Isabel Rauber

Helio Gallardo, un hereje indispensable1

Resumen: En la presente intervención se rescata el componente herético de Helio Gallardo a través de cuatro aristas: i) aquella que propone cuestionar conceptos como «clase» y «sujeto» para reconocer, primero, actores sociales y actores políticos; ii) el proceso de transición por medio del cual el actor social deviene actor político; iii) la relación entre la política y quienes actúan en ella, relación que siempre atañe al proceso de reconocimiento y autorreconocimiento de los sujetos populares de cara al poder dominante; iv) la distinción entre conciencia política e ideología, poniendo especial énfasis en la primera, puesto que es en ella que se da el encuentro entre coyunturas políticas y el accionar político de los actores. Lo cual hace destacar igualmente la importancia que tiene el análisis de coyuntura para Helio Gallardo.

Palabras clave: actores sociales, autorreconocimiento, conciencia política, análisis de coyuntura.

Abstract: In this intervention, the heretical component of Helio Gallardo is emphasized through four aspects: i) that which proposes to question concepts such as "class" and "subject" to recognize, first, social actors and political actors; ii) the transitional process through which the social actor becomes a political actor; iii) the relationship between politics and those who act in it, a relationship that always concerns the process of recognition and self-recognition of popular subjects in the face of the dominant power; iv) the distinction between political consciousness and ideology, placing special emphasis on the former, since it is in it that the encounter between political situations and the political actions of the actors occurs. Which also highlights the importance of the conjuncture analysis for Helio Gallardo.

Keywords: social actores, self-recognition, political consciousness, conjuncture analysis.

Quiero expresar mi agradecimiento, en primer lugar, a quienes me han convocado para compartir esta esta jornada de homenaje, de reconocimiento y de reflexión acerca de la obra teórica y práctica del profesor Helio Gallardo.

Conocí a Helio en Costa Rica, concretamente en el DEI, cuando fue a estudiar a principios de la década de 1990, sobre todo con la intención de pensar y trabajar en un nuevo libro que estaba haciendo acerca de los movimientos sociales del continente y de la relación entre el quehacer de los movimientos y los sujetos sociales y políticos. En este sentido, fue realmente muy importante la estancia en el DEI e invaluables los intercambios con Helio Gallardo. Porque él trabajaba esos temas: la relación movimiento–sujetos/actores políticos, actores o sujetos sociales a sujetos políticos, y verlos en movimiento en su articulación en las coyunturas concretas de los países. Por lo tanto, para mí constituyó una reflexión e intercambio enriquecedores.

Helio tenía un componente herético indispensable porque ponía en cuestión la visión vertical, no por el hecho del verticalismo sino porque era una suerte de columna enclavada en el fundamento del edificio teórico político en el continente. Pero también acerca de los conceptos «clase» y « sujeto» anudados históricamente con la clase obrera, que dejaba fuera a miles o cientos de miles, para no decir millones, de actores protagonistas en el continente. Por supuesto, este debate tiene larga data en la historia, recordemos entre otros pensadores a José Carlos Mariátegui y Camilo Torres, quienes ya hablaban de la importancia de visualizar a otros sujetos y poner fin a su negación o rechazo; no se trata de incluirlos porque estaban incluidos, aunque no se los viese. Eso me impulsó en mi búsqueda hipotética de « nuevos» sujetos, como si Helio dijera: «Tenés razón en tu intuición, esto va por ahí». Fue muy importante encontrarme con él, no solamente por las conferencias que nos daba y la bibliografía y, sobre todo, por el acompañamiento.

Como contraprestación a la estancia en el DEI, elaboré un artículo publicado en la Revista Pasos, que sirvió de base y borrador para mi libro Actores sociales, luchas reivindicativas y política popular donde profundicé estos temas. Siempre estaré muy agradecida por la formación recibida en el DEI y, particularmente, a Helio Gallardo, porque él ha trabajado estos conceptos con la dosis herética necesaria, no tanto como para ser quemado en la hoguera porque él ya tenía experiencia con esos intentos y le gustaba estar cerca, pero que no prendan el fósforo. Él me ayudó a desbloquear la mirada sin perder, por supuesto, porque de eso se trataba, la visión clasista o de clase acerca del sujeto, de la organización social y de las luchas sociales, a comprender que los actores sociales iban mucho más allá de la clase obrera organizada, sindicalizada, formalizada, y que estos actores sociales podrían constituirse en actores políticos; primera definición de fondo que replanteaba las miradas acerca del quehacer sociopolítico en el continente y sus protagonistas.

Un segundo momento emana del análisis de Helio para explicar el proceso de transición por medio del cual un actor social se transforma en actor político. Él explica esa transición como un proceso de auto–reconocimiento de los actores sociales en sujetos políticos, que está mediado por las resistencias, luchas y formas de organización. Por eso me identifiqué con su propuesta de valorar muy alto a los movimientos sociales, porque los movimientos sociales no son iguales a los grupos humanos que irrumpen en la vida social para luchar momentáneamente contra uno o dos temas coyunturales, que se agrupan y desagrupan después de conseguir o no (en general es después de conseguir) el factor de aglutinación para la disputa. Los movimientos sociales tienen una característica que Helio fundamenta: la permanencia, la continuidad de la organización más allá del momento para el cual se han constituido, es decir, que trascienden lo reivindicativo y de esta manera logran auto–reconocerse como sujetos políticos, más allá de ser sujetos sociales–populares.

Esto que hoy pudiera parecer una afirmación sencilla y simple, no lo fue en aquella época porque los debates estaban empañados por el peso de las visiones dogmáticas. Pero tampoco resulta una realidad evidente en el presente. Porque hemos podido constatar por la investigación y formación de jóvenes en diversos ámbitos, es el gran peso que aún tienen las anteojeras culturales para detectar, identificar y descifrar la realidad que estamos viviendo. Esto reafirma una vez más que no basta con dar una buena conferencia o escribir libros clarísimos acerca de conceptos, para incorporarlos, internalizarlos y modificar las miradas.

Otro tema importante, siempre colindante en la obra de Helio, es la relación entre la política y quienes actúan en ella, es decir, entre los sujetos políticos y las políticas que disputan poder. Se trata de un proceso de reconocimiento de los sujetos populares, que en realidad es de auto–reconocimiento del poder que ellos tienen y del que necesitan construir para ser independientes y tener capacidad de decisión, en relación con los sujetos del poder dominante, que buscan mantener/profundizar la subordinación.

Esto se adentra en el terreno de la conciencia, porque el proceso de auto–reconocimiento tiene que ver con la organización, la permanencia, la lucha y la resistencia. Cuando Helio hablaba de auto–reconocimiento, siempre lo hemos entendido como una cualidad que no puede determinarse desde afuera de las prácticas y el modo de vida de las personas que llevan adelante los procesos; es decir, que este proceso implica un compromiso y lectura crítica de su propia práctica por parte de los sujetos; una mirada crítica, de distanciamiento, de ida y vuelta de sus propias prácticas, a lo que van a contribuir los procesos de autoconciencia.

Helio Gallardo distingue claramente la conciencia política de la ideología. Esto constituyó también un elemento muy impactante nuestros diálogos, en los que siempre subrayó la importancia de diferenciar la conciencia política de la ideología. Quiero recordar que estamos hablando de los años 1990, donde la conciencia política parecía asimilarse a la ideología, y cuando hoy en día miramos a los movimientos, resulta evidente que la ideología tiene distintas formas de manifestación y existencia en la conciencia política de hombres y mujeres concretos que actúan en su espacio y tiempo; es decir, que la organización, proyección y capacidad de intervención de los sujetos se vinculan más con la conciencia política que con el espectro ideológico. Esta es otra gran herejía de Helio Gallardo: poner a la ideología en un segundo lugar, aunque esto de «segundo lugar» nunca lo hablé con él. Lo que sí estaba claro es que él ponía en un primer lugar de destaque, como muy importante, a la conciencia política. Porque es ella la que va a conjugarse con las coyunturas políticas con el accionar político de actores y actoras políticas concretos en determinado momento y —de conjunto— lo que va a permitir la proyección de estos actores en una disputa política mayor. Y esto está relacionada con la construcción de poder propio, ese poder otro o poder popular.

El último elemento que quisiera remarcar en esta intervención es la conceptualización y el énfasis que hace Helio Gallardo en lo referido al análisis de coyuntura, cuyo aporte ha sido y es importante para el quehacer político-social. Él centra la mirada en el accionar de los movimientos sociales, de los actores sociales y políticos, en la transformación, auto–transformación, transición o constitución de estos actores que —en su analítica—, resultan mediados por sus prácticas de lucha y resistencia, por tanto, resulta natural el nexo con las coyunturas porque esas prácticas ocurren en coyunturas concretas. Normalmente se habla de coyuntura y de estrategia, pero lo que existe permanentemente son las coyunturas, vivimos en ellas. De ahí que para Helio resultara fundamental trabajar en la elaboración de análisis de esas coyunturas, identificar a quiénes participan y cómo lo hacen, con qué intereses.

Voy a recordar algunos elementos. En primer lugar, nos recuerda que toda coyuntura resulta de una articulación y que, por lo tanto, es configurada por una confluencia de factores, una convergencia de situaciones que —en esta inter–definición provocada por el encuentro, el choque, la convergencia, etc.—, en un punto determinado, conllevan a la configuración de un determinado mapa o situación político–social en la que estos actores, hombres y mujeres han de desenvolverse. Porque, si bien han sido protagonistas, en cierta medida, para conformación de la coyuntura, una vez que esta se configura y define, los actores tienen que aprender a desenvolverse en ella y, apostar a desarrollarla a su favor. Es decir, necesitan tomar una distancia crítica tal que les posibilite poder pensar qué hacer y cómo moverse para —de mínima—, no ser arrastrados por la coyuntura favoreciendo intereses adversos.

Helio tiene un libro valioso e indispensable sobre este tema, titulado: Fundamentos de formación política. Análisis de coyuntura. Supongo que, con los huracanes históricos que han sacudido al mundo, él modificaría o ampliaría algunos aspectos, pero, aun así, sin tocar una letra, las definiciones conceptuales y las alertas consignadas en este libro tienen gran valor.

¡Qué lindo sería volver a contar con herramientas como esta!

Porque en el quehacer político–social necesitamos abandonar el pensamiento acerca de lo dado como sinónimo de lo ya establecido, lo que no se puede cambiar, como si fuera un determinante ajeno a las prácticas sociales que obliga a determinadas conductas. Helio pone claramente en discusión lo dado como definitivo, y evidencia que la coyuntura está en constante movimiento de actores, factores e intereses que chocan o convergen entre sí, interdefiniéndose. En resumen, habla de una clave de la acción política: el conflicto como instrumento social dinámico para modificar la correlación de fuerzas. Cómo hacerlo resulta uno del os objetivos fundamentales de todo análisis de una coyuntura política.

En la época en la que Helio abordó este tema, el estado de la correlación de fuerzas prácticamente no se tenía en cuenta porque, a partir de presumirse la izquierda continental como poseedora de la verdad, la verdad asociarse con la ideología y asumirse la ideología como bandera, no se consideraba necesario hacer un análisis de la correlación de fuerzas. Quién tuviera la verdad triunfaría. La vida y la experiencia pusieron las cosas en su lugar y hoy se advierte como uno de los déficit importantes del pensamiento y la acción política, la ausencia de análisis de la correlación de fuerzas, un punto de partida que es importante tener en cuenta en toda acción política, teniendo siempre presente que se trata de un estado de situación móvil, contradictorio y conflictivo, que los actores tienen que atender constantemente para poder modificar los factores de esa coyuntura que puedan ser favorables a sus intereses y objetivos.

Estos elementos definirán a la acción social y política de los actores y las actoras sociales en una coyuntura como acción política y va a resituar a esas acciones en el terreno de la disputa del poder.

A madurar estas reflexiones políticas ha contribuido el pensamiento y la obra del profesor Helio Gallardo, alguna de cuyas aristas he querido sintéticamente destacar en esta intervención.

Notas

1. Intervención en Mesa redonda “Importancia y vigencia del pensamiento de Helio Gallardo», Costa Rica, 3 de noviembre 2022.

Isabel Rauber (irauberphd@gmail.com) Doctora en Filosofía. Profesora de la Universidad Nacional de Lanús. Directora del Departamento de Estudios del Tercer Mundo (CIEPE). Coordinadora de la red latinoamericana de Intelectuales de Base. Directora de Pasado y Presente Siglo XXI. Estudiosa del quehacer de los movimientos sociales, campesinos, indígenas, sindicales en sus búsquedas, creaciones y experiencias de poder popular.

Recibido: 24 de junio, 2023.

Aprobado: 3 de julio, 2023.