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177Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica
DOI 10.15517/dre.v21i2.39736
LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA
EN LA ERA DEL ANTROPOCENO: UN ESTUDIO
BIOFÍSICO DEL COMERCIO EXTERIOR (1900-2016)
Juan Infante-Amate
Alexander Urrego Mesa
Enric Tello Aragay
Resumen
América Latina ha desempeñado, y sigue desempeñando, un papel clave en
el suministro global de recursos naturales. La mayoría de sus economías son
exportadoras netas de productos primarios con poco valor añadido mientras que
importan bienes manufacturados a precios más elevados. Existe un consenso
generalizado entre investigadores de diferentes disciplinas en que este patrón
de especialización comercial tiene implicaciones muy negativas para el
desarrollo económico, el medio ambiente y, en general, para el bienestar de los
habitantes de la región. Sin embargo, no se cuenta con ningún trabajo empírico
sobre la contribución total de América Latina al resto de regiones del mundo.
Siguiendo la metodología de la Contabilidad del Flujo de Materiales, se estima
el comercio físico y el comercio monetario en 16 economías latinoamericanas
entre 1900 y 2016.
Palabras clave: metabolismo social, intercambio ecológico desigual, globalización,
contabilidad del ujos de materiales, América Latina, comercio, balanza comercial,
globalización, economía, recursos naturales
Fecha de recepción: 22 de noviembre de 2019 Fecha de aceptación: 16 de abril de 2020
Juan Infante-Amate Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Sevilla, España. Profesor
en el Departamento de Geografía, Historia y Filosofía. Contacto: jinfama@upo.es
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1446-7
Alexander Urrego Mesa Universidad de Barcelona, Barcelona, España. Estudiante
predoctoral del Departamento de Historia Económica, Instituciones, Política y Economía
Mundial. Contacto: alex.urrego.mesa@ub.edu
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8256-0321
Enric Tello Aragay Universidad de Barcelona, Barcelona, España. Catedrático del
Departamento de Historia Económica, Instituciones, Política y Economía Mundial.
Contacto: tello@ub.edu
ORCID: http://orcid.org/0000-0002-4970-1524
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OPEN VEINS OF LATIN AMERICA IN THE
ANTHROPOCENE: A BIOPHYSICAL STUDY
ON FOREIGN TRADE
Abstract
Latin America has long played a key role in the global provision of natural resources.
Most of the continent’s economies are low-value, primary-product net exporters
while they import manufactured goods at a high price. There is a general agreement
among researchers from various elds that this pattern of specialize trade has very
negative implications for economic development, the environment, and the local
population wellbeing. Yet, there is little empirical evidence on the total contribution
of Latin America to the rest of the world’s regions. Drawing on Material Flow
Accounting methodology, this paper estimates physical and monetary trade in 16
Latin American economies between 1900 and 2016.
Keywords: social metabolism, ecologically unequal exchange, globalization, material
ow accounting, Latin America, trade, trade balance, globalization, economy,
natural resources
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 179
INTRODUCCIÓN
América Latina ha desempeñado históricamente un papel clave en el suministro
global de recursos naturales. Con discontinuidades históricas y geográcas, la
mayoría de sus economías han sido exportadoras netas de productos primarios con
poco valor añadido mientras que han tendido a importar bienes manufacturados a
precios más elevados (Russi et al., 2008; Williamson, 2011; West & Schandl, 2013).
Aunque los debates sobre la naturaleza y el impacto de la inserción de América
Latina en el comercio mundial siguen abiertos (p.ej. ver Stern, 1988; Topik, Marichal
& Frank, 2006), existe un consenso generalizado entre investigadores de diferentes
disciplinas en señalar que este patrón de especialización comercial tiene implica-
ciones negativas para el desarrollo económico, el medio ambiente y, en general, para
el bienestar de los habitantes de la región (Prebisch, 1981; Ross, 1999; Sachs &
Warner, 2001; Williamson, 2011; Hornborg, 2012; Bértola & Ocampo, 2013).
1
Uno de los textos que caracterizó con más éxito (aunque no necesariamente
con más rigor) el carácter extractivista de las economías latinoamericanas dentro
del sistema económico global fue Las venas abiertas de América Latina de Eduardo
Galeano, que rescatamos para dar título a este trabajo. Aunque se publicó hace ya
casi medio siglo (en 1971), y sus tesis principales han sido cuestionadas desde difer-
entes ámbitos, su legado es inmenso y sigue siendo un texto referencial dentro y
fuera de la academia. El trabajo, más divulgativo que académico, era representativo
de las inquietudes de la izquierda académica del momento, fascinada por los análisis
dependentistas de la CEPAL y por las incipientes teorías del ‘sistema mundo’. Con
base en una extensa revisión de literatura el autor recogía evidencias fragmentarias
del carácter extractivo de las diferentes realidades latinoamericanas, desde Potosí
hasta la explotación de petróleo en el siglo XX. Sin embargo, la base empírico-cuan-
titativa que sostenía este trabajo (la disponible en aquel momento) era muy limitada.
Aunque documentaba sobradamente el carácter periférico de las economías latino-
americanas, así como los impactos asociados a este tipo de especialización, qued-
aban abiertas muchas preguntas que hoy, con los desarrollos metodológicos actuales,
podemos responder de manera más robusta: ¿hasta qué punto estaban realmente
‘abiertas’ las venas de América Latina? ¿cómo ha cambiado la hemorragia a lo largo
del tiempo? ¿existen diferencias intrarregionales tanto en el nivel extractivo como en
el tipo de especialización? Y, no menos importante, ¿hacia dónde uyen los recursos
naturales de América Latina?
Es importante dejar claro que en las últimas décadas numerosos investi-
gadores se han ocupado de estos temas, principalmente desde perspectivas históri-
co-económicas e histórico-ambientales
2
, realizando contribuciones sobresalientes.
Sin embargo, a pesar de los enormes avances que han tenido lugar, aún seguimos
sin contar con ningún trabajo que ofrezcan una visión de conjunto sobre el papel de
América Latina en el suministro global de recursos y sobre su impacto en la región.
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La mayoría de los estudios publicados tienen a centrarse en los estudios de caso,
tanto a nivel geográco como a nivel de producto o sector.
Responder a estas preguntas resulta de interés en un momento como el actual,
en el que tanto la agenda política como la agenda académica están focalizadas en
estudiar los orígenes, la evolución, el impacto, las causas y las responsabilidades del
cambio global. Buena parte de los impactos ambientales a escala planetaria tienen
lugar en América Latina: desde la deforestación, a la pérdida de biodiversidad, la
alteración de los ujos bioquímicos o las emisiones asociadas a los cambios de uso
del suelo (Houghton, Lefkowitz & Skole, 1991; Hurtt et al., 2011; Lassaletta et al.
2014). Todos estos impactos se incluyen entre los conocidos ‘límites planetarios’ que,
de ser sobrepasados, podrían poner en cuestión nuestra supervivencia como especie
(Roksctron…). En otras palabras, profundizar en la dimensión material y económica
del comercio de América Latina no solo nos sirve para contribuir a debates clásicos
como los relativos al impacto del comercio internacional en la región o su carácter
dependensdista que siguen contando con buena salud, sino también para arrojar luz
sobre sobre uno de los grandes temas de nuestros días: el surgimiento del Antropo-
ceno, la nueva era geológica dominada por los humanos (Steffen et al., 2015).
Por fortuna, en los últimos años se han llevado a cabo avances metodológicos
muy importantes, sobre todo relativos a la capacidad de computación de datos y a
la digitalización de fuente históricas que nos permiten analizar estos fenómenos a
gran escala. Las principales contribuciones en esta dirección han surgido desde la
Economía Ecológica, la rama biofísica de la economía
3
, donde se han desarrollado
diferentes metodologías ad hoc para dimensionar la extracción, la circulación y el
consumo de recursos. Una más extendidas es la Contabilidad del Flujo de Materiales
(en adelante MFA, por sus siglas en inglés), que hoy en día forma parte de la contab-
ilidad ambiental de muchos países del mundo, así como de importantes organismos
internacionales como la OCDE, Naciones Unidas o Eurostat (Fischer-Kowalski et
al., 2011; Schandl et al., 2017). En la actualidad, se han publicado estimaciones
MFA para la mayoría de las economías nacionales, incluyendo las latinoamericanas,
entre 1970 y la actualidad. De hecho, existen numerosos análisis monográcos sobre
América Latina a nivel regional (West & Schandl, 2013) por grupos de países (Russi
et al., 2008; Dorninger & Eisenmenger, 2016; Samaniego, Vallejo & Martíez-Alier,
2017; Crespo-Marín & Pérez Rincón, 2019) o para estudios nacionales especícos
como Colombia (Pérez Rincón, 2006; Vallejo, Pérez Rincón & Martinez-Alier,
2011), Chile (Giljum, 2004), Ecuador (Vallejo, 2010), Argentina (Manrique et al.,
2013) y México (González Martínez & Schandl, 2008).
4
Los resultados derivados de estas recientes investigaciones han sido deci-
sivos para arrojar luz sobre debate de las ‘venas abiertas’ y para caracterizar el
papel de América Latina en el ascenso del Antropoceno. Sus principales contribu-
ciones pueden resumirse así:
1) A nivel global, América Latina (junto a Asia Central) es la región del mundo
con mayores exportaciones netas de materiales por habitante, superando la tonelada
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por habitante y año. Aunque existen otras regiones que son exportadoras netas de
materiales, como Oriente Próximo o África, ninguna de ellas aporta tantos recursos
per cápita al resto del mundo (Schaffartzik et al., 2014).
2) Entre las regiones exportadoras netas, América Latina es la principal
suministradora de biomasa y de minerales metálicos. En el resto de las economías
periféricas los combustibles fósiles dominan en el conjunto de los materiales expor-
tados. El perl exportador de América Latina es mucho más diversicado y, por
tanto, asume impactos ambientales mucho más variados, incluyendo tanto los rela-
cionados con el extractivismo mineral como con el extractivismo agrario (West &
Schandl, 2013; Schaffartzik et al., 2014).
3) Desde la década de 1970 la extracción de materiales se ha multiplicado por
cuatro, pasando de c. 2000 millones de toneladas (Mt) a más de 8000 Mt. Alrededor
de un 10 % de esa extracción se destina al comercio internacional (West & Schandl,
2013). El crecimiento en la extracción es muy superior a la media global, por lo que
el papel de América Latina en la apropiación global de recursos es cada vez mayor
(Krausmann et al., 2009). En otras palabras, después de la publicación de ‘las venas
abiertas’, el carácter extractivo de América Latina ha seguido creciendo en términos
absolutos y relativos (a la media global).
4) Solo los estudios de caso nacionales ofrecen información sobre la intensidad
material de las exportaciones o sobre la relación de intercambio, esto es, sobre la
relación entre el comercio físico y el comercio monetario (p.ej., Pérez Rincón, 2006).
Aunque existen importantes divergencias regionales y las tendencias han cambiado
a lo largo de la historia, la mayoría de las economías de América Latina importan a
mayor precio del que exportan. Dicho de otra forma, su descapitalización material
no siempre genera retornos económicos positivos. De hecho, en muchos países de
la región coexisten décits tanto en los balances comerciales físicos como en los
monetarios: a pesar de exportar más recursos de los que se importan, no se generan
sucientes ingresos para pagar las importaciones (Hall, Leon Pérez & Leclerc, 2000;
Fischer-Kowalski & Amann, 2001; Russi et al., 2008).
5) Todas estas evidencias han servido para nutrir una de las principales teorías
dentro de la Economía Ecológica, la del ‘Intercambio Ecológico Desigual’ (Rice, 2007;
Hornborg, 2012; Dorninger & Hornborg, 2015). Esta teoría, que supuso una relectura
ambiental de las tradicionales interpretaciones del intercambio económico desigual, ha
sido nutrida por estudios MFA que evidencian el papel del Sur global como provisor neto
de materiales a bajos precios (Giljum & Eisenmenger, 2004; Common & Stagl, 2005).
Esta literatura no obstante tiene importantes limitaciones más allá de su sesgo
económico-ecológico y la consecuente desatención de algunos debates centrales en
otras disciplinas como la historia o la sociología. En primer lugar, presenta un marco
temporal estrecho. En el mejor de los casos se ofrece información desde 1970 (West &
Schandl. 2013; WU Vienna, 2020). Las ‘venas’ de América Latina han estado abiertas
durante mucho más tiempo. Para comprender un fenómeno histórico es imprescindible
dotar de historicidad las bases empíricas con las que construimos nuestras narrativas.
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En segundo lugar, las bases de datos sobre comercio de materiales en
América Latina, salvo contadas excepciones (Ricaurte Greene, 2012), no distinguen
el comercio bilateral. Dicho de otra forma, aunque se asume que la contribución
material de América Latina nutre a los países más desarrollados, lo cierto es que no
se cuenta con evidencias que corroboren a nivel agregado esta hipótesis
5
. En este
sentido, se suele señalar que hubo una transición hegemónica en las potencias que
han controlado el extractivismo latinoamericano: del dominio colonial europeo a la
inuencia de los EE.UU. (y parcialmente de la URSS). Sin embargo, se desconoce
el peso material que ha tenido el norte global en la sustracción de recursos proce-
dentes de América Latina. Esta laguna es tanto más inquietante cuando existen
evidencias que apuntan a que, con el cambio de siglo, el eje Asia-Pacíco, liderado
por China, está jugando un nuevo papel hegemónico en el extractivismo de América
Latina (Ellis, 2009; Muradian, Walter & Martínez-Alier, 2012) ¿Hasta qué punto
es así? ¿Es comparable la inuencia oriental en el subcontinente a la tradicional
inuencia occidental?
La tercera laguna tiene que ver con la pobre relación entre extractivismo e
impacto económico. La mayoría de los trabajos que usan la metodología MFA docu-
mentan con ecacia la descapitalización material de un país a través de sus balances
comerciales físicos, sin embargo, no suelen ofrecer análisis que vinculen el comercio
físico con el comercio monetario, por lo que es difícil testar la aseveración de que
el continente exporta materiales a un precio más bajo, o con menor valor añadido,
del que los importa. Desde la economía sí existe una gran tradición en el estudio de
las relaciones de intercambio entre países. En el caso de América Latina este debate,
que es de gran importancia, ha girado en torno a la teoría cepalina de la depen-
dencia, que sugería la existencia estructural de una relación de intercambio lesiva
(Cardoso, 1977; Hadass & Williamson, 2003; Blattman, Hwang & Williamson,
2003; Blattman, Hwang & Williamson, 2004; Blattman, Hwang & Williamson,
2007; Williamson, 2008; Ocampo, 2017; Ocampo & Parra, 2003, 2010; Williamson,
2011). Sin embargo, la teoría económica se ciñe, al decir de Naredo (2010), a la
esfera crematística, esto es, a los ujos monetarios asociados al comercio, los cuales
no son indicativos del impacto ambiental. La literatura de la relación real de inter-
cambio es poco informativa sobre la degradación ambiental en los países estudiados.
El objetivo de este trabajo es arrojar luz sobre las tres limitaciones que se
acaban de señalar. Para ello, siguiendo la metodología MFA, se plantea un estudio
de las balanzas comerciales físicas y monetarias para una amplia muestra de países
de América Latina (un total de 16), entre 1900 y 2016. La base de datos resultante
permitirá responder a las siguientes preguntas de investigación:
i) ¿Cuánto ha contribuido América Latina a la construcción material del
mundo moderno en el siglo XX? O, dicho de otra forma, ¿cuál ha sido su papel en el
desarrollo del Antropoceno?
ii) ¿Cuáles son los patrones de especialización extractiva y comercial en los
diferentes países de la región?
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iii) ¿Cuál es el diferencial de retribución por unidad comerciada y cómo ha
evolucionado a lo largo del tiempo y entre socios comerciales?
iv) ¿Cómo ha evolucionado la relación entre el crecimiento económico y la
descapitalización material?
Tras esta introducción, el texto se organiza de la siguiente forma. Primero,
se detallan la metodología y las fuentes utilizadas. Después se presentan y analizan
los principales resultados en una sección que se divide en seis bloques: i) la contri-
bución de América Latina a la economía biofísica global; ii) los diferentes patrones
regionales de especialización comercial; iii) las relaciones bilaterales del comercio
en unidades físicas; iv) las relaciones de intercambio y el intercambio ecológico
desigual; y v) la relación entre comercio físico y crecimiento económico.
NOTAS METODOLÓGICAS
La contabilidad del flujo de materiales
La contabilidad del ujo de materiales (MFA) es una herramienta metodoló-
gica, harmonizada internacionalmente, que data de nales de la década de 1990 y que
hoy está incorporada por las principales agencias estadísticas del mundo. Fue diseñada
para suplir las carencias de la Contabilidad Nacional clásica a la hora de informar
sobre la presión de la economía en el medio ambiente (Fischer-Kowalski et al.,
2011). A pesar de sus reconocidas limitaciones (ver, por ejemplo, Giampietro, 2006),
constituye una herramienta útil y didáctica para monitorear el perl productivo, la
especialización comercial y los niveles de consumo de las economías nacionales
en términos biofísicos (ver Infante-Amate, González de Molina y Toledo, 2017;
Haberl et al., 2019).
En la Figura 1 se recoge una síntesis de los principales indicadores propuestos
por la metodología MFA. Por un lado, se contabiliza la ‘Extracción Doméstica’ (en
delante DE, por sus siglas en inglés), que es la cantidad de recursos materiales que
son extraídos dentro de la unidad político-territorial analizada. La DE actúa como
proxy de la presión doméstica sobre el medio ambiente (Giljum, Dittrich, Lieber &
Lutter, 2014). Por otro lado, se contabiliza el comercio de materiales. La diferencia
entre los materiales importados y los materiales exportados se denomina ‘Balance
Comercial Físico’ (en delante PTB, por sus siglas en inglés). Este indicador es
un buen proxy de la externalización de los impactos a terceros países (Giljum
& Eisenmenger, 2004). Un PTB positivo indica que una economía importa más
bienes materiales de los que exporta, por lo que es demandante neta de recursos.
Y viceversa. Finalmente, se contabiliza el ‘Consumo Doméstico de Materiales’
(en delante DMC, por sus siglas en inglés), que es estimado como la ED más las
importaciones menos las exportaciones de materiales, esto es, la ED menos el PTB.
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El DMC recoge el consumo de materiales de los habitantes del territorio analizado,
independientemente de donde sean extraídos.
Estos indicadores están disponibles para la mayoría de los países del mundo
desde 1970 y han permitido arrojar luz sobre debates muy relevantes como: 1) los
puntos calientes globales en la extracción de materiales por tipo de productos; 2)
identicar el nivel de consumo de materiales a nivel nacional y la desigualdad del
consumo material entre países; 3) identicar los territorios que son suministradores
netos de materiales y los que son demandantes netos, lo que ha permitido arrojar luz
en debates como los del Intercambio Ecológico Desigual y 4); relacionar el consumo
de materiales con otros indicadores como el PIB o en IDH, lo que ha permitido
analizar hasta qué punto nuestro desarrollo económico y nuestro bienestar material
son dependientes del consumo de materiales (Infante-Amate, Toledo & González de
Molina, 2017; Haberl et al., 2019).
Figura 1. Esquema simplicado de la contabilidad del ujo de materiales. Fuente: adaptado de Eurostat (2018).
Límites del estudio
Este trabajo se centra exclusivamente en los indicadores de comercio. En
particular, se cuantican las importaciones, las exportaciones y el balance de mate-
riales (PTB) para un total de 16 economías de América Latina para las que ha sido
posible compilar información able de largo plazo.
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Siguiendo la metodología MFA, los ujos de materiales analizados se agregan
en Biomasa, Combustibles Fósiles, Minerales Metálicos y Minerales no Metálicos
(Eurostat, 2018). Así, el PTB de cada país (i) se estima como las importaciones (M)
menos las exportaciones (X) de cada grupo de productos (j):
Entre 1966 y 2016 se han podido reconstruir las relaciones comerciales bila-
terales en cada país distinguiendo un total de 268 socios. Para facilitar el análisis de
los resultados se agregan los países estudiados en grupos regionales (ver Tablas 1 y
2 del Anexo Metodológico). En el caso de los países de América Latina se distin-
guen: México, Centro, Andinos, Brasil y Sur. En el caso de los socios comerciales
distinguimos entre: América Latina y Caribe; América del Norte; Europa; África;
Asia Central y Occidental; y Asia-Pacíco. Esta última división permite deducir el
comercio intrarregional y, por lo tanto, cuanticar el PTB neto de América Latina.
Nótese que sin los datos de comercio bilateral no es posible estimar el comercio de
América Latina como un todo, ya que si simplemente se agregan las exportaciones
y las importaciones de cada país se estaría estimando la suma total de sus exporta-
ciones e importaciones, incluyendo aquellas que se destinan a países de la propia
región. Así, excluyendo los países (i) de América Latina y el Caribe, se estima el
PTB neto de toda la región de la siguiente forma:
También se estiman los balances comerciales monetarios a precios corrientes.
Con esta información, se analiza cómo han evolucionado el precio de las importa-
ciones y el precio de las exportaciones por unidad material. La ratio entre estos dos
indicadores permite analizar la evolución de las relaciones de intercambio tal como
han sido planteadas en otros trabajos desde la Economía Ecológica (Pérez-Rincón,
2006; Samaniego, Vallejo & Martínez-Alier, 2017; Infante-Amate & Krausmann,
2019). Tal relación puede notarse así:
Siendo m
i
el valor monetario de cada unidad material importada y x
i
el valor
monetario de cada unidad material exportada (en ambos casos, medida en US$/kg).
Si el resultado es mayor que la unidad signica que el precio de las importaciones
es mayor que el precio de las exportaciones. La lectura económico-ecológica que
se hace de este fenómeno es que para mantener equilibrada la balanza comercial es
necesario vender más materiales de los que se importan y, por lo tanto, descapita-
lizarse materialmente.
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Fuentes y procedimiento de cálculo
Para la reconstrucción del comercio físico y monetario de las economías
latinoamericanas seleccionadas para un período tan amplio de tiempo, se han combi-
nado diferentes fuentes documentales. En la Tabla 3 del Anexo Metodológico reco-
gemos un resumen de las mismas para cada caso. Entre 1962 y 2016 la información
proviene de la base de datos de comercio de Naciones Unidas (UNCT, desde aquí).
UNCT es la única base de datos global que ofrece información del comercio bilateral
tanto en unidades físicas como monetarias entre 1962 y la actualidad para la mayoría
de los países del mundo. Otras fuentes, como FAOSTAT, solo ofrecen información
para los productos agrarios y únicamente distingue el comercio bilateral a partir de
1986, mientras que la de la Organización Mundial del Comercio, con información
desde 1948, solo proporciona valores monetarios.
El uso de UNCT, sin embargo, no está exento de problemas. El más relevante
es que presenta importantes vacíos de información en, al menos, dos ámbitos: no todos
los países aportan información para todos los años y no siempre se ofrece información
en unidades físicas (más información en Dittrich & Bringezu, 2010). En el caso de los
años sin información la cobertura en las 16 economías seleccionadas es casi total. De
hecho, los países que se han descartado en este estudio (muchos de ellos caribeños)
son aquéllos en los que la información era más limitada, tanto en cantidad como en
calidad. En 10 de las economías estudiadas, entre las que se incluyen las de mayor
tamaño (Brasil y Argentina), hay información para todos los años. En las 6 economías
restantes existen ciertas lagunas que nunca superan los 3 años (de un total de 54 años),
exceptuando Uruguay, donde no hay información para 8 años. Para cubrir la informa-
ción no disponible, se ha operado de la siguiente forma: (1) si la falta de información
es un año suelto que cae en medio de la serie, la estimación se realiza mediante inter-
polación lineal y; (2) si la información que no está disponible corresponde a varios
años al inicio o al nal de la serie, se estima tomando como referencia la variación de
otras variables. En el caso de la serie en unidades monetarias, se toma la variación de
las importaciones y de las exportaciones en cada país recogidas en la base de datos de
la Organización Mundial de Comercio (WTO, 2019). En el caso del comercio físico se
utiliza el índice de ‘volumen de las exportaciones’ y las ‘importaciones’ disponible en
la base de datos MOxLAD (2019) para cada uno de los países analizados. Finalmente,
para los productos que no registraban información en unidades físicas, se calculó el
valor por unidad física (US$/kg) en los países en los que sí hay información disponible
y se aplica la media regional del precio por kilogramo a los datos monetarios.
UNCT ofrece varios niveles de desagregación de la información en la descarga
de datos. En este estudio se utiliza el sistema SICT-1 con ‘3 dígitos’, ya que es el
único que posibilita obtener información entre 1962 y 2016 en una descarga única,
permitiendo una desagregación de 182 productos de exportación e importación. Solo
para el período 1962-2016, en el que se utiliza UNCT, la base de datos resultante
supera los 20 millones de observaciones.
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Para el período 1900-1961 la información está dispersa en diferentes fuentes.
En este período solo se estima el comercio físico. La League of Nations (1926/44)
ofrece información del comercio físico total para los años de 1913 y de 1920 a 1934
para todos los países excepto Uruguay. Los datos restantes se complementaron
con la información de los Anuarios Estadísticos de Comercio Exterior de Argen-
tina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay, El Salvador
y Venezuela (ver Tabla 3 en los Anexos) y, cuando no fue posible, se usó el ‘índice
de volumen’ de MOxLAD (2019). De esta forma obtenemos una serie anual entre
1900 y 2016 del comercio físico total por país. Para distinguir los diferentes tipos de
materiales utilizamos las series del Instituto Internacional de Agricultura (IIA, 1909-
1947) y de FAO (1948-1961), para el caso de la biomasa; y las estadísticas histó-
ricas de Mitchell (2013), que ofrecen información sobre el comercio de combustibles
fósiles y minerales para los principales productos y países de la región. En los casos
en que no se obtuvo información se asumió la proporción del año más próximo.
Para limitar el impacto de los outliers y para suavizar la tendencia, las series
se estiman tomando las medianas móviles quinquenales.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La contribución de Latinoamérica a la economía biofísica global
La Figura 1 muestra el PTB de América Latina entre 1900 y 2016 por tipo
de producto. La primera evidencia es que, durante el período analizado, América
Latina aparece, sin excepción, como suministradora neta de materiales hacia el resto
del mundo, esto es, sus exportaciones son siempre mayores que sus importaciones.
El segundo mensaje que sobresale es que el nivel de décit material no ha dejado
de crecer hasta la actualidad. El suministro neto es hoy en día mayor que nunca. En
1900 las exportaciones netas eran 4 millones de toneladas métricas (Mt) y en 2016
ascendieron a 610 Mt. El crecimiento, no obstante, no ha sido lineal, lo que nos
conduce a la tercera observación: la ‘gran aceleración’ en el comercio de materiales,
tanto en la importación como la exportación, tuvo lugar en la segunda mitad del siglo
XX, especialmente desde la década de 1980. La conocida ‘gran aceleración’ en el
consumo de recursos a nivel planetario tuvo lugar tras la Segunda Guerra Mundial y
se concentró en los países más ricos (Steffen et al., 2015). No obstante, la contribu-
ción de América Latina a este proceso empezó a ser más relevante desde la década
de 1980. Hasta esa fecha el aumento en el consumo de materiales en los países más
ricos se completó con recursos domésticos o con materiales provenientes de otros
países periféricos (Schaffartzik et al., 2014). Durante el período c. 1930-1980 las
economías latinoamericanas desarrollaron políticas de ‘sustitución de importaciones’.
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Sin embargo, tras la crisis de la deuda externa y el giro neoliberal de la década de
1980 la mayor parte del continente abandonó estas políticas y puso en práctica, o le
fueron impuestas por planes de ajuste de las entidades nancieras internacionales
(FMI, Banco Mundial y otras), medidas de desregulación y de apertura al comercio
internacional, lo que generó un incremento acelerado en las exportaciones globales
(Hall, Leon Pérez & Leclerc, 2000; Bértola & Ocampo, 2013). En términos mate-
riales, según nuestros datos, las exportaciones totales de materiales pasaron de 7
Mt a 115 Mt entre 1900 y 1980. El gran crecimiento fue posterior: en 2016 las
exportaciones ascendían a 1.035 Mt.
Figura 2. Balance comercial físico (PTB) de América Latina (1900-2016). Fuente: Elaboración propia (ver Patrones
regionales de especialización). Nota: Las importaciones son las barras con valor positivo y las exportaciones las
barras con valor negativo. La línea negra es el balance.
Entre 1980 y 2016 las exportaciones de América Latina han representado de
manera más o menos estable un 10 % de las exportaciones totales globales. Esta
cifra es mucho mayor en el caso de la minería metálica. Durante buena parte de las
décadas de 1980 y 1990 una de cada tres toneladas exportadas en el mundo provenía
de América Latina. En el caso de la biomasa la cifra tambíen supera la media y ha
crecido en los últimos años: en la actualidad una de cada cinco toneladas exportadas
provinene de la región. Dicho de otra forma, América Latina ha jugado un papel central
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 189
en la segunda fase de la ‘gran aceleración’ y, en consecuencia, en el aumento dramático
del uso de recursos a nivel global que nos ha conducido a una nueva era geológica:
el Antropoceno. No todos los países tienen, sin embargo, la misma responsabilidad
en este proceso: mientras que unos son grandes consumidores y demandantes netos,
otros, como los latinoamericanos, soportan la carga de la transición con benecios
limitados. Esta carga, además, es cada vez mayor: la exportación de materiales de las
últimas tres o cuatro décadas puede haber sido mayor que la que ha tenido lugar en
toda la historia antes de esa fecha, y, solo las exportaciones de 2015 y 2016, pueden
haber superado las que tuvieron lugar durante más de tres siglos de colonialismo.
6
Una cuarta evidencia que extraemos de la Figura 2 es que la especialización
comercial ha cambiado a lo largo de la historia. A principios del siglo XX la biomasa,
esto es, los productos agrarios, pecuarios y forestales, eran los principales bienes de
exportación. A media que avanzó el siglo XX los combustibles fósiles se convirtieron,
con diferencia, en el principal material exportado. En 1952 llegaron a representar
tres cuartas partes de todos los materiales exportados. A partir de esa fecha su peso
cayó signicativamente por dos motivos: primero, por la caída de las exportaciones
debido a la aparición de nuevas zonas productoras como Oriente Próximo y, segundo,
por la rápida expansión de la minería metálica. Con la llegada del siglo XXI se ha
consolidado la exportación de minerales metálicos, principalmente provenientes de
Chile y Brasil, pero también de biomasa, que hoy supone un 30 % del total de las
exportaciones de la región y ya superan en cantidad a las de los combustibles fósiles.
En la Figura 3 ofrecemos un detalle más pormenorizado de la evolucíon de
los balances físicos por tipo de producto. En todos los casos las exportaciones y
las importaciones han crecido durante el período estudiado, especialmtene tras
la segunda mitad del siglo XX. Observamos que la región es exportadora neta
de todo tipo de materiales salvo de minerales no metálicos, con unas importa-
ciones netas acumuladas de 334 Mt entre 1900 y 2016. Esta cifra contrasta con
las exportaciones netas acumuladas de los combustibles fósiles (8.795 Mt), los
minerales metálicos (7.839 Mt) y la biomasa (4.045 Mt). Como se anunciaba en
la introducción, el perl exportador diere del de otras regiones periféricas del
mundo como Asia Central u Oriente Próximo, donde la mayor parte de las export-
aciones son combustibles fósiles.
La diversidad en el tipo de materiales exportados hace que el subcontinente
albuergue múltiples problemáticas y conictos de tipo ambiental. En el caso de
los combustibles fósiles se combinan problemas asociados al desarrollo de insti-
tuciones disfuncionales y luchas por el control de los benecios en Venezuela,
México o Bolivia (Ross, 2013; Wenar, 2015), al tiempo que se destruyen zonas
con gran valor ecológico como en el reciente caso de Yasunni ITT (Larrea &
Warnars, 2009). La extracción minera a gran escala también implica la alteración
de ecosistemas de gran valor, como ocurre en las zonas mineras de Brasil, Chile
o Perú, pero principalmente contaminación a gran escala de suelos y agua (p.ej,
Malm, Pfeiffer, Souza & Reuther, 1990; Castro & Sánchez, 2003; Li, 2015).
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica190
Por su parte, el auge del comercio de la biomasa ha estado acompañado de
severos procesos de derforestación en algunos de los bosques con más densidad de
carbono y más biodiversos del mundo como los de Centro Américo o de la Amazonía
(p.ej., Houghton, Lefkowitz & Skole, 1991; Malhi et al., 2008). El carácter intensivo
que caracteriza la agricultura de exportación de América Latina genera importantes
problemas de contaminación de los recursos naturales y de intoxicaciones humanas.
A modo de ejemplo, Costa Rica conocido por sus fuertes medidas de protección
ambiental es el país del mundo con mayor uso de pesticidas por supercie cultivada
debido a su especialización agroexportadora en productos que se manejan de manera
muy intensiva (según datos de FAOSTAT, ver también Hall, Leon Pérez & Leclerc,
2000; Galt, 2008). La diversidad en la exportación de materiales en la región se
correlaciona bien con la diversidad de conictos ambientales recogidos por el
proyecto EJOLT (2019), en el que se puede corroborar que en América Latina no
solo se concentra un volumen muy importante de conictos ambientales sino que
también alberga una amplia diversidad tipológica (Scheidel et al., 2020).
Figura 3. Balance comercial físico (PTB) de América Latina por tipo de material (1900-2016). Fuente: Elaboración
propia (ver Patrones regionales de especialización).
Patrones regionales de especialización
Siguiendo la metáfora de las ‘venas abiertas’, la hemorragia de reursos naturales
presenta cuadros muy diferentes en cada uno los países de América Latina. En las
guras 4 (en valores absolutos) y 5 (en valores per capita) se recopilan los PTB de las
16 economías analizadas. En todas ellas es perceptible una aceleración dramática del
comercio en la segunda mitad del siglo XX, especialmente a partir de la década de 1980,
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 191
aunque se pueden indenticar diferentes ritmos de crecimiento así como diferenes
patrones de especialización.
Figura 4. Balance comercial físico (PTB) a nivel nacional por tipo de material (1900-2016). Fuente: Elabora-
ción propia (ver Patrones regionales de especialización). Nota: hemos eliminado la información de Uruguay entre
1900 y 1970 porque baja abilidad de la estimación.
Lo primero que se observa es que no todas las economías analizadas son
exportadoras netas. De hecho, un total de 5 economías (las centroamericanas)
reportan importaciones netas acumuladas para el periodo 1900-2016. El Salvador
es la economía más dependiente, con unas importaciones netas de 0,4 toneladas por
habitante y año (t hab
-1
año
-1
) en el período estudiado. Además, este país es el único
que es importador neto de todo tipo de materiales. Los otros países centroameri-
canos también son importadores netos, aunque ‘solo’ en el caso de los minerales
y los combustibles fósiles. El resto de economías observadas son, al igual que el
conjunto de la región, exportadoras netas, aunque con rangos muy variables que
van desde una situación casi balanceada en Uruguay, hasta desequilibrios extremos
como el observado en Venezuela con 6,7 t hab
-1
año
-1
.
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica192
Figura 5. Balance comercial (importaciones menos exportaciones) por habitante y año. Datos del período 1900-
2016. Fuente: Elaboración propia (ver Patrones regionales de especialización). Nota: los datos de Uruguay solo
recogen el período 1970-2016.
Igualmente, se encuentran patrones de especialización muy diferenciados.
En la Figura 6 se muestra el tipo de especialización comercial en todos los países
analizados. En concreto, se evalúa el nivel de importación o exportación neta en los
productos extraídos del manto supercial del suelo (biomasa) frente a los productos
extraídos del subsuelo (minerales y combustibles fósiles). En esta gura, el perl
exportador se evidencia en valores superiores a la unidad y valores inferiores son indi-
cativos de un perl importador. Así, se identican tres grandes grupos subregionales:
1) Países centroamericanos que son importadores netos en general, pero
exportadores netos de biomasa. Esto se debe a que, a pesar de ser exportadores netos
de biomasa por su especialización en productos tropicales como el café, el cacao o el
banano, y de productos ganaderos, son dependientes de combustibles fósiles.
2) Países del Cono Sur, que al igual que el grupo anterior son demandantes
netos de subsuelo y exportadores netos de suelo. A diferencia de Centro América, la
especialización comercial en productos derivados del suelo, como granos y productos
pecuarios, responde adecuadamente a la abundancia relativa del factor tierra sobre el
factor trabajo que dene la tradición exportadora de los países del Cono Sur (O’Rourke
& Williamson, 1999). La mayor disponibilidad por habitante de supercies aptas para
la agricultura hace que el nivel de tierra exportada per cápita también sea superior.
3) Países andinos, principalmente exportadores netos de subsuelo. En
Colombia y Venezuela las principales exportaciones son los combustibles fósiles
mientras que en Chile y Perú destacan los metales. Este grupo es, no obstante, más
heterogéneo. Por un lado, Colombia, Perú y Venezuela son importadores netos de
biomasa. México tiene un patrón similar a estos tres países. Por otro lado, Chile,
Bolivia y Ecuador, además de ser exportadores de subsuelo, también lo son de suelo.
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 193
Brasil también entraría en este grupo. Estos últimos cuatro países son ‘exportadores
totales’, tanto de productos del subsuelo como de tierra. Destaca Brasil, que es el
principal exportador en la región, concentrando casi el 60 % de las exportaciones
totales de materiales.
Figura 6. Perl exportador de los países de América Latina. Los ejes miden las exportaciones dividido por las
importaciones. Nota: Valores superiores a 1 indican un perl exportador. Menos de uno corresponde a un perl
importador. Suelo incluye la biomasa y subsuelo el resto de los materiales.
Los actores globales
Tal vez uno de los aspectos menos conocidos del comercio de materiales
es el de las relaciones bilaterales entre países ¿Hacia dónde uyen los recursos
que exporta América Latina? ¿Han cambiado los países receptores a lo largo de la
historia? Es un canon señalar la transición de la inuencia colonial europea hacia
el dominio norteamericano en el control de las actividades extractivas en la región.
Aunque este proceso es bien conocido en el comercio monetario, no se cuenta con
estimaciones desde un punto de vista físico a nivel agregado nacional y regional.
Lamentablemente, en el caso de las relaciones bilaterales del comercio de mate-
riales la información solo está disponible a partir de 1966.
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica194
Las Figuras 7 y 8 muestran el destino de las exportaciones y el origen de
las importaciones de América Latina como región en términos netos. En efecto,
Europa y Norte América han acaparado hasta el cambio de siglo casi tres cuartas
partes de las exportaciones de América Latina. El ujo de recursos que sale de la
región tiene como destino principal un pequeño grupo de países del Norte global
que concentran menos del 10 % de la población mundial, pero que suman casi la
mitad del PIB mundial (WB, 2019). Esta inuencia, que solo se documenta desde
la década de 1960 es, con toda seguridad, una continuación de la dominación de
las potencias hegemónicas en el subcontinente desde hace siglos: primero, bajo
la dominación colonial formal y después, bajo la dominación colonial informal
(Ferguson, 2005; Pérez Brignoli, 2018). Los procesos de independencia no trajeron
consigo una autonomía plena. Durante la primera globalización la región estuvo
dominada por “un imperio informal basado en el libre comercio, el control de rutas
navieras, la exportación de capitales y una poderosa ideología de superioridad”
(Pérez Brignoli, 2018). En el período de entreguerras y tras la Segunda Guerra
Mundial, el comercio de América Latina estuvo nuevamente condicionada por las
injerencias de EE.UU. que desde principios del siglo XX multiplicó sus inver-
siones y sus intereses en la región (Ferguson, 2005; Fontana, 2011). Así, hasta bien
entrado el siglo XX, la mayor parte de los recursos materiales uyeron hacia un
grupo pequeño de países industrializados que requerían de materias primas baratas
para mantener activas las industrias locales.
En la actualidad, y al contrario de lo que cabría esperar, la relación con
Norteamérica ha tendido a balancearse. Esto se debe a que las importaciones desde
Estados Unidos han crecido aceleradamente con la llegada del siglo XXI: en 1966
las exportaciones netas de América Latina a Norteamérica eran de 99 Mt, en el
año 2000 habían bajado a 82 Mt y en la actualidad solo son 2 Mt. Este cambio
tiene mucho que ver con la pérdida de autosuciencia alimentaria en un número
cada vez mayor de países de América Latina debido a que la creciente expansión
de cultivos de exportación desplaza el cultivo local de alimentos básicos e incluso
madera que deben importar de Estados Unidos y Canadá, un rasgo particularmente
agudo en América Central (Hall, Leon Pérez & Leclerc, 2000). Esta evolución
contrasta con el caso de Europa, en el que las exportaciones netas no han dejado de
crecer, pasando de 57 Mt en 1966 a 155 Mt en 2016.
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 195
Figura 7. Exportaciones e importaciones de materiales en América Latina distinguiendo el socio comercial. Fuente:
Elaboración propia (ver Patrones regionales de especialización).
Con el cambio de siglo se observan dos transformaciones disruptivas en el
comercio de materiales latinoamericano. Por un lado, en las relaciones Sur-Sur. Hasta
nales del siglo XX, las relaciones con África y Asia Central habían sido balanceadas
e incluso hasta negativas, esto es, con importaciones netas. Sin embargo, desde el
año 2000, América Latina se ha convertido en exportadora neta de materiales a estas
regiones, suministrándole 11 Mt y 12 Mt respectivamente en 2016.
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica196
Figura 8. Comercio físico de América Latina. Exportaciones netas (azul) e importaciones netas (rojo). Fuente:
Elaboración propia (ver Patrones regionales de especialización).
El cambio más dramático, no obstante, tiene que ver con el eje Asia-Pacíco.
Si bien es cierto que la relación comercial ya era notable en la década de 1960, su
peso era menor en comparación con Norteamérica y con Europa. Sin embargo, a
partir del año 2000 los ujos de materiales hacia la región Asia-Pacíco, principal-
mente por la demanda de China, creció de manera acelerada. Solo en 2016 las expor-
taciones netas superaron los 527 Mt, un valor sin precedentes históricos.
El resurgir del eje asiático con China a la cabeza, supone un punto de inexión
en la historia de la economía biofísica global. China y algunos países del entorno se han
convertido en los ‘nuevos talleres del mundo’ y, en consecuencia, demandan enormes
cantidades de energía y materiales. Hoy en día, China concentra el 21 % de las impor-
taciones totales de materiales, mientras que en 1970 apenas alcanzaba el 0,3 %.
El renacer oriental, como proceso histórico, está aún en una fase muy prema-
tura y es difícil aventurar conclusiones sólidas sobre su impacto en general y en
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 197
el Sur global en particular. Por un lado, se interpreta que el auge de China solo
supone un desplazamiento geográco del poder hegemónico global sin que suponga
ninguna oportunidad en los países periféricos. En este sentido algunos autores están
documentando cómo este país reproduce las mismas prácticas de dominación que
sus predecesores en los países del Sur global: acaparamiento de tierras, explotación
laboral o generación de relaciones de intercambio desiguales que perpetúan la espe-
cialización en productos básicos (p. ej., Ellis, 2009).
Por otro lado, existen indicios para pensar que la inuencia de China en la
economía física global es mucho más limitada y se restringe a la de mero interme-
diario entre los tradicionales centros de poder global (Norte América y Europa) y
las economías periféricas. Los trabajos sobre ‘huella material’ sugieren que buena
parte de los productos primarios que recibe China son transformados y luego
vendidos, en su mayoría, a países ricos (algunos indicios en Bruckner et al., 2012;
Wiedmann et al., 2015). Los países de ingresos más altos siguen, a n de cuentas,
apropiándose de los recursos primarios de América Latina, solo que ahora lo hacen
a través de la explotación del trabajo en China, en donde han externalizado las
fases de procesamiento.
Notas sobre las relaciones de intercambio y el Intercambio
Ecológico Desigual
La relación de intercambio entre dos países expresa hasta qué punto el
comercio es benecioso para cada parte. Desde la Economía Ecológica, una manera
recurrente de estudiar este fenómeno es comparar el precio medio por material
exportado con el precio medio por material importado. En el caso de América
Latina, se observa que durante todo el período analizado el precio por unidad de
peso de las importaciones siempre ha sido muy superior al de las exportaciones.
De hecho, a lo largo del tiempo esta brecha (en términos absolutos) ha crecido: en
1966 la región pagaba 0,5 $ por cada kg importado mientras que vendía a 0,1 $; en
2016, pagaba 1,6 $ y vendía a 0,6 $. En otras palabras, América Latina tiene que
vender muchos más recursos para poder pagar sus importaciones.
En la Figura 9 se muestra la relación de intercambio distinguiendo las
regiones del mundo con las que comercian los países de América Latina. La rela-
ción con Europa es la más lesiva: por unidad de peso, las importaciones europeas
se pagan entre 6 y 8 veces más caras que las exportaciones. La relación también
ha sido desventajosa con la mayoría de las regiones del mundo salvo con África
y con Asia Central hasta la década de 1980. Desde entonces la relación con estas
regiones también se ha balanceado. Dicho de otra forma, hoy en día América
Latina no comercia de manera ‘ventajosa’ con ninguna región del mundo, lo que
nos indica una profundización del patrón de especialización basado en la explota-
ción y exportación de recursos naturales, como se mostró más arriba.
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica198
Figura 9. (a) Precio de las importaciones y las exportaciones por unidad material ($ constantes por kg). (b) Relación
de intercambio con las diferentes regiones del mundo. Nota: Un valor superior a uno indica una relación desfavo-
rable y viceversa. Fuente: Elaboración propia (ver Patrones regionales de especialización).
La relación de intercambio de América Latina con el resto del mundo se ha
mantenido relativamente estable, fruto de la combinación de comportamientos regio-
nales diferentes: mientras que la relación con África y Asia ha empeorado, la rela-
ción con América del Norte ha mejorado. No obstante, se observa que la relación de
intercambio mejoró ligeramente hasta bien entrada la década de 1980. En el largo
plazo, Ocampo & Parra (2003) encontraron un deterioro escalado de los términos de
Intercambio de las commodities desde 1920, aunque menos claro entre 1920 y 1970,
y una tendencia evidente de deterioro a partir de 1980. Sin embargo, al analizar el
comercio agroalimentario de la región, Pinilla & Aparicio (2015) conrman el dete-
rioro de los precios relativos entre 1920 y 1950. No obstante, lo que está claro, es
que durante el periodo de ‘Industrialización Dirigida por el Estado’ (c. 1930-1975)
la dependencia de la región de los mercados internacionales fue mucho menor que
durante la Primera Globalización y durante el periodo de apertura económica forzada
por la crisis de la deuda externa de 1980 en adelante
A partir de las décadas de 1970-80, no solo se hace evidente el deterioro
de los precios relativos de las materias primas (Ocampo & Parra, 2003), sino que,
además, el colapso de la política de ‘industrialización dirigida’, abrió la puerta a
una nueva etapa de ‘reorientación hacia los mercados internacionales’ (Bértola &
Ocampo, 2013). Durante la Segunda Globalización, la reprimerización extractivista
y el creciente deterioro de las relaciones de intercambio han marcado la pauta de las
relaciones comerciales de la región con el mundo.
A principios del siglo XXI se inició una nueva etapa caracterizada por un alza
en el precio de los productos básicos y una gran demanda por parte de los mercados
asiáticos. En este período se consolidó la reprimarización del comercio en América
Latina junto con una fuerte subida de las importaciones de productos manufactu-
rados. El incremento en el precio de los productos básicos hizo que, no obstante,
el balance comercial monetario fuese favorable. La nueva transición hacia los
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 199
mercados asiáticos ha derivado en una gran descapitalización material, pero, eso sí,
con balances comerciales monetarios saneados. Sin embargo, según nuestros resul-
tados, y como han mostrado otros trabajos (Samaniego, Vallejo & Martínez-Alier,
2017), esta tendencia parece que se está revirtiendo en los últimos años. Se anuncia
una nueva caída en los precios de los productos primarios que potencialmente puede
llevar a una situación lose-lose ya vivida en la década de 1980: aumento en las expor-
taciones netas de materiales con balances monetarios negativos.
La situación de desventaja secular se explica principalmente por nivel de
procesamiento de los bienes comerciados. América Latina tradicionalmente ha sido
importadora neta de manufacturas y exportadora neta de productos primarios, y esta
tendencia se ha acentuado con el tiempo y a nivel geográco: en la segunda mitad
del siglo XX ha pasado de ser importadora neta a ser exportadora neta de productos
primarios hacia el resto de las regiones periféricas del mundo, incluyendo África.
Comercio y desarrollo económico
Existe un consenso casi generalizado entre los economistas sobre el impacto
positivo del comercio internacional en el desarrollo económico. Desde David Ricardo
hasta las modernas teorías del comercio internacional se asume que el comercio es
un juego de suma positiva en el que todas las partes ganan al sacar provecho de sus
ventajas comparativas (Krugman, Obstfeld & Melitz, 2012).
Las ventajas de la especialización no obstante han sido disputadas cuando se
analizan casos como el de América Latina. La crítica más profunda y temprana, que
hoy ha sido vinculada a la Economía Ecológica, es la que se encuentra en la formu-
lación de la tesis Prebish-Singer. Esta tesis sostiene que la relación de intercambio de
los países periféricos, especializados en la exportación de productos primarios, tiende
a empeorar a lo largo del tiempo, limitando la capacidad de estos países para desarr-
ollarse
7
. Por otro lado, las teorías de la ‘maldición de los recursos’ también abundan
en esta idea, mostrando una fuerte asociación en los países de perl extractivista con
problemas sociales y políticos (Collier & Hoefer, 2005; Ross, 2013; Wenar, 2015).
Con el tiempo, la tesis Prebish-Singer ha sido matizada por algunos autores
que han documentado que los términos de intercambio no siempre han sido desfavor-
ables para los países periféricos o las commodities que exportaban (Haberler, 1957;
Hadass & Williamson, 2003; Ocampo & Parra, 2003). Sin embargo, estas mejoras
no siempre han sido beneciosas para el desarrollo económico de las economías lati-
noamericanas. Williamson (2011) sostiene que la mejoría en las relaciones de inter-
cambio durante la Primera Globalización generó un fuerte incentivo para sostener
la especialización primario-exportadora y, por lo tanto, un desincentivo a la indus-
trialización. El crecimiento económico producido durante este periodo fue menor
que el experimentado por los líderes industrializados, lo que aceleró la divergencia
económica de América Latina con el resto del mundo.
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica200
En la Figura 10, observamos una clara correlación positiva entre las
exportacionesfísicas y la renta por habitante a lo largo del siglo XX. Esto es, la
descapitalización material que se ha documentado ha coexistido con aumentos en
la renta por habitante. Sin embargo, hay dos matices importantes a esta armación.
Figura 10. Relación entre el balance comercial físico y renta per cápita (dólares constantes de 2010). Fuente: Los
datos de PIB han sido tomados del WB (2019), los de comercio son de elaboración propia (ver Patrones regionales
de especialización).
En primer lugar, el crecimiento no siempre ha generado convergencia
económica con otras regiones del mundo. En la primera mitad del siglo XX la renta
por habitante en América Latina pasó de representar un 70 % de la renta mundial a
representar casi un 90 %. Sin embargo, en la década de 1980 la renta de América
Latina cayó 16 puntos con respecto a la renta global. Aunque hubo crecimiento,
también hubo divergencia económica con el resto de los países del mundo.
En segundo lugar, se observa que la correlación entre el aumento de las expor-
taciones netas y el desarrollo económico no es completamente lineal, sino que muestra
discontinuidades históricas en las que es posible distinguir cuatro grandes fases:
1) Entre c. 1900 y 1950, aumentaron paralelamente el crecimiento econó-
mico, la convergencia con el resto del mundo y los décits comerciales en términos
materiales. Tras los procesos de independencia la región protagonizó un profundo
proceso de cambio en sus estructuras económicas: se liberalizaron los factores
productivos y tuvo lugar una rápida apertura al resto de economías. En términos
históricos este período se enmarca en la Primera Globalización (1870-1930)
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 201
y la primera etapa de las políticas de Crecimiento Liderado por el Estado (1930-1950),
y se caracteriza por la presencia destacada de la región en los mercados internacio-
nales como exportador de bienes agropecuarios. Aunque la evolución de los precios
relativos de estos productos fue positiva durante esa etapa (Pinilla & Aparicio,
2015), su volatilidad limitó el desarrollo de la región aumentando la divergencia
con los países industrializados (Hadass & Williamson, 2003; Blattman, Hwang &
Williamson, 2003, 2004, 2007; Williamson, 2008).
2) Entre c. 1950-1980 tuvo lugar un crecimiento económico acelerado sin
que aumentasen sustancialmente las exportaciones netas de materiales. De hecho,
en 1981, justo antes de la crisis de la deuda, la renta media de América Latina
superó por primera vez la renta media global. Durante este período tuvo lugar la
consolidación de la política de desarrollo hacia dentro en el contexto de la ‘Edad
de Oro’ del crecimiento económico (c. 1950-1972). Sin embargo, este modelo de
desarrollo entró en crisis. Por un lado, debido a factores externos como la crisis
del petróleo. Por otro lado, por un fracaso en ciertas políticas desarrollistas. Las
industrias de la región se volvieron adictas a subsidios originalmente diseñados
para ayudar temporalmente al despegue de ciertos sectores. Con el aumento del
precio de algunos recursos y la competencia de nuevos países asiáticos la produc-
ción industrial se volvió cada vez menos competitiva (Fajnzylber, 1983).
3) Tras la crisis del modelo desarrollista se abrió un período de aperturismo
comercial y desregulación económica en el contexto de reformas estructurales
muchas de ellas impuestas por organizaciones nancieras internacionales. En pers-
pectiva, observamos que la década de 1980, la de la ‘utopía neoliberal’, usando la
expresión de Héctor Pérez (2018), fue especialmente trágica: la convergencia con el
resto del mundo se desplomó a niveles de principios de siglo, las tasas de crecimiento
se ralentizaron y, sin embargo, las exportaciones netas siguieron creciendo. El conti-
nente se empobreció a la vez que se descapitalizaba ambientalmente.
4) Desde el año 2003 se inició una fase similar a la de principios del siglo
XX: crecimiento económico y convergencia con fuerte descapitalización material.
Durante este período, gobiernos de izquierdas, en muchos casos de corte indige-
nista, ascendieron al poder criticando el modelo extrativista y la reprimarizacion
de la región. Sin embargo, la evolución positiva coyuntural de los precios relativos
les permitió beneciarse de las rentas generadas por las exportaciones de productos
básicos con precios al alza (Gudynas, 2009). Por otro lado, como se apuntaba
antes, el ujo de recursos se destina ahora mayoritariamente al eje Asia-Pacíco,
hoy convertido en taller del mundo. Existen dudas de si la tendencia de aumento
de los precios de los productos de exportación y de las tendencias generalizadas de
crecimiento económico sigan creciendo en los próximos años (Samaniego, Vallejo
& Martínez-Alier, 2017).
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica202
REFLEXIONES FINALES
Existe un amplio consenso a la hora de caracterizar a América Latina como
una región del Sur global especializada en la provisión de energía y materiales a
las metrópolis globales. Sin embargo, la base empírica que sostenía este dibujo
era aún muy limitada. En este trabajo se ha cuanticado el ujo total de materiales
exportados e importados por la región desde 1900 hasta la actualidad, el valor
monetario de esos intercambios y se han analizado las principales características
de su modelo de especialización.
Los resultados obtenidos corroboran el ‘saber convencional’: América Latina
siempre ha sido exportadora neta de materiales y la retribución que recibe por los bienes
que vende son menores de los que recibe por los bienes que compra. Sin embargo, este
trabajo aporta nueva evidencia empírica que ayuda a comprender mejor el papel de
América Latina en la economía biofísica global. Destacan seis grandes ideas:
1) La contribución material de América Latina no ha dejado de crecer en
todo el período analizado, aunque la mayor aceleración tuvo lugar desde la década
de 1980. La región ha jugado un papel determinante en la segunda fase de la cono-
cida ‘gran aceleración’, sustentando el gran crecimiento del consumo de materiales
a nivel global. El nivel extractivo reciente ha alcanzado niveles sin precedentes: es
posible que en las últimas cuatro décadas se hayan extraído más materiales para la
exportación que en toda la historia previa de la región.
2) Una particularidad de América Latina entre las regiones periféricas del mundo
es su alta diversicación en la exportación de materiales: a lo largo de la historia ha
sido el principal suministrador, de productos agrarios, metálicos y petrolíferos. El peso
de los diferentes tipos de recursos ha variado a lo largo de la historia: a principios del
siglo XX los productos agrarios y ganaderos fueron el principal rubro de exportación;
entre c. 1930 y 1950 lo fue el petróleo; después de la Segunda Guerra Mundial tuvo
lugar un auge sin precedentes de la exportación de metales; y con el cambio de siglo
la biomasa, con manejos agrícolas muy intensivos, volvió a cobrar importancia. En
cualquier caso, en todos los períodos ha persistido una fuerte diversicación extractiva
que hace de la región un escenario de conictos ambientales de todo tipo a nivel global.
3) La geografía del ujo de recursos que sale de América Latina ha cambiado
sustancialmente a lo largo de la historia. Hasta nales del siglo XX, el principal ujo
exportador iba dirigido a Europa y EE.UU., y existía una relación balanceada con
el resto de periferias. La dirección de los ujos de exportación ha estado dominada
durante la mayor parte del siglo XX por una suerte de ‘colonialismo informal’ que
dominó el subcontinente desde el siglo XIX. En los últimos 20 años el eje Asia-Pa-
cíco, liderado por China, se ha convertido en el principal importador de materiales.
Aunque es pronto para evaluar la naturaleza de esta transformación, se vislumbran
dos posibles interpretaciones: por un lado, que esté teniendo lugar un cambio en la
geografía del poder global en el que China está desplazando el papel hegemónico de
Estados Unidos y Europa; por otro lado, es posible que China simplemente sea un
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 203
mero intermediario entre las tradicionales potencias del norte, y la periferia global.
Por último, con el cambio de siglo, también se observa un cambio en las relaciones
Sur-Sur. Por primera vez en la historia, América Latina es también exportadora neta
a gran escala al resto de regiones periféricas del mundo.
4) Como era previsible, América Latina muestra una relación de intercambio
desfavorable con el resto del mundo fruto de ser exportador neto de productos
primario e importador neto de productos manufacturados. Esta relación ha sido
más gravosa con Europa y EE.UU. A partir de la década de 1980 también se ha
deteriorado con África y Asia Central.
5) A lo largo del siglo XX han aumentado tanto las exportaciones físicas netas
como la renta por habitante. Sin embargo, esta relación no es exactamente lineal:
durante la primera mitad del siglo y desde el año 2003, la región combinó desca-
pitalización natural con aumento precario de la renta y la convergencia. En ambos
períodos, la biomasa jugó un papel muy relevante. Entre mediados del siglo XX y la
crisis de la década de 1980, coincidiendo con las políticas de ‘sustitución de impor-
taciones’, se vivió una situación óptima: aumentó la renta y la convergencia econó-
mica sin tanta descapitalización natural; sin embargo, esta política pudo ser parte (no
exclusiva) de la crisis que se desencadenó en 1982 en la que el país de descapitalizó
ambientalmente y redujo su diferencial con la renta global.
6) Los teóricos del Intercambio Ecológico Desigual argumentan que los
países más pobres del mundo son suministradores netos de materiales al resto del
mundo. En efecto, lo países de América Latina, entre los más pobres del mundo,
son mayoritariamente exportadores netos de materiales. No obstante, dentro de la
región no se observa esta relación de un modo lineal: países muy pobres como los
de Centroamérica son los principales importadores de materiales. En este sentido,
la densidad poblacional parece jugar un papel clave, aunque son necesarios estu-
dios adicionales para testar esta hipótesis.
Aunque este trabajo aporta nuevas evidencias en el debate de las ‘venas
abiertas’ de América Latina, es solo un primer paso para comprender adecuadamente
el papel de la región en la economía biofísica global y, en consecuencia, en el desa-
rrollo el Antropoceno. Existen varias preguntas abiertas que se deberán resolver en
futuras investigaciones. En primer lugar, como se acaba de apuntar, es necesario
estudiar con más detalle cuáles son los determinantes de la descapitalización mate-
rial a nivel nacional, en los que la densidad poblacional, la dotación de recursos o
factores sociopolíticos especícos seguramente jueguen un papel clave. En segundo
lugar, es preciso estimar el nivel de extracción y de consumo para diferenciar no
solo el suministro neto al resto del mundo sino la presión real sobre los ecosis-
temas de cada territorio (a través de la extracción doméstica) así como la respon-
sabilidad de sus habitantes (a través del consumo). Esto es, es preciso estimar el
resto de indicadores MFA para comprender el funcionamiento de las economías
biofísicas de los países analizados. De esta forma podremos evaluar la divergencia
entre los niveles de consumo y extracción de América Latina con resto del mundo.
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica204
Por último, este trabajo solo se ha centrado en los ujos de materiales directos.
La cuanticación en unidades materiales permite agregar la mayor parte de bienes
consumidos por un país, pero agrega bienes con diferentes características y pondera
su impacto teniendo en cuenta únicamente su peso. En trabajos sucesivos es preciso
cuanticar los ujos de recursos con métricas que informen mejor de problemas
ambientales especícos como la tierra y el trabajo incorporados en el comercio, los
ujos de energía o los ujos de nutrientes.
ANEXO METODOLÓGICO
TABLA 1
Países que componen cada región en América Latina
REGIÓN PAÍSES
México México
Centro Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua
Andinos Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile
Brasil Brasil
Sur Argentina, Uruguay, Paraguay
TABLA 2
Países que componen cada región del mundo.
REGIÓN PAÍSES
África Angola, Burundi, Benin, Bonaire, Burkina Faso, Botswana, Central African
Rep., Côte d’Ivoire, Cameroon, Dem. Rep. of the Congo, Congo, Comoros, Cabo
Verde, Djibouti, Algeria, Egypt, Eritrea, Western Sahara, Ethiopia, Fmr Ethiopia,
Gabon, Ghana, Guinea, Gambia, Guinea-Bissau, Equatorial Guinea, Kenya,
Liberia, Libya, Lesotho, Morocco, Madagascar, Mali, Mozambique, Mauritania,
Mauritius, Malawi, Mayotte, Namibia, Niger, Nigeria, Réunion, Rwanda, Fmr
Sudan, Sudan, Senegal, Saint Helena, Sierra Leone, Somalia, South Sudan, Sao
Tome and Principe, Swaziland, Seychelles, Chad, Togo, Tunisia, United Rep. of
Tanzania, Uganda, So. African Customs Union, South Africa, Zambia, Zimbabwe,
Fmr Rhodesia Nyas, Fmr Tanganyika, Africa CAMEU region, nes, Other Africa,
nes, Sarawak, Fmr Zanzibar and Pemba Isd, Eswatini
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 205
Asia-Pacic Afghanistan, Neth. Antilles, Neth. Antilles and Aruba, United Arab Emirates,
American Samoa, Australia, Bangladesh, Bahrain, Bhutan, China, Cook Isds, Fiji,
FS Micronesia, Guam, China, Hong Kong SAR, Heard Island and McDonald
Islands, Indonesia, India, India, excl. Sikkim, Br. Indian Ocean Terr., Iran, Iraq,
Israel, Jordan, Japan, Cambodia, Kiribati, Rep. of Korea, Kuwait, Lebanon, Sri
Lanka, China, Macao SAR, Marshall Isds, Myanmar, Mongolia, N. Mariana
Isds, Malaysia, New Caledonia, Norfolk Isds, Niue, Nepal, Nauru, New Zealand,
Oman, East and West Pakistan, Pakistan, Fmr Pacic Isds, Pitcairn, Philippines,
Palau, Papua New Guinea, Dem. People’s Rep. of Korea, State of Palestine,
French Polynesia, Qatar, Saudi Arabia, Singapore, Solomon Isds, Syria, Thailand,
Tokelau, Timor-Leste, Tonga, Tuvalu, Fmr Dem. Rep. of Vietnam, Fmr Rep. of
Vietnam, Viet Nam, Vanuatu, Wallis and Futuna Isds, Samoa, Fmr Arab Rep. of
Yemen, Yemen, Fmr Dem. Yemen, Peninsula Malaysia, Sabah, US Misc. Pacic
Isds, Other Asia, nes, Western Asia, nes, Oceania, nes, Ryukyu Isd
Centra Alsia Azerbaijan, Belarus, Brunei Darussalam, Georgia, Kazakhstan, Kyrgyzstan, Lao
People’s Dem. Rep., Russian Federation, South Georgia and the South Sandwich
Islands, Fmr USSR, Tajikistan, Turkmenistan, Turkey, Uzbekistan
Azerbaijan, Belarus, Brunei Darussalam, Georgia, Kazakhstan, Kyrgyzstan, Lao
People’s Dem. Rep., Russian Federation, South Georgia and the South Sandwich
Islands, Fmr USSR, Tajikistan, Turkmenistan, Turkey, Uzbekistan
Azerbaijan, Belarus, Brunei Darussalam, Georgia, Kazakhstan, Kyrgyzstan, Lao
People’s Dem. Rep., Russian Federation, South Georgia and the South Sandwich
Islands, Fmr USSR, Tajikistan, Turkmenistan, Turkey, Uzbekistan
Anguilla, Argentina, Antigua and Barbuda, Bahamas, Saint Barthélemy,
Belize, Bermuda, Bolivia (Plurinational State of), Brazil, Barbados, Cocos Isds,
Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Curaçao, Christmas Isds, Cayman Isds,
Dominica, Dominican Rep., Ecuador, Falkland Isds (Malvinas), Guadeloupe,
Grenada, Guatemala, French Guiana, Guyana, Honduras, Haiti, Jamaica,
Saint Kitts and Nevis, Saint Kitts, Nevis and Anguilla, Saint Lucia, Maldives,
Mexico, Montserrat, Martinique, Nicaragua, Fmr Panama, excl., Canal Zone,
Panama, Fmr Panama-Canal-Zone, Peru, Paraguay, El Salvador, Suriname, Saint
MaartenTurks and Caicos Isds, Trinidad and Tobago, Uruguay, Saint Vincent and
the Grenadines, Venezuela, Br. Virgin Isds, US Virgin Isds, LAIA, nes, Caribbean,
nes, CACM, nes
CanadaGreenlandSaint Pierre and MiquelonUnited States Minor Outlying
IslandsUSAUSA (before 1981)North America and Central America, nes
Others Free Zones, Antartica, Antarctica, Fr. South Antartic Terr., Fr. South Antarctic
Terr., Bunkers, Special Categories, Br. Antarctic Terr., Neutral Zone
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica206
TABLA 3
Resumen de las fuentes utilizadas
FUENTES
(PERÍODO)
INFORMACIÓN NOTAS
United Nations
Comtrade
Database (1962-
2016)
Comercio bilateral físico
y monetario
En Colombia, Costa Rica, Guatemala y
Nicaragua la serie empieza en 1965. En El
Salvador y Honduras en 1963. En Uruguay
en 1970.
Liga de Naciones
(1913, 1920-
1934)
Comercio físico total México (1925-1934), Honduras (1921, 1922,
1924, 1925), Nicaragua (1913), Bolivia
(1913, 1920-1931), Chile (1925-1934),
Ecuador (1913, 1920-1928, 1931, 1932),
Paraguay (1913, 1920, 1921, 1924-1931),
Perú (1923-1934), Venezuela (1913. 1920-
1933)
Anuarios
Estadísticos
de Comercio
Exterior
Comercio físico total Argentina (1910-1912, 1914-1919, 1935-
1962), Bolivia (1911, 1912, 1914-1919,
1942, 1945-1950, 1952-1959), Brasil
(1906-1912, 1914-1919, 1935-1961), Chile
(1917-1922), Colombia (1919, 1935-1962),
Costa Rica (1901-1912, 1914-1919, 1935-
1949), Ecuador (1909-1909), México (1911-
1924
8
, 1935-1962), Paraguay (1914-1916,
1953-1959), Perú (1935-1962), El Salvador
(1909-1912, 1914-1919, 1940-1949, 1952-
1962), y Venezuela (1911, 1912, 1914-1919,
1934-1962).
Instituto
Internacional
de Agricultura
(1928-1948)
Comercio físico
agropecuario
Los datos de 1909 a 1921 no siempre son
consistentes con las cantidades del periodo
siguiente, debido diferencias grandes en
cantidad de productos registrados.
Mitchell (2015) Series históricas para
una selección de países y
productos
Colombia: petróleo y café; Ecuador: cacao
y café; Perú: algodón; Venezuela: petróleo;
Chile: hierro; Brasil: carbón, petróleo,
hierro, café, cacao, algodón, goma, azúcar;
Argentina: carbón, carne, lana, algodón, trigo,
lino y maíz; Uruguay: carne y lana.
Base de datos
WTO (2019) y
MOxLAD (2019)
Índice de importaciones
y exportaciones en
comercio monetario y
físico por país
Proxy para interpolar los valores no
disponibles
Juan Infante-Amate, Alexander Urrego Mesa & Enric Tello Aragay • Las venas abiertas de América Latina en la era del... 207
AGRADECIMIENTOS
Queremos agradecer la ayuda de Julio Reina (Universitat de Barcelona),
Emiliano Travieso (Universidad de Cambridge) y Wilson Picado (Universidad
Nacional, Costa Rica) para la reconstrucción de las series históricas de Ecuador,
Uruguay y Costa Rica, respectivamente. Presentamos una versión preliminar de
este trabajo en un seminario organizado por el Center for Advanced Latin American
Studies en la Universidad de Costa Rica el 2 de noviembre de 2019.Agradecemos
los comentarios recibidos por los asistentes y, muy especialmente, a Ronny Viales y
a Anthony Goeble (Universidad de Costa Rica) por organizar el evento. Este trabajo
se ha nanciado con el proyecto ‘Agroecological History’ RTI2018-093970-B-C31
y C33 del Ministerio de Economía y Competitividad.
NOTAS
1 En efecto, hay excepciones a esta regla. Muchos autores de la ortodoxia liberal han considerado
que la especialización en productos primarios responde a las ventajas comparativas de la región
y que la proliferación de este modelo de especialización es, en consecuencia, benecioso para
todas las partes. Un resumen en Cardoso (1977).
2 En este sentido es obligado mencionar las decenas de trabajos publicados en el marco de la
Sociedad Latinoamericana y Caribeña de Historia Ambiental y en su revista HALAC. A modo
de ejemplo: los impactos de la expansión azucarera en Cuba (Funes, 2004); el cambio forestal
en Argentina (Zarrilli, 2004), el Amazonas (Pádua, 2010) o Costa Rica (Goebel, 2013); o la
expansión del café en Centroamérica (Gallini, 2009; Infante-Amate & Picado, 2018).
3 La teoría económica convencional se basa en lenguajes de valoración monetarios que no captan
adecuadamente los impactos sobre el medio ambiente: el valor de mercado de un bien, sugieren
los economistas ecológicos, no es indicativo del impacto ambiental que genera, es más, ni
siquiera informa bien sobre su grado de escasez (Hornborg, 2012; Martínez Alier & Muradian,
2015; Daly, 2019). La Economía Ecológica, por el contrario, utiliza métricas de valoración
biofísicas, más ajustadas al ‘lenguaje de la naturaleza’. En este sentido, una de sus principales
contribuciones ha sido el desarrollo de metodologías estandarizadas para caracterizar la base
material de los sistemas económicos.
4 Igualmente, existen estudios de carácter global en los que se analiza América Latina como una
entidad territorial (p.ej., Schandl y Eisenmenger, 2006; Schaartzik et al., 2014).
5 Obviamente esta hipótesis es totalmente plausible dada la gran cantidad de evidencias
locales existentes.
6 Suponiendo, con un ejercicio muy simplista pero prudente, que las exportaciones previas a
1900 se mantuvieron relativamente estables a lo largo del tiempo.
7 Esta lectura fue la base para el desarrollo de teorías mucho más radicales, como las ‘teorías de
la dependencia’ o del ‘sistema mundo’ que no solo corroboraban la existencia de intercambios
desiguales, sino que sostenían que éstos se producían por la existencia de relaciones de poder
Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 177-214. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica208
desiguales que perpetuaban el desarrollo del Sur global (Frank, 1967; Emmanuel, 1972).
En estudios recientes, otros autores, sin entrar en el impacto económico de este patrón de
especialización, cuestionan el papel dependiente de América Latina. Sostienen que la región no
fue una ‘víctima pasiva’ o una ‘simple marioneta’ de poderes exteriores, sino que sus actores
internos tuvieron un papel muy relevante en las relaciones con otros países y que incluso
llegaron a inuir decisivamente en las economías exteriores (Topik, Marichal & Frank, 2006).
8 Corresponde a exportaciones de petróleo.
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