Dennis Sevillano Payes • El Chilamatal:Historia de las movilizaciones sociales por el recurso tierra en el valle de... 55
de Opico, dedicándose a la producción de granos básicos maíz-frijol, caña de azúcar,
y comercialización de agua que era trasportada desde el río el Jute, auente del
Sucio para la comercialización de los viajeros del ferrocarril que pernoctaban el
Chilamatal y las explotaciones agrícolas (Sermeño, 2010). En efecto la ubicación,
recursos tierra- agua, propiciaron la construcción de la estación de bombeo para
la ruta ferrocarrilera. Las oportunidades laborales que generó esta construcción
determinaron el alto número de establecimientos campesinos de subsistencia en su
mayoría de forma ilegal, y de pequeños y medianos propietarios.
Estos asentamientos ilegales tensionaron las relaciones en torno a los intereses
económicos en derredor de la tierra contra el latifundista Emeterio Ruano, propie-
tario de la Hacienda Zapotitán, especializada en la explotación ganadera y el Distrito
de San Juan Opico, generando organizaciones y resistencias. Entre los medianos
propietarios estaban: Carlos Argumedo, Jorge Alas, Miguel Arteaga, Coronado
Sevillano, Aureliano Moreno, Pablo Cándido (Arteaga, 2007, p.16), destacándose
Arteaga. Arteaga nació en San Juan Opico y se radicó en el Chilamatal, trabajó en
labores administrativas en la hacienda San Andrés y “era amigo de conanza de los
dueños de esta propiedad” en especial de Francisco Dueñas, de este trabajo y de
su amistad con Dueñas, se hizo de capital suciente para comprar parte de la nca
La Esperanza de la familia Jáuregui y los colindantes de esta propiedad, Francisco
Argueta, Alejandro Portillo y Rosa Marroquín, cultivando café, maíz, frijoles y caña
de azúcar procesada a través de molienda.
Arteaga era de los campesinos que tenía propiedades legales al momento de la
fundación del Chilamatal como pueblo, además de ser el primer alcalde entre 1922-
1924. Partiendo de lo anterior, la lucha por la tierra en el Chilamatal se desarrolla en
dos frentes: el primero fue contra Emeterio Ruano, dueño de la Hacienda Zapotitán,
seguidamente contra las autoridades de San Juan Opico. El motivo de la lucha por la
tierra contra Ruano se dio por los intereses económicos y sociales contrapuestos por
la explotación y tenencia de la tierra. En primer lugar, estaba la necesidad de desa-
rrollar la agricultura de subsistencia con base en maíz, frijol, y vivienda que tenían
los campesinos asentados de manera ilegal, y la urgencia de explotar la monopru-
dución de caña de azúcar por parte de los medianos propietarios. Estos intereses se
contrapusieron con los de Ruano. Para 1910, se desarrolla el primer conicto entre
medianos y colonos campesinos vs el campista o mandador de Emeterio Ruano, tal
como lo relata Juan Arteaga Morán, ex alcalde del Chilamatal-Ciudad Arce e hijo de
Miguel Arteaga:
Estos inmigrantes se avecindaron en terrenos de esta hacienda (Zapotitán) sin
la aprobación del dueño, don Segundo Emeterio Ruano, quien les mandó una
orden de desalojo de sus tierras y advirtió por medio de un campisto que sí no
se iban les mandaría a dar fuego a los ranchos. Ante esta inminente amenaza,
los vecinos se organizaron y le mandaron a decir a don Segundo Emeterio
Ruano, que, al quemar el primer rancho, le abrirían fuego con sus escopetas de
viento. Supuestamente por esto, don Segundo Emeterio Ruano desistió a dar
cumplimiento a sus advertencias. (Arteaga, 2007, pp.14)