Revista Educación 42(1), 20-38,
e-ISSN: 2215-2644, enero-junio, 2018
DOI: https://doi.org/10.15517/revedu.v42i1.23187
Abordaje de sujetos migrantes
y procesos migratorios en libros de texto de Ciencias Sociales. Un análisis
de caso
Approach
to migrant subjects and migration processes in Social Sciences Textbooks. A case study
María
Beatriz Taboada-Posada[1]
Universidad
Autónoma de Entre Ríos
Facultad
de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales
Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Concepción
del Uruguay, Entre Ríos, Argentina
Recibido: 5 febrero 2016 Aceptado:
23 marzo 2017 Corregido: 10
agosto 2017
Resumen:
El presente trabajo recupera avances de la investigación "´Nosotros, los
argentinos´: la construcción de la identidad nacional en libros de texto de
Ciencias Sociales", en el contexto de la cual hemos analizado el modo en
que dicha identidad es construida discursivamente en libros de texto destinados
a la enseñanza secundaria, que circulan actualmente en instituciones educativas
de la Argentina. Uno de los ejes priorizados en el análisis ha sido la
construcción de procesos migratorios vinculados al territorio nacional, con
especial atención a sujetos discursivos presentes y desplazamientos
territoriales abordados; aspectos que se recuperan en este artículo mediante la
selección de un caso específico que forma parte del corpus de la investigación.
Para la aproximación propuesta nos hemos posicionado en el análisis crítico del
discurso y, desde esa perspectiva, hemos recurrido a herramientas
teórico-metodológicas del enfoque histórico del discurso (Wodak, de Cillia, Reisigl y Liebhart, 2009). Desde dicho enfoque entendemos los
discursos como prácticas sociales y asumimos que el lenguaje juega un rol
fundamental en la estructuración de relaciones de poder en la sociedad. Por
ello, proponemos un abordaje de los textos seleccionados que toma en cuenta el
modo en que sujetos, relaciones, hechos y procesos son nombrados (estrategias
de nominación); los rasgos que se les atribuyen (estrategias de predicación) y
los argumentos o esquemas argumentativos empleados (estrategias
argumentativas). El caso seleccionado responde a una de las tendencias
observadas en el corpus general de la investigación para el tratamiento de
procesos migratorios, dado que localiza la temática en tiempos lejanos y solo
incorpora referencias marginales e imprecisas a la existencia de procesos
migratorios en la actualidad. Asimismo, el análisis de las estrategias
discursivas empleadas en el libro muestra una esquematización superficial en el
abordaje de dichos procesos desde el que se borra a sujetos migrantes y se
explican los procesos en términos económicos, poniendo en relación directa
pobreza y migración. Todo esto ayuda a construir una visión restringida de la
diversidad cultural que entra en conflicto con el abordaje explícito de la
temática que el libro propone. Ante lo expuesto, entendemos que se vuelve necesario
un trabajo compartido de revisión crítica de libros de texto que involucre
diferentes niveles de la administración de la educación, a las editoriales y a
los colectivos docentes para contribuir a pensar abordajes acordes con una
educación inclusiva.
Palabras clave:
Libro de texto, ciencias sociales, enseñanza secundaria, discurso, procesos
migratorios.
Abstract: This article goes deeper in some of the
findings of a previous research named "Nosotros, los argentinos´: la
construcción de la identidad nacional en libros de texto de Ciencias Sociales”,under development, where we have
analyzed the way in which such identity is discursively constructed in text
books aimed at high school education, currently being used in educational
institutions in Argentina. One of the axes prioritized in the
analysis has been the construction of migratory processes related to the
national territory, focusing the attention on current discursive subjects and
territorial displacement; aspects which will be treated in this article by
means of a selection of a specific case which is part of the research corpus. In
the focus suggested we made use of theoretical and methodological tools from
the Discourse-Historical
Approach (Wodak, de Cillia,
Reisigl y Liebhart,
2009), considering mainly the way how discursive strategies
(nomination, predicational and argumentation strategies) used in the
aforementioned material articulate in the introduction of the themes being analyzed. The material selected let us examine one of
the macro-strategies identified in the research corpus for the way of dealing
with the migratory processes: the use of past tenses together with marginal and imprecise
references to the present based on a number of presumptions. Besides, in this
case it is also observed an explicit approach to cultural diversity as a means
of making a weak connection to the discursive construction of migrating
subjects identified in the proposal. Furthermore, the selection of these
textual samples let us place their constructions in dialogue with others which
have been analyzed in the general corpus of our research.
Keywords: textbook, social sciences, secondary education,
discourse, migration processes
1. Introducción
Los libros de texto pueden adquirir
un marcado protagonismo en los procesos de enseñanza y de aprendizaje, lo que
explica la especial atención que han recibido en los últimos años, ya sea en el
contexto de investigaciones como en el de políticas educativas y programas de
mejora. En este marco, el libro puede ser pensado como un valioso analizador
del currículo real de nuestras escuelas (Frigerio,
1991).
Desde estas consideraciones, hemos
enfocado nuestro interés en el análisis de materiales curriculares, prestando
especial atención a sus discursos, a las representaciones de la realidad que
ponen a circular en nuestras escuelas. Estos intereses han permitido
desarrollar, desde el año 2011, el Proyecto de investigación ´Nosotros, los argentinos´: la construcción
de la identidad nacional en libros de texto de Ciencias Sociales, orientado a la revisión crítica de libros de texto
actualmente en circulación en escuelas argentinas de enseñanza secundaria[2].
A partir de la revisión de libros
de texto que conforman el corpus,[3]
ha
resultado posible observar, como
tendencia general, la existencia de manifestaciones lingüísticas explícitas
acerca de la diversidad como valor y factor clave en la constitución del
Estado-Nación. Sin embargo, esto entra en conflicto con prácticas de exclusión
e invisibilización presentes también en dichos materiales. De esta manera,
conviven en las propuestas analizadas una dimensión explícita que tematiza la
diversidad de modo positivo frente a otras prácticas discursivas que pueden
sostener posiciones divergentes e, incluso, opuestas.
En este último punto notamos la
recurrencia de estrategias de invisibilización, mitigación y naturalización de
acciones o prácticas en el contexto de narraciones o explicaciones que
involucran a ciertos colectivos nacionales –población originaria, personas que
han migrado, mujeres, adultos y adultas mayores, entre otros-, así como la
construcción de realidades en torno a un nosotros/nosotras –predominantemente
positivo- para el colectivo nacional, y un otros/otras que adquiere un valor
cambiante desde el contraste. Un aspecto interesante de estas construcciones es
el énfasis en las diferencias que contribuye a sostener imágenes polarizadas y
dificulta pensar las continuidades y complementariedades de las
representaciones construidas.
Uno de los ejes priorizados en la
investigación ha sido la construcción de procesos migratorios vinculados
al territorio nacional, con especial atención a sujetos discursivos presentes y
desplazamientos territoriales abordados. Desde ese marco, en este artículo
propondremos un acercamiento a dimensiones involucradas en dicha construcción, mediante el análisis de una de las propuestas
editoriales que conforman el corpus de nuestra investigación, a modo de caso.
Por lo expuesto, nos planteamos
como objetivo dar cuenta del modo en que una propuesta particular construye a
sujetos migrantes y procesos migratorios, considerando tanto las estrategias
que pone en juego en el discurso como la progresión y articulación de abordajes
que el libro presenta. Buscaremos, asimismo, poner en diálogo los aspectos
analizados con diferentes tendencias observadas en el proyecto marco que
mencionamos previamente.
Para tal fin, definiremos a
continuación algunas dimensiones contextuales que atraviesan la producción,
circulación e investigación de estos materiales en Argentina, explicitaremos
los criterios de selección del caso analizado y las decisiones metodológicas
asumidas.
2. Algunas dimensiones
contextuales
El interés creciente brindado a la
revisión crítica de libros de texto[4]
en los últimos años ha permitido contar, en la actualidad, con un significativo
corpus de investigaciones centradas en diferentes dimensiones de estos
materiales; así como en propuestas editoriales diversas en cuanto a espacios
curriculares, contextos de producción y circulación, etc. Un buen panorama al
respecto lo brinda el catálogo BIBLIOMANES[5],
administrado en forma conjunta por el Centro Internacional de la Cultura
Escolar (CEINCE) y el Centro de Investigación MANES de la UNED (España), y que
reúne producciones de diferentes países localizadas en el campo de la
manualística (Escolano Benito, 1998).
El protagonismo otorgado a estos
materiales en el campo de la investigación parte de su definición como objetos
culturales complejos, atravesados por dimensiones políticas, económicas y
culturales que condicionan tanto su producción como circulación. Los libros son,
a la vez, un producto de consumo y una herramienta didáctica. Desde esta doble
dimensión se constituyen, además, como vehículos del conocimiento considerado
legítimo en el aula, lo que vuelve especialmente relevante la revisión de la
dimensión ideológica que involucran.
Al
referirnos a esta dimensión no estamos asumiendo que el libro de texto posee un
posicionamiento ideológico uniforme ni estable sino que, por el contrario,
reconocemos que en tanto discurso está condicionado y atravesado por ideologías
diversas e incluso a veces en pugna que se materializan en diferentes
dimensiones de las propuestas editoriales tales como los temas priorizados, la
secuenciación de los contenidos, los abordajes propuestos, las actividades, los
recursos externos que cada propuesta incluye, etc. Como podremos observar
además en el análisis propuesto, los libros pueden presentar tensiones entre su
dimensión declarativa –lo que manifiestan como posicionamiento de la propuesta-
y el tipo de construcciones que es posible rastrear cuando se analizan sus
discursos.
En este marco, además, creemos
oportuno indicar que en Argentina no existe control del Estado sobre la producción
y circulación de libros de texto, por lo que los equipos autorales trabajan en
forma directa sobre el currículo prescripto, fundamentalmente a nivel nacional,
y las obras elaboradas pueden llegar sin otras mediaciones o revisiones a los
establecimiento educativos de diferentes jurisdicciones del país.
Sin embargo, corresponde indicar que
el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo
(INADI) inició, en el año 2008, un trabajo con diferentes editoriales tendiente
a “impulsar el desarrollo de libros de texto y materiales didácticos que
promuevan la educación en la diversidad y contribuyan a prevenir conductas
discriminatorias, xenófobas y racistas” (INADI, 2016,
p. 8), enfatizando el rol de estos materiales en los procesos educativos
que los involucran.
Dicho organismo afirma:
Los textos escolares
constituyen una unidad de observación privilegiada para acceder a las ideas,
los valores y las significaciones, implícitos y explícitos, transmitidos en la
enseñanza, así como para identificar y analizar cuáles son los estereotipos que
se contribuye a construir desde el ámbito editorial. (INADI,
2016, p. 9)
Esto
mismo explica el impulso que en los últimos años ha adquirido, en Argentina, la
revisión de aspectos vinculados a representaciones de la nación en libros de
texto[6],
una tendencia presente también en
otros países de habla hispana, como bien puede detectarse en los catálogos
bibliográficos del Centro MANES.
Se observa, además, un interés
creciente en el análisis de vínculos entre currículo y construcciones
identitarias nacionales (Braslavsky, 1996; Carretero, 2007; Carretero
y Castorina, 2010; González y Rosa, 2014,
entre otros), y se somete a discusión la noción de identidad, pertenencia y
nación, lo que supone problematizar y repensar las matrices epistemológicas
desde las que se abordan estas dimensiones para evitar aproximaciones
simplistas y esencialistas.
De
este modo, hablar de identidad no supone la existencia de
una serie de rasgos fijos y preexistentes sino el reconocimiento de
construcciones sociales dinámicas que adquieren estabilidad provisoria en
prácticas sociales y contextos socio-temporales concretos.
3. El corpus de análisis
Partiendo de posicionamientos
explicitados en la introducción de este trabajo, hemos centrado nuestras
indagaciones en libros de texto de Ciencias Sociales, Geografía e Historia
destinados a los últimos años de la enseñanza secundaria y centrados en el
contexto nacional. Estos materiales se organizan en un corpus abierto (Narvaja de Arnoux, 2009) y dinámico, lo que nos ha permitido incorporar
progresivamente nuevos materiales.
Para este artículo hemos
decidido focalizar la atención en el análisis de un libro de texto particular (Arzeno et al., 2010)[7],
actualmente en circulación, que integra el corpus general de la investigación,
tomando en cuenta diferentes dimensiones que se articulan en la construcción de
procesos migratorios. Asumimos esta propuesta curricular como caso y buscaremos
poner en diálogo el análisis aquí propuesto con avances logrados en el proyecto
marco.
Por otra parte, para la selección
del material que analizaremos hemos considerado especialmente el trabajo
desarrollado por el INADI con diferentes editoriales del país. Desde ese marco,
en el año 2012 se firmó un convenio de colaboración con diferentes editoriales –entre las que se encuentra la del
libro seleccionado–, las cuales se comprometieron a revisar, entre otras
cuestiones, los modos en que son abordados los contenidos vinculados a sujetos migrantes[8]
en sus propuestas.
Al respecto, convendría indicar que
en el corpus general de nuestra investigación hemos considerado materiales
provenientes de editoriales diversas, algunas de las cuales pueden ser
asociadas a posicionamientos ideológicos diferentes. Sin embargo, tal como
mencionaremos posteriormente, hemos observado más regularidades que diferencias
en los abordajes de procesos migratorios y sujetos migrantes, lo que nos
permite hablar de ciertas continuidades en los discursos.
En este contexto, el libro elegido para
este trabajo pertenece a una editorial que posee varias series para el nivel
secundario, una de las cuales se denomina Saberes
clave e incluye libros de diferentes áreas curriculares. Para el área de
Ciencias Sociales cuenta actualmente en catálogo con un libro que responde
específicamente a la denominación del área, tres de Historia argentina y del
mundo (primera y segunda mitad del siglo XX, respectivamente), uno de Historia
argentina (desde 1850) y cuatro de Geografía (uno para espacios geográficos de
América y el mundo, otro de geografía mundial y dos de Argentina). El manual
que analizaremos tiene la particularidad de ser uno de los dos libros de geografía
argentina que incluye la serie y se diferencia del restante por ubicar al país
“en la globalización”, y está explícitamente destinado al 5º año de la
enseñanza secundaria[9].
Posee 256 páginas organizadas en cuatro
secciones[10] –divididas a su vez en
capítulos-:
1. Procesos
productivos, economías regionales y asimetrías territoriales (pp. 8-85)
2. Los
recursos naturales y los bienes de la Tierra y su relación con los problemas
ambientales (pp. 86-141)
3. Condiciones
de vida y vulnerabilidad de la globalización (pp. 142-191)
4. Sistema
urbano y experiencias de vida en ciudades argentinas (pp. 192-247)
La tercera sección resulta especialmente
significativa debido a que el libro aborda desde un apartado específico
temáticas que suelen aparecer marginalmente en las ofertas editoriales –incluso
en otras de la misma editorial-, centrándose en desigualdades sociales,
marginación y pobreza.
Otros rasgos relevantes de la
propuesta elegida son el hecho de que pertenece a una editorial con un amplio
fondo de ofertas para los diferentes niveles del sistema educativo y con un
gran caudal anual de ventas y que ha sido reimpresa ininterrumpidamente desde
el año de su edición, y continúa actualmente en el catálogo editorial, lo que
da cuenta de un marcado consumo.
Quisiéramos reiterar, además, que la
intención es analizar desde una propuesta el funcionamiento de diferentes estrategias
discursivas que se articulan en la construcción de procesos migratorios y
sujetos migrantes, asumiendo que el material elegido funciona como muestra de
un corpus complejo que evidencia actualmente más continuidades que rupturas.
4. Decisiones metodológicas
En el
contexto de este trabajo recuperaremos aportes teórico-metodológicos del enfoque
histórico del discurso (Reisigl y Wodak, 2001;
Wodak, de Cillia, Reisigl y Liebhart, 2009; van Leeuwen y Wodak, 1999) dado que consideramos
nos permiten analizar estructuras y estrategias de legitimación de modelos
sociales. Así, desde este marco, tomaremos especialmente en cuenta una serie de
estrategias discursivas, entendidas como formas sistemáticas de utilizar el
lenguaje, como “un plan de prácticas más o menos preciso y más o menos
intencional (incluyendo las prácticas discursivas) que se adopta con el fin de
alcanzar un determinado objetivo social, político, psicológico o lingüístico” (Wodak, 2003, p. 115).
Dados
los objetivos perseguidos en este artículo, nos centraremos especialmente en
aquellas estrategias que nos brindan herramientas para responder a las siguientes
cuestiones:
1. ¿De qué forma se nombra a las personas
que migran o se hace referencia a ellas? (estrategias de referencia y
nominación)
2. ¿Qué rasgos se les atribuyen?
(estrategias de predicación)
3. ¿Qué argumentos o esquemas
argumentativos se utilizan para justificar y legitimar las construcciones
realizadas? (estrategias de argumentación)
En
este contexto, las estrategias de nominación son aquellas que construyen e
introducen a actores sociales en el discurso, a la vez que los identifican como
miembros de un grupo o grupos. Para ello se recurre a instrumentos tales como metáforas,
metonimias y sinécdoques.
Tradicionalmente
se ha entendido la metáfora como un proceso en el que se sustituye un elemento
por otro con el que guarda algún tipo de vecindad de significados[11].
Por su parte, desde las teorías cognitivistas (Lakoff
y Johnson, 1980) se asume que la metáfora tiene que ver con nuestro modo
de conocer el mundo, con la necesidad de explicar fenómenos abstractos: para
hablar de ellos necesitamos metaforizarlos y de ese modo podemos comprenderlos
(Díaz, 2006, p. 41). Por ello, la metáfora
constituye un fenómeno habitual en nuestra vida cotidiana.
Por su
parte, las estrategias de predicación contribuyen a calificar a los actores de
modo más o menos positivo/negativo mediante atribuciones de rasgos valorativos
y predicados implícitos y explícitos; y las estrategias de argumentación buscan
sostener o justificar las construcciones realizadas, a través de topoi, es decir, “esquemas de
argumentación recurrentes que tiene como propósito hacer una inferencia
particular” (Wodak, 2011, p. 173). Son, por
tanto, justificaciones que permiten poner en relación argumentos y
conclusiones.
En
la tabla 1 presentamos algunos esquemas argumentativos clasificados por Wodak (2003), que hemos utilizado en este artículo
para el análisis de los topoi
presentes en la muestra elegida.
Tabla
1
Topoi analizados
Nota: elaboración
propia con base en Wodak (2003).
Asimismo,
para las nominalizaciones observadas hemos recuperado la tipología propuesta
por Pardo Abril (2013) que diferencia entre
formas comunes, propias y retóricas. Las comunes pueden ser divididas a su vez
en funcionales, si se evoca el rol cumplido; valorativas, si se recurre a un
calificativo; o esenciales, si se refiere a la ubicación en una clase, desde un
vínculo o relación con diferentes sujetos o con el entorno –en ese caso
hablamos de nominación esencial relacional- o recurriendo a un rasgo físico.
Por
otra parte, dentro de las estrategias de predicación hemos tomado en cuenta
también la agentividad, es decir, el rol atribuido a participantes en los
acontecimientos. Así, cualquier proceso involucra la existencia de
participantes que asumen papeles en el discurso:
Si el proceso consiste en una acción realizada por un
participante y que afecta a otro participante, aquel que lleva a cabo
deliberadamente la acción, y, por tanto, es responsable de ella, es el agente,
y el otro participante que resulta afectado o cambiado por la acción es el
paciente. (Martín Rojo, 2003, p. 177)
En el
discurso la responsabilidad de las acciones puede ser resaltada o bien
mitigada, lo que contribuirá activamente a la construcción de sujetos, como
veremos en el análisis propuesto.
Desde estas decisiones metodológicas, el
trabajo sobre el libro involucró una revisión general de la propuesta en sus
aspectos formales y de contenido, inicialmente orientada a identificar aquellas
secuencias en las que se abordaron de modo explícito o implícito aspectos
vinculados a procesos migratorios. A nivel de contenidos rastreamos, además, el
uso de secuencias y recursos relacionadas
con la construcción de una historia común, una cultura común, un presente y un
futuro colectivos y un “cuerpo nacional”, especialmente significativos en
discursos de identidad nacional (de Cillia, Reisigl
y Wodak, 1999).
Las
secuencias seleccionadas constituirán el foco del análisis propuesto en este
artículo.
5. Aproximaciones al corpus
La
revisión general del libro muestra pocas referencias a los ejes de nuestro
trabajo, restringidas a dos de sus secciones:
1.
Procesos productivos, economías regionales y asimetrías territoriales (pp.
8-85)
3.
Condiciones de vida y vulnerabilidad de la globalización (pp. 142-191)
Este
aspecto no es menor, dado que el libro localiza a la Argentina en el contexto
de la globalización, desde el título mismo de la propuesta.
La
primera mención a la temática aparece en la página 25, en el marco del apartado
que presentamos como Figura 1 y se articula en torno a cuatro mapas del
territorio nacional.
Figura 1.
Secuencia 1.
Desde los títulos de
sección, capítulo y apartado, el libro borra sujetos y
nominaliza procesos, lo que se presentará como una constante en la mayoría de
los textos analizados.
El apartado en particular gira en
torno a la descripción y contextualización de los mapas mencionados previamente,
recurriendo a una organización temporal y al uso de estructuras pasivas que
naturalizan los procesos descriptos: “En esta doble página se observa cómo se
vinculan los aspectos políticos y económicos en la formación del territorio
argentino y cómo se conforma la sociedad.”[12]
(Arzeno, 2010, p. 24).
En la narrativa que construyen los
mapas –presentados en la propuesta como documentos-, se observa un proceso de
invisibilización de población originaria: mientras en el primero y el segundo
se puede ver la localización espacial de diferentes pueblos (Tehuelches, Tobas,
etc.) en los denominados “territorios indígenas”, el tercer mapa solamente
conservará la mención de dichos territorios y el cuarto borrará toda referencia
al respecto[13] mientras incorpora los
procesos de inmigración.
La explicación de este
mapa/documento se centrará en dos ejes temporales -1862 y el siglo XX- para dar
cuenta de la organización del Estado nacional. En este contexto, se inscribirá
la primera aparición de procesos migratorios en la propuesta:
El Estado incentivó la
apropiación privada de tierras para el desarrollo de actividades agropecuarias
y la expansión de las redes de transporte, especialmente las vinculadas con la
exportación de productos agrarios. En esta etapa, también se produjeron el
crecimiento urbano y la llegada de las olas
de inmigración desde Europa [cursiva añadida], que pasaron a integrar la
población argentina en formación. Durante el siglo XX se terminaron de definir
los límites provinciales e internacionales del territorio nacional. (Arzeno, 2010, p. 25)
Aquí
el Estado es construido como actor social[14]
responsable de las primeras acciones descriptas. Sin embargo, para el
crecimiento urbano y la inmigración se utiliza una estructura pasiva que
permite suprimir al agente discursivo y se recurre a desplazamientos de sentido
que ponen en relación la inmigración con el mar desde un uso metafórico que
presenta la inmigración como “olas”, lo que refuerza la idea de algo que se ha
producido –la elección verbal acompaña esta misma construcción- de modo natural
y que no puede detenerse (van Dijk, 1997).
Asimismo, el uso del determinante “las” muestra a esta inmigración como algo
conocido que no requiere mayores datos. Hay también un uso metonímico que
invisibiliza sujetos bajo la elección léxica de “inmigración” y una predicación
que los integra a un nuevo sujeto social: “la población argentina”.
Por
otra parte, la referencia que acompaña al último mapa incorpora una nueva
dimensión temporal: “En este mapa solo se han representado algunos territorios en la actualidad [cursiva añadida]: el
territorio del Estado argentino y los Estados provinciales” (mapa 4, p. 25).
El
anclaje en la actualidad resulta especialmente significativo dado que desde el
mapa se marcan dos procesos diferenciados:
Aquí
la referencia del mapa orienta la lectura hacia una interpretación de estos
procesos en tiempo presente, lo que constituiría una esquematización muy
superficial de los procesos migratorios en nuestro país y daría cuenta de una
marcada invisibilización de desplazamientos territoriales que tienen como
destino a la Argentina[15].
En
la construcción inicial que el texto realiza, la inmigración es presentada como
un proceso finalizado con un origen único (Europa), localizado aproximadamente
en 1962, en el contexto de un Estado ya existente y con una población propia en
formación. El mapa, por su parte, remite a procesos migratorios anclados “en la
actualidad” (p. 25) y diferenciados según su origen, representados mediante
supuestos puntos de ingreso al país.
Estas
observaciones deben ser puestas en diálogo con el abordaje propuesto desde la
segunda mención de procesos migratorios que localizamos en el libro y que
presentamos en la figura 2.
Figura 2. Secuencia
2.
El texto presenta como actores
sociales a las “autoridades de los territorios provinciales” (p. 26),
recurriendo a una nominación común funcional, aunque rápidamente son
desplazados para dar cuenta de una serie de acciones, mediante el uso de
estructuras pasivas.
En
este caso de observa claramente la utilización de un topos de ventaja o utilidad que recurre a un esquema argumentativo
causal: la inmigración europea aparece ahora sí como promovida -aunque se omiten
agentes de dicha acción- y se identifican las causas que dan origen a dicho
proceso. La relación entre inmigración y mano de obra, para la que se recurre a
una sinécdoque, es abordada fundamentalmente desde el rol del colectivo
migrante. Este grupo social aparece así elidido en el plano discursivo.
Resulta
significativo en este contexto que las acciones enumeradas sean enunciadas en
términos del efecto deseado –“población del territorio” y “formación de una
identidad nacional” (secuencia 2, p. 26)- y recurriendo a nominaciones que
invisibilizan tanto a agentes como a pacientes.
En
el segundo punto de la enumeración, “inmigrantes” y “nativos” –ahora convocados
mediante nominaciones que explicitan relaciones específicas con el territorio-
aparecen como destinatarios (pacientes) de acciones vinculadas a la adopción de
ciertas prácticas asociadas a la “formación de una identidad nacional” y vinculadas
a valores: “amor” –las comillas del manual remarcan el uso metafórico
recuperado- y “respeto” (secuencia 2, p. 26). En este caso, la mención de personas
inmigrantes y nativas como destinatarias de las acciones nominalizadas
involucra presuposiciones sobre los vínculos afectivos que establecen con “la
patria” y “la autoridad” (secuencia 2, p. 26).
En
ambos casos, además, el contenido abordado puede ser puesto en relación con la
idea de un territorio común o la construcción de un “cuerpo” nacional como factor
clave en la definición de una identidad compartida. Al respecto, convendría
recordar que “Historia, territorio y lengua configuran los tres ejes más
reconocidos en la invención de la comunidad nacional” (Carretero,
2007, p. 42), dado que estos mismos brindan elementos para la
identificación con la nación y pueden fortalecer las diferencias entre una
nación y otra.
Recuperaremos
una última secuencia de esta sección inicial del libro de texto, en la figura 3.
.
Figura 3. Secuencia
3.
Se
trata de un texto bastante extenso –una carilla- en que se destacan en negrita
una serie de conceptos organizadores: sociedades multiculturales, diversidad
cultural, identidad nacional, ciudadanía diferenciada y minorías nacionales. En
la progresión temática que se plantea, las sociedades multiculturales son
atribuidas a “gran parte de los países del mundo” (secuencia 3, p. 30) y la
diversidad cultural a la Argentina. Ya desde esa escala nacional, la
construcción de la identidad aparece ligada a acciones de “los gobiernos” (secuencia
3, p. 30) y localizadas en el pasado.
Entendemos
que en este contexto las imágenes[16]
que acompañan la propuesta –y que fortalecen el vínculo entre inmigración y
diversidad cultural- funcionan como orientación a la lectura, a la vez que
enfatizan patrones diferenciados –vestimenta, festividades, prácticas
culturales- para esos grupos culturales. Por lo expuesto, tanto en el nivel
lingüístico como gráfico resulta
posible identificar estrategias discursivas de culturalización (Briceño, 2004)
en la presentación de sujetos migrantes.
De este modo, la cultura aparece folklorizada,
presentada como rasgos o costumbres diferentes y peculiares. Esto no
necesariamente responde a un planteo heterófobo, sino que puede ser utilizado
–en algunos casos- como estrategia para combatir la intolerancia y las
tendencias de asimilación y homogenización cultural (Briceño, 2004), por lo que sus efectos de
sentido deben ser analizados en el marco de la orientación argumentativa
general del libro de texto y puesto en diálogo con las actividades que la
propuesta curricular presenta al estudiantado. Así, este abordaje de las diferencias puede contribuir a
sostener o modificar relaciones sociales dominantes.
Volviendo a la
dimensión lingüística del texto, vemos que en el
primero de los párrafos recurre a una enumeración de sujetos sociales:
sociedades multiculturales, grupos culturales y finalmente personas. En los
primeros casos, el uso de voz pasiva instala sujetos colectivos pacientes. En
el último, se utiliza una nominación esencial para la que se predican una serie
de rasgos que ligan lo cultural a factores lingüísticos, religiosos e
históricos, para posteriormente volver a mencionar a los grupos –en un
desplazamiento metonímico- como actores que “conviven” y “comparten” (secuencia
3, p. 30). Estas predicaciones instalan la idea de una cultura y un territorio
común, y la de un pasado colectivo como rasgos con un fuerte valor identitario.
Entendemos que el texto construye una
representación simplista y restrictiva de la diversidad cultural, con sujetos
pacientes a los que se atribuye una serie de rasgos presentados como estáticos
y cerrados a un grupo, en tanto que los vínculos con otros grupos son solo
presentados en términos de convivencia e intercambio de experiencias.
En el segundo párrafo, el texto abordará la
diversidad cultural como rasgo de la Argentina y la pondrá en relación directa
con la existencia de pueblos originarios –presentados como un sujeto colectivo
paciente, sin que se les atribuya ninguna responsabilidad- en el territorio y
con la llegada de “oleadas de inmigrantes” (secuencia 3, p. 30), recurriendo
nuevamente a una metáfora vinculada al mar. Se reconoce, en este caso, la
existencia de otros orígenes para los procesos migratorios, diferentes a
Europa, tales como países limítrofes, África y Asia.
El nexo adversativo “pero” que da inicio al
tercer párrafo relativizará este reconocimiento inicial y responsabilizará a
los gobiernos –un sujeto colectivo incluido mediante un procedimiento
metonímico- por la oposición planteada entre la diversidad cultural mencionada
previamente y las acciones asumidas para “promover todo aquello que podía
construir una identidad nacional”[17]
(secuencia 3, p. 30). Esta última referencia genérica y la ausencia de
aclaraciones en el texto permitirán leer la prevalencia del componente europeo
en la construcción de la identidad nacional como un hecho positivo. Así, el
párrafo se sostendrá en un topos de
ventaja implícito -según el esquema argumental que presentamos en la Tabla 1- y
planteará una relación de causa y efecto entre la necesidad de construir una
identidad nacional y la priorización del “componente europeo” (secuencia 3, p.
30) –un nuevo desplazamiento metonímico-.
Resulta llamativa la utilización de
enunciados marcadamente polisémicos en el abordaje de la temática, dado que estos
no permiten inferir el posicionamiento que quien enuncia toma frente a las
afirmaciones que realiza y habilitan la interpretación en sentidos
complementarios e, incluso, opuestos; lo que puede ser también visto como una
tendencia a la simplificación o mitigación ante hechos complejos o polémicos.
En esta misma dimensión, el uso de pasivas
fortalece este efecto de naturalización, dado que borra agentes responsables de
las acciones, como observamos en “no se tuvo en cuenta del mismo modo a los
grupos de origen americano” (secuencia 3, p. 30).
Aquí podríamos mencionar también el recurso de
la polifonía desde la inclusión de la cita en estilo directo -“Los argentinos
vinimos de los barcos”- para la que no se identifican responsables. En este
caso, el uso de comillas construye una distancia enunciativa que, a la vez,
naturaliza la existencia de la frase en un contexto diferente que el libro
recupera y actualiza sin promover su resignificación o análisis. Al respecto,
conviene recordar que la naturalización de lo que es social, cultural e
histórico puede ser pensado como el mayor logro de la ideología (Raiter, 2006).
En los párrafos siguientes, el texto va a
volver a cambiar la escala de análisis para hablar de “nuevas corrientes de
pensamiento” y sus posicionamientos ante las prácticas homogeneizadoras
atribuidas a “una identidad nacional” (secuencia 3, p. 30). Se referirá,
además, a la posición de quienes –identificados en el texto como “algunos”-
promueven una “ciudadanía diferenciada” (secuencia 3, p. 30) para respetar
identidad, valores y perspectivas. Desde ese marco, se vuelve a poner el foco
en nuestro país, adjudicándole a la Argentina –procedimiento metonímico-
medidas tales como una nueva Ley de Migraciones. La referencia a esa norma dará
paso a la inscripción de la “población inmigrante” (secuencia 3, p. 30), desde
una nominación relacional que ubica a ese colectivo en el territorio, pero a la
vez en tránsito.
Se
instala así la imagen de un colectivo inmigrante, sujeto paciente, nominado desde una condición planteada como
esencialista y permanente.
En esta secuencia, el vínculo entre
estas construcciones y el título del apartado –“Diversidad cultural y derecho al
territorio”- resulta problemático debido a las estrategias de justificación
empleadas sobre todo en los tres párrafos iniciales del texto y sustentadas
prioritariamente en un topos de la
cultura: diversidad cultural e identidad nacional aparecen enfrentadas desde el
tercer párrafo del texto y se localiza esta oposición en un contexto impreciso,
con una referencia temporal de inicio –segunda mitad del siglo XIX- pero sin
finalización, lo que permite justificar las acciones asumidas por “los
gobiernos” (secuencia 3, p. 30). De ese modo, la prevalencia del “componente europeo”
(secuencia
3, p. 30) aparece como resultado
de un proceso vinculado a la construcción de la identidad nacional y, por
tanto, se naturaliza la invisibilización del resto de los procesos migratorios.
Esta estrategia general solo es
mitigada parcialmente en los apartados finales del texto, recurriendo, en esa
oportunidad, a un topos de justicia
que recurre a estructuras pasivas -“se viene revisando”, “se tiene en cuenta” (secuencia
3, p. 30)- y, como mencionamos
previamente, al borramiento de agentes.
Por
otra parte, nos interesa también analizar algunas dimensiones de la sección 3
del libro, destinada a “Condiciones de vida y vulnerabilidad en la globalización”
y estructurada en cuatro capítulos:
-
Desiguales
condiciones de vida
-
La
pobreza en la Argentina
-
Vulnerabilidad
y desigualdades sociales en foco
-
Estado,
política y servicios públicos
Observamos también aquí
que desde los títulos se borran actores y se
nominalizan procesos.
Nos detendremos brevemente en una secuencia
localizada en el capítulo inicial de esta sección que presentamos en la figura 4.
Figura 4. Secuencia
4.
En este caso, migración, pobreza, desempleo y
“precariedad de sueldos y salarios” (secuencia 4, p. 153) aparecen fuertemente
vinculados, y promueven un abordaje que puede orientarse a la estigmatización (Grimson, 2011). En este contexto, la crisis
permite explicar los desplazamientos hacia topos
de ventajas y desde Europa (topos de
desventajas).
Posteriormente, en el contexto del tercer
capítulo de esta sección, el libro afirmará que “en algunos casos se discrimina
a las personas por su origen étnico o su nacionalidad” (Arzeno et al., 2010, p. 166), presentado la vulnerabilidad como
problemática social.
Creemos
también necesario recuperar de esta sección, desde las figuras 5 y 6, dos
secuencias que pueden ser pensadas como complementarias.
Figura 5. Secuencia
5.
Figura 6. Secuencia
6.
Mientras el libro ha relacionado
previamente la migración con la pobreza, aquí vinculará en forma directa ese
último factor con enfermedades, desde el título mismo del apartado (p. 168).
En este contexto, la secuencia 5
ubica al vector del dengue[18]
en países “vecinos” –un calificativo metafórico-, por lo que el resurgimiento
de la enfermedad en provincias ubicadas en zonas limítrofes del país permite
pensar la existencia de desplazamientos territoriales como causa de dicha
situación.
La secuencia 6, por su parte,
recupera algunas actividades del libro, una dimensión especialmente
significativa, porque desde las consignas que cada propuesta editorial
despliega es posible resignificar el contenido de las unidades trabajadas,
profundizar aspectos, habilitar lecturas críticas, etc. En este caso, el libro
toma como tema otra enfermedad, en este caso la fiebre amarilla, y propone la
lectura de dos fragmentos textuales provenientes de fuentes externas y no
suficientemente contextualizadas.
El primer fragmento propone un
vínculo directo entre la enfermedad y el crecimiento poblacional -como causa y
desde un uso metafórico que invisibiliza actores-, en un período histórico
relacionado con el arribo de la inmigración europea (secuencia 1). Se recurrirá,
además, a la metáfora del desborde -también vinculada al agua como las que
observamos en las secuencias 1 y 3- que permitirá nuevamente poner en relación
la inmigración[19] con el descontrol.
En este caso, la secuencia de
actividades refuerza estas imágenes cuando recupera la hipótesis que ubicó a
los inmigrantes italianos como vectores de la enfermedad, sin contextualizar
adecuadamente esta afirmación ni resignificarla desde las actividades
propuestas. Esto llama especialmente la atención porque el libro ha vinculado
previamente a los vectores con insectos y roedores, como se observa en el
siguiente fragmento:
La forma de contagio de
cada enfermedad varía de acuerdo con sus características, pero en la mayoría de
los casos la propagación se produce por la presencia de un “vector” que
transmite la infección (provocada por un virus o una bacteria) de una persona enferma
a otra sana. Esos vectores pueden ser
insectos, roedores, etc. [cursiva añadida] (Arzeno
et al, 2010, p. 168)
La
segunda parte de la consigna introduce una nueva teoría, localizada en el
presente, que vincula el hacinamiento de personas a la enfermedad, lo que
vuelve a resultar problemático si consideramos que esa situación remite también
a los sujetos migrantes, en función de la relación que el propio libro ha
establecido entre escasa población y promoción de la inmigración para
incrementar el número de habitantes (secuencia 2).
Para finalizar este recorrido,
recuperamos en la figura 7 la última referencia sobre procesos migratorios que
incluye esta propuesta editorial.
Figura 7. Secuencia
7.
En
este caso, se trata además de la única mención de migraciones internas
incluidas en el libro, atribuida a “inmigrantes de otras provincias”
-nominación relacional- y localizada en un tiempo distante, una clara tendencia
de las propuestas analizadas en nuestra investigación. Tal como observamos en
secuencias previas, los desplazamientos aparecen asociados a factores
económicos, en tanto presencia y desaparición de las empresas se asocia en
forma directa a la presencia y desaparición de sujetos migrantes.
6. Conclusiones
Como
indicábamos previamente, la muestra analizada forma parte de un corpus textual extenso
que, sin embargo, evidencia ciertas continuidades en el tratamiento de procesos
migratorios y sujetos migrantes, algunas de las cuales hemos mencionado en el
recorrido propuesto.
En
primer término, registramos un mayor nivel de visibilización otorgado a las
migraciones intercontinentales, particularmente europeas, ligadas
fundamentalmente a la organización del territorio y a la conformación de la
identidad nacional. Así, en numerosas propuestas es posible observar una mirada
romántica de estos procesos que, sin embargo, suelen involucrar también estereotipos
que contribuyen a invisibilizar procesos, sujetos y realidades. Por otra parte,
estas miradas no siempre resultan estables, sino que pueden convivir, al
interior del mismo libro, con representaciones opuestas e, incluso, con
prácticas de estigmatización, como el vínculo entre migrantes y enfermedades que
hemos analizado.
Frente
a esto, las propuestas fluctúan
entre asumir una tendencia a la invisibilización de procesos migratorios
latinoamericanos, de otros continentes, nacionales internos o emigraciones, o
abordarlos desde estrategias de culturalización; o recurriendo a diferentes
niveles de descripción, esquematización, marginalidad. Como vimos en el
análisis, no se trata de un posicionamiento estable sino de una construcción dinámica
y, por momentos, contradictoria.
Por otra parte, podemos mencionar,
como estrategias discursivas recurrentes, la polarización de sujetos y
procesos, que contribuye activamente a la diferenciación; el silenciamiento de
los grupos migrantes –en general no se leen testimonios en las propuestas sino
que se eligen voces autorizadas, estadísticas o recursos gráficos para dar
cuenta de su presencia en el territorio-; y el rol activo de la dimensión
gráfica de estos materiales multimodales (Kress,
2010) en la construcción de sentidos. En este contexto, entendemos que
las imágenes seleccionadas responden a un sistema de opciones social e
históricamente condicionado, por lo que no resulta casual ni aislado el hecho de
que la presencia de personas provenientes de países americanos se manifieste en
imágenes de celebraciones específicas en las que se resalta la diversidad de
sus vestimentas y costumbres, enfatizando esa dimensión exótica y diferente.
Por otra parte, resultan significativas las recontextualizaciones que
algunos elementos gráficos proponen sobre la dimensión verbal de los libros
analizados, dado que pueden actuar restringiendo las interpretaciones posibles
o modificando la orientación argumentativa de los textos, a la vez que orientan
las lecturas.
Al respecto, convendría recordar
también una tendencia anticipada desde la introducción de este trabajo,
relativa a la convivencia de dos dimensiones en los materiales sometidos a
análisis y que pudimos observar también en la muestra seleccionada: por un
lado, manifestaciones lingüísticas explícitas acerca de la diversidad como
valor y factor clave en la constitución del Estado-Nación; por otro, prácticas
discursivas que se apartan de dicho posicionamiento. Así, desde la muestra
podemos hablar de un tratamiento explícito de la diversidad
cultural como valor que se conecta débilmente con las construcciones
discursivas de sujetos migrantes identificadas en el análisis.
Observamos, también, prácticas de
atribución de responsabilidades a dichos sujetos, lo que puede ser puesto en
relación con el tratamiento, de estas temáticas, en medios masivos de
comunicación (Castiglione y Cura, 2007; Grimson,
2006).
Los abordajes descriptos suelen
aparecer respaldados por
fuentes que son presentadas como confiables y de autoridad, tales como
documentos de diverso tipo, publicaciones periodísticas, citas de agentes
externos a la propuesta, etc., con las que se construye el carácter científico
de la publicación.
Finalmente, en el contexto de la
investigación hemos observado dos macroestrategias[20]
generales en la construcción de procesos migratorios que funcionan como polos
entre los que se mueven los discursos:
Así, el libro seleccionado responde
a la primera de estas macroestrategias e involucra limitadas referencias a
procesos migratorios, lo que contribuye a invisibilizar estas realidades.
Por lo expuesto, no podemos perder
de vista que el género libro de texto apunta, fundamentalmente, a que el estudiantado[21]
adquiera un conocimiento considerado socialmente válido y que puedeasumir un
marcado protagonismo en la reproducción de ideologías dominantes (van Dijk, 2005). Así, coincidimos con Atienza Cerezo y van
Dijk (2010) cuando afirman que “una simple marca
sesgada sobre inmigrantes proveniente de una fuente de autoridad, como es un
libro de texto, puede ser suficiente para aprender, aprehender y confirmar
prejuicios comunes” (p. 69). Estos factores demandan aproximaciones críticas que nos permitan desmontar sus
discursos y avanzar en la definición de materiales que promuevan realmente la
educación en la diversidad.
En este contexto, entendemos que
los relatos naturalizados sobre los procesos migratorios presentes en el
imaginario nacional funcionan como horizontes de expectativas frente a lo que
el libro de texto pueda presentar, de modo que la “neutralidad” de una
propuesta solo puede ser leída como refuerzo de dichas narrativas, como una
actualización de su contenido, dado que si esos discursos no son
desnaturalizados, se mantienen inamovibles y potentes desde el currículo oculto
institucional.
Al
respecto, asumimos que resulta necesario pensar en una intervención compartida
que involucre a diferentes niveles de administración de la educación, a las
editoriales y al colectivo docente para promover una revisión profunda de los
tratamientos que aquí hemos analizados.
Desde los niveles de gestión y
administración de la educación se vuelve necesaria una mayor atención a los
materiales curriculares y a sus discursos, una revisión crítica de su contenido
que respalde la adquisición de libros de texto en el marco de políticas
públicas de provisión de materiales, y la elaboración de recomendaciones
curriculares que llamen la atención sobre las construcciones de realidades que podemos
promover desde la inclusión de ciertos recursos en el contexto áulico.
Asimismo, resulta indispensable el diseño de estrategias de acompañamiento a la
labor docente que permitan un mayor empoderamiento de este colectivo frente a
la revisión crítica de materiales que suelen ingresar a las instituciones educativas
como portadores de un saber legitimado y difícilmente cuestionable desde las
interacciones cotidianas que los involucran (Taboada,
2012).
En cuanto a las editoriales, el
trabajo impulsado por el INADI en el año 2008 contempló acciones compartidas por
el mercado editorial y organismos del Estado que deben ser sostenidas y
fortalecidas. Al respecto, el informe de dicho proceso (INADI, 2016) da cuenta de la existencia de abordajes que entran
en conflicto con una educación inclusiva y no discriminatoria, lo que vuelve
indispensable un mayor compromiso de las editoriales y de sus equipos autorales
para la elaboración de materiales realmente inclusivos. En este punto, resulta
necesario fortalecer la contextualización en el tratamiento de los procesos migratorios,
que aliente, de este modo, una lectura crítica de su complejidad y
multidimensionalidad. Asimismo, se debe reflexionar sobre los sentidos que el
libro comunica desde las elecciones léxicas que realiza, la progresión de
temas, las actividades y las tensiones entre lo dicho y lo no dicho.
Finalmente, consideramos que el
colectivo docente posee un rol clave frente a los discursos y representaciones de
los libros de texto, desde los modos de interacción que promueve en el contexto
áulico, habilitando la revisión crítica y resignificación de los abordajes
propuestos en los libros o, por el contrario, contribuyendo a fortalecer sus
representaciones.
En el recorrido presentado en este
artículo hemos centrado nuestra atención en el libro de texto en tanto objeto
discursivo complejo, reconociendo el rol que puede asumir en las instituciones
educativas y la necesidad de revisar críticamente su contenido para someter a
discusión las realidades que construye. Esta revisión debe ser pensada como una
instancia indispensable para un abordaje real y respetuoso de la diversidad en
nuestras escuelas.
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[1] Doctora en Humanidades y Arte, con mención en
Lingüística. Profesora Titular de Seminario Lingüística y de Didáctica de la
Lengua y la Literatura, Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de
la Univ. Autónoma de Entre Ríos. Investigadora del Consejo de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET) en la Univ. Nacional de Entre Ríos. Docente de
posgrado en la Facultad de Humanidades y Arte de la Univ. Nacional de Rosario y
en la Univ. Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Publicaciones destacadas de los últimos 5 años: Nombrar el país: imágenes
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interdisciplina. Miradas, territorios y fronteras, Tucumán, UNT, 2011.
[2] La educación secundaria es obligatoria en la Argentina
y posee una duración de 5 o 6 años, según decisión de cada jurisdicción, en
articulación con una escuela primaria de 7 o 6 años respectivamente. La edad
teórica de comienzo del nivel secundario es de 12 o 13 años.
[3] Hemos avanzado
en el análisis de libros de texto de Ciencias Sociales, Historia o Geografía
correspondientes a las siguientes editoriales: Santillana, AZ, Aique, SM y
Estrada.
[4] Podemos caracterizar, en principio, los
libros de texto como materiales escritos destinados a ser utilizados en procesos
de enseñanza y aprendizaje.
[5] El catálogo se encuentra accesible en
las páginas Web del CEINCE (http://www.ceince.eu/bibliomanes.php) y del Centro
de Investigación MANES (http://www.centromanes.org/?page_id=451).
[6]
Podemos mencionar los trabajos de Balsas, 2014; Cucuzza,
2007; Landau, 2006; Romero, 2007, entre otros.
[7] Seleccionamos así un libro elaborado
por un equipo autoral, editado en el año 2010, reimpreso reiteradamente e
incluido en el actual catálogo de la casa editora.
[8] Según la información brindada por el
propio INADI en su libro Análisis de libros
escolares desde una perspectiva de derechos humanos. Por una educación
inclusiva y no discriminatoria (2016, p. 8), “las editoriales manifestaron
su voluntad de abordar en los textos escolares la temática de la
discriminación, la xenofobia y el racismo, y de trabajar conjuntamente con el
INADI para analizar los modos de abordaje de las cuestiones de género,
migrantes, afroargentinos, pueblos originarios, discapacidad y diversidad
religiosa.” El trabajo presenta una investigación realizada sobre 40 manuales
escolares de nivel primario –no identificados en el informe-, centrada en un
análisis de contenido cuantitativo sobre apariciones de diferentes
problemáticas a nivel lingüístico y gráfico.
[9] Según el curso al que está destinado,
corresponde a una edad teórica de 16 o 17 años.
[10] Además de las cuatro secciones
mencionadas, el libro incluye una con recomendaciones de películas y
actividades, así como un breve glosario.
[11] Si la retórica clásica definía
la metáfora como un procedimiento basado en una semejanza o vecindad de
significados, la metonimia estará caracterizada por la contigüidad. Dependiendo
del tipo de sustitución que se establece podemos encontrar que se presenta la
causa por el producto; el usuario de un objeto por el objeto; la persona por el
lugar de residencia; la persona por el lugar en el que se encuentra, trabaja,
etc.; la acción o el acontecimiento por el lugar donde ocurre u ocurrió; el
país o el Estado por la gente que allí vive, etc. En las sinécdoques, se
utiliza una expresión para referirse a un todo más amplio del cual es parte o,
a la inversa, se menciona el todo para referirse a una de sus partes. Así,
sinécdoques como “inmigrante” o “extranjero” funcionan como generalizaciones
estereotípicas.
[12] Se añade énfasis a la cita mediante el uso de cursiva.
[13] Aunque no nos
detendremos en la construcción de pobladores originarios que realiza la
propuesta, quisiéramos indicar que, desde el texto principal del manual, la
narrativa que sostienen los mapas finales es acompañada por una explicación en
términos de persistencia de territorios de los pueblos originarios (mapa 3) e
integración de estos mismos (mapa 4), sustentada en un topos de ventaja o utilidad claramente identificable en el texto
que remite al mapa final.
[14] La organización
del territorio es atribuida inicialmente a un acuerdo político de “grupos de
poder”; el Estado aparecerá como sujeto discursivo en el texto luego de la
apropiación de los territorios de los pueblos originarios.
[15] Cabe mencionar que en el
apartado de Actividades del capítulo existen consignas vinculadas a estos mapas
que aparecen como planteos superficiales frente al borramiento descrito. Así,
en relación con la interpretación de estos recursos solo se dirá que “se debe
tener presente que muchos otros aspectos quedan ´invisibles´” (p. 31), y se propondrá
volver a mirarlos para ver “qué territorios se han representado”, “qué sujetos
están involucrados en su conformación” y evaluar si “se podrían haber
representado otros”.
[16] Convendría recordar aquí que
“en el material visual de los libros de texto se imparte un contenido tácito y
paralelo al del curriculum oficial” (Morales y
Lischinsky, 2008, p. 121).
[17] Conservamos aquí la negrita
presente en el texto original.
[18] El dengue es una infección
transmitida por mosquitos de una clase específica.
[19] Como
observamos en la secuencia 2, el texto refiere que se promovió la inmigración
para incrementar el número de habitantes, de modo que la población migrante
aparece como responsable del “desborde” mencionado.
[20] Partiendo de la
definición propuesta por Wodak (2003) para las estrategias discursivas –y que
mencionáramos en las decisiones metodológicas de este trabajo-, sostendremos
que estas macroestrategias funcionan como un plan general, más o menos
intencional, que organiza contenidos y estrategias desplegados en un texto.
[21] Sin embargo,
cabe aclarar que en trabajos previos hemos
analizado la construcción de público destinatario que el libro realiza y que
suele no coincidir con el estudiantado del nivel (Taboada,
2008; Taboada y Cohen de Chervonagura, 2007).