Del trabajo realizado en
esta investigación, se propone crear un modelo interinstitucional y con
la comunidad para dar sostenibilidad y funcionamiento a los CECI con
apoyo de FONATEL. Una coordinación interinstitucional y comunitaria se
requeriría para mejorar el funcionamiento actual de los CECI, así como
para darle la sostenibilidad necesaria para impulsar la reducción de la
brecha digital y acercar a las poblaciones siempre excluidas a
participar de los beneficios de las TIC y del Gobierno Digital.
6.1
El modelo educativo y la oferta educativa
Se propone trabajar el
modelo educativo propuesto por
Ruiz (2004) -que a continuación se
explica- utilizando la infraestructura de los CECI. El modelo
educativo, utilizando los CECI, es una propuesta que conjuga
innovación, tecnología de información y comunicación, educación y
concertación de actores locales. El modelo educativo está propuesto en
dos fases, la primera que sería de manera presencial y la segunda de
manera virtual.
La oferta educativa de los
CECI será de acuerdo a las necesidades que las propias comunidades
prioricen. Esta puede ir desde simples cursos básicos independientes
con tutores presenciales o a distancia, a programas más formales a
nivel superior contando con la posibilidad de e-learning,
educación a distancia o educación virtual.
6.1.1.
Primera Fase
En una primera fase, el
modelo educativo sería con una persona instructora de manera presencial
para los cursos de capacitación que se impartan en el CECI; la
instrucción puede ser aportada por el Instituto Nacional de Aprendizaje
(INA), el Ministerio de Educación Pública (MEP) o las Universidades
Estatales por medio de sus Trabajos Comunales Universitarios (TCU).
También sería necesario trabajar en una estrategia de apropiación del
CECI por parte de la comunidad que permita generar conciencia de la
importancia de la utilización de las TIC para sus usuarios y que así se
logre que la comunidad aproveche el CECI en su máxima potencialidad.
Esta primera fase se puede
ofrecer de acuerdo a las capacidades institucionales de la zona. En su
enfoque más amplio, cada institución educativa aporta, de sus propios
recursos, las personas instructoras al proyecto. Así, el MEP, el INA y
las Universidades Estatales contribuirían a la sostenibilidad de las
capacitaciones en el CECI y al desarrollo de la estrategia de
apropiación por parte de las comunidades.
En su enfoque más
limitado, considerando que las instituciones educativas no cuentan con
los recursos propios para contribuir con el CECI, siempre es posible
ofrecer capacitaciones a través de los TCU que deben realizar todos los
estudiantes universitarios antes de graduarse.
Los TCU pueden enfocar su
quehacer para contribuir con la sostenibilidad de las capacitaciones en
los CECI y desarrollar la estrategia de apropiación comunitaria. En
este caso, las unidades académicas de las Universidades Estatales,
interesadas en contribuir con los CECI, formularían los proyectos de
capacitación en TIC que se impartirían en los CECI.
La primera fase puede ser
implementada inmediatamente después de que el grupo comunitario
encargado del CECI coordine con las instituciones correspondientes
(MICITT, Ministerio de Economía, Industria y Comercio [MEIC],
Ministerio de Agricultura y Ganadería [MAG], Instituto Nacional de
Pesca y Acuacultura [INCOPESCA] u otras, y las instituciones
educativas) sus necesidades de formación y capacitación.
En esta primera fase, como
se indicó anteriormente, es necesario desarrollar una estrategia de
apropiación del CECI por parte de la comunidad, la cual deberá ser
diseñada. La apropiación requiere generar conciencia en la comunidad
para desarrollar estrategias participativas para que el ciudadano se
apropie del CECI, lo cual implica esfuerzos de educación formal y no
formal para el entendimiento de las TIC y su importancia para el
desarrollo. Un ciudadano que se apropie del CECI podrá sacar provecho
al utilizarlo para su propio desarrollo productivo, académico u otro
(
MICITT, 2015).
De acuerdo a las
necesidades diagnosticadas en los CECI, se coordina la apertura de los
programas educativos para atenderlas a través de las instituciones
educativas correspondientes y la utilización de la plataforma
tecnológica del CECI. Es posible la apertura de programas de educación
formal del Ministerio de Educación para ofrecer el bachillerato a las
personas que no han concluido la educación secundaria, así como cursos
de capacitación en temas de gestión empresarial a los microempresarios
o de uso de sistemas satelitales para la ubicación de bancos de peces a
los pescadores, o capacitación en la búsqueda, acceso y uso de
información agropecuaria para los agricultores, entre muchas otras
posibilidades.
6.1.2.
Segunda Fase
Para la segunda fase es
necesario haber trabajado fuertemente en la apropiación del CECI por
parte de la comunidad, así como tener una base comunitaria con la
alfabetización digital mínima, que haga posible el uso de las TIC por
parte de los individuos de la comunidad para su propio beneficio
(productivo, educativo, personal). Sin esto, la segunda fase no tendría
mayor impacto.
Para la segunda fase se
propone desarrollar un modelo educativo que comprenda un sistema de
comunicación que sustituye la interacción personal docente-estudiante
por la interacción con una gran variedad de recursos didácticos,
diseñados para el autoaprendizaje. La tecnología informática ofrece el
acceso a ambientes de aprendizaje donde el alumnado interactúa con
contenidos, bases de datos, estrategias de enseñanza y aprendizaje en
el momento que más le conviene.
Para esta segunda fase se
debe indagar sobre plataformas educativas tecnológicas para impartir
cursos virtuales, metodologías de enseñanza y aprendizaje virtual,
estrategias de asesoría y retroalimentación permanente al estudiante y
mecanismos de evaluación y control que aseguren la calidad de la
instrucción, similar a los cursos o
nline, masivos y abiertos (MOOC por sus iniciales en
inglés) que actualmente se ofrecen en numerosas instituciones y
organizaciones públicas y privadas (
Marauri, 2014).
La idea de la segunda fase
es ayudar a quienes son estudiantes para que construyan sus esquemas de
conocimiento. El modelo se enfoca a apoyar al alumnado para que
desarrolle su capacidad de aprendizaje auto dirigido. La intención es
formar personas emprendedoras, capaces de aprender lo que desean, con
autoconfianza y autoestima, como resultado del proceso educativo.
Para la segunda fase se
requiere recursos financieros para la investigación y desarrollo de la
plataforma tecnológica, metodologías didácticas, evaluativas,
supervisión y control, así como el desarrollo del sitio web, además del
mantenimiento y sostenibilidad de la infraestructura que se desarrolle.
Esta segunda fase, que soporta el modelo educativo virtual y autónomo,
sólo podría ser desarrollada con recursos financieros extraordinarios,
los cuales podrían ser aportados por FONATEL, si se desea una
plataforma propia.
Sin embargo, en la red ya
existe oferta de educación de todos los niveles y para todo tipo de
necesidades, por lo que es posible utilizar estas alternativas de
enseñanza-aprendizaje para estos efectos. Las posibilidades de acceso a
la información y a los procesos educativos amplían las posibilidades de
aprendizaje, desarrollo de destrezas y competencias con posibilidad de
desarrollar proyectos productivos o para acceder a mejores empleos,
contribuyendo así a la movilidad social y a mejorar la calidad de vida.
6.2
Modelo de sostenibilidad interinstitucional
En mayo de 2010 se
promulgó la Ley 8801
Ley
General de Transferencia de Competencias (2010) del Poder Ejecutivo
a las Municipalidades. Dicha ley crea los Consejos Cantonales de
Coordinación Interinstitucional (CCCI). El reglamento a esta Ley
contiene un capítulo que detalla el funcionamiento de estos consejos,
integrados por todo ente público que desarrolle actividades en la
localidad y sociedades anónimas-empresas públicas (
Decreto
Ejecutivo, 2010). Este puede ser el espacio para atender la
sostenibilidad de los CECI mediante el trabajo interinstitucional, con
el grupo comunitario y con el encargado del CECI.
Se propone el consejo
regional, en este caso sería el CCCI en conjunto con el comité comunal
(que puede ser la asociación de desarrollo comunal), como encargado de
apoyar el desarrollo y funcionamiento del CECI. Cada una de las
instituciones del Estado que forman parte del CCCI tiene sus funciones
y recursos financieros establecidos. El trabajo colaborativo
interinstitucional dentro del CCCI para apoyar el funcionamiento del
CECI exige que cada institución cumpla sus propias funciones
institucionales. El CECI ofrece el espacio para que cada institución
pueda ampliar su cobertura atendiendo poblaciones vulnerables y siempre
excluidas.
El CCCI se encargaría,
entre otros, de:
- impulsar el proyecto
educativo,
- iniciar proyectos
productivos locales que generen recursos para el desarrollo comunitario
y la sostenibilidad del CECI,
- ayudar al comité comunal
a establecer vínculos con organismos públicos y privados,
- supervisar el
cumplimiento del trabajo de cada una de las instituciones con respecto
al proyecto.
Se propone que la
comunidad mediante un grupo organizado (comité comunal o asociación de
desarrollo) se encargue de buscar el espacio para la instalación de los
CECI, así como de dotar de los servicios básicos para su funcionamiento
(luz, agua, telecomunicación, seguridad). Además debe aportar una
persona encargada responsable de atender el centro.
La persona encargada, en
conjunto con el MICITT y con las instituciones correspondientes en
materia de educación, tendría la tarea de identificar las necesidades
de capacitación y coordinar para el diseño de un plan de capacitación
con las necesidades identificadas y priorizadas, así como la
administración del CECI y su divulgación. Debidamente capacitado por el
MICITT, esta persona encargada también puede ser quien instruya en los
cursos básicos de alfabetización digital.
Con respecto a la
seguridad del CECI, el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) podría
coordinar acciones para el cuido de estos centros, considerando que
muchos de estos se ubican en comunidades de riesgo social. El MSP
cuenta con recursos para mantener la seguridad en las comunidades, por
lo que no sería necesario recursos extraordinarios para mantener la
seguridad de las comunidades donde se encuentra ubicado un CECI, pues
es parte de sus funciones. Es cuestión de planificar mejor los recursos
y las rutas de patrullaje.
En cuanto a la
divulgación, se considera muy importante diseñar una estrategia de
información y comunicación que divulgue sobre los cursos y servicios
del CECI, y además motive a los pobladores a acercarse y desear
capacitarse en materia de TIC, de tal forma que las comunidades se
apropien del CECI y lo aprovechen al máximo para realizar sus procesos
comerciales, productivos, financieros o académicos. El diseño y la
implementación de la estrategia de divulgación, comunicación y
apropiación, podrían ser realizados con apoyo de recursos financieros
de FONATEL.
El MICITT, como ente
director del proyecto, se responsabilizaría de dotar los equipos
tecnológicos, mobiliario, instalación, mantenimiento preventivo y
correctivo así como de la actualización del equipo y programas
utilizados, y de dar capacitación a las personas encargadas para su
funcionamiento. Además le correspondería definir los protocolos de
organización y administración de los CECI. También, en conjunto con el
comité comunal, debe apoyar a este en el diagnóstico de sus
necesidades, en la promoción y la generación de las alianzas con los
actores locales. Asimismo, el MICITT, en conjunto con el grupo
comunitario, coordinaría con el Instituto Costarricense de
Electricidad (ICE) los asuntos de infraestructura tecnológica necesaria
para que el CECI cuente con las últimas TIC que permitan ofrecer sus
servicios (académicos, comerciales, productivos, financieros) de manera
eficiente.
El Sistema Nacional de
Bibliotecas (SINABI) colaboraría como lo ha estado haciendo; esto es,
continuaría ofreciendo el espacio y el personal para implementar el
CECI y sus programas educativos en sus instalaciones.
Las Universidades
Públicas, por medio de sus TCU, podrían desarrollar proyectos de
Trabajo Comunal en los cuales su estudiantado realice sus horas
comunales participando en los CECI desarrollando actividades según un
plan que debe plasmar cada CECI de acuerdo con las necesidades de
capacitación diagnosticadas en su comunidad. Las Universidades Públicas
apoyarían de esta manera el proyecto educativo, permitiendo a
estudiantes y docentes relacionarse e involucrarse con las necesidades
comunales, sensibilizándoles en la problemática social de las
comunidades en la que se insertan y formándoles en nuevas herramientas
y metodologías para atender poblaciones con otras necesidades
educativas.
El INA aportaría si las
necesidades son en materia de educación técnica y el MEP si las
necesidades son en educación formal primaria y secundaria. Estas dos
instituciones, MEP e INA, podrían también coordinar acciones formativas
con las Universidades Estatales, en caso de que no cuenten con los
recursos propiamente para realizar su labor de formación a las
poblaciones de estas comunidades marginales.
Las otras instituciones
públicas podrían capacitar en el uso y manejo de la tecnología para la
comunicación e información con sus clientes, así como la atención del
servicio a sus usuarios. Por ejemplo, la banca podría capacitar a los
usuarios en el uso de sus plataformas web para todo lo relacionado con
pago de servicios, préstamos, solicitud de créditos, banca de
desarrollo. El MAG podría capacitar en el uso de la tecnología para
informar a agricultores y agricultoras en el manejo de la información
agropecuaria. El INCOPESCA podría capacitar a las personas pescadoras
en el uso de sistemas satelitales para localizar bancos de peces. El
MEIC podría capacitar a las personas micro y pequeño empresarias en el
uso de la tecnología para desarrollar el comercio electrónico y para
relacionarse con el Estado como proveedoras. El Ministerio de Hacienda
(MH) podría capacitar a las personas micro y pequeño empresarias, así
como a profesionales liberales en el uso de sus sistemas de tributación
en línea, entre otros.
Tanto el Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social (MTSS) como el IMAS podrían ser entes
colaboradores con sus programas como Empléate y Manos a la Obra; dichos
programas sociales aportan un subsidio a la persona beneficiaria a
cambio de algún trabajo comunal que podría ser realizado en el CECI. La
Dirección Nacional de Desarrollo Comunal (DINADECO) apoyaría a las
asociaciones de desarrollo en la labor que realizarían en la
administración de los CECI y en el diagnóstico de necesidades. Y las
municipalidades como coordinadoras de los CCCI serían las que velarían
para que cada una de las instituciones realice las tareas que se le
encomiende relacionadas con los CECI.
De esta manera, el CECI
sería no solo un centro de capacitación sino también de información y
comunicación con las instituciones del Estado; asimismo, sería un
centro para realizar transacciones electrónicas comerciales,
tributarias, crediticias, etc.
Por último, los recursos
financieros necesarios para llevar a cabo la propuesta puede ser
aportada por el FONATEL. Todo el proyecto de CECI debería incluirse
como un proyecto prioritario dentro del programa de Gobierno Digital,
puesto que es una de las estrategias implementadas para disminuir la
brecha digital. Un gobierno líder en gobernanza digital debe contar con
una ciudadanía capaz de aprovechar las potencialidades que ofrecen las
TIC para mejorar su calidad de vida.
Finalmente, el Ministerio
de Planificación y Política Económica (MIDEPLAN), como ente del
gobierno que asesora la implementación de los CCCI, debe velar para que
los acuerdos en este Consejo se cumplan con la colaboración de todas
las entidades involucradas. La Figura 1 muestra la propuesta de
sostenibilidad planteada. Dicha propuesta es posible en los cantones
donde el CCCI funciona adecuadamente y han tomado con seriedad el
trabajo y los acuerdos que se realizan en este consejo.
Al existir en el país 81
cantones, cada uno de ellos con diferencias en cuanto a necesidades y
dinámicas de funcionamiento, es posible que el trabajo colaborativo
interinstitucional no funcione bien en algunos de los cantones. Para
estos casos, el modelo contempla la figura de una persona encargado del
CECI, la cual puede ser aportada por la colaboración de las
instituciones públicas y privadas que forman parte del CCCI o que el
grupo comunitario logre los recursos necesarios para aportar esta
persona encargada. Por ejemplo, puede ser que el primer año quien se
encargue del CECI sea un aporte de la asociación de desarrollo comunal;
el segundo, de alguna institución; y el tercer año, de alguna empresa
privada, etc. También podría ser un aporte entre varias entidades, cada
una dando recursos parciales para cubrir el gasto.
Esta persona encargada del
CECI, debidamente capacitada por el MICITT, sería la persona que
coordinaría y realizaría las gestiones necesarias ante las demás
instituciones para lograr realizar la tarea encomendada al CECI. Es
decir, gestionaría ante la institución que corresponda: la apertura de
cursos de capacitación en materia de TIC y otros, el mantenimiento del
laboratorio, la seguridad, la actualización del hardware y software,
la divulgación y la promoción del CECI. Además, dicha persona puede ser
instructora de los cursos de alfabetización básica.
La figura de la persona
encargada ha sido implementada en algunos de los CECI más exitosos (O.
Quesada, comunicación personal, 10 de abril, 2015). Sin que todavía
exista la plataforma interinstitucional de colaboración, estos CECI han
funcionado de manera excelente debido a que tienen un grupo comunitario
que se ha apropiado del CECI y ha conseguido mantener la persona
encargada. En estos CECI se ha logrado una muy buena convocatoria a las
capacitaciones en alfabetización digital de la comunidad.
En el funcionamiento
actual de los CECI estudiados, la figura de la persona encargada recae
en quien es director o directora de la institución donde se aloja el
CECI o en quien es líder del grupo comunitario. La persona encargada
propuesta en el modelo es una que no tiene otras funciones más que las
propias de administrar el funcionamiento del centro, como se indicó
anteriormente. La idea es conseguir los recursos para tener esta
persona a cargo permanentemente.
La experiencia
desarrollada por los CECI durante toda su vigencia ha formado y
capacitado a jóvenes del programa Manos a la Obra del IMAS como
instructores de la alfabetización básica. Estas personas jóvenes fueron
beneficiarias que provenían de comunidades deprimidas. Se propone que
las personas jóvenes que trabajaron en los CECI de sus comunidades, que
hayan demostrado su capacidad de liderazgo e instrucción así como
compromiso con la comunidad, sean las primeras en considerarse para el
puesto de encargado del CECI. Dicho trabajo deberá ser remunerado con
el aporte colaborativo de las instituciones públicas, privadas o
comunitarias, como se indicó anteriormente.