“…Largas "colas" de ciudadanos se hallaban formando en cada una de las mesas, a
pesar de ser día de trabajo, concurriendo trabajadores, hombres y mujeres, miembros de
todos los partidos empeñados en el triunfo…” (La Hora, 26/11/1948).
Los llamados constantes, por todos los bandos en disputa, a la mujer guatemalteca para
asistir a las urnas, tuvo un magnífico efecto y de seguro hoy será mal día para los
esposos que tendrán que conformarse con almorzar lo que buenamente puedan mientras
su cónyuge asiste a cumplir con su deber de votar. El recorrido de un reportero…
[encontró que] estaban separados los electores, habiendo una mesa especial para
mujeres y dos más para hombres. En cambio en las otras mesas se habían unificado las
colas y se confundían hombres y mujeres en una sola "culebra" [...] (El Imparcial,
26/11/1948).
“…Se notó muy copiosa la concurrencia a votar, de las mujeres, habiéndose dado el
caso -indudablemente animadas o instigadas por el elemento clerical- de que las amas
de casa llegaban en sus lujosos automóviles llevando a todos los miembros de la
servidumbre a sus órdenes, para que votaran por la planilla de oposición. Por otra parte
y en términos generales, hubo un gran entusiasmo, sobre todo el viernes 26 de
noviembre, primer día de elecciones, decayendo ese entusiasmo el sábado y domingo;
haciéndose notable la ausencia de votantes dentro del elemento trabajador y
especialmente de obreros organizados…” (AHDREM. Nota confidencial 2/12/1948,
Exp. III-1022-5).
Un poco después se otorgó el voto a las mujeres analfabetas, las cuales lo ejercieron en
las elecciones presidenciales de noviembre de 1950 (El Imparcial, 10-11/11/1950). El día
previo a las elecciones, la prensa anunció: "…todo está listo para los comicios ordenados,
declara gobernación. Ejército y guardia prontos para impedir alteraciones en el orden
electoral…" Entre tanto, en los dos días siguientes los periódicos se mostraban eufóricos por
la respuesta masiva de votantes que acudieron a las urnas; destacaban la participación de las
mujeres analfabetas quienes por primera ocasión tuvieron oportunidad de sufragar; y
señalaban, entre otras cosas: "…votaciones sobre pasan todo récord anterior. Largos ríos de
electores colean ante 49 mesas. Las mujeres ponen la tónica colorida; afluencia de votantes en
las aldeas…" (El Imparcial, 11/11/1950).
De acuerdo con el recuento preliminar de votos, desde el primer día, Arbenz tomó la
delantera, seguido por Ydígoras y García Granados. Arbenz tomó posesión de su cargo, en