1.
INTRODUCCION
1.1
La tecnologia, ruta directa al
cambio
La
tecnología ha
cambiado la forma
en que las personas se comunican y ha creado nuevas posibilidades de
transmitir cultura, información, educación y conocimiento. La
pedagogía, con sus métodos de enseñanza, aprendizaje e investigación,
ha evolucionado debido a la tecnología, a tal punto que ahora estos
métodos son más variados y dinámicos.
En
el uso de la
tecnología, la
biblioteca debe ser la primera en decir presente a estos cambios para
ayudar y apoyar el crecimiento de las comunidades de nuestro país. Hoy
en día aún existen muchas bibliotecas en nuestro país que no cuentan
con una computadora; todos los servicios se hacen de forma manual, no
todo el personal es profesional y muchos trabajan de forma empírica.
Además, algunos maestros o profesores han sido asignados para
administrar una biblioteca como un recargo y no cuentan con estudios en
bibliotecología. A esto se agrega, como dice el principio de
administración, que ofrecen resistencia al cambio y la tecnología,
haciendo que vivamos todavía en bibliotecas de mitad de siglo pasado,
donde la tecnología aún no había penetrado las bibliotecas.
1.2
¿Cuál es, entonces, el aporte y
avance que transmitimos a la comunidad de nuestro país?
Como
la biblioteca
es sinónimo de
progreso para cualquier pueblo del mundo, una biblioteca con tecnología
debe desarrollar habilidades, destrezas y competencias de información
en sus usuarios. Los usuarios actuales no son los mismos del siglo
pasado, ahora cada niño es nativo de esta época tecnológica y
los
adultos somos migrantes. Los niños de hoy en día la ven con mucha
normalidad; vivimos hoy en una sociedad que consume todo tipo de
tecnologías; por ejemplo, si se ofrece un teléfono móvil, una tablet, o
una computadora a un niño, sin darle ningún tipo de instrucción de
manejo, en cuestión de momentos estará jugando o haciendo cualquier
cosa con el aparato, dominándolo, y después no querrá devolverlo. En
este sentido, observamos la influencia de la tecnología en el niño.
Definitivamente, la tecnología cautiva sus mentes y las de personas con
acceso a estas herramientas. Por tanto, ¿estamos los bibliotecarios
preparados para ser mediadores y guías en el acceso a la información
necesaria para esta sociedad de la tecnología?
La
realidad nos
dicta que hay mucho
trabajo por hacer en la parte tecnológica de muchas bibliotecas (por no
decir la mayoría), debido a que se encuentran rezagadas, principalmente
debido a dos situaciones. La primera es económica y aquí es poco lo que
podemos aportar. La otra se trata del conocimiento individual o de
capacitación de cada bibliotecario, donde cada uno debe de empezar por
su metro cuadrado, es decir, capacitándose individualmente por medio de
cursos del Colegio de Bibliotecólogos, leyendo revistas tradicionales y
electrónicas, buscando información por medio de Internet,
intercambiando información con colegas, para luego ir organizándose y
continuar hacia las comunidades de nuestro país.
Para
ello, debemos
avanzar por
etapas y en forma organizada para conocer dónde estamos y adónde
queremos llegar. Lo anterior involucra a muchas personas e
instituciones, tales como:
•
el Ministerio
de Educación Pública, para apoyar a las bibliotecas buscando recursos
tanto económicos como de equipo tecnológico para su desarrollo y,
asimismo, brindar entrenamiento o educación a las personas encargadas
de los recursos bibliotecarios, en el entendido de que, entre más
instruido sea el pueblo, más progreso tendrá el país.
•
las
universidades estatales, para construir instalaciones adecuadas de
edificios, con aulas y muebles adecuados, laboratorios de procesos y de
cómputo totalmente equipados, donde el estudiante tenga toda la
comodidad y facilidad para el aprendizaje con el suficiente material
didáctico.
•
las escuelas de
bibliotecología, para incentivar desde el principio de la carrera la
investigación, y además se realice programas especiales de
actualización de sus egresados, sin la obligación de llevar toda una
nueva carrera.
•
el Colegio de
Bibliotecarios, como una opción más para actualizarse, realizando
alianzas estratégicas con la empresa privada en donde se den trueques
entre servicio y equipo, además de patrocinios.
•
las
municipalidades deberían asignar un porcentaje mayor de sus ingresos al
cuido de sus bibliotecas públicas, realizar campañas en sus localidades
para lograr que el pueblo se interese, use y ayude más a las
bibliotecas de su localidad y aporte recursos tanto económicos como de
infraestructura a estos centros.
•
las empresas
privadas de cada localidad, las cuales, muchas de ellas, dirigen
recursos económicos a las comunidades para solventar distintos
problemas, podrían solventar solicitudes específicas de ayuda por parte
de los funcionarios de las bibliotecas de la comunidad (como por
ejemplo, donación de equipo de cómputo de punta, muebles, dinero y
otros).
Como
dice la
antropóloga Mead
(2005), “el futuro no está predeterminado ni es predecible,
más bien se
encuentra en nuestras manos para ser moldeado por las elecciones que
hacemos en la actualidad” (p. 329).
Cambiemos
el futuro
con las
acciones que ejecutamos hoy, realicemos lo que hace Finlandia, en donde
la información e innovación juegan un papel muy importante en la
económica de ese país, y se le da un papel preponderante a las
bibliotecas.
Dicha
actualización
debe realizarse
en las bibliotecas de nuestro país en infraestructura,
educación
y equipamiento tecnológico de punta a mediano plazo para que el
progreso económico arribe a nuestro país y, por tanto, el nivel de vida
y educación aumenten.
2.
DESARROLLO
2.1
Un poco de historia
Desde
el principio
del mundo todo
ha ido evolucionando, prácticamente nada ha permanecido estático, desde
las plantas, insectos, animales y hasta el mismo ser humano ha
evolucionado. Igualmente, la tecnología, desde que ingresó en el
quehacer de las personas, no se ha detenido ni por un momento, es como
un río embravecido que va arrasando con todo sin parar. La tecnología
ha cambiado la vida y costumbres de la humanidad y ha influenciado a
tal grado nuestra forma de ser que nos hemos vuelto más sedentarios.
Muchos de nuestros trabajos han cambiado de físicos a intelectuales.
2.2
Evolución de la escritura
Cuando
el ser humano
comienza a
expresarse por medio de la palabra, su conocimiento se trasladaba de
una persona a otra mediante mensajes orales. Luego, para no olvidar un
hecho y lograr transmitirlo a otros, inventaron la escritura. Se
conocen escrituras desde hace 5000 ó 6000 años antes de Cristo. La
escritura dio sus primeros pasos por medio de la protoescrituras
pictográficas; estas se presentaban como dibujos en las cuevas o
cavernas, y llegaron a desembocar en el siglo VII A.C. en la escritura
silábica cuneiforme. En el año 3100 A.C. se desarrolló la escritura
jeroglífica. Hacia el siglo IV A.C. esta escritura fue desapareciendo,
dando paso al griego. La evolución hasta el alfabeto romano se
desarrolló del Sumerio al Sinaítico, luego al Cananeo seguido por el
Fenicio, y después al Griego arcaico, pasando por el Etrusco y
terminando en el Romano. De este emergió el alfabeto llamado latino que
es el que actualmente utilizamos.
2.3
Evolución del medio escrito
Se
cree que el papel
fue inventado
en China, hacia el año 200 A.C. También se encuentran los petrogramas
(pinturas rupestres), como las pinturas de la India con los petroglifos
(tallas rupestres). La madera fue otro de los materiales usados con
profusión en Egipto junto con el papiro y el pergamino, cortada en
formas regulares que constituían tablillas que luego eran enceradas o
barnizadas.
También
se utilizó
piedras como el
mármol, granito y basalto, y entre los metales, el bronce era el más
importante. Con el descubrimiento del papel en China, se dejó atrás los
soportes habituales como el bambú, la seda, la madera y el hueso. El
uso del papel terminó de imponerse en toda Europa, para luego pasar en
los siglos XIX y XX a fabricarse el papel industrial, el cual hace que
la información se difumine con mayor velocidad. Con el advenimiento de
la tecnología, el medio escrito tuvo otra alternativa más acorde con la
ecología.
2.4
Conjunción del
papel, la
escritura y la tecnología
La
evolución del
papel se debió a
la necesidad de comunicarse y de recopilar o llevar un registro/control
de diferentes datos o acontecimientos, como por ejemplo,
cuentas
numéricas y otros registros tales como el tiempo, el comercio, la
defensa, la agricultura y otros. Antes de la escritura, los
conocimientos eran trasladados de una generación a otra oralmente, lo
que conllevaba la pérdida de valiosa información.
Al
iniciarse la era
de la
escritura, las necesidades de mejorar el medio sobre el que se escribía
se impuso y fue así como se llegó a utilizar el papel industrial por
muchos años en periódicos, revistas, libros, cuadernos, etc. El papel,
como medio para sustentar hechos, fue el amo y señor de uso para todo
tipo de escritura alrededor del mundo. No existía otro soporte igual o
mejor, ninguno se comparaba con su resistencia y valor económico. Se
diseñaron los soportes de papel de múltiples maneras y colores, de
diferentes estilos y formas, biodegradables o ecológicos.
2.5
Evolución de la tecnología
La
tecnología fue
evolucionando de
la mano del hombre y ha tenido diferentes etapas. En la edad
medieval los primeros avances tecnológicos fueron los relojes y los
molinos de viento, entre otros.
También,
con la
llegada de la
Revolución Industrial, periodo histórico comprendido entre la
segunda mitad del siglo XVIII y principios del siglo XIX, se dio, por
ejemplo, la invención de las máquinas textiles y a vapor.
La
tecnología siguió
avanzando y se
fue perfeccionando. El motor a vapor se empleó en los medios de
transporte y en el siglo XIX aparece el telégrafo por primera vez.
Uno
de los avances
más importantes
del siglo XX fue el teléfono y la computadora, los cuales brindan a las
personas la posibilidad de tener una comunicación más efectiva y rápida
y un bagaje de conocimiento e información más vasto.
La
computadora y las
comunicaciones
en el siglo XXI tuvieron un fuerte desarrollo y dieron paso a la
creación del Internet, que acortó las distancias entre las personas,
empresas, países y continentes, en relación con todo tipo de
transacciones y de conocimiento. El servicio con más auge en Internet
ha sido la world wide web (www o web), la cual ha contribuido a
facilitar muchos tipos de labores. Los avances tecnológicos son cada
vez mayores y hacen que las personas puedan estar interconectadas en
todo momento.
Con
el advenimiento
de la
computadora, también tuvo su génesis el documento digital, cuya
definición es:
Cualquier conjunto de
información
que conforme una unidad significativa independiente, registrada en un
soporte electrónico, constituye también un documento. Cualquier unidad
significativa independiente de información registrada en un diskette,
en un CD ROM o en un disco duro, es un documento. Sólo que en este caso
no es ya un documento impreso o un documento audiovisual sino un
“Documento Digital”; un documento que no recibe su nombre de la forma
mediática en que se presenta la información, sino directamente de la
manera particular como se registra (MSINFO,
s.f., párr. 3).
Al
inicio, cuando se
realizaba un
documento digital, se producía simultáneamente su
contraparte,
por supuesto, en papel, como una forma de respaldo. El papel era lo
único que tenía valor, el archivo digital era solamente algo
intangible, debido a que se podía alterar la información y, por tanto,
no era de fiar. Con el transcurrir del tiempo, el documento digital
empezó a tener cada vez más valor, ya no solamente como respaldo del
físico.
En
lo que respecta a
los libros, el
papel se encuentra muy incrustado en sus entrañas, ha sido muy difícil
sustituirlo por muchas razones, entre ellas, la costumbre. Sin embargo,
no solo ha llegado a existir el libro digital, sino que este empieza
además a tener sus variantes, como el audiolibro, el cual consiste en
escuchar libros mediante la red de forma que se pueden realizar
diferentes labores mientras se disfruta de un texto. Otra variante es
el libro multimedia, que no solamente contiene texto e imágenes, sino
audio y video entre párrafos. Por último, los libros con realidad
virtual se encuentran en desarrollo. Estos traen un código impreso, el
cual entra en acción una vez que el código es accesado mediante la
cámara del computador. Así, el libro contiene diferentes dinámicas o
tareas para ayudar a su mejor comprensión y disfrute. Los libros con
realidad virtual, conocidos como edutainment, son diseñados
inicialmente para niños con el objetivo aprender jugando.
2.6
La tecnología y sus dispositivos
Desde
el invento del
papel
industrial, la proliferación de los libros, revistas, artículos y
documentos en general, aumentó logarítmicamente alrededor de todo el
mundo y estos han sido nuestra fuente de conocimiento por mucho tiempo.
La
tecnología nos ha
traído un
nuevo soporte para almacenar toda esta información en un
dispositivo o almacenamiento digital. Existen diferentes
tipos de
almacenamiento digital, entre ellos, los magnéticos (discos duros,
disquetes, cinta de casetes, unidades zip, etc), ópticos (CD y DVD) y
memorias flash (pendrives o memorias USB). Con este avance de
almacenamiento, se logra preservar mejor la información y es amigable
con la naturaleza porque no produce contaminación. La información se
obtiene más rápidamente y es más fácil y menos costoso elaborarla y
difundirla. Asimismo, al tener los documentos en estos dispositivos,
ocupan menos espacio, se vuelven instantáneos, y se puede almacenar
archivos multimedia, en muchos casos interactivos, y su reproducción es
mucho más veloz.
Esta
forma digital
permite, por
ejemplo, llevar toda una colección de información dentro de una memoria
USB. Entre los problemas presentes en esta forma digital está la
piratería, debido a que la información se vuelve más asequible. Otros
problemas son el robo del medio de almacenamiento, conflictos con los
derechos de autoría, etc.
Con
el papel (libro
o revista
física), asimismo, existen ventajas y desventajas. Entre los
inconvenientes, se destacan que, al ser fotocopiado para transmitir la
información, su costo es mucho más alto, se daña el ambiente, en
ocasiones es difícil de transportar por su peso y cuando se trata de
muchos libros. Además, el papel se deteriora y está expuesto a la
humedad, temperatura, hongos y microorganismos. Dos características a
favor del documento impreso son que a muchas personas les gusta el
contacto físico con la información y su aroma.
El
espacio utilizado
en las
bibliotecas por las estanterías físicas que guardan y conservan todo
tipo de información está desapareciendo porque esta se puede almacenar
en una computadora mediante bases de datos, las cuales según Date
(2001), se definen como:
(…) un
sistema computarizado para
llevar registros. Es posible considerar a la propia base
de
datos como
una especie de armario electrónico para archivar; es decir, es un
depósito o contenedor de una colección de archivos de datos
computadorizados. Los usuarios del sistema pueden realizar una variedad
de operaciones sobre dichos archivos. Por ejemplo:
¦ Agregar nuevos archivos
vacíos a
la base de datos;
¦
Insertar datos
dentro de los
archivos existentes;
¦
Recuperar datos de
los archivos
existentes;
¦
Modificar datos en
archivos
existentes;
¦
Eliminar datos de
los archivos
existentes;
¦
Eliminar archivos
existentes de
la base de datos. (p. 5)
El
espacio que queda
podrá ser
utilizado para ampliar salas de estudio, ubicar tecnología de punta y
otros.
La
cantidad de
tiempo invertida
para localizar la información es ínfima con respecto a la búsqueda por
medio de un sistema de cómputo y, además, ofrece información
relacionada instantáneamente de manera adicional. Por lo tanto, no es
importante dónde se encuentre la información, sino cómo acceder a ella
y gestionarla. Conservar entonces grandes colecciones físicas ya no es
tan importante, sino contar con personal calificado que sirva de guía
al usuario tecnológico actual. Además, las bases de datos locales se
pueden interconectar con otras ubicadas a diferentes distancias para
así obtener la información buscada por el usuario.
2.7
Otros aportes de la tecnología
Los
lectores
digitales, grandes
almacenadores de libros para lectura, son otro aporte de la tecnología.
Con el transcurrir del tiempo, se han ido produciendo gran
cantidad de libros digitales y muchos ya no atraviesan las editoriales,
sino que se crean únicamente de forma digital. Existen algunos que
utilizan tinta digital y se pueden leer bajo el sol sin tener ningún
tipo de reflejo. Llegará el día en que las bibliotecas en lugar de
estantes llenos de libros, tendrán estantes con este tipo de lectores
sustituyendo los libros y se realizarán préstamos de estos. Así, no se
estaría prestando solamente un libro, sino una colección, lo que nos
enriquecería aún más, al obtener muchas más alternativas de lectura.
¿Hasta dónde llegará la tecnología? Existen libros digitales con
multimedia, audiolibros y ya se ha creado un lector parecido a una hoja
de papel (que utiliza una batería, por supuesto, para funcionar), el
cual es tan flexible que se logra doblar para mayor comodidad.
Las
mochilas de los
niños van a
desaparecer, ellos solamente llevarán un dispositivo de almacenamiento
para aprender a escribir y leer de forma interactiva e independiente.
Los niños realizarán sus primeros trazos con un lápiz
especial
sobre la pantalla, leerán tal vez los tradicionales Paco y Lola o
Porfirio Brenes con animaciones e interacción. Será un
deleite
para ellos y lo verán como un juego, aprenderán jugando; la pedagogía
infantil tendrá que dar un giro para este momento y lograr adecuarse
para ofrecerles de forma eficiente los mejores recursos para el
aprendizaje. Los bibliotecarios deben de estar a la altura
para
mediar entre los niños y la tecnología y guiarlos por el camino
correcto para obtener los resultados esperados del aprendizaje.
¿Cuántos
hemos
utilizado un lector
de este tipo hasta ahora? Debemos aprender a utilizarlos no porque nos
guste, sino por conocimiento, para luego trasladar ese conocimiento a
nuestros usuarios. En cualquier momento veremos a un niño o a un joven
ingresando a nuestra biblioteca y buscando al bibliotecario profesional
para preguntarle cómo se hace tal o cual cosa en su lector de libros.
¿Podrá el bibliotecario evacuar las necesidades del usuario en ese
momento? No se debe solamente evacuar la duda, sino ofrecer algo más de
conocimiento del solicitado. Me pregunto si los
bibliotecarios
sabrán que solamente conectándose a Internet y descargando el documento
se puede leer y aprender en algunos de estos aparatos, que no es
posible de otra forma. ¿Estarán enterados de la existencia de un
recurso contra la piratería llamado Digital Rights Management
(DRM) que reduce en gran manera los derechos de los lectores?
Todo este conocimiento se debe de trasladar también a los usuarios para
ofrecerles un servicio completo. Debido al DRM, se creó la Declaración
de los Derechos de los Lectores de Libros Digitales, que contempla las
siguientes cinco directrices:
1. Capacidad para
retener, almacenar y transferir los materiales comprados.
2. Capacidad
para
realizar una copia en papel del producto en su totalidad.
3. Los
libros
digitales deben de estar en un formato abierto (por ejemplo, se podría
leer en una computadora, no sólo en un dispositivo).
4. Elección
del
hardware para acceder a los libros (por ejemplo, en tres años, cuando
el dispositivo ya no sirva, debe ser todavía poder leer el libro en
otro hardware independientemente del fabricante).
5.
La información
del lector debe ser privada (sus datos no serán almacenados, vendidos o
comercializados). (Zapata,
2011, párr. 1-5)
Existen
los libros
digitales en la
nube, que funcionan como un tipo de alquiler: la persona paga por
cierta cantidad de tiempo y el libro no se descarga sino que se tiene
disponible para leer por la cantidad de tiempo comprado en Internet y
no se puede copiar ni imprimir.
Entre
los aportes
más destacados de
este sistema de nube, están las videoconferencias, en las cuales se
imparten lecciones y charlas, entre otros servicios. La reducción de
costos es el mayor beneficio obtenido, debido a que el conferencista o
expositor no tiene que trasladarse de un país a otro, y se ahorra tanto
tiempo como dinero. Esto produce la posibilidad de difundir el
conocimiento con un mayor alcance, debido a la cantidad de personas
alrededor del mundo a las que les puede llegar la información de forma
simultánea. La limitante de esta herramienta es que no todas las
personas disponen de una computadora e Internet para acceder
a
esa información.
2.8
El
bibliotecólogo y la tecnología
El
bibliotecario
actual debe
de ser un investigador constante, y generar conocimiento para
compartirlo. La ideología de Stallman Richard (citado por Salvatierra,
2008) de la Fundación del Software Libre (Free Software
Foundation, en
inglés), se resume con este razonamiento: “Todo conocimiento se
com-parte en la ciencia, y si no es así, es mala ciencia y es un tipo
de tiranía” (párr. 6).
Actualmente,
se
utilizan los blogs,
redes sociales, aulas virtuales, etc., para facilitar la discusión de
proyectos, literatura, tareas, entre otros, como una nueva forma de
aprender. La biblioteca también ha hecho uso de estas herramientas para
darse a conocer y promocionar sus servicios. También se puede
confeccionar un CD o DVD con toda la información de la biblioteca y, de
esta manera, promocionarse.
Asimismo,
se puede
generar un
boletín informativo y publicarlo en Internet para difundir sus
recursos, y dar a conocer sus servicios y actividades. De
esta
forma, se mantiene actualizado al usuario con información de interés.
En
este momento es
prioridad para
el bibliotecólogo desarrollar destrezas en el uso de la tecnología para
estar a la altura de los usuarios tecnológicos de este tiempo. El
bibliotecario de hoy no debe de ver la tecnología pasar de lado. Es
imperativo que tenga altos conocimientos de informática, una carrera en
paralelo o debe optar por cursos extra, de extensión, de verano o
cualquier tipo, acordes con el tema y que le ayuden con la tarea por
realizar frente a los usuarios que cada vez tienen más conocimiento de
tecnología. Es aquí donde la participación del Colegio de
Bibliotecarios y las escuelas de bibliotecología deberían ofrecer
capacitación no solamente de bibliotecología, sino también de
informática a costos muy bajos para mantener actualizado a su personal.
En
nuestras aulas
nos mencionan
tanto la palabra conocimiento, pero no empezamos nosotros mismos a
generar conocimiento para nuestros colegas por medio de la capacitación
en informática. Las computadoras para ello no tienen que ser nuevas, se
puede conseguir donaciones de equipo usado, pues muchas de las empresas
privadas lo tienen almacenado, porque no saben cómo desecharlo por
falta de lugares de reciclaje de este tipo. Estas máquinas pueden
trabajar con sistemas operativos de software libre y paquetes de libre
distribución para bibliotecas, que aunque tal vez son lentos,
funcionan. Necesitamos que los bibliotecarios sin conocimiento en
informática puedan llegar a un lugar donde se les respalde y donde no
tengan temor de preguntar, ni de acercarse a una computadora.
Necesitamos
entre
todos unir
esfuerzos, para que estos no sean aislados. Si bien hay bibliotecólogos
a quienes no les interesa migrar a tecnología de punta por miedo,
desconocimiento o por estar en un área de confort, sí hay otros a
quienes les interesa conocer de informática y aplicar este conocimiento
a las bibliotecas. Otros están enfocados en superarse intelectualmente
en el área de bibliotecología, no el de la informática. Esta es
importantísima para fundir el conocimiento con la tecnología y
satisfacer las necesidades de los usuarios de esta época. Actualmente,
es básico adquirir conocimiento tecnológico, ya que, aunque los
profesionales en bibliotecología sean graduados, no recibieron este
tipo de capacitación por no haber estado en el programa de estudios
anteriormente. ¿A quién se debe la bibliotecología? Al usuario, y si
nos debemos al este, ¿cómo es posible que no estemos entonces
capacitados para guiarlo a acceder a la información de forma eficaz y
oportuna?
La
cantidad de
recursos
electrónicos para manipular, producir, almacenar y trasladar
la
información seguirá creciendo a tal punto que incluso en un futuro
sustituirán a los recursos impresos. De mantenerse el vertiginoso ritmo
actual de avances (es una realidad también en nuestra área), los
profesionales graduados en bibliotecología que ya han adquirido el
título, muy pronto se darán cuenta de su obsolescencia, por lo cual se
requiere de una formación continua que las escuelas de bibliotecología
deben de prever, creando un plan de estudios de actualización para los
graduados y tomando en cuenta las nuevas tecnologías de la información,
porque los usuarios son cada vez más calificados y exigentes.
2.9.
Tipos de bibliotecas
Llama
la atención la
clasificación
de Merlo (2007) de
las bibliotecas con respecto a la tecnología,
donde dice que: “existen tres tipos de bibliotecas: 1. las bibliotecas
pasivas, 2. las bibliotecas activas, 3. las bibliotecas interactivas”
(p. 64).
De
lo anterior se
deduce que en la
categoría número uno de bibliotecas pasivas se encuentran más de la
mitad de nuestras bibliotecas. En ellas se utiliza la tecnología
solamente para recibir información necesaria para trabajar en la
biblioteca, y lo mismo si tienen Internet. En otras palabras, no se
ofrece nada a la sociedad, ni a los usuarios. Lo anterior ocurre por
desconocimiento, falta de interés, miedo a la tecnología, falta de
presupuesto o porque no se creen necesario incursionar en el campo,
como bien lo describe Merlo
(2007) a continuación:
La biblioteca pasiva mantiene
una
relación inactiva con las tecnologías Una biblioteca pasiva es la que
emplea recursos digitales y sistemas electrónicos para el trabajo de la
biblioteca, pero siempre para uso individual, sin ofrecer servicios de
información a los usuarios a través de la web de la biblioteca o de
otro medio. La biblioteca es receptora de los recursos electrónicos,
pero no aprovecha las posibilidades de las tecnologías para prestar
servicios de información. Normalmente, las aplicaciones que hace de
Internet una biblioteca pasiva se pueden resumir en el empleo de
recursos para la actualización profesional y la formación continua
(pertenencia a listas, lectura de boletines y revistas electrónicas,
acceso a portales especializados, etc.), uso de recursos para el
desarrollo de las colecciones (proveedores, guías de lectura, etc),
aplicaciones en la organización de la biblioteca (descarga de
registros, control de autoridades, etc.), recursos para la difusión de
los fondos (revista literarias, reseñas, etc.) y fuentes de información
(obras de referencia, servicios de consulta, etc.). La biblioteca
pasiva tiene una actitud individualista ante la tecnología, se
beneficia de los recursos y los medios, que no revierte en servicios de
información y comunicación para los usuarios. (p. 64)
El
segundo modelo,
la biblioteca
activa, tiene un sistema bibliotecario digital para sus usuarios, en el
cual pueden buscar información de su propio repositorio físico, así
como conectarse a remotas bases de datos para obtener la información;
además, tiene un servicio de préstamo de libros en línea, cuenta con
Internet por medio de una página web, donde se promueven sus
actividades y servicios, entre otros menesteres:
El siguiente modelo es la
biblioteca activa, que es receptora de información electrónica, pero
también es transmisora de la misma, al prestar servicios basados en las
tecnologías de la información. En este segundo caso, la
biblioteca demuestra un uso dinámico de la información electrónica, que
se traduce en la presencia de servicios de la información
bibliotecarios. La biblioteca explotará las posibilidades de las
tecnologías y la variedad de recursos electrónicos disponibles, que
traducirá en servicios bibliotecarios telemáticos. Normalmente, los
servicios que presta una biblioteca activa, es decir, las aplicaciones
que hace de la tecnología para ofrecer servicios, se pueden sintetizar
en los siguientes grupos: servicios de comunicación con los usuarios
(formularios, listas, correo), servicios de información y referencia
(recursos, consulta telemática), creación de bibliotecas digitales y
repositorios (archivos digitales de textos, fotografía, etc),
información a la comunidad (enlaces de interés comunitario), difusión
de la colección (acceso al catálogo en línea) o alfabetización
informacional (tutoriales, visitas guiadas, etc.). La biblioteca activa
ofrece, por iniciativa propia y de forma unidireccional (de la
biblioteca al usuario) servicios de información basados en redes de
telecomunicaciones. La biblioteca activa tiene una actitud profesional
ante la tecnología, empleando los recursos y sistemas electrónicos para
prestar servicios de información a la comunidad de usuarios. (Merlo,
2007, pp. 64-65)
El
último modelo de
la biblioteca
interactiva tiene la particularidad tanto de enviar como de recibir la
información. Esta contiene también las características de las
bibliotecas anteriores y además recibe una retroalimentación del
usuario, de manera que se benefician las dos partes, debido a que el
usuario puede comunicar las necesidades que faltan en la biblioteca.
Las redes sociales también juegan un papel importante en las
bibliotecas. Les da más presencia profesional estar en un sistema que
ha llegado a ser muy popular alrededor del mundo y al que se puede
acceder incluso desde un teléfono móvil. Además, puede ser un punto de
encuentro para ser atendidos en línea por una persona de la biblioteca
y así evacuar sus consultas de forma inmediata, como si estuvieran
presentes en la biblioteca. Este modelo también tiene foros donde cada
usuario puede dejar plasmados sus comentarios y comentar los de los
otros usuarios. Se puede encontrar personas con las mismas afinidades y
colegas con quienes pueden intercambiar información. En las redes
sociales el comentario de un usuario se puede propagar de forma
inmediata y llegar a lugares inimaginables. El objetivo es fomentar y
unir personas con temas en común, que las personas se relacionen y
compartan hallazgos y conocimientos. Como lo señala Merlo (2007)
a continuación:
Pero es necesario constatar la
existencia de una nueva actitud de la biblioteca frente a la
tecnología, una relación de interactividad, donde los sistemas de
información electrónicos son la plataforma idónea para tener una
relación abierta e igualitaria con los usuarios. Se trata de la
biblioteca interactiva, aquella que es a la vez receptora de la
información electrónica, transmisora de la misma a través de servicios
digitales y canal de recursos y servicios electrónicos. Este tipo de
bibliotecas hacen un uso participativo de la información electrónica,
es decir, ofrecen y reciben información, a través de los servicios de
información colaborativos, calificativo inexistente oficialmente, pero
sí de uso común, con el que se denomina a los servicios cooperativos
que se basan en entornos digitales. La biblioteca interactiva ofrece
servicios de información colectivos, en los que los usuarios pueden
contribuir aportando contenidos. Es la aplicación bibliotecaria de las
tecnologías de la participación. La web social engloba diferentes
sistemas que las bibliotecas pueden emplear para prestar nuevos
servicios o bien los que ya ofrecía, pero a través de sistemas
novedosos. Comunicarse con los usuarios, acceder a los recursos o
difundir información son actividades que desempeñan las bibliotecas, la
web social posibilita concebir servicios para todo esto de forma ágil,
efectiva, sencilla, barata y, sobre todo, cooperativa. La nueva
generación de la web se basa en la participación ciudadana. Una
biblioteca que emplee las tecnologías sociales, una biblioteca
interactiva, está tratando al usuario como un agente más en la
prestación de servicios bibliotecarios, a un nivel similar al de los
bibliotecarios, le está introduciendo en la gestión de contenidos de la
biblioteca. La biblioteca interactiva tiene una actitud participativa
ante las tecnologías, creando espacios digitales para el intercambio de
información y documentación con los usuarios. (p. 65).
3.
CONCLUSIONES
3.1
La biblioteca
actual
La
biblioteca actual
debe de contar
con recursos tecnológicos como una herramienta primordial que se debe
de aprovechar al máximo. Asimismo, el bibliotecólogo debe estar
preparado para afrontar este reto, con un personal capacitado,
estimulado por las cosas nuevas, con objetivos claros. Debe ser
emprendedor, y estar motivado para obtener el mejor rendimiento. Tiene
que ser apasionado y tener un espíritu fuerte, para no caer a la
primera inconsistencia que se les presente; además, debe creero en lo
que hace para llevar a buen puerto la barca del conocimiento.
Para
finalizar, se
puede decir que
una biblioteca debería ser como la describe dice Merlo (2007):
Tomando como influencia estas
ideas
y aplicándolas a la prestación de servicios de información desde las
bibliotecas, se puede decir que una biblioteca que conozca, asimile y
utilice las tecnologías de la participación en su actividad cotidiana
será una biblioteca: Servicial: que ofrece servicios de comunicación e
información a sus usuarios, razón de ser de las bibliotecas. Operativa:
que sabe integrar los nuevos sistemas en los servicios tradicionales,
dinamizando su actividad. Compartida: que ofrece y recibe información,
mediante sistemas participativos de almacenamiento y comunicación.
Igualitaria: que demuestra un sentido democrático de la organización y
la gestión de los contenidos, implicando a los usuarios. Abierta: que
esta accesible de forma local y telemática para sus usuarios,
facilitando recursos y servicios a la ciudadanía. Local: que atiende a
la comunidad de usuarios independientemente de donde se encuentren. (p.
68)
3.2
Necesidades
inmediatas de las bibliotecas nacionales
De
acuerdo con José
Antonio Merlo
(2007) la biblioteca debe utilizar todos los recursos
posibles que
brinda la tecnología como herramientas para la gestión del conocimiento
y nunca como un fin.
Se
debe reflexionar
y comprender
primero la realidad nacional; en primer lugar, las bibliotecas adolecen
del equipo necesario, y actualmente es imperativo contar en cada una
de las bibliotecas con tecnología de punta. No se debe
posponer
más la implementación, debido a que los avances tecnológicos nos están
empezando a dejar atrás. El gobierno no reacciona y el lugar que le
corresponde a la biblioteca no está siendo reconocido, como sí sucede
en los países de primer nivel. Nuestros exigentes usuarios tampoco
esperan y si no encuentran respuestas en nuestras bibliotecas, entonces
estas empezarán a quedar en el olvido, permanecerán los edificios con
sus mesas y estantes, pero fríos y sin usuarios. Por otro lado, estarán
los usuarios conectados con sus computadoras a Internet desde sus casas
u oficinas buscando ellos mismos la información que necesitan, porque
ya no creen ni cuentan con esas entidades, que por siglos fueron
salones rebosantes de sabiduría, donde muchos quisieron estar, pero
solo unos cuantos privilegiados contaron con ese derecho que ahora
muchos, tal vez, desprecian porque no cumple con el cometido social
para el que fueron destinadas.
Si
se logra el
cometido de equipar
a cada una de las bibliotecas de nuestro país, se deberá capacitar a
cada bibliotecario con un plan de educación continua, y así romper con
la barrera del temor a la tecnología de muchas personas. De esta forma,
se integra en un solo proyecto de capacitación y actualización a las
escuelas de bibliotecología de las universidades estatales y se
establecen alianzas con el Colegio de Bibliotecarios para alcanzar un
bien común.
El
recurso más
importante de cada
biblioteca es su personal, y debe actuar como una orquesta, de forma
que todos trabajen juntos y se escuche como una sinfonía. Todos los
miembros deben de tener un alto nivel de especialización para tocar de
forma magistral.
Sequeira (1993)
indica
Debe ser un gremio sin
subordinados, la autoridad del jefe, del director, del gerente se basa
en su capacidad de dirigir, como lo hace el director de la orquesta y
no mandar, sino que estemos todos asociados por un fin común, cada
miembro es él mismo, un ejecutivo. (p. 19)
Se
debe realizar
alianzas entre el
Colegio de Bibliotecólogos y el Colegio de Informática, haciendo
trueques de cursos de informática por asesorías y servicios de
bibliotecología para su respectivo colegio.
Los
colegios
profesionales y las
escuelas de bibliotecología deberían construir laboratorios de cómputo,
para que sus usuarios puedan hacer prácticas y experimenten
principalmente con software libre. Dichos laboratorios deberían tener
un horario más amplio (incluir sábados) debido a que muchos
bibliotecarios trabajan durante toda la semana. La mayoría de las
bibliotecas no cuentan con una máquina para practicar y hacer pruebas
de software, de desarrollo, de conocimiento adquirido en las aulas y a
base de estudio. También es necesaria una guía especializada para que
los bibliotecólogos puedan migrar al uso de la alta tecnología.
Como
lo señala
Sequeira (1993), “El
bibliotecario del futuro será un mediador y un guía" (p. 17).
4.
REFERENCIAS
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Introducción a
los Sistemas de Bases de Datos. México: Pearson Educación.
Mead, M. (2005). The world ahead:
An anthropologist anticipates the future. New York:
Berghahn
Books.
Merlo, J. (2007).
Las tecnologías
de la participación en las bibliotecas. Educación y Biblioteca, (161),
63-68. Recuperado de http://goo.gl/WeUgT.
MSINFO. (s.f.). Documentos
digitales: definición y características. Recuperado de
http://www.msinfo.info/propuestas/documentos/documentos_
digitales.html.
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(2008). 25 años de
lucha por un código libre [blog]. Recuperado de
http://m.publico.es/154411
Saracevic, T.
(1999). Information
Science. Journal of the
American
Society for information Science,
50(12),
1051-1063.
Sequeira, Z. (1993).
Bibliotecas y
bibliotecología: aproximaciones a un cambio. Revista de Bibliotecología
y Ciencias de la Información, 8(1-3),
15-20.
Zapata, J. L.
(2011). Los derechos
de los lectores de los libros digitales [blog]. Recuperado de
http://goo.gl/3X2TD.