Robert Hurtado Madrigal • La nacionalización de la enseñanza primaria en Limón, Costa Rica... 77
Las materias del plan incluían matemáticas, gramática, ciencia, historia
universal, higiene y caligrafía (Senior, 2007). Como se muestra en el programa de la
Tabla 1, el énfasis de la escolarización era la anglicanización, lo cual se manifestó en
la mayor cantidad de lecciones dispuestas a la lectoescritura, ya que la lengua inglesa
era el rasgo de civilización más importante para los negros de las colonias britá-
nicas. No obstante, los planes más completos, como el modelo presentado, inclu-
yeron asignaturas como Aritmética , Ciencias, Geografía, Poesía, Canto, Dibujo y
Principios Cristianos, además otras materias consideradas útiles. Por ejemplo, en el
plan examinado se incluye “sewing for girls & gardening for boys”. Lo enseñado
en cada materia se denía por los contenidos o lecturas incluidas por los libros de
textos, que eran extensos y se acompañaban con ilustraciones, y en el caso de aritmé-
tica, de ejercicios. En Ciencia, el Tropical Readers enfatizó en contenidos dirigidos
a aprender sobre agricultura, las plantas, su cultivo y su estudio económico, como
la caña de azúcar (Wortley, 1911). En Geografía, el Royal Readers N° VI de 1925,
contenía la descripción de diferentes entornos físicos en las regiones del mundo, y
en el caso de Historia y Educación Cívica, había lecturas sobre historia universal,
grandes hombres e invenciones, historia de Gran Bretaña y sus colonias, así como la
Constitución y la organización política.
En aspectos pedagógicos, estos libros de texto eran esenciales para los maes-
tros, ya que la enseñanza era memorística e individualizada. Aunque en materias
como ciencia, los mismos textos Tropical Readers sugerían actividades didácticas
como la experimentación y el uso de otros materiales, como ilustraciones e instru-
mentos (Wortley, 1911). Como lo muestra la Tabla 1 , el día iniciaba con una oración,
todos los días se revisaban las tareas y se utilizaba el libro. En el procedimiento de
las lecciones de lectura en lengua materna, se desarrollaba de la siguiente manera:
en un mismo salón, sin divisiones o paredes, los estudiantes se agrupaban en mesas
según su edad y nivel de instrucción, al mismo tiempo que la maestra se situaba en
una posición estratégica para supervisar todo. En la pizarra, la maestra escribía las
instrucciones para cada grupo, como los números de las páginas o el título de la
lectura del libro de texto asignada para esa lección. Mientras evaluaba a los estu-
diantes más adelantados, cada grupo repasaba su lectura de manera individual, con
la ayuda de los compañeros más avanzados, hasta que fueran llamados. Terminada
la lectura, la maestra asignaba un párrafo a cada miembro del grupo para leerlo en
voz alta frente a ellos. Debido al temor a cometer errores y el castigo corporal que
ello suponía, los estudiantes intentaban memorizar las lecturas. Dado el gran número
de estudiantes, los maestros mantenían el orden a través de la amenaza de recibir un
castigo físico (Castillo, 2002).
Asimismo, el aprendizaje se demostraba con la resolución de los ejercicios en
Aritmética, con los dictados, la escritura y las lecturas cotidianas frente al maestro
en lengua materna, así como las rigurosas pruebas orales en las que el estudiante
exponía lo memorizado. Por cada cuatro errores, recibía un “fajonazo” (un golpe con
un cinturón o correa) (Zapata y Meza, 2008). Aprobar signicaba avanzar a un libro