DOI 10.15517/revenf.v0i40.43284
El cuidado
humanizado en oncología pediátrica y la aplicación del juego por la enfermería[1]
Humanised care in
paediatric oncology and the application of play by nurses
Cuidado
humanizado em oncologia pediátrica e a aplicação do lúdico pela enfermagem
Letícia Sales Cardoso[2], Erica Toledo
Mendonça[3], Mara Rúbia
Maciel Cardoso do Prado[4], Renata Almeida
de Matos[5], João Vitor
Andrade[6]
RESUMEN
Objetivo: Discutir el
cuidado humanizado en oncología pediátrica, entendiendo la percepción y
aplicación del juego por parte del equipo de enfermería. Método:
Este fue un estudio cualitativo realizado con 13 profesionales del
equipo de enfermería de un hospital oncológico brasileño. Los datos fueron
recopilados de octubre de 2017 a febrero de 2018, a través de un guion de
entrevista. Resultados:Se elaboraron tres categorías: el significado
del cuidado en oncología pediátrica para el equipo de enfermería, percepción del
juego para el equipo de enfermería en el cuidado de niños y niñas con cáncer y
estrategias que contribuyen a la aplicación del juego en el cuidado. Estas
últimas indicaban que el juego es una
herramienta importante que favorece la comunicación, permitir la expresión de
sentimientos y permiten el rescate del mundo infantil. Conclusión: Los
profesionales de enfermería perciben la importancia del uso de estrategias
lúdicas en el cuidado en oncología pediátrica, ya que permiten la aproximación
de las niñas y los niños con el mundo infantil. Para ello, se evidenció la
importancia del uso de las tecnologías leves y duras en la atención,
permitiendo el ejercicio de la humanización.
Palabras clave: Enfermería; Humanización-de-la-Atención; Ludoterapia;
Neoplasias; Pediatría.
Objective: To discuss
humanised care in paediatric oncology, understanding the perception and
application of the game by the nursing team. Methods: This was a
qualitative study carried out with 13 professionals from the nursing team of a
Brazilian oncology hospital. The data was collected from October 2017 to
February 2018, through an interview script. Results: Three categories
were developed: the meaning of care in paediatric oncology for the nursing
team, perception of play for the nursing team in the care of children with
cancer and strategies that contribute to the application of play in care. The
latter indicated that play is an important tool that promotes communication,
allows the expression of feelings and allows the rescue of the child's world.
Conclusion: Nursing professionals perceive the importance of the use of
playful strategies in paediatric oncology care, since they allow the approach
of children to the child's world. For this purpose, the importance of the use
of light and hard technologies in the care was evidenced, allowing the exercise
of humanization.
Keywords: Humanization-of-Assistance; Ludotherapy; Neoplasms;
Nursing; Pediatrics.
RESUMO
Objetivo: Discutir o cuidado
humanizado em oncologia pediátrica, compreendendo a percepção e aplicação do
lúdico pela equipe de enfermagem. Métodos: Este foi um estudo qualitativo realizado com 13 profissionais da equipe
de enfermagem de um hospital de oncologia brasileiro. Os dados foram coletados
entre Outubro de 2017 e Fevereiro de 2018, através de entrevista guiada por um
roteiro. Resultados: Foram elaboradas três categorias: o significado dos cuidados em
oncologia pediátrica para a equipe de enfermagem, a percepção do jogo para a
equipe de enfermagem no cuidado de crianças com câncer e estratégias que
contribuem para a aplicação do lúdico nos cuidados. Este último indicou que o
jogo é um instrumento importante que favorece a comunicação, permite a
expressão de sentimentos e permite o resgate do mundo da criança. Conclusão: Os profissionais de
enfermagem percebem a importância da utilização de estratégias lúdicas nos
cuidados oncológicos pediátricos, uma vez que permitem a aproximação ao mundo
da criança. Para tal, foi evidenciada a importância do uso de tecnologias leves
e duras nos cuidados, permitindo o exercício da humanização
.
Palavras-chaves: Enfermagem; Humanização-do-Cuidado; Terapia-lúdica; Neoplasias;
Pediatria.
INTRODUCCIÓN
El cáncer infantil-juvenil afecta al grupo de edad comprendido
entre los 0 y 19 años y tiene sus propias características, en cuanto a su
histopatología y comportamiento clínico1. Aunque se considera raro
en comparación con el cáncer en adultos, representa una de las principales
causas de muerte en los países en desarrollo1-2.
A nivel mundial, se demarca la alta incidencia de
este cáncer, estimándose 300 000 nuevos casos por año2. En el
pasado, se consideraba este tipo de cáncer agudo y de diagnóstico fatal, lo que
resultaría en la muerte del menor.
Hoy en día las perspectivas de cura y la posibilidad
de supervivencia son más altas si son diagnosticados a tiempo, debido a una mejor
respuesta al tratamiento y atención multiprofesional calificada, lo que resulta
en una respuesta de cura de casi el 80 % de los casos1,3.
Los estudios
muestran que el cáncer infantil genera una carga grande de sufrimiento y
fragilidad que afecta no solo al menor, sino a toda su familia. Lo anterior,
debido a las transformaciones que se producen en la vida de las personas
involucradas, tales como largos y recurrentes períodos de hospitalizaciones,
tratamientos que a menudo causan numerosos efectos secundarios, cambios en las
actividades diarias y la posibilidad de muerte3-4.
Estos factores
generan que los profesionales de la salud y al equipo de enfermería desarrollen
formas de enfrentar el proceso de salud-enfermedad-cuidado que tengan el
objetivo de mejorar la calidad de vida del paciente y del núcleo familiar4-6.
En este sentido, las personas menores afectadas por el cáncer enfrentan la
enfermedad con el apoyo de su familia y profesionales de la salud,
especialmente del equipo de enfermería.
Este apoyo/acogimiento
implica apoyo emocional, religioso, espiritual y uso del juego y, a su vez,
estas son fuentes de tranquilidad, protección, optimismo y esperanza sostienen
y fortalecen los mecanismos de enfrentamiento de estas personas en Oncología
Pediátrica7-8.
El Consejo Federal de Enfermería (COFEN) de Brasil,
mediante Resolución 546/2017, deja explícito en su artículo 1 que “es
responsabilidad del Equipo de Enfermería que trabaja en el área pediátrica,
utilizar el juego terapéutico/técnica lúdica, en la atención infantil y
familias hospitalizadas”11. También es de destacar que los estudios
prueban los beneficios de la alegría para las personas menores, con lo cual se
humaniza este cuidado, ayuda a fortalecer los lazos, minimiza el miedo,
facilita la comprensión y esclarece la enfermedad y el tratamiento para la
persona menor y su familia 9-10,12.
Se notó en la literatura pocos estudios que
abordaron el tema de la percepción y aplicación de lo lúdico desde la
perspectiva del equipo de enfermería, hecho que motivó la realización de esta
investigación. Además, el estudio es importante para los profesionales de
enfermería, ya que quienes laboran en el sector de oncología pediátrica
necesitan saber cómo tratar a las personas menores de forma holística y
humanizada y, para ello, cuidados basados en actividades lúdicas es una excelente
herramienta que ayuda en este papel. Estas actividades traen beneficios a
pacientes pediátricos, además de la creación de un vínculo entre paciente,
acompañante y equipo10,13.
El marco teórico que sustenta el estudio
y que arroja luz sobre la interlocución de los resultados con la evidencia
científica sobre el tema fue la perspectiva ontológica del trabajo y el cuidado
de Túlio Batista Franco y Emerson Elias Merhy14, quienes señalan la
importancia de utilizar tecnologías relacionales, denominadas “tecnologías
ligeras” para la humanización de los procesos de trabajo en salud. Estas
rescatan la dignidad y esencia del ser humano al respetar a la persona en su
individualidad y originalidad de ser.
Sobre la base de lo anterior, el objetivo de esta investigación es discutir el cuidado humanizado en oncología pediátrica,
entendiendo la percepción y aplicación del juego por parte del equipo de
enfermería.
Esta es una investigación cualitativa que trabaja el universo de
creencias, percepciones, sentimientos, valores y actitudes de los profesionales
de enfermería de un contexto dado. Este abordaje permite profundizar la
cuestión de significados e intencionalidad atribuidas a las acciones y
relaciones humanas y dirige la comprensión de las manifestaciones del objeto de
estudio15-16.
El estudio se llevó a cabo en un
hospital oncológico brasileño que está acreditado con el Ministerio de Salud
como Centro de Alta Complejidad en Oncología. Actualmente, atiende a más de 270
municipios y otros estados, cubriendo aproximadamente cuatro millones de
habitantes. Los participantes fueron las personas del equipo de enfermería del
sector de Pediatría Oncológica de ese hospital.
Participaron en este estudio 13
personas del equipo de enfermería que trabajan en oncología pediátrica. De las personas entrevistadas, 3 eran profesionales
de enfermería y 10 técnicos de enfermería. Su experiencia en oncología
pediátrica osciló entre 1 año y 6 meses a 10 años. En relación con el sexo, 13
eran mujeres y 2 hombres, con edades entre 20 y 40 años, la mayoría en el grupo
con edad de 20 a 26 años.
El criterio de inclusión utilizado
fue un tiempo mínimo de trabajo de 6 meses en el sector, justificado por la
mayor experiencia en la percepción y aplicación del juego por parte de los
profesionales del equipo. El criterio de exclusión definió la remoción de
personas trabajadoras del sector de Pediatría por motivos médicos, por
vacaciones u otros motivos.
La recopilación de datos se realizó
a través de cuestionario semiestructurado, con datos socioeconómicos y preguntas
abiertas. Las preguntas orientadoras de las entrevistas fueron las siguientes: “Dime cómo cuidas a los niños con cáncer;
¿Cómo percibe el cuidado lúdico de los niños con cáncer? Dime si usas lo
cuidado lúdico de los niños con cáncer. Si es así, ¿cómo? ¿Qué le ayuda
(persona, recursos, etc.) a poner en práctica estas estrategias? Dé ejemplos en
su práctica de cómo usa/usó el juego como estrategia para cuidar a los niños
con cáncer”.
Las entrevistas se realizaron en los lugares de
trabajo de las personas participantes durante las visitas programadas a la
institución y de acuerdo con su disponibilidad. Las personas entrevistadas
fueron seleccionadas aleatoriamente en el momento en que no estaban
proporcionando asistencia.
Fueron grabadas en medios de audio y transcritas en
su totalidad con fiabilidad al habla de las personas, el tiempo medio fue de 45
minutos, considerando la interacción entre la persona investigadora y la
profesional. Para mantener el anonimato de las pesonas participantes, fueron
identificadas por nombres ficticios correspondientes a los personajes
infantiles.
El investigador interrumpió las entrevistas al
momento en que notó que era posible obtener más información nueva que
contribuyera a profundizar el objeto estudiado, es decir, se utilizó la
saturación de los datos para asegurar un muestreo necesario y lograr la
teorización deseada17.
Como referencia para el análisis de datos, se adoptó
la técnica de análisis de contenido de Lawrence Bardin, descrita en
organización del análisis, codificación y categorización. El primer momento,
que es la organización del análisis, comprende tres etapas; a saber,
preanálisis, que es la fase de organización en sí; explotación del material,
que consiste en la aplicación de las decisiones adoptadas en el análisis previo
y, por último, el tratamiento de los resultados obtenidos. En el segundo
momento, se codificaron los datos, lo que equivale a la transformación
sistemática de los datos en unidades y en el tercer y último momento, la
categorización, en la que los datos se clasificaron y reagruparon en
categorías, según sus características comunes. Las categorías presentadas
surgieron del análisis de datos, no fueron previamente definidas16.
Esta categoría
señala que la atención en oncología pediátrica representa algo muy singular
para cada profesional entrevistado. Cada persona con una forma de cuidar, pero
todos con el mismo objetivo, que es romper el impacto del entorno hospitalario,
acceder al mundo de los niños y las niñas y, consecuentemente, hacer el rescate
de sus vidas más allá de lo que se presenta en el hospital. Se observó que el
cuidado en oncología pediátrica se realiza a través de actitudes como el amor,
la empatía, la alegría, el afecto, la atención, el uso del juego, proporcionar
comodidad, explicar los procedimientos creativamente y cautivar a estas
personas a través de una práctica humanizada.
Las siguientes declaraciones demuestran cómo ocurre
el cuidado a las niñas y los niños con cáncer, de acuerdo con las personas
entrevistadas:
“[...]
tratamos de proporcionarles la mayor comodidad posible [...] siempre tratamos
de traerles alegría [...]” (Pequeña Lulú). “[...] siempre llegan con una
sonrisa en la cara, alegre [...] Tomo todo mi amor, mi afecto, mi atención
[...]” (Blancanieves). “[...] el cuidado tiene que ser con mucha empatía [...]”
(Ariel). “Trato, por lo tanto, de cuidar con gran afecto, de ponerme no como
profesional, sino como un ser humano cuidando de otro ser humano [...]”
(Minnie).
También en los informes de las personas
entrevistadas, se observó que el cuidado en oncología pediátrica es diferente
del cuidado de una persona adulta, debido a que la persona menor no entiende
claramente su estado de salud. Esto hace que requiera un cuidado con más
paciencia, calma y atención en los procedimientos, con lo cual se adquiere la
confianza de la persona menor. Lo anterior, se evidencia en los siguientes
testimonios:
“[...]
tiene que haber una diferencia [...] porque un niño no entiende muy bien lo que
está sucediendo [...]” (Blancanieves). “[..] hay un cuidado especial para
tratar con los niños [...]” (Hombre Araña). “[...] al niño, nos ponemos más
atentos [...] Es diferente del adulto porque requiere mucho cuidado [...]
cuando se trata de punzar, también debemos que tener cuidado, la atención, más
paciencia [...]” (Magáli). “El niño en general es más complejo que el adulto,
requiere más atención, más cuidado, incluso una lengua diferente, más tranquilo
[...]” (Cenicienta).
“[...] Siempre llevándolos a la realidad que conocen
y asociando la nueva rutina que tendrán [...]” (Ariel). “[...] para que escapen
un poco de la realidad que están viviendo”. (Cebollita). “[...] realmente
tratamos de entender su mundo”. (Gallinita Pintadita). “Necesitas tener la
sensibilidad de ver todo el contexto para poder evaluar, cuidar, planificar,
entrar en su mundo [...]” (Mujer Maravilla).
Los resultados
de esta categoría muestran que el juego es una forma esencial de cuidado en el
contexto de la oncología pediátrica, pues permite el ablandamiento del miedo,
proporciona felicidad y ayuda en la creación de vínculo entre profesional y
paciente. Los siguientes extractos señalan estos problemas:
“[...]
Creo que es muy importante, la manera de cuidar [...] Para que tengan
confianza, esperanza” (Magáli). “[...] el miedo, ayuda bien, a aflojar más, a
jugar. (Mónica). “[...] ayuda mucho en la forma en que llegamos al niño, en la
forma en que jugamos con él [...] utilizar un método para que usted pueda
distraer, para que pueda crear un vínculo [...]” (Minnie).
Además, el juego contribuye a la aclaración y
comprensión de la persona menor en relación con la enfermedad y su tratamiento,
haciéndole comprender mejor el proceso que está experimentando o experimentará.
Las siguientes declaraciones ilustran lo anterior:
“[...]
Sí, aclara mucho para ellos, así, lo que está sucediendo, qué fases pasarán
[...] Creo que entienden más de lo que cuando simplemente explicamos el
procedimiento”. (Pequeña Lulú). “[...] tratamos de traer de una manera
divertida [...]” (Ariel).
También, se notó que las personas profesionales
perciben el juego como un instrumento que rescata la vida del niño o la niña,
es decir, recupera la realidad externa al crear un ambiente hospitalario más
placentero de convivencia y juegos, toma el foco de la enfermedad y crea así
una mayor identificación con el lugar donde se encuentran.
“[...]
el juego les saca la atención de la enfermedad [...] ya monta en su carrito de
nuevo y su madre va arrastrando el apoyo detrás, así, y ya olvida el resto
[...] es extremadamente importante, sólo el hecho de sacar el problema de la
cabeza del niño ya es interesante.” (Hombre Araña). “Oh, muy importante,
incluso para que entiendan, ejemplifiquen, para hacer un ambiente, ah, un mejor
ambiente donde puedan ser lo más agradable posible [...]” (Mujer Maravilla).
Esta categoría
demuestra las principales estrategias lúdicas empleadas por la enfermería en el
cuidado de niños y niñas con cáncer, con el objetivo de interactuar con su
mundo, aportando ligereza y humanización al entorno hospitalario.
Se percibe, a través de las siguientes
declaraciones, que el equipo puede ser considerado un aliado importante al
poner en práctica el juego lúdico en el cuidado diario de la oncología
pediátrica:
“[...]
¡es el equipo en su conjunto! Como los técnicos, enfermeras, psicología,
equipo multi en su conjunto [...]” (Pequeña Lulú). “Oh, todo el mundo aquí, es
el equipo, ¿verdad? Todo el mundo se ayuda “[...] ¡ya trabajamos en una
institución humanizada que favorece enormemente esta situación, el equipo
multidisciplinario está todo enfocado en ello! [...]” (Mujer Maravilla).
Se observó, asimismo, que los entrevistados se
refieren al Projeto Dodói como una
herramienta importante para el cuidado de niñas y niños con cáncer en la
institución donde trabajan, el cual se desarrolla en colaboración con la
Asociación Brasileña de Linfoma y Leucemia y el Instituto Mauricio de Sousa.
Este proyecto presenta como uno de sus aspectos la disponibilidad de materiales
como muñecas (Cebollita o Mónica), máscara ilustrativa, regla de escala de
dolor, Tablet, entre otros, para ayudar en el cuidado en oncología pediátrica.
Las siguientes declaraciones se refieren al proyecto:
“[...]
el proyecto Dodói [...] nos dieron una máscara [...] ella tiene un pequeño
dibujo de una boca, con una lengua y todo [...] también hay una pequeña tarjeta
[...] para que hablen como es, si están sintiendo dolor, donde es [...]”
(Blancanieves). “[...] hay una pequeña mochila que viene con una muñeca de
Mónica y sus amigos [...] aquí viene materiales de enseñanza, revistas, es,
juegos, memoria, tarjeta, estas cosas [...]” (Pequeña Lulú). “[...] es un
instrumento muy fácil de comunicación entre el profesional de la salud y los
niños [...] también nos pueden transmitir lo que están sintiendo a través de
las tarjetas, a través de las propias expresiones de las propias muñecas, los
juegos también, podemos entender lo que quieren transmitirnos porque la mayoría
de las veces no hablan [...]” (Ariel).
Aunado a lo anterior, hay personas voluntarias en la
institución que también son instrumentos importantes para la
consolidación/implementación de cuidados lúdicos, pues con proyectos de
narradores, grupos de música, payasos desarrollan formas de comunicación más
humanizadas que contribuyen a la relación profesional/menor y menor/menor. Los
siguientes informes revelan lo anterior:
“[...]
tenemos a los voluntarios en el hospital. Los narradores, tienen los grupos de
música también [...]” (Mujer Maravilla). “[...] Hay los proyectos sociales, son
los grupos que vienen y cantan, pintan, juegan, también es genial”. (Ariel).
Otras estrategias implementadas por las personas
entrevistados son el uso de recursos materiales en el cuidado pediátrico, como
el uso de abrigos de laboratorio de colores por profesionales del equipo,
material de bolsillo (estetoscopio, esfigmomanómetro, termómetro, oxímetro),
muñeca, equipo electrónico (televisión, DVD, celular), punción venosa con apósitos
diseñados, entre otros, con el objetivo de poner en práctica el juego para
aliviar los sufrimientos causados por la enfermedad/tratamiento de la persona
menor en el sector. Las siguientes declaraciones muestran los diversos recursos
utilizados por las personas entrevistadas:
“Cuando
vamos a punzar [...] decir que voy a hacer en él y ella lo hace en la muñeca,
trato de dibujar algo en el vendaje que se quedará [...]” (Rapunzel). “[...] el
instrumento de mirar a la presión, pongo el mío, digo “mira el mío” [...] y
digo “ahora voy a mirar a tu [...] en el momento en que pones el termómetro
dice como “Oh, ¿en el momento en que pitar me advierte? No lo olvides” Finjo
que no estoy escuchando así que puedo advertirme “ah, pitó” [...]” (Minnie).
Otra forma de comunicación planteada por el equipo
de enfermería para la aplicación del juego es el uso de personajes infantiles
para imitar la vida real, mediante la narración de historias y dibujos de
personajes con los que las personas menores se pueden identificar.
“[...]
Mostramos una historia [...] a veces de un personaje, contando lo que les
sucederá pero siendo un personaje, creando una historia a veces, detrás de lo
que les sucederá, creo que se extienden y entienden mejor [...]” (Pequeña
Lulú). “[...] es una
manera, a veces, si ella no puede mostrar sus sentimientos, dolor, ella tiene
las muñecas diciendo “ah si estás sufriendo, ¿cómo estás? ¿Feliz? ¿Alegre? Creo
que es algo que añade mucho al equipo de enfermería, a la psicología [...]”
(Gallinita Pintadita). “[...]
Adicional a lo anterior, el hospital en cuestión
cuenta con una biblioteca de juguetes en el sector de pediatría, la cual posee
un gran espacio para que las personas menores experimenten el juego con
juguetes como triciclos, cochecitos, muñecas, marionetas, masita, crayones,
entre otras cosas que ayudan en el cuidado y que contribuyen a proporcionar
momentos de interacción entre profesionales/menores, menores/menores,
familiares/menores. Los siguientes informes de las personas entrevistadas
confirman lo anterior:
“[...]
la biblioteca de juguetes [...]cada vez que los chicos también están en la
biblioteca de juguetes y estoy más relajado, me quedo allí con ellos, juego, ya
sea bola, o escribir, colorear [...]” (Pequeña Lulú). “[...] la biblioteca de
juguetes es un gran espacio, lleno de juguetes, lleno de cosas que los niños
pueden hacer, hay marionetas, dibujo, crayones, crayones, masita [...] jugar
con control, jugar a correr, jugar con muñecas, jugar a la pelota, entonces la
biblioteca de juguetes ofrece una amplia calidad de recursos para ayudar.”
(Hombre Araña).
Aunado a estos
temas, sobresale que el sector de Oncología Pediátrica fue totalmente
estructurado para satisfacer las demandas de los niños y las niñas,
contextualizándolas a su mundo. Las paredes de la entrada, la biblioteca de
juguetes y las camas fueron personalizadas con pinturas coloridas y dibujos
infantiles, como flores, arcoiris, sol y personajes del mundo Disney, que
iluminan y hacen más atractivo este entorno, acercando a las personas menores
con sus personajes.
El análisis de
los resultados presentados en la primera categoría reveló que las personas
profesionales del equipo de enfermería comprenden que el significado del
cuidado en oncología pediátrica está relacionado con actuar con habilidades
humanas. Asimismo, presentan ciertos atributos (competencias) actitudinales
importantes a la hora de atender esta población, como el amor, el afecto, la
calma, la paciencia, entre otros, las cuales tienen el fin de priorizar el
aspecto holístico y proporcionarles seguridad y confianza a la hora de realizar
los procedimientos.
Los estudios indican que el cuidado oncológico
pediátrico debe garantizar una buena calidad de vida para el paciente, siendo
importante crear sentimientos de confianza, relaciones de compañerismo y afecto
con las personas menores y sus familias, con el fin de aliviar los sentimientos
causados por la neoplasia y su manejo, como el estrés y la angustia, que son
consonantes –según los hallazgos de este estudio6,10,13. Estos
resultados muestran el cuidado humanizado que brindan las personas
profesionales de enfermería a los niños y las niñas al combinar el cuidado
técnico con el cuidado de la esencia del ser humano y su individualidad.
Además, los resultados de esta categoría están de
acuerdo con estudios que demuestran que el cuidado en oncología pediátrica
implica actitudes como la precaución, el respeto, la atención, el celo y la
responsabilidad, debido a que la persona menor no entiende completamente el
proceso resultante de la enfermedad que está atravesando. Esto genera una
necesidad de que la persona profesional sepa hacer frente a la subjetividad de
la persona menor, a través de una visión centrada en sus necesidades y en una
atención humanizada13,18-19.
Un estudio indica que la humanización incluye el
respeto a la integralidad/individualidad del paciente y su familia,
considerando la esencia del ser y la necesidad de construir un espacio concreto
en el entorno hospitalario que reconozca la humanidad de las personas
involucradas. En este sentido, el cuidado humanizado de las personas
profesionales de la salud exige la comprensión del sentido de la vida, la
capacidad de asimilar la particularidad y originalidad del paciente. Estos
hechos se evidenciaron en los informes de las personas entrevistadas sobre el
cuidado de las personas menores con cáncer, cuando revelan que es necesario
dirigirse al mundo de la persona menor para “tomar” lo mismo del entorno
hospitalario y remitirlo siempre a su universo externo19.
En vista de estas cuestiones, la humanización de la
atención en la vida diaria del equipo de enfermería se abordó en un estudio que
aporta el concepto de ecología hospitalaria, el cual involucra aspectos
específicos de la infancia que ayudan en el tratamiento oncológico pediátrico,
como el respeto a las condiciones biológicas, sociales y psicológicas. Esta
investigación demostró que estas condiciones, cuando son consideradas por el
equipo de atención, aportan impactos positivos a la persona menor, como la
reducción de los episodios de vómito durante la administración de
quimioterapia, la facilidad para realizar procedimientos invasivos como el
acceso venoso periférico, la mejora de las relaciones interpersonales, la
inmersión en el mundo infantil y el uso de estrategias lúdicas en el entorno
hospitalario20. Estos hallazgos están en línea con los resultados
del presente estudio, que demostró la importancia de rescatar la vida de la
persona menor mediante la implementación de herramientas de cuidado que
“rompen” el impacto del entorno hospitalario, haciéndolo menos agresivo y
estresante a los ojos de los niños y las niñas.
Un estudio realizado en un Hospital Pediátrico en el
Brasil mostró que la enfermedad y el ambiente hospitalario causan cambios
traumáticos en la rutina de las personas menores, como el distanciamiento de la
familia, la escuela y los amigos10. Por lo tanto, el cuidado debe
proporcionar medidas que les acerquen al contexto infantil, rompiendo el
impacto del tratamiento y rescatando, de cierta manera, la realidad de esta
fase de la vida10,13,20.
En vista de lo anterior, los hallazgos de las
declaraciones de las personas entrevistadas están en línea con la literatura,
que demuestra que es necesario sumergirse en el universo imaginario para
mitigar el daño causado por el entorno hospitalario y acercar a las personas
menores con su vida diaria antes de la enfermedad. Esto favorece el
enfrentamiento de situaciones adversas en el entorno hospitalario, ya que
proporciona beneficios al paciente, como sentirse seguro, acogido y acercarse
al contacto con actividades de su vida diaria10,13,20.
Los resultados
de la segunda categoría se muestran en la primera categoría, al revelar que el
juego contribuye significativamente al cuidado que las personas profesionales
ofrecen a las niñas y los niños con cáncer, facilita el trabajo del equipo de
enfermería y, así, minimiza el daño causado por el tratamiento y los
sentimientos derivados de la hospitalización.
Los estudios indican que la vinculación puede ser
efectuada por la aplicación del juego, que trae varios beneficios que van más
allá del individuo enfermo, contribuyendo al establecimiento de confianza,
esperanza, distracción y ablandamiento de los sufrimientos experimentados
durante el tratamiento por pacientes y familiares, como los sentimientos de
miedo que fueron evidenciados en el presente estudio10,13.
En línea con
estas cuestiones, la literatura demuestra que el juego es un instrumento
transformador en el contexto de pediatría, ya que, además de promover la
interacción entre profesionales, pacientes y familias, aporta otros beneficios
en el tratamiento del cáncer, tales como mejora en la comprensión y aceptación
de la enfermedad, adaptación al espacio hospitalario, proporciona desarrollo
físico, cognitivo, emocional y social. Asimismo, rescata la vida de las
personas menores, promoviendo la felicidad, la diversión, la interacción entre
personas menores hospitalizadas; la reducción de la ansiedad, del miedo, de la
depresión y la inseguridad, y la humanización del cuidado. Estos problemas
están de acuerdo con los hallazgos del presente estudio10,13,20.
Además, una
investigación refiere que los recursos lúdicos facilitan la comunicación,
motivan la participación y fortalecen la relación entre las personas menores y
las profesionales de la salud. Así como también, permite el involucramiento y
proporcionando información que no se puede verbalizar, debido a sentimientos y
temores, de acuerdo con el presente estudio10,13,20.
Los resultados
encontrados en la tercera categoría muestran las diversas estrategias que
ayudan al equipo de enfermería a implementar el juego en el cuidado de las
personas menores con cáncer, el cual tiene como objetivo reducir los niveles de
estrés y malestar derivados del proceso de hospitalización y, así, proporcionar
oportunidades para momentos de relajación y alegría.
Los resultados
de este estudio revelan que las personas entrevistadas hacen uso de diferentes
tecnologías en el cuidado oncológico pediátrico, tales como las tecnologías
leves y duras, que se utilizan como el eje rector de la comunicación entre la
triada profesional/menor/familia para aportar sentido y significado a su buena
(con)vivencia.
Además, en esta investigación, se percibe que
estas tecnologías son esenciales para el cuidado de las personas menores, ya
que permiten una comunicación eficiente, singularizada e individualizada con
esta población. Asimismo, se abarca el intercambio de información, las
relaciones interpersonales y una mejor comprensión del proceso
salud-enfermedad, que se traduce en un cuidado humanizado y contextualizado del
mundo infantil.
Las tecnologías
leves pueden entenderse como herramientas de relaciones interpersonales, es
decir, se entienden como interacciones que ayudan en la construcción del
vínculo a través de la confianza, el interés, la escucha entre profesional y
paciente y son necesarias para las acciones de cuidado21-22.
Corroborando las declaraciones de las personas entrevistadas, las estrategias
usadas por las personas voluntarias que trabajan en el hospital en cuestión
–como cuentacuentos, médicos de la alegría, payasos y el Projeto Dodói desarrollado por profesionales de oncología
pediátrica– son formas de comunicación que integran tecnologías leves de
extrema importancia para la aplicación del juego con las personas menores y
contribuyen a aumentar la interacción entre ellos y el equipo de salud.
El Proyecto
Dodoi es un proyecto brasileño de alcance nacional dirigido a personas menores
hospitalizadas con cáncer, que tiene como objetivo facilitar la expresión de
los sentimientos de esta población de manera lúdica, comprender sus necesidades,
ya sean físicas o psicológicas y promover la integración entre la persona menor
hospitalizada y el equipo de atención. Con esto, se humaniza la atención y se
brinda mayor comodidad durante la hospitalización. En el proyecto se encuentra
la distribución de kits para esta población, los cuales contienen muñecos de
personajes infantiles, revistas y libros de cuentos, juegos, pasatiempos,
pegatinas, folletos para padres, entre otros materiales23.
Por otro lado,
las tecnologías duras se conceptualizan como la presencia, en los servicios de
salud y de equipos/instrumentos/máquinas, que también son importantes para las
acciones de cuidado y mejora de las prácticas de servicios de salud22.
Las personas entrevistadas mencionaron la aplicación de estas tecnologías en el
cuidado de personas menores con cáncer también como una forma de comunicación
que facilita la coexistencia y permanencia en el entorno hospitalario,
representadas por el uso de recursos materiales en el escenario de
investigación hospitalaria como biblioteca de juguetes, juegos, tableta, niñas,
muñecas y música. Estas herramientas lúdicas ayudan en la construcción de un
entorno hospitalario humanizado, proporcionando oportunidades para el juego, la
diversión, la relajación y permitiendo que las personas menores se sientan
cómodas y seguras en el entorno. En este sentido, las formas de comunicación implementadas fueron
herramientas importantes para una atención humanizada eficaz en oncología
pediátrica.
Otros estudios también destacan el uso de tecnologías
leves y duras en el cuidado en oncología pediátrica, como salas de recreo,
biblioteca de juguetes, uso de muñecas, dibujos, juguetes terapéuticos, juegos,
dibujo en el vendaje de acceso venoso periférico, según lo encontrado en el
presente estudio20,24-25.
Un estudio realizado en una clínica ambulatoria de
quimioterapia pediátrica en Río de Janeiro, Brasil, sobre el Acuario Carioca
–espacio dentro de la sala de quimioterapia y que hace referencia a los parques
de Disney decorados con base en la película “Buscando a Nemo”– señaló que este
espacio terapéutico trajo a las personas menores al mundo lúdico y promovió la
continuidad del desarrollo infantil, contribuyendo significativamente al
cuidado en oncología pediátrico. Además, esta investigación demostró que la
identificación con los personajes de este acuario mitigó los daños causados por
la rutina hospitalaria en la vida de las personas menores y contribuyó a las
relaciones interpersonales entre la triada menor/equipo/familia20.
Aunado a lo anterior, una investigación muestra que
una herramienta utilizada por el equipo de enfermería para establecer el
reconocimiento de la persona menor con el entorno en el que se inserta y la
comprensión sobre lo que está sucediendo es el uso del espacio de biblioteca de
juguetes. Este proporciona apoyo para el desarrollo físico, cognitivo y
psicosocial de las personas menores, así como favorece al paciente para crear
autonomía, ya que todo se refiere a su realidad24. El presente
estudio también encontró hallazgos similares a este estudio, cuando se refirió
a la biblioteca de juguetes como un espacio importante para la implementación
del juego en el cuidado de menores con cáncer.
En cuanto a la identificación de menores con
personajes infantiles que se encuentran en el presente estudio, se percibe que
la construcción de la fantasía se caracteriza por lo imaginario, pero está
vinculada con el mundo real, es decir, la persona menor demuestra su
experiencia de la vida cotidiana utilizando los personajes para expresar sus
sentimientos. Según Vygotsky26, el mundo imaginario proporciona a la
persona menor una mejor comprensión de las características de los personajes
infantiles, las relaciones interpersonales y el entorno en el que se inserta.
La referencia del Currículo Nacional para la
Educación Infantil trae que el niño es capaz de desarrollar su identidad a
través de la fantasía, debido al hecho de experimentar emociones, sentimientos,
otras formas de pensamiento que ayudan en la búsqueda de la identificación, aumentando
el conocimiento sobre todo lo que le rodea27.
Por lo tanto, se
deben realizar inversiones materiales para promover la alegría en el ambiente
de cuidado, además de capacitar al equipo de enfermería en la manera de
utilizar la alegría en el cuidado como una forma de mejorar la comunicación
durante la hospitalización, permitiendo que la persona menor viva la etapa en
que se encuentra.
La presente
investigación confirmó que los profesionales de enfermería perciben la importancia
del uso de estrategias lúdicas en el cuidado en oncología pediátrica, ya que
permiten la aproximación de las personas menores con el mundo infantil y
promueven la humanización mediante el uso de la alegría en el cuidado. Para
ello, se evidenció la importancia del uso de las tecnologías leves y duras en
la atención, que se presentaron como formas importantes de comunicación del
equipo de enfermería con las personas menores y sus familias, proporcionando
comodidad y permitiendo el ejercicio de la humanización en el servicio de
salud.
Por lo tanto, los resultados de este estudio
destacaron que el juego es una herramienta de gran poder en el cuidado
pediátrico, ya que proporciona efectivamente un cuidado holístico e integral a
las personas menores, permite la aproximación del mundo infantil, suaviza los
impactos generados en el entorno hospitalario resultantes de la hospitalización
y asegura una mayor identificación de la persona menor con el lugar donde se
encuentra.
Por lo tanto, el equipo
de enfermería es responsable de percibir y comprender la importancia/necesidad
del uso del juego en la atención en oncología pediátrica como una herramienta
que ayuda en la creación del vínculo y la confianza entre profesional-menor,
menor-menor y menor-familia, que asegura un ambiente más pacífico, agradable,
alegre, de fácil adaptación, que toma el foco del cáncer/tratamiento y asegura
una mejor calidad de vida para los niños y sus familias.
Este estudio tiene como implicaciones para la
enfermería la importancia de incorporar actividades lúdicas en las prácticas de
oncología pediátrica desde dos perspectivas: en los ambientes físicos del
cuidado infantil y en la estructuración de los procesos de trabajo,
materializados en protocolos como parte esencial del cuidado.
Este estudio tiene como
limitación el hecho de referirse a una determinada realidad y ubicación,
requiriendo más estudios para comprender el fenómeno de una manera integral. Se
sugiere realizar estudios que entiendan la dimensión del juego desde la
perspectiva de las personas menores y sus familias.
Declaración de conflicto de intereses
Los autores declaran que no hay
conflictos de interés.
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[1] Fecha de
recepción: 30 de julio del 2020 Fecha
de aceptación 15 de noviembre del 2020
[2] Enfermera. Universidad Federal de Viçosa, Viçosa, Minas Gerais,
Brasil. E-mail: leticia.sales@ufv.br ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3858-7575
[3] Enfermera. Doctoranda de la Universidad Federal de Viçosa, Minas
Gerais. Brasil. Brasil. E-mail: erica.mendonca@ufv.br ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3014-1504
[4] Enfermera. Doctoranda por la Universidad Federal de Viçosa,
Viçosa, Minas Gerais, Brasil. E-mail: mara.prado@ufv.br ORCID: http://orcid.org/0000-0001-6314-0009
[5] Enfermera. Fundación Cristiano Varella, Muriaé, Minas Gerais.
Brasil. E-mail: r.matos@fcv.org.br ORCID: https://orcid.org/0000-0002-
5204-7578
[6] Enfermero. Residente en Salud Mental y Enfermería Psiquiátrica en
la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo, São Paulo. Brasil. E-mail: jvma100@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3729-501X