Resumen
La dialéctica de Platón sobre la esencia y la apariencia no constituye una metafísica de dos mundos, el fenómeno y el noúmeno, sino más bien un dualismo formal entre la Idea (eidos) y el cuerpo (soma). Este dualismo formal proporciona la condición necesaria para el monismo materialista. Al romper la prohibición de Parménides de pensar en lo que no es, Platón suspende la igualdad entre pensar y ser, separando la sustancia de la Idea. Concomitante con la metafísica de la negación de Platón, hay una cierta negación de la metafísica entendida como una iteración tautológica de la equivalencia pensar = ser. Al reconocer que lo que no es, de alguna manera es, también estamos obligados a reconocer que lo que es, de alguna manera no es. Por otro lado, esas formas de materialismo metafísico que niegan el no-ser consagran involuntariamente la fusión idealista del pensamiento con el ser. Así, la exposición de Platón sobre el entrelazamiento del ser y el no-ser en el pensamiento acerca de lo que es, contiene una respuesta instructiva para aquellos sofistas contemporáneos que niegan la norma de la verdad para afirmar la inmanencia del ser.
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