central del Cauca, 1838 e), (Castrillón, 1971, p. 135).
9 Nuevamente Castrillón aparece firmando como
Tesorero provincial el estado de cuenta de la provincia el 15 de enero
de 1836 bajo la administración Diago
(Biblioteca Luis Ángel Arango, 1835), (Biblioteca Luis Ángel
Arango, 1836).
10 Popayán,
noviembre 29 de 1832. “Carta J. Rafael Mosquera al General Francisco de
Paula Santander” (Mendoza, Henao y Arrubia,
1913, 55-56).
11 Juan Bautista Verdugo reemplazó como
Diputado a Carlos. Por su parte Manuel Maguilón
era el suplente de Mateo Muñoz, quien no pudo asumir como Diputado
debido a una fuerte enfermedad que atravesaba (Archivo Central del Cauca, 1837
e) (Archivo Central del Cauca, 1837 e), (Archivo Central del Cauca, 1837e;
1837f; 1837g).
12 Popayán, 4 de octubre de 1836, “Carta
de Joaquín Mosquera al General Francisco de Paula Santander”
(Mendoza, Henao y Arrubia, 1913, p. 325).
13 En el siglo XIX el Estado granadino o colombiano
tuvo problemas para financiar las guerras que se presentaron durante la
época, por lo cual el costo del conflicto era asumido por la población
(López, 2011).
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Willian Alfredo Chapman Quevedo:
Doctor en Movimientos Sociales, Universidad Internacional de Andalucía.
Magíster en Sociedades Históricas, Universidad Rovira i Virgili. Historiador, Universidad del Atlántico.
Profesor de Planta Tiempo Completo, Facultad de Ciencias de la
Educación, Universidad del Tolima. Correos electrónicos: wachapmanq@ut.edu.cosirwch@gmail.com
“Diálogos Revista Electrónica de
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