La producción alemana Heimat (1984) del director Edgar Reitz consta de 11 largometrajes que
abordan, principalmente, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial; además de
las repercusiones psicológicas, sociales y económicas que generan en los pobladores estos
eventos históricos. Este conjunto de filmes se enfoca en un espacio rural denominado
Schabbach. En ese lugar, se aprecia el desarrollo y la evolución de una genealogía que se
supedita a la relación de María y Paul Simon, pero desde una perspectiva disociada.
Prevalecerán situaciones individualistas como alejarse del núcleo familiar para ser partidario
de la guerra, migrar a otras localidades, buscar superarse, evitar a los congéneres o vivir en el
recuerdo. En ese sentido, esta investigación se basará en esas motivaciones de los personajes y
se recurrirá al análisis interdisciplinario, epistemología propia de los Estudios Culturales, para
confrontar y explicar esa realidad social frente a la guerra.
Palabras clave: Primera Guerra Mundial; Segunda Guerra Mundial; núcleo familiar; migración;
análisis interdisciplinario.
RESUMEN
ABSTRACT
The German production Heimat (1984) by director Edgar Reitz consists of 11 feature films that
deal mainly with World War I and World War II; in addition to the psychological, social and
economic repercussions that these historical events generate in the inhabitants. This set of
films focuses on a rural space called Schabbach. In that place, the development and evolution
of a genealogy that is subject to the relationship between María and Paul Simon can be seen,
but from a dissociated perspective. Individualistic situations will prevail, such as moving away
from the family nucleus to be a supporter of the war, migrating to other locations, seeking to
improve oneself, avoiding one’s peers or living in memory. In this sense, this investigation will
be based on the characters’ motivations and interdisciplinary analysis will be used, an
epistemology typical of Cultural Studies, to confront and explain that social reality in the face of
war.
Keywords: World War I; World War II; family nucleus; migration; interdisciplinary analysis.
World War I and World War II:
Family Disintegration in the Rural Universe of Schabbach in Heimat (1984)
PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y SEGUNDA GUERRA MUNDIAL:
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ISSN 1659-331
La Revista Estudios es editada por laUniversidad de Costa Ricayse distribuye bajo
unaLicencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Internacional.
desintegración familiar en el universo rural de Schabbach en
Heimat (1984)
Recibido:
Aceptado:
02 de agosto del 2022
24 de octubre de 2022
Jesús Miguel Delgado Del Aguila
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Lima, Perú
tarmangani2088@outlook.com
https://orcid.org/0000-0002-2633-8101
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I Sección: Entre la historia colonial y la
historia contemporánea
I Sección: Entre la historia colonial y la historia contemporánea
En principio, la historia de Heimat: Eine deutsche Chronik (1984) se centra en lo que le
acontece a la familia de María Simon en contextos bélicos y de posguerras en Alemania. En
total, se aprecian tres generaciones consecutivas. Desde allí, se verá cómo los congéneres y
las amistades colindantes se ven implicados en estas circunstancias. Cada uno atravesará
por situaciones políticas, sociales y laborales afines que se mostrarán a partir del segundo
decenio del siglo XX hacia adelante.
Si bien la trama oscila en un ambiente aldeano donde se realizan actividades manuales
como el de la herrería o la ganadería, las eventualidades que se producirán con el tiempo
originarán que se consideren otros espacios de desenvolvimiento que, incluso, estarán
exentos del país natal, como al señalar que algunos personajes migraron a Estados Unidos
por su espíritu progresista y moderno o que uno de ellos estuvo extraviado en Rusia a
causa de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en la historia que se les ofrece a los
espectadores, todo girará en torno a María Simon y su descendencia en esa atmósfera
rural, que ha sido plasmada con un estudio etnográfico adecuado (Santner, 1993).
Al novedoso género fílmico de Heimat, se le ha denominado heimatfilms (Reimer y
Reimer, 2010), debido a que la temática que fluctúa hace alusión histórica a la patria o al
pueblo natal. En este caso, se evidencia una reconstrucción directa de lo ocurrido en
Alemania a manera de crónica o “epopeya nacional” (Reimer y Reimer, 2010, p. 240), que
comprende desde 1919 hasta 1982. Se tomará como referencia geográfica un pueblo
imaginario llamado Schabbach, que estaría ubicado en Hunsrück (una cordillera
paisajística en Alemania).
Para suscitar el efecto de verosimilitud, se mencionarán fechas específicas en el decurso
de la trama: días, meses y años, según la elección del director. De igual forma, la
caracterización de cada personaje será muy intrínseca y categórica en función de la
historia alemana. Se procurará que estos tengan o busquen una vida idílica. Los saltos
temporales serán mejor desarrollados al introducir una técnica que combina el color de las
tomas: pasará de una tonalidad monocroma (blanco y negro) a otra que involucra la
totalidad de colores.
Esto sucederá de modo inadvertido. Para Eric Santner (1993) esas transmutaciones
originarán una significación en la narración de la historia, puesto que le añadirá un
elemento de mayor subjetividad para que sea captado. Acerca del sonido, se considerará
lo concomitante de la naturaleza, como el oír cómo se golpea un hierro, cómo fluye el
agua, qué ruidos se emiten desde las granjas, la detonación de las armas, etc. (Skrimshire,
2009).
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INTRODUCCIÓN
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En ese sentido, es factible aseverar que el director Edgar Reitz tuvo mucho cuidado y
destreza en plasmar su trabajo con convicción. La técnica, la historia y el arte que él utiliza
y combina provocarán un resultado extraordinario. Será innovador y destacable a
diferencia de otras labores que realizaron directores antecesores (Angier, 1990).
En medio de todo el esfuerzo técnico de Edgar Reitz, se incorpora también una ideología
perenne. Pehr Englén (2011) ha detectado un propósito de izquierda, que pretende
desmitificar el pasado de la nación alemana para postular que la Historia en general se ha
convertido en múltiples historias. De por sí, estas serían muy selectivas y formarían parte
de la memoria (Santner, 1993).
Por lo tanto, se cumple lo que argumenta Angela Skrimshire al respecto: “Las historias de
estas películas no son registros históricos, sino registros de la memoria” (2009, p. 12) . Si
bien la documentación y la verosimilitud están presentes, es notoria una vía que permite
conocer con pormenores la configuración humana; es decir, esa subjetividad que se ha
reconstruido de la misma memoria.
En Heimat (1984), se presentan tres personajes que representan este tópico. Por un lado,
se encuentra Glasisch, quien narra desde la primera persona y con una voz en off todo lo
que va ocurriendo en Hunsrück. Por otro lado, se halla Ernst, el hijo de María Simon, quien
luego de la Segunda Guerra Mundial se ha encargado de coleccionar materiales que se
emplearon en ese acontecimiento histórico bélico. Y por último, Eduard, quien tiene a su
disposición una cámara fotográfica con la que registra todos estos hechos año tras año.
Las imágenes que captura se proyectarán al inicio de cada largometraje para reanudar
una síntesis de lo que se vio con anterioridad en la trama. Podría tratarse de los
congéneres, los trabajadores de Hunsrück o las excavaciones que ha conllevado la caída de
las bombas norteamericanas. Por esa razón, se va reforzando la idea de lo que va
permaneciendo en la memoria del pueblo de Schabbach, la misma que será plasmada
con nostalgia, dramatismo y romanticismo, y con la finalidad de erradicar los prejuicios
que se han ido forjando a partir de la puesta en escena norteamericana (Reimer y Reimer,
2010).
¿A pesar de que la ocupación de Estados Unidos en Alemania se haya mostrado con
pacifismo, lo que interesa es cómo se está conservando el recuerdo; sobre todo, de aquello
que implicó la guerra (Skrimshire, 2009). Al incluir esos episodios históricos, se verá
también cómo la generación de la posguerra procura recuperar su respectiva moral
(Santner, 1993).
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Así, al haber recapitulado una breve sinopsis de Heimat, tanto como su trascendencia en la
historia del cine, se procede a discutir en qué consiste el objetivo de esta investigación. El
tema cardinal será la percepción de la familia que se tiene en un periodo de posguerra, así
como qué tan necesaria es la intervención y la concientización de cada individuo para
poder desligarse de su propia formación. Esa intención no será egoísta y enajenada, sino,
que asumirá un carácter progresista y moderno.
La idea de migración será totémica para poder percatarse de una volición de querer
desarraigarse de los impactos negativos que produjeron los acontecimientos bélicos del
siglo XX. Por ende, este trabajo argumentará en dos secciones las consecuencias
empobrecedoras de la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. Y finiquitará
con un análisis de por qué los personajes representan diferentes rutas de decisión. Esto
será propicio por la voluntad que tiene el director de retratar dichos escenarios.
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La Primera Guerra Mundial empezó el 28 de julio de 1914. En esta, participaron varios
países europeos, como Alemania, Italia, el Imperio austrohúngaro, Rusia, Reino Unido y
Francia. Fundamentalmente, inicia por reforzar una idea ambiciosa y desequilibrada de
nacionalismo e imperialismo, en la que la lucha por la adquisición y la conquista de
territorios era esencial para la sociedad, la política y la economía.
No obstante, con el tiempo, se fueron generando desacuerdos que concluyeron en
declaraciones de guerra entre potencias. Ese contexto bélico ocasionó la muerte de 9 a 10
millones de los 70 millones de combatientes que se enfrentaron a esta catástrofe (Muena,
2014). En 1918, al término de la Gran Guerra, Alemania fue una de las más afectadas por su
estatus de país derrotado; incluso, puede sostenerse que por las secuelas quedó
“traumatizada” (Korn-Brzoza, 2017). A propósito de ello, José Muena dilucida esta situación
de la siguiente manera:
REPERCUSIÓN DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL (1914-1918)
APRECIADA EN EL ENTORNO FAMILIAR DE HEIMAT
La Primera Guerra Mundial puso fin a un periodo donde predominaba el
optimismo en el futuro de la humanidad y la creencia absoluta en el progreso
indefinido basado en el desarrollo científico y técnico de la era industrial.
Además, mostró que la superioridad del continente europeo no era así; también
se apreció que los avances que causaban tanta admiración en esos instantes
permitieron eliminar a una gran cantidad de seres humanos y causar el
sufrimiento de miles de familias, esto trajo como consecuencia un pesimismo
general donde todos querían solo disfrutar la vida, ya que era corta. Se ve un
descontrol en que modificó el actuar de la población (Muena, 2014, pp. 21-22).
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Por esa razón, la derrota provocó que los alemanes se quedaran con sus ideales truncados
del nacionalismo y el imperialismo, por lo que empieza a indagarse sobre la hegemonía de
los países europeos. De igual modo, los afectados comenzarán a padecer una desolación
considerable por las pérdidas humanas, económicas y sociales, merced a que las
condiciones de vida se tornaron deplorables y limitadas.
Hubo una inflación de precios y el país no contaba con los recursos para poder pagar la
deuda externa originada por los países vencedores de la Triple Alianza, a quienes se les
debía otorgar una cuantiosa indemnización (Cuervo, 2015) . Incluso, se hizo un armisticio
en el que figuraba ese compromiso forzoso de Alemania de hacerse responsable
económica y militarmente, además de conceder parte de su territorio al bloque enemigo, y
así dejaban de pertenecerle (Muena, 2014).
Eso se observó en el Tratado de Versalles. Al país, no le convenía por cuestiones sociales y
económicas. Más adelante, emergerían movimientos nacionalistas por la insatisfacción de
esos corolarios que los perjudicaban . A la vez, se desarrollará una idea de competencia
por demostrar la supremacía entre países. Todas estas inquietudes y discrepancias sociales
generarían posteriormente la Segunda Guerra Mundial. En Heimat, se aprecia esa actitud
de los aldeanos, quienes participan en discursos que se realizan al levantarse monumentos
por los fallecidos en la Gran Guerra:
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Con lo anterior, se corrobora que muchos de los alemanes conservaron su espíritu bélico
luego de su derrota en la Primera Guerra Mundial y, sobre todo, se hallaban inconformes
con la realidad. Ese presente que se exterioriza los afecta rotundamente y asumen que
mantener el ritmo de vida tradicional no los conducirá a ningún propósito fructífero.
Eso explica por qué más adelante varios personajes se adscriben a la ideología
nacionalsocialista; es más, se integran a partidos políticos y se jactan de exponer las
banderas nazis en sus domicilios . Hitler fue su líder supremo (Korn-Brzoza, 2017).
Homenajean a este personaje que se autodenominó el Führer . En Heimat, Hunsrück ha
votado por él. El pueblo lo ha preferido (Barkin, 1991). Se aprecia que los aldeanos celebran
desde sus casas su cumpleaños un 20 de abril y lo conmemoran en las cenas y las
reuniones familiares (Reitz, 1984c).
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Nosotros, los alemanes que todavía conservamos ideales hemos de trabajar para
que vuelvan tiempos mejores. Hemos de luchar por la justicia, la lealtad y la
moral en nombre de la guerra que ya terminó, a causa del absurdo Tratado de
Versalles que humilla a nuestro pueblo. A propósito de Alemania, resurgirá la
genialidad de su sangre, que nos sacará de su humillante prisión como un
salvador. Ya se puede percibir su resplandeciente presencia desde lejos.
Entonces, nos llegará la paz, una paz necesaria para el gran futuro de nuestro
Estado y que tendrá influencia en la historia mundial. Nuestros seres queridos no
han muerto en vano (Reitz, 1984a, 36m35s).
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La llegada de este hombre los ha conmocionado. Les impresiona la figura que representa
para ellos. Se han dejado influenciar por sus propuestas y se acoplan a cualquier tipo de
tradiciones que empiezan a instalarse, como el saludo “Heil, Hitler”, que incluso se expande
en otros sectores, como el educativo (Korn-Brzoza, 2017). También, creen en él porque lo
consideran como una esperanza para la nación, que será capaz de aliviar los sufrimientos
generados por la Gran Guerra (Muena, 2014).
No obstante, es necesario mencionar cuál es el trasfondo de esa predilección de la
sociedad alemana. La ideología o el régimen totalitarista que pregona Hitler en esa
Alemania nazi o ese Tercer Reich se basaba en la búsqueda de la expansión territorial. Por
eso, hay un refuerzo en la parte militar y el adoctrinamiento imperialista, asumiendo que el
servicio militar era obligatorio casi a nivel mundial en ese entonces (Muena, 2014).
Debía hacerse un trabajo preeminente para conseguir resultados mayores. Se pensó
bastante en que esa sería la única manera de potenciar su comercio exterior y la economía
de la guerra (Cuervo, 2015). Esa economía que deseaba Hitler reanudaba una democracia
política y comunista, muy diferente de la que poseía Estados Unidos, que fue de índole
más capitalista.
Para concretar ese propósito, la individualidad de cada ciudadano estará soslayada. Su
valor ya no será fundamental. Su utilidad será significativa en cuanto que tenga una
función instrumentalizadora para la guerra. Por ende, el sujeto del Tercer Reich quedará
desplazado, al igual que sus derechos y sus libertades. Además, se le instala el
pensamiento antisemita, una ideología racista que pretende rechazar, anular y
menospreciar a todo aquel que tenga descendencia judía, aparte de que la tomarán como
amenaza para sus intereses (Barkin, 1991) .
Considerarán a los judíos como una raza inferior. Asimismo, todo aquel que se opusiera a la
ideología nazi en Alemania era torturado o aniquilado en un campo de concentración. Este
destino trágico les sucedía a quienes defendían las doctrinas conservadoras y clericales
(Rodríguez, 2016), como los integrantes de la Iglesia alemana, que denunciaban con
constancia la violación sistemática de los derechos humanos (Cuervo, 2015).
Desde 1933, estuvieron presentes los campos de concentración, donde se retuvieron como
rehenes a todos los opositores políticos a la ideología nazi o al Tercer Reich y a quienes
tenían ascendencia judía (Muena, 2014) . Allí fueron torturados y exterminados en cantidad;
en algunas ocasiones, también se les asignó que realizaran labores no remuneradas de
construcción, mientras la clase media y alta alemana gozaba de privilegios y comodidades
medulares (Cuervo, 2015).
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Para lograr la detención de estas personas, intervinieron las organizaciones de la SS
(“Schutzstaffel” o “escuadras de protección” que fueron creadas por Hitler) y las SA
(“Sturmabteilung” o “sección de asalto”) (Cuervo, 2015, pp. 67-68). De igual modo, quienes
hacían este rol de acusación y de hallazgo de opositores fueron los miembros de la
Gestapo (policía secreta alemana). Encima, los mismos nazis se encargaban de delatar a
sus opositores, que mayormente eran socialdemócratas o comunistas.
En ese contexto, lo más conveniente era afiliarse a la ideología que se proponía e imperaba
en el Tercer Reich . En Heimat, se hace referencia al personaje Fritz, quien es arrestado por
unos policías que lo conducen a un campo de concentración. La causa de esa detención
no es más que para reeducarlo y despojarlo de su espíritu marxista, que criticaba el
nazismo (Reitz, 1984b).
En ese sentido, la adscripción nacionalsocialista será una obligación para poder sobrevivir.
Esta irá en ascenso. Históricamente, el nazismo aumentará y se consolidará con mayor
determinación en 1925 (Cuervo, 2015). Antes, no era tan notorio.
Para poner un ejemplo de ese desinterés inicial, es evidente el contexto que se aprecia
cuando el joven Paul Simon regresa a Schabbach el 9 de mayo de 1919, después de finalizar
la Gran Guerra. Su retorno se habrá concretado, luego de haber caminado durante 6 días
de Francia a Hunsrück (Reitz, 1984a).
Lo curioso en todo esto es que no se comenta absolutamente nada acerca de los motivos
de esa gran catástrofe histórica, así como la pérdida de los parientes o las repercusiones en
las distintas familias. Este tema no es de interés en las conversaciones de los aldeanos
(Skrimshire, 2009). A lo mucho, se menciona información afín, sintetizada e irrelevante a
quienes saben y han estado en la guerra. Esto sucede cuando se alude a la muerte de
Helmut en Rusia (Reitz, 1984a) o cuando un aldeano de Schabbach menciona el asesinato
de sus tres hijos por haber participado en la guerra.
Por otro lado, es necesario destacar que posterior a la Primera Guerra Mundial las
comunicaciones empiezan a presentar dificultades. Con respecto a los congéneres, resulta
intrincado tener noticias sobre algún pariente que se ha implicado en la guerra. Se
desconoce su paradero, incluso, se asume que ya ha fenecido. En el universo de Heimat, ya
no se confía en la palabra de los hombres, porque que su participación en la guerra y el
tiempo extenso en el que se ausenta producen inestabilidad en la familia.
Esa dinámica incierta es aprovechada también para otras circunstancias. Verbigracia, Paul
Simon no solo abandona a su mujer María con sus dos hijos Anton y Ernst, sino que
siempre pretende dejar un rastro neutral con un desinterés implícito a través del discurso
escrito, así como expresa su intención de volver pronto y que quiere a todos: padre, madre,
hijos y esposa.
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Sin embargo, con el decurso de los años, se va complicando la trama. Otros personajes se
van involucrando en ese contexto rural en el que se desenvuelve María, así como van
surgiendo otros intereses a partir del desarrollo de la historia. Desde que Paul se ha ido de
Schabbach a Estados Unidos (Reitz, 1984b) con un propósito progresista y moderno han
transcurrido diez años para que él vuelva, ya en 1938. Para ese entonces, María está
disgustada, triste y decepcionada, pues ya ha establecido una relación sentimental con
otra persona: Otto, con quien tendrá otro hijo después llamado Hermann Simon.
Su predilección por mantener el nexo amoroso con Paul es imposible en ese momento. Ya
no desea estar con él (Reitz, 1984e). Aun, los niños Anton y Ernst no estuvieron de acuerdo
con su retorno, tal como se dicen entre ellos: “Yo no quiero verlo ni mamá tampoco” (Reitz,
1984e, 31m41s).
A todo ello, se nota que la presencia masculina ha sido claramente sustituida por la
femenina. Ella es la que cuida, cría, trabaja y toma decisiones. El rol de la mujer será
cardinal para tener en cuenta una idea más próxima de la familia y la moral. Acerca de ello,
Thomas Elsaesser sostendrá lo siguiente: “Alemania se vincula con lo femenino, la
maternidad y la hermandad, así como la tierra, las regiones y las estaciones representan a
la nación. Por naturaleza, las mujeres y la familia conformarán la Historia” (2005, p. 390).
Históricamente, ese fenómeno fue una constante en Alemania en esa etapa, debido a que
se observa una superpoblación femenina. En la guerra, la mayoría de pérdidas era de
varones jóvenes, en la que el 20 % de los fallecidos estaban entre los 20 y los 40 años
(Muena, 2014). Muchas veces, se terminan apreciando generaciones huérfanas, producto
también de las secuelas físicas y psicológicas de la Gran Guerra (Angier, 1990) . Por ende,
las mujeres ya tendrán una participación más activa en distintos ámbitos de la vida;
incluso, se responsabilizarán de cargos dentro de la política y la economía del país.
Pensarán en la reivindicación de sus derechos.
La educación de los niños no era tan sólida en ese entonces, por lo que fue muy fácil que
ellos se dejen adiestrar por una ideología basada en lo militar, así como les será
convincente asumir que ellos son merecedores a una calificación de raza superior. Esa
concientización partirá de forma gradual. Empezará como si se tratase de un
entretenimiento. Eso se corrobora con Hans, el niño ganadero que tiene un ojo
deteriorado. Él siente inquietud por las armas, hasta que se le presenta la oportunidad de
maniobrar un fusil de un militar que resguardaba un campo de concentración y probar
qué tan buena puntería tiene al disparar.
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Es más, será autorizado por un oficial alemán por su destreza; además, luego podría ser útil
para su Ejército (Reitz, 1984c). Por lo tanto, los adultos irán permitiendo estas nuevas
prácticas a los más pequeños, que provienen de una ideología nazi. Los incentivarán a que
les guste jugar con armas o avionetas, que eran las preferidas de Hitler por los buenos
resultados que había obtenido en las guerras. Las armas eran accesibles en ese periodo y
se luchaba para incrementar su cantidad, pues ese fue el propósito de varios países en ese
contexto (Muena, 2014).
En 1936, lo relacionado con la búsqueda de armamentística originará trabajo para muchos
(Korn-Brzoza, 2017), aunque también se tomarán medidas pertinentes para evitar
cualquier tipo de peligros. Por ejemplo, tan solo el uso de las armas conllevaba infecciones
a los habitantes, quienes muchas veces terminaban enfermos o fallecían. Esa situación no
se constató en Heimat, pero sí fue notorio cómo influyeron los adultos para la aceptación y
la conformidad con que manipulen armas o medios de transporte que se empleaban para
esos fines.
Verbigracia, Otto le regalará al hijo de María, Ernst Simon, un avión de madera para que
juegue con él. Esto es curioso, porque al poco tiempo el niño se integrará al Cuerpo Aéreo
de las Juventudes Hitlerianas (Reitz, 1984d); y, más adelante, se dedicará a la aviación y
tendrá un helicóptero personal.
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La Segunda Guerra Mundial comienza el 1 de septiembre de 1939. Ese inicio es reanudado
en Heimat con la misma fecha. Es más, se hace una recreación de ese evento histórico a
través de la transmisión de la noticia por radio y forma parte de los comentarios de los
aldeanos de Schabbach (Reitz, 1984e).
No obstante, existe una realidad que empieza a desarrollarse posterior a la Gran Guerra, la
cual se corrobora con la nueva generación de alemanes. Esta es conocida específicamente
como las Juventudes Hitlerianas. Surgió en 1920 con el nazismo y significó un gran
potencial en el Tercer Reich. Al principio, sus miembros no sobrepasaban los 10 000; sin
embargo, terminan siendo 2 millones y, para 1936, ya eran 5 millones (Korn-Brzoza, 2017) .
Esto se concretó debido a que esa afiliación se convirtió en obligatoria. No había modo de
contradecirse a ese movimiento.
Los jóvenes de otros partidos tuvieron que integrarse allí desde 1933. La preparación que
ellos tenían era netamente militar. Para conseguir ese atractivo, se les iba inculcando por
medio de actividades populares, así como juegos de guerra y estrategia. Esa labor era
similar a las tareas que realizaban los Boys Scouts. Para adicionar, se involucraban en otras
acciones, como las de manejar armas, pilotear avionetas o socorrer a los afectados ante
algún atentado bélico. También organizaban desfiles con orquestas.
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REPERCUSIÓN DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (1939-1945)
APRECIADA EN EL ENTORNO FAMILIAR DE HEIMAT
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En general, participar en ese movimiento los hacía sentirse valiosos y felices, además de
que salían de sus rutinas. Para ellos, era un orgullo ser soldados y tener su propio uniforme.
Quienes constituían esta agrupación eran chicos de edades entre 14 y 18 años, sin que
fuera la edad una limitación . Hitler había visto que los niños podían ser un gran recurso
para la guerra. Conforme transcurría el tiempo, los menores más hábiles eran derivados a
que formaran parte de los soldados de las SS (“Schutzstaffel” o “escuadras de protección”).
Es importante aclarar que siempre se tuvo una mayor predilección por quienes
manifestaban mejores cualidades. Los más aguerridos eran privilegiados, mientras que a
los más débiles se los abatía. Había un incentivo a la idea de superioridad y perfección en
ellos; incluso, eran clasificados según su propia raza para determinar quién era el mejor .
Ese paradigma era reforzado con el antisemitismo. Les enseñaron a odiar a los judíos en
las escuelas y considerarlos subhumanos. Esa concientización de ideales nazis fue
preponderante en Alemania, no solo en el ámbito educativo, sino, a través de las
sofisticadas técnicas propagandísticas de los medios de comunicación (Muena, 2014;
Cuervo, 2015) . Les insistían en la idea de que lo más conveniente era exterminar a los
judíos. En muchas ocasiones, estos jóvenes terminarán siendo los principales responsables
de muchos asesinatos a judíos civiles. Como se demuestra, estos niños tenían una
capacidad extraordinaria para acatar todo lo que se les propinaba.
Se había logrado el propósito del Gobierno: controlar a las masas. Aun, juraban a nombre
de la nación y estaban dispuestos a arriesgar sus vidas. Atacaron varios países, como
Francia y Países Bajos, hasta ser derrotados por Polonia en 1943 y por Normandía en 1944.
Pese a esos resultados desfavorables, las Juventudes Hitlerianas fueron leales a su líder
totalitarista, sin tener en cuenta que la situación perniciosa los podría conducir a un
camino incierto. Tanto Hitler como las propagandas que se hacían en ese entonces,
prosiguieron en esa lucha, tal como se continuó apreciando en 1945 (Korn-Brzoza, 2017).
Lo que se puede corroborar en ese contexto histórico del Tercer Reich, al igual que en
Heimat, es que no es palmario un humanismo en funcionamiento. Los valores se han
tergiversado y se discrimina a las personas por conceptos erróneos. La muerte de los
indefensos no será suficiente. Generar el caos y la amenaza constante será lo que
prevalecerá en esa etapa. Esa falta de valor no solo se muestra con los judíos, también es
notoria con los países a los que Alemania ha considerado sus enemigos. Por ejemplo, un
caso particular de los largometrajes de Edgar Reitz es cuando exhibe la condición humana
en degradación del soldado alemán Wilfried Wiegand, quien vivió durante mucho tiempo
en Hunsrück.
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Él revela su patética configuración amoral al no tener ningún tipo de remordimiento por
una persona. Su actuar no justifica lo que llegó a concretar, puesto que él decidió matar a
este sujeto por tomarlo como su adversario. Se trataba de un piloto inglés moribundo que
se hallaba cerca de su territorio alemán y no estaba apto para luchar. Sin embargo, el
espectador termina conociendo su distorsionada manera de pensar cuando el personaje
devela la siguiente información en una reunión: “La solución final se está llevando a cabo
sin misericordia. Entre nosotros, todos lo sabíamos. Suben por la chimenea” (Reitz, 1984f,
55m6s).
Ante esa declaración, Wiegand no hace más que justificar su proceder, el cual es
inhumano ante el juicio de alguien con valores. No obstante, el largometraje contribuirá en
formar ese criterio a partir de la intervención de Pauline Simon, quien se asombra por el
argumento de Wiegand, así como de su frialdad. Por ello, ella desea descifrar el significado
de la expresión de “subir por la chimenea” (Reitz, 1984f, 55m16s), a lo que él le contestará
que no puede entrar en detalles delante de los niños —se refiere a los hijos de Pauline,
quienes estaban en ese momento con ella.
Asimismo, Wiegand continúa con la narración del trato que les dan a los judíos y cómo
repercute en ellos con hipocresía: “Mis camaradas sufren mucho con este asunto. Como
pueden imaginarse, esta es una tarea muy poco placentera” (Reitz, 1984f, 55m33s). Lo que
sostiene no cambia en nada el propósito de los alemanes, pero sí se consigue que pueda
apreciarse cómo ha afectado en demasía la psicología de los combatientes y la percepción
que tuvieron con respecto a la moral.
El ideal totalitarista que se difundió a través de medios propagandísticos forjó una
sociedad dedicada a defender cualquier tipo de amenaza que contrarrestara la producción
nacional en cualquiera de los sentidos. Por esa razón, los alemanes no dudarán en seguir
batallando. Es más, se especializaron para poder extender su territorio y se dejaron confiar
por los trabajos de logística (Rodríguez, 2016). Durante la Segunda Guerra Mundial,
emplearon la estrategia de la “guerra relámpago”, que consistió en atacar con continuidad
distintos países europeos. Eso se pudo cerciorar en 1940, cuando Alemania logró ocupar
Dinamarca, Noruega, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Francia (Rodríguez, 2016).
Sin embargo, será derrotado por Inglaterra, Rusia y Estados Unidos (su refuerzo como
aliado). Luego de ello, todo será más difícil. Los alemanes recibirán bombas de los países
aliados y serán atacados por aviación (Korn-Brzoza, 2017). Recién el 7 de mayo de 1945
Alemania tomó la decisión de rendirse ante los soldados de Rusia, Inglaterra, Estados
Unidos y Francia (Rodríguez, 2016; Muena, 2014). Algunos alemanes consideraron que con
la muerte de Hitler se perdía a uno de sus tan homenajeados héroes (Korn-Brzoza, 2017).
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La Segunda Guerra Mundial al igual que la Gran Guerra produjo una atmósfera de
desconcierto e inexactitud en función de las esperanzas de vida de los combatientes. El
destino de los parientes se sabe cada cierto tiempo, sin que sea algo seguro.
Históricamente, se ha registrado que algunos alemanes estuvieron presos en Rusia hasta
tres años; y, posteriormente, volvían a casa (Korn-Brzoza, 2017).
Por ejemplo, en 1945, se enteran de que Anton Simon desapareció en Rusia y después que
se halla en Turquía. El mismo futuro atraviesa Ernst Simon, de quien se llega a conocer que
ha sido derribado en avión en Francia, aunque luego Klärchen Sisse reporte que pronto él
estará de regreso (Reitz, 1984h). Otro caso es el de Pauline Simon, quien cree que su
esposo Robert ya murió, sin tener una certeza por parte de los militares alemanes.
Con toda esa realidad, se ignora si los combatientes están vivos o difuntos, así como
empieza a haber un desinterés por emprender otro rumbo que no sea lo bélico. Las
noticias, la cantidad de occisos, los cambios políticos o sus respectivas reformas serán un
aliciente para no tener claro un propósito en este mundo. Si uno no está comprometido
con los militares, asumirá roles arriesgados, como ocurre con Otto, quien labora
desactivando bombas.
Aparte de que la función de Otto es peligrosa, él al igual que muchos personajes no tienen
un objetivo explícito por el cual seguir viviendo. María, la mujer que amaba, prefirió que se
marche a Trier, puesto que el padre de sus hijos estaba por volver, y no quería que él
estuviera presente.
Tampoco a Otto le sorprende queal retornar en 1944 se encuentre con un hijo que
concibió con ella: Hermann Simon. No estuvo enterado de que antes de que partiera había
embarazado a María. Con todos estos sucesos, puede afirmarse que ese desamor y ese
futuro que se va construyendo incontrolablemente lo convencieron a que adopte ese
trabajo tan arriesgado, que en un momento determinado lo conducirá a su muerte: fallará
con una desactivación, y fenecerá (Reitz, 1984g).
Lo que pasa con Paul Simon es aún peor, quien emigró a Estados Unidos, esperanzó a
María y sus hijos, pero al final terminó residiendo fuera de Schabbach para constituir otra
familia. La vida en general no se muestra de una forma alentadora. Todo se ha convertido
en desaliento. Un caso concreto es cuando aniquilan a Rudolf durante la guerra. Su pareja
Martina quedará tan afectada al observar ese atentado que suscita que ella se desespere y
se exponga a ser asesinada (Reitz, 1984h).
En Heimat, se alude que el 18 de marzo de 1945 los americanos llegaron. Eso significaba
que la guerra había acabado para los alemanes (Reitz, 1984h). Históricamente, ese ingreso
de los norteamericanos sirvió para concientizar a los alemanes de que habían vivido
engañados (Korn-Brzoza, 2017).
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Se les adoctrinó de tal manera para que fueran capaces de diferenciar en qué consistía la
democracia, así como debían estar agradecidos de haber sobrevivido. Desde un punto de
vista metafórico, ese odio a la cultura de Estados Unidos que, por ejemplo, profesaba el
soldado alemán Wiegand (Reitz, 1984h) será reemplazado por la aceptación agradable y
paradójica que tiene Eduard al recibir y consumir un chocolate norteamericano Hershey’s.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, se descartó toda idea de supremacía por parte de
Europa (Muena, 2014). Alemania ya había tenido muchas pérdidas demográficas y
económicas, así como se redujo su tasa de natalidad y se hicieron bastantes cambios
políticos. En ese entonces, solo les restaba cumplir con los armisticios que fueron
exigidos por los países aliados vencedores (Rodríguez, 2016).
Frente a ese contexto, quedó pendiente la tarea de reconstruir y reforzar la consolidación
de la familia, la cual terminó perjudicada y desorientada. Eso es palmario en el vínculo
fraternal entre Anton y Ernst, quienes de adultos exponen constantes desacuerdos,
enfados y hasta peleas. En múltiples ocasiones, el hermano menor reclama al mayor que lo
deje de tratar como si él fuera un niño.
Esa situación se apreciará cuando discuten acerca de la posesión de la casa de su mamá
(Reitz, 1984k). Al respecto, Angela Skrimshire (2009) ha argumentado que esas
desavenencias podrían sustentarse por la genealogía de los personajes, además de que
esa rivalidad se originaría porque ambos exhiben un carácter totalmente antitético.
No obstante, la pretensión de querer enrumbar la unión familiar estará latente al final de
Heimat, en la que se plasma la celebración de muchos pobladores de Hunsrück, con
música, orquesta, bailes y dinámicas particulares (Reitz, 1984k). Todo eso conduce a pensar
en la concepción de carnavalización que trabaja el teórico ruso Mijaíl Bajtín, el cual podría
ser un tema por desarrollar en una investigación postrema.
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Una de las ideas de Edgar Reitz es articular cómo los personajes claudican de su círculo
social sin necesidad de que ellos muestren dolor (Santner, 1993). Para ello, se incluirá lo
favorable de lo que les promete lo moderno, en oposición a lo tradicional. Por más que la
modernidad de Estados Unidos les ofrezca el oro, el progreso y las tecnologías, el director
prefirió empecinarse en influenciar en el espectador para promover la riqueza del mundo
natural y lo provechoso que resulta el entorno familiar.
PROPÓSITO DE LA DESINTEGRACIÓN FAMILIAR EN HEIMAT:
SUPERACIÓN PERSONAL
3
Varios de los personajes que vivieron en Schabbach no tuvieron otra volición más que
desenvolverse en ese mismo ambiente. Emprendieron labores costumbristas y básicas
para subsistir. Ese ejemplo se constata con claridad en la genealogía del herrero Mathías
Simon, padre de Paul, Eduard y Pauline. En el transcurso de los once largometrajes, se
aprecia que algunos personajes solo han envejecido sin haber tenido algún tipo de
interacción o ascenso en sus propias vidas. Así como nacen, mueren sin dejar algún aporte
a la sociedad. En ese caso, podría indicarse que eso ocurrió con Karl Glasisch, quien solo se
dedicó a narrar vagamente lo que pasó en su pueblo de Schabbach.
Sin embargo, esa vida rural y regional en Hunsrück es puesta en cuestionamiento cuando
se incorporan elementos concomitantes de la modernidad con sus respectivas
tecnologías, que se orientan más a desarrollar un capitalismo, que terminará siendo
traicionero y detestable para la historia de algunos personajes. Para Eric Santner (1993),
Paul Simon es una imagen de esa deserción, esa corrupción y ese facilismo que ofrecía
Norteamérica en ese contexto, en vez de alistarse para la guerra.
Ahora, él se ha convertido en un americano adinerado. Eduard lo felicita por su decisión de
haber migrado a los Estados Unidos. Su condición económica y laboral es admirable (Reitz,
1984h). Lo curioso es que le recomienda que ya no regrese, merced a que en Schabbach
no habrá un buen futuro. Otra interrogante es que por qué no se opta por la migración en
general de todos esos aldeanos, pues se sabe que Paul logró un éxito prominente. Él es
una garantía de que el triunfo será visible también para ellos si eligen salir de su lugar de
origen.
Con tan solo la cooperación con Paul, se patentizará el desplazamiento de todo lo que esa
Alemania rural podría ofrecerles a sus congéneres residentes. Eso se aprecia con claridad
cuando sus hijos y Hermann acuden a él para recibir un financiamiento para sus proyectos.
Paul es capaz de poder contribuir a que se concreten sus anhelos por medio del capital
conseguido en el extranjero. Él los ayudará a progresar sin necesidad de que ellos tengan
que cruzar el continente en busca de una posición económica destacable.
En torno a ello, Kenneth Barkin afirma lo siguiente: “Ante todo, Heimat es una película
sobre una comunidad y su respectiva escala. La modernización es el falso mesías que ha
alejado a Alemania de un mundo vernáculo de valores tradicionales e ideales humanos”
(1991, p. 1125). En ese sentido, Ernst y Anton no tienen nada por desarrollar en
Schabbach luego de la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, gracias al universo artificioso que se puede consolidar a través del capital
norteamericano de Paul Simon, Anton erigirá una fábrica de óptica , donde tiene a 180
trabajadores a su disposición. Su negocio le irá muy bien. Para el caso de Ernst, su
imaginación le permite hacer una reconstrucción de los materiales que se emplearon en la
Segunda Guerra Mundial.
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Asimismo, coleccionará maderas, puertas, ventanas, así como otros instrumentos. Él es
dueño de una mansión en Schabbach y cuenta con un helicóptero personal (Reitz, 1984i).
Si bien esta labor que realiza Ernst es más monumental, sirve como referente para llamar
la atención historiográfica de otros países; por el contrario, el negocio de Anton sería por
antonomasia el más provechoso y práctico.
Para terminar, Angela Skrimshire (2009) ha indicado que a partir del largometraje 9 de
Heimat hacia adelante se plasma a una Alemania más occidentalizada . Por un lado, esto
es producto de que ya se vive una situación de posguerra y que uno de los personajes
empieza a tener mayor relevancia y protagonismo: Hermann Simon.
En 1955, se muestra cómo él es uno de los primeros de Schabbach que tiene la
oportunidad de ir a un colegio, además de que tiene otros gustos más modernos, como el
de tocar la guitarra y escribir poemas. Su sueño es ser compositor. Sin embargo, se genera
todo un conflicto familiar por un enamoramiento desenfrenado que tiene con una chica
mayor que él, Klärchen. Esa experiencia negativa hará que Hermann no logre asimilar su
estadía en esa zona rural y local de Hunsrück y opte por una vida totalmente diferente.
Frente a esa desazón y desconcierto, se narra su destino al final del episodio: “Cuando
Hermann cumplió 18 años, se marchó del pueblo para siempre. Estudió música en varias
capitales y se convirtió en compositor” (Reitz, 1984i, 2h16m32s). Hermann emprenderá sus
estudios en Mónaco; incluso, llegará a ser eximio por su música vanguardista y
experimental que es transmitida por radio (Reitz, 1984j). Por lo tanto, el personaje alcanzará
el éxito a partir del odio y la mala experiencia que tuvo con sus congéneres, quienes
impidieron con gran vehemencia que Hermann continuara su vínculo amoroso con
Klärchen.
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En Heimat, se vio representado un espíritu combatiente, que emergió de la pérdida de la
Gran Guerra, tal como se constató al momento de que se levantaran monumentos a los
soldados alemanes fallecidos. Encima, se empieza a cerciorarse cómo se va introduciendo
la ideología nazi en el pueblo de Schabbach, al igual que la conformidad con la presencia
de Hitler, quien será homenajeado en múltiples oportunidades. De la misma manera, es
palmario cómo influye esta doctrina inusitada en las decisiones y los comportamientos de
los aldeanos de Hunsrück. La consolidación del Tercer Reich significará una nueva
sociedad que impera y escandaliza al resto de Europa.
A propósito de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los registros históricos develan de
qué modo la propaganda y la instrucción militar fueron de gran ayuda para constituir una
conciencia bélica en muchos jóvenes alemanes, tal como se pudo evidenciar en Heimat
con las Juventudes Hitlerianas. Por consiguiente, la producción fílmica de Edgar Reitz
permite apreciar cómo se va instalando ese interés armamentístico y totalitarista que
concluirá con la llegada de los norteamericanos.
CONCLUSIONES
Todo ello es llamativo, ya que por medio de los once largometrajes se alcanza recrear
etnográficamente y con verosimilitud todo ese anhelo de los aldeanos en configurar su
propia ideología, como el antisemitismo del soldado alemán Wilfried Wiegand, la
predilección de Ernst Simon por los aviones, la integración de Anton Simon a las
Juventudes Hitlerianas, las remembranzas que hacen de Hitler en las reuniones familiares,
etc. Asimismo, con el decurso de la trama, los personajes irán revelando cómo está
condensada la idea de familia. Es más, se nota que esta ha sido reemplazada por diversos
factores, ya sea por la preponderancia femenina como una figura sustitutiva del hombre, el
deseo de adquirir la modernidad o la carestía de sentido de la existencia humana.
Para finiquitar, está latente la noción de progreso que el director Edgar Reitz plasma como
una inquietud y una forzosa necesidad en Heimat: Eine deutsche Chronik (1984), sin
descuidar la relevancia de la familia y el entorno rural de Alemania. Esta parte de la
investigación resultó un análisis subjetivo de los corolarios que se obtuvieron de los
personajes en su condición de posguerra. Se tomó como referente a Paul Simon, quien
pudo lograr un auge económico y una superación individual en un territorio distinto del de
Schabbach.
De igual forma, se percibieron las razones por las que la Primera Guerra Mundial y la
Segunda Guerra Mundial no condujeron a que los pobladores pudieran surgir si no era con
ayuda de la propuesta económica capitalista que ofrecía Estados Unidos. Hermann Simon
quedará defraudado y desconcertado del trato vergonzoso y traumático que le brindaron
sus congéneres en Schabbach. El personaje principal verá como una alternativa de
progreso y modernización el hecho de migrar de ese ambiente rural. Solo conseguirá el
éxito como compositor de música en Mónaco. Por el contrario, Heimat concluye en la
junción y la celebración de la mayoría de integrantes de Hunsrück, que significaría una
esperanza de que el concepto de familia pueda reconstruirse con un trabajo consciente
que se encuentre desarraigado de lo bélico.
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Esta traducción se ha realizado de manera personal. La cita original es la
siguiente: “The stories in these films are not historical records, they are the
records of memory” (Skrimshire, 2009, p. 12)
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NOTAS
1.
La economía de Alemania se vio mucho más afectada en la crisis de 1929, que
perjudicó a todo el mundo. Para Benedicto Cuervo (2015), este país al igual que
Estados Unidos resultaron los más dañados, puesto que sus respectivas
producciones industriales se reducirían a la mitad entre 1929 y 1932. Sin
embargo, en Heimat, la escasez no se deslinda tanto en Schabbach; más bien,
se nota que hay una labor que va progresando paulatinamente. En cierta
medida, ese avance es a causa de que los ingresos que se perciben de allí
provienen del trabajo manual que se efectúa en esa misma localidad.
2.
En la crisis económica del tercer decenio del siglo XX, se adjudicó una crisis
política en Alemania. Por ejemplo, en ese periodo, se convocó a urnas en cinco
oportunidades: cuatro para las elecciones generales y una para la elección
presidencial (Cuervo, 2015).
3.
En la serie de once largometrajes de Edgar Reitz, se recrea que el 30 de enero
de 1933 los pobladores de Simmerm han hecho una propaganda asidua de
Hitler.
4.
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Hitler es nombrado jefe del Gobierno el 30 de enero de 1933. Un año después,
obtendrá el cargo de jefe de Estado y de Gobierno de Alemania (Cuervo, 2015).
5.
Se considera que Hitler tuvo una ideología antisemita desde que estuvo en
Viena durante el primer decenio del siglo XX. Le repulsaba la combinación de
razas (Cuervo, 2015).
6.
Para tener una idea de la cantidad de reos, solo en Polonia se arrestó a un total
de 17 000 personas con descendencia judía. Este hecho se realizó el 30 de
agosto de 1938 (Cuervo, 2015).
7.
En algunas ocasiones, se adoptaban medidas extremas al no poder alcanzar la
detención efectiva de la mayoría de opositores y judíos. Verbigracia, el 9 de
noviembre de 1938 ocurrió la “noche de los cristales rotos”. En esa oportunidad,
los alemanes destruyeron las propiedades de los judíos que aún permanecían
en Alemania. Ese proceder se entendió como una forma de protesta para que
los afectados se sometieran a las exigencias del Gobierno, aunque eso
significara su muerte (Cuervo, 2015).
8.
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Históricamente, la modernidad alemana en las zonas rurales termina siendo
algo tardía con respecto a cómo se estaba patentizando en Estados Unidos a
principio del siglo XX. Las primeras muestras de ese avance y ese progreso se
corroboran en Heimat cuando se inician las construcciones de autopistas en el
pueblo. Estas serán novedosas para ellos. Aparte, conllevará un gran aporte para
los resultados de sus labores, puesto que se empieza a cerciorar una mejoría en
torno a la producción agrícola y la economía.
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Esta traducción al español es mía. La cita original es la siguiente: “Germany is
linked to the feminine, motherhood, sisterhood; the land, the regions, the
seasons come to stand for the nation, and History along with women and the
family are reclaimed as Nature” (Elsaesser, 2005, p. 390).
10.
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9.
Cuando Paul Simon regresa a Schabbach en 1919, es notorio un aspecto algo
perjudicado, como si se tratase de un inadaptado en ese universo rural. Todo lo
observa con extrañeza; incluso, sus congéneres no tienen un provecho para él. A
esta afección psicológica, se le puede añadir la experiencia que se le muestra al
espectador de que este personaje es capaz de ver y escuchar a un compañero
suyo que está difunto. En ese sentido, es posible asumir que Paul Simon no está
apto para poder acatar una responsabilidad como esposo y padre, puesto que
no ha terminado de comprender que ya se encuentra en otra realidad (Reitz,
1984a).
11.
En Heimat, se puede recordar que Anton Simon, el hijo primogénito de María,
subyace a las Juventudes Hitlerianas. Luego, terminará implicándose en la
guerra. Su dedicación y su compromiso con la nación son tantas que claudica
poco a poco de su familia. En una oportunidad, llega a concretar su matrimonio,
y esa ceremonia tendrá que hacerla a distancia, ya que se encuentra en una
comisión militar.
12.
Con respecto a la aviación alemana, es imprescindible aludir al segundo hijo de
María Simon, Ernst, quien tiene una habilidad destacable para maniobrar estos
medios de transporte. Es más, cuando sucede este evento familiar en
Schabbach, él pasa cerca de allí y lanza unas rosas. Esa acción causa asombro al
comandante, quien con premura le delegará una misión bélica al día siguiente.
13.
Al acabar con Hitler, se pudo reconocer que muchos soldados eran
adolescentes; es más, varios de ellos no contaban ni con 15 años (Korn-Brzoza,
2017).
14.
El control de las razas se hizo a nivel nacional en Alemania. En la producción de
Edgar Reitz, se aprecia esa eventualidad a través de las conversaciones de los
aldeanos de Hunsrück. En una ocasión, se hace explícito el requerimiento de
que Paul Simon se efectúe una prueba para determinar su raza aria. Esa misiva
se les notificará a Eduard y Lucie.
15.
En torno a esa volición de influir en los alemanes para que adopten una postura
antisemita, es necesario evocar lo que ocurrió en 1940, fecha en la que se
proyectó la película El judío eterno, con el propósito de propiciar el odio hacia
los judíos. Algo similar ya se había realizado en 1937 con la exposición de una
imagen controversial de los judíos en la Biblioteca de Museo Alemán en
Mónaco. En el caso de Heimat, se hace una representación icónica en 1944 al
mostrar que los soldados alemanes se complacían viendo en sus campañas de
guerra las proyecciones fílmicas de los asesinatos de los judíos.
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16.
Previamente, el 3 de septiembre de 1939 Inglaterra y Francia ya habían
declarado la guerra a Alemania, pues no aprobaban la presencia del nazismo
(Muena, 2014). Ese mismo año el Tercer Reich invadía Polonia, país que era
aliado de Francia e Inglaterra.
17.
Sobre Robert, una de sus últimas menciones fue cuando partió de Hunsrück. El
Führer lo mandaba a llamar. Ante ello, su esposa Pauline se quedó con su cargo
en la tienda de relojes que él administraba. Ella piensa que ese retiro será
provisional, puesto que asume que su marido ha sido tomado para que se
desempeñe como un soldado nazi.
18.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Alemania se dividió en dos: la
República Federal de Alemania (RFA), controlada por Estados Unidos, Reino
Unido y Francia, y la República Democrática Alemana (RDA), supervisada por la
Unión Soviética (Korn-Brzoza, 2017). En el caso de Heimat, se hace una
referencia a los líderes nazis y el juicio de Nuremberg (1946), acontecimientos
que quedaron registrados en la historia del país.
19.
La cita que he mencionado se tomó de su fuente original escrita en inglés:
“Heimat is, above all, a film about community and scale. Modernization is the
false messiah that has lured Germany away from a vernacular world of
traditional values and humane ideals” (Barkin, 1991, p. 1125).
20.
Anton pudo regresar a Schabbach después de la Segunda Guerra Mundial. Para
él, eso no fue fácil, puesto que estuvo prisionero en Rusia y, al ser liberado, tuvo
que caminar 5000 kilómetros para llegar a casa (Reitz, 1984h).
21.
Un interés inicial de Anton por la óptica se aprecia cuando él está incursionando
como soldado en el invierno de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. En
ese entonces, él ha aprendido a reparar los lentes que se utilizan para las
proyecciones fílmicas.
22.
La occidentalización se corrobora en Alemania por la incorporación de nuevos
elementos que evidencian el contacto consuetudinario con la modernidad. Por
ejemplo, en Heimat, Glasisch dice que ya van a inaugurar la televisión a color
(Reitz, 1984j). Ese anuncio es un indicador de que se pasará a otra etapa. Debe
tomarse en cuenta que esa alusión es neurálgica, merced a que los once
largometrajes de Edgar Reitz fueron filmados con una tonalidad monocroma.
23.
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los soldados [largometraje 7]. Alemania del Oeste (RFA): Westdeutscher
Rundfunk (WDR), Sender Freies Berlin (SFB).
Reitz, E. (Prod.) (Dir.) (1984h). Heimat: Eine deutsche Chronik [serie televisiva]. El americano
[largometraje 8]. Alemania del Oeste (RFA): Westdeutscher Rundfunk (WDR),
Sender Freies Berlin (SFB).
Reitz, E. (Prod.) (Dir.) (1984i). Heimat: Eine deutsche Chronik [serie televisiva]. El pequeño
Hermann [largometraje 9]. Alemania del Oeste (RFA): Westdeutscher Rundfunk
(WDR), Sender Freies Berlin (SFB).
Reitz, E. (Prod.) (Dir.) (1984j). Heimat: Eine deutsche Chronik [serie televisiva]. Año de
efervescencia [largometraje 10]. Alemania del Oeste (RFA): Westdeutscher
Rundfunk (WDR), Sender Freies Berlin (SFB).
Reitz, E. (Prod.) (Dir.) (1984k). Heimat: Eine deutsche Chronik [serie televisiva]. La fiesta de
los vivos y los muertos [largometraje 11]. Alemania del Oeste (RFA):
Westdeutscher Rundfunk (WDR), Sender Freies Berlin (SFB).
Rodríguez, M. (2016). La Segunda Guerra Mundial en el NO-DO (1943-1945) (Tesis doctoral,
Universidad Complutense de Madrid).
https://eprints.ucm.es/id/eprint/38131/1/T37393.pdf
Santner, E. (1993) [1990]. Stranded Objects. Mourning, Memory, and Film in Postwar
Germany. Nueva York: Cornell University Press.
Skrimshire, A. (2009). Heimat of Memory, Imagination and Choice: An Appreciation of
Edgar Reitz’ Heimat films.
http://heimat123.net/Appreciation_of_Heimat_16Jan2009.pdf
Revista Estudios, 2022
N. 45 | Diciembre 2022 - mayo 2023
Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial...
| Delgado Del Aguila, Jesús Miguel
