La población de Centroamérica en el siglo XX: series vitales anuales y estimaciones de la población total

Héctor Pérez Brignoli

Resumen

El propósito de este trabajo es compilar y corregir las estadísticas vitales anuales de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica durante el siglo XX. Al mismo tiempo se presentan y corrigen cifras censales sobre la población total. A partir de 1950 se consideran como suficientemente confiables los datos poblacionales estimados por el CELADE, los cuales sirven de base a las últimas proyecciones de población, para el período 1950-2050.

Palabras claves: población, estadísticas vitales, Centroamérica.

The Population in 20th Century Central America: Annual Vital Statistics and Total Population Estimates

Abstract

This essay compiles and corrects annual vital statistics of Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, and Costa Rica during the 20th century. Moreover, it presents and corrects census data of the total population. After 1950, it considers population data coming from CELADE to be reliable enough and useful for population projections for the period 1950-2050.

Keywords: population, vital statistics, Central America.

Fecha de recepción: 4 de agosto de 2015 Fecha de aceptación: 25 de setiembre de 2015

Héctor Pérez Brignoli Costarricense, Doctorado de tercer ciclo en Historia por la Universidad de París, 1975. Profesor Emérito de la Universidad de Costa Rica. Programa Centroamericano de Población. Centro de Investigaciones Históricas de América Central. Universidad de Costa Rica.

El propósito de este trabajo es compilar y corregir las estadísticas vitales anuales de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica durante el siglo XX. Al mismo tiempo se presentan y corrigen cifras censales sobre la población total. A partir de 1950 se consideran como suficientemente confiables los datos poblacionales estimados por el Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE, 1997), los cuales sirven de base a las últimas proyecciones de población, para el período 1950-2050.

La metodología utilizada consiste en los siguientes pasos:

1. Análisis gráfico de cada una de las series vitales para detectar posibles datos anómalos.

2. Utilización de la ecuación compensadora, partiendo de la población enumerada en un censo, sumando nacimientos y restando defunciones, y comparando luego la población total así estimada con las cifras totales registradas en los censos siguientes. En este momento es cuando, para balancear debidamente la ecuación, se efectúan correcciones y ajustes de las cifras originales.

3. Utilización de la inverse projection para evaluar la verosimilitud de las series vitales ajustadas con relación a los niveles implícitos de mortalidad y fecundidad.

Todos los países centroamericanos organizaron oficinas de estadística a finales del siglo XIX o comienzos del siglo XX. En ese momento se efectuaron también los primeros censos “modernos” y comenzaron a compilarse estadísticas vitales. Sin embargo, a los pocos años estas instituciones empezaron a decaer y la producción de información demográfica fue a menudo errática y en ciertos casos inexistente. Las cosas recién cambiaron después de la Segunda Guerra Mundial; el Bureau del Censo de los Estados Unidos apoyó la realización de los censos de 1950 entrenando personal y financiando muchas actividades. Enseguida vino el apoyo a la recolección de datos a través de las Naciones Unidas, tarea esta en la cual la acción del CELADE resultó de importancia primordial. Así se modernizó en todos los países la compilación de estadísticas vitales y se apoyó la realización de los censos de las décadas de 1960 y 1970. La crisis económica y guerra civil que asolaron la región en la década de 1980 no dejaron de afectar seriamente las estadísticas poblacionales; en varios casos fue imposible la realización de censos y la calidad de las series vitales sufrió un considerable deterioro. En esas circunstancias la realización de varias encuestas de salud reproductiva pasó a constituir una fuente de notable valor para la observación de los comportamientos demográficos en casi toda la región.

Guatemala

Guatemala tiene series vitales desde 1881 y censos nacionales realizados en 1880, 1893, 1921, 1940, 1950, 1964, 1973, 1981 y 1994. Estos datos básicos se presentan en la tabla 6. Los matrimonios y el saldo migratorio tienen un registro deficiente y discontinuo. Las cifras censales totales y las series vitales han sido evaluadas en el trabajo pionero de Collver (1965) y más recientemente en el de Arias (1976). Existe consenso en el sentido de que las cifras censales presentan una ligera subenumeración, a excepción del censo de 1940. En este caso las autoridades inflaron la cifra originalmente censada en por lo menos 900 000 habitantes (Arias, 1976, p. 14). Los nacimientos parecen bien registrados mientras que no ocurre lo mismo con las defunciones. Esta situación, ya señalada en la evaluación de Collver, se observa también en los demás países centroamericanos y parece tener su origen en las prácticas religiosas católicas de los siglos anteriores, que privilegiaban el registro de los bautizos, prestando mucha menos atención al de entierros, sobre todo en el caso de niños pequeños o recién nacidos. La tabla 7 presenta las estadísticas vitales corregidas mediante un uso sistemático de la “ecuación compensadora”. Se buscó reproducir lo más cerca posible las cifras censales totales corregidas considerando que los nacimientos estaban aceptablemente registrados y que, en cambio, las defunciones sí requerían ajustes. Para el período posterior a 1950 se utilizaron los factores de corrección y los saldos de migración neta calculados por CELADE (1997, pp. 105-112). Los coeficientes de corrección utilizados se presentan en la tabla 1:

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Las series vitales ajustadas al igual que las tasas brutas de natalidad y mortalidad se presentan en la figura 1. Como puede observarse, la natalidad es muy alta durante casi todo el período considerado aunque no deja de fluctuar en forma significativa. Niveles en torno a 50 por mil hasta 1900, fluctuaciones alrededor del 40 por mil desde 1900 hasta la década de 1940, un ascenso continuo hasta 1961, para comenzar entonces un descenso suave primero y bastante pronunciado a partir de 1980.

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La tasa bruta de mortalidad presenta alzas notables en 1883, 1884, 1890, 1897, 1903, 1909, 1915, 1918, 1919, 1925, 1926, 1929, 1934, 1939, 1942 y 1943, las cuales revelan la incidencia recurrente de epidemias y fuertes elevaciones temporales de la mortalidad, bastante arriba del nivel promedio, localizado entre 25 y 30 por mil. A partir de 1945 desaparecen virtualmente dichas fluctuaciones y se observa un descenso continuo hasta llegarse a valores muy bajos en la década de 1990.

Con relación a los números absolutos, conviene notar la importante aceleración en el ritmo de crecimiento de los nacimientos a partir de 1945, y el brusco cambio de tendencia a partir de 1994. Las defunciones, en cambio, revelan un ritmo de crecimiento muy bajo y constante a lo largo del tiempo, observándose en cambio fluctuaciones de corto plazo bastante prominentes durante la primera mitad del siglo XX.

El Salvador

El Salvador dispone de series vitales a partir de 1899 y cuenta con censos levantados en 1930, 1950, 1961, 1971 y 1992. Los datos registrados se presentan en la tabla 8. Las evaluaciones mediante la ecuación compensadora llevaron a considerar que los nacimientos están relativamente bien registrados requiriéndose, en cambio, ajustes en las defunciones. Las series ajustadas se presentan en la tabla 9. Los coeficientes de corrección utilizados son los de la tabla 2:

Nótese que a partir de 1950 se utilizan los coeficientes de ajustes utilizados para calcular la población de base de las proyecciones de CELADE (1997, pp. 97-104). Las series ajustadas se presentan en la figura 2.

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La tasa bruta de natalidad fluctúa con bastante amplitud en torno a una media aproximada de 42 por mil hasta 1950; después de esa fecha casi no se observan oscilaciones anuales. La tasa de natalidad aumenta entonces progresivamente hasta llegar a un máximo de 48,07 por mil en 1957 y comienza a bajar después, en tres “escalones”: uno de poca pendiente hasta 1977, otro muy brusco entre 1977 y 1985, y un tercero casi plano, estabilizado en un promedio aproximado de 31 por mil. La tasa bruta de mortalidad tiene un nivel promedio de 30 por mil en las cuatro primeras décadas del siglo XX. A partir de 1950 comienza a descender firmemente hasta la década de 1990, y ya no se presentan las notables fluctuaciones observables en la primera mitad del período considerado. Estas, muy visibles en 1903, 1915-1917, 1926, 1934-1935 y 1943-1944, tienen que ver con elevaciones bruscas de la mortalidad debido a epidemias. El impacto de la rebelión indígena y campesina de 1932 (algunos autores le atribuyen a la represión una cifra de entre 20 000 y 30 000 muertos) no se observa en las series vitales, y es plausible pensar que dichos muertos no fueron registrados. La tasa bruta de mortalidad estimada para ese año fue de 27 por mil. Si la sobremortalidad atribuible a la represión fue de 30 000 muertos, dicha tasa se elevaría a un 47 por mil; si esta en cambio fue de 20 000 la tasa bruta quedaría en 40 por mil. En cambio, si nos atenemos a estimaciones más conservadoras, y también más verosímiles, y fijamos la cifra de sobremortalidad en 5 000 defunciones, la tasa bruta pasaría a ser de 30,4 por mil. Es obvio que de haberse producido una sobremortalidad como la señalada en las dos primeras estimaciones, deberían de observarse y eso no ocurre al menos algunos efectos sobre la estructura de edades enumerada en el censo de 1950. Por esto mismo, preferimos no hacer ninguna corrección especial a la mortalidad registrada en 1932, más que la que fue derivada de la aplicación de la ecuación compensadora.

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Honduras

Honduras cuenta con series vitales para el período 1910-1984 y una apreciable cantidad de censos: 1910, 1916, 1926, 1930, 1935, 1940, 1945, 1950, 1961, 1974 y 1988. Estos datos se presentan en la tabla 10. Faltan nacimientos y defunciones para los años 1917, 1922 y 1924, y las cifras de 1925 presentan un evidente subregistro; todo esto se debe, seguramente, a la inestabilidad política del país en ese período. Por otra parte, las series vitales publicadas solo llegan hasta 1984 debido a que en ese año se produjo una reforma para depurar el registro electoral. Hasta la fecha (año 2000) no existe ninguna publicación oficial que incluya dichas series ni tampoco aparecen datos en el Demographic Yearbook de las Naciones Unidas. El subregistro en las series vitales a partir de 1950, tal como fue calculado por los demógrafos de CELADE, era muy notable en las defunciones llegando a utilizarse multiplicadores entre 1.75 y 2.00, según puede apreciarse en la tabla 10. Los nacimientos requirieron también de un ajuste considerable aunque bastante menor que el de las defunciones.1 Los censos hondureños anteriores a 1950 son de calidad variable y antes de 1940 parecen haber subenumerado seriamente la población total. La tasa de crecimiento intercensal, calculada según las cifras registradas, varía erráticamente entre 1,3% y 4,9%, lo cual resulta obviamente inverosímil.

Estas deficiencias en los datos básicos de Honduras obligaron a adoptar los siguientes supuestos:

a) Las defunciones y nacimientos de los años 1917, 1922, 1924 y 1925 fueron estimados por interpolación gráfica; luego se les adicionaron las correcciones por subregistro aplicadas al conjunto de las series registradas.

b) Se tomaron, como punto de partida, las series vitales ajustadas del período 1926-1950, y la población total corregida de los años censales 1926, 1930, 1935, 1940, 1945 y 1950, cifras estas publicadas en el Anuario Estadístico de 1952, y resultado de un primer trabajo de ajuste y conciliación de cifras efectuado por la Dirección General de Estadística y Censos.

c) La tasa de crecimiento intercensal entre 1926 y 1930 (1,92%) se utilizó para retroproyectar la población total hasta 1910.

d) Los nacimientos del período 1910-1950 fueron ajustados partiendo de una corrección mínima de 25%, sugerida por Collver (1965, p. 134). Sin embargo, como dicha corrección llevó a tasas brutas de natalidad muy bajas, se optó por buscar un multiplicador de los nacimientos que produjera en 1910 una tasa bruta de natalidad de por lo menos 40 por mil.

e) Fijados los nacimientos y la población total, se procedió a corregir las defunciones por diferencia, suponiendo que la tasa de migración neta era, en el período 1910-1950, nula.

f) A partir de 1950 se utilizaron, como ya se dijo, las correcciones efectuadas por CELADE.

Los coeficientes de corrección finalmente adoptados fueron los que se muestran en la tabla 3:

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Las series corregidas se presentan en la tabla 11 y en la figura 3. Estos datos deben utilizarse con cierta precaución, ya que los niveles de corrección exigidos para lograr un conjunto de información coherente son muy elevados. De hecho, dentro del istmo centroamericano solo en Nicaragua se presenta una situación similar. Conviene notar además que los montos de corrección también son igualmente elevados en el caso de los datos posteriores a 1950.

La trayectoria de las series vitales corregidas puede seguirse en la figura 3. Las fluctuaciones en las tasas brutas de natalidad y mortalidad disminuyen notablemente después de 1950; se percibe además un aumento de la natalidad hasta 1953-54 y una disminución suave después, hasta llegar a tasas inferiores del 40 por mil a partir de 1984. La mortalidad desciende también notoriamente, sobre todo a partir de 1950, llegando a niveles inferiores al 10 por mil a partir de 1980.

Nicaragua

Nicaragua cuenta con series vitales publicadas a partir de 1933 y censos efectuados en 1906, 1929, 1940, 1950, 1963, 1971, 1995. Se considera al de 1920 como el primer censo moderno de Nicaragua. Estos datos básicos se presentan en la tabla 12. Para obtener las cifras corregidas se procedió a calcular la población en 1933 retroproyectando la cifra censal de 1940 con la tasa de crecimiento intercensal 1920-1940 (2,1612%), aplicándose enseguida a los nacimientos y defunciones los coeficientes de corrección utilizados por CELADE para los años 1950-1954. Como estos ajustes dieron resultados coherentes no se consideró necesario efectuar correcciones adicionales. A partir de 1950 se utilizaron las series ajustadas utilizadas en las proyecciones de CELADE (1997, pp. 137-144).

Conviene notar que las series oficiales, publicadas a partir de 1979, no corresponden a cifras registradas, sino a cifras ajustadas por los funcionarios del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Nicaragua.

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Las series ajustadas para el período 1933-1990 se presentan en la tabla 13 y en la figura 4. Los coeficientes de corrección utilizados para obtener dichas series ajustadas se presentan en la tabla 4:

Como puede verse en la figura 4, la tasa bruta de natalidad aumenta continuamente hasta llegar a un máximo de 56 por mil en 1954; después desciende con algunos altibajos hasta llegar a 41 por mil en 1990. La tasa bruta de mortalidad desciende continuamente desde 1950, pero muestra también un súbito incremento en 1972 debido al terremoto que afectó Managua y buena parte del país en diciembre de dicho año. La guerra civil que condujo a la caída de la dinastía Somoza en 1979 no se refleja, sin embargo, en las tasas brutas de mortalidad; lo mismo ocurre, aparentemente, con la guerra de la “contra” antisandinista en la década de 1980.

Costa Rica

Costa Rica dispone de series vitales publicadas a partir de 1883. Para el período 1750-1900 se tienen series parroquiales derivadas de los registros eclesiásticos.2 Los censos oficiales de población son los siguientes: 1864, 1883, 1892, 1927, 1950, 1963, 1973 y 1984. En julio del año 2000 se levantó el último censo, cuyos resultados no están disponibles todavía. En comparación con el resto de Centroamérica, la información demográfica de Costa Rica es de calidad elevada. Los datos requieren muy pocos ajustes para producir resultados coherentes y así fue ya evaluado en el trabajo pionero de Collver (1965, pp. 97-98).11 Por estas razones, las series que se presentan en la tabla 14 y la figura 5 contienen ajustes mínimos. A partir de 1950 se ha verificado que los resultados sigan de cerca las cifras utilizadas en las ya tan citadas proyecciones de CELADE.

La tasa bruta de mortalidad muestra fuertes alzas, todas atribuibles al impacto de epidemias, en 1891, 1896, 1899, 1901, 1905, 1918-1920 y 1925. A partir de 1943 la mortalidad comienza a descender en forma continua y con escasas oscilaciones, para estabilizarse en un nivel muy bajo, de alrededor de 4 por mil a partir de 1977. La natalidad presenta en cambio apreciables oscilaciones de mediano plazo: un aumento entre 1902 y 1914; descensos durante la Primera Guerra Mundial, la Depresión del Treinta y la Segunda Guerra Mundial; un aumento entre 1946 y 1960, y un descenso continuo a partir de 1961 en tres “escalones”: 1961-1973, 1974-1990 y 1991-1998. En este último tramo se llega a una tasa bruta de menos del 25 por mil.

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Indicadores demográficos estimados mediante la inverse projection

La inverse projection3 permite estimar indicadores demográficos quinquenales a partir de series de nacimientos y defunciones (y la tasa neta de migración, si fuera el caso) y una cifra inicial de población total. Los resultados pueden leerse como las tasas “implícitas” producidas por dichos datos, a partir de dos supuestos demográficos “razonables”: una estructura de edades inicial y un conjunto de tablas de vida modelo. La comparación de estos indicadores demográficos calculados mediante la “inverse projection” con los estimados por CELADE a partir de 1950 permite hacerse una idea cabal de la relativa confiabilidad o no, de las series demográficas corregidas que se presentan en este trabajo.

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En la tabla 5 se muestran la esperanza de vida al nacimiento, la tasa de mortalidad infantil y la tasa bruta de reproducción. Como puede verse, la concordancia entre las estimaciones de la inverse projection y las estimaciones de CELADE es razonablemente aceptable.

Notas

1 Nótese que los ajustes efectuados por los demógrafos de CELADE se basaron en una encuesta demográfica nacional de visitas repetidas, realizada durante los años 1971 y 1972, conocida como EDENH. Dicha encuesta permitió efectuar estimaciones retrospectivas de la fecundidad y la mortalidad completamente independientes de las estadísticas vitales.

2 Reconstrucción de las estadísticas parroquiales de Costa Rica, 1750-1900, por H. Pérez-Brignoli, enero-junio de 1988, Revista de Historia, pp. 211-277.

3 Véanse: Estimating Series of Vital Rates and Age Structures from Baptisms and Burials: A New Technique with Applications to Pre-Industrial England, por R. D. Lee, 1974, Population Studies, (28), 495-512; Populate. [Programa de computación en DOS para aplicar la inverse projection], por R. McCaa y H. Pérez-Brignoli, 1989, Minneapolis, University of Minnesota.

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Referencias

Arias, J. (1976). La población de Guatemala. Guatemala: CICRED.

Centro Latinoamericano de Demografía. (enero de 1997). Boletín Demográfico. (59). Chile: Centro Latinoamericano de Demografía.

Collver, A. O. (1965). Birth Rates in Latin America: New Estimates of Historical Trends and Fluctuations. Estados Unidos: University of California, Institute of International Studies.

 

 

 

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