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José Julián Llaguno • Peligro para la tranquilidad pública: expulsión de extranjeros y conflictividad laboral en Costa Rica... 87
huelga, y la desorganización de los talleres, al contacto con el bolchevismo y al desacato
al principio de autoridad tanto del Poder Judicial como del Poder Ejecutivo” (Archivo
Nacional de Costa Rica, Secretaría de Gobernación Secretaría de Gobernación, 1921).
Si bien en el expediente que se analizó no viene la hoja original suelta para
comprobar su mensaje, lo cierto es que este fue un argumento suciente para que se
arrestara al jornalero jamaiquino Leonardo Barnett, que luego fue expulsado como
peligro para la tranquilidad pública al ser agente bolchevique y propagador de mate-
rial subversivo. Aduciendo este hecho como un problema de seguridad pública, la
acción fue determinante, mientras que el secretario de Estado Alejando Alvarado
Quirós insistía en que, si bien debía permanecer la amplia libertad de prensa, la auto-
ridad debería intervenir de forma ejemplar en casos en que el orden social estuviera
amenazado (Archivo Nacional de Costa Rica, Secretaría de Gobernación, 1921).
En 1922, el secretario de Estado abre otra investigación en coordinación con
el Ministerio de Guerra, la dirección de policía y la gobernación de Limón, para
comprobar las actividades bolcheviques de los tipógrafos catalanes Ricardo Falcó y
Andrés Borrasé y aplicar la ley de expulsión de extranjeros. Las pruebas del caso, están
sustentadas en la trayectoria de los españoles que desde su establecimiento en el país:
Se dedicaron, desde un principio, a editar y circular profusamente folletos propa-
gadores del socialismo rojo y a la vez, ya por la prensa o personalmente, se han
convertido en sectaristas ardientes del bolsheviquismo; y como la difusión y la
práctica de esos principios disociadores, son una amenaza para la paz y progreso
del país. (Archivo Nacional de Costa Rica, Secretaría de Guerra y Marina, 1922)
Efectivamente, esta trayectoria como editores de impresos socialistas era cierta,
ya que los catalanes, que habían llegado en 1909 como socios de María Lines y Avelino
Alsina, se independizaron rápidamente para formar la sociedad Falcó y Borrasé (Marín,
2000), una empresa tipográca que editó gran cantidad de periódicos, revistas, folletos y
libros. Asimismo, eran los distribuidores de varias casas editoriales internacionales, que
distribuían profusamente literatura anarquista, sociológica, cientíca y, a partir de 1920,
marxista. Si bien Falcó era anarquista confeso, se mostró anuente a divulgar literatura
sobre Rusia, así como a colaborar con la edición de materiales para las organizaciones
obreras del país. En 1931, colaboraba con la edición del periódico Revolución y era
invitado frecuentemente por Manuel Mora a las reuniones del Partido Comunista en sus
primeros años (Archivo Nacional de Costa Rica, Partido Comunista de Costa Rica, 1930).
La investigación siguió en curso, solicitando una revisión minuciosa de todos los
impresos con la rma Falcó y Borrasé, sin embargo, nalmente esta no fructicó, ya que
su expulsión no se llevó a cabo. Debido a la falta de información en el expediente, no
se sabe a ciencia cierta la conclusión del director de policía que nalmente tenía como
prueba tan solo un ejemplar del periódico La Prensa, en donde se hablaba de la situación
política de Rusia. Además del Gobierno, la embajada española seguía de cerca la acti-
vidad de los tipógrafos, principalmente la de Ricardo Falcó de quien se decía lo siguiente: