Revista Educación, 2022, 46(1), January-June, ISSN: 0379-7082 / 2215-2644
Artículos Científicos
Miradas positivas y negativas de personas universitarias sobre las medidas de prevención en la contingencia de 2020
Positive and Negative Attitudes from the University Community on Prevention Measures during the 2020 Contingency
Miradas positivas y negativas de personas universitarias sobre las medidas de prevención en la contingencia de 2020
Revista Educación, vol. 46, núm. 1, pp. 1-31, 2022
Universidad de Costa Rica
Recepción: 20 Enero 2021
Aprobación: 04 Abril 2021
Resumen: En el año 2020, muchas cosas cambiaron para la población mundial; en general, la valoración ha sido calificada de negativa, tanto en discursos de organizaciones internacionales, gobiernos y medios de comunicación, como en las percepciones de la ciudadanía. El objetivo del estudio que aquí se presenta es mirar más allá de esta visión y realizar un acercamiento a las actitudes positivas que también existieron. La hipótesis de investigación es que, en el contexto de la pandemia y confinamiento, se desarrollan valoraciones positivas y negativas en la educación a distancia. El diseño metodológico se centra en relatos de personas que expresan su testimonio, tanto de las cuestiones que valoran negativas como positivas. Las personas participantes son estudiantes universitarias de la Ciudad de México. En cuanto a la técnica de recolección de información, se trata de narraciones. Sobre el análisis de datos, se trabaja con la teoría fundamentada. En general, y como resultado, es posible afirmar que se tienen las dos miradas, negativa y positiva, y que la importancia de la primera no oculta la existencia de la segunda. Como recomendación, además de la adaptación a la realidad, es posible considerar diversas perspectivas y actitudes para tener en cuenta, y que es una situación que sigue e invita a ser ampliada y profundizada.
Palabras clave: Miradas positivas, Miradas negativas, Actitudes, Educación, Contingencia 2020, COVID-19, Coronavirus.
Abstract: During 2020 the world faced many negative changes as reflected in speeches by international organizations, government and the media including citizen perception. The hypothesis of this study looks beyond the negative and also analyze positive attitudes during this period and with regards to how the study participants were impacted by the Covid emergency with reference also made to online education. The methodological design and data collection is based on the narrative accounts of individuals who participated in the study, all university students in Mexico City. Grounded theory was used for data analysis. Overall, two points of views prevailed – negative and positive perspectives. The importance of the former does not cancel out the latter. A recommendation was made for these students to embrace resilience so that they can better adapt to change. Given that the pandemic is still widespread, this experience must be replicated and intensified in order to continue to learn and grow as a result.
Keywords: Positive Views, Negative Views, Attitudes, Education, 2020 Contingency, COVID-19, Coronavirus.
Introducción
La filosofía y las ciencias sociales en occidente han estado decantadas hacia una mirada crítica, problematizadora y, por qué no decirlo, negativa y pesimista de la sociedad, esto desde la configuración mental-emocional individual, el análisis racional, las narrativas culturales, hasta el ambiente social; se podría afirmar que no podría ser de otra manera en la coyuntura del año 2020.
El mal, desgracias, sufrimiento y morbo venden, por decirlo en palabras coloquiales, la sociedad y cultura del horror que impera en los medios (Bericat, 2005); la bondad, alegría y paz no son noticia ni parecen despertar interés alguno. Las creencias habituales orillan a equiparar pensamiento y reflexión con problemas y angustia, de lo cual la filosofía, y una amplia producción de las ciencias sociales, se hace eco. Si se está en una coyuntura de inicio de cambio largo, como parece, convendría pensar si la investigación y reflexión social son reflejo de la realidad, o si esta es co-creada en parte por aquellas, pues, donde se pone la atención, se expande y creer es crear. Lejos de los recovecos de la neurociencia, la nueva física cuántica, o la vieja mística, no obstante, teniendo esto en cuenta, se focaliza en la interrogante: ¿hay miradas positivas en la pandemia, el quédate en casa y la educación remota, durante los primeros meses de 2020 en México? Al respecto, se debe aclarar, en primer lugar, que se trata de un acercamiento a través de un estudio de caso cualitativo, que solo pretende mostrar las perspectivas y actitudes al respecto. En segundo lugar, se pretende abrir camino en la dirección de orientar mente, psique y cuerpo hacia horizontes más optimistas en la investigación y, por supuesto, en la vida. Lo anterior se inspira en todo el discurso contemporáneo de incorporar viejos saberes y nuevas miradas de la pluralidad metodológica y epistemológica, y la apertura a diversos temas, enfoques y teorías.
Ya en el terreno de la elucubración, es posible preguntarse: ¿qué serían las ciencias sociales sin el infortunio? Y en la práctica, cuestionarse: ¿por qué? y ¿para qué investigar valoraciones positivas de las circunstancias que acontecen y los sujetos sociales que las vivencian? La respuesta a lo primero es de cada quien; sobre lo segundo es posible contestar que sería equilibrar la mirada social, centrar la atención en lo no visto, y, quizás, recrearlo en ese mismo acto de focalizarlo y exponerlo. Esto es si la psicología y la neurociencia empiezan a deslizarse por consideraciones en el sentido de creer es crear, o, sería mejor decir, donde se enfoca la atención, se expande; estaría bien incursionar con esta premisa en el camino de la investigación. Esto no quiere decir abandonar el estudio de las problemáticas sociales y, sobre todo, encaminar políticas para paliarlas de forma satisfactoria. Por el contrario, quiere decir ampliar la mirada de la investigación con la intención de mostrar que, para las personas, en el mundo y la vida, pese a las situaciones que se vivan, hay cosas consideradas funcionales y otras disfuncionales, unas en los derroteros del sufrimiento y otras de la alegría. Sería bueno, como se reitera en ciertos momentos de la vida, por lo menos apuntar también las segundas, como se hace aquí.
Sobre el objetivo y la hipótesis que guían el estudio, señalar que aquí se presentan los resultados de una investigación exploratoria cualitativa, de carácter básicamente descriptivo, cuyo objetivo es probar la hipótesis de que, dentro de la pandemia de coronavirus y el confinamiento y sus consecuencias, hay percepciones, miradas y valoraciones positivas e incluso favorables; igual que en el caso de la educación a distancia. Por esto, el objetivo es observar y comprobar las percepciones y actitudes positivas que tienen lugar en el estado de pandemia y ante la circunstancia de quedarse en casa, lo mismo que en el nuevo modelo de educación remota.
El texto se estructura, tras la introducción general, con un apartado sobre la situación y las ideas de personas contemporáneas a modo de inicio, contexto y reflexión general. Sigue el punto específico de objetivos, metodología y conceptualización. Posteriormente, se presenta el apartado sobre la percepción, actitudes y miradas del estudiantado en torno al coronavirus y el confinamiento, primero las desfavorables o negativas, y luego las positivas o favorables. Para proseguir con lo mismo, pero ahora sobre la educación a distancia, se valora lo positivo y negativo sobre el tema. El último apartado lo constituyen unas conclusiones finales.
Contexto
La situación y su análisis social desde algunas y algunos pensadores
Con objeto de contextualizar la investigación, se apuntan algunas ideas generales desde las ciencias sociales y la filosofía sobre la situación vivida, ello como marco de fondo del fenómeno que aquí se estudia. Al parecer, todo el discurso sobre la flexibilidad disciplinar y los cambios paradigmáticos (Kuhn, 1986; Morin, 1999) están al orden del día. Ha llegado el momento de abrir las ciencias sociales que diría Wallerstein (1998), pero en todos los sentidos: temas tabúes, como quién gobierna el mundo de verdad y qué es lo que se está respirando y comiendo; no sólo los saberes de los pueblos originarios y el acercamiento a miradas divergentes, como lo que aquí se pretende, sino también investigar las actitudes positivas que existen ante una situación en principio calificada de negativa o como ilustración. Así como la economía y la política se transforman al cobijo de esta contingencia sanitaria, también la academia lo va a tener que hacer. Sobre las consideraciones de incorporar saberes otros (Sousa, 2009), parece haber llegado el momento de la verdad, lo mismo que la transdisciplinariedad real (Morin, 1999), esto último en todos los sentidos de la palabra.
Se dirá que en el año 2020 muchas cosas acontecieron en el mundo, todas o la mayoría en la órbita de la declaración de pandemia por la OMS y los países del orbe. El alarmismo en los medios y las medidas aplicadas en el sentido de la protección sanitaria, dicho muy brevemente, comportaron repercusiones de crisis económicas y control político[1]. En este contexto, varias voces de la intelectualidad mundial se alzaron, algunas de las cuales se resumen en estas páginas, pues comportan actitudes positivas y negativas ante la situación vivida, que es lo que focalizará el estudio presentado a continuación.
Un primer acercamiento es la polémica entre la mirada positiva u optimista del filósofo esloveno Slavoj Zizek ─por supuesto, desde su ideología personal─ y la pesimista o negativa, si así se quiere nombrar, de Han ─también en los márgenes de su pensamiento─. El primero apunta que el coronavirus es un golpe final al capitalismo desde un potencial utópico e invita a repensar la sociedad; anuncia que vendrá un cambio radical y una sociedad alternativa sustentada por una organización global que regulará el control económico mundial y, por añadidura, reinará la cooperación y solidaridad. De hecho, se transcribe el curioso título de su artículo “Coronavirus es un golpe al estilo Kill Bill y podría conducir a la reivindicación de comunismo” (Zizek, 2020, p. 21)[2]. También advierte de los virus ideológicos, noticias falsas, teorías conspirativas paranoicas y el racismo, lo que augura una sociedad alternativa más allá del estado nacional, pues el coronavirus unió a todas las personas gracias a la OMS y ahora se precisa un organismo mundial que controle la economía (Zizek, 2020)[3].Por su parte, el sur coreano y filósofo Byung-Chul Han augura un régimen policial de vigilancia digital mundial por antonomasia que sigue el modelo de China: la biopolítica digital y la psicología digital ─como ya había anunciado en sus obras anteriores─ que controlará a las personas de todas las maneras posibles y en todos los sentidos de la palabra. En la época, según él, de la fake news y deepfake tiene lugar una apatía de la realidad. El virus real ha causado conmoción y una exagerada reacción y pánico en los mercados financieros, aunque el crash también se hubiera dado sin virus y se declara a favor del uso de mascarillas.[4]
Así que, según estos dos autores, es posible ver las circunstancias generales desde una concepción positiva o negativa, esto se remarca en el sentido del ejercicio que se presenta a continuación, si bien a diferencia de este, son miradas a largo plazo, postpandemia o mientras esta se perpetúa en el tiempo. Aquí se centra más en vivencias y experiencias personales en medio de la pandemia, por así decirlo. Además, cabría preguntarse si el comunismo globalista preconizado por Zizek (2020) será cooperativo y solidario; también si el control digital de Han será tan total como parece afirmar. Es momento de, en vez de ver hacia arriba y conocer qué piensan los considerados pensadores de la sociedad, mirar hacia el lado para saber de primera mano, dentro de todos los matices metodológicos, qué piensan las personas comunes al respecto, qué sienten y, especialmente, cuáles son sus actitudes.
Se añaden algunas otras visiones sobre el asunto, por ejemplo, la del antropólogo francés Bruno Latour (2020), que propone aprovechar el parón del sistema económico como oportunidad para no volver a la vida de antes, en el sentido de trabajar menos, consumir menos, tener más tiempo y respetar más a la naturaleza. La ocasión aporta la posibilidad de tener una mejor calidad de vida y decir no a las entidades globalizadoras. En el mismo sentido, en México, el filósofo Enrique Dussel (2020) opina que el COVID-19 jaqueó la modernidad y que la naturaleza interpela y amenaza la vida. Además, menciona que para discutir sobre la crisis económica hay que centrarse en una nueva ética y un nuevo tipo de vida para la humanidad. Otras miradas no tan esperanzadoras, o marcadas como pesimistas, son las del italiano Agamben en su texto “La invención de la pandemia” (Agambein, 2020, p. 17), donde señala que el problema sanitario no es grave y que los medios y autoridades han creado un clima de pánico, un estado de excepción y que tal vez este se normalice. Por su parte, el periodista uruguayo Raúl Zibechi en su trabajo “A las puertas de un Nuevo Orden Mundial” (Zibechi, 2020, p. 113) apunta al futuro de la globalización neoliberal bajo la hegemonía asiática que la pandemia vino a acelerar y pone a China como referente del asfixiante control social que se espera. Además de la carrera tecnológica que se avecina, racismo, fascismo y vaciamiento democrático para América Latina.
En general, es posible afirmar que la mayoría de los análisis sociales, políticos o económicos se enmarcan, en su mayoría, dentro de los tradicionales enfoques, por lo que no hay avances hacia la interdisciplinariedad, o remanentes o divergentes de los parámetros oficiales sobre lo que es esta realidad. La ciencia del paradigma actual impera, pese al discurso de supuesta apertura y flexibilidad, pero esa es otra cuestión que no es posible profundizar en este trabajo, pues aquí se va a centrar en alumbrar nuevas visiones, solo en el sentido de valorizar las miradas propositivas dentro de la negatividad que parece predominar en esos días del año 2020. Esto es ver el dolor, el miedo y el enojo conjuntamente; posar la mirada en lo que a nivel personal pueda ser calificado también como agradable y satisfactorio; la tranquilidad, el descanso, la alegría de compartir con la familia y la satisfacción de estar cada quien consigo, como se verá más adelante. Si bien es cierto que, a como están las cosas y el mundo, tal vez el ciberleviatán (Lasalle, 2019) sea lo que espera a la humanidad y la sociedad del cansancio y de la videovigilancia (Han, 2014, 2020). Sin embargo, por qué no pensar que sí hay un abanico de posibilidades y que el destino no está escrito; asumir el presente, sin rechazarlo o enfrentarlo, focalizarlo en una mirada ecuánime o incluso positiva, o por lo menos propositiva que cree un futuro que configure una vida mejor. Un poco de esto es lo que se ha realizado en el estudio que se presenta a continuación, pero antes se concretiza la metodología de este.
Metodología
En la introducción ya se expuso la hipótesis y objetivo que guían la investigación de este texto. Con objeto de probar o refutar la primera y alcanzar el segundo, se revisan y analizan 88 testimonios, escritos y enviados vía internet, de jóvenes en nivel universitario, los cuales giran en torno a las cosas negativas y desfavorables, y a las cosas positivas y favorables que ha traído a sus vidas el confinamiento y la educación remota. Se empleó el concepto positivo o negativo y bueno o malo con objeto de que sea claro y directo en el momento; también hubiera estado bien favorable o desfavorable, pero estos eran algo menos rotundos, aunque sí se usan en este texto. Aclarar en este punto que fueron 22 redactados sobre cosas positivas del coronavirus y otros 22 de negativas, en total fueron 44; lo mismo para el tema de la educación a distancia, que se abordó de forma separada. Todo ello se aplicó al estudiantado, que se conformó de 22 estudiantes en total y 4 redactados por persona, los cuales estaban centrados en el interrogante temático correspondiente. El estudio se llevó a cabo en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, en la Ciudad de México en junio de 2020, por supuesto, y como se ha dicho, todo on line, de acuerdo con las directrices de las autoridades sanitarias y educativas internacionales y del país.
Se realizó un diseño emergente (Marshall y Rossman citado en Valles, 1997) con hipótesis y objetivos, no obstante, se trató de una aplicación flexible e interactiva, ya que el análisis e interpretación se fue diseñando según los materiales obtenidos. Se seleccionaron diferentes persona en una misma posición ─estudiantes de nivel universitario─, o sea, muestreo tipológico con perfiles teóricos homogéneos ─de diversas licenciaturas de ciencias sociales y de entre 18 y 22 años─, no obstante, cada quien expresa su mirada sobre el fenómeno a estudiar. El muestreo fue intencional y oportunista ─ se eligió a un grupo de estudiantes que cooperó debido a las circunstancias─, el tipo de técnica fue un híbrido entre narración-entrevista, pues se solicitó un relato inspirado en una pregunta concreta y totalmente abierta. Se combina el muestreo tipológico y el teórico. Se llegó a 22 como saturación de la información. Finalmente, debido a las circunstancias y ante las limitaciones de movimiento y encuentro en tiempos de pandemia, así como la oportunidad de utilización de iniciativas de trabajos “a distancia” (Lupton, 2020, p. 1), se emplearon diversos enfoques y aspectos metodológicos flexibles y plurales. Es por ello que se realizó un estudio de caso de tipo instrumental (Stake, 1999) y holístico (Yin, 1994) de carácter particular que no pretende generalizar, pero sí explorar, describir y, hasta donde sea posible, analizar e interpretar sentidos por parte de quien escribe. El trabajo se inspira en la teoría fundamentada, ya que, si bien hubo un marco conceptual inicial y la selección de la muestra previa en su diseño, para aplicar teorías o conceptos se esperó a trabajar conforme se recolectaba la información y se fueron acomodando categorías con los datos e información con teoría que fue emergiendo en el análisis metodológico con flexibilidad teórica, de la cual surgió el concepto de actitudes, que sirvió para orientar la teorización del trabajo (Glaser y Strauss, 1967). También se tiene en cuenta, como una idea central, el significado de la experiencia de vida individual subjetiva y significativa. Para ello se reunió un colectivo de gente, contextualizado en los cambios que acontecían y se estaban viviendo en esos momentos. En este caso, la solicitud de un redactado guiado por una pregunta es una mixtura entre entrevista y narración, por supuesto, de carácter exploratorio y descriptivo como se dijo con anterioridad. Se aplicó el ejercicio en el mes de junio, tras decretarse la alarma en marzo y aplicarse las medidas y cuestiones prácticas según las autoridades del país en abril. Se observó las ganas de participar y la necesidad psicológica de expresar (Maslow, 1982). Además, se obtuvo la expresión de agradecimiento al sentir que se les escuchaba cuando expresaban sus pensamientos y sentimientos en momentos de menor comunicación que los habituales, por lo menos para los asuntos realmente sentidos, como los que aquí constituyen el objeto de estudio.
En este marco es que se realiza, en un principio, un análisis inspirado en los campos semánticos de actitudes positivas, negativas, favorables y desfavorables, si así se quieren denominar, y luego de otros tipos. Los campos semánticos (Corrales, 1991) se entienden como expresiones, palabras u oraciones que presentan un significado común y enfocado en una misma dirección semántica. Las actitudes se consideran evaluaciones o valoraciones de carácter general con cierta estabilidad temporal sobre algo o alguien y conformadas desde la forma de pensar y cognición, la manera de sentir o emociones, así como, la forma de reaccionar y actuar. Su función es conocer, ordenar y dar significado a la información, y con ello adaptarse a la vida grupal, en particular, y social, en forma amplia; esto va desde evitar problemas hasta conseguir cosas o equilibrar emociones y experimentar seguridad desde las necesidades psicológicas (Maslow, 1982; Briñol et al., 2007; Ubillos et al., 2014).
Finalmente, decir que en la investigación de un fenómeno social, en concreto el que se estudia en estas páginas, más allá de lo real se piensa que son valiosos los diferentes estilos de pensamiento (Douglas, 1996), relatos que configuran la supuesta realidad (Bruner, 2012) y que son un modo de preservación de la cultura, desde entretener a enseñar, siempre reorganización y a veces reflexión, incluso de la experiencia, al organizar y comunicar las vivencias y los significados que construyen conocimiento (Bruner, 2012). Todo ello desde la consideración de que las ideas y narraciones constituyen, lo que diría Watzlawick (1983), una realidad de segundo orden, en el sentido de que se trata de una concepción subjetiva de la realidad, sobre la resultan opiniones y pensamientos, y es tamizada con la cultura, personalidad, creencias y emociones; además de ser contextualizada en las circunstancias sociales.
Resultados
La situación y su percepción social desde un grupo de jóvenes
En segundo lugar, ya vistas las opiniones de intelectuales en otro apartado, se abarcan aquí las percepciones consideradas actitudes valorativas positivas o negativas del grupo de estudiantes que participa en este estudio de caso. Se tomará la tipología actitudinal de valoraciones sociales y ambientales denominada positiva, que tiene que ver con una mirada optimista y confiada; hay quien habla de sana y afirma que estimula la acción y la valoración actitudinal negativa que abarca la mirada pesimista y desconfiada, de la que se dice que se enfoca en las dificultades, la queja y evita la acción (Ajzen, 2005; Bohner y Dikel, 2010), todo esto en términos generales, por supuesto.
Para la solicitud de narraciones, una de las indicaciones dadas fue: ¿cuáles son o han sido las cosas negativas o malas que te ha traído el coronavirus y el confinamiento en casa?, ¿cuáles son o han sido las cosas positivas o buenas que te ha traído el coronavirus y el confinamiento en casa?[5] Advertir que, si bien se han organizado semánticamente las tablas por categorías y tipologías actitudinales, es posible que por su significado, más aún al tratarse de relatos, algunas puedan entrar en más de una. Para la organización de la tipología ─que únicamente pretende ordenar la exposición de percepciones y actitudes reunidas, esto con objeto de dar respuesta al aspecto investigado de forma general y exploratoria, como se ha reiterado en estas páginas─ se ha tomado el modelo actitudinal tridimensional, al que se le adjudican tres componentes: cognitivo ─creencias y opiniones─, afectivo ─sentimientos─ y conductual ─tendencias o disposiciones conductuales─ (Chaiken y Stangor citado en Ubillos et al., 2014). Estas últimas no siempre son fáciles de aprehender, de hecho, han sido criticadas por la visión bidimensional de la actitud (Stahlberg y Frey citado en Ubillos et al., 2014). Al respecto, esta mirada en ocasiones se trata de actitudes conductuales y en otras de comportamientos, que, más que actitudes, son regidos por las circunstancias que se viven y que a su vez se revierten, eso sí en actitudes cognitivas y afectivas, como se observa fehacientemente en el presente caso. Se recuerda que las actitudes son disposiciones que tienen que ver con cierto nivel de evaluación relacionado a la información que conforma cogniciones, respuestas afectivas, intención conductual y comportamiento (Zanna y Rempel citado en Ubillos et al., 2014). Entre ellas existe una dirección bidireccional que interesa que quede clara para el análisis que se presenta.
Añadir que por cuestiones de significado, al revisar la información y datos obtenidos y con base a la cuestión a estudiar, la tipología se ha subdividido en tres aspectos más: la sanidad ─que no es lo mismo que salud─, cuestión clave en la temática abordada; lo personal y social ─al inicio se pensó solo en lo segundo pero en una segunda relectura de los datos, lo primero fue cobrando fuerza─, y económica. Ámbitos de vida en general y que en el momento de investigar resultaron importantes y destacados. A su vez, y de acuerdo con la pregunta y el redactado, en la perspectiva de las actitudes está su valoración de la situación del entorno que puede ser positiva ─usualmente relacionado con lo optimista, la confianza y lo que estimula la acción─ o negativa ─considerada pesimista, donde se remarca la adversidad y la queja, y se suele evitar la acción─ (Bohner y Dikel, 2010; Ajzen, 2005), como se vio entre varias tipologías más, pero que para los efectos de este texto es fundamental. Reiterar también que se decidió verter y ordenar información en tablas dala la extensión de los relatos recabados y con la intención de resumir y clarificar
COMPORTAMENTAL | AFECTIVO | COGNITIVO | |
SANIDAD | No camino, no corro, no ejercicio, no deporte Todo en casa, sobrecarga de trabajo, estudio, mala organización Falta espacio, movilidad, contacto Como desbalanceado, mal, demasiado Insomnio Nos dio gripa, creímos que COVID-19 Mi familia trabaja en hospital MUERTES AMENAZA CONTAGIO VIRUS | Fastidiado Estrés Agobio, fatiga, flojera, pasividad, preocupación, extraño salir libremente, irritabilidad Zozobra, inestabilidad, incertidumbre reanudación de actividades Intranquilidad Invulnerabilidad, sugestión, histeria Inquietud, temor, miedo PARANOIA, ANSIEDAD, MIEDO, MIEDO A INFECTARME, INCERTIDUMBRE, ATAQUE DE PÁNICO, GANAS DE LLORAR, MIEDO DE TV Y REDES | PREOCUPACIÓN CONTAGIOS PREOCUPACIÓN DE QUE EL ESTADO ALERTA SE ALARGUE EN EL TIEMPO CUÁNTO TIEMPO DURARÁ, QUIERO QUE TERMINE, FUTURO INCIERTO |
PERSONAL Y SOCIAL | ESTAR EN CASA, encerrada, no salir a la calle, no salir de casa No hacer actividades que gustan Convivencia familiar, compartir tiempo y espacios No ver a amigos y compañeras, pareja, familiares, visitar seres queridos, alejarme de personas que amo Pausar planes, cancelar cosas, postergar proyectos | Cansada, aburrida, no energía, malestar, confusión, irritabilidad, enojo, estrés Necesito distraerme, desanimada Incomodidad, discusiones, no me concentro Necesito contacto Síndrome de estrés postraumático | |
ECONOMÍA | Afectó mis ventas, tuve que dejar el trabajo, desempleada, pérdida empleo, inestabilidad laboral Limitaciones económicas, no pagan completo Subida de precios Algunos necesitan trabajar e ingresos | Estrés, intranquilidad Preocupación, miedo | Preocupación problemas económicos familiares, sin trabajo, cobran menos Preocupación, inestabilidad económica para el país, no recursos sanitarios ni económicos suficientes |
__________________________________________________________________
En la Tabla 1 se despliegan las actitudes expresadas en los testimonios del estudiantado sobre las cosas y aspectos negativos, que quizás sería más correcto nombrar como valoraciones desfavorables que ha traído la pandemia y el quedarse en casa. Para empezar, hay que señalar que lo que inicialmente se consideraba importante o básico debido a la pandemia ─o sea, la amenaza de contagio y muerte─ causa preocupación como actitud cognitiva y miedo e incertidumbre desde la óptica afectiva. Sin embargo, no fue tan numeroso como cabría esperar, y aparecieron otras cuestiones más allá de esto, que también pueden ser consideradas como poco saludables y que precisamente son consecuencia de la declaración de pandemia: sedentarismo, encierro, comer poco sano, insomnio, falta de espacio, movilidad y contacto ─si bien esto último se anotó en lo social, no cabe duda de que tiene que ver con la salud física, afectiva y mental─. Directamente relacionado con estos comportamientos, o mejor dicho actitudes conductuales, ante la decretada Jornada de sana distancia aparecen las actitudes afectivas centradas en el estrés y el miedo, desde la intranquilidad al pánico, además del fastidio, agobio e irritabilidad. Las actitudes cognitivas también se interrelacionan con las actitudes ya señaladas: preocupación por el estado de alerta y que todo se alargue en el tiempo, y la inquietud de cuánto tiempo durará, el deseo de que todo termine, y el panorama incierto del futuro que se cierne en el horizonte de la gente.
En el espacio de lo personal y lo social se reitera la situación de encierro al estar en casa, lo cual traspasa a lo afectivo, principalmente sensaciones y emociones de cansancio y enojo. Por otra parte, el no poder hacer lo que gusta provoca desánimo, entre otras cosas. La convivencia familiar a veces lleva a discusiones o en todo caso a falta de concentración ─este punto se verá más adelante, ya que al parecer predomina la mirada positiva─. No poder ver o estar con personas que se aman, amigos, pareja, familiares, deriva en la necesidad de contacto, lo que tiene que ver con el afecto truncado.
Ya en el plano económico, más que actitud, es descripción de realidad; no tener trabajo y tener dificultades económicas provoca preocupación, estrés y miedo, derivando en la preocupación también por los diversos problemas económicos. Esta cuestión se generaliza en el país, al pensar en la gente que precisa trabajar y no tiene ingreso y la inestabilidad que esto provocará, además de pensar que el país no tiene recursos para enfrentar la crisis sanitaria y económica que se vive.
En resumen, se observa cómo las actitudes de quedarse en casa y la enfermedad viral han provocado actitudes ante la vida que conforman pensamientos poco saludables, que deterioran de forma importante sentimientos y cambian a conductas, que pueden ser consideradas como poco sanas. Esto es, además de ver las miradas negativas, se ven las consecuencias poco saludables de algo que en principio está para guardar la salud de la gente, la política sanitaria.
Ante este panorama se podría pensar, en un primer momento, que el panorama además de negativo, es poco menos que desolador, no obstante, y con énfasis en la hipótesis y objetivo ya mencionados, se interrogó también sobre las cosas positivas que esta situación causaba. Como se presenta en la Tabla 2, sí las hay y quizás más de las supuestas desde una concepción pesimista, que es la que predomina en los medios de comunicación como ventana a lo que pasa en esos días.
COMPORTAMENTAL | AFECTIVO | COGNITIVO | |
SANIDAD | Descanso Más tiempo para una misma Aire fresco en la cotidianeidad de la vida No tener que correr para ir a la escuela CUIDO MIS ACCIONES | Tranquilidad con uno mismo Un respiro en la vida Sin estrés, sin nervios, más tranquilidad | Menos contaminación para la ciudad SIEMPRE EN TODO LO MALO VERLE LA CARA POSITIVA, NO TODO HA SIDO MALO |
PERSONAL Y SOCIAL | Tiempo para mis proyectos, para mis mascotas, para mis distracciones ─ver películas, series, videos, música, juegos, manualidades, lectura, cocinar, tejer, yoga, ver atardecer, ejercicio, hobbies en general─, hacer cosas, actividades que me gusta, recreativas, reencontrarme con mis pasatiempos Tiempo para actividades de provecho ─limpiar la recámara, la casa, reparaciones, acomodar muebles, pintar, arreglar─. Ayudar en el aseo de la casa, el trabajo de la casa Convivir de verdad con la familia, jugar, charlar comer ─desayunar, comer, cenar juntos─ En resumen: menos estrés, más tranquilidad y convivencia con la familia | Tiempo para todo, relajarme, diversión, disfrute Hacer las cosas sin tensiones Alegría de estar con la familia Tiempo para estar con la familia juntos, sanos, apoyándonos, en unión, valorándonos, valorar lo que tenemos, oportunidad de estar de verdad con la familia, comprensión, reforzar relaciones, conectarme con mis seres queridos, conocer más a mi familia, más tolerancia a formas de ser, a manías, paciencia Menos estrés por tener cerca a la familia | Introspección, aprender de la vida, reflexión sobre la vida y la sociedad en la que vivimos, descubrir la fragilidad, autodescubrimiento, conocerme cada día más, escucharme, sentirme Tomar todo de mejor manera, más consciente, poder ser mejores personas Empezar a ver la vida de forma Aprendiendo a conectarme con la gente de otras maneras |
ECONOMÍA | Trabajar en casa, estudiar en casa Ayudar a gente que lo necesita | Abrir los ojos al mundo que se está acabando, en nuestras manos que crezca en todos los sentidos DIFÍCIL ENCONTRAR LO POSITIVO |
Aquí se aprecia la otra cara de la moneda, la sobrevaloración del tiempo y la tranquilidad personal, así como, la convivencia familiar, destacaron como aspectos personales y sociales. Esto refleja que, ante unas circunstancias sociales y sanitarias que se divulgaban como graves o por lo menos importantes, las personas desarrollaron perspectivas y actitudes positivas. Como dijo una joven: “Siempre en todo lo malo hay que ver la cara positiva” y un chico afirmó: “no todo ha sido malo”, sin negar que en las narraciones recabadas para esta pregunta también hubo quien dijo: “Difícil encontrar algo positivo” (E.1, comunicación personal, 3 de junio de 2020).
En el espacio de la sanidad, tener más tiempo para sí y no tener que correr por la vida, sumado a poder descansar, son conductas que destacan, las cuales producen tranquilidad y se deshacen de los nervios y el estrés. También se apunta a la menor contaminación, lo que recuerda a las propuestas de Latour (2020) y Dussel (2020) en dicho sentido.
Esta actitud positiva se remarca de manera notable en cuanto a lo personal y social, pues se señala que hay tiempo para realizar actividades que agradan y disfrutar de distracciones, lo cual relaja, conduce al disfrute y a una existencia sin tensiones en cuanto a lo emocional, y ya en lo cognitivo a una suerte de introspección, autodescubrimiento, reflexión más consciente; así como ver la vida de otra manera y ser mejor persona. Llama la atención esta concatenación actitudinal y lo que comporta de autoconocimiento personal y de conciencia social, como se declara abierta y explícitamente en las narraciones. Un segundo punto, también referente a lo social y lo personal, es la convivencia familiar, ya que la mayoría de los textos coincidieron en las bondades de quedarse en casa, pues es un conocerse y reconocerse; alegría de compartir tiempo y espacio, y de comprenderse y conectarse, además de la contención familiar, que al parecer se proporcionó en las circunstancias que se vivían, lo cual también derivó en el aprendizaje de no solo ver la vida de otra forma, como se dijo anteriormente, sino también conectarse con la gente de otra manera. Así se combina virtuosamente la tranquilidad, el disfrute, la convivencia y la reflexión.
En el plano económico se mencionó la comodidad de trabajar en casa y estudiar en casa, y la consciencia de abrir los ojos sobre el mundo que se está acabando.
Todo lo anterior, recuerda a la obra de Han (2014) sobre la sociedad del cansancio, entre otros libros y personas autoras sobre el tema, pero en particular, esta reflexión sobre la vida tiene que ver también con la vida estudiantil. Para estar en el mundo con la multitarea, autoexplotación y aceleración exacerbada ─que llevan al sobrecalentamiento del yo y a un agotamiento por estrés─ se recomienda desacelerar, no hacer y reflexionar. Lo que al parecer se valora, según los testimonios recabados, pues se trató de una suerte de parón, que cada quien resignificó. No obstante, sí es cierto que por lo menos durante unos días hubo un impase escolar y luego se retomó la enseñanza a distancia ─como se verá a continuación─. También se observa el comentario sobre la no contaminación como oportunidad para detenerse a pensar y no regresar a la vida de antes, sino ir hacia una mejor calidad de vida, como propugna Latour (2020).
Como estudiantes de nivel universitario, también interesa averiguar lo positivo y negativo de la recién estrenada educación a distancia, sobre lo que se ha pensado, dicho y escrito mucho; aquí solo se va a enfocar sobre las actitudes de este grupo de jóvenes al respecto y a partir de su experiencia impuesta y sorpresiva, su adaptación más o menos afortunada; todo ello desde su propia voz y mirada, sin desconocer la intervención de quien investiga.
COMPORTAMENTAL | AFECTIVO | COGNITIVO | |
EDUCACIÓN | No asistir a la escuela Hacer todo en casa, complicado, falta espacio, hay distracciones como familiares y mascotas, juego en clase Los problemas de internet, la conexión No tengo equipo ni conocimientos tecnológicos No acostumbrados a aplicaciones Las clases en silencio, el negro de las pantallas, estar horas frente a la computadora No se participa, no hay debates, falta interacción El alumnado no pone de su parte, no ponen atención | Extraño la escuela, extraño la convivencia, la socialización Fastidioso, disgustada, desanimada, estrés, ansiedad Cuesta trabajo concentrarme y poner atención Me aburren las clases El zoom es muy pesado, tedioso estar horas frente a la computadora Extraño a los compañeros, no hay interacción amistosa, hay falta de empatía con los compañeros Extraño a los profesores, no hay conexión con el profe, no hay mucha empatía | Todo es complicado, nada es sencillo Las plataformas son difíciles para aprender Las clases no son tan completas, falta más explicación, falla luz, atender dudas, temas no siempre claros, no entiendo bien, se limita el aprendizaje, dejan qué desear, el conocimiento no es suficiente (Malo porque no hay trabajo en equipo que ayuda) Me ha costado, las clases en línea no es lo mío, no me terminan de gustar Me gusta más presencial y comunicación cara a cara |
__________________________________________________________________
En la Tabla 3 se observan las actitudes negativas hacia la educación a distancia. En este caso solo se tomó el tema educativo, ya que en las revisiones de los datos únicamente se refieren a este desde la pregunta concreta, que apunta directamente y que inspira y dispara el relato. Lo primero que sobresale y sorprende un poco son las dificultades expuestas y sus consecuencias cognitivas y emotivas, sobre todo por su edad juvenil, su condición estudiantil y lo pregonado sobre que son nativos digitales, sin dejar de tener presente el hecho de que en las clases presenciales suelen ser afectos al celular y los dispositivos electrónicos en general.
Sobre no asistir a la escuela parece extrañarse y las nuevas dinámicas educativas son calificadas de complicadas. Si bien es cierto que todo hay que contextualizarlo, pues de un día para otro ─literalmente de un trimestre para otro─ se cambió la forma educativa de presencial a on line, impacta que dicha variación fue rápida, profunda e impuesta. Hacer todo en casa significó lidiar con la falta de espacio y privacidad, la carencia de equipo o las dificultades de conexión en lo que tiene que ver a lo material, que se derivó en conductas como la no participación e interacción grupal, la atención deficiente, entre otras cosas a nivel relacional. Lo anterior, a su vez, tiene que ver con primero extrañar desde el espacio físico de la escuela, como la relación con los compañeros, compañeras y docentes, y la falta de empatía intragrupal y con profesorado en particular. Otra cuestión fue que todo esto provocó emociones como el fastidio, desánimo y estrés, falta de concentración y tedio, según declararon, ante el silencio en las clases, las pantallas en negro; en una palabra, la falta de comunicación real, a veces cuasi total. Sucede que el contacto es primordial entre los seres humanos, y es, o era, fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje; en fin, para la existencia en general (Kepner, 2000). En concreto las actitudes cognitivas apuntan a una evaluación donde todo parece complicado, lo digital es difícil y, sobre todo, no se entienden bien las clases, lo que en consecuencia limita el aprendizaje y el conocimiento no es suficiente, según declaran varias voces.
Por supuesto, una y otra vez reiteran el que gusta más y sirve más la educación presencial y el deseo de regresar a las aulas en cuanto sea posible.
Así se llega al último tema a abordar, las cosas buenas y positivas de la educación a distancia, algo a lo que se encaminaba la sociedad, donde ya había iniciativas, instancias y cursos subidos a internet, pero que ahora se implanta sorpresiva y masivamente a todo centro educativo de cualquier grado y lugar.
COMPORTAMENTAL | AFECTIVO | COGNITIVO | |
EDUCACIÓN | No perder el trimestre, no atrasarse en el tiempo, continuar los estudios, provecho para el futuro Trabajo en mi espacio, cómodo en la cama, puedo estar en cualquier lugar, incluso comer No pierdo tiempo en transporte, manejo mis tiempos y los adecuo a mi antojo, organizo las materias y las tareas Ahorro, no gasto en pasajes, comidas, materiales, copias Prefiero se pierda el trimestre | Adaptarse a todo lo que está en constante cambio Tranquilidad Tranquilidad Los profes tienen paciencia y tolerancia, se muestran comprensibles Espero pase, reírme de cómo un trimestre en línea pudo destrozarme más que la pandemia | Una experiencia interesante para el aprendizaje al salir de la zona de confort Saber que puedo hacer mi investigación por mí misma, autoconocimiento, autodidacta, búsqueda conocimiento, me ayuda a aprender Aprendo aplicaciones, tengo más conocimiento tecnológico, me servirá en un futuro No pesadas las tareas, son prácticas las disciplinas y los horarios, puedo planificar actividades, todo es flexible Valorar el esfuerzo de profes y alumnos (Prefiero hacerlo sola, no me gusta el trabajo en equipos) Eso sí, no hay nada como las clases presenciales, no es lo mismo que presencial, sigo prefiriendo las clases presenciales, nunca se va a comparar con lo presencial |
No obstante, en lo dicho anteriormente sobre las formas de aplicación y el contexto social que se vivía, también tienen lugar actitudes positivas, especialmente en el ámbito cognitivo (Tabla 4). En primer lugar, no perder el trimestre y aprovechar el tiempo hizo que el cambio se considerara correcto entre lo conductual y cognitivo. Trabajar en casa y en el propio espacio también, al parecer, tiene sus ventajas y comodidades, aunque no son compartidas por todo mundo, como se vio en el punto anterior; esto es debido a las condiciones sociales y habitacionales de una buena parte del alumnado de una universidad pública. Organizar los propios tiempos también agrada, así como no tener que realizar gastos al no salir de casa, de ahí la actitud positiva a todas estas cuestiones: no perder tiempo, trabajar en el propio espacio y ahorrar. Esto provoca tranquilidad, emoción varias veces nombrada.
Por otro lado, se aprecia desde una actitud cognitiva satisfactoria la capacidad de, como dice una muchacha, “adaptarme a todo lo que está en constante cambio” (E.2, comunicación personal, 4 de junio de 2020) y añaden otros la “experiencia interesante para el aprendizaje al salir de la zona de confort” (E.3, comunicación personal, 5 de junio de 2020). Según estos relatos se trata de una actitud positiva, no solo sobre las nuevas modalidades educativas, sino también sobre la propia vida y la aceptación social, constante y positiva en la vida. La educación virtual ayuda al autoconocimiento y a la capacidad autodidacta de cada quien, y se aprenden cosas nuevas de las aplicaciones y la tecnología en general, con una total apertura al cambio y adaptación a este en el plano educativo y, sobre todo, desde la cognición, como se ha dicho. Ya en valoraciones concretas se piensa que las clases y tareas han estado bien, y que las actividades prácticas, al parecer, han tenido flexibilidad y han resultado satisfactorias. Eso si se valora el esfuerzo del equipo docente y estudiantes. En todo caso, y desde una actitud imaginativa y lúdica con mirada crítica y positiva, se dijo: “espero que todo pase, reírme de como un trimestre en línea pudo destrozarme más que la pandemia” (E.6, comunicación personal, 3 de junio de 2020).
En cuanto a la enseñanza-aprendizaje, parecen pesar más los aspectos y actitudes negativas, pues fue, como se dijo, una transformación radical, sorpresiva, rápida (urgente) y profunda (formas) para la que nadie ─instituciones, profesionales, alumnado─ contaba con preparación. Además, se implantó por primera vez en las peores circunstancias sociales, dada la proclamada pandemia internacional y sus costos o consecuencias mentales, emocionales, sociales, económicas y sanitarias. No obstante, destacan las valoraciones positivas en medio de un contexto que sí parecía negativo en su conjunto.
Consideraciones finales
Tras todo lo visto con anterioridad, cabría preguntarse sobre qué pasará y sobre lo que está pasando, como lo que auguran sociólogos, antropólogos o filósofos y los enfoques sobre las relaciones de poder ─biopolíticas y psicológicas según Foucault (2007) o Han (2014)─, o lo que las personas de carne y hueso y de la calle ─en estas circunstancias de casa, por el confinamiento─ perciben, piensan, sienten y expresan ─esto incluye y subraya el miedo, enojo y tristeza en sus diferentes intensidades, direcciones y duraciones─. Son varias las posturas presentes y del porvenir. Tal vez se regresará a la nueva normalidad con mayor sensibilidad ecológica y conciencia humana (Dussel, 2020; Latour, 2020) o se retroceda a la vieja normalidad con el modo de vida materialista y el consumismo (Valderrama, 2020). Sobre el tema mucho se ha de ver, más que pensar y, muchísimo más, que especular.
No se sabe, pero como se señaló en un inicio de este artículo, parece lógico y coherente, además de necesario, apuntar la mirada también a lo favorable y optimista que todavía se comparte, sin desconocer la otra cara ─lo oscuro, lo desfavorable, pesimista o negativo─ como forma de habitar el presente y de enfocar el futuro utópico y no el distópico, que ya está claro en novelas, películas, discursos, medidas políticas, sermones de los medios y el adoctrinamiento que limita libertad, que está presente en todo lo que pasó en el año 2020. Sin embargo, quizás en esto último de la prospectiva distópica total, sí se está equivocado, pues lo que se descubrió en este ejercicio, por supuesto inicial y descriptivo, es la introspección que tuvo lugar según las narrativas juveniles desde la autoconciencia a la conciencia social; desde el aprendizaje de tecnología hasta la valoración del afecto e interconexión personal. Todas ellas dan qué pensar en aspectos favorables y propositivos dentro de la aparente distopía inicial o, en todo caso, una oportunidad de tener u obtener otros discursos y otras experiencias, con objeto de configurar una visión y unos testimonios más amplios y diversos.
Es posible afirmar que hay muchas evaluaciones y valoraciones positivas, optimistas o favorables, actitudes emocionales y cognitivas, principalmente. Las primeras se relacionan a quedarse en casa, mejor dicho, a sus resultados; las segundas, en cuanto al aprendizaje remoto, como parecería lógico esperar. En concreto, y si bien es un ejercicio exploratorio y cualitativo, como ya se dejó claro, no se representa nada más que las actitudes y significados declarados en los testimonios del grupo informante de jóvenes de nivel universitario. Con dichos textos es posible afirmar que no salir, no contar con el espacio habitual para moverse, no comer ni dormir bien, tuvo repercusiones en el estrés, intranquilidad, inestabilidad, incertidumbre y miedo en general. También se tradujo en otra cosa, en tener más tiempo, no correr en la vida y más tranquilidad, menos estrés y más descanso, más tiempo para todo, para cada quien, para el disfrute, para la introspección, la autoconciencia y la conciencia social, incluso aprender a conectar con las personas de otra manera. Sobresale el desánimo y confusión del encierro, en especial por el impedimento para poder realizar actividades que gustan y ver a amigos y familiares, pero se destaca de manera más notable poder convivir de verdad con la familia, la alegría que produce, el apoyo que se encuentra en su seno, la comprensión y la conexión. Realmente tuvo lugar una valoración o revaloración familiar considerable.
En el tema de la educación a distancia sentido de forma especial al tratarse de personas universitarias en medio de sus estudios, las apreciaciones positivas y negativas en torno al aprendizaje como actitud cognitiva tiene un gran peso, sin embargo, las miradas se encuentran divididas entre las valoraciones favorables y las desfavorables. El hacer todo en casa presenta problemas de espacio, así como la falta de habilidades tecnológicas o del equipo y conexión requerida. Además, las clases a través de una pantalla perjudican la concentración, atención, fomentan el aburrimiento y el tedio, y, sobre todo, extrañar a las compañeras y compañeros de grupo y a la persona docente. Sin embargo, también se valora el aprovechamiento del tiempo o la tranquilidad del espacio cuando se puede, el reto de adaptarse al cambio, de aceptarlo, de tener nuevas experiencias, que además conllevan al autoconocimiento de cada quien y el autoaprendizaje tecnológico y personal, entre otras cosas. Si bien la educación a distancia nunca será igual que la presencial, afirman varias voces y de forma reiterada, también tiene sus ventajas, como lo explicitaron claramente en varias ocasiones. Así que se aprueba la hipótesis inicial y se alcanzan los objetivos de este estudio.
No obstante, se trata de un tema actual, por lo tanto, se debe seguir investigando. Este ha sido un primer acercamiento al tema, que requiere, por supuesto, de ampliación y profundización. Lo que sí se ha logrado es ver actitudes favorables en medio de los cansancios, miedos y enojos reinantes. Todo ello en el sentido de que ─sin desconocer el contexto inicialmente desfavorable, el no deseo de la situación vivida─ es posible encontrar espacios y tiempos de adaptación, incluso en ocasiones donde se sesga la mirada hacia lo valorado satisfactorio dentro de las circunstancias existentes, que, en principio, no son favorables ni satisfactorias.
Como reflexión final, se reduce el espacio y no se puede salir de casa a distraerse o aprender en el mundo externo, pero se tiene más tiempo y la posibilidad de autoexplorarse y pensar la vida en sociedad, en resumen, autoconocimiento y reflexión social. Se aprende a conectar con nuevos dispositivos tecnológicos y a revalorar la conexión familiar. Esto es, se aprende a aprender y se expande el conocimiento con relación al mundo digital que ya estaba ahí, pero todavía no se apreciaba en profundidad. Quizás se perdió en adquisición de contenido de conocimientos, por las declaraciones obtenidas, pero se ganó en reflexión, valoración, introspección sobre la persona misma, las relaciones, la educación, la familia, la sociedad y la vida. Asimismo, se ganó y se perdió según una mirada equitativa y equilibrada, que sabe reconocer lo satisfactorio y lo no tan satisfactorio de cada momento; no se sesgó la opinión, sino que se valoró la aceptación y la adaptación, esto al reconocer las capacidades de cada quien en los tiempos en los que les toca vivir. Este es un balance descriptivo e inicial que indica que todo ─ o casi todo─ en la vida tiene aspectos positivos y negativos, donde en ocasiones se desconocen los primeros, sobre todo en épocas en que poco se puede hacer sobre los segundos.
Agregar que se trata de un estudio inicial, en tiempos de incertidumbre y revueltos, con limitaciones por la contingencia sanitaria, pero con las ganas que mostraron las personas participantes e incluso el agradecimiento de poder expresar, y quizás en parte aliviar, las inquietudes, ansiedades y depresiones, y el miedo y el estrés; es decir, las emociones y sentimientos por los cuales se transitaba en esos primeros meses del año 2020. Añadir la necesidad de futuras investigaciones cuando, con el paso del tiempo, se tranquilicen los estados emocionales y se clarifiquen los enfoques cognitivos, o por lo menos se adapten las personas a las circunstancias existentes y se pueda discernir sobre el estado de las cosas desde una mirada más distante, prudente y certera.
En fin, el paso del tiempo dirá qué pasará sobre el encierro social, la educación remota, y los posibles futuros sobre la vida, salud, educación y los sistemas sociales que hoy parecen cuestionarse, sin poseer un acuerdo social sobre el porvenir que realmente se quiere y se puede construir.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Agamben, G. (2020). La invención de la epidemia. En G. Agamben, S. Zizek, Ñ.N. Nancy, F. Berardi, S. López, J. Butler, A. Badiou, D. Harvey, B-C. Han, R. Zibechi, M. Galindo, M. Gabriel, G. Yañez, P. Manrique, P.B. Preciado (Coords.), Sopa de Wuhan. (pp. 17-20). ASPO. https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/10038
Ajzen, I. (2005). Attitudes, Personality, an Behavior. Open University Press. https://bit.ly/38pBvqm
Bericat, E. (2005). La cultura del horror. REIS, 110, 53-93. http://reis.cis.es/REIS/PDF/REIS_110_041168261572507.pdf
Bohner, G. y Dikel, N. (2010). Attitudes and attitude change. Annual Review of Psychology, 62, 391-417. https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev.psych.121208.131609
Briñol, P., Falces, C. y Becerra, A. (2007). Actitudes. En J.F. Morales; C. Huici; M. Moya; E. Gaviria (Eds.), Psicologia Social. (pp.457-490). (3ra ed.). McGraw-Hill.
Bruner, J. (2012). Realidad mental y mundos posibles. Gedisa.
Corrales, C. (1991). El estudio de los campos semánticos. Revista de Filología, 10, 79-93.
Douglas, M. (1996). La aceptabilidad del riesgo según las ciencias sociales. Paidós.
Dussel, E. (2020). El COVID-19 jaqueó la modernidad. Boletines UAM, 258, 1-3. http://www.comunicacionsocial.uam.mx/boletinesuam/258-20.html
Foucault, M. (2007). Nacimiento de la biopolítica. FCE.
Glaser, B. y Strauss, A. (1967). The Discovery of Grounded Theory. Aldine Publishing Company.
Gobierno de México (2020). Salud Mental. https://coronavirus.gob.mx/salud-mental/
Han, B-Ch (2014). La sociedad del cansancio. Herder.
Han, B-Ch (2020). La emergencia viral y el mundo de mañana. En G. Agamben, S. Zizek, Ñ.N. Nancy, F. Berardi, S. López, J. Butler, A. Badiou, D. Harvey, B-C. Han, R. Zibechi, M. Galindo, M. Gabriel, G. Yañez, P. Manrique, P.B. Preciado (Coords.), Sopa de Wuhan. (pp. 97-112). s.l.: ASPO. https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/10038
Kepner, J. (2000). Proceso corporal. Manual Moderno.
Lasalle, J. M. (2019). Ciberleviatán. Arpa.
Latour, B. (2020). ¿Qué medidas de protección para evitar el regreso del modelo de producción de la precrisis?https://bit.ly/3hW8NR3
Lupton, D. (2020). Doing Fieldwork in a Pandemic. https://aassrec.org/new-resource-doing-fieldwork-in-a-pandemic/
Maslow, A. (1982). La amplitud potencial de la naturaleza humana. Trillas.
Morin, E. (1999). El método. El conocimiento del conocimiento. Cátedra.
Organización Mundial de la Salud [OMS]. (2020). Preguntas y respuestas sobre la enfermedad por coronavirus (COVID-19).https://bit.ly/2Xq43de
Kuhn, Th. (1986). La estructura de las revoluciones científicas. FCE.
Stake, R. (1999). Investigación con estudios de caso. Morata.
Sousa, B. (2009). Una epistemología del sur: la reinvención del conocimiento y la emancipación. Siglo XXI-CLACSO
Ubillos, S., Mayordomo, S. y Páez, D. (2004). Actitudes: definición y medición. Componentes de la actitud. Modelo de la Acción Razonada y Acción Planificada. En D., Páez, I. Fernández, S. Ubillos y E. Zubieta (Coords.) Psicología Social, Cultura y Educación. (pp. 97-112). Pearson Educación.
Valderrama, M. D. (2020, 3 de abril). Lipovetsky: Tras el coronavirus solo crecerá la desconfianza hacia el poder. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/politica/20200403/48282784962/lipovetsky-tras-el-coronavirus-solo-crecera-la-desconfianza-hacia-el-poder.html
Valles, M. (1997). Técnicas cualitativas de investigación social. Síntesis.
Wallerstein, I. (1998). Abrir las ciencias sociales. Siglo XXI.
Watzlawick, P. (1983). El lenguaje del cambio. Herder.
Yin, R. (1994). Case Study Research. Design and Methods, Sage Publication.
Zibechi, R. (2020). A las puertas de un nuevo orden mundial. En G. Agamben, S. Zizek, Ñ.N. Nancy, F. Berardi, S. López, J. Butler, A. Badiou, D. Harvey, B-C. Han, R. Zibechi, M. Galindo, M. Gabriel, G. Yañez, P. Manrique, P.B. Preciado (Coords.), Sopa de Wuhan. (pp. 113-118). ASPO. https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/10038
Zizek, S. (2020). El coronavirus es un golpe al capitalismo a lo Kill Bill. En G. Agamben, S. Zizek, Ñ.N. Nancy, F. Berardi, S. López, J. Butler, A. Badiou, D. Harvey, B-C. Han, R. Zibechi, M. Galindo, M. Gabriel, G. Yañez, P. Manrique, P.B. Preciado (Coords.), Sopa de Wuhan. (pp. 21-28). ASPO. https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/10038
Notas
Información adicional
Cómo citar: Fernández Poncela, A. M. (2022). Miradas positivas y negativas de personas universitarias sobre las medidas de prevención en la contingencia de 2020. Revista Educación, 46(1). http://doi.org/10.15517/revedu.v46i1.45142