Arnoldo Mora

La filosofía latinoamericana de liberación en Dussel

El reciente fallecimiento del filósofo, de origen argentino pero nacionalizado mejicano, Enrique Dussel, a la edad de 88 años, constituye un acontecimiento que, para quienes asumimos el pensamiento crítico desde la circunstancia histórica y cultura de Nuestra América, no puede pasar desapercibido. Reseñar las grandes líneas de su fecundo pensamiento, contenido en un sinnúmero de libros, ensayos, conferencias y otros escritos, debe ser considerado en estas circunstancias, más que una labor de historiador del pensamiento, como un homenaje a su inconmensurable aporte al pensamiento crítico de Nuestra América. Aunque implica limitaciones insoslayables, dada la premura de las circunstancias, no puedo, sin embargo, inhibirme de hacerlo como tributo al gran pensador y amigo de larga data, que fue Enrique Dussel.

Dussel es, al mismo tiempo y siempre, filósofo e historiador, tanto de la Iglesia Católica como de la filosofía de nuestra región; en ambos es pionero, hasta el punto de que su lectura y estudio resulta imprescindible para comprender la dinámica de la filosofía actual. Todo su pensamiento girará en torno al proyecto de construir una filosofía de la liberación que se funda en el desarrollo de una dialéctica del ser latinoamericano concebido como sujeto que se construye, asumiendo crítica y creativamente, las alienaciones históricas y personales causadas por siglos de dominación desde la llegada del europeo a estas tierras. Por eso, la filosofía de Nuestra América debe partir del reconocimiento crítico de la marginación histórica y geográfica de que han sido víctimas nuestros pueblos desde la Conquista y la época colonial; pero, al mismo tiempo, escuchando las voces críticas de quienes se negaron a aceptar esta situación, como lo fue Bartolomé de las Casas.

Pero su crítica, que comienza por ser crítica de hechos, es decir, de sistemas políticos y circunstancias históricas, se sitúa, ante todo, en el ámbito de la crítica filosófica. Dussel parte de la crítica a la categoría de origen hegeliano, de «totalidad» inspirándose para ello en el pensamiento de Lévinas. «Totalidad» no es más que una categoría de dominación, pues la totalidad que no abarque a la humanidad enteramente, no es liberadora. En la filosofía de la liberación latinoamericana y, en general, en cualquier filosofía donde quiera que se cultive y por quien quiera que lo haga, sólo caben aquellas categorías que sean incluyentes porque abarcan a toda la humanidad, en vistas a construir un sujeto histórico como pueblos y naciones soberanas; pero también incluye a los individuos en la medida en que sean capaces de aquel amor auténtico que Dussel llama «erótica», lo cual no es excluyente de las luchas por construir un pueblo como dueño de su destino histórico. De lo contrario el discurso filosófico, por más abstracto que sea, se convierte en lenguaje que se funda y legitima la alienación. Siendo ésta la situación de la historia real de los pueblos de la periferia, debemos por ello mismo valorar otros aspectos del pensamiento hegeliano, tal como la dialéctica del amor y del esclavo. Es nuestra conciencia de negados, nuestra conciencia de negatividad la que nos hace libres, en la medida en que descubrimos que nuestra condición de tales no refleja una condición de índole metafísica, sino histórica y, por ende, responde a condicionamientos materiales, políticos y culturales concretos.

A partir de estas premisas, Dussel hará énfasis en los argumentos en favor de una ética integral liberadora, que se contrapone, incluso, al pensamiento más avanzado de filósofos europeos que versa sobre la ética, tal como la hace concretamente Apel. Su mayor preocupación será siempre forjar una filosofía integral basada en una ética de la liberación, en la que la influencia de la tradición bíblica, especialmente profética, es notoria. Esa liberación se da no sólo en los ámbitos políticos y económicos, sino también en todas las dimensiones de la existencia humana. En concreto, Dussel insiste en la relación de pareja y, en general, en el amor erótico. La ética es el reconocimiento del otro como factor de enriquecimiento existencial y axiológico y no sólo como sujeto de derechos en el ámbito político y social; no sólo existe la justicia, también existe el amor; ambos se complementan hasta el punto de que no se puede sacrificar a uno so pretexto de cultivar al otro; son dos aspectos o dimensiones de la única realidad humana que, por supuesto, también debe abarcar las relaciones de pueblo a pueblo, de comunidad cultural a comunidad cultural, más allá de toda diferencia que, por lo demás, es enriquecedora. La justicia social y la libertad para crear y crearse son dimensiones complementarias e igualmente indispensables, de una misma plenitud humana. Sólo así la vida humana biológica, de donde parte toda vida, podrá llegar a ser vida plenamente humana, porque no sólo se habrá dado en sociedad e individualmente, sino también con la Naturaleza. Es desde los pueblos periféricos que podrá salir este grito de esperanza como paso inicial a una liberación plena, porque la esperanza siempre germina en primer lugar, en el corazón de los oprimidos.

En consecuencia, una auténtica filosofía de la liberación desde Nuestra América, constituye una iniciación para lograr una más alta meta; por lo que debe comenzar por elaborar un «método para la filosofía de la liberación», cosa que el propio Dussel nos propone; Él lo dice con estas palabras: «¿Qué significa en realidad liberación? Significa que el oprimido llega a ser otro en un orden nuevo». El término «liberación», concebido como nuevo ámbito del humano existir ya no es simplemente repetición de lo hecho anteriormente, sino que es realización de una nueva dimensión del humano existir en el devenir histórico. Cuando hablamos desde América Latina de liberación, nos referimos al ámbito de centro-periferia. Liberación, por ende, no es únicamente estar en contra del centro; ni siquiera significa romper tan solo la dependencia; es mucho más que eso: es tener creatividad para lograr ser realmente capaces de construir lo novedoso, un nuevo momento histórico desde la positiva exterioridad cultural de nuestros pueblos.

Referencias bibliográficas

Dussel, Enrique. 1995. Introducción a una filosofía de liberación latinoamericana. Bogotá: Nueva América.

Arnoldo Mora Rodríguez (ARNOLDO.MORA@ucr.ac.cr) es profesor emérito de la Universidad de Costa Rica.