Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(2): 66-84. Julio-diciembre, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica76
sobresale la palabra homosexual en el título de la noticia, sólo mencionando esa
orientación sexual o diciendo frases que llamaban a la preocupación ciudadana tales
como: “Ataca(n) homosexual(es)” (“Atacan homosexuales”, 19 de noviembre de
1982, p. 7; “Ataca homosexual”, 14 de agosto de 1986, p. 10). Con ello, se sugería una
embestida peligrosa de esa población y desenlaces probablemente contraproducentes
para la tranquilidad costarricense de aquellos momentos. Ya solo con nombrarlos en
el titular se podía inferir que quien leía podía tener presente que la nota trataría sobre
algún supuesto desorden social atinente a esta condición.
Previo a la organización producida como consecuencia de la epidemia del SIDA,
los homosexuales eran descritos por los reportajes de La República como sujetos
que se excitaban con facilidad, que deseaban provocar y que gustaban vestirse como
una mujer. En términos generales, estos fueron representados como seres vulgares,
desinhibidos y que podían transgredir lo que era moral y socialmente esperado. Los
hombres homosexuales fueron retratados como deambulantes nocturnos de las calles,
que vendían sus cuerpos para ganar dinero, igual que lo hacían las prostitutas. Ellos
fueron plasmados como sujetos histéricos que tenían la capacidad de hacer cualquier
cosa para llamar la atención o para cumplir sus fantasías. En resumen, fueron retra-
tados como sujetos peligrosos: roban, matan, atacan y asaltan a la ciudadanía. Poste-
rior a la revisión de las noticias de sucesos, las características que se pueden agrupar
y que resumen la impresión que se tenía de ellos eran las siguientes:
a) Anormales y delictivos: No sólo fueron percibidos como sujetos que tenían
prácticas opuestas al papel que supuestamente debían desarrollar (actos contra natura),
sino también parecía que sus conductas eran incongruentes con el sistema judicial
(actos contra la legalidad) y que nalmente impactaban a la sociedad en general
(actos contra los contratos sociales y sexuales). Eran sujetos que se concentraban en
hacer el mal y que violentaban cualquier norma social. Las notas informativas de los
sucesos daban cuenta de que cometían delitos como asaltar bancos (“Homosexuales
asaltan banco”, 23 de agosto de 1972, p. 4; “Ataca homosexual”, 14 de agosto de
1986, p. 10), asaltos y timos (“Atacan homosexuales”, 19 de noviembre de 1982, p. 7),
homicidios (“Celos entre homosexuales”, 5 de enero de 1971, p. 10; “Homosexual
cometió”, 4 de octubre de 1972, p. 4), hurto de motocicleta (“Homosexuales roban
moto”, 17 de diciembre de 1986, p. 11), violaciones (“Detenido homosexual”, 11 de
enero de 1984, p. 10) suplantación de identidad con nes sexuales (“Homosexual
suplanta”, 15 de mayo de 1987, p. 13), actuaciones inmorales como quitarse la ropa
en público (“10 homosexuales”, 29 de diciembre de 1974, p. 28), cometer contra-
venciones para “visitar a sus amigos que están internados” en la cárcel (“Medida
disciplinaria”, 26 de marzo de 1977, p. 12), entre otros.
b) Afeminados: Los homosexuales fueron personicados como sujetos que
gustaban vestirse de mujer y auto nombrarse de forma femenina. De las pocas veces
que se reeren a ellos con un nombre propio, se les recalcaba sus seudónimos femi-
nizados como La Ginger, La Cebra, La Violeta, Jéssica, Rosaura, Leticia, María,
Elizabeth, Candy o Patricia. Se decía de ellos que usaban prendas no masculinas