Revista Estudios, 2023. ISSN 1659-3316
Febrero 2023 Altamirano Pacheco
Dossier: I Jornadas de Estudios Clásicos del Departamento de Filología Clásica (UCR)
experimentó Cicerón y denunciar públicamente la conjuración. No obstante, para
ese momento, ca. 8 noviembre del 63 a. C., el arpinante no cuenta todavía con las
evidencias más relevantes. Este aspecto influye en la inventio, ya que se torna
más hacia la vituperatio de la figura de Catilina, estrategia a partir de la cual el
orador pretende afirmar el hecho mediante la estratagema de una falacia ad
hominem combinada con una etopeya negativa que potencie la credibilidad del
resto de senadores en la conjuración. En términos sencillos: busca dar por real la
conjuración a través de la opinión negativa que propone sobre el líder de esta.
A partir de lo sugerido, la exposición coincide con la coniectura, dado que
Cicerón empieza a “vender” la idea que Catilina sí había planeado algo y como no
tiene suficientes pruebas todavía, opta por repulsar a este personaje. La estrategia
se complementa con el tópico egredere ex urbe (“sal finalmente de la ciudad”),
donde pretende, pragmáticamente, que Catilina se retire de Roma:
Quae cum ita sint, Catilina, perge quo coepisti, egredere aliquando ex urbe;
patent portae; proficiscere. Nimium diu te imperationem tua illa Manliana
castra desiderant. Educ tecum etiam omnes tuos, si minus, quam plurimos;
purga urbem.
Dada la situación actual, Catilina, continúa con tus planes iniciales: sal de
una vez de la ciudad, las puertas están abiertas, márchate. Aquellos
campamentos tuyos de Manlio ya hace demasiado tiempo que te echan de
menos como a su general. Llévate contigo también a todos los tuyos y, si no,
al mayor número posible; limpia la ciudad.
(In Catilinam I, 10).
De lo anterior se rescata el pensamiento sobre los planes de Catilina y,
mediante la ironía, el orador latino le invita a retirarse para continuar con lo
planificado. Esto va en conexión con el objetivo del discurso In Catilinam I porque
la petición de retirarse de la ciudad, si Catilina la concreta, afirmaría, mediante la
acción, de alguna forma la culpabilidad y la negativa imagen expuesta, lo que
daría mayor credibilidad a la conjetura de Cicerón: sí hubo una conjuración.
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