RESUMEN
Para llevar a cabo una
investigación bibliotecológica que tome como
objeto de estudio las actividades agrupadas bajo el término referencia,
es necesario reconocer la complejidad de dicho objeto y construir los
conceptos adecuados para abordarlo. Precisamente, con el término
referencia se designa una actividad bibliotecaria compleja que puede
ser abordada, al menos, desde cuatro perspectivas distintas
determinadas por el empleo de uno o más conceptos clave. El concepto
trabajo de referencia permite abordar específicamente la labor
realizada por personas que proporcionan servicios de referencia en una
biblioteca. De esta manera se establece una distinción teórica
relevante entre funciones realizadas por las personas y servicios
ofrecidos por la institución, adscribiendo esta labor particular a una
noción amplia que parece ser apropiada para su caracterización: la de
asistir, la cual concede un lugar no solo a cada una de las funciones
reconocidas tradicionalmente al personal del servicio de referencia,
sino a su doble dimensión creativa y productiva, lo que plantea a su
vez la posibilidad de un enfoque cualitativo de investigación.
Palabras
clave:
servicio de
referencia, bibliotecarios de referencia, investigación
bibliotecológica, investigación cualitativa, teoría
ABSTRACT
To conduct a library
and
information science research which takes as
its object the activities grouped under the term reference, it is
necessary to recognize the complexity of this object and build the
right concepts to approach it. With the term reference a complex
library activity -that can be addressed, at least from four different
perspectives determined by the use of one or more key concepts- is
designated. The concept of reference work allows to address the work of
the reference librarian in providing service, which provides an
important theoretical distinction between functions performed by people
and services offered by the institution, and ascribes the activity to a
broader notion that appears to be suitable to characterize it: the
notion of assisting, which grants a place not only to each of the
traditionally recognized reference and information service tasks but
also to its creative and productive dimension, which in turn raises the
possibility of a qualitative research approach.
Keywords: reference services,
reference librarians, library science research, qualitative research,
theoretical approach
Fecha de
recibido:
31 de marzo 2014 Fecha de
aprobado:
12 de mayo del
2014
Fecha de
corregido:
29 de mayo del
2014
1.
INTRODUCCION
El término referencia agrupa
una
serie de aspectos específicos propios
del ámbito bibliotecario. Para designar a cada uno de ellos
se
han empleado, a su vez, distintos términos de carácter más delimitado.
Esto sugiere que una operación fundamental para llevar a cabo una
investigación bibliotecológica que tome como objeto de estudio las
actividades bibliotecarias agrupadas bajo el término referencia,
consistiría en reconocer, precisamente, la complejidad de dicho objeto
y construir conceptos específicos apropiados para abordar sus distintos
aspectos.
En este ensayo se
realiza una
interpretación del pasaje de Sabor (1984)
en el que expone la distinción realizada previamente por Rees (1967)
entre proceso, trabajo, fuentes y servicio de referencia, a los cuales
considera aspectos fundamentales. A partir del análisis de dicho pasaje
y de un cuerpo de literatura bibliotecológica sobre el servicio de
referencia o consulta, en particular la obra de Bopp y Smith (2000),
se
proponen seis aspectos generales a considerar en la investigación de la
labor de bibliotecarios y bibliotecarias que proporcionan servicios de
referencia:
1) Entender referencia como un
fenómeno complejo debido a que agrupa
distintos aspectos y su complejidad se pone de manifiesto al emplear
diferentes términos para referirse a cada uno de ellos;
2) dichos términos
pueden ser
empleados como conceptos y, de ese modo,
es posible contribuir teóricamente en el desarrollo de investigaciones
bibliotecológicas;
3) cada uno de dichos
conceptos
puede orientar distintas maneras de
investigar el fenómeno referencia, algunas de las cuales ya han sido
llevadas a cabo en la investigación bibliotecológica costarricense;
4) una de estas
maneras de
investigar, orientada por el concepto
trabajo de referencia,
concede especial atención a la labor llevada a
cabo por las personas que proporcionan los servicios de referencia;
5) la investigación
orientada por
el concepto trabajo de
referencia es
relevante debido al papel fundamental que tienen los bibliotecarios y
bibliotecarias en este servicio;
6) la aproximación a
esta labor, en
tanto trabajo humano, puede ser
exploratoria y de carácter cualitativo.
2.
COMPLEJIDAD
DEL FENOMENO REFERENCIA
Y UTILIDAD DE LOS CONCEPTOS PARA SU INVESTIGACION
Bajo el término
referencia se
reúnen distintos aspectos de una
actividad bibliotecaria no solo histórica, sino también compleja. En la
literatura bibliotecológica producida en Latinoamérica se reconoce esta
complejidad desde, al menos, la década de los 80 cuando Sabor
(1984) señaló lo siguiente:
Desde que el auxilio
organizado al
lector comenzó a prestarse en las
bibliotecas en la segunda mitad del siglo XIX, la referencia fue
definida en muchas ocasiones y con matices distintos, según las épocas
y la mayor o menor amplitud que se consideraba necesario y justo dar a
ese servicio. Pero la complejidad creciente de su proceso aconseja hoy
no tanto intentar dar una definición de la referencia en sí, como
indicar las distintas partes de la misma. (pp. 192-193)
Precisamente, para
“indicar las
distintas partes” de ese todo
denominado “la referencia”, Sabor recurrió de inmediato a una
distinción planteada por Rees
(1967) que expuso de la siguiente manera:
Siguiendo a Rees, pueden
señalarse
cuatro aspectos fundamentales en esa
actividad [i.e. referencia]: la tarea
de referencia, que es la que
realiza el bibliotecario para arribar al fin perseguido; las fuentes de
referencia, que son las obras que consulta para obtener
los datos
necesarios; el servicio
de referencia, conjunto de actividades tanto
intelectuales como administrativas, a través de las cuales el usuario
recibe la información; el proceso
de referencia, suma de los tres
elementos citados, y que en consecuencia reúne todo lo que se halla
entre el usuario y la información: las fuentes a consultar; los
bibliotecarios; las distintas actividades que estos cumplen en la
búsqueda, el hallazgo, la entrega y el almacenamiento de la información
. (Citado por Sabor, 1984, p. 193)
En general, cada uno
de estos
cuatro aspectos permite al investigador o
investigadora del fenómeno de la referencia considerar diversas
situaciones que tienen lugar en el desarrollo concreto de los servicios
bibliotecarios y que, a su vez, poseen características propias que
deben ser tomadas en cuenta.
De este modo, cada
aspecto
propuesto por Rees (1967) -y recuperado por
Sabor (1984) como una estrategia posible para abordar un fenómeno
bibliotecológico complejo- permite distinguir teóricamente situaciones
que en la práctica se presentan como un todo. Al ser empleados así,
tales aspectos pueden operar como conceptos, es decir, como
abstracciones de un conjunto variado de hechos y que, al funcionar como
una especie de “abreviatura”, facilitan su manejo por parte del
investigador o investigadora (Connaway y Powell, 2010). En efecto, la
construcción de definiciones conceptuales es una etapa fundamental del
marco metodológico de una investigación y, en general, los conceptos
forman una parte fundamental en la construcción de teorías. Estas, a su
vez, permiten identificar aspectos significativos del objeto de estudio
en los cuales enfocar la indagación y, de ese modo, es posible definir
y delimitar el área de investigación y su relación con otras áreas de
conocimiento (Connaway y Powell, 2010).
Esto significa que los
conceptos
pueden orientar la investigación y que
distintas investigaciones pueden estar orientadas por diferentes
conceptos, cada uno de los cuales especifica, teóricamente, un ámbito
de indagación.
3.
PERSPECTIVAS
PARA LA INVESTIGACION
DEL FENOMENO REFERENCIA
Según lo anterior, es
posible
plantear al menos cuatro perspectivas de
investigación para aproximarse al complejo fenómeno designado mediante
el término referencia:
1. Una perspectiva
orientada por el
concepto proceso de
referencia, en
la que el investigador o investigadora presta atención a la relación
general entre el usuario y la información entendiéndola, a su vez, como
una relación mediada
por el bibliotecario de referencia quien pone a
disposición los recursos apropiados. Tal y como señala Cordón (1997),
“el proceso de referencia será siempre el resultado de una compleja
interacción entre el usuario, el bibliotecario referencista y las
fuentes de información” (p. 274). Este mismo autor se refiere al
proceso de referencia de la siguiente manera:
Puede ser definido
como una
sucesión de etapas a través de las cuales
el bibliotecario de referencia discurre con objeto de responder,
rápida, efectiva y económicamente a las cuestiones planteadas por
cualquier tipo de usuario. El proceso comienza con la recepción de la
cuestión y finaliza cuando la respuesta ha sido dada, y sería el
siguiente: 1) Necesidad de información u orientación. 2)
Recepción de la consulta. 3) Clarificación de la consulta por medio del
diálogo (entrevista de referencia). 4) Formulación de una estrategia de
búsqueda. 5) Obtención de la respuesta. 6) Evaluación de la relevancia
de la respuesta. 7) Suministro de la información al usuario. 8)
Almacenamiento de la información para usos futuros. (Cordón, 1997, p.
274)
Asimismo, esta perspectiva
proporciona una caracterización específica
de la labor del bibliotecario de referencia, según la cual esta
consiste en la recepción
y resolución de consultas de diversa índole
que, a menudo, pueden ser tipificadas para facilitar su identificación
y tratamiento, por ejemplo si se distingue entre consultas
direccionales, de capacitación de usuarios, de referencias exactas, y
de investigación (Gosling, 2002), o bien entre preguntas de información
general, preguntas de respuesta rápida, y preguntas de información
bibliográfica (Moreno Torres, 1991), entre otras.
En esta
caracterización destacan
dos aspectos: en primer lugar, el
empleo del concepto
entrevista de referencia que alude al procedimiento
mediador utilizado para aclarar los alcances de la consulta formulada
por un usuario con el fin de transformarlo en una estrategia de
búsqueda específica que permita la recuperación de la información
adecuada; y en segundo lugar, el postulado de que la resolución de la
consulta consiste, precisamente, en suministrar determinada información
al usuario, la cual, a su vez, puede y debe ser almacenada para futuras
consultas.
Según esto, una
descripción teórica
de la labor del bibliotecario de
referencia desde esta perspectiva se caracteriza en los siguientes
términos:
La mejor manera de recoger las
consultas es mediante la entrevista de
referencia; se trata de la conversación que el personal referencista
mantiene con el usuario con la intención de delimitar y clarificar las
demandas de información de éste. En esta entrevista el referencista va
anotando las distintas facetas del tema de interés para que la
respuesta se ajuste al tema de la consulta. El grado de profundidad de
la entrevista de referencia dependerá de la consulta. Cuanto más
especializado sea el tema planteado por el usuario más detallada será
la entrevista. (Merlo, 2000,
pp. 106-107)
2. Una perspectiva
orientada por el
concepto fuentes de
referencia, en
la que el investigador o investigadora presta atención a los recursos
de información disponibles en la sección de referencia de la biblioteca
y cómo son utilizados para satisfacer las necesidades de información de
una determinada comunidad de usuarios. Esta ha sido la perspectiva más
común en nuestro país, empleada por Rodríguez (1991) al analizar el uso
de los servicios de acceso en línea a bases de datos comerciales desde
el punto de vista del usuario en el Sistema de Bibliotecas,
Documentación e Información de la Universidad de Costa Rica; por
Paniagua (1988) cuando llevó a cabo una evaluación de la colección de
referencia en la Biblioteca Carlos Monge Alfaro “con el fin de
comprobar la eficacia de la misma y ver con qué material se cuenta para
contestar cualquier consulta rápida” (p. 114); por Chacón y Ramírez
(1990), quienes se concentraron en dos obras de referencia
-los índices
y los abstracts del área de Psicología-; y por Herrera,
Montero y
Orozco (1990), quienes abordaron las obras Biological abstracts,
Chemical abstracts y Science Citation Index.
3. Una perspectiva
orientada por el
concepto servicio de
referencia, en
la que el investigador o investigadora presta atención a los servicios
específicos ofrecidos para asistir de forma personal al usuario de la
biblioteca y a la manera de organizarlos eficaz y eficientemente. Estos
han sido definidos y organizados de antemano por la unidad de
información. Esta perspectiva fue empleada por Li y Rodríguez (1983)
cuando diseñaron un modelo de servicio de referencia para las
bibliotecas escolares de Costa Rica luego de analizar el estado actual
de la asistencia prestada en esas bibliotecas, y su funcionamiento en
general, y por Soto Arroyo (2006) cuando destacó el factor tecnológico
en el servicio de referencia y diseñó una propuesta acorde en el
contexto de la educación superior costarricense.
Con respecto a la
perspectiva
orientada por el concepto de servicio de
referencia, es importante considerar dos elementos. Primero, el
servicio de referencia constituye un servicio bibliotecario. Esto
quiere decir que no se trata de un conjunto de actividades aisladas y
que, precisamente, alude al reconocimiento institucional de organizar
la asistencia al usuario proporcionada por el personal y asumirla como
una función más de la biblioteca, que se beneficia de todos sus
recursos materiales y humanos. Según esto, para comprender el servicio
de referencia es necesario comprender, también, los fines del servicio
bibliotecario en general. Segundo, el servicio de referencia se
configura a partir del reconocimiento de un papel activo del
bibliotecario en relación con el usuario de la biblioteca.
En efecto, el servicio
de
referencia constituye el marco dentro del
cual el bibliotecario de referencia entra en contacto con el usuario y
sus necesidades de información; es un ámbito que exige su intervención
activa como profesional y como persona. En ese sentido, Sabor (1984) ha
señalado
que la tarea de referencia es,
entre todas las que se cumplen en la
biblioteca, la que escapa con más facilidad al imperio de normas. El
bibliotecario que la ejerce está, en ella, más librado a sí mismo
[cursivas añadidas] que ninguno de sus colegas. éstos, que cumplen
tareas técnicas, tienen para su guía y defensa reglas ya establecidas,
largamente probadas en la experiencia ajena, y que los ponen a cubierto
de muchos errores y les evitan toda clase de improvisaciones. Pero el
referencista se mueve en un plano mucho menos definido, en el que
suelen carecer de validez todas las advertencias. (pp. 212-213)
Precisamente, con el
fin de
satisfacer una demanda del usuario, “el
referencista comúnmente pondrá en juego su conocimiento, destreza y
creatividad para seleccionar el servicio más adecuado o sus
combinatorias” (García
y Portugal, 2009, p. 141), lo que demuestra su
papel fundamental dentro del servicio.
De este modo, el
servicio de
referencia se estructura como un conjunto
de servicios específicos, proporcionados al usuario de la biblioteca
por el bibliotecario de referencia de forma personal, y con una
finalidad específica: “ayudan a los clientes a usar de la mejor manera
los recursos de la biblioteca y a encontrar con rapidez y eficiencia la
información que necesitan” (Gosling,
2002, p. 23). De acuerdo con
Gosling (2002), entre estos se pueden identificar al menos los
siguientes: asistencia para el uso de la biblioteca, atención de
solicitudes, capacitación de usuarios, asesoría en las búsquedas de
literatura sobre un tema y servicios de alerta bibliográfica (que
incluyen, entre otros, marcación de sitios relevantes en Internet,
boletines de alerta, diseminación selectiva de información, préstamos
interbibliotecarios, y acceso a la colección de referencia).
Por otra parte, el
papel activo del
bibliotecario o bibliotecaria que
proporciona servicios de referencia puede ser entendido, tal y como
sugiere el concepto proceso
de referencia, como un papel de
intermediario
entre el usuario y la información. No obstante, la
caracterización básica adquirida de la labor al considerar su origen
histórico, incluye una noción más amplia: la de asistir, la cual puede
dar cuenta no solo del papel de intermediario, sino de cualquier otro
papel auxililiar que pueda desempeñar el bibliotecario de referencia,
relevante para el cumplimiento de los fines del servicio.
En efecto, el servicio
de
referencia surge en la segunda mitad del
siglo XIX como una forma de asistir a los lectores que se aproximaban
por primera vez a la biblioteca de su comunidad para que, con la ayuda
de los propios bibliotecarios y bibliotecarias, pudieran hacer un uso
eficiente de ella. Según Cordón
(1997), la filosofía que lo inspira:
es la que encontramos en
cualquier
manifiesto, pronunciamiento o
declaración que considera la biblioteca como un servicio a la
comunidad, es decir, aquélla que, inspirada en los ideales democráticos
de socialización de la cultura, de distribución ecuánime del
conocimiento, potencia todos aquellos procedimientos de orientación y
apoyo al usuario en el uso de los recursos técnicos y humanos de que
dispone el centro. Se trata, en definitiva, de posibilitar no solamente
la difusión de la información sino, el aprendizaje acerca de los modos
operativos más eficaces de captación de la misma por parte de los
miembros de la comunidad. (p. 265)
Esto quiere decir que
la labor de
los bibliotecarios y bibliotecarias
que proporcionan servicios de referencia puede ser analizada a partir
de la noción histórica de asistencia
al usuario, la cual resulta de
mayor alcance (al menos si se le compara con la noción más específica
de intermediación que parece aludir, ante todo, a una función
informativa). En ese sentido, para llevar a cabo una investigación que
pretenda abordar esa labor de manera integral, será preciso prestar
atención al modo en que los bibliotecarios y bibliotecarias de
referencia proporcionan dicha asistencia a los usuarios de la
biblioteca, y no solo a la manera en que actúan como intermediarios
entre un usuario y un sistema de información.
4. Lo anterior remite
a la última
perspectiva, orientada por el
concepto tarea de referencia, en la que se presta atención a lo que
hacen los propios bibliotecarios y bibliotecarias para llevar a cabo
las funciones propias del marco del servicio de referencia. Por lo
tanto, es importante considerar de inmediato cuáles son dichas
funciones. Estas pueden ser agrupadas bajo la noción general
de
asistencia al usuario que busca información.
En efecto, al
considerar los
servicios específicos que un bibliotecario
de referencia pone a disposición de los usuarios de la
biblioteca, es posible señalar, de acuerdo con Bopp y Smith (2000),
tres funciones básicas:
1. Proporcionar
información:
mediante esta función denominada función
informativa, el bibliotecario de referencia “proporciona la respuesta a
la pregunta de un usuario o la información que éste necesita, sin
importar su complejidad o la duración de tiempo que le tome al
bibliotecario localizar la respuesta” (pp. 4-5).
2. Proporcionar la
instrucción en
el uso de las bibliotecas y las
fuentes de información: mediante esta función denominada de
instrucción, el bibliotecario de referencia
enseña a los individuos cómo
localizar la información por sí mismos, o
los asiste en la elección y uso de las herramientas de consulta, ya sea
que estas herramientas sean obras de consulta, bases de datos en línea
o un catálogo de tarjetas; también puede enseñarles cómo están
organizadas las bibliotecas y cómo los bibliotecarios pueden ayudarlos.
(p. 5)
3. Proporcionar una
guía en la
elección de materiales bibliotecarios:
mediante la esta función denominada de guía, el bibliotecario de
referencia “aconseja y asiste a los usuarios en lugar de enseñarles
habilidades específicas” (p. 5). Los autores citados agregan que:
por lo general, el
bibliotecario
que desempeña esta función ayuda al
usuario a elegir los libros de su interés, los artículos de periódicos
o revistas, u otros materiales que puedan satisfacer sus metas
personales, recreativas o educativas. El alcance de la instrucción se
ha ampliado en los años recientes, así que se ha hecho menos clara la
distinción entre la guía y la instrucción. (p. 5)
En la práctica, las
tres funciones
básicas se combinan pues “[…]la
interacción que tiene un bibliotecario con un usuario en un momento
determinado puede incluir elementos de los tres tipos” (Bopp y Smith,
2000, p. 4). De este modo, es fundamental no perder de vista
“que el
objetivo de la tarea de referencia no es solamente el de brindar
información” (Sabor, 1984,
pp. 191-192). Por ello, es preciso mantener
una perspectiva amplia en relación con las funciones de un
bibliotecario de referencia y para esto es necesario considerar, al
menos, no una, sino las tres funciones tradicionalmente reconocidas en
la literatura bibliotecológica.
En suma, para abordar
el desempeño
concreto de las funciones
realizadas, se emplea el concepto tarea
de referencia, mediante el cual
se alude, precisamente, a “la función realizada por el referencista con
el objetivo de proveer el servicio de referencia” (García y Portugal,
2009, pp. 30-31). Melnik
(2005) la concibe como un “auxilio que se le
brinda al usuario y supone la comunicación personal entre éste y el
referencista. Por medio de ella, éste entra en contacto con el lector y
sus demandas” (pp. 11-12). Ya sea proporcionando información, guiando
al usuario o instruyéndolo, el bibliotecario o bibliotecaria de
referencia tiene un papel central en dicha actividad, la cual está
dirigida al usuario. Por lo tanto, puede afirmarse que el énfasis del
concepto tarea de
referencia está en la labor concreta del personal de
la biblioteca, o lo que es lo mismo, en lo que hacen los propios
referencistas en tanto profesionales de la información y en tanto
personas para proporcionar los servicios específicos y sus
combinatorias a los usuarios del servicio.
Por otra parte, lo
anterior sugiere
que las tres funciones pueden ser
agrupadas bajo la noción general de asistencia. Esto
significa que
todas ellas pueden ser consideradas formas específicas de asistir al
usuario concretadas, a su vez, en servicios específicos. En efecto, es
posible clasificar todos los servicios específicos proporcionados por
referencistas en alguna de las tres funciones mencionadas
anteriormente. De este modo, la elección (por parte del bibliotecario o
bibliotecaria) del servicio adecuado para ayudar a un usuario del
servicio de referencia, puede ser denotada por el concepto tarea de
referencia y reservar el concepto trabajo de referencia
(introducido a
continuación) para aludir a la noción más general de asistencia al
usuario, sin perder de vista la relación entre ambas, y su alusión a la
labor concreta realizada por bibliotecarios y bibliotecarias.
4.
LAS TRES
FUNCIONES TRADICIONALES Y
LA LABOR DEL BIBLIOTECARIO DE REFERENCIA: DE LA TAREA AL TRABAJO
La amplitud de la
noción de asistir
parece apropiada para orientar, de
manera integral, la recolección de datos y el análisis de la labor
concreta de un bibliotecario o bibliotecaria que proporciona servicios
de referencia, pues no vincula dicha labor con una sola función, lo que
permite una exploración abierta de esta y de la diversidad de acciones
involucradas en ella.
Al mismo tiempo, el
concepto tarea
de referencia permite considerar el
papel activo del bibliotecario o bibliotecaria dentro del servicio, ya
que el conjunto de acciones desarrolladas puede ser adscrito al
concepto general de trabajo humano, el cual goza de una doble
dimensión: productiva y creativa (Salanova,
Gracia y Peiró, 1996). En
efecto, de acuerdo con Rendón
(2005)
el profesional de la
información es
un ser humano, lo cual, siguiendo a
H. Arendt, es sinónimo de ser activo, lo que significa no sólo laborar
para satisfacer necesidades físicas y biológicas, ni tampoco únicamente
trabajar para producir objetos artificiales (técnica y civilización),
sino un ser que actúa en la esfera de lo público, donde se es creativo,
reflexivo, libre y se tiene responsabilidad. Debido a esto el
profesional de la información es actor y no un miembro pasivo dentro
del sistema del que es elemento. (p. 144)
Es decir, el
bibliotecario o
bibliotecaria que proporciona servicios de
referencia no es un mero intermediario entre el usuario y la
información, sino un profesional que colabora activamente con el
usuario en el acceso y uso adecuado de los recursos de información
disponibles.
Por lo tanto, para
visibilizar la
amplitud de su labor, no solo a
partir de la puesta en práctica de las tres funciones características
(como sugiere el concepto tarea de referencia), sino además atendiendo
al doble carácter productivo y creativo del trabajo humano (Salanova,
Gracia y Peiró, 1996), se puede emplear el término trabajo de
referencia (reference work)3. Así, se
designa esta actividad en su
forma más general y se reserva el término tarea de referencia para la
labor específica de seleccionar los servicios de referencia adecuados a
las necesidades de un usuario.
De esta manera, puede
definirse
trabajo de referencia
como las acciones
llevadas a cabo por los propios bibliotecarios y bibliotecarias para
cumplir las funciones específicas del servicio de referencia (informar,
instruir, orientar). Estas están dirigidas al usuario de la biblioteca,
constituyen una relación interpersonal que puede ser presencial o a
distancia, y tienen como fin asistir en el acceso a la información. Se
apoyan en recursos de información locales o remotos, y tienen lugar en
el marco de un modo de organización denominado servicio de referencia.
5.
CONCLUSION:
HACIA UN ENFOQUE
CUALITATIVO DE INVESTIGACIóN DE LA LABOR DEL BIBLIOTECARIO DE REFERENCIA
Con el término referencia se
designa una actividad bibliotecaria
históricamente configurada y de características específicas: el
“auxilio organizado al lector” (Sabor, 1984, p. 192). Cuando se plantea
la pregunta acerca de quiénes son los actores responsables de
proporcionar dicho auxilio y acerca del modo en que lo proporcionan, se
puede emplear el concepto trabajo
de referencia (reference work) para
designar con él la labor concreta realizada por bibliotecarios y
bibliotecarias. Por lo tanto, mediante el concepto trabajo de
referencia se nombra la actividad específica a cargo del
profesional
denominado bibliotecario de referencia,
la cual consiste en
proporcionar asistencia a los usuarios de la biblioteca que buscan
información para dentro de ella. En general, un bibliotecario de
referencia proporciona auxilio al usuario de la biblioteca con un fin
específico que, a su vez, distingue y justifica al servicio. Este fin
ha sido entendido contemporáneamente como acceso a la información y, en
ese sentido, Bopp y Smith (2000) señalan que, aunque el servicio de
referencia ha cambiado a lo largo del tiempo, “su carácter
básico
permanece estable: proporcionar asistencia a las personas que buscan
información” (p. 4).
Por su parte, el
carácter
organizado de dicho auxilio (pues, en efecto,
se trata de un “auxilio organizado” y no de un auxilio o de un
intercambio cualquiera) es designado mediante el concepto servicio de
referencia, el cual alude a todas aquellas formas más o menos estables
de organización de la asistencia al usuario que busca información
dentro de una biblioteca, o lo que es lo mismo, al conjunto de
servicios específicos que el bibliotecario de referencia pone a
disposición del usuario de manera personalizada, sea local o remota.
Lo anterior sugiere la
posibilidad
de plantear una diferencia básica
entre trabajo de referencia y servicio de referencia, a partir de lo
que hacen las personas (es decir, las labores del personal de la
biblioteca) y lo que ofrece la biblioteca como institución (es decir,
los productos y servicios específicos que responden a determinadas
necesidades de la sociedad en una determinada época), sin perder de
vista la relación entre ambos. Esta puede ser entendida de la siguiente
forma: el personal de la biblioteca ofrece una serie de servicios
específicos a los usuarios (servicio de referencia), pero lo hace de
una manera particular (trabajo de referencia).
Esa manera particular
puede ser
explorada mediante una investigación en
la que los propios actores caractericen su labor a través de su relato.
El concepto trabajo de referencia sugiere que se puede preguntar a los
bibliotecarios y bibliotecarias de servicios de referencia cuál es su
labor que proporcionan. A partir de las respuestas a esta pregunta es
posible llevar a cabo un análisis para identificar y conceptualizar
aquellos aspectos destacados por ellos en relación con el trabajo que
realizan. En este sentido, la investigación no se propone identificar
qué servicios específicos ofrecen normalmente estos profesionales en
una determinada biblioteca (por ejemplo, dar una charla de inducción a
los usuarios, buscar información sobre un tema, divulgar una base de
datos, tramitar un préstamo interbibliotecario, entre otros) ni se
propone describir el funcionamiento específico de estos servicios, aun
cuando formen parte de su relato. Se trata, más bien, de identificar
los elementos importantes a la hora de desempeñar su labor
como
referencistas, mediante estrategias que faciliten su presentación y
descripción de forma abierta.
En efecto, los propios
bibliotecarios y bibliotecarias de referencia
pueden decir algo acerca de su práctica y cómo realizan sus labores. Un
análisis desde esa perspectiva es metodológicamente posible (y
deseable) pues
los hechos no lo dicen todo
por sí
mismos, hace falta alguien que los
haga hablar con su relato personal. El lenguaje nos sirve para detectar
el sentido que cada persona otorga a sus actos, o aquellos
acontecimientos que se presenten en su vida. El lenguaje, nos dice
Irving Goffman, no es un elemento social marginal, sino un elemento
fundacional de la actividad social, cuando se nombra de una determinada
manera, se vivencia de acuerdo a cómo se ha nombrado (las connotaciones
son indudables: minusválidos/discapacitados). (Murillo de la Vega,
2004, p. 217)
La labor del
bibliotecario en el
servicio de referencia no constituye,
pues, sólo un hecho observable, ajeno a los propios participantes. Es
también una experiencia vivida, que tiene lugar en un determinado
contexto, y de la cual pueden dar cuenta los participantes a través de
su relato. Esto sugiere, a su vez, la posibilidad de emplear un enfoque
cualitativo de investigación pues, tal y como señala Murillo de la Vega
(2004),
el comportamiento ordinario,
el
mundo cotidiano de la vida ordinaria es
el marco en el que se plantea la investigación cualitativa. Se buscan
los significados por encima de los hechos sociales, los contextos en
los cuales los actos son relevantes. Trabajar cualitativamente es
operar con signos lingüísticos con significados imbricados en la vida
cotidiana. (p. 221)
De este modo, cuando
se considera
el papel activo de bibliotecarios y
bibliotecarias en el servicio de referencia, como profesionales y como
personas, es posible trasladar el énfasis de la investigación hacia su
propia labor. En última instancia, todo servicio bibliotecario es
ofrecido por hombres y mujeres quienes, con su actividad, vivifican a
la institución informativa, haciendo posible que el usuario ingrese al
mundo de la información (Rendón,
1998).
Por lo tanto, tanto
aquellos
aspectos que pueden agruparse bajo el
término trabajo de
referencia, como aquellos que pueden agruparse bajo
el término servicio de
referencia, pueden ser objeto de investigación
bibliotecológica. El primero (trabajo) proporcionaría conocimiento
acerca de las estrategias4
empleadas por los practicantes del oficio
para llevarlo a cabo de la mejor manera posible, como respuesta
concreta a los problemas que suscita la práctica cotidiana y el
contacto real con el usuario, mientras que el segundo (servicio)
proporcionaría conocimiento acerca de aquellas formas estables de
organización de la asistencia que han resultado eficientes para atender
las demandas del usuario y que forman parte del servicio bibliotecario
en general. De manera particular, puede argumentarse que el estudio de
las estrategias concretas de los bibliotecarios y bibliotecarias de
referencia tiene el valor de proporcionar insumos a los servicios
existentes, favoreciendo su innovación y posibilitando una respuesta
oportuna a las cambiantes situaciones del usuario de la biblioteca.
6.
REFERENCIAS
Bopp, R. E., y Smith, L. C.
(eds).
(2000). Introducción
general al
servicio de consulta: libro de texto para el estudiante de
bibliotecología y manual para el bibliotecario de consulta.
México:
CUIB.
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