Publicación semestral. ISSN 2215-4906
Volumen 84 – Número 2
Enero – Junio 2025
Esta obra está bajo una licencia Creative Commons
Reconocimiento-No comercial-Sin Obra Derivada
Vivencias dancísticas, biopsicosociales, educativas y
artísticas: aportes a la salud integral del estudiantado
universitario
Dance, Biopsychosocial, Educational, and Artistic Experiences:
Contributions to the Integral Health of University Students
DOI 10.15517/es.v84i2.59885
Carmen Elisa Flores Mejía
Clarisa Flores Rodríguez
Shirley Mariela Pineda
Samir Kafaty Kafati
Artículos
. Revista de las artes, 2025, Vol. 84, Núm. 2, pp. 110-145 ISSN 2215-4906
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Vivencias dancísticas, biopsicosociales, educativas y
artísticas: aportes a la salud integral del estudiantado
universitario
Dance, Biopsychosocial, Educational, and Artistic Experiences:
Contributions to the Integral Health of University Students
Carmen Elisa Flores Mejía
1
Universidad Nacional Autónoma de Honduras
Tegucigalpa, Honduras
Clarisa Flores Rodríguez
2
Universidad Nacional Autónoma de Honduras
Tegucigalpa, Honduras
Shirley Mariela Pineda
3
Universidad Nacional Autónoma de Honduras
Tegucigalpa, Honduras
Samir Kafaty Kafati
4
Universidad Nacional Autónoma de Honduras
Tegucigalpa, Honduras
Recibido: 8 de mayo de 2024 Aprobado: 20 de enero de 2025
1
Docente del área de Danza, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Honduras. Máster en
Historia Social y Cultural por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Honduras. ORCID:
0000-0003-3609-3096. Correo electrónico: ceores@unah.edu.hn
2
Docente del área de Arte, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Honduras. Máster en
Danza con énfasis en Formación Dancística por la Universidad Nacional de Costa Rica, Costa
Rica. ORCID: 0000-0003-0104-7436. Correo electrónico: clarisa.ores@unah.edu.hn
3
Docente de la carrera de Música, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Honduras. Más-
ter en Administración de Proyectos por la Universidad Tecnológica Centroamericana, Honduras.
ORCID: 0009-0001-1009-4755. Correo electrónico: shirley.pineda@unah.edu.hn
4
Docente de la carrera de Música, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Honduras. Maes-
tría en Psicología Musical en la Educación por la Universidad de Sheeld, Inglaterra. ORCID:
0009-0007-5780-3858. Correo electrónico: samir.kafaty@unah.edu.hn
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Resumen
Introducción: Esta investigación comprueba el aporte de la danza en el desarrollo
de estudiantes universitarios. Objetivo: El propósito es analizar el aporte de la danza en
el desarrollo biopsicosocial, educativo y artístico, y los benecios de su práctica para la
salud integral de una población de estudiantes. Métodos: Se realizó un estudio de casos,
donde se recolectaron las opiniones de una población de estudiantes universitarios, desde
el año 2019 hasta el primer periodo académico del 2023, respecto a las metodologías de
enseñanza utilizadas en las clases de danza. Para el análisis, se trianguló la investigación
artística, la sistematización de experiencias y la investigación performativa, a la vez que
se analizaron los porcentajes de estudiantes matriculados por carreras y facultades.
Resultados: La periodización incluye antes, durante y después de la pandemia por
COVID-19, estableciendo y comparando diversas metodologías de enseñanza-aprendizaje
de técnicas dancísticas, que le dan sentido a los benecios de la danza en la vida estudiantil.
Conclusiones: Se comprueba que a danza permite fomentar las habilidades para vivir en
sociedad, contribuyendo al aprendizaje y a la salud integral del estudiantado universitario.
Palabras clave: danza académica; cultura; danza universitaria; experiencia dancística;
danza y salud
Abstract
Introduction: This research validates the contributions of dancing in the development of
university students. Objective: The purpose is to analyze the contributions of dancing in the
biopsychosocial, educational, and artistic development of university students, as well as its
benets on their integral health. Methods: This case study, conducted from 2019 through
the rst academic term of 2023, presents the perspectives of university students on the
teaching methodologies used in dance courses. The analysis was done by triangulating artistic
research, systematization of experiences, and performative research, while also analyzing
the enrollment percentages of students across various programs and faculties. Results: The
periodization covers a time before, during, and after the COVID-19 pandemic. It establishes
and compares dierent learning and teaching methodologies of dance techniques, which
helps dening the benets of dancing in the lives of students. Conclusions: It was proven
that dancing allows the development of skills and abilities necessary for social interaction.
Besides, it contributes to the integral learning and health of students.
Keywords: academic dance; culture; university dance; dance experience; dance and health
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Introducción: del pensamiento a la acción
El desarrollo de investigaciones artísticas en la región latinoamericana ha fomentado
nuevas interrogantes que han resultado en propuestas de investigación cientíca de, en y
para la danza. Dichas propuestas apuestan por la investigación educativa de las incidencias
de la danza en el proceso de formación profesional de estudiantes universitarios, en este
caso desde la aplicación de técnicas de danza clásica, contemporánea y folklórica.
La danza brinda aportes signicativos a las personas que la practican; este es el
punto de partida del presente proceso investigativo, a partir del cual surgieron interrogan-
tes que se han considerado desde la experiencia de la población universitaria: ¿cuál es la
percepción del estudiantado respecto a las metodologías y herramientas de la enseñan-
za-aprendizaje de la danza y su aporte al desarrollo biopsicosocial? ¿Cómo se modicaron
las técnicas o metodologías de enseñanza de la danza, comparando los procesos antes,
durante y después de la cuarentena por COVID-19 y destacando los aportes o limitantes
de la población estudiantil? ¿Cuáles son las contribuciones de la práctica de la danza en la
salud integral de los estudiantes universitarios?
Dichas preguntas llevan a proponer los objetivos de este trabajo, que se enmarcan en:
analizar la percepción de los estudiantes sobre las metodologías y herramientas de la ense-
ñanza-aprendizaje de la danza para su desarrollo biopsicosocial; comparar los procesos an-
tes, durante y después de la cuarentena por COVID-19 en función de los aportes o limitantes
de las técnicas de danza en la educación; e identicar las contribuciones de la práctica de la
danza en la salud integral del estudiantado universitario, partiendo de sus vivencias. Con estos
objetivos propuestos, se pretende pasar de visualizar el arte de la danza como un ente contri-
buyente en la salud integral de las personas a comprobarlo mediante la aplicación de distintas
técnicas y metodologías de enseñanza-aprendizaje de la danza; es decir, se pasa a la acción
misma al considerar las experiencias de quienes han cursado los espacios de aprendizaje de
Iniciación a la Danza y Danza Folklórica antes de la pandemia, durante la cuarentena y en el
retorno a la presencialidad. A partir de ello, se realiza un análisis de las metodologías de ense-
ñanza de la danza que promueven la salud integral del estudiantado.
La sistematización de experiencias y la investigación performativa como métodos
contribuyen a dar paso a la acción, es decir, a la investigación artística, lo cual permite que
los resultados o hallazgos aporten a la construcción del conocimiento sobre los benecios
del arte y, en especial, de la danza al evidenciar las vivencias de los estudiantes y generar,
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a partir de ello, actitudes crítico-reexivas. Encaminándose del pensamiento a la accn, se
trabajan tres momentos o etapas de la sistematización de experiencias. En primera instancia,
se trabaja en la escucha y observación como diagnóstico; luego se aborda la experiencia
vivida mediante el registro y recopilación de las vivencias de los estudiantes, y se naliza con
la reexión crítica de los participantes en los cursos de danza. Dicho proceso permitirá la ex-
posición de resultados, los cuales pretenden ser de utilidad para futuras investigaciones en
Honduras o la región latinoamericana.
Entre la ciencia, los métodos de investigación y la danza
Algunos teóricos de la investigación artística, entre ellos Natalia Calderón-García y
Fernando Hernández-Hernández (2019), expresan cómo, desde el método cientíco, se es-
tablece una forma hegemónica para los procesos de investigación. Sin embargo, nuevas
propuestas de investigaciones encaminan a la realización de trabajos que van desde las
Ciencias Experimentales o duras a las Humanidades y las Ciencias Sociales. Esta trans-
formación permite encajar, en la complejidad de los fenómenos, la experiencia humana y,
por consiguiente, la inmensidad de la investigación artística. Para estos autores, la “relación
entre arte e investigación ha transitado por distintos caminos y derroteros” (Calderón-García
& Hernández-Hernández, 2019, p. 12), de modo que ha marcado una necesidad, así como
nuevas perspectivas de los artistas visuales, bailarines, coreógrafos, cineastas, actores, mú-
sicos y, en especial, de los maestros en todas las manifestaciones artísticas, cuyo trabajo
académico permite develar procesos, trayectorias, experiencias, creaciones e interpretacio-
nes, todo lo que conlleva la práctica artística. De este modo, se concede a las Artes y a sus
procesos investigativos los requisitos teórico-prácticos desde las experiencias mismas a la
creación e interpretación y no solo desde una consideración de epifenómeno.
Desde el enfoque de la sistematización de experiencias, se valora el conocimiento
aprendido mediante la práctica (Martinic, 1998); es decir, en este caso particular, se da es-
pecial importancia a las vivencias de los estudiantes, quienes son los que concluirán cuáles
son los benecios reales de la danza, tanto para ellos como para el ambiente donde se
desenvuelven (Mercado-Maldonado & Hernández-Oliva, 2010). Asimismo, se busca cono-
cer cómo fue su situación durante la pandemia y cómo las técnicas dancísticas activaron su
caracterización biopsicosocial para contribuir a la salud integral de cada estudiante y de su
círculo social, sobrepasando la simple generación de conocimiento teórico.
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Al respecto, Ana Abad (2012) expone sobre la importancia de la investigación artís-
tica que “llega a las artes, no tanto para sistematizar procesos como para hacer visibles
relaciones(p. 9). Esta armación se ajusta con nuestra propuesta de investigación, que se
encamina a la comprensión del arte de la danza por parte de un estudiantado universitario,
y se focaliza en observar cómo se visibilizan sus experiencias, tanto en sus relaciones con
otros estudiantes como en sus hogares, trabajos y, en general, en su entorno cotidiano.
Como se mencionó anteriormente, del pensamiento a la acción, es decir, el paso
de la teoría a la práctica, es la transición de la sistematización de experiencias (Martinic,
1998). Implica la construcción de la investigación artística por etapas: aplicando la teo-
ría de Martinic al contexto de la danza, se identica un primer momento denominado el
diagnóstico, en el cual se considera poder escuchar las percepciones de los estudiantes
sobre la danza, integrando la práctica, las habilidades motrices, cognitivas y de memoria
(Ossona,1984). Se pasa a la segunda etapa, donde la práctica de las técnicas de danza
se convierte en la fuente de recuperación del proceso vivido; es la experiencia vivencial
del aprendizaje (Ossona, 1984), es decir, la acción física y mental puesta en marcha a
través de metodologías de enseñanza-aprendizaje y la valoración de sus protagonistas,
los estudiantes. Por último, se realiza una reexión o disertación nal por parte de cada
participante, donde este reconocerá si los elementos teóricos aplicados en la práctica le
proveyeron benecios concretos en la formación de competencias biopsicosociales, en la
consciencia de corporeidad y su aporte a la sociedad.
La experiencia de la investigación artística ayuda a construir contenido pertinente
para la educación superior, que se reejará en la sociedad misma, pues los resultados son
aplicables. José Ignacio Lorente (2015), en su artículo “Investigación-acción y aprendizaje
basado en proyectos en las enseñanzas de postgrado en artes escénicas”, arma que la
investigación en las artes o investigación performativa intenta hacer énfasis en el conoci-
miento y en la transformación al utilizar la práctica como aprendizaje. En otras palabras,
los participantes o artistas construyen su conocimiento al pasar de la teoría a la práctica.
A su vez, en este proceso, adquieren una experiencia que los alienta a la innovación edu-
cativa, al aprendizaje colaborativo y a establecer nuevos enfoques o formas de pensar,
pues el arte como tal implica una actitud reexiva y crítica. Por esta razón, las prácticas
artísticas se convierten en discursos que generan nuevas perspectivas y sensibilidades
a procesos de saberes intelectuales que podrán ser aplicados en prácticas sociales y de
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relaciones humanas (Lorente, 2015). En ese sentido, el desarrollo de habilidades biopsico-
sociales aporta a la salud integral de los estudiantes universitarios que cursan los espa-
cios de aprendizaje en el área de danza.
Según las propuestas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO) respecto al aprendizaje para la vida: “Las personas ya no
pueden desenvolverse a lo largo de sus vidas utilizando solamente las capacidades y co-
nocimientos adquiridos en la escuela, el colegio o la universidad” (UNESCO, 2024). Dicha
aseveración es una armación oportuna para el trabajo en los espacios de aprendizaje de
danza que promueven el desarrollo biopsicosocial de los estudiantes.
Con las disertaciones teóricas expuestas anteriormente, se pueden establecer las
unidades de análisis que permiten el estudio de la información recopilada. En primera ins-
tancia, se analiza el aporte de la danza en el desarrollo biopsicosocial de los estudiantes
universitarios, el cual ve al cuerpo como un todo, es decir, en su relación con el entorno so-
cial, sus pensamientos y emociones ligados a la salud corporal. Seguido, se comparan las
metodologías, herramientas y técnicas dancísticas utilizadas antes, durante y después de
pandemia, entre las que se incluyen técnicas de danza clásica, contemporánea y folklórica,
además de herramientas lúdicas y virtuales como la polimedia. En tercer lugar, se observan
los aportes de la danza a la salud integral de los estudiantes. Dichos aportes se obtienen a
partir de la propia experiencia del estudiantado, la cual se recolecta utilizando una metodo-
logía de sistematización de experiencias, donde la población participante evidencia los be-
necios de la danza, entre ellos: mejorar la salud física, fortalecer el cuerpo, ayudar al control
del peso, mantener activo el cerebro, aliviar el estrés y la ansiedad, combatir la depresión
y reforzar la autoestima, todo esto en mejora de la salud mental. De igual forma, se incluye
entre estos benecios la mejora de la concentración y la memoria. En el caso particular de
la danza folklórica, también contribuye a la memoria colectiva o histórica.
Datos signicativos para la sistematización de experiencias en la danza
Para enriquecer la comprensión del relato de la danza como una experiencia vivencial
de aprendizaje, resulta crucial examinar minuciosamente ciertos datos signicativos como
las fuentes de información para el presente estudio: las imágenes, los videos, los libros de
texto sobre metodologías de la enseñanza de la danza y, la primordial, los estudiantes.
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El entorno descrito en este trabajo se localiza en la Universidad Nacional Autónoma de
Honduras (UNAH), situada en la capital del país. La UNAH, una entidad de enseñanza superior
pública y autónoma, comprende diez facultades en su campus universitario. Estas facultades
funcionan como unidades académicas y administrativas dedicadas a cultivar áreas del saber
mediante la ejecución de programas académicos que incluyen la docencia, la generación de
investigación, la vinculación con la comunidad y la gestión académica, todo esto a través de
la oferta de diversas carreras orientadas a la formación profesional de los estudiantes.
Los planes de estudios de las carreras ofrecidas por la UNAH incluyen conocimientos
especializados, educación general y cursos optativos seleccionados por los estudiantes para
cumplir con los requisitos totales de créditos. En este contexto, el Departamento de Arte, que
forma parte de la Facultad de Humanidades y Artes, ofrece asignaturas como ‘RR-150 Inicia-
ción a la Danza’ y ‘RR-153 Danza Folklórica. Estos cursos están diseñados para proporcio-
nar una formación en danza a estudiantes de cualquier disciplina interesados en cursarlos.
Para este estudio, se analizaron las opiniones de 1 231 estudiantes, de los cuales
689 estaban matriculados en la asignatura ‘RR-153 Danza Folklórica’ y 542 en ‘RR-150 Ini-
ciación a la Danza. Esta recolección se dio entre el primer período académico del 2019 y el
período académico del 2023. Antes de la pandemia por COVID-19, se recopiló las experien-
cias de 292 estudiantes. Por su lado, durante la pandemia, se seleccionó una muestra de
387 estudiantes matriculados entre los años 2020 y 2021. Asimismo, se recopiló información
de 552 estudiantes en los años 2022 y 2023 para evaluar sus experiencias pospandemia y
comparar sus resultados con los de los períodos anteriores.
Los estudiantes matriculados en estas asignaturas pertenecen a diferentes carreras
de las diez facultades que integran la UNAH. Dentro de ellas, hubo una mayor represen-
tación de las carreras de Licenciatura en Biología con 6.98 %, seguida por la Licenciatura
en Informática Administrativa con 5.99 %; la Licenciatura en Mercadotecnia con 5.42 %;
la Licenciatura en Comercio Internacional con 4.93 %; y la Licenciatura en Derecho con
4.68 %. Se observa que la mayor cantidad de estudiantes que cursaron estas asignaturas
pertenecen a la Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables.
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Un hallazgo interesante es que los estudiantes de las carreras de la Facultad de Hu-
manidades y Artes representan solo un 8.78 % de la muestra consultada, lo que resulta re-
levante al considerar que las asignaturas en estudio pertenecen a dicha facultad. Esto abre
la posibilidad de realizar nuevos estudios de investigación orientados a descubrir las causas
que justican este comportamiento.
¿Por qué bailamos?
Después de orientar el camino entre la ciencia y los métodos de investigación, se
puede abrir la puerta al área de danza del Departamento de Arte de la UNAH, donde se han
aplicado metodologías de enseñanza-aprendizaje de la danza clásica, la danza contempo-
ránea y la danza folklórica. Todas estas ramas de la danza han probado facilitar el desarrollo
de habilidades físicas, cognitivas, sensoriales y de relaciones interpersonales entre los es-
tudiantes. En este sentido, Rocío Hidalgo, del Centro Nacional de Investigación, Documen-
tación e Información de la Danza José Limón, maniesta que las metodologías utilizadas
en danza siempre están encaminadas a emplear el cuerpo como condensador de cultura y
arte, convirtiéndolo en un espacio simbólico de la expresión humana. La reexión de Hidal-
go se encamina a una investigación cualitativa que nos entrelaza con las metodologías para
la práctica de la danza y su exploración en el entorno (Hidalgo, 2011).
Por ende, la danza es, por sí misma, una metodología que visualiza el cuerpo desde
una perspectiva humanística y no solo desde las diferentes técnicas dancísticas. El cuer-
po no es una máquina de movimiento, es la integración de nuestros sentidos, emociones
y las relaciones interpersonales. Las nuevas deniciones para la acción de la danza, cuyo
instrumento es el cuerpo, se enmarcan en la corporeidad. Al respecto, varios estudios de-
muestran la dimensión de la danza desde distintos enfoques, entre ellos, los estudios del
cuerpo en el ambiente escolar o universitario; el cuerpo y la danza en el contexto mediáti-
co; el modo como se encuadra el cuerpo y la danza socioculturalmente (González-Plate &
Sepúlveda-Gallardo, 2021); y otros que dictan una guía para determinar los caminos de la
investigación de, en y para la danza. Por ello, en la primera etapa de este proceso investiga-
tivo se encuentra la recepción de las percepciones del estudiantado.
Al iniciar los cursos, la percepción de los estudiantes universitarios sobre la danza
no está precisamente encaminada a la teoría de la corporeidad. Por ello, se ha decidido
comenzar con los motores que impulsan a los estudiantes a matricularse en los espacios
de aprendizaje de ‘Iniciación a la Danza’ y ‘Danza Folklórica. A continuación, se muestran
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algunas de las expresiones aportadas por el estudiantado ante la pregunta del porqué matricu-
laron un espacio de aprendizaje del área de Danza. En este caso, la mayor parte de la población
coincidió en que ya habían practicado algún tipo de danza, que les gustaba la materia y que les
entusiasmaba conocer más sobre el arte y la cultura hondureña:
“Mi expectativa con la clase es aprender más de lo que es la danza ya que es algo
que siempre me ha apasionado desde pequeña y me gustaría mejorar mis conoci-
mientos en ello en todas sus áreas y así aumentar más mi pasión por ella” (Grupo de
Investigación Cientíca Danza Académica en Honduras [GICDAH], 2019-2023).
“Soy bailarina de ballet y danza contemporánea, estudié en la Escuela Nacional de
Danza Mercedes Agurcia Membreño, y llevé una clase de folklore, y quería aprender
más” (GICDAH, 2019-2023).
“La danza siempre fue importante en mi familia, se ha practicado por varias genera-
ciones” (GICDAH, 2019-2023).
“La danza es una pasión para mí, y este espacio me da la oportunidad de practicarla
(GICDAH, 2019-2023).
“Bailo danza contemporánea, y me gusta mucho la danza en general, quería apren-
der también de folklore” (GICDAH, 2019-2023).
“Mi objetivo al matricular esta clase es poder adquirir nuevos conocimientos de la
danza folklórica que es algo que siempre me ha llamado la atención y que me gusta
mucho, pondré todo mi esfuerzo para aprovechar todo lo que la clase nos brindará y
poder desarrollar este curso con éxito” (GICDAH, 2019-2023).
Otro aspecto relevante que enunciaron los estudiantes fue la admiración artística
por los bailarines de danza folklórica, o bien, su deseo personal de aprender algo nuevo y
subir sus índices académicos:
“Matriculé Danza Folklórica porque cuando estaba en la escuela veía como [sic] bai-
laban los cuadros de Danza, me gustaba mucho ver su vestuario, escuchar las can-
ciones, mis expectativas son llevarme el conocimiento de nuestra cultura y arte de la
Danza en nuestro país” (GICDAH, 2019-2023).
“Quiero aprender cosas nuevas, y es un reto nuevo porque nunca he bailado danzas”
(GICDAH, 2019-2023).
“Me gusta mucho la danza folklórica, y no la pude practicar antes, es un sueño hecho
realidad poder aprenderla ahora” (GICDAH, 2019-2023).
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“La carrera que estudio me permite conocer muchas culturas, y tengo la visión de ir
a estudiar al extranjero, y quiero aprender de mi país, y me parece que con la danza
folklórica lo puedo lograr” (GICDAH, 2019-2023).
“Me gusta la danza, aunque no la he practicado y convencí a otra amiga que nos matri-
culáramos, porque nos habían dicho que la clase era fácil y bonita” (GICDAH, 2019-2023).
Distintos participantes rerieron haber recibido recomendaciones de estos cursos
por parte de amigos o compañeros que ya habían asistido a estos espacios de aprendizaje
del área de danza y, por tanto, habían experimentado las metodologías trabajadas en clase
y el enfoque biopsicosocial de estas, hecho que los convirtió en los mejores referentes en
cuanto a los benecios de la práctica de la danza:
“No soy muy buena bailando, pero ha sido un sueño poder bailar danzas folklóricas
y nunca he tenido la oportunidad, una compañera me dijo que podía intentar llevar
la clase y que la profesora era muy buena y aprendería, aunque tuviera los dos pies
izquierdos. Espero realmente poder aprender” (GICDAH, 2019-2023).
“Llevé unas clases en el edicio C2 y siempre que escuchaba la música iba a ver la
clase, incluso me metí a bailar varias veces, y la licenciada es muy amable y me invitó
a matricularla” (GICDAH, 2019-2023).
“Tengo poco tiempo de haber ingresado a la UNAH, pero una amiga me recomendó
matricularla” (GICDAH, 2019-2023).
Por recomendación de otros compañeros que también la matricularon (GIC-
DAH, 2019-2023).
“Estoy por egresar y quería una clase que me ayudara a relajarme y me recomenda-
ron danza folklórica” (GICDAH, 2019-2023).
Asimismo, las expectativas de los estudiantes sobre los módulos virtuales estuvieron
enfocadas en el conocimiento teórico; pocos reconocieron la corporeidad y el cuerpo mis-
mo como agente principal en la danza:
“Llevé Iniciación a la danza con la magister Carmen Flores y me encantó, y también
siempre he querido aprender sobre el origen de danza folklórica de Honduras, y
que con ella voy a aprender mucho” (GICDAH, 2019-2023).
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Aprender más sobre lo bello de la danza y sus diferentes tipos tanto como [sic] re-
presenta cada cultura su forma de ver la danza y como [sic] llega a ayudarnos en lo
espiritual, como en la parte física, mis expectativas serán aprender más sobre esta
clase y sus diferentes ramas” (GICDAH, 2019-2023).
Adquirir mayor conocimiento de la danza, sus aspectos y poder formar un concepto
más claro de lo que incluye este arte” (GICDAH, 2019-2023).
“En primer lugar, el poder enriquecer mi conocimiento sobre nuestras danzas folkló-
ricas, y en segundo lugar el poder aprobar la asignatura. Y espero aprender más
sobre las danzas de nuestro país” (GICDAH, 2019-2023).
“Como estudiante, mis expectativas, adquirir un conocimiento amplio de la clase.
Como hondureño, conocer más de nuestro folklore, nuestra identidad e historia refe-
rente a la danza” (GICDAH, 2019-2023).
“Mi expectativa en la clase es poder adquirir conocimiento de la importancia de la
danza como un patrimonio cultural que nos representa, y poder pasar la clase con
éxito” (GICDAH, 2019-2023).
Al analizar las razones por las que los estudiantes decidieron cursar los espacios de
aprendizaje del área de danza, sobresale la percepción de la danza en sus distintas dimen-
siones artística, educativa, de ocio y terapéutica (García, 2003). Dicha percepción demues-
tra que la danza puede tomar sentido desde diferentes disciplinas como la Antropología, la
Psicología, la Pedagogía, la Sociología y desde el más preciado campo artístico y musical.
En adición a lo anterior, la ciencia, disciplina o perspectiva, y los saberes del estu-
diantado previo a cursar las clases de danza son indispensables en el primer momento o
etapa diagnóstica, donde se escucha sus percepciones y expectativas sobre el desarrollo
del espacio de aprendizaje y donde se evalúan sus conocimientos previos, tanto en teoría
como en práctica, esto con la ayuda de la observación de sus habilidades motrices, cogniti-
vas y de memoria kinésica. De este modo, a medida que transcurren las clases y se aplican
las técnicas de danza, los estudiantes acumulan experiencias que inciden en su percepción
biopsicosocial. Dicha percepción incluye la convivencia, el trabajo grupal y el aprendizaje
cognitivo o teórico y artístico. Todos se tratan de aspectos que inciden en el aprendizaje
para la vida y en la formación profesional con un enfoque más humanístico.
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Como se mencionó en apartados anteriores, la sistematización de experiencias no
solo permite medir, sino también evidenciar el aporte real de la danza en el estudiantado.
Según los comentarios expuestos, los conocimientos de los estudiantes sobre la danza, prin-
cipalmente en lo que reere a técnicas, estilos o metodologías, son limitados; sin embargo,
la mayoría manifestó interés por aprenderlos. En este sentido, se arraiga la propuesta meto-
dológica de cada clase, pues, al comparar el antes y el después, es decir, las ideas o pen-
samientos con los que llegaron los estudiantes al espacio de aprendizaje y aquellas con las
que salieron, se observaron una serie de cambios tanto a nivel corporal como mental, lo que
evidencia una puesta en práctica de la integralidad, resultado que se discutirá más adelante.
Así pues, la presente investigación se encamina al análisis de la experiencia de apren-
dizaje que tiene la población estudiantil universitaria en el transcurso de las clases de danza,
cuyas enseñanzas forman ahora parte de sus vidas. De igual modo, se pretende observar
los aportes de dichas enseñanzas en la salud integral. El siguiente apartado corresponde a
esta etapa, donde se ahonda en las experiencias vivenciales y transformadoras presentes en
la aplicación de metodologías y herramientas dancísticas como el movimiento consciente, la
investigación del movimiento, la danza movimiento terapia, la exploración de movimiento, la
relajación, la meditación (feldenkrais, yoga, etc.), el trabajo para performance en grupo, los
procesos creativos, el entrenamiento funcional y el acondicionamiento físico. El análisis de
estas experiencias vivenciales se da en el marco de tres periodos cruciales: antes, durante
y después de la cuarentena por COVID-19.
Danzando antes, durante y después de la cuarentena por COVID-19
El primer momento o etapa de la sistematización de experiencias fue escuchar y
observar a los estudiantes en forma de diagnóstico, que, en su parte práctica, incluyó una
propuesta de movimiento básico. Después de conocer las razones por las cuales los es-
tudiantes cursan las clases de danza, comienza la segunda etapa, que concibe el modo
más oportuno de aplicar los pasos metodológicos para la enseñanza-aprendizaje de esta
disciplina. Allí es donde comienza el verdadero trabajo: cuando se emplea la metodología
explicativa-demostrativa que permite visualizar las habilidades cognitivas, motrices o cinéti-
cas del estudiantado. De este modo, a partir de sus destrezas, se logra integrar un plan de
trabajo para el desarrollo teórico-práctico de cada curso (Cárdenas & Fabre, 2022).
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Escuchar el cuerpo signica lograr una empatía corporal y reexionar sobre cómo
me encuentro en relación conmigo y con el otro en el presente (Cámara & Islas, 2007).
Por ende, educar el cuerpo no se reduce únicamente al sistema de entrenamiento cor-
poral ni a los principios metodológicos o técnicas que ordenan los enlaces de dichas se-
cuencias (Cámara & Islas, 2007). La educación en danza va más allá de un enfoque físico
y corporal. Por tanto, los docentes deben entender que los resultados de las experiencias
de aprendizaje surgen a partir de las historias sociales de los estudiantes y que el cuerpo
es el que transmite esas historias. Ese sentido de exploración y de escucha corporal se
evidencia en el siguiente comentario:
“He aprendido mucho y me ha ayudado a ver con otros ojos el arte de la danza, el
aprender a escuchar el cuerpo y sentir los ritmos para darle un sentido a los movimien-
tos corporales [sic] es algo muy interesante que aprendí; además de como [sic] la dan-
za nos puede ayudar a liberar tantas emociones y renovarnos (GICDAH, 2019-2023) .
Con respecto a la aplicación de las técnicas de danza contemporánea, Arias (2015)
menciona la propuesta de Carl Roger, quien sostiene, desde un enfoque terapéutico cen-
trado en el cliente, que el ser humano es un ser esencialmente bueno que busca su fe-
licidad y autorrealización. A su vez, da a entender que este es esencialmente corporal y
que las experiencias de las actitudes básicas pueden vivenciarse en y desde el cuerpo
(Arias, 2015). Esto signica que un estudiante que pasa por la experiencia de la escucha
a su cuerpo es consciente de mismo. Al escuchar su cuerpo, escucha a los demás y
desarrolla una empatía corporal que le permite sincronizar la expresión y el movimiento en
el escenario de forma natural y auténtica.
Una de las metodologías utilizadas en danza folklórica es la determinación o iden-
ticación de los compañeros de clase: ¿quién está al lado?”. Dicha metodología muchas
veces se desarrolla a través de un juego, donde las personas estudiantes, colocadas en
círculo, dicen su nombre a la vez que hacen un movimiento corporal. En sus respectivos
turnos, cada estudiante debe repetir el nombre y movimiento del compañero que lo prece-
dió y continuar con su propio nombre y movimiento. Esta dinámica activa el cerebro ante
el movimiento y el nombre, estableciendo una conexión por medio de la memoria kinésica.
En cuanto al reconocimiento del espacio y del propio cuerpo, esta clase de ejer-
cicios le permite al estudiantado romper el hielo ante un espacio de aprendizaje nada
convencional, abriendo su mente a actividades dinámicas, físicas y mentales. Además,
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introduce la dinámica de la clase demostrativa de los pasos básicos en la danza folklórica
hondureña, donde la persona estudiante debe replicar cada paso y aprender a escuchar el
ritmo de la música y su propio ritmo corporal.
Expresión y movimiento antes de la cuarentena
Las experiencias del estudiantado dependen de sus destrezas y capacidades, ade-
más de la metodología utilizada, la cual suele basarse en la participación activa, las clases
demostrativas y magistrales, la perspectiva lúdica de la danza, y la demostración de lo
aprendido mediante una presentación arstica ante un público. En vista de ello, en las en-
trevistas hechas antes de la pandemia, el estudiantado del curso ‘RR-153 Danza Folklórica
expresó ver cumplidas sus expectativas en cuanto al aprendizaje:
“Fue una clase divertida, nunca me aburrí, además aprendí más danzas y me gustó
trabajar en grupo, todos nos ayudábamos unos con otros. Se aprende de las tradi-
ciones del país y también de la historia de las danzas, la música, las canciones, los
juegos y de las etnias” (GICDAH, 2019-2023).
“La danza me ha ayudado a ser menos tímida, a llevarme bien con los compañeros,
he aprendido el valor de la danza folklórica para el país, y también la cultura, los gru-
pos étnicos, y cómo nos desenvolvemos en la vida cotidiana como parte de nuestro
folklore” (GICDAH, 2019-2023).
“El aprendizaje es mayor en la universidad porque todo se basa en investigaciones, y
la Lic. explica muy bien, mi experiencia personal fue buena, porque no solo se trata
de bailar, sino de aprender sobre porqué se bailan las danzas, cuál es su origen
(GICDAH, 2019-2023).
“La verdad nunca me imaginé que la danza fuera tan difícil, pero la licenciada explica
muy bonito, y nos ayuda a comprender no solo la parte teórica, sino la parte práctica,
tiene mucha paciencia y se aprende mucho” (GICDAH, 2019-2023).
“Creo que la danza es difícil para los que no tenemos esa habilidad, sin embargo,
aprendí mucho, se me quitaron muchos temores, especialmente a estar frente a tan-
ta gente el día de la presentación nal” (GICDAH, 2019-2023).
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“Fue una buena experiencia, sobre todo porque me di cuenta de que, aunque ya
tenía muchos años de bailar, no sabía nada de lo que hacía, la Lic. nos enseñó todas
las historias de cada danza y cómo son parte de nuestra identidad y nuestro folklo-
re, también aprendí muchas cosas de nuestra cultura y el arte en general. Me gustó
mucho la clase” (GICDAH, 2019-2023).
“Ha sido la mejor clase que he llevado hasta el momento, a pesar de ser bailarina,
no me imaginé que la danza folklórica tuviera una técnica tan compleja, pero la
licenciada explica muy bien. También aprendí mucho de cada danza y de su his-
toria, cómo se clasican, los vestuarios, y también de la cultura del país con las
exposiciones de las etnias y los juegos tradicionales, las comidas, todo lo que es el
folklore de Honduras” (GICDAH, 2019-2023).
Los comentarios anteriores se corroboran en la Figura 1, donde se observa a los
estudiantes de ‘Danza Folklórica’ listos para comenzar a seguir las instrucciones sobre la
técnica de folklore, preparando su cuerpo y su mente para el aprendizaje de pasos y movi-
mientos de expresión dancística colectiva. Por su parte, la Figura 2 muestra uno de los gru-
pos del espacio de aprendizaje de ‘Danza Folklórica’ en su presentación artística al nalizar
el curso, aplicando los conocimientos y técnicas aprendidas en las clases.
Figura 1. Clase demostrativa de ‘Danza Folklórica’ del 2019, UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2019a).
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Figura 2. Presentación artística de danza folklórica del 2019, UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2019b).
Las expectativas del estudiantado de Iniciación a la Danzano distan mucho de
las de Danza Folklórica:
“Personalmente me llamó mucho la atención la clase, ya que me gusta la danza, por
esa razón decidí llevar la clase de Iniciación a la Danza” (GICDAH, 2019-2023).
“He bailado danzas antes” (GICDAH, 2019-2023).
Aprendí a trabajar en equipo, a escuchar a los demás” (GICDAH, 2019-2023).
“Pude observar lo bello y un poco complicado que es bailar, sin embargo, esta clase
me sirvmucho porque comprendí muchas cosas, a conocer nuestro cuerpo, a ex-
presar nuestros sentimientos a través de la danza, la danza tiene muchos benecios,
es fantástico observar y que transmitan sus sentimientos mientras bailan, me la pasé
muy bien, me encantó la clase, es muy entretenida” (GICDAH, 2019-2023).
“La clase me pareció muy bonita, aprendí muchas cosas interesantes e incluso a
conocer nuestro propio cuerpo y tener un poco más de coordinación con mis senti-
mientos” (GICDAH, 2019-2023).
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Según la psicóloga Bertrand (2023), dentro de las habilidades para la vida, se encuen-
tran el pensamiento racional y exible. En la danza, se aplica la habilidad de la conducta del
autocuidado (la relajación, el autocuidado, la realización de actividades de gusto personal); la
comunicación asertiva; las relaciones sociales saludables (el manejo del conicto); la solución
de conictos (las estrategias para solucionar problemas); la regulación emocional; el control
de las emociones ante diferentes circunstancias; la resolución de problemas; la comunicación
asertiva; y el autoconocimiento. En la Figura 3, se muestra lo expuesto por el estudiantado del
curso de 2022 en sus comentarios, en plena acción de comunicación corporal:
Cuando se trabajan las técnicas de la
danza, las personas estudiantes fortalecen ha-
bilidades como la autorregulación y las relacio-
nes personales a través de herramientas que la
misma metodología de clase proporciona, en-
tre ellas la liberación de emociones y tensiones
en movimiento. Los siguientes comentarios de
estudiantes son el resultado de ello:
“Me divermucho, mis compañeros fue-
ron los mejores y a pesar de venir a la clase
cansada y muchas veces sin ánimo [sic] ellos
me dieron ánimos, me ayudó muchísimo a re-
lajarme y quitarme la bola de estrés que car-
gaba, aprendí muchísimo, considero que nos enseñó bastante y nos tuvo paciencia
y nos apoyó” (GICDAH, 2019-2023).
“De la clase me llevo la experiencia, siento que ahora tengo más conocimiento del
signicado de compañerismo. La clase es muy divertida y emocionante, logré hacer
amigos que compartieron conmigo la aventura de estos nuevos aprendizajes” (GIC-
DAH, 2019-2023).
“Considero que la clase me apormucho, ya que era algo nuevo, algo que no sabía
lo que era, aprendí técnica, postura, disciplina, creo que me hizo expandir mi imagi-
nación, poder crear movimientos y explorar con mi cuerpo, con la música y lo que se
puede dar a entender sin necesidad de hablar” (GICDAH, 2019-2023).
Figura 3. Composición coreográca,
UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2022a).
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Así pues, el trabajo en equipo es parte de
las herramientas de la danza para desarrollar ha-
bilidades que servirán para la vida, dado que el
manejo del cuerpo funciona como medio de co-
municación y escucha (Figura 4).
Durante cuarentena: danzando en la virtualidad
Está de más decir que la cuarentena obligó a
cambiar las metodologías de enseñanza-aprendizaje
en todo el sistema educativo. En el caso particular de
la danza, la dicultad fue mayor, ya que esta requiere
de la libertad del movimiento. Por ello, en tiempos de
pandemia y cuarentena, se comenzó un proceso de
adaptación que buscó posicionar la danza como un
medio canalizador de emociones y tensiones.
El bailarín y coreógrafo Gregory Vuyani, en el mensaje del Día Internacional de la
Danza del 2020, expuso que, en tiempos del COVID-19, se necesita bailar con un pro-
pósito, recordando que la humanidad aún permanece y que la empatía debe prevalecer
en el ser humano (Vuyani, 2020). Como efecto de la emergencia sanitaria, surgieron las
inconformidades por las clases virtuales y la desconexión del cuerpo, la mente y las emocio-
nes ante los cambios corporales suscitados por el sedentarismo. Para evitar ambos conic-
tos en el estudiantado, se manejaron nuevas metodologías como el uso de la polimedia, el
análisis de videos, la videodanza, los videos y juegos interactivos y las cápsulas de danza y
salud enfocadas en la respiración, el estiramiento y los movimientos básicos con resultados
satisfactorios. Sobre estos cambios, el estudiantado opinó lo siguiente:
“El COVID nos ha distorsionado nuestra forma de vivir, también ha cambiado la forma
en que se practica la danza, es más difícil porque no es lo mismo tener a la maestra
enfrente que ver la pantalla del teléfono, sin embargo, considero que con la tecnolo-
gía hemos podido continuar y aprender un poco” (GICDAH, 2019-2023).
“Ha sido una experiencia única, no tenía mucho conocimiento, y la clasicación de la
Danza, cómo se desenvuelve este arte, y cómo ha sido un recurso muy importante
en tiempos de COVID-19, ayuda a que nuestra mente y cuerpo se pueda relajar y que
Figura 4. Composición coreo-
gráca de estudiantado del 2019,
UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2019).
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las personas que lo practican tienen un gran amor por seguir aprendiendo más de
esta área, y que ponga en alto nuestra Universidad y país nos ayuda a querer saber
más, a tener participación y poder estudiarla” (GICDAH, 2019-2023).
Otro comentario expresa cómo los ejercicios de respiración grabados en videos ayu-
daron a la recuperación post COVID-19 de toda una familia en el tiempo de cuarentena:
“La danza incluso ayuda a la recuperación de personas con secuelas de Covid-19.
Porque se pueden hacer ejercicios básicos y de respiración. Eso nos ayudó a mi
familia y a mí” (GICDAH, 2019-2023).
El cuerpo se vio afectado al igual que las emociones. Sin embargo, en las clases
de danza, el estudiantado aprendió a controlar las emociones y a ser resiliente ante una
situación donde el arte del movimiento experimentaba cambios drásticos. Ejemplo de ello
se observa en la Figura 5, donde se muestran los procesos creativos en pandemia a tra-
vés de la videodanza, aprovechando la división grupal generada en ciertas plataformas de
comunicación estilo conferencia.
Figura 5. Proceso creativo en clase de danza virtual en el 2020, UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2020).
Las dicultades no solo se manifestaron en la práctica misma de la danza, sino tam-
bién en las desventajas del uso de herramientas tecnológicas y las conexiones de internet.
Muchas de estas fueron superadas por algunos de los estudiantes gracias a su interés en
el aprendizaje de la danza:
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“El COVID ha logrado que nos quedemos en casa, impidiendo la práctica en grupo
de la danza, aunque no se puede compensar con clases virtuales, ha sido un modo
de distracción del encierro” (GICDAH, 2019-2023).
“Es muy importante practicar danza porque es como hacer ejercicio, pero lo hacemos
danzando, así ayudamos a subir defensas contra el COVID-19” (GICDAH, 2019-2023).
“Gracias a que la clase es virtual pude aprender mucho de la historia de las danzas y
sus contextos. Antes de llevar esta clase yo participé en muchos cuadros de danzas,
fue una experiencia muy bonita ya que trasmiten [sic] a las personas felicidad, energía
positiva y muchas emociones. Antes no veía a la danza más allá de un baile y ahora
después de cursar la asignatura ya viene a mi mente desde tipos de vestimenta hasta
pasos de baile dependiendo la danza” (GICDAH, 2019-2023).
“Lo bueno de las clases virtuales es que podemos estar en cualquier lugar, agra-
dezco a la magister, [sic] todo el contenido estaba muy lindo y organizado, fácil de
entender, fue muy duro el virus, los huracanes, pero llegamos hasta el nal. Pido a la
magister seguir con las clases virtuales” (GICDAH, 2019-2023).
Aunque no tuvimos la posibilidad de poner en práctica todo lo aprendido debido
a la pandemia, es grato decir que conocimos el arte de la danza a través de la
metodología que nos fue aplicada, a través de los videos podíamos ver las repre-
sentaciones y algunos ejemplos de cómo se des-
envuelve el folklor en sus diferentes áreas, eso fue
un benecio porque no solamente respondíamos
las preguntas, sino también las observábamos, eso
m e a y u d ó a t e n e r u n b u e n d e s e m p e ñ o e n l a c l a s e
(GICDAH, 2019-2023).
En la Figura 6, se identican algunas de las
limitantes de la virtualidad. Algunos estudiantes
podían encender sus cámaras y disponían de es-
pacios para el ejercicio de la danza; sin embargo,
otros tenían mala conexión de internet o dispositi-
vos que no funcionaban adecuadamente. Muchos
incluso no aceptaban el hecho de que se invadiera
la privacidad de su hogar.
Figura 6. Clase virtual de 2020,
UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2020a).
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Por otro lado, la experiencia virtual favoreció el aprendizaje de la danza de manera
innovadora al abrir ventanas al uso de herramientas interactivas y de la videodanza. A pesar
de esto, no se quedan atrás las limitantes de no compartir físicamente con los compañeros:
“Denitivamente la pandemia del COVID-19 ha sido un virus que nos tiene estresados
o a veces con problemas mentales como ansiedad o depresión, pienso que la danza
nos puede ayudar a mejorar nuestro estrés y a distraer nuestra mente; además, al
hacer ejercicio nuestra salud mejora y estamos menos propensos a las enfermeda-
des” (GICDAH, 2019-2023).
Para mí esto de recibir clases virtuales es algo nuevo lo cual estoy aprendiendo
poco a poco, la manera de recibir clases de esta área me pareció excelente por-
que ay [sic] mucha creatividad en las evaluaciones, muy buena técnica de apren-
dizaje” (GICDAH, 2019-2023).
“Tras la clase, ha cambiado mi perspectiva sobre la danza, aunque me hubiera gustado
cursarla presencialmente, porque no pude interactuar mucho con los compañeros, me
dejó una grata experiencia y mucho más conocimiento retenido(GICDAH, 2019-2023).
“Y considero que son un método sumamente ecaz y de gran utilidad para este
tipo de evaluación continua. El uso de foros es una herramienta bastante ecaz,
considerando que da lugar al debate, a la autoevaluación y a un análisis más pro-
fundo de acuerdo a la lectura de las variadas opiniones y criterios de los compa-
ñeros” (GICDAH, 2019-2023).
Aun frente a las dicultades, los videos grabados por los estudiantes demuestran
el interés por aprender y la satisfacción que les provoca el ejercicio de la danza (Figura
7). Por otra parte, las expresiones descritas por el estudiantado se reejaron también en
sus clases virtuales, donde se demostró el aprendizaje de la técnica de la danza a pesar
de las limitantes (Figura 8).
El después, retorno a la presencialidad pospandemia
El movimiento es el compañero del ser humano durante toda su vida; es la po-
tencia necesaria para lograr las acciones corporales de manera integral y está presente
en todas las propuestas educativas de clases de danza. Es por ello que, al mostrar a los
estudiantes un espacio de conanza y seguridad, y al encauzarlos a un acercamiento de
contacto visual, comunicación no verbal y, sobre todo, respeto, se van creando vínculos
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afectivos, donde ellos se sienten impor-
tantes para sí mismos y para los otros.
Este proceso reere a la construcción
del cuerpo con alteridad: “El cuerpo du-
rante largo tiempo es a la vez receptor y
receptivo, espectador y actor, uno mis-
mo y el otro, merced a una transitividad
que se dirige por las leyes de los me-
canismos de proyección e introyección”
(Cañabate & Soler, 2017, p. 358). En ese
sentido, Soru y colaboradores (2009)
explican que “Las vivencias corporales
están insertas dentro de las historias de
vida de las personas, situadas a su vez
en un contexto sociocultural” (p. 2).
En el contexto pospandemia,
el área de danza del Departamento de
Arte UNAH fue una de las primeras en
retornar a la presencialidad, conside-
rando las medidas de bioseguridad y la
hibridación entre la virtualidad y la pre-
sencialidad. Como parte del proceso de
adaptación a la modalidad virtual, es im-
portante mencionar que el aprendizaje
de nuevas metodologías de enseñanza
virtuales, como el uso de videodanza, videos interactivos, videojuegos educativos, la dis-
ponibilidad de contenidos teóricos en la plataforma de la UNAH, entre otros, permitieron un
aprovechamiento completo tanto de la teoría como de la práctica, facilitando la metodología
semipresencial, donde los estudiantes observaron distintas experiencias entre las clases
presenciales y las virtuales (Figura 9):
“Considero que la danza es transformada en un aliado para enfrentar el estrés, y que
es un buen antidepresivo, en estos momentos en que la pandemia genera tristeza
y que se puede practicar en familia. A la cual se puede acceder desde casa y que
Figura 7. Trabajo práctico en clase de danza
del 2020, UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2020b).
Figura 8. Clase práctica virtual de ‘Danza
Folklórica’ en el 2021, UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2021).
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no es una excusa para poder realizarla, siempre y cuando teniendo los materiales
necesarios, pienso que las personas que viven su día a día de la danza folklórica
pueden dar sus clases por vía Zoom o abriendo un canal de YouTube que les genere
ingresos, todo ello es incomparable con llevar la clase presencial, aunque sea solo
una vez a la semana, se pone en práctica todo lo que se ve virtualmente, aunque con
la incomodidad de la mascarilla, ha sido mi mejor experiencia” (GICDAH, 2019-2023).
“Las danzas en lo personal me han
abierto puertas de crecimiento indivi-
dual, han representado un reto propio
y cumplirlo me ha llevado a conser-
var el sentido de pertenencia hacia mi
país, es una forma magníca de hacer
patria, me ha ayudado a ser conscien-
te de todo lo que tuvieron que pasar
los antepasados para llegar a la civili-
zación que tenemos hoy, me llena de
orgullo poner mi granito de arena en
la representación de tan valioso arte
(GICDAH, 2019-2023).
Wengrowe y Chaiklin (2008), en el libro La Danza es vida, mencionan que las emocio-
nes y la imaginación en la danza juegan un papel primordial en la proyección del movimiento.
De igual modo, lo aseveran los estudiantes:
“Pues llevar la clase de manera presencial fue una experiencia única y muy bonita,
ya que mediante la danza y cada uno de los movimientos que hicimos y aprendimos,
pudimos despojarnos de nuestras preocupaciones, frustraciones, incluso del miedo.
Esta clase nos ayuda mucho a poder desestresarnos, a poder ver lo positivo de la
vida” (GICDAH, 2019-2023).
Respecto a las metodologías y herramientas para comenzar una clase como la de
Iniciación a la Danza, es importante elegir una estrategia didáctica que permita la escu-
cha corporal a través de la respiración y la conexión de la mente con el cuerpo (Figura 10).
Figura 9. Clase práctica y retorno gra-
dual a la presencialidad en curso del
2022, UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2022).
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El objetivo es poder reexionar y escu-
char al cuerpo mismo para prepararlo
para bailar; es decir, se busca estar
presente en el aquí y el ahora.
Los ejercicios de respiración y
de reconocimiento del espacio, ade-
más del trabajo en equipo, la postura
corporal y, en general, el dominio del
cuerpo usados en la metodología pre-
sencial, se integraron con las herra-
mientas aprendidas en la virtualidad.
Un ejemplo de ello se ve en el ejercicio
de paso a paso, el cual se trata de un
video educativo que el estudiantado puede repetir cuantas veces lo desee.
En relación con lo anterior, las metodologías y herramientas usadas para la ense-
ñanza-aprendizaje de la danza se enfocan en el desarrollo biopsicosocial. Por esta razón,
antes de la pandemia, su aplicación se basaba en la práctica de ejercicios secuenciales
de las técnicas de danza clásica, contemporánea y folklórica, además de ejercicios de
respiración, espacio, ritmo, expresión de sentimientos y emociones a través del cuerpo, lo
que hacía del proceso uno puramente imitativo y algunas veces lúdico-educativo. Durante
la pandemia, dicho proceso fue cuartado por la virtualidad y sus limitantes; sin embargo,
surgieron otras metodologías y herramientas, como la polimedia, que permitieron no solo la
práctica de la danza, sino también la vivencia de los benecios de esta, como la prevención
de complicaciones de enfermedades de base gracias al ejercicio físico, la respiración cons-
ciente, el estiramiento muscular. Asimismo, las clases magistrales de formato sincrónico y
asincrónico permitieron la imitación y repetición de técnicas corporales y la adquisición del
control de movimientos de manera individual.
La comparación del antes y el durante en cuanto a las metodologías radica en el
uso de herramientas virtuales. En el caso del retorno a la presencialidad, se debe resaltar
las ventajas de la combinación de las metodologías presenciales y las virtuales. Gracias a
esta combinación, se lograron avances en los procesos de enseñanza y aprendizaje, ya que
la implementación de técnicas como la polimedia, los juegos y videos interactivos y otras
permite un mayor aprovechamiento de las clases magistrales, de manera que dan más
Figura 10. Estrategia de escucha corporal en
curso de danza del 2022, UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2022e).
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espacio al mejoramiento del entrenamiento físico y mental en cada elemento de las técnicas
de danza. Esto le ha permitido al estudiante estar presente en el «aquí y ahora», a escuchar
su cuerpo. Se trata de una manera orgánica de iniciar con el descubrimiento del movimien-
to propio, elemento que más adelante le servirá como herramienta a la hora de investigar el
movimiento y de componer o crear coreográcamente de manera individual y grupal.
Experiencias vivenciales de aprendizaje y aportes a la salud integral de los
estudiantes universitarios
Cámara e Islas (2007) argumentan que es necesario “permitir que el estudiante se
desarrolle no sólo como máquinacompetente, sino también como bailarín expresivo y
sensible” (Cámara & Islas, 2007, p. 9). Con este pensamiento, se llega a la última etapa de
esta sistematización: las reexiones críticas de la danza como una experiencia vivencial
de aprendizaje y los aportes en la salud integral de los estudiantes. En el transcurso de
la temporalidad seleccionada, antes, durante y después de la pandemia, el estudiantado
expresó distintas opiniones respecto a los cambios metodológicos ante el retorno pau-
latino de la presencialidad:
“Danza tiene muchos benecios para nuestra salud mental y física. [sic] Ya que nos
sirve para sanar muchas enfermedades como el estrés, la ansiedad y la depresión
etc.(GICDAH, 2019-2023).
“He adquirido mucho conocimiento con el estudio de los diferentes materiales que
se encuentran en el campus virtual, para han hecho de mucho benecio porque
tengo una idea más clara de los diferentes conceptos relacionados con la danza y
así poder denirlos de una mejor manera. El material didáctico que se encuentra
en el campus virtual se encuentra bien sistematizado, poco saturado, y esto me ha
ayudado a tener un mejor conocimiento, esta clase ha sido como un tiempo de re-
lajación por todas sus actividades entretenidas y lo que hace que podamos adquirir
el aprendizaje de una forma más fácil, relajante y entretenida” (GICDAH, 2019-2023).
“La clase me pareció muy interesante, el pasar de lo normal, realizar tareas o ver
las clases, en este caso realizar ambas cosas, pero con el método de reforzar con
videos el conocimiento obtenido” (GICDAH, 2019-2023).
“Mi percepción cambió totalmente al no ver esta clase como una más que cursar,
sino en fomentar conocimiento, permitiendo meditar acerca de cómo la danza con-
tribuye a nuestra salud, la clase se llevó a cabo con éxito. [sic] Pues la metodología
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se adaptó muy bien para esta situación. El contenido que la maestra nos proporcio-
naba me pareció preciso y breve, cabe mencionar que algunos de ellos eran muy
atrayentes e interactivos [sic] lo cual aparte de llamarnos la atención nos permitía una
mejor comprensión. Noté que la forma de evaluación fue distinta a las demás clases
que estoy cursando, ya que fue a través de “videos interactivos” [sic] lo cual fue muy
agradable y novedoso, nunca imaginé aprender tanto sobre la danza y sus estilos,
historia y aportes” (GICDAH, 2019-2023).
“Siento que me ayudó a romper mis limitaciones, agarré conanza y aprendí a conec-
tarme con el mundo” (GICDAH, 2019-2023).
“Esta clase aunque era una clase práctica antes de la pandemia, puedo decir que
fue una clase entretenida y también fue práctica [sic] pero en otros aspectos porque
hubieron [sic] actividades muy bonitas, hubieron [sic] juegos, videos y no solo fue
teórico que es lo que más me gustó, también me agradó que usted como nuestra
licenciada nos diera la oportunidad de realizar a nuestro propio ritmo todas las activi-
dades de la clase porque no siempre se cuenta con el tiempo por varios motivos que
suceden en nuestras vidas [sic] así que es algo que debo agradecer bastante. Puedo
decir que me hubiese gustado poder practicar la danza folklórica, pero no me quejo
de cómo recibí esta clase [sic] ya que fue una excelente elección. Me encantó esta
clase y superó las expectativas que yo tenía de ella, me quedo con todo lo aprendido
y espero que en un futuro se pueda realizar la práctica de las danzas y que más per-
sonas puedan interesarse en esta clase que nos enseñó tanto sobre nuestra cultura,
tradiciones, costumbres y muchas cosas más [sic] así que una vez más puedo decir
que es una excelente clase y muy entretenida” (GICDAH, 2019-2023).
Como se describió anteriormente, en este apartado, se visualizan los benecios de la
práctica de la danza que las personas estudiantes lograron descubrir durante su experiencia
en el curso. Entre los más importantes, se resalta la salud integral precedida por los estudios
Danza Movimiento Terapia (DMT), que han concedido siempre gran importancia a las emo-
ciones y las formas de expresión corporal, sobre todo en tiempo de pandemia.
Cuando se controlan las emociones a través del movimiento, se obtiene un gran
resultado porque el movimiento en sí es liberador. De acuerdo con Gabrielle Roth (2010),
los cinco ritmos de Danza Movimiento Terapia son caos, quietud, lírico, uido y stacca-
to. Estos ritmos se ven en la parte de composición coreográca y, en su proceso creati-
vo, van siendo exploradores de movimiento durante procesos como la clase de ‘Iniciación
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a la Danza y el Movimiento, donde su ejecu-
ción resulta ser liberadora. Un ejemplo de ello
se observa en el video de Flores (2022d), don-
de se explora el movimiento quietud” con una
emoción (ver Figura 11). En esa línea, autores
como Wengrowe y Chaiklin (2008) arman que
“las emociones tienen sus propias pautas poten-
ciales de desarrollo, además de las que existen en
lo que concierne a las sensaciones corporales y a
las diferentes expresiones de acciones físicas” (p.
59; Figura 12).
El sentido de libertad y control corporal que
se adquiere en los espacios de aprendizaje es sig-
nicativo para los estudiantes, ya que, aunque no
se convierten en profesionales de la danza, apren-
den a disfrutarla y a utilizarla como un elemento
terapéutico. El video de Flores (2022c) ejemplica
cómo el estudiante necesita un espacio de des-
canso y reexión para manejar adecuadamente el
estrés y trabajar integralmente (Figura 13). La liber-
tad, por otro lado, también se reeja en la compo-
sición coreográca en el sentido performativo de
la investigación, pues identica la creatividad de
los estudiantes (Figura 14).
A tal efecto, el retorno a la presencialidad
incrementó el sentido de libertad y creatividad del
estudiantado por medio de la danza:
“Me gustaría terminar con la frase de José
Limón porque para es un resumen de lo mucho
que la danza puede generar para todo aquel que
lo experimenta y lo vive. Nunca somos tan ver-
daderamente humanos como cuando bailamos.
Con esto digo que la clase me encantó, aprendí
Figura 11. Curso 900 2022, UNAH,
Tegucigalpa
Fuente: Flores (2022d).
Figura 12. “Quietud”, clase de danza
2023, UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2023).
Figura 13. Curso 1100 2022, UNAH,
Tegucigalpa
Fuente: Flores (2022c).
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mucho, especialmente el tema de danzaterapia, por-
que me hizo comprender que los pasos de la danza
no son para estresarse sino para disfrutar” (GICDAH,
2019-2023).
Sumando a lo anterior, la Figura 15 contem-
pla la experiencia vivencial por parte de las personas
estudiantes, en la que culminan todos los saberes
aprendidos y habilidades desarrolladas por medio de
una presentación en el escenario. En consecuencia,
se puede armar que, aún en los procesos virtuales
o semipresenciales, las expresiones, sensaciones y
benecios físicos de la danza fueron posibles:
“La danza folklórica no es solo bailar, se trata de
mantener viva nuestra cultura de nuestros antepasa-
dos, la danza folklórica es parte de nuestra vida, es
lo que nos hace llamar hondureños, es la herencia de
nuestros ancestros. Aprendí más sobre el origen de
la danza, quiénes fueron sus autores o compositores,
también por los trajes y su signicado, y mucho más
que lo que podía aprender” (GICDAH, 2019-2023).
“La clase me ayudó a comprender, a razonar so-
bre la importancia y la necesidad de desarrollar la
danza folklórica en la vida cotidiana. Así mismo es
necesario recalcar que la danza como futuros pro-
fesionales debemos de inculcarlo en cada área de
nuestra vida. Posteriormente la clase fue muy interactiva y fue más fácil la interpre-
tación de los temas y una mejor comprensión de la misma. De tal forma quedé muy
satisfecho del aprendizaje, porque nos ayuda a razonar y entender de manera más
clara a nuestro cuerpo y lo que podemos expresar con él” (GICDAH, 2019-2023).
Al comienzo pensé y consideré que la danza era solo un arte, algo que se bailaba
con alguna coreografía y que prácticamente solo era hacer una danza, sin embar-
go, mi perspectiva cambió cuando día a día mirábamos cada tema [sic] el cual nos
mostraba a profundidad que no era una simple danza, sino un sinnúmero de cosas
Figura 14. Composición coreo-
gráca, clase de danza de 2022,
UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2022b).
Figura 15. Presentación artística,
curso de danza de 2023, UNAH,
Tegucigalpa
Fuente: Flores (2023b).
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que van relacionadas en este arte, como por ejemplo sus costumbres, sus culturas,
su religión, su origen y cada factor que hace que esta disciplina se relacione. Pienso
que todos estos se reejan en su baile y también en su vestimenta [sic] los cuales me
parecieron muy interesantes. Me pareció una excelente metodología [sic] ya que le
permite a uno como estudiante tener el espacio para poder realizar sus trabajos de
una manera fácil y no apresurada, y así poder realizar un trabajo bueno. También po-
dría agregar que me gustó mucho la manera que utilizó para hacer nuestras pruebas
por medio de los videos de interacción, con ellos siento que fue donde más aprendí,
fueron muy buenas sus formas de evaluación, no eran las comunes, y también los
juegos, siento que aparte de estar haciendo un trabajo nos divertíamos y aprendía-
mos. Disfruté mucho su clase” (GICDAH, 2019-2023).
A mi sincera opinión pienso que ha cambiado mi apreciación a la danza [sic] ya
que a través de las actividades como los videos interactivos es mucho más fácil el
aprender, la metodología de la clase es muy buena y práctica, no es la típica clase
repetitiva. A través de la clase aprendí que en la carrera que estudio de Economía,
se le puede sacar provecho a la danza folklórica de manera que puede ayudar a mi
país, con lo que se llama economía naranja” (GICDAH, 2019-2023).
“Mi aprendizaje fue más de lo que pensé [sic] ya que como anteriormente les dije como
bailarina, aprender un poco de la danza fue algo que ayudó mucho y valoro con todo
mi ser, la clase me pareció muy diferente, me gustó, solo puedo decir que me encantó
todos los temas que se impartieron y todos los videos interactivos [sic] ya que eran súper
entendibles. No me quejo, todo fue muy diferente y entretenido(GICDAH, 2019-2023).
Como puede observarse, los comentarios del estudiantado resaltan cómo, a tra-
vés de las técnicas dancísticas encaminadas al desarrollo biopsicosocial, lograron obtener
diferentes benecios que favorecieron su salud integral durante los cursos de ‘Iniciación a
la Danza’ y ‘Danza Folklórica. Llegar a la etapa performativa constituye un desafío y, a la
vez, la mayor satisfacción ellos, pues es cuando pueden poner en escena sus propuestas
creativas (Figura 16).
Disertaciones nales
De manera conclusiva, a través del estudio de casos en los espacios de aprendizaje
de ‘Iniciación a la Danza’ y ‘Danza Folklórica, antes, durante y después de la pandemia,
se logró comprobar los aportes signicativos de la práctica de la danza en la salud integral
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del estudiantado. Entre los aportes identicados, se destacan la mejora de la salud física
mediante el fortalecimiento del cuerpo, la ayuda al control del peso y el mantenimiento ac-
tivo del cerebro. Además, sobresalieron los ejercicios de respiración y los de las técnicas
básicas, los cuales contribuyeron a fortalecer los pulmones y a promover la actividad física
en las personas afectadas poscovid. Del mismo modo, se comprobó que alivia el estrés y
la ansiedad, combate la depresión y mejora la autoestima, todo esto en favor de la salud
mental. Se destaca también como benecio el fomento de las relaciones sociales, al mejorar
la concentración y la memoria tanto individual como colectiva o histórica.
Las metodologías de enseñanza-aprendizaje de la danza permiten a los estudian-
tes participar en procesos creativos que fortalecen su aprendizaje integral. Su n último
es lograr la etapa performativa, que incluye no solo la puesta en escena de las propuestas
creativas del estudiantado, sino también la superación de sus temores y el mejoramiento de
su autoestima y relaciones sociales al presentarse ante el público. Las experiencias dancís-
ticas de los estudiantes evidencian la percepción biopsicosocial, que incluye la conviven-
cia, el trabajo grupal, el aprendizaje cognitivo o teórico, el desarrollo performativo-artístico
Figura 16. Presentación artística, curso de danza, UNAH, Tegucigalpa
Fuente: Flores (2023a).
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y los aportes a la salud integral. Todos estos inciden en el aprendizaje para la vida y en la
formación profesional universitaria, al darle al aprendizaje un signicado más humanista que
inuye en el entorno social de manera positiva.
Por otra parte, la vivencia dancística de los estudiantes en clases presenciales les
ha permitido desarrollar su sensibilidad y expresión de sentimientos a través del cuerpo.
De esta manera, se fomentan las habilidades para vivir en sociedad, ya que se desarro-
llan herramientas o competencias para la convivencia con otros, como la conexión para
el trabajo en equipo, comprensión y ayuda mutua.
La danza como expresión corporal se vio afectada por la situación de cuaren-
tena, por diversos aspectos. Entre ellos, se incluye la conexión a internet, el descono-
cimiento de herramientas tecnológicas, el espacio limitado, el sedentarismo, la falta de
interacción entre las personas y la enfermedad misma de COVID-19. A pesar de ellos,
este conicto generó la necesidad de usar nuevas técnicas de enseñanza, como el uso
de videodanza, de los videos interactivos, de los juegos virtuales, los foros y las pruebas
estilo ensayo, que contribuyeron al aprendizaje de los estudiantes y al uso de la danza
de manera terapéutica ante el encierro.
En el retorno a la presencialidad, el uso de herramientas virtuales permitió avanzar en
la práctica presencial de la danza, mientras los aspectos teóricos se trabajan desde la vir-
tualidad. Esta integración de la virtualidad y la presencialidad permitió un mayor aprovecha-
miento de las técnicas dancísticas como ejecutoras de la corporeidad de los estudiantes.
Finalmente, debe recalcarse que las fuentes de información de primera mano fueron
los comentarios y experiencias vividas de los estudiantes de las clases optativas del área de
danza: ‘RR-150 Iniciación a la Danza’ y ‘RR-153 Danza Folklórica, desde 2019 hasta 2023,
en el Departamento de Arte, que a su vez pertenece a la Facultad de Humanidades y Artes
de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Entre los resultados importan-
tes, fue interesante observar que un número mínimo de matrícula de estudiantes de esta fa-
cultad. Este hallazgo podría ser el principio de una futura investigación que genera múltiples
preguntas relacionadas con el comportamiento de los estudiantes de distintas facultades
respecto a las clases de danza o, en general, del área artística.
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Contribución de autoría CRediT
El grupo de investigación Danza Académica en Honduras está conformado por
cuatro docentes del Departamento de Arte de la UNAH: Carmen Elisa Flores Mejía,
coordinadora del grupo, Clarisa Flores Rodríguez, Shirley Mariela Pineda Silva y Samir
Kafaty Kafati. Además, lo integran dos estudiantes: Obed Esaú Cruz López y Nicolás
José López Andino. Durante el proceso de investigación, Carmen Elisa Flores y Clarisa
Flores trabajaron en el planteamiento de investigación, la recopilación de información, la
búsqueda bibliográca (teorías, textos referentes al tema), el análisis de la información
recopilada y la sistematización de experiencias. Shirley Pineda y Samir Kafaty trabajaron
en la búsqueda bibliográca (teorías, textos referentes al tema), el análisis de la informa-
ción recopilada y la sistematización de experiencias. Obed Cruz y Nicolás López traba-
jaron en la transcripción de información y datos.
Para la redacción del artículo sobre la investigación, Carmen Flores, Clarisa Flo-
res, Shirley Pineda y Samir Kafaty trabajaron en el análisis y selección de información,
así como la síntesis de dichos datos e información para la redacción del arculo.
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