Diálogos Revista Electrónica de Historia, 22(1): 114-133. Enero-junio, 2021. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica120
Para Solís (1985), esta concepción desdibujaba a los actores y su agencia. La acción
del partido consistía entonces en intervenir para el desarrollo necesario de cada etapa.
Durante el período de estudio, el PVP caracterizó a la etapa de la revolución que vivía
Costa Rica como anti-feudal y antiimperialista. Además, entre las tareas principales en esta
etapa se planteaban el desarrollo económico nacional, el impulso a la reforma agraria, y la
defensa de la soberanía nacional y el régimen democrático. Esto le llevó a tener una concep-
ción amplia de las fuerzas motrices de la revolución, donde cabía desde la clase obrera hasta
capitalistas progresistas y patriotas, categorizados como burguesía nacional (
Salom, 1987
).
La coincidencia racional de los intereses de los grupos con los objetivos de
la etapa en cuestión determinaría la adhesión de estos a las fuerzas motrices revolu-
cionarias, reduciendo estos objetivos a una visión economicista de la historia. Así, la
burguesía nacional, en tanto estaría interesada en el desarrollo económico nacional,
debería colocarse del lado antiimperialista, al ser el imperialismo el principal lastre
que impedía el desarrollo económico nacional de acuerdo con el pensamiento de Mora
y el PVP. Así, la oposición imperialismo-antiimperialismo, desarrollo o subdesarrollo,
funcionó como determinante de su política de alianzas (Solís, 1985). Se puede entonces
plantear que los postulados ideológicos y programáticos del PVP iban en sintonía con
los que el movimiento comunista latinoamericano sostenía en esta época.
De esta manera, desde nales de la década de 1950, pero con más claridad ya
en la década de 1960, el PVP empezó a caracterizar al Partido Liberación Nacional
(PLN) como un partido fundamentalmente progresista (Merino, 1996). Conside-
raba que la preponderancia numérica de la pequeño burguesía y burguesía nacional,
entendidas como fuerzas democráticas, le daba mayores condiciones para hacerle
frente al imperialismo, a diferencia de Unicación Nacional, partido que ligaban más
claramente a la oligarquía imperialista. Así, a lo largo de todo el período de estudio,
el PVP, y con mayor claridad Manuel Mora, albergó de manera permanente la espe-
ranza de poder llegar a formar un bloque patriótico, democrático y antiimperialista
con el PLN o con fuerzas internas de ese partido que rompieran con el imperialismo.
Fue constante además la estrategia de buscar acercar a los llamados sectores demo-
cráticos de los demás partidos de la burguesía en general (Salom, 1987).
Para Solís (1985), esta coincidencia de tareas y objetivos con el PLN, planteada
por el PVP y derivada de una concepción economicista del socialismo, redujo de
manera importante su capacidad de establecer una posición crítica frente a esa orga-
nización y posicionarse como una alternativa política frente a la población. Para el
sociólogo, para plantearse como una alternativa distinta era fundamental, a partir de la
convicción de lo negativo del presente, elaborar la añoranza a algo distinto de lo que
existía. Según Solís en el PVP esta elaboración fue débil a falta de una crítica elabo-
rada de la democracia liberal costarricense que posibilitara posicionar con consis-
tencia la necesidad de una democracia socialista que la superara. Como señala Merino
(1996), para Mora la democracia era un instrumento de lucha que los comunistas
costarricenses debían saber usar para construir el socialismo y no un instrumento de
la burguesía o de dominación de clase. Era así, una democracia sin adjetivos.