Dossier | Mujeres y humanismo: reflexiones, críticas y aportes
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ISSN 1659-331
Las claves epistemológicas feministas en la novela Limón Reggae...
| Ramírez Vásquez, Neldys M°
Revista Estudios, 2022
| Julio 2022
Asimismo, en la obra la menstruación está relacionada con argumentos de análisis
epistemológicos de desnaturalización. Se conoce, por siglos de estudios en este tema, que
esta se connota en las culturas como un hecho impuro en la mujer, a tal punto que las
aislaban de sus tribus durante esos períodos. Hay un momento en la novela donde esa
desnaturalización queda en evidencia cuando Laura siente pena porque su periodo ha
llegado; sin embargo, sucede todo lo contrario en la reacción del personaje masculino en
la obra:
La naturalización permite que mujeres y hombres se conciban a sí mismos como
resultado de procesos ajenos y externos para los cuales la autoreflexión es
innecesaria, puesto que siendo la existencia un imponderable, no se requiere
conciencia de sí. (Castañeda, 2008, p. 93)
Despierta porque en la ingle algo le cosquillea. ¿Otra vez un murciélago? No, no
es un murciélago, es un líquido grueso que sale de su vientre con un gran envión
y corre por sus muslos. Despierta a Fernando. “Mi amor, estamos empapados, me
vino la regla”. Fernando abre los ojos, mira su reloj, dice “Apenas son las doce, no
se preocupe”, y la abraza más fuerte. “Pero Fernando, estás empapado”. “Cipota,
mi amor, es muy rica su sangre, no se mueva, no se mueva, está tan calientita".
(Rossi, 2007, p. 174)
La valoración del periodo como algo positivo marca en la obra una reconstrucción o
elaboración del pensamiento muy alejado del orden patriarcal. Pero contrasta con la
conversación entre Laura y Luz, en otro episodio de la novela, donde en palabras de una
mujer se marca una reiteración del discurso patriarcal:
– Perras, sí – responde Aisha–. Se me cayó el pelo, dicen que hasta deliraba. Ahora
me siento perfecto, mejor que nunca. Pero fíjate que no me ha vuelto la regla.
– Talvez necesitas un compañero. ¿No te has enamorado? (Rossi, 2007, p. 157)
Luz señala la falta de periodo de Laura con la necesidad de tener a un hombre a su lado.
En este caso, para que una mujer se empodere y reconstruya, debe en primera instancia
destruir estas ideologías e incursionar en discursos que le fueron negados como su vida
sexual. Además, debe conocer su cuerpo, nunca reprimirlo, negarlo y mucho menos verlo
como un objeto del otro.
La mujer debe verse humana, un sujeto en pleno desarrollo y construcción de su
identidad, pero para ello debe conocerse. En otras palabras, pensar como la Tía Maroz: "Sí,
rechacé el matrimonio, tenía veintiocho años y no quería perder mi felicidad, basada en
que nadie podía decirme “hoy no salgás a la calle, Maroz,” ni ordenarme 'Maroz, dame de
comer'" (Rossi, 2007, p. 41).