Diálogos Revista Electrónica de Historia, 23(1): 1-12. Enero-junio, 2022. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica6
“contrarrevolución digital sin líderes”, en la que las extremas derechas “han
capturado” la web. Esta cultura de imágenes, humor, sátira y memes, así como su
falta de límites morales, tabús, o restricciones, es lo que le ha brindado a la alt-right
su fuerza juvenil. Las personas se agrupan virtualmente para criticar al stablishment
(progresista) y pensar una nueva política, en espacios que constituyen una “androsfera”
compuesta, mayoritariamente, por varones jóvenes desempleados o con empleos de
mala calidad, con poca educación y con escasos contactos con las mujeres, enojados y
abanderados de un “masculinismo antifeminista”, conocidos como incels (involunta-
riamente célibes), quienes se autoperciben como víctimas de la tiranía progresista-fe-
minista. En esta batalla cultural, han construido un estereotipo de la persona progre-
sista, como un burgués (que niega serlo) anticapitalista que consume bienes caros,
que no puede resistirse a imponer sus ideas de corrección política y justicia social,
dogmático, enemigo de la libertad de expresión y amante del Estado de bienestar
En el tercer capítulo se estudia cómo las corrientes libertarias se corrieron a
la extrema derecha y se aliaron con conservadores y autoritarios. El cuarto capítulo
se dedica al estudio del fenómeno del “homonacionalismo” y los vínculos entre
sexualidad y extrema derecha. El homonacionalismo hace referencia a una arti-
culación entre homosexualidad, nación, raza y clase, en el que las extremas dere-
chas utilizan los derechos de las personas sexualmente diversas como símbolo del
progreso occidental frente a la “barbarie” del mundo árabe e islámico, que a través
de la migración se convierte en una amenaza real para Europa, en peligro de ser
“reemplazada”. De esta forma, los derechos de las personas sexualmente diversas
se utilizan en clave xenofóbica y supremacista.
El quinto y último capítulo estudia los vínculos entre ecología y extrema
derecha, y el surgimiento del ecofascismo, tendencias que combinan la defensa
del ambiente con la pureza racial, culpando, entre otras cosas, a la migración, a
la globalización, y a la sobrepoblación de los países del tercer mundo de la crisis
climática actual, y, frente al eventual agotamiento de los recursos, proponen que
cada comunidad eche mano de sus habilidades para sobrevivir, y excluya a quienes
las pongan en peligro o las limiten.
Finalmente, en el epílogo de la obra se reexiona sobre las vías o posibilidades
de acción para las izquierdas y progresismos en este crítico escenario. Aquí el autor
valida y dialoga con la tesis de Nancy Fraser sobre la trampa que supone actualmente
para las izquierdas caer en la dicotomía electoral entre, por un lado, un neolibera-
lismo progresista y, por el otro, un populismo reaccionario. A partir de la experiencia
electoral estadounidense, Fraser reexiona sobre el apoyo de grandes contingentes de
personas trabajadoras, desempleadas y excluidas de las ganancias del modelo neoli-
beral hacia la candidatura de Trump (un populismo reaccionario) en rechazo al neoli-
beralismo progresista de Hilary Clinton y el Partido Demócrata. No obstante, la solu-
ción para romper este clivaje no es sencilla, ni está escrita en un manual.
Para Stefanoni, si bien la candidatura de Sanders fue una opción interesante
en esa dirección, una apuesta similar en países donde sí existió, en el siglo XX, un