Revista de
Filología y Lingüística de la Universidad de Costa Rica,
vol. 47, núm. 2, e46626, 2021
Universidad de Costa Rica
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Los procesos de nasalización en bribri
en el marco de la teoría de la optimidad[1]
The Nasalization Processes in Bribri
in the Framework of the Optimality Theory
Doi: 10.15517/rfl.v47i2.46626
Recepción: 10-12-2020
Aceptación: 16-02-2021
Haakon S. Krohn
Universidad de Costa Rica, San
José, Costa Rica.
https://orcid.org/0000-0002-8888-8512
RESUMEN
A nivel fonológico, la
lengua bribri no posee consonantes nasales, pero sí cuenta con una serie de
fonemas vocálicos nasales que contrastan con las vocales orales. Tres procesos
fonológicos de nasalización diferentes afectan tanto consonantes sonoras como
vocales átonas y producen alófonos nasales: armonía nasal con propagación regresiva,
nasalización progresiva de codas silábicas y nasalización en codas silábicas
como resultado de hipersonorización. Estos tres
procesos se analizan en el presente artículo dentro del marco de la teoría de
la optimidad. Se plantea que dos restricciones de alineamiento distintas son
los propulsores de la armonía nasal y la nasalización progresiva, y que la hipersonorización, dependiendo del caso, es consecuencia de
una restricción que penaliza el fono [b] en coda silábica o de una que penaliza
consonantes sonoras geminadas.
Palabras clave: lengua bribri; fonología; teoría de la optimidad;
armonía nasal; hipersonorización.
ABSTRACT
At the phonological
level, the Bribri language does not possess nasal consonants, but it does have
a series of nasal vowel phonemes that contrast with the oral vowels. Three
phonological nasalization processes affect voiced consonants and unstressed
vowels and produce nasal allophones: nasal harmony with regressive spreading, progressive
nasalization of syllable codas and nasalization in codas as a result of hypervoicing. These three processes are analyzed in the
present paper within the framework of the Optimality Theory. I suggest that two
different alignment constraints are the instigators of the nasal harmony and
the progressive nasalization, and that the hypervoicing,
depending on the case, is a consequence of a constraint that penalizes [b] in
codas or of one that penalizes geminated voiced consonants.
Keywords: Bribri language; phonology; Optimality Theory; nasal
harmony; hypervoicing.
1. Introducción
El bribri, una lengua chibchense[2]
hablada en Costa Rica y Panamá, presenta una particularidad fonológica
que es relativamente poco común en las lenguas del mundo: no posee fonemas
consonánticos nasales. Sin embargo, sí ocurren consonantes nasales a nivel
fonético, como resultado de tres procesos fonológicos diferentes: armonía nasal
con propagación regresiva, nasalización progresiva a codas silábicas y
nasalización por hipersonorización en codas
silábicas. Además, el primer proceso también puede afectar vocales
inacentuadas. En el presente artículo se realiza un análisis de estos fenómenos
desde la perspectiva de la teoría de la optimidad, en lo que constituye la
primera aplicación de dicha teoría a datos de una lengua chibchense.
En cuanto a la armonía nasal,
consideramos que el impulsor es una restricción de alineamiento que favorece que
el rasgo [+nasal] de una vocal fonológicamente nasal sea asociado con todos los
segmentos entre dicha vocal y el extremo izquierdo de la palabra, y que esta
propagación es bloqueada por consonantes sordas y vocales orales acentuadas,
que son los únicos segmentos que no pueden nasalizarse en bribri. Por otro lado,
la nasalización progresiva debe de ser incitada por otra restricción de
alineamiento, cuyo dominio es el morfema. Por último, la nasalización por hipersonorización en coda silábica tiene lugar bajo
condiciones más restrictivas, lo cual indica que tienen que existir
restricciones muy específicas con referencia a consonantes en esta posición;
además, una prohibición de consonantes sonoras geminadas es activa y produce el
mismo fenómeno en palabras formadas por una raíz reduplicada.
2. Marco teórico
2.1 La teoría de la optimidad
El objetivo principal del presente
trabajo es hacer uso de la teoría de la optimidad para desarrollar un análisis
novedoso y contemporáneo de los procesos de nasalización en bribri. Se trata de
una teoría del lenguaje humano muy renombrada que no solo es relevante para la
fonología, sino para prácticamente cualquier área de la lingüística. Aun así,
con anterioridad a la presente obra, no se ha publicado ningún análisis de una
lengua chibchense dentro de este marco teórico tan influyente en la lingüística
actual. Dada esta índole particular del estudio, se ofrece aquí una breve
exposición de la teoría.
La teoría de la optimidad consiste
en un modelo generativo no derivacional propuesto por Prince y Smolensky (1993/2004). Rompe con la tradición de reglas de
reescritura iniciada por Chomsky y Halle (1968) y plantea, en cambio, un
proceso de selección del educto (“output”) más óptimo de todos los posibles
para un aducto (“input”) dado. Esto quiere decir que el modelo no involucra
ninguna transformación, sino que, en lo que concierne a los procesos
fonológicos, la forma fonética (el educto) es la que más se adecua a la forma
fonológica (el aducto) de acuerdo con la jerarquía de restricciones fonológicas
de cada lengua.
El modelo consiste en dos
componentes fundamentales: la función Gen
(“Generator”) genera todos los candidatos posibles,
los cuales, en teoría, constituyen una cantidad infinita (McCarthy, 2008, p.
17), mientras que la función Eval
(“Evaluator”) es responsable de evaluar los candidatos
y escoger el óptimo. Además, se postula que existe un conjunto de restricciones
(“constraints”) universales, las cuales están
jerarquizadas de manera diferente en cada lengua. Uno de los objetivos de las
investigaciones que se adscriben a esta teoría es identificar dichas
restricciones.
Ya que las restricciones son
compartidas por todas las lenguas, la variación interlingüística
tiene que derivarse de otro factor, a saber, de la jerarquización de estas
restricciones. Las restricciones no son absolutas, de manera que todas pueden
ser transgredidas varias veces, por lo que la jerarquización en cada variedad
lingüística en particular es imperiosa para la determinación del candidato más
óptimo.
Con respecto al funcionamiento de Eval, esta
función empieza con la restricción posicionada en el nivel más alto de la
jerarquía. De aquí, extrae los candidatos que cometen la menor cantidad de
violaciones y descarta todos los demás. Este proceso continúa en sentido
descendente en la jerarquía, hasta que solo queda un candidato, el cual es el
óptimo y, por lo tanto, el educto. En muchas ocasiones, todos los candidatos
restantes desobedecen una restricción; en estos casos, los que producen la
menor cantidad de transgresiones son los que prevalecen. Dada la gran cantidad
de restricciones universales que tienen que existir, cualquier candidato,
inclusive el ganador, siempre incumple muchas de estas. Sin embargo, la mayoría
de las restricciones son inactivas, lo cual quiere decir que tienen menor rango
que la restricción que elimina al último candidato no ganador.
Los análisis se suelen representar
por medio de una tabla con características particulares. El aducto se presenta
en la celda superior izquierda. Abajo, en la misma columna, se colocan todos
los candidatos necesarios para ilustrar el análisis de manera clara. El
candidato que resulta ser el óptimo se señala con una mano. A su vez, en la
primera fila, se presenta la jerarquía de restricciones, solamente las
relevantes para el análisis en cuestión, con la de mayor rango a la izquierda,
de modo que cada restricción domina a las que se encuentran a su derecha. No
obstante, es común que no existan evidencias de una priorización respectiva
entre dos o más restricciones en una lengua; en tales casos, la división entre las
columnas consiste en una línea punteada, mientras que las líneas entre las
restricciones cuya jerarquización sí se puede distinguir son continuas.
Los incumplimientos a las
restricciones se marcan con asteriscos, uno por cada transgresión. Además, se
utiliza un signo de exclamación a la derecha de las marcas que causan la
eliminación de candidatos. Otra convención es un sombreado gris en las celdas
correspondientes a las restricciones que son irrelevantes para un candidato en
concreto, sea porque este ya ha sido eliminado en un nivel superior de la
jerarquía o porque es el último candidato restante al nivel de esta
restricción.
2.2 Armonía nasal
La armonía nasal es un patrón
fonológico que consiste en una transmisión de nasalidad a larga distancia. Esta
nasalidad proviene de un segmento fonológicamente nasal y es propagada a una
serie de segmentos, contiguos o no, hasta que sea detenida. Al tratarse los
diferentes segmentos involucrados en este fenómeno, se emplean los siguientes términos
(Walker, 2011, p. 1):
·
Desencadenante (“trigger”): un segmento fonológicamente nasal que
desencadena la armonía nasal.
·
Blanco (“target”):
un segmento que se puede nasalizar mediante la armonía nasal.
·
Bloqueador o segmento opaco: un segmento que no se
puede nasalizar y detiene la armonía nasal.
·
Segmento
transparente: un segmento que no se puede nasalizar por medio de la
armonía nasal, pero que no la detiene.
La propagación nasal por causa de armonía
puede ocurrir hacia la derecha, hacia la izquierda o en ambas direcciones,
dependiendo de las configuraciones fonológicas de la lengua en cuestión. Todos
los segmentos blanco que se encuentren en la dirección determinada con respecto
al desencadenante son nasalizados, a menos que intervenga uno de dos tipos de
elementos que detienen la propagación: un segmento bloqueador o un linde del
dominio de la armonía nasal. El dominio es típicamente la palabra o alguna
unidad morfológica o prosódica menor (Walker, 2011, p. 1). Nuestro análisis se
basará en el modelo fonológico autosegmental (Goldsmith, 1976a, 1976b), por lo que la transmisión de
nasalidad será interpretada como asociaciones de segmentos fonológicamente no
nasales con un mismo autosegmento [+nasal].
De acuerdo con Walker (1998, p. 24),
el conjunto de segmentos bloqueadores en cada lengua suele concordar con la jerarquía
de sonoridad, de forma que alguna secuencia ininterrumpida de fonemas en el
extremo obstruyente de la jerarquía funcionan como bloqueadores. Este no es el
caso en el bribri, puesto que las oclusivas sonoras son blancos, mientras que
las fricativas, que son más sonorantes que las
oclusivas, no se pueden nasalizar. Este patrón puede explicarse como una
consecuencia de la dificultad asociada con la producción de obstruyentes
nasales (Ohala y Solé, 2008, pp. 319-321), en
combinación con el hecho de que las oclusivas sonoras en bribri pasan a ser sonorantes cuando se nasalizan. Sin embargo, también las
vocales tónicas son bloqueadores, lo cual tiene que deberse a un principio de
preservación de contrastes fonológicos en sílabas acentuadas.
2.3 Nasalización por hipersonorización
La hipersonorización
(“hypervoicing”) es un conjunto de estrategias para
mantener la sonoridad de consonantes en posiciones periféricas (inicial y final
absolutas). Según Ohala (2011, p. 64), la restricción
aerodinámica de sonorización (“Aerodynamic Voicing Constraint”, AVC), la
cual dicta que se necesita una corriente de determinada cantidad de aire a
través de las cuerdas vocales para que se logre pronunciar una consonante
sonora, puede causar la desonorización de consonantes
fonológicamente sonoras en dichas posiciones. Como una medida preventiva,
interviene la hipersonorización para asegurar el
mantenimiento de la sonoridad. Chevrier (2017, pp. 294-303) enumera una serie
de estrategias de hipersonorización, tales como la
retroflexión y el flapping
(ambas presentes en el bribri), pero la que tiene relevancia para el presente
estudio es la nasalización: las oclusivas sonoras en posición final de sílaba
son nasalizadas en ciertas ocasiones para mantener su sonoridad.
3. Aspectos relevantes de la
fonología bribri
3.1 Inventario fonémico
El bribri presenta contraste
fonológico entre vocales orales y nasales. La serie oral consta de siete
fonemas: /i/, /u/, /ɪ/, /ʊ/, /e/, /o/ y /a/[3].
A su vez, hay cinco fonemas vocálicos nasales: /ĩ/, /ũ/, /ẽ/, /õ/ y /ã/.
En cambio, la lengua no posee
consonantes nasales a nivel fonológico, un hecho que puede considerarse una
peculiaridad tipológica, como es señalado por Constenla
(1985) y Chevrier (2017, pp. 144-145), ya que, de
acuerdo con los datos examinados por Maddieson
(2013), menos de un 2 % de las lenguas del mundo carecen de consonantes
fonológicamente nasales. Esta configuración parece haberse mantenido desde el protochibcha, para el cual Constenla
(2008, 2012) y Pache (2018) reconstruyen un sistema
fonológico muy similar al del bribri, con contraste nasal en las vocales, pero
no en las consonantes. Entre las lenguas chibchenses
habladas en la actualidad, solo el bribri, el cabécar
y, probablemente, el buglere y el naso (Chevrier,
2017, pp. 361-366) presentan esta configuración; en las demás han llegado a fonemizarse consonantes nasales, principalmente por
influencia de la nasalidad vocálica, y muchas de las lenguas han perdido la
serie de vocales nasales.
En la Tabla 1 se presentan los
fonemas consonánticos del bribri, de acuerdo con el análisis de Chevrier (2017).
Tabla 1. Fonemas consonánticos del
bribri (Chevrier, 2017, p. 60)
|
Labial |
Coronal |
Palatal |
Velar |
Glotal |
|||
|
Sorda |
Sonora |
Sorda |
Sonora |
Sorda |
Sonora |
Sorda |
Sorda |
Oclusiva |
p |
b |
t |
d |
tc |
|
k |
ʔ |
Africada |
|
|
t͡s |
|
t͡ʃ |
d͡ʒ |
|
|
Fricativa |
|
|
s |
|
ʃ |
|
|
h |
Vibrante |
|
|
|
ɾ |
|
|
|
|
Cabe mencionar que aquí hemos realizado
algunas modificaciones con respecto a la tabla presentada por Chevrier (2017,
p. 60). En primer lugar, hemos excluido las aproximantes (representadas por
Chevrier como /w/ y /j/) del conjunto de fonemas consonánticos, ya que la
distribución de [w] y [j] indica con bastante claridad que son alófonos no
silábicos de las vocales /u/ e /i/, respectivamente. En segundo lugar, hemos
empleado el símbolo /d͡ʒ/ en lugar de /ɟ/, dado que se trata de una africada. Además,
hemos escogido la representación /tc/ para lo
que dicha lingüista describe como una consonante geminada modulada que presenta
una gran variedad de realizaciones: [kʲ], [ʧ], [t˺kʲ], [kʲː], [t͡ːʃ], [ʰkʲ], [ʰʧ], [tː], [t˺] (Chevrier, 2017, p. 444).
Aparte de algunas diferencias
menores, el análisis de Chevrier (2017) se distingue
de los presentados en otras obras importantes sobre el bribri
por un hecho particular: la clasificación de la vibrante simple retrofleja [ɽ]
(a menudo descrita como vibrante simple alveolar lateral [ɺ] por otros autores[4])
como alófono de /d/; en contraste, Wilson (1982), Constenla,
Elizondo y Pereira (1998) y Jara (2018) postulan un fonema /ɺ/. A su vez, todos
estos autores clasifican la vibrante simple alveolar [ɾ] como alófono de /d/,
mientras que Chevrier (2017) la clasifica como la realización más común del
fonema /ɾ/. Asimismo, tanto Wilson (1982) como Jara (2018) postulan un fonema
vibrante múltiple alveolar /r/, mientras que Constenla,
Elizondo y Pereira (1998) consideran que un fonema de tales características sí
se manifiesta, pero solo en algunos préstamos del español. En cambio, de
acuerdo con Chevrier (2017), [r] es alófono de /ɾ/. En el presente trabajo,
partimos del análisis de Chevrier (2017) por el hecho de que es más riguroso
que los otros, además de que es el único que se basa explícitamente en datos
acústicos de espectrogramas.
3.2 Estructura de las palabras
A diferencia del análisis fonémico, el
trabajo de Chevrier (2017) es menos preciso con respecto a la descripción de la
estructura de las palabras bribris, por lo que aquí
se proporcionará una descripción más detallada. En bribri, la última sílaba de
todas las raíces léxicas, así como la de una considerable cantidad de palabras
gramaticales, es acentuada. Esto quiere decir que la mayoría de las palabras
presentan exactamente una sílaba con acento primario. Las excepciones son las
palabras gramaticales con raíces átonas (las cuales, posiblemente, podrían
analizarse fonológicamente como clíticos) y un conjunto de palabras (en su
mayoría adjetivos, pero también de varias otras clases) que contienen una raíz
tónica reduplicada (aunque parece que el último de estos dos acentos se
encuentra en proceso de neutralización en muchos casos). También es posible que
las sílabas postónicas deban considerarse como portadores de acento secundario,
puesto que presentan contrastes entre todos los fonemas vocálicos y pueden
contener una coda, al igual que las sílabas con acento primario. De todos
modos, esto tiene que investigarse con mayor detalle, por lo que utilizaremos
de aquí en adelante el término sílaba inacentuada/átona
para todas las sílabas sin acento primario, mientras que sílaba acentuada/tónica solo aludirá al acento primario.
Aunque las descripciones existentes
de la fonología bribri solo hacen la distinción entre sílabas acentuadas (o fuertes)
e inacentuadas (o débiles), la característica de las sílabas postónicas que se
acaba de mencionar significa que la palabra bribri puede, en realidad,
dividirse en tres partes: sílabas pretónicas, sílaba tónica y sílabas
postónicas. Las sílabas tónicas son las únicas que presentan un tonema
fonológicamente contrastivo, lo cual quiere decir que el bribri puede
denominarse una lengua de acento tonal contrastivo[5],
como indicado por Wilson (1982, p. xxiii). Los tonos contrastivos son, por lo
menos, dos: alto/ascendente y descendente. Según Constenla,
Elizondo y Pereira (1998, p. xi), el dialecto de Amubre
presenta un tercer tono contrastivo, descrito como ascendente, pero no proporcionan
ningún par mínimo que justifique la presunta oposición fonológica entre los
tonos alto y ascendente; por lo tanto, es probable que se trate de dos alótonos
del mismo tonema[6].
En este artículo, no se hará ninguna diferenciación entre estos dos tonos, y
todas las instancias correspondientes se transcribirán con el diacrítico de
tono alto.
En términos de la fonología autosegmental, las sílabas de tono alto están asociadas con
el elemento tonal H (alto), mientras que las de tono descendente se vinculan
con una secuencia de dos tonos, H y L (alto y bajo). En contraste, todas las
sílabas inacentuadas se pronuncian con tono bajo, o neutro, el cual debe
considerarse el tono por defecto. Por consiguiente, una propiedad que distingue
a todas las sílabas acentuadas de las inacentuadas es su asociación con un autosegmento H.
En lo que concierne al nivel
segmental, tanto en las sílabas tónicas como postónicas aparecen, de manera
contrastiva, todas las calidades vocálicas fonológicas, así como la oposición
entre vocales orales y nasales. La mayoría de las sílabas inacentuadas en
bribri se encuentran en posición postónica, puesto que, con la excepción de una
serie de prefijos de persona, todos los afijos son sufijos. Muchos de estos
sufijos todavía conservan todos los segmentos, de manera inalterada, de las
palabras léxicas a partir de las cuales fueron gramaticalizados, pero su tono
se encuentra neutralizado debido a que han perdido el acento léxico primario. Por
añadidura, en palabras compuestas por dos sustantivos, el tono de la raíz del
segundo sustantivo se halla neutralizado, por lo que está claro que la
composición léxica sigue los mismos patrones fonológicos que la gramaticalización
de los sufijos.
Las sílabas pretónicas son las que más
se distinguen de las tónicas. Además de siempre ser pronunciadas con tono bajo
y nunca tener coda silábica, presentan una neutralización vocálica muy fuerte: sus
vocales son breves y de baja intensidad, pueden nasalizarse, centralizarse
hacia [ə], asimilarse a la calidad de la vocal de la sílaba siguiente e incluso
elidirse (Chevrier, 2017, p. 211). Según Chevrier (2017, p. 100), quien no
distingue entre sílabas pretónicas y postónicas, los núcleos de sílabas
inacentuadas (entiéndase como sílabas prétonicas)
están subespecificadas, lo cual explicaría su alto
grado de variabilidad. Cuando no hay reducción ni aparente influencia por otra
vocal, las vocales pretónicas se manifiestan como [i], [a] o [u] (Chevrier,
2017, p. 101), pero no se ha encontrado ningún par mínimo con contraste entre vocales
pretónicas. Asimismo, está completamente claro que la nasalidad no es
contrastiva en esta posición.
4. Procesos de nasalización
en bribri
El presente análisis se fundamenta
principalmente en los datos presentados en la investigación tipológica de
Chevrier (2017), la descripción más rigurosa que existe acerca de la
nasalización en bribri. Dicha lingüista analiza solamente dos de los tres dialectos
principales de esta lengua, a saber, el de Amubre y
el de Coroma, ambos hablados en el Valle de Talamanca
en la vertiente del océano Atlántico. Por esta razón, no se considerarán
fenómenos de nasalización en el dialecto de Salitre, hablado en la vertiente
del océano Pacífico; no obstante, hay vestigios de que los patrones de
nasalización en esta variedad son muy parecidos a los del bribri
de Amubre (Chevrier, 2017,
pp. 237-238).
La nasalización de segmentos que a
nivel fonológico no son nasales en bribri es un
fenómeno bien conocido que se señala en todas las descripciones fonológicas
generales de esta lengua (Wilson, 1974, 1982; Schlabach,
1974; Constenla, 1981, pp. 106-117, 179-180; Constenla, Elizondo y Pereira, 1998; Jara, 2018). Además,
ha sido objeto de estudio específico de varias investigaciones (Wilson, 1970; Constenla, 1982, 1985; Tohsaku,
1987; Chevrier, 2017, pp. 139-351). Los distintos procesos de nasalización identificados
por Chevrier (2017) se detallan a continuación.
El proceso de nasalización que se da
con mayor frecuencia en bribri es la armonía manifestada como propagación nasal
hacia la izquierda. Esta funciona de la misma manera en los dos dialectos
analizados y consiste en que todas las vocales átonas (incluidos sus alófonos
aproximantes) y todas las consonantes sonoras –/b/, /d/, /d͡ʒ/ y /ɾ/– se
nasalizan cuando se hallan ante un sonido nasal. Chevrier
(2017, pp. 249-251) afirma que estos fonemas están subespecificados para el
rasgo [nasal]. Es importante enfatizar que un segmento que
fonológicamente no es nasal, pero que ha sido nasalizado por medio de este
proceso, también nasaliza al segmento que se encuentra a su izquierda en caso de
que este también sea uno de los fonemas nasalizables,
por lo que una vocal fonológicamente nasal puede transferir el rasgo [+nasal] a
una cadena de segmentos. No obstante, la propagación siempre es detenida por
las vocales orales acentuadas y las consonantes sordas, elementos bloqueadores que
no son afectados por la propagación nasal. Además, los lindes de palabra
también detienen la propagación. El alófono nasal de /b/ es [m], el de /ɾ/ es
[n] y el de /d͡ʒ/ es [ɲ]. En cuanto a /d/, también presenta el alófono nasal
[n], excepto en posición interior de morfema, en la que su realización nasal es
[ɽ̃] (Chevrier, 2017, p. 169). A su vez, las variantes nasales de las vocales
/i/ y /u/ no silábicas son [j̃] y [w̃], respectivamente.
A continuación, se ofrecen varios
ejemplos de este fenómeno. Para no embarullar la interpretación de los datos,
todas las formas fonéticas corresponden a un habla muy cuidada, sin elisión ni
reducción vocálica en sílabas átonas. Además, como otra medida para evitar
complicaciones innecesarias, los núcleos silábicos pretónicos son representados
fonológicamente como /a/ en todos los casos, aunque, como se explicó anteriormente,
puede ser que las vocales en esta posición estén subespecificadas.
De todos modos, dichas mesuras no afectan el análisis de la nasalización, la
cual no es alterada por vocales reducidas o elididas. Asimismo, muchas de las
formas bribris expuestas presentan variaciones
dialectales no incluidas aquí, lo cual tampoco afecta el análisis de ninguna
manera.
Para empezar[7],
en los ejemplos 1-6 se observan procesos de propagación que llegan hasta el
extremo izquierdo de la palabra (el sonido [ɽ] en el primer ejemplo es alófono
de /d/ en posición final de palabra); además, en estas palabras se pueden
apreciar los alófonos nasales de los seis fonemas nasalizables.
(1) /bad͡ʒã̂d/ [mãɲã̂ɽ] ‘tres (ref. a seres humanos u objetos esféricos)’
(2) /dabã́/ [nãmã́] ‘pez (gen.)’
(3) /d͡ʒadã́/ [ɲãɽ̃ã́] ‘camino’
(4) /adẽ̂/ [ãɽ̃ẽ̂] ‘taltuza’
(5) /iõ̂k/ [j̃õ̂k] ‘gavilán aludo’
(6) /auĩ̂/ [ãw̃ĩ̂] ‘aquel, aquello’
A su vez, en 7-12 se aprecia que las
consonantes sordas no se nasalizan.
(7) /pũ̂/ [pũ̂] ‘ave rapaz (gen.)’
(8) /tũ̂ɾũk/ [tũ̂nũk] ‘correr’
(9) /kaɾẽ́/ [kãnẽ́] ‘trabajo, labor’
(10) /t͡ʃaɾẽ̂/ [t͡ʃãnẽ̂] ‘costilla’
(11) /siɾã́/ [sĩnã́] ‘oso perezoso’
(12) /ʃṹ/ [ʃṹ] ‘parte interior, panza’
Los ejemplos 13-15 ilustran mejor el
funcionamiento de los bloqueadores: las consonantes sordas se mantienen orales
y detienen la propagación de la nasalidad. Aquí cabe resaltar que las
fricativas sordas –/s/, /ʃ/ y /h/– no se han podido observar en posición no
inicial ante un segmento nasal, por lo que no hay manera de constatar si son
bloqueadores o transparentes. De todos modos, se etiquetan como bloqueadores en
el presente artículo, ya que no existe ninguna indicación de lo contrario, pero
esto no influye en el análisis.
(13) /batã́/ [batã́] ‘ardilla’
(14) /kakṍ/ [kakṍ] ‘tortuga baula’
(15) /bat͡sṹ/ [bat͡sṹ] ‘colibrí’
En los ejemplos 16-17 se muestra
otro tipo de bloqueador, las vocales tónicas: hay una vocal oral acentuada ante
consonante nasal que se mantiene oral y, a la vez, detiene la propagación.
(16) /d͡ʒábĩ/ [d͡ʒámĩ] ‘pariente’
(17) /iáɾũk/ [jánũk] ‘ensuciarse’
Por último, en 18-19 se observa que
incluso una vocal oral que se encuentra inmediatamente ante una vocal fonológicamente
nasal se mantiene oral.
(18) /adíũk/ [aɽíũk] ‘madurar’
(19) /diʊ̂ẽ/ [djʊ̂ẽ] ‘allá’
El segundo tipo de nasalización tiene
lugar en la coda silábica e involucra los fonemas sonoros /b/, /d/ y /ɾ/ (/d͡ʒ/
no ocurre en esta posición). Como ya se ha mencionado, solamente las sílabas
tónicas y postónicas pueden tener coda en bribri, y estas codas siempre se
encuentran al final de un morfema. En ambos dialectos bajo estudio, el fonema
/b/ en esta posición se puede nasalizar, independientemente de si la vocal
precedente sea oral o nasal; esto es obligatorio en todos los casos en Coroma, mientras que se observa una variación libre entre
[m], [b] y [m͡b] en Amubre, excepto en posición final
de enunciado, donde solo se da [m] (Chevrier, 2017, pp. 272-275)[8].
A su vez, la realización de /d/ y /ɾ/ presenta aún más variación dialectal
(Chevrier, 2017, pp. 278-282): en Amubre se nasalizan
si la vocal precedente es nasal y pertenece al mismo morfema que la consonante,
mientras que en Coroma no se nasalizan en coda
silábica, excepto en los casos de reduplicación, que se tratarán más adelante.
Chevrier (2017) interpreta la nasalización después de vocal nasal como
nasalización progresiva, y la nasalización de /b/ sin entorno nasal como hipersonorización.
Añadido a esto, Chevrier (2017, p.
270) observa más detalles acerca de los fonemas /b/ y /d/ en la variedad de Amubre: /d/ también se realiza como nasal en posición final
de enunciado (ante pausa), y tanto /b/ como /d/ presentan alófonos orales y
nasales en variación libre en posición final de morfema en el interior de
enunciados. Asimismo, /b/ presenta un alófono [ŋ] que se encuentra en variación
libre con [m] en ambos dialectos (Chevrier, 2017, p. 277). Estos datos
indudablemente son relevantes, pero no se tomarán en cuenta en el análisis
teórico-óptimo, puesto que solo constituyen variaciones mínimas de fenómenos
similares.
En los ejemplos 20-21, presentados a
continuación, la /b/ final es nasalizada independientemente de la
característica de la vocal precedente, fenómeno que está presente en ambos
dialectos analizados.
(20) /dabób/ [dabóm] ‘diez’
(21) /kadẽ́b/ [kãɽ̃ẽ́m] ‘pez
barbudo’
En cambio, la nasalización
progresiva a /d/ y /ɾ/ en coda silábica ocurre solamente en el dialecto de Amubre. El ejemplo 22 muestra que el fonema /d/ no se
nasaliza cuando le precede una vocal oral, caso en el que se realiza como [ɽ].
Lo mismo sucede cuando la consonante en cuestión no forma parte del mismo
morfema que la vocal precedente, incluso si esta vocal es nasal, como se
observa en el ejemplo 23, donde /-d/ es un clasificador numeral que alude a
referentes humanos. En cambio, el fonema /d/ sí se nasaliza en posición de coda
detrás de una vocal nasal que forma parte del mismo morfema, como en el ejemplo
24.
(22) /kád/ [káɽ] ‘árbol
(gen.)’
(23) /skẽ̂+d/ [skẽ̂ɽ] ‘cinco (ref. a
seres humanos)’
(24) /bat͡sṹd/ [bat͡sṹn] ‘higuerón’
El fonema /ɾ/ sigue exactamente el
mismo patrón, como se aprecia en los siguientes ejemplos; el 25 muestra la
realización oral de la consonante final detrás de una vocal oral, mientras que
el 26 ejemplifica la nasalización progresiva a partir de una vocal nasal en el
mismo morfema.
(25) /ás+iɾ/ [ásiɾ] ‘barranco, precipicio, derrumbe’
(26) /tẽ̂ɾ/ [tẽ̂n] ‘metido, clavado’
La alofonía
descrita hasta ahora es sintetizada de manera muy clara mediante una tabla elaborada
por Chevrier (2017, p. 169). Esta información se reproduce a continuación en la
Tabla 2, donde se exponen los alófonos de los cuatro fonemas consonánticos
sonoros en distintos entornos[9].
La última columna está dividida en dos para los fonemas /d/ y /ɾ/, donde el alófono
a la izquierda corresponde al dialecto de Amubre (cuando
el fonema forma parte del mismo morfema que la vocal), mientras que el de la
derecha corresponde al dialecto de Coroma (y los
casos en los que el fonema en cuestión constituye un sufijo monofonémico
en el dialecto de Amubre). La tilde (“~”) que aparece
en dos de las celdas indica variación libre en ambos dialectos, mientras que el
guion (“–”) señala los entornos en los que nunca aparece el fonema en cuestión.
Tabla 2. Alófonos de las consonantes sonoras
en bribri (Chevrier, 2017, p. 169)
|
Ataque silábico, inicio de morfema |
Ataque silábico, medio de morfema |
Coda silábica |
||||
|
+_V |
+_Ṽ |
V_V |
Ṽ_Ṽ |
V_+ |
Ṽ_+ |
|
/b/ |
b |
m |
b |
m |
m |
m |
|
/d/ |
d |
n |
ɽ |
ɽ̃ |
ɽ |
n |
ɽ |
/d͡ʒ/ |
d͡ʒ |
ɲ |
d͡ʒ |
ɲ |
– |
– |
|
/ɾ/ |
– |
– |
ɾ ~ r |
n |
ɾ ~ r |
n |
ɾ |
La nasalización por hipersonorización en coda silábica también sucede en el
dialecto de Amubre en palabras originadas por medio
de la reduplicación de una raíz. A este respecto, es necesario ahondar un poco
en la naturaleza de estos vocablos. El bribri tiene una considerable cantidad
de palabras que claramente son el resultado de reduplicación morfológica, pero
la reduplicación ya no es un recurso productivo en esta lengua, y parece que
los hablantes generalmente no asocian el significado de la forma reduplicada
con la de la raíz simple (en caso de que esta aparezca por sí sola), excepto,
desde luego, en los casos en los que su semántica se ha mantenido muy similar.
Por lo tanto, todo indica que, a nivel sincrónico, estas formas no son
reduplicaciones, sino han sido consolidadas como bases semánticas sencillas. En
consecuencia, las formas fonológicas deben incluir las raíces originales dos
veces, pues ningún proceso que actualmente esté vigente en la lengua podría
derivar las reduplicaciones a partir de una raíz sencilla.
En la formación de estas palabras, la
primera consonante de la raíz se llegó a geminar al principio de la segunda
instancia de la raíz. Cuando la consonante geminada es /b/ o /d/, el primero de
los dos fonemas idénticos sufre un proceso fonológico: en el dialecto de Amubre se nasaliza, mientras que en Coroma
se realiza como oclusiva glotal (Chevrier,
2017, p. 321). La nasalización que se da en Amubre se
ilustra en los ejemplos 27 y 28, que incluyen datos de Chevrier (2017, pp.
287-289); las raíces sencillas de las que históricamente derivan son /bâ/
‘caliente’ y /díʔ/ ‘agua’, respectivamente.
(27) /bâbbá/ [bâmbá] ‘caliente’
(28) /díddí/ [díndí] ‘afilado’
Antes de concluir este apartado, se
puede agregar que Chevrier (2017, pp. 289-290) también observa algunos casos de
“nasalización espontánea” de consonantes sordas en posición final de sílaba
ante consonante sonora. No obstante, esto no es obligatorio, por lo que dicho
fenómeno no se tomará en cuenta en nuestro análisis.
5. Análisis
El análisis teórico-óptimo de la
nasalización en bribri se centrará primero la propagación nasal regresiva de
los fonemas vocálicos nasales. A lo largo de todo el análisis, serán relevantes
las dos restricciones de fidelidad fundamentales, las cuales se definen de la
siguiente manera[10]:
Max Asignar una marca de
transgresión por cada segmento en el aducto que no tenga un segmento
correspondiente en el educto.
Dep Asignar una marca de
transgresión por cada segmento en el educto que no tenga un segmento correspondiente
en el aducto.
Dicho de otro modo, Max penaliza la elisión de segmentos y Dep penaliza
la inserción de segmentos. Además, como ya se ha señalado, las vocales
acentuadas en bribri siempre mantienen los rasgos de su forma fonológica, con
respecto tanto a la calidad como a la nasalidad. Por consiguiente, proponemos
una restricción de fidelidad, Ident-V ́, responsable de preservar todos los rasgos
de las vocales acentuadas. Debido a que, a nivel interlingüístico,
es común la reducción de vocales átonas y que, por ende, tiende a haber mayor
cantidad de contrastes vocálicos en sílabas acentuadas que en sílabas inacentuadas
(Gussenhoven, 2004, p. 15), la universalidad de esta
restricción no parece controvertida:
Ident-V ́ Asignar
una marca de transgresión por cada vocal acentuada en el aducto cuyo segmento
correspondiente en el educto no presente los mismos valores para todos los
rasgos.
Puesto que los segmentos
bloqueadores en lenguas que presentan propagación nasal típicamente
corresponden a una porción del extremo obstruyente de
la jerarquía de sonoridad, es común que se utilicen restricciones con
referencia a esta jerarquía para prevenir la nasalización de segmentos
bloqueadores: *NasPlo
>> *NasFric
>> *NasLiq
>> *NasGli
>> *NasVow
(Walker, 1998, p. 36; 2011, p. 19). No obstante, como los bloqueadores en
bribri no corresponden a una secuencia continua en la jerarquía de sonoridad,
ninguna de estas restricciones puede encontrarse activa en esta lengua. En
cambio, es necesario hacer uso de una restricción de marcadez
que penalice segmentos sordos nasales: *Nas/Sor. Esta se define de la siguiente manera:
*Nas/Sor Asignar una marca de transgresión
por cada segmento nasal sordo.
Asimismo, para evitar que un fonema
sordo se sonorice para nasalizarse de manera subsecuente, la identidad del
rasgo [sonoro] de los segmentos en el aducto debe preservarse, lo cual será
asegurado por medio de la restricción de fidelidad Ident([son]):
Ident([son]) Asignar una marca de transgresión por
cada segmento en el educto que difiera del segmento correspondiente en el aducto en cuanto al valor del rasgo [sonoro].
La propagación nasal ha sido, y
sigue siendo, un reto para la teoría de la optimidad. Una solución intuitiva
sería una restricción que prohíba dos segmentos contiguos con valores distintos
para el rasgo [nasal]: Agree-L(nas) para
la propagación hacia la izquierda y Agree-R(nas) para la dirección opuesta. No obstante, como muestran
Wilson (2003, 2004, 2006) y McCarthy (2004, 2008, 2011), tal aproximación no
funciona, debido a que desfavorece la propagación nasal cuando esta no puede
llegar hasta el extremo de su dominio.
Por lo tanto, en el presente
análisis hacemos uso de una restricción de alineamiento a larga distancia, de
la familia Align,
comúnmente empleada para describir el fenómeno en cuestión (véase McCarthy, 2008,
p. 231; 2011, p. 5). Aunque Wilson (2003, 2004, 2006) y McCarthy (2004, 2008,
2011) también han encontrado problemas relacionados con esta aproximación, en
el sentido de que predice que la elisión de segmentos que se encuentran al otro
lado de un elemento bloqueador debería ser común en las lenguas con propagación
de rasgos, esto nunca produce eductos erróneos. Otras alternativas propuestas, como
el serialismo harmónico (“Harmonic
Serialism”) de McCarthy (2011, 2016), alteran
sustancialmente el funcionamiento de Gen,
un componente fundamental de la teoría de la optimidad. En el presente análisis,
deseamos apegarnos lo más posible a la versión estándar de la teoría, por lo
que consideramos que el alineamiento es la mejor opción.
La instancia de Align que cataliza la propagación
nasal en bribri la llamaremos Alin-I([+nas], pal) (como abreviación
de Alinear-Izquierda) en español, y
se define del siguiente modo:
Alin-I([+nas], pal) Asignar una marca de transgresión por
cada segmento entre un segmento nasal y el linde izquierdo de una palabra que
no esté asociado con el mismo autosegmento [+nasal].
Esta definición se basa en la
representación de la fonología autosegmental, según
la cual [+nasal] es un autosegmento que puede estar
asociado con varios segmentos simultáneamente. La dirección del alineamiento
motivado por esta restricción es hacia la izquierda, [+nas]
es el rasgo propagado y “pal” es una abreviación de “palabra”, lo cual quiere
decir que el dominio de la propagación es la palabra, cuyos lindes, por tanto,
detienen el proceso. Se postula la presencia de un autosegmento
[+nasal] por cada vocal fonológicamente nasal, y que todos los fonemas
afectados por la armonía nasal son asociados al mismo autosegmento
[+nasal] que es responsable de la propagación.
Para ejemplificar la asignación de
marcas de transgresión producidas por esta restricción, en el caso de una
palabra en la que la propagación llega hasta el extremo izquierdo, tal como /bad͡ʒã̂d/
[mãɲã̂ɽ] ‘tres’, no se asignaría ninguna marca, pues los tres fonemas que se
hallan entre el linde izquierdo de la palabra y la vocal fonológicamente nasal,
/ã/, están asociados con el mismo autosegmento [+nasal] que /ã/. A su vez, en
un caso como /bat͡sṹ/ [bat͡sṹ] ‘colibrí’, se asignarían tres marcas,
porque tres fonemas a la izquierda de la vocal nasal, /ũ/, no se encuentran
asociados con [+nasal]. Por añadidura, es importante señalar que la restricción
implica que todos los fonemas asociados con el mismo autosegmento
sean contiguos; en caso de que no, estarían presentes dos autosegmentos
[+nasal] diferentes. Por ejemplo, si se diera una nasalización espontánea del
primer fonema de /bat͡sṹ/, es decir, [mat͡sṹ], también se asignarían tres marcas de violación,
porque /b/ [m] no estaría vinculado con el mismo autosegmento que /ũ/, de manera que todavía habría una
distancia de tres segmentos entre el rasgo [+nasal] de ese último y el linde
izquierdo de la palabra.
Aunque las realizaciones con nasalizaciones
espontáneas del tipo ejemplificado no reducen la cantidad de marcas de
transgresión, hace falta una restricción para eliminar estos candidatos, ya que
tal fenómeno no ocurre en bribri. Para este propósito, se necesita una
restricción de fidelidad, Dep([+nas]), que penaliza cada nasalización:
Dep([+nas]) Asignar
una marca de transgresión por cada segmento nasal en el educto cuyo segmento
correspondiente en el aducto no sea nasal.
Cabe mencionar que también tiene que
estar involucrada una serie de restricciones que aseguren la correspondencia
entre el aducto y el educto con respecto a otros rasgos, a saber, los que
especifican el punto y el modo (con la excepción de [nasal]) de articulación.
Sin embargo, estos no se incluirán en los análisis, ya que quedan fuera del
alcance del presente estudio.
Con estas restricciones definidas,
es hora de indagar en su ordenamiento respectivo en el bribri. En primer lugar,
está claro que las restricciones que nunca son violadas tienen que ubicarse en
el nivel superior, y que no pueden ser ordenadas recíprocamente (McCarthy,
2008, p. 65). Este es el caso de Dep, ya que no se han observado inserciones en el
bribri, y de Ident-V ́, pues las vocales tónicas siempre
conservan su calidad y su valor de nasalidad.
En cuanto a Max, sí ocurren elisiones de vocales pretónicas, como ya se
ha señalado, por lo que esta restricción en realidad debe hallarse en un nivel
inferior, dominada por alguna restricción que asegure que se elidan las vocales
cuando corresponda[11].
No obstante, las elisiones no son relevantes para la nasalización y no
proveemos ninguna prueba del ordenamiento de Max
en los ejemplos proporcionados en este artículo, por lo que se colocará al
mismo nivel que Dep
e Ident-V ́ en las tablas.
Con respecto a Ident([son]), sí se observan en
el bribri varios casos de desonorización
de consonantes ante consonante sorda como resultado de elisiones vocálicas, así
como una sonorización esporádica de /k/ (Chevrier,
2017, p. 269). Sin embargo, al igual que el caso Max, estos procesos no son relevantes para los fenómenos
analizados ni aparecen en los ejemplos presentados a lo largo del escrito, por
lo que también esta restricción se colocará al mismo nivel que las anteriores.
En cambio, Alin-I([+nas], pal) y Dep([+nas]) son frecuentemente transgredidas, debido a los
segmentos bloqueadores y las nasalizaciones, respectivamente. Por consiguiente,
estas tienen que estar dominadas por las demás restricciones mencionadas.
Asimismo, como la obediencia a Alin-I([+nas], pal) siempre causará violaciones a Dep([+nas]) y las nasalizaciones de fonemas nasalizables
son preferidas dentro del dominio de propagación, Alin-I([+nas], pal) tiene que dominar
a Dep([+nas]).
La interacción entre las restricciones
en una palabra en la que la nasalidad de una vocal se propaga hasta el extremo
izquierdo, a saber, /dabã́/ [nãmã́] ‘pez’, se ilustra en la Tabla 3.
Para simplificar la presentación, aquí no se incluyen *Nas/Sor e Ident([son]), que son inactivas
debido a que la palabra no contiene ningún fonema sordo, ni Dep, pues una inserción tampoco
prevendría ninguna violación a las otras restricciones.
Tabla 3. Análisis de la palabra /dabã́/ ‘pez’
|
/dabã́/ |
Ident-V ́ |
Max |
Alin-I ([+nas],
pal) |
Dep([+nas]) |
a. F |
nãmã́ |
|
|
|
*** |
b. |
dãmã́ |
|
|
*! |
** |
c. |
damã́ |
|
|
*!* |
* |
d. |
dabã́ |
|
|
*!** |
|
e. |
dabá |
*! |
|
|
|
f. |
dab |
*! |
*! |
|
|
g. |
ãmã́ |
|
*! |
|
** |
h. |
nabã́ |
|
|
*!** |
* |
Se puede observar que las dos
restricciones superiores en la jerarquía, Ident-V ́ y Max,
previenen las alteraciones a la vocal acentuada y las elisiones en los
candidatos e–g, los cuales, en caso contrario, le ganarían al candidato a. Asimismo, debido a que cada
incumplimiento con Alin-I([+nas],
pal) provoca una marca de transgresión, [nãmã́] sale
ganando frente a los candidatos b–d, ya que todos los segmentos están
asociados con el mismo autosegmento [+nasal]. El candidato h está incluido en la tabla para ilustrar que la nasalización
espontánea, en este caso de /d/, no reduce la cantidad de violaciones a Alin-I([+nas], pal).
Ahora se indagará en una palabra que
contiene un bloqueador: /batã́/, [batã́] ‘ardilla’. En este
análisis, ilustrado en la Tabla 4, se incluyen *Nas/Sor e Ident([son]) para mostrar cómo
estas previenen la nasalización de fonemas sordos, pero se excluye Max.
Tabla 4. Análisis de la palabra /batã́/ ‘ardilla’
|
/batã́/ |
Ident-V ́ |
*Nas/Sor |
Ident([son]) |
Alin-I([+nas],
pal) |
Dep([+nas]) |
a. F |
batã́ |
|
|
|
*** |
|
b. |
batá |
*! |
|
|
|
|
c. |
mãn̥ã́ |
|
*! |
|
|
*** |
d. |
mãnã́ |
|
|
*! |
|
*** |
e. |
matã́ |
|
|
|
*** |
*! |
En este caso, la consonante /t/
bloquea la propagación nasal como consecuencia de dos restricciones: *Nas/Sor
penaliza la nasalización de dicho segmento, por lo que se le asigna una marca
fatal al candidato c, mientras que Ident([son])
penaliza su sonorización, de manera que no se puede nasalizar subsecuentemente,
como en d. Dado que el segmento opaco
se encuentra inmediatamente a la izquierda de la vocal fonológicamente nasal,
el candidato ganador, a, y el
candidato con nasalización espontánea del primer segmento, e, reciben la misma cantidad de marcas para la restricción de
alineamiento, de ahí que Dep([+nas]) sea crucial para inhibir la nasalización espontánea.
Además, al igual que en el análisis anterior, Ident-V ́ previene la desnalización de /ã/, como en el candidato b.
Otro tipo de elemento bloqueador son
las vocales orales acentuadas, así que corresponde presentar un ejemplo de este
también: específicamente, se analizará la palabra /d͡ʒábĩ/ [d͡ʒámĩ]
‘pariente’. Este vocablo contiene una vocal fonológicamente nasal átona, por lo
que la restricción Ident-V ́ no prevendría
la elisión de esta nasalidad, a menos que se postule un acento secundario en el
sufijo /-bĩ/, lo cual, ciertamente, podría ser el análisis más apropiado. Sin
embargo, en caso de que dicha suposición no resulte correcta, se propone aquí
una restricción adicional que daría cuenta de la conservación de la nasalidad
en vocales postónicas:
Max([+nas]) Asignar una marca de transgresión
por cada segmento nasal en el aducto cuyo segmento correspondiente
en el educto no sea nasal.
Dicho de otra manera, esta
restricción penaliza cualquier desnasalización, independientemente de si la
vocal en cuestión lleve acento o no. Ya que esta restricción nunca es
transgredida, se ubica al primer nivel en la jerarquía. La interacción entre
las restricciones para la palabra /d͡ʒábĩ/ [d͡ʒámĩ] ‘pariente’ se muestra en la
Tabla 5, donde nuevamente se excluyen *Nas/Sor e Ident([son]).
Tabla 5.
Análisis de la palabra /d͡ʒábĩ/
‘pariente’
|
/d͡ʒábĩ/ |
Ident-V ́ |
Max([+nas]) |
Alin-I([+nas],
pal) |
Dep([+nas]) |
a. F |
d͡ʒámĩ |
|
|
** |
* |
b. |
d͡ʒábĩ |
|
|
***! |
|
c. |
d͡ʒã́mĩ |
*! |
|
* |
** |
d. |
ɲã́mĩ |
*! |
|
|
*** |
e. |
d͡ʒábi |
|
*! |
|
|
f. |
ɲámĩ |
|
|
** |
**! |
El candidato b es eliminado porque un segmento nasalizable a la izquierda de la
vocal nasal es oral, mientras que los candidatos c–d pierden debido a la
nasalización de la vocal oral acentuada, que es el elemento bloqueador en esta
palabra. Por su lado, Max([+nas])
se encarga de eliminar el candidato e,
en el cual se desnasaliza la última vocal. Por último, el candidato f es el perdedor que más perdura, pero
la nasalización de /d͡ʒ/ es penalizada por Dep([+nas]). En
síntesis, Alin-I([+nas], pal) es responsable de que el fonema /b/ se nasalice, mientras que Dep([+nas])
previene cualquier nasalización a la izquierda del bloqueador.
El siguiente proceso por analizar es
la nasalización de /b/ en posición final de sílaba, el cual ocurre en ambos
dialectos tratados y es explicado por Chevrier (2017) como un caso de hipersonorización[12].
Ya que el fenómeno de nasalización es el que interesa aquí, se ignorarán
los casos de variación libre en el bribri de Amubre. Debido a que /b/ es la única consonante que se
nasaliza en esta posición en el dialecto de Coroma,
es inevitable postular una restricción muy específica que prohíba solo esta
consonante, o posiblemente una clase de consonantes similares, en coda
silábica. Como consecuencia de la aparente existencia de tal restricción en el
bribri, deben buscarse indicios de ella en otras lenguas también. Por falta de
datos que permitan la formulación exacta de esta restricción, la definiremos de
manera amplia, sin restringirla a oclusivas:
*Coda-b Asignar una marca de transgresión por cada consonante
oral labial sonora que se encuentre en coda silábica.
Esta restricción tiene que encontrarse
en el nivel más alto de la jerarquía, junto con las demás restricciones a las
que se les ha asignado este rango. La Tabla 6, en la que no se incluyen las
restricciones Ident-V ́ y Alin-I([+nas], pal), pues no son
relevantes para la hipersonorización, contiene el
análisis de la palabra /dabób/ [dabóm]
‘diez’.
Tabla 6. Análisis de la palabra /dabób/ ‘diez’
|
/dabób/ |
Dep |
*Coda-b |
Max |
Ident (son) |
Dep([+nas]) |
a. F |
dabóm |
|
|
|
|
* |
b. |
dabób |
|
*! |
|
|
|
c. |
dabóba |
*! |
|
|
|
|
d. |
dabó |
|
|
*! |
|
|
e. |
dabop |
|
|
|
*! |
|
Se aprecia que la restricción *Coda-b es la que elimina el candidato b, que es fiel al aducto, frente al
ganador. Por su lado, las restricciones Dep, Max e Ident([son]),
de manera respectiva, previenen la inserción de una vocal final, la elisión de
/b/ y la desonorización de /b/, tres procesos que también
evitarían la presencia de /b/ en la coda. En consecuencia, Dep([+nas])
queda inactiva.
Como ya se ha señalado, en el bribri de Amubre se nasaliza
cualquier consonante sonora en coda silábica cuando le precede una vocal nasal
que pertenece al mismo morfema. Se podría interpretar que esto solo aplica para
/d/ y /ɾ/, ya que el único otro fonema consonántico sonoro que puede aparecer
en esta posición es /b/, cuya sonorización siempre podría ser explicada por
medio de *Coda-b. Empero, el
análisis aquí presentado mostrará que /b/ también es afectado por este proceso.
Para explicar la nasalización de
consonantes sonoras en coda silábica, se podría proponer una restricción que
penalizara consonantes orales sonoras detrás de una vocal nasal tautosilábica y tautomorfémica. No
obstante, tal restricción no aprehendería la esencia de la asimilación, además
de que contendría una combinación de mucha información específica, lo cual
pondría fuertemente en duda su índole universal. Por lo tanto, en cambio,
utilizaremos una restricción de alineamiento que concuerda con el carácter de
propagación nasal progresiva:
Alin-D([+nas], morf) Asignar
una marca de transgresión por cada segmento entre un segmento [+nasal] y el
linde derecho de un morfema que no esté asociado con el mismo rasgo [+nasal].
En este nombre, “D” significa
“derecha” y “morf” significa “morfema”, que es el
dominio de esta propagación. La repercusión de esta restricción en la palabra
/bat͡sṹd/ [bat͡sṹn] ‘higuerón’ se muestra en la Tabla 7. Aquí se incluyen dos
candidatos con la forma superficial [bat͡sṹn]; en la que lleva el subíndice 1,
la nasalidad de la última consonante proviene de la vocal, mientras que en la
del subíndice 2, la última consonante está asociada con un autosegmento
nasal separado, como sucedería en el caso de una hipersonorización.
Tabla 7. Análisis de la palabra
/bat͡sṹd/ ‘higuerón’
|
/bat͡sṹd/ |
Ident-V´ |
Max |
Ident (son) |
Alin-D([+nas],
morf) |
Dep([+nas]) |
a. F |
bat͡sṹn1 |
|
|
|
|
* |
b. |
bat͡sṹn2 |
|
|
|
*! |
* |
c. |
bat͡sṹd |
|
|
|
*! |
|
d. |
bat͡súd |
*! |
|
|
|
|
e. |
bat͡sṹ |
|
*! |
|
|
|
f. |
bat͡sṹt |
|
|
*! |
* |
|
Gracias a la restricción de
alineamiento hacia la derecha, el candidato más fiel al aducto es eliminado
antes que el ganador, que presenta una nasalización de la consonante final. Las
demás restricciones incluidas en la tabla se encargan de conservar la nasalidad
de la vocal tónica y prevenir la elisión y la desonorización
de la última consonante. En cuanto a los candidatos a y b, el segundo comete
una transgresión a Alin-D([+nas], morf) debido a sus dos autosegmentos
[+nasal], de los que uno no llega hasta el límite derecho de la palabra.
Para apreciar cómo funciona esta
restricción con respecto a consonantes sordas en la coda, las cuales no se
nasalizan, se analiza la palabra /ũ̂k/ [ũ̂k] ‘hacer’ en la Tabla 8. En este caso, *Nas/Sor y las
demás restricciones se encargan de que la transgresión del ganador a la
restricción de alineamiento sea irrelevante.
Tabla 8. Análisis de la palabra /ũ̂k/ ‘hacer’
|
/ũ̂k/ |
Ident-V ́ |
Max |
Ident (son) |
*Nas/Sor |
Alin-D([+nas],
morf) |
a. F |
ũ̂k |
|
|
|
|
* |
b. |
Ûk |
*! |
|
|
|
|
c. |
ũ̂ |
|
*! |
|
|
|
d. |
ũ̂ŋ |
|
|
*! |
|
|
e. |
ũ̂ŋ̊ |
|
|
|
*! |
|
En las tablas anteriores, los
fenómenos de armonía nasal y la nasalización de consonantes en coda silábica
han sido tratados por separado. Sin embargo, ciertas palabras presentan ambos
fenómenos simultáneamente, una de las cuales es /kadẽ́b/ [kãɽ̃ẽ́m] ‘pez barbudo’.
En la Tabla 9 se analiza este vocablo.
Se incluyen solamente las
restricciones *Coda-b, Alin-I([nasal], pal) y Alin-D([+nas], morf), con el fin de destacar la
interacción entre las restricciones que son responsables de los procesos en
cuestión. Está claro que *Coda-b
tiene que dominar a Alin-I([nasal], pal), pues la primera es la
única de las dos que nunca es transgredida por candidatos ganadores, como se ha
mencionado anteriormente. Asimismo, Alin-D([+nas], morf) se coloca al mismo
nivel que Alin-I([nasal], pal), pues no hay manera de
determinar la jerarquización respectiva entre estas dos: con cualquier orden,
el ganador es el mismo. De nuevo, se incluyen candidatos con subíndices; 1
significa que presenta un solo autosegmento nasal y 2
indica que presenta dos (uno que tiene su origen en la última vocal y uno
asociado con la última consonante).
Tabla 9. Análisis de la palabra /kadẽ́b/
‘pez barbudo’
|
/kadẽ́b/ |
*Coda-b |
Alin-I([nasal], pal) |
Alin-D([+nas],
morf) |
a. F |
kãɽ̃ẽ́m1 |
|
* |
|
b. |
kãɽ̃ẽ́m2 |
|
**!*** |
*! |
c. |
kadẽ́b |
*! |
*** |
* |
d. |
kãɽ̃ẽ́b |
*! |
* |
* |
e. |
kadẽ́m1 |
|
**!* |
|
f. |
kadẽ́m2 |
|
**!***** |
*! |
La alta
posición de *Coda-b en la
jerarquía asegura que se eliminen los candidatos con [b] final, y Alin-I([nasal], pal) favorece a los
candidatos con armonía nasal que llega hasta la consonante bloqueadora /k/. El
hecho de que el candidato a, en el
que [ẽ] y [m] comparten un mismo autosegmento nasal,
le gane al candidato b significa que
la nasalización de /b/ en coda silábica tiene que clasificarse como un
resultado de propagación nasal hacia la derecha, y no como hipersonorización,
cuando la vocal precedente es nasal.
El último fenómeno por analizar es
la nasalización del primer segmento en geminaciones presentes en formas
históricamente reduplicadas en el dialecto de Amubre,
la cual es otra instancia de hipersonorización. Los
fonemas afectados son /b/ y /d/ (/ɾ/ nunca se gemina, ya que nunca se halla en
ataque silábico), pero Alin-D([+nas], morf) es irrelevante aquí, pues la nasalización no depende
de una vocal nasal. En cambio, lo que produce la nasalización en estas formas
es claramente una prohibición de consonantes sonoras geminadas, la cual es
respetada por medio de una nasalización del primero de los dos segmentos. Por
lo tanto, parece estar involucrada la siguiente restricción (véase Podesva, 2002):
*GemSon Asignar una marca de transgresión
por cada consonante sonora geminada.
Esta restricción tiene que
encontrarse en el nivel más alto de la jerarquía, puesto que siempre es
respetada. Ahora bien, cabe considerar por qué siempre es la primera, y no la
segunda, consonante la que se nasaliza. Existen varias posibles explicaciones
que involucran restricciones adicionales; sin embargo, la jerarquización
relativamente alta de Alin-I([+nas],
pal), que originalmente propusimos para un fenómeno aparentemente no
relacionado, resuelve este problema de manera elegante, como se observa en la Tabla
10, en la que se analiza la palabra /díddí/ [díndí] ‘afilado’.
En lo
que concierne a la restricción Alin-D([+nas], morf), esta es muy difícil
de incluir en el presente análisis, debido a que el estatus morfemático
de la segunda /d/ es difuso; aun si se asume que las dos raíces siguen siendo
dos morfemas distintos a nivel sincrónico de la lengua, no está claro si dicho
fonema forma parte del segundo morfema o si es un morfema por sí solo. Dado que
el dominio de la propagación hacia la derecha es el morfema, la cantidad de
violaciones a Alin-D([+nas], morf) depende fuertemente del análisis morfológico de esta
palabra. Lo que sí es seguro es que si la segunda /d/
pertenece al mismo morfema que la última instancia de /dí/,
Alin-D([+nas], morf) no puede dominar a Alin-I([+nas], pal), ya que se
eliminaría a [díndí] antes que a [díɽní].
En cambio, en caso de que este fonema se encuentre en posición final de
morfema, el orden respectivo de las dos restricciones de alineamiento es
irrelevante para el análisis de esta palabra, puesto que [díɽní]
violaría ambas restricciones una mayor cantidad de veces que [díndí]. En resumen, dado que el número de marcas de transgresión
para Alin-D([+nas], morf) es inseguro y la posición de esta restricción con
respecto a Alin-I([+nas],
pal) en cualquier caso sería imposible de determinar con base en el análisis de
/díddí/, no se incluye en la Tabla 10.
Tabla 10. Análisis de la palabra /díddí/ ‘afilado’
|
/díddí/ |
Dep |
Max |
*GemSon |
Alin-I([+nas],
pal) |
Dep([+nas]) |
a. F |
díndí |
|
|
|
** |
* |
b. |
díddí |
|
|
*! |
|
|
c. |
díɽní |
|
|
|
***! |
* |
d. |
dínní |
|
|
*! |
** |
** |
e. |
dídadí |
*! |
|
|
|
|
f. |
dídí |
|
*! |
|
|
|
g. |
níndí |
|
|
|
** |
**! |
Aquí se aprecia, en primer lugar,
que Dep
y Max previenen la elisión de una
de las dos consonantes y la inserción de una vocal entre ambos, como ocurre en
los candidatos e y f, respectivamente. En segundo lugar, la
nasalización de ambas, como en d[13],
tampoco funciona, ya que sigue habiendo una consonante sonora geminada. Por lo
tanto, los tres candidatos restantes son a,
c y g. En a y g, la primera consonante se nasaliza, y
en c, la segunda se nasaliza (y la
primera /d/ se pronuncia [ɽ], debido a una restricción relativa a la coda
silábica que no es tratada en este artículo). La nasalización de una consonante
genera un autosegmento [+nasal], por lo que entra en
juego Alin-I([+nas],
pal), cuya definición no implica que el segmento desencadenador tenga que ser
una vocal. Debido a que esta restricción incita una propagación hacia la
izquierda, los candidatos que nasalizan a la primera de las dos consonantes
cometen una transgresión menos que el otro. Al final, el candidato g es eliminado como resultado de las dos
nasalizaciones de fonemas orales.
En síntesis, parece que la
restricción responsable de la armonía nasal regresiva también es la que define
cuál de las dos consonantes geminadas se nasalice, lo cual significaría que
existiría un vínculo inesperado entre la armonía nasal y la nasalizacióm
en palabras reduplicadas. Desde luego, es perfectamente posible que alguna otra
restricción sea la responsable de este detalle, pero los datos no permiten
identificarla de manera precisa.
Por último, en cuanto a las
secuencias /bb/ en palabras reduplicadas, tanto *GemSon como *Coda-b, que se encuentran en el mismo
nivel de la jerarquía, propulsan la nasalización. Como se observa en la Tabla
11, en la que se analiza /bâbbá/ [bâmbá]
‘caliente’, Alin-I([+nas],
pal) no es necesaria para definir cuál de las dos consonantes se nasaliza en
este caso, pues *Coda-b siempre
favorece la nasalización de la primera.
Tabla 11. Análisis de la palabra /bâbbá/ ‘caliente’
|
/bâbbá/ |
Dep |
Max |
*GemSon |
*Coda-b |
Alin-I([+nas],
pal) |
Dep([+nas]) |
a. F |
bâmbá |
|
|
|
|
** |
* |
b. |
bâbbá |
|
|
*! |
*! |
|
|
c. |
bâbmá |
|
|
|
*! |
*** |
* |
d. |
bâmmá |
|
|
*! |
|
** |
** |
e. |
bâbabá |
*! |
|
|
|
|
|
f. |
bâbá |
|
*! |
|
|
|
|
6. Discusión
Por medio de los análisis de
distintos tipos de nasalización en bribri, hemos
determinado que las siguientes restricciones se encuentran en el primer nivel
de la jerarquía, puesto que nunca son transgredidas: Ident-V ́, Dep,
Max, Ident(son), *Nas/Sor, *GemSon y *Coda-b. Por debajo de estas, se encuentran
dos restricciones de alineamiento, cuyo orden respectivo no es posible de
definir con base en los datos presentados: Alin-I([+nas], pal) y Alin-D([+nas], morf). En el último nivel de las restricciones analizadas
se encuentra Dep([+nas]). Por lo tanto, la jerarquización identificada en esta
investigación es la siguiente:
Ident-V ́, Dep, Max, Ident(son),
*Nas/Sor,
*GemSon,
*Coda-b >> Alin-I([+nas],
pal), Alin-D([+nas], morf) >> Dep([+nas])
En cuanto a la propagación nasal en
el bribri, esta se inserta en un continuo de distintos patrones observadas en
las lenguas del mundo (Walker, 2011), con diferentes valores para todos los
parámetros presentados en el apartado 2.2, así como para el dominio de
propagación. Por ejemplo, la direccionalidad asimétrica de la propagación en
bribri, en la que cada dirección sigue patrones diferentes, ya ha sido
identificada en otras lenguas (Walker, 2011, p. 21). Lo más llamativo es,
probablemente, el hecho de que el conjunto de segmentos bloqueadores no
concuerde con la jerarquía de sonoridad, lo cual parece ser lo más común a
nivel interlingüístico (véase Walker, 1998, p. 36; 2011, p. 9), sino que los
bloqueadores sean definidos por restricciones independientes de dicha
jerarquía: Ident-V ́ y *Nas/Sor. Por su lado, la nasalización por hipersonorización es una de varias posibles consecuencias
de la prohibición de determinadas consonantes en posiciones periféricas.
7. Conclusiones
En este artículo se ha realizado un
análisis teórico-óptimo de datos ya conocidos del bribri. Esta aproximación
permite visualizar los procesos de nasalización desde una óptica distinta y
vincularlos con fenómenos en otras lenguas por medio de las restricciones que
se manifiestan: la jerarquización de las restricciones involucradas en los
procesos de nasalización en bribri sería justamente la que determina la
ubicación del bribri en el espacio tipológico-fonológico de las lenguas del
mundo. Aunque la mayoría de las restricciones activas en los procesos de
nasalización en bribri han sido identificadas anteriormente en otras lenguas,
algunas son más específicas, por lo que la identificación de estas en futuras
investigaciones respaldaría nuestro análisis. En definitiva, más fenómenos de
otras lenguas chibchenses deben analizarse dentro del
marco de la teoría de la optimidad, ya que esta familia lingüística
indudablemente tiene datos muy valiosos que ofrecerle a esta teoría de
restricciones fonológicas universales.
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[1] Este artículo forma parte del proyecto de
investigación 745-C0-200 “Diccionario digital bilingüe bribri (fase 2)”, inscrito
en el Instituto de Investigaciones Lingüísticas de la Universidad de Costa
Rica.
[2] Específicamente, forma parte de la subrama viceítica de la rama
ístmica de dicha familia lingüística (Constenla,
2008, 2012).
[3] En varias descripciones del bribri, los
fonemas aquí presentados como /e/ y /o/ se representan con los símbolos /ɛ/ y /ɔ/,
respectivamente. Sin embargo, ya que no existe contraste fonológico entre
vocales semicerradas y semiabiertas
en esta lengua, así como por el hecho de que no se han publicado estudios
acústicos que justifiquen esta caracterización fonética, optamos por emplear
los símbolos más básicos /e/ y /o/.
[4] De acuerdo con nuestras propias observaciones, esta
consonante no es alveolar, sino retrofleja, tal como afirma Chevrier (2017).
[5] Comúnmente, el término
acento tonal se utiliza con referencia a la entonación. Este no es el caso
aquí, por lo que no debe confundirse con lo que en inglés se conoce como “pitch
accent”, ya que, en el bribri,
el acento tonal es fonológico. Por lo tanto, el término se emplea en este
artículo en el mismo sentido en el que Kristoffersen
(2000, pp. 233-234) lo utiliza para los acentos tonales fonológicamente
contrastivos del noruego y el sueco.
[6] Jara (2004, p. 100), a su vez, reporta un trío
mínimo de palabras distinguidas únicamente por el tono en el bribri de Coroma. Sin embargo, se
trata de un solo caso, por lo que, como ella misma señala, esto tendrá que
estudiarse con mayor detalle.
[7] En este primer conjunto de ejemplos, no se señalan
los lindes morfemáticos, puesto que son irrelevantes
para el fenómeno ilustrado.
[8] Por ejemplo, para la palabra /uîb/ ‘hombre’, Chevrier (2017,
pp. 272-275) registra las pronunciaciones [wîm], [wîb] y [wîm͡b] en posición
intermedia de enunciado en el bribri de Amubre, y solo [wîm] en el de Coroma.
[9] La tabla de Chevrier (2017, p. 169) incluye también
los fonemas /w/ y /j/, los cuales nosotros no consideramos fonemas, sino
alófonos de /u/ e /i/.
[10] Seguimos la recomendación de McCarthy (2008)
de comenzar cada definición con “Asignar una marca de transgresión por
cada...”, con el fin de que sea lo más precisa posible.
[11] Específicamente, una restricción
que penalice vocales pretónicas.
[12] Interesantemente, Ohala
(2011, p. 66) cuestiona de manera explícita la aplicación de la teoría de la
optimidad para explicar los fenómenos de hipersonorización,
principalmente por la dificultad de imaginarse la AVC representada por una
restricción general en dicha teoría. Sin embargo, la crítica está formulada más
que nada como una aversión general contra la teoría de la optimidad, y es
difícil ver por qué los distintos tipos de hipersonorización
serían menos adecuados para ser descritos en el marco de esta teoría que otros
fenómenos fonológicos.
[13] Asumimos aquí que, por tratarse de una consonante
geminada, ambos segmentos comparten el mismo autosegmento
[+nasal]. Sin embargo, aunque el caso contrario provocaría una mayor cantidad
de marcas de transgresión para la restricción Alin-I([+nas], pal), esto nunca sería
determinante para elección del candidato ganador.