Diálogos Revista Electrónica de Historia, 23(2): 1-19. Julio-diciembre, 2022. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica14
Juan Ortiz de Valdivieso, Luís de Mejorada, Alonso Carrillo, Gabriel Ramírez, Diego
de Altamirano, Juan de Cañizares, Diego de Altamirano, Alonso Paz, Francisco de
Herrera, Luís Jerónimo y Juan Moreno Verdugo (AGI. Contratación, 5538, L.2).
De entre todos los mencionados destacaron el religioso extremeño llamado
Pedro de Azuaga, que estudió teología en Salamanca y partió desde Andalucía a
Nueva Granada en 1577, llevando 18 franciscanos y, posteriormente, fue comisio-
nado a enviar misioneros a Nueva Granada y a México. En 1596 se convirtió en
Obispo de Santiago de Chile; falleció un año después (Schwuartz, 2010, pp. 194-195).
Los primeros franciscanos que llegaron a Caracas los trajo el Fray Alonso
Vidal desde Santo Domingo en 1575, los que fundaron el primer convento franciscano
de Caracas, llamado de la Limpia e Inmaculada Concepción de Nuestra Señora de
Caracas (Arellano, 1988, p. 1). Después de cinco años, en 1580, regresaba como comi-
sario con 12 franciscanos traídos, esta vez, de la Metrópoli. Dos años más tarde, el 23
de febrero de 1582, fray Martin de Ávila fue autorizado a salir de la Metrópoli hacia
Quito y Chile, llevando a 15 franciscanos. El próximo fray enviado en 1584 a Quito
con 24 religiosos fue Fray Juan de Alcocer (AGI. Contratación, 5538, L.2, f.21v-22r.).
El comisario principal de todas las provincias del Perú, Jerónimo de Villacarillo,
regresó en 1583, después de estudiar en la Universidad de Alcalá por cuatro años
ante la necesidad que tenía el Perú de religiosos que supiesen teología para sustentar
pulpito. En 1584 fue sustituido por Fray Pedro de Molina, quien se embarcó hacia
Lima con 6 franciscanos. En 1588, Fray Antonio Ortiz, natural de Salamanca, fue
nombrado Comisario General de las Provincias del Perú, se convirtió en confesor del
virrey Manso de Velasco y fue fundador de un convento recoleto en Lima. En este
contexto, Fray Baltazar Navarro obtuvo permiso el 26 de abril de 1588 para pasar al
Perú, aunque su destino era Tucumán (Peña, 2011, p.20), con 12 franciscanos en la
nao de Gaspar Núñez, que formaba parte de una ota conformada por 26 navíos. Este
comisario partió al Perú, según el registro de la Casa de la Contratación, con Fray
Luís Bautista, Fray Benito de las Posadas, Fray Antonio Bullones, del Convento de
Baeza, Fray Alonso de Mesa, Fray Andrés Pesado, del Convento de Andújar, Fray
Luis Mires, Fray Diego de Laguna, del Convento de Jaén, Fray Juan de Viedma,
Fray Alonso Navarro, del Convento de Teba, Fray Juan de la Mota, Fray Francisco
Benítez del Convento de Antequera, Fray Lázaro Díaz del Convento de Madrid. El 13 de
marzo de 1589, este grupo viajó con el nuevo virrey del Perú, García Hurtado de
Mendoza, y el futuro santo Fray Francisco Solano, quien no aparece en la lista ocial
de misioneros del comisario. El grupo de religiosos llegó sin novedad a Cartagena de
Indias el 7 de mayo de 1589. De allí, partieron el 16 de junio de aquel año hacia el puerto
del Nombre de Dios y luego se dirigieron a Panamá. El 28 de octubre salieron rumbo al
Perú. Sin embargo, la nao que llevaba a los franciscanos naufragó y los sobrevivientes
se guarecieron en una isla en espera de ayuda. Al ser rescatados prosiguieron su viaje
marino hasta Paita, y de ahí a lomo de mula hasta Lima. El padre Superior Baltasar
Navarro, Francisco Solano, y otros siete compañeros, partieron a Santiago del Estero,
capital de la gobernación de Tucumán, donde llegaron el 15 de noviembre de 1590.