
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(1): 166-184. Enero-junio, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica178
Una historia situada de la microbiología daría lugar a historias locales en
la que aparecen en su interdependencia espacios, relaciones sociales, relaciones
de dominación,instituciones, individuos y colectivos de individuos, procesos
temporales, conceptos, teorías y prácticas cientícas que interactúan entre sí en un
contexto sociocultural, natural e híbrido denido. Estas historias locales, a su vez,
construyen y son construidas por la historia global en un espacio de relaciones por
donde viajan, circulan, se intercambian y se localizan teorías, prácticas de ense-
ñanzas, equipos, bibliotecas, profesores, etc (Raj, 2006; Vessuri, 2007; Podgorny
2007). La tensión entre las historias locales y la historia global abre una agenda
de investigación sobre los espacios y tiempos de los contenidos, las condiciones y
modalidades de los intercambios (desiguales), como también de las apropiaciones,
resistencias y recirculación de lo intercambiado.
Si se reconoce el carácter central de una geopolítica de la investigación
microbiológica, una visión más compleja de la dinámica actual de la microbiología
requeriría hacer visible, en la medida en que fuera así, si hay centros y periferias en
esta y, en tal caso, cómo desde las periferias se construyen los centros (Bertomeu
Sánchez & Garcia Belmar, 2006), mostrando el carácter constitutivamente híbrido
de estos (Chakrabarty, 1989). Hacer visible esto, quizás, sea el gran desafío para
los futuros estudios sobre microbiología y la ciencia en general en la región. En
términos de Said (1978), se trataría de una historia que busque desocultar los
presupuestos de la microbiología central que se reconocen como propias, cuando
en realidad fueron enunciadas en la periferia.
A modo de cierre, armados con este enfoque, se puede establecer marcos
descriptivos comunes y procedimientos de creación de modelos para observar todo
tipo de ujos en el espacio-tiempo. Entre ellos podemos nombrar: la conformación
de disciplinas y profesiones microbiológicas, la circulación de los conocimientos
microbiológicos, las modalidades de ingreso y desarrollo en cada país latinoameri-
cano, la constitución de identidades propias, las agendas de investigación y su arti-
culación con los problemas sociales, los conceptos, temas, teorías y metodologías,
las redes de comunicación y relaciones sociales, el carácter sexuado y los margi-
nados y marginadas, las enfermedades, los agentes microbianos, las especialidades,
los nodos de poder cognitivos/políticos centralizados, las condiciones geográcas y
poblacionales, las políticas cientícas, de salud, educación y económicas, las agen-
cias y organismos internacionales, los desarrollos institucionales (académicos, esta-
tales y privados), la formación de los microbiólogos y microbiólogas, las revistas y
congresos, las redes entre países, etc. Todos estos elementos, que poseen una estruc-
tura y ordenamiento espacial, temporal y en muchos casos de género, son claves para
tener una comprensión ajustada de la microbiología y su historia en AL. Cada una de
estas dimensiones da lugar a historias que ponen en visibilidad diferentes aspectos,
todos parciales, todos importantes, todos situados.