3
“Acta de entrega de los documentos y cartas a don Armando Méndez Fuentes por parte de Mercedes
Turcios Vda. de Cubas Alvarado, con sus respectivas firmas y con la firma de los testigos Visitación
Padilla, escritora, y el pastor adventista Roberto G. Jones. En Tegucigalpa, año 1952” en Álbum
Empastado de Correspondencia para y de Froylan Turcios. (AAMF).
4
Sobre la problemática del genero y sus metodología en Honduras, consulte Gold (2002) pp. 21-24.
(AAMF).
5
Sobre Proust y Turcios, declara Funez, “En cuanto a la influencia de la obra de Proust en Turcios,
sinceramente le diré que, al menos directamente, no encuentro ninguna. La obra de Proust era demasiado
moderno para impresionar a Turcios, que tenia predilección especial por los autores decadentes (Lorrian,
Laforgue, Villers de L'isle Adam, Pierre Louys, Loti, D'Annunzio, Valle-Inclan, Maeterlinck y Wilde). De
Wilde, que usted conocerá muy bien, hay una obra de teatro que influye mucho en Turcios, es "Salome"
(1891), sobre todo lo relacionado con el tema de la `mujer fatal‟”. Comunicación Personal.
6
En el 2000, en Tegucigalpa entreviste a ambos sobre el tema.
7
Carta, Armando Méndez Fuentes a Manuel Flores, de Nueva York a Michigan, 6 de diciembre, 1991.
(AAMF).
8
“Morar con el Divino Quijote”. Este poema, quizás redactado en 1998, se encuentra al final de un ensayo
titulado, “El Divino Quijote.” Este ensayo retoma también el tema del arrepentimiento. Dice, “por su amor
infinito y el perdón de mis pecados eficazmente debemos aceptar humildes con mis hermanos amados la
necesaria conversión al Divino Quijote que existía antes de la cosmología….” (AAMF).
9
Zúñiga Huete (1949), pp. 42-50. Huete en esta semblanza empleo el seudónimo de Serafín García. El
historiador Ramón Oquelí, autoridad sobre estos cosas, nos aseguró que Zúñiga Huete utilizaba dicho
seudónimo. La vida intima del poeta Rafael Heliodoro Valle aun no se ha abordado. Recientemente se
publicaron cartas cruzadas entre Valle y el poeta colombiano Porfirio Barba Jacob que evidencian una
pronunciada orientación por parte de Valle hacia las aventuras homosexuales de Barba Jacob. (Vallejo 1992),
pp. 109-111, 118-122, 123-127, 128- 136-146 y 152-160. Agradezco al poeta hondureño Oscar Acosta, autor
de una biografía de Valle publicada en 1964, esta referencia.
10
Sevilla Gamero y Méndez Fuentes estaban al tanto de códigos clandestinos homosexuales que facilitaban
comunicación entre si. En una carta de 1965, Sevilla Gamero declaro, ¿Que si pertenezco a los `41‟? – Si,
supongo que si….” Carta, Luis Hernán Sevilla Gamero a Armando Méndez Fuentes, Tegucigalpa a Nueva
York, setiembre 20, 1965. (AAMF). Suponemos que la referencia es los “famosos 41” en la historia
moderna del homosexualismo en México de 1901 en delante. (Irwin 2000).
11
Sevilla Gamero (1966).
12
El archivo que heredamos de Méndez Fuentes y su biblioteca personal registran amplios detalles y pistas
para darle seguimiento a numerosos nexos entre su vida literaria y el contexto de la “revolución sexual” de
la época. Para una perspectiva general de ese contexto, ver a Allyn (2001).
13
Carta, Luis Hernán Sevilla Gamero a Armando Méndez Fuentes, Danlí a Nueva York, 13 de marzo de
1985. En un fragmento de otra carta sin fecha, Sevilla Gamero le declara Méndez Fuentes, “¿Por qué no te
decides a dar a la publicidad tus “Lotos del Pantano”? Ya te lo he dicho muchas veces: `Santo que no es
conocido, no es venerado‟.” (AAMF).
14
El esfuerzo de Méndez Fuentes fue verdaderamente vanguardista, especialmente en el contexto del
conservadurismo que reinaba en las décadas de 1960 y 1970 sobre la investigación de la historia de la
sexualidad aun en los países mas desarrollados. Wiesner-Hanks (2001), p. 208.
15
Esta incineración de correspondencia se asemeja a rituales en contextos de amores y romances entre
mujeres en los EE.UU. Freedman (2001).
16
En Honduras, no existe una historiografía sobre la hetero- u homo- sexualidad en sí. Existen solo
observaciones bastante generales. Ver a Rina Villars (1999). Aun en la literatura se carece en este sentido.
“Parece ser que el tema del erotismo en el marco de la sociedad nacional causa aún todavía ciertas
reacciones de rechazo, más que de entendimiento sobre el fenómeno de la modernidad.” Salinas Paguada y
Cárdenas Amador (1993), p. 1.