Artículo
Original
Adherencia terapéutica en adultos mayores con hipertensión y diabetes
mellitus tipo II: una aproximación cualitativa.
Viviana Aedo Romero1, Edith Rivas Rivero2, Maggie
Campillay Campillay3
1 Enfermera, Magíster en Enfermería mención Gestión
del Cuidado, Universidad La Frontera, Temuco, Chile, ORCID: 0000-0002-0484-8610
2 Enfermera, Doctora en Enfermería, Universidad
La Frontera, Departamento de Enfermería, Temuco, Chile, ORCID: 0000-0002-9832-4534
3 Doctora en Enfermería, Universidad de
Atacama, Departamento de Enfermería, Copiapó, Chile, ORCID: 0000-0002-4054-1595
Información del artículo
Recibido: 14-01-2021
Aceptado: 12-11-2021
DOI:
10.15517/enferm. actual costa rica (en
línea).v0i42.45422
Correspondencia
Edith Rivas Rivero
Universidad La
Frontera
edith.rivas@ufrontera.cl
RESUMEN
Objetivo: Explorar y describir dimensiones que afectan la
adherencia terapéutica en personas mayores con hipertensión o diabetes tipo 2
en Araucanía, Chile.
Metodología: Investigación cualitativa, etnográfica y
descriptiva, que se aborda con análisis de contenido según Bardin. Corresponde
a una primera fase de un estudio exploratorio, en la que se realizan dos grupos
focales, con participación de 12 personas mayores de 70 años con hipertensión,
diabetes tipo 2 o ambas.
Resultados: Se describen trece categorías emergentes, tres in vivo
(ser carga para otras personas, obtención de ayuda a partir del celular y vida
empobrecida) y diez teóricas (edadismo, aislamiento y soledad, cultura popular
para control de la patología, estructura familiar matriarcal, modelo biomédico
arraigado, infravaloración del equipo no médico, paradoja de las expectativas
no cumplidas, importancia de la participación social, el autocuidado,
adherencia incompleta y fragmentada y riesgo de descompensación).
Conclusión: La categoría ageísmo, aislamiento y soledad subyace
a un mayor riesgo cardiovascular, por la dificultad que tienen las personas que
sufren soledad para adherirse al tratamiento. La relación de ayuda se describe
débilmente, prevaleciendo el paternalismo biomédico. Se requiere fortalecer
estrategias participativas en el programa cardiovascular y actividades a partir
de las necesidades de personas mayores.
Palabras claves: Ageísmo; Anciano; Cumplimiento-y-Adherencia-al-Tratamiento;
Diabetes-Mellitus; Hipertensión; Paternalismo.
ABSTRACT
Therapeutic adherence in elderly citizens with high blood pressure and
type 2 diabetes: A qualitative approach
Aim: To explore and describe the dimensions that affect the therapeutic
adherence of elderly patients with high blood pressure and/or type 2 diabetes
in Araucanía, Chile.
Methods: This was a qualitative, ethnographic, and descriptive research that
addressed its content analysis following Bardin. It corresponds to the first
phase of an exploratory study in which two focus groups are carried out; the
participants were 12 people over 70 years of age with hypertension and/or type
2 diabetes.
Results: Thirteen emerging categories are described: three are in vivo (being a
burden for others, getting help using the cellphone, and impoverished life),
and ten are theoretical (ageism, isolation and loneliness, popular culture to
control the pathology, matriarchal family structure, deep-rooted biomedical
model, underestimation of the non-medical team, unfulfilled expectations
paradox, importance of social participation, self-care, incomplete and
fragmented adherence, and risk of decompensation).
Conclusion: The ageism, isolation and loneliness categories present a greater
cardiovascular risk due to the difficulty that people who suffer loneliness
have to adhere to the treatment. The aid relationship is weakly described, and
the biomedical paternalism prevails. It is necessary to strengthen
participatory strategies in the cardiovascular program, and activities based on
the needs of the elderly.
Keywords: Ageism; Aged; Treatment-Adherence-and-Compliance; Diabetes-Mellitus; Hypertension;
Paternalism.
RESUMO
Aderência terapêutica em
cidadãos idosos com pressão alta e diabetes tipo 2: Uma abordagem qualitativa
Objetivo: Explorar e descrever as dimensões que afetam a
adesão terapêutica em idosos hipertensos e diabéticos tipo 2, Araucanía, Chile.
Metodologia: Pesquisa qualitativa etnográfica, descritiva,
abordada com a análise de conteúdo segundo Bardin. Corresponde à primeira fase
de um estudo exploratório, no qual são realizados dois grupos focais, com a
participação de 12 pessoas com mais de 70 anos com hipertensão, diabetes tipo 2
ou ambos.
Resultados: Treze categorias emergentes são descritas, três in
vivo; ser um fardo para os outros, obtendo ajuda do celular e da vida
empobrecida, e dez
teóricos; ageismo, isolamento e solidão, cultura popular para o controle
da patologia, estrutura familiar matriarcal, modelo biomédico arraigado,
subestimação da equipe não médica, paradoxo das expectativas não atendidas,
importância da participação social, autocuidado, adesão incompleta e
fragmentada e descompensação de risco.
Conclusão: A categoria idade, isolamento e solidão está subjacente a um maior risco
cardiovascular, devido à dificuldade que as pessoas que sofrem de solidão têm
para aderir ao tratamento. A relação de ajuda é mal descrita, prevalecendo o
paternalismo biomédico. É necessário fortalecer estratégias participativas no
programa cardiovascular e atividades baseadas nas necessidades dos idosos.
Palavras chave: Ageismo; Idoso;
Cooperação-e-Adesão-ao-Tratamento; Diabetes-Mellitus; Hipertensão; Paternalismo
INTRODUCCIÓN
El aumento de patologías crónicas no transmisibles a nivel mundial es
el principal desafío para el sector sanitario, ya que son enfermedades de larga
duración causantes de muertes, discapacidad y alto costo para el sistema1.
Las más comunes son la hipertensión (HTA) y diabetes tipo 2 (DM2), de tendencia
creciente como problema de salud pública y agravado por el incremento de la
expectativa de vida de la población, dado que la prevalencia de enfermedades
cardiovasculares aumenta con la edad2.
En este contexto epidemiológico, la situación de cronicidad se
complejiza por el descenso fisiológico de capacidades físicas, mentales y
sociales de las personas mayores, que, además, afecta la adherencia terapéutica3,4.
Una persona mayor se define en términos de edad cronológica a partir de los 60
años3. Al respecto, se ha reportado que el control de hipertensión en personas
mayores es más deficiente que entre población adulta joven5, lo que
conlleva a mayor riesgo de complicaciones y eventos cardiovasculares6.
Mientras que personas mayores con diabetes 2 se han reportado con mayor riesgo
por seguimiento inadecuado o falta de adherencia al tratamiento7.
En Chile, el programa cardiovascular tiene como propósito general
“reducir la incidencia de eventos cardiovasculares a través del control y
compensación de los factores de riesgo cardiovascular en la atención primaria,
junto con mejorar la calidad de vida de estas personas”8. Este reúne
a las personas con antecedentes personales de enfermedad cardiovascular
ateroesclerótica, hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2,
dislipidemias y tabaquismo8. Al respecto, el modelo de atención para
este grupo considera intervenciones para apoyar el automanejo, prevenir
hospitalizaciones y mejorar la calidad de vida9. Pero han sido
ineficaces para evitar niveles importantes de descompensación y riesgo
cardiovascular10.
Estudios en personas con alteraciones cardiovasculares muestran que la
terapia farmacológica es fundamental para un adecuado control, por lo que la
adherencia terapéutica constituye un desafío para el equipo de salud11.
La adherencia terapéutica se define como la conducta de la persona en relación
con el tratamiento farmacológico y no farmacológico acordado con su médico y
equipo de salud12. La
prevalencia de incumplimiento terapéutico en personas mayores con enfermedad
crónica llega a cifras cercanas al 50 %11,13. En este sentido,
estudios han descrito factores personales y contextuales que estarían
influyendo en la falta de adherencia, entre los que se mencionan están
situación socioeconómica, creencias, hábitos de vida, efectos secundarios
provocados por los fármacos11,14 y déficit de información acerca de
la enfermedad y tratamiento15.
Para mejorar la adhesión terapéutica se han utilizado una combinación
de estrategias con variados resultados en las personas, entre los que están
automedición domiciliaria de la presión arterial, combinación de fármacos en
doble o triple terapia fija, educación sanitaria escrita y en grupos,
calendarios recordatorios y tarjetas de control del cumplimiento o la mejora de
la relación profesional en medicina-paciente13. Se mencionan además,
mejores resultados en el sexo femenino, personas que viven en espacios urbanos,
el tener una ocupación, buena actitud hacia la actividad física, control una
vez al año y no consumir alcohol16-18, lo que incide en la
disminución de complicaciones cerebrovasculares y muerte19.
La literatura revisada describe variados factores asociados a mayor
adherencia terapéutica, lo que transforma al problema en un tema complejo y en
un desafío mayor cuando se refiere en personas mayores. Al respecto, existe
poca evidencia cualitativa en que se develen nuevos factores relacionadas con
el problema. Por lo que, este estudio se abordó desde el paradigma
interpretativo y metodología cualitativa, dada la necesidad de conocer el
fenómeno a partir de las experiencias mismas de las personas mayores. El
propósito del estudio es explorar y describir dimensiones que afectan la
adherencia terapéutica en personas mayores hipertensas y diabéticas tipo 2 del
programa cardiovascular de la región de la Araucanía, Chile. Esto contribuirá
de forma práctica a establecer nuevas mejoras al programa cardiovascular con
énfasis en el cuidado de personas mayores.
METODOLOGÍA
Investigación que se abordó desde el paradigma interpretativo,
metodología cualitativa, y de aproximación etnográfica y con orientación
temática; es decir, que la investigación se centra en un aspecto específico de
la cultura que se quiere abordar20. La unidad de análisis fue
personas mayores pertenecientes al programa cardiovascular de la región de la
Araucanía, Chile. Este se caracteriza por contar con una cartera de servicios
garantizada que incluye control, tratamiento farmacológico, y no farmacológico.
La muestra fue intencionada e incluyó 12 sujetos con las siguientes
características: personas de 70 y más años con HTA, DM2 o ambas y adscritas al
programa cardiovascular en la región de la Araucanía en Chile. Además, como
criterio de inclusión se consideró que tuviesen diez o más años con diagnóstico
y como criterio de exclusión no se consideraron personas dependientes.
Se logró acceder a las personas a través de quienes están a cargo del
programa cardiovascular en la atención primaria de salud. Estas personas
facilitaron la comunicación con posibles participantes, a quienes la
investigadora principal contactó directamente, luego de recibir información y
consentir participar. Se realizaron dos grupos focales, con seis participantes
cada uno, y con una duración promedio de dos horas y media. Se utilizó la
siguiente pregunta inicial: ¿cuáles han sido las dificultades que ha tenido
para mantener la adherencia terapéutica, y seguir indicaciones del equipo de
salud? Los datos se recolectaron con grabadora de voz, para luego realizar
transcripción fidedigna de forma manual. Se utilizaron notas de campo para
observar aspectos no verbales, que mejoró la descripción de los acontecimientos
para una mejor interpretación. Durante el levantamiento de datos, se retomó en
varias oportunidades ciertas temáticas con las personas informantes, con el fin
de profundizar y alcanzar saturación.
Para establecer mayor rigor se utilizaron los criterios de reporte de
investigación cualitativa Standards for Reporting Qualitative Research (SRQR)21.
Los aspectos que se consideraron para el análisis de contenido fueron la
construcción de categorías teóricas, resultado de una triangulación entre
investigadoras y bibliografía revisada, y otras in vivo, que se relacionan con
experiencias descritas desde los mismos(as) participantes. Se consideró,
además, la saturación de las categorías para buscar la categoría central, que
corresponde a la categoría con capacidad de asociar todas, o la mayoría de las
categorías emergentes, sobre la que se levanta la discusión20.
El análisis consideró realizar una categorización emergente, la que se
realizó manualmente, obteniendo una matriz de categorías iniciales. Estas
fueron refinadas con la revisión bibliográfica a posteriori. Se triangularon
las categorías contrastando la interpretación independiente realizada por la
investigadora responsable y su tutora, que actuó como investigadora experta20.
El perfil de las investigadoras corresponde a una investigadora responsable
dedicada a la labor asistencial y una académica, con amplia experiencia en
investigación y análisis cualitativo. Se solicitó la participación de una
tercera enfermera investigadora, que actuó como auditora y revisora, para
disminuir el sesgo de la interpretación.
Los aspectos éticos de la investigación fueron revisados y aprobados
por el Comité de ética científica de la Universidad de La Frontera (UFRO)
establecido en el acta Nº108/17. Se obtuvo consentimiento informado de todos
los sujetos consultados. Para cumplir con la anonimización de los datos
levantados, se le asignó un código a cada grupo focal y se almacenaron en un
computador de uso exclusivo de las investigadoras. Se devolvieron los
resultados a las personas participantes, realizando una reunión de
socialización como parte del cierre de esta primera parte del proyecto22.
RESULTADOS
Las características de las personas participantes corresponden a diez
mujeres y dos hombres, con promedio de edad en mujeres de 81.7 años y en
hombres de 78 años, cuatro con patología hipertensiva, tres con diabetes 2 y
cinco poseían ambas patologías. Siete personas participantes eran casadas, tres
viudas y dos solteras. Todas eran personas autovalentes, con buena condición
física, el 66.6 % con educación básica, 16.6 % educación media completa y 16.6
% con educación superior. El total de participantes está afiliado al Fondo
nacional de salud público y un 83.3 % perciben pensión básica solidaria,
mientras el 16.6 % recibe una pensión por jubilación. Estas características
dieron amplia diversidad a las experiencias.
Una vez analizado el contenido de las entrevistas, se identificaron
trece categorías emergentes (ver Tabla 1). Se optó por mantener tres categorías
in vivo por la sensibilidad de su contenido, que se refieren a frases textuales
mencionadas por las personas mayores, y diez categorías teóricas planteadas por
las investigadoras, a partir de la evidencia empírica encontrada (Tabla 1).
Categorías in vivo
Ser carga para otros. Es una forma de expresar la asimetría sobre la coresponsabilidad que
se da culturalmente en el cuidado entre sexos, las generaciones, la comunidad y
el Estado”23. Al respecto, las personas informantes expresan su
malestar subjetivo de tener que depender de otras personas: […] mis hermanos
y mis vecinos, y una señora que también vive cerca de mi casa, ella llegó
Tabla 1
Categorías
emergentes in vivo y teóricas.
Categorías in vivo |
Categorías teóricas |
Ser carga para otros |
Ageísmo,
aislamiento y soledad |
Obtención de ayuda a partir del uso del
celular |
Cultura popular para control de la patología |
Vida empobrecida |
Estructura
familiar matriarcal |
|
Modelo
biomédico arraigado |
|
Infravaloración
del equipo no médico |
|
Paradoja de las expectativas no cumplidas |
|
Importancia
de la participación social |
|
El autocuidado |
|
Adherencia
incompleta y fragmentada |
|
Riesgo de descompensación |
caída del cielo. Yo vivo sola (A4), […] lo malo es que
uno no se muere al tiro, sigue molestando a los demás (A6), […]no me gusta
pensar que voy a andar causando molestias (A3).
Obtención de ayuda a partir del uso del celular. Las personas informantes valoran las posibilidades
que ofrece la tecnología para estar en comunicación con su red de apoyo. De acuerdo a lo mencionado, algunas personas
tienen acceso a celulares, lo que favorece la comunicación para recibir ayuda,
resolver situaciones de actividades de la vida diaria o imprevistas: […] Ese
mismo día que me pasó eso que me salió sangre de narices, estaba sola, entonces
al final me doy cuenta de que mi mejor amigo es el celular, yo siempre lo tengo
a mano, entonces llamo un taxi si me siento mal y me voy al hospital (A5).
Vida empobrecida. Se refiere a la mala percepción que tienen las personas mayores sobre
su situación financiera, la que, según expresan, no alcanza para cubrir sus
necesidades básicas, ni de salud, incurriendo en gastos de bolsillo24.
En este punto, las personas mayores mencionan que los escasos recursos con que
viven, los deben distribuir en dieta, adquisición de medicamentos y consultar
especialistas que no provee el sistema público de salud, precarizando aún más
su situación económica: […]Ya no dan ni ganas de comer pescados, son tan
caros como la verdura (A9), […]Yo tengo el mínimo, tengo una pensión
municipal no más, así que no gano mucha plata, y ¿qué hace uno con eso?
(muestra descontento, habla más fuerte) (A3).
Categorías
teóricas
Ageismo, aislamiento y soledad. El ageísmo es un fenómeno social en que prevalece una
imagen estereotipada y negativa de la vejez, provocando sentimientos de
soledad, aislamiento y exclusión de las personas mayores25. En el
estudio, la mayoría de las personas mayores, mencionan sentirse excluidos por
razones de edad, lo que les provoca malestar emocional, sentirse incomprendidas
y rechazadas: […] nosotros nos sentimos solos (A3), […]yo que soy sola y me
siento enferma en la noche, tengo que llamar a los policías, uno los llama y
nos van a buscar a la casa y nos llevan al hospital (A8).
Cultura popular para control de la patología. Representa creencias y prácticas sociales respecto al
manejo de la patología crónica. Manifiestan confianza en medicinas alternativas
y complementarias proporcionadas por familiares: […] Mis hijos me traen una
que otra cosa que ven por ahí que dice que sirve para la diabetes (A3), […]tomo
todo lo que me dicen que es bueno para la diabetes (A6).
Estructura familiar
matriarcal. La mayoría de las participantes son mujeres, mencionando que
sostienen emocionalmente a sus familias, son fuente impulsora de entusiasmo, de
autocuidado y se responsabilizan del cuidado de las otras personas: […] A mí
señorita, lo que me anima a eso es mi marido, yo no me quiero morir antes y
dejarlo solo, también mis hijos y mi nieto (A3).
Modelo biomédico arraigado. Las personas mayores aseguran que lo primordial es lo
indicado por la persona profesional en medicina, cuyas indicaciones son reglas
inquebrantables, respondiendo como buen paciente al paternalismo biomédico:
[…] yo sigo lo posible mi tratamiento, como me dice el doctor (A3), […]Porque
si el doctor dice cada tres meses así debe ser (A4).
Infravaloración del equipo no médico. Al tener una imagen sobrevalorada del personal
médico, se resisten a recibir atención de otras personas profesionales, al
considerar que su aporte es secundario y prescindible: […] me mandaron a la
nutricionista, y me dice: ¡No!, ahora no va a comer más, ya está bueno de cosas
rojas. Y finalmente nunca me decía si íbamos bien o mal, ella ponía sus
condiciones, así que no fui nunca más (A3).
Paradoja de las expectativas no cumplidas. Mencionan que el personal médico es el pilar de la
atención, pero se da la paradoja que no les brinda una atención integral: […]en
los controles el doctor dice: esto es solo control no más, y para otra cosa
debe volver a sacar ficha otro día, fuera de la fecha de control, porque esto
es solo de la enfermedad que tenemos, y si nos duele otra cosa tiene que venir
aparte, entonces mejor a veces uno se aguanta no más (A6).
Importancia de la participación social. Las personas participantes la describen como una
fortaleza, es una fuente de motivación y ayuda permanente: […]Yo por ella
estoy aquí (refiriéndose a participante A3), siempre diciéndome que yo tirara
para arriba (A7).
El autocuidado.
Lo relacionan con actividades que contribuyen a conservar su salud: […] Yo
pienso que también tiene que ver con lo que nosotros hagamos físicamente,
porque no es solamente tomarse los remedios, hay que también hacer los
ejercicios (A5).
Adherencia incompleta y fragmentada. Las personas participantes han presentado
complicaciones cardiovasculares o descompensaciones asociadas a una irregular
adherencia terapéutica: […] Yo me pongo un seis, porque me tomo todas mis
cosas, pero me falta comprometerme más con la alimentación (P3), […] Yo creo
que al menos con los remedios vamos bien, pero es lo único que hago (P4).
Riesgo de descompensación. La inadecuada o incompleta adherencia terapéutica es
motivo de complicaciones o descompensaciones de sus patologías crónicas. […]Yo he tenido que consultar, porque me
sube a 225 mi presión de la nada, porque no es por lo que coma, porque yo no
como con sal hace tantos años, pero si es el sistema nervioso, me preocupo de
algo y se me arranca y no me obedece la pastilla. Ahora mismo tuve que comprar
un remedio particular que me dijo el doctor, y con eso estoy (A6).
DISCUSIÓN
De acuerdo con los hallazgos, el ageísmo, aislamiento y soledad subyace
a una autopercepción negativa de la vejez y afecta el proceso de adhesión
terapéutica. En la literatura revisada, se menciona que la soledad puede tener
un efecto negativo en personas con patología crónica y generar sentimientos de
pesadumbres, preocupación y temor al sentir que pueden ser carga para otras
personas, debiendo necesitar ayuda de familiares y la sociedad para
sobrellevarlo26,27. Si bien la vejez no es responsable de esta soledad,
se ha descrito impacto negativo individual y percepción de soledad ante la
presencia de enfermedad, pérdidas y representaciones sociales negativas de la
vejez, que exponen un ageismo arraigado socioculturalmente. En este último
aspecto, las personas participantes mencionan autoexcluirse para no ser
molestia y cargas para otras personas, evidenciando que este proceso es un
proceso naturalizado en la vejez. Al respecto, se describe el ageísmo como un
fenómeno invisibilizado para la mayoría de la sociedad y las propias personas
mayores25,28,29.
Estudios longitudinales, realizados por Cacioppo y Cacioppo30,
describen que la soledad hace que las personas se sientan tristes y sufran
deterioro de su salud psicológica y biológica. El aislamiento social provocado
por la forma de vida contemporánea, en que el ageísmo es la respuesta social
más común, se potencia con la baja participación social y con mayor prevalencia
de comunicación a través de medios digitales, aumentando el porcentaje de
personas que refieren sentirse solas30. Esto se agrava cuando se
trata de personas mayores, que tienen brechas para acceder a este tipo de
comunicación y donde la participación familiar y social en general es cada vez
menor. Por ello, sufrir de soledad en personas mayores portadoras de enfermedad
crónica, debería ser considerado un factor de riesgo tan relevante como sufrir
de obesidad30. Según Donovan y Blazer31, la asociación
entre soledad, aislamiento y enfermedad crónica ha sido ampliamente demostrada,
sin embargo, los avances para revertir esta situación son más bien
estructurales y requieren de mayor participación de las personas mayores en la
sociedad.
En Chile, la soledad en personas mayores ha sido poco estudiada, al
respecto Gallardo32 reporta a través de un estudio cualitativo, una
asociación entre sentirse en soledad y envejecer de forma poco saludable,
siguiendo con la idea, el envejecimiento exitoso dependería de la integración
social lograda por las personas mayores durante su vida. De Jong, Keating y
Fast33 al revisar la situación de soledad de personas mayores
alcanzada en Canadá y contrastar sus hallazgos con otros países desarrollados,
describieron que este país tiene una baja percepción de soledad, por tanto, un
envejecimiento más saludable entre personas mayores. Este logro, podría estar
relacionado con la existencia de fuertes redes comunitarias y de apoyo, que han
sido tejidas a partir de un modelo intersectorial integral e inclusivo que
favorece permanentemente la calidad de vida de las personas mayores.
Contrariamente, el estudio prospectivo realizado por Jackson, Hackett y Steptoe34,
puso en contexto la gravedad del problema de ageismo en Inglaterra, en donde el
10 % de las personas mayores reportaron sentirse discriminadas y excluidas en
la atención de salud recibida. Esto demuestra que el ageismo y la soledad
asociada a este fenómeno constituyen un grave problema que requiere ser
atendido a nivel global, no solo por los efectos sociales subyacentes, sino por
las consecuencias negativas y daño casi irreparable a la autoestima de las
personas mayores, que al sentirse discriminadas dañan su propia imagen, la de
otras personas mayores y tienen serias consecuencias en su salud física y
cardiovascular30.
La evidencia muestra que existe una fuerte relación de las personas
mayores y su profesional en medicina de cabecera, con predominio del modelo
biomédico, basado en una relación paternalista. Esto se aleja del modelo de
salud familiar declarado por Chile, sustentado en el paradigma social que
debiera mejorar la comunicación y entregar mayor autonomía a las personas35.
Las personas mayores participantes, contrariamente, mencionan la fuerte imagen,
confianza ciega y credibilidad que depositan en su profesional en medicina
tratante. Este aspecto, en un sentido positivo, puede favorecer la adherencia
al control realizado por este profesional36. Sin embargo, en sentido
negativo el tratamiento se focaliza en aspectos farmacológicos, en desmedro del
tratamiento no farmacológico, como dieta, actividad física u otras medidas de
autocuidado, lo que es relevante para el manejo integral de la enfermedad
crónica y supone un desafío para el resto del equipo profesional de salud35.
La hegemonía del modelo biomédico hace dependientes a las personas del
profesional en medicina y ha sido ampliamente criticado por mantener una
comunicación vertical, con una limitada participación de las personas en la
relación terapéutica37. Estudios similares han coincidido en este
punto, rechazando el paternalismo por debilitar el sistema sanitario38.
La sobre valoración que las personas atribuyen a este modelo, genera fuertes
resistencias para cambiar a una perspectiva más integral, lo que plantea la
necesidad de generar nuevas estrategias que incorporen una visión holística en
la atención y que favorezca el desarrollo de mayor autonomía en las personas35,37.
Paradójicamente, las personas participantes mencionaron expectativas no
cumplidas al tener que recurrir a servicios de urgencias luego de asistir a la
consulta médica, dado que el profesional en medicina no les entrega una
atención integral. La importancia de este punto radica, como lo mencionan Yap,
Thirumoorthy y Kwan12, en que evaluar integralmente a las personas
es un aspecto fundamental para la sostenibilidad de los programas sanitarios y
adherencia terapéutica de pacientes. En este sentido, estudios advierten sobre
la hegemonía del modelo biomédico en Chile como el de Flores y Toffolletto39,
quienes demostraron que los servicios más utilizados por personas mayores en la
atención primaria de salud corresponden al control médico del programa
cardiovascular y la vacunación, con muy poco acceso a actividades
promocionales. Esto coincide con este estudio y demuestra la falta de acciones
integrales y ajustadas a las necesidades de las propias personas mayores.
En esta investigación emerge, además, la cultura popular para el
control de la patología, respecto del uso de terapias complementarias, dado que
las personas mayores mencionan incorporar hierbas como tratamiento o alivio de
dolencias; situación que ya se ha reportado en otros estudios40.
Hecho que no debiera revestir ningún problema, en la medida que su uso sea
conocido por todo el equipo de salud, orientando a las personas mayores y hacia
prácticas que realmente sean saludables. En este punto, juega un rol
fundamental el equipo de enfermería, quien debe planificar el proceso de
cuidados en conjunto con la persona y educar a partir de una visión holística
del mundo41,42.
Con respecto al uso de la tecnología, el celular fue considerado por las
personas mayores como de gran ayuda en situaciones de urgencia, facilitando la
comunicación y coordinación con otras personas. Las posibilidades de apoyo al
tratamiento de la hipertensión, a través de aplicaciones utilizadas en
teléfonos inteligentes, ha demostrado gran utilidad en zonas rurales en que
pacientes con patologías crónicas no acceden con facilidad a la atención
sanitaria, lo que constituye una ventaja para las personas mayores que lo
utilicen43,44. Esto puede orientar al equipo sanitario y de
enfermería en estrategias de autocuidado para personas mayores, por ejemplo
usar alarmas para recordar tomarse un medicamento o tener que hacer una
caminata como parte de la terapia no farmacológica, favoreciendo la adherencia
terapéutica.
Una dimensión especialmente sentida para las personas participantes es
la condición de pobreza en que viven, las personas manifestaron al respecto
recibir pensiones precarias, lo que constituye una barrera para acceder a
bienes y servicios. Al respecto, mencionan, no poder acceder a un régimen
saludable por falta de recursos económicos. En correspondencia, un estudio
chileno sobre adherencia al tratamiento en pacientes con DBT 2, expone igual
realidad al describir que las personas mayores no poseen dinero suficiente para
adquirir alimentos que les son indicados por la personas profesional en
nutrición, dejando al descubierto determinantes sociales estructurales que
afectan dramáticamente la salud de las personas mayores45. Si bien
esto sobrepasa las posibilidades de los equipos sanitarios, debe tenerse en
consideración las posibilidades adquisitivas de este grupo para generar
estrategias de cuidados más realistas.
La categoría estructura matriarcal muestra a una mujer como pilar de la
familia, describe la identidad de género asignada a las mujeres, en permanente
presión por el deber ser y el ser para otras personas. En este sentido, la
mujer no crea conciencia de vida, de cuerpo, de trabajo y de cuidado para sí
misma, sino se aprecia y califica en función de su capacidad de atender a los
demás. Esto se puede describir como naturalizado en las mujeres entrevistadas,
quienes a pesar de las dificultades físicas o psicológicas que implica convivir
con una enfermedad crónica, asumen las labores domésticas y el cuidado de su
familia46. Al respecto, en Chile los programas de enfermedades
crónicas no transmisibles no incorporan el enfoque de género en sus
intervenciones46, situación que da cuenta de la hegemonía del modelo
biomédico, que prioriza la dimensión biológica por sobre la psicológica y
social.
La participación social desde la perspectiva de las personas mayores es
de gran importancia en lo personal, por los beneficios que les proporciona el
formar parte del programa cardiovascular, favoreciendo la relación con otras
personas y motivación para continuar su tratamiento. Otros estudios coinciden
que participar en acciones de promoción de la salud y prevención permite
mantener a la persona adulta mayor activa, con mayores niveles de conocimiento
y autocuidado, asociando la dimensión participación con la mejora en la
adherencia al tratamiento, considerando que requieren de acompañamiento y apoyo
permanente47,48.
El estudio identificó adherencia incompleta al tratamiento, ya que un
grupo importante afirmó adherir a la toma de medicamentos, sin embargo, los
cambios dietéticos y de estilo de vida les eran muy difíciles de asumir. Este
aspecto, difiere de otros estudios en donde se menciona menor adherencia a los
medicamentos debido a los efectos secundarios que estos les provocan a las
personas49. Finalmente, las personas mayores expresan preocupación
por riesgo de descompensación asociada a enfermedades crónicas (no
transmisibles), similar a lo mencionado por Merodio, Rivas y Martínez50
que refieren que personas con enfermedades crónicas presentan gran distrés por
preocupación frente a posibles complicaciones físicas y mentales propias de la
enfermedad y edad. Esto puede estar asociado a la posibilidad de pérdida de
autonomía física y mental, que es uno de los aspectos que más preocupan a las
personas mayores, por la posibilidad, como se ha mencionado, de convertirse en
cargas para sus familias y la sociedad28.
Finalmente, la principal limitación del estudio se refiere a su nivel
de alcance descriptivo, situado y participación masculina limitada.
CONCLUSIÓN
El estudio devela dimensiones psicosociales que provocan una situación
de mayor riesgo en personas mayores portadoras de HTA, DBT 2 u ambas. Una de
las principales variables corresponde a la categoría compuesta: ageísmo,
aislamiento y soledad, en razón de que la soledad genera situaciones de déficit
de autocuidado, afectando la adhesión al tratamiento farmacológico y no
farmacológico.
El hecho de que prevalezca la relación terapéutica característica del
modelo biomédico constituye una barrera para asegurar la continuidad de los
cuidados, toda vez que se describen acciones no farmacológicas
interdisciplinares debilitadas. Al respecto, se requiere reforzar en el
programa cardiovascular la relación de ayuda centrada en la persona, promover
estrategias integrales, de participación y ajustadas a las necesidades y
creencias propias de las personas mayores.
Finalmente, el estudio expone la presencia de determinantes intermedios
y estructurales de la salud que afectan a las personas mayores. En sentido
positivo, dimensiones como la participación activa en la sociedad, adecuadas
pensiones, fortalecimiento del tejido social para el cuidado y un sistema de
salud accesible son esenciales para mantener buena adherencia al tratamiento.
DECLARACIÓN
DE CONFLICTO DE INTERÉS
Las autoras
declaran no tener conflicto de interés.
REFERENCIAS
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