Lingüística
“Es la patria una cuestión de acento”, una lectura de las locuciones presentes en “La ciudad escondida” y “La viveza Criolla. Destreza, mínimo esfuerzo o sentido del humor”, dos crónicas de José Ignacio Cabrujas
“Homeland is a Matter of Accent”, a Reading of The Voice Over Present in “The Hidden City” and “Creole Liveliness. Dexterity, Minimum Effort or Sense of Humor”, Two Chronicles by José Ignacio Cabrujas
“Es la patria una cuestión de acento”, una lectura de las locuciones presentes en “La ciudad escondida” y “La viveza Criolla. Destreza, mínimo esfuerzo o sentido del humor”, dos crónicas de José Ignacio Cabrujas
Revista de Filología y Lingüística de la Universidad de Costa Rica, vol. 49, núm. 1, e52125, 2023
Universidad de Costa Rica
Recepción: 22 Febrero 2022
Aprobación: 15 Junio 2022
Resumen: José Ignacio Cabrujas (1937-1995) es un referente fundamental en el contexto cultural venezolano del siglo XX. El tema constante en todas sus producciones es Venezuela, sobre todo en la crónica, donde cuestiona abiertamente la conformación política, económica, social y cultural de un país marcado por hechos históricos contradictorios. Por esto, una lectura de las locuciones presentes en dos de sus crónicas permite un acercamiento al lenguaje de su autor para evidenciar cómo, a través del uso de expresiones coloquiales, Cabrujas retrata la realidad de un país. Las locuciones de ambas crónicas son analizadas bajo las clasificaciones y propuestas teóricas de Mario García-Page (2008). Con este análisis se esboza una aproximación a la configuración ideológica-semántica de Cabrujas, que parece estar ya presente en la afirmación de su personaje Purificación, en Acto cultural (1976): “Es la patria una cuestión de acento”.
Palabras clave: locuciones, crónica, Cabrujas, Venezuela, lengua.
Abstract: José Ignacio Cabrujas (1937-1995) is a fundamental reference in the Venezuelan cultural contex of the 20th century. The constant theme in all his productions is Venezuela, especially in the chronicle, where he openly questions the political, economic, social and cultural conformation of a country marked by contradictory historical facts. For this reason, a reading of the voice over present in two of his chronicles allows an approach to the author's language in order to show how, through the use of colloquial and everyday expressions, Cabrujas portrays the reality of a country from its speech act. The voice over in both chronicles are analyzed according to the theoretical postulates Mario García-Page (2008). With this analysis we outline an approach to Cabrujas ideological-semantic configuration, which seems to be already present in the affirmation of his character Purificación in Acto cultural (1976): “Homeland is a matter of accent”.
Keywords: voice over, chronicle, Cabrujas, Venezuela, language.
En el contexto venezolano del siglo XX, José Ignacio Cabrujas (1937-1995) es un referente cultural fundamental. En vida, se destacó como dramaturgo, director y productor de teatro, actor, cronista, docente, escritor de telenovelas y guionista de cine. El tema constante en todas las producciones de Cabrujas es Venezuela; por esto, su pensamiento sigue tan vigente como hace más de veinte años:
Desde su muerte, acaecida el 21 de octubre de 1995 a los 58 años, José Ignacio Cabrujas se reafirmó como una voz y una conciencia necesaria en la vida venezolana, para acordar o discordar con él pero siempre para tenerlo presente y a la mano en todo lo que le concierne al venezolano. (Azparren, 2010, p. 9)
Si bien esta característica temática se encuentra presente en toda su producción, es en la crónica donde Cabrujas cuestiona abiertamente la conformación política, económica, social y cultural de una Venezuela marcada por hechos históricos contradictorios.
Cabrujas hablaba de nosotros, sus lectores. Nos describía, nos narraba, nos burlaba. Hombre solidario de profundas y certeras intuiciones políticas, mucho de lo que sabemos de nosotros mismos se lo debemos. En su obra Cabrujas acumuló un ser venezolano, y también la vida real derivada de ello, una venezolanidad, una especie de búsqueda por definir a una tierra y a unas gentes, convictas de protagonizar un país inconcluso. (Guerrero, 2020, párr. 1)
Detenerse en su crónica es adentrarse en la decodificación de la sociedad venezolana, de sus necesidades, apetencias y debilidades; es enfrentarse a una descripción sin disimulos ni imposturas, cuya claridad no deja de interpelar a los lectores. Cabrujas logra esto no solo a través de una prosa coherente, sino de un discurso cargado de expresiones propias del imaginario cultural venezolano. Esa característica constituye uno de los aspectos más llamativos de su producción periodística. Por esto, una lectura de las locuciones presentes en “La ciudad escondida” (1990) y “La viveza criolla. Destreza, mínimo esfuerzo o sentido del humor” (1995)1 permite un acercamiento al lenguaje de su autor para evidenciar cómo, a través del uso de expresiones coloquiales y cotidianas, Cabrujas retrata la realidad de un país desde sus actos de habla.
Las locuciones en ambas crónicas serán analizadas bajo los postulados teóricos de Mario García-Page en Introducción a la fraseología española. Estudio de las locuciones (2008). También, se tomarán en cuenta las clasificaciones que hacen de las locuciones Corpas Pastor en Manual de fraseología española (1996), la Real Academia de la Lengua (RAE) y Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) en el Diccionario de lengua española(DLE). Con este análisis se intentará esbozar una aproximación a la configuración ideológica-semántica de Cabrujas.
1. Algunos aspectos teóricos
Definir con precisión un término como fraseología2resulta complejo. Las investigaciones que han intentado delimitar su objeto de estudio son diversas y, aunque no todas coinciden en su delimitación, podríamos afirmar que es una subdisciplina de la lexicología que se centra en el análisis de unidades fraseológicas de sintaxis total o parcialmente fijas como colocaciones, locuciones, paremias o refranes, entre otras.
Julio Casares, en Introducción a la lexicografía moderna (1950), delimita el estudio de la fraseología a tres partes: locuciones, modismos y frases proverbiales; los refranes, dialogismos y wellerismos pertenecen al campo de la paremiología.3 Por su parte, en Manual de fraseología española, Gloria Corpas Pastor (1996) propone igualmente tres ámbitos: colocaciones, locuciones y enunciados fraseológicos; en este último, incluye las paremias (enunciados de valor específico, citas, refranes) y las fórmulas rutinarias. Y Mario García-Page (2008), en Introducción a la fraseología española. Estudio de las locuciones, plantea que el estudio de la fraseología comprende locuciones, modismos, frases proverbiales, lugares comunes y fórmulas; al igual que Casares, plantea que la paremiología es la encargada de estudiar los refranes, dialogismos y wellerismos.
Como el campo de estudio de la fraseología es muy amplio y la naturaleza de este trabajo no es profundizar en todos sus aspectos, nos centraremos –como ya mencionamos anteriormente– en las locuciones presentes en dos crónicas específicas de Cabrujas. Para ello vamos a definir primero qué es una locución y determinar sus principales características.
Casares “Combinación estable de dos o más términos, que funciona como elemento oracional y cuyo sentido unitario consabido no se justifica, sin más, como una suma del significado normal de los componentes” (Casares, [1950] 1992, p. 170). | Corpas Pastor “son unidades léxicas formadas por más de dos palabras gráficas en su límite inferior, cuyo límite superior se sitúa en el nivel de la oración compuesta” (Corpas Pastor, 1996, p. 18). |
García-Page “nuestro concepto de unidad fraseológica o locución ... incluye ... las tradicionales locuciones con función sintáctica de elemento oracional (nominal, verbal, adjetival, adverbial, preposicional, conjuntiva ... y las fórmulas pragmáticas” (García-Page, 2008, p. 21). | RAE y ASALE En DLE: “1. f. Acto de hablar. // 2. f. Modo de hablar // 3. f. Gram. Grupo de palabras que funcionan como una sola pieza léxica con un sentido unitario y cierto grado de fijación formal. // 4. f. Gram. Combinación fija de varios vocablos que funciona como una determinada clase de palabras” (RAE/ASALE, 2020, párr. 1). |
De todas estas definiciones que observamos en la Tabla 1, podemos establecer que las locuciones son combinaciones relativamente fijas de dos o más elementos que funcionan como una sola palabra con significado propio. Ahora bien, son variadas las formas que podrían ser clasificadas así, por lo que es necesario detallar aún más sus características para delimitar mejor la naturaleza de una locución.
Corpas Pastor establece que las locuciones se caracterizan por “su alta frecuencia de uso, y de coaparición de sus elementos integrantes; por su institucionalización, entendida en términos de fijación y especialización semántica; por su idiomaticidad y variación potenciales” (Corpas Pastor, 1996, p. 18). Con frecuencia de uso se refiere al empleo constante de las locuciones en la lengua hablada y escrita. Es necesario que este empleo sea recurrente por parte de los usuarios de la lengua. Sin embargo, esta característica también se manifiesta en los refranes, proverbios y otras fórmulas, por lo que no es exclusiva de las locuciones; pero, tal como apunta García-Page (2008), si: “creemos que las combinaciones estables de una u otra naturaleza constituyen continuamente hilos del tejido textual de los mensajes, que su presencia en la comunicación, oral y escrita, es constante; en este sentido sí cabe hablar de frecuencia de uso” (p. 32). Por otro lado, Corpas Pastor relaciona esta frecuencia de uso también con la coaparición de los elementos integrantes de la locución; sin embargo, para García-Page (2008) no es pertinente hablar de coaparición porque se entiende que en la locución encontramos: “la presencia ineludible e irremplazable de los componentes” (p. 32).
Otra de las características que plantea Corpas Pastor de las locuciones es la institucionalización, a la que García-Page (2008) define como el
proceso por el cual una comunidad lingüística adopta una expresión fija, la sanciona como algo propio, como moneda de cambio en la comunicación cotidiana, como componente de su acervo lingüístico-cultural, de su código idiomático, como cualquier otro signo convencional, y pasa a formar parte del vocabulario (p. 29).
De esta manera, la institucionalización está conectada con la frecuencia de uso, pues su empleo marca que se instaure en el imaginario cultural de la comunidad de hablantes que la usan en su vocabulario habitual. Pero, tal como apuntamos anteriormente, esta no es una característica exclusiva de las locuciones; otras fórmulas expresivas se han logrado institucionalizar.
Ahora bien, Corpas Pastor relaciona la institucionalización con la fijación y especialización semántica, se refiere pues a la estructura fija y el significado que adquiere la expresión. Por su parte, García-Page (2008) plantea la fijación como:
el resultado de un proceso histórico-diacrónico, evolutivo, de la conversión paulatina de una construcción libre y variable en una construcción fija (estable), invariable, sólida, gracias a la insistente repetición literal; una fórmula analítica libre llega a adquirir, en un punto de la historia, un significado traslaticio o específico hasta concebirse como un todo, un estereotipo, una fórmula memorizable, estando así disponible para su empleo (para su repetición) cuando, en el proceso discursivo, quiera expresarse un contenido que ya está condensado en ella. En este sentido, una locución es, ante todo, una combinación de palabras fija o estable. (p. 25)
Esta característica permitiría distinguir entonces sintaxis libre de construcciones fijas; pero, como apunta luego García-Page, hay locuciones que permiten variantes fónicas, gráficas, léxicas, gramaticales y morfológicas. Para Corpas Pastor, esto no representa inconveniente, pues esa variación es posible gracias a la fijación e institucionalización:
Así, cuanto mayor es su fijación, y por ende su institucionalización, más posibilidades hay de que sufran modificación en el discurso, y de que tal modificación y su efecto sean reconocidos por los hablantes … la sola institucionalización y fijación de una UF es suficiente para que una variación sobre la misma sea efectiva. (Corpas Pastor, 1996, pp. 29-30)
Sin embargo, la variación es una contrapartida de la fijación. Es difícil que se puedan fijar todas las variantes de una misma expresión y que todas sean asumidas por la comunidad de hablantes con la misma especialidad semántica.
Por último, otra de las características que plantea Corpas Pastor es la idiomaticidad. La misma obedece al grado figurado que puede contener esa expresión, su significado fuera de la literalidad. Sin embargo, esta característica no se presenta de manera uniforme, responde a gradaciones y depende de la percepción de cada persona. Así lo afirma García-Page (2008): “no se manifiesta por igual y uniformemente, sino de forma gradual ... la percepción del mayor o menor índice de literalidad es una cuestión fundamentalmente subjetiva” (pp. 27-28). Por tanto, la idiomaticidad no es una característica ni definitiva ni inalterable de las locuciones.
De todos los aspectos que acabamos de esbozar ninguno es exclusivo de las locuciones. Estos pueden ser compartidos por otras formas de expresión; por lo que su estudio tampoco es exclusivo. Lo que sí podemos afirmar es que, como elemento distintivo, la locución es una unidad pluriverbal, donde se combinan dos o más palabras, que tiene una función sintáctica y, por lo tanto, no posee independencia semántica.
Con esta premisa, nos adentraremos a analizar las locuciones de “La ciudad escondida” y “La viveza Criolla. Destreza, mínimo esfuerzo o sentido del humor” de Cabrujas. La primera crónica tiene más de cincuenta locuciones distintas y la segunda más de treinta, sin contar la repetición de algunas de ellas a lo largo del texto. Como este trabajo pretende esbozar una aproximación, solo estudiaremos diez expresiones de cada crónica. El criterio de selección es aleatorio –salvo cuatro que explicaremos más adelante– y solo busca presentar un bosquejo de las locuciones más representativas.
Así, presentaremos, en primera instancia, las ideas centrales en cada crónica y el corpus seleccionado en ellas; después, analizaremos la clasificación de cada una de las locuciones recogidas, guiándonos por las distintas fuentes consultadas 4 y cotejando su estructura con los planteamientos teóricos de García-Page (2008). Todo el análisis de las locuciones estará enmarcado en el contexto de la crónica para ofrecer otra perspectiva de lectura.
2. El país según Cabrujas
En “La ciudad escondida”, tres arlequines, que se encontraban en el alero de la casa materna, son la excusa perfecta para que Cabrujas empiece hablar de la ciudad donde nació. El escritor siente que estas tres figuras, constantemente, le preguntan: “¿cómo es tu casa?, ¿de qué está hecha?, ¿dónde se encuentra?”. Él, a lo largo de la crónica, intenta explicar por qué no puede contestar esas interrogantes. En primera instancia, se le dificulta porque la Caracas5 de su infancia no es la misma que la de su madurez. La ciudad se ha transformado no solo por el paso inexorable del tiempo, sino porque, en su dinámica, ha persistido el afán de demoler y refundar. Por lo tanto, sus recuerdos pertenecen a una ciudad muerta, la urbe solo existe desde su testimonio, pero no en el plano tangible.
En este constante movimiento, Caracas ha sido enterrada una y otra vez, debajo de ella está la vida de Cabrujas. Pero, como el derrumbe ha convertido la ciudad en un paisaje del escombro y el principal sentido arquitectónico es la demolición, al autor no le queda otra opción que aplicar una nueva arqueología para reencontrarse a sí mismo: la del derrumbe. En esa búsqueda, el escritor precisa que Caracas, desde siempre, ha estado contaminada por esa destrucción deliberada, pues ha sido una ciudad provisional, para quienes la han habitado, y una herencia de tres exilios: el primero, el del indígena, quien fue despojado de su espacio y costumbres; el segundo, el español, quien fue expulsado de su país y no vio en este territorio un espacio de permanencia, sino de transitoriedad; el tercero y último, el esclavo, quien fue forzado a dejar sus tierras y asumir el nuevo espacio como una casa ajena. Una ciudad construida por esos tres exilios es simplemente una aspiración futura, siempre está esperando algo.
Por estas características, los caraqueños no realizan un recorrido por la ciudad, sino que se trasladan de un sitio a otro. No viven ni experimentan la capital, tampoco los elementos que la componen. Cabrujas refuerza esta idea con una anécdota de su infancia. Un día tuvo que caminar del colegio a su casa porque había extraviado el dinero del pasaje; del trayecto lo que quedó fijado fueron los sonidos y los olores, pero no la arquitectura recorrida. Por esto, afirma que Caracas no fue diseñada para verla, sino para oírla.
En ese sentido, los habitantes de Caracas no pueden conocer la ciudad ni reconocerse en ella y los turistas solo ponderan sus paisajes naturales y el clima. Ni nativos ni extranjeros aprecian los edificios o monumentos citadinos porque la urbe carece de un perfil específico. La naturaleza es su única certeza.
Por esta razón, Caracas no tiene fachadas definidas, ni una arquitectura precisa. La capital se vive del portón hacia adentro, no desde las calles. En este contexto, nadie está muy contento en la ciudad porque se experimenta una sucesión irrepetible de lo mismo. Las construcciones son “parecidas a”, pero nunca son. La capital de Venezuela es siempre la aproximación a algo, pero hasta ahí. Entonces, Cabrujas precisa que no hay un modo caraqueño de la ciudad, pero sí de sus habitantes porque hay una forma de hablar y un comportamiento muy particular.
Después de todos sus argumentos, y a pesar de su negativa inicial, el escritor se anima a responder las tres preguntas de los arlequines. Precisa que su casa es como él mismo, si la mira desde afuera; que está hecha de un pasaporte roto, de un pasaje de ida, de un déjame ver; que la ciudad de verdad se perdió y que la de mentira lo está esperando; y que él está en su presente caraqueño en un mientras tanto y por si acaso.
Por su parte, en “La viveza Criolla. Destreza, mínimo esfuerzo o sentido del humor”, el autor plantea que el latinoamericano siempre ha tenido la necesidad de mirarse a sí mismo y esto lo ha llevado a concretar esa apariencia con personajes, actitudes y leyendas. Sin embargo, una cosa es cómo el latinoamericano se mira a sí mismo y otra es cómo es mirado por otros.
Venezuela no escapa de esa realidad y su gente ha creado muchos mitos porque no entiende su historia. En este sentido, Cabrujas afirma que los venezolanos creen que son pícaros porque han confundido la palabra vida con viveza y, por esto, piensan que vivir es actuar siempre con viveza. Pero esto es una contradicción y la historia así lo demuestra. Un país en permanente crisis no puede ser vivo. Según Cabrujas, el conflicto principal de esta problemática es que el ser venezolano no coincide con su ser histórico, ni con sus leyes ni manuales. Existe pues una gran diferencia entre la realidad y la fijación del marco cultural del país.
Para reforzar esta idea, el autor toma como ejemplo el hecho histórico del Caracazo6 del año 1989, en el que una revuelta social se transformó en saqueo y anarquía. Este suceso no reveló viveza, sino drama. Ese día, que terminó en sangre, fue el más venezolano que vivió Cabrujas porque sus coterráneos fueron sublimes y perversos a la vez. Él se sintió interpretado por la historia porque, de acuerdo con su perspectiva, ahí es donde está el centro del conflicto.
En ese sentido, el escritor observa que la historia ha formado un ícono de dos caras y una de ellas se exceptúa a sí misma: Bolívar. Él es venezolano en la medida en que no se comporta como venezolano. Nadie lo describe como astuto o pícaro, al contrario, sus valores son elevados y sublimes. A su lado está Páez, el pícaro. Entonces, empieza a narrarse la historia de forma trágica. Frente al ideal de Bolívar está el de la trampa y así es asumida gran parte de la historia del país: “Era la historia que soñaba con un ideal: la Gran Colombia, un ideal inobjetable, un delirio, cinco grandes países unidos, un sueño de grandeza. ¿Lo destruyó quién? Un venezolano integral: Páez” (Cabrujas, 2009, p. 252).
En este juego, de acuerdo con Cabrujas, Venezuela nunca ha tenido una identidad cultural. Ha asumido, asimilado y reconvertido herencias, pero no las ha descifrado. La manera de identificarse, de presentarse al mundo y a sí misma ha sido la picardía, una parodia de lo sublime y esto se aplica a todo.
Cabrujas plantea que la idea de trabajo en el país es una parodia porque es producto de tres exilios: el del indígena, quien fue expulsado de sus tierras y cuya noción de trabajo era inexistente; el del esclavo, a quien sacaron de su espacio para que trabajara en otro sin un objetivo; y el del español, quien vino a estas tierras a volverse rico, no a trabajar. La idea de los exilios ya había sido planteada en “La ciudad escondida”, pero aquí se le suma una nueva connotación: producto de estos exilios, en Venezuela, no hay una imagen de mérito en el trabajo porque no existe una imagen de riqueza producto del trabajo. En el país, la imagen del rico es la del pícaro y esta no es honrada ni meritoria.
Por todo esto, Cabrujas concluye que el venezolano debe dejar de verse como pícaro porque no existe una viveza criolla. Lo que hay en Venezuela es el esfuerzo desesperado de una sociedad por asumirse a sí misma dentro de unas costumbres y códigos que no la representan.
En el marco contextual de estas crónicas, pasaremos ahora a precisar el corpus seleccionado y su análisis.
3. Corpus7
En este apartado hemos seleccionado diez locuciones por crónica. Esta selección ha sido de forma arbitraria, salvo cuatro, por si acaso, mientras tanto, de tránsito y de paso. Las dos primeras serán analizadas en conjunto porque forman lo que proponemos como esquema cabrujeano. Este será explicado en el análisis. La clasificación de cada locución ha seguido los criterios del DLE (2020). De igual forma, cada locución será analizada con las estructuras propuestas por García-Page (2008).
3.1 “La ciudad escondida”
Como ya se comentó, la selección fue arbitraria; sin embargo, las locuciones de tránsito, por si acaso y mientras tanto, se tomaron porque están relacionadas con la noción de provisionalidad que plantea Cabrujas en la crónica.
Locución | Frecuencia | Clasificación |
de mi vida | 1 | Adjetiva |
toda la vida | 1 | Adverbial (toda mi vida) |
tener alguien a bien, o por bien | 3 | Verbal (tuvo/tenga/tuviese a bien) |
hacer falta | 1 | Verbal (nuncame hizo falta) |
en el fondo | 5 | Adverbial |
mientras tanto y por si acaso8 | 2 | Adverbiales (mientras tanto y por si acaso) |
de tránsito | 1 | Adjetiva |
tomarse alguien el trabajo de algo | 1 | Verbal (se tomó el trabajo de) |
de la noche a la mañana | 1 | Adverbial |
déjame ver | 1 | Verbal |
3.2 “La viveza Criolla. Destreza, mínimo esfuerzo o sentido del humor”
Como ya fue señalado, la selección fue arbitraria, pero la locución de paso se tomó en cuenta porque está relacionada con la noción de país como campamento que plantea Cabrujas en esta crónica.
Locución | Frecuencia | Clasificación |
de sí | 7 | Adverbial |
a lo largo de | 3 | Prepositiva |
a cada rato | 1 | Adverbial |
estar en algo | 2 | Verbal (está en algo/ está haciendo algo) |
frente a | 4 | Prepositiva |
de envergadura | 1 | Adjetiva |
de paso | 1 | Adverbial |
al fin de cuentas | 1 | Adverbial |
todo el día | 1 | Adverbial (todo un día) |
de resto | 1 | Adverbial |
4. Análisis
Si contraponer las características que tradicionalmente han tenido las locuciones con nuevos estudios teóricos, como el de García-Page (2008), nos llevó a determinar que ninguna de estas características es definitiva, con la clasificación de las locuciones podríamos llegar a la misma conclusión, ninguna es absoluta. Pero veamos primero qué clasificaciones establecen la RAE/ASALE (2020) y Corpas Pastor (1996).
RAE/ASALE En el DLE se precisan ocho tipos de locuciones de acuerdo con su función sintáctica o semántica: adjetiva, adverbial, conjuntiva, interjectiva, sustantiva, prepositiva, pronominal y verbal. Las define así: - locución adjetiva o adjetival: locución que se asemeja a un adjetivo en su comportamiento sintáctico o en su significado; p. ej., de tomo y lomo, de rechupete. - locución adverbial: locución que se asemeja a un adverbio en su comportamiento sintáctico o en su significado; p. ej., de antemano, de repente. - locución conjuntiva: locución que se asemeja a una conjunción en su comportamiento sintáctico o en su significado; p. ej., si bien, ya que. - locución interjectiva: locución que se asemeja a una interjección en su comportamiento sintáctico o en su significado; p. ej., ¡cuánto bueno! ¡Santo cielo! - locución nominal, sustantiva o substantiva: locución que se asemeja a un sustantivo en su comportamiento sintáctico o en su significado; p. ej., el más allá, el qué dirán. - locución preposicional o prepositiva: locución que se asemeja a una preposición en su comportamiento sintáctico o en su significado; p. ej., en orden a, a través de. - locución pronominal: locución que se asemeja a un pronombre en su comportamiento sintáctico o en su significado; p. ej., el que más y el que menos. - locución verbal: locución que se asemeja a un verbo en su comportamiento sintáctico o en su significado; p. ej., caer en la cuenta. (RAE/ASALE, 2020, párr. 4) | Corpas Pastor La autora señala, primeramente, cuatro tipos de locuciones: nominales, adjetivas, adverbiales y verbales. Las clasifica como endocéntricas porque su núcleo puede funcionar sintácticamente como sustantivo, adjetivo, adverbio o verbo. Luego, puntualiza otros dos tipos de locuciones, prepositivas y conjuntivas, que son exocéntricas por su núcleo. Los términos de estas locuciones tienen el mismo estatus gramatical. Por último, propone una última clasificación, locuciones complejas, cláusulas compuestas por dos sintagmas, uno de ellos verbal, que no tienen equivalencia funcional a las partes del discurso (1996, p. 94). |
Como se observa en la Tabla 4, tanto la RAE/ASALE como Corpas Pastor coinciden en que la clasificación de las locuciones se basa en la función sintáctica o en la función semántica que desempeña dentro de una oración. Sin embargo, difieren en ciertas categorías, a pesar de que ambos presentan locuciones de tipo nominal o sustantiva, adjetiva, verbal, adverbial, prepositiva y conjuntiva; la RAE/ASALE señala también pronominal e interjectiva, mientras que Corpas Pastor no incluye pronominal, pero sí clausal (podría ser la equivalente a la interjectiva, pero no siempre porque no todas las clausales son interjectivas). Por su parte, García-Page coincide prácticamente con toda la clasificación de la RAE/ASALE, solo que la interjectiva para él tiene un valor más oracional o semioracional, y así la cataloga, locución oracional.
Por tanto, con las clasificaciones existen fronteras muy frágiles que podrían diluirse entre una categorización y otra, por lo que ninguna clasificación es definitiva:
Es un problema de límites el refrán acortado con valor de locución (En todas parte cuecen habas); es un problema de límites la locución llamada clausal o semioracional (Caérsele la baba); es un problema de límites la fórmula de estructura oracional que no precisa marca gráfica de entonación exclamativa (Vivir para ver); es un problema de límites la locución oracional más genuina (Ir la procesión por dentro) [...] Es un problema de límites el que acecha a todas y cada una de las clases de locución tradicionales (nominal, adverbial, adjetival…): ninguna categoría está a salvo. (García-Page, 2008, p. 10)
Ahora bien, para no perdernos en estos límites, vamos a analizar las locuciones de nuestro corpus, Tabla 2 y Tabla 3, por categorías. En este sentido, propondremos apartados de locuciones adjetivas, adverbiales, verbales y prepositivas porque en ellas encajan las veinte locuciones de nuestro corpus y contextualizaremos brevemente la expresión dentro de cada crónica. De igual manera, tomaremos en cuenta las clasificaciones específicas que propone García-Page (2008) para cada una de ellas.
4.1 Locuciones adjetivas
A este grupo corresponden las locuciones que funcionan semántica o sintácticamente como un adjetivo. Pero esta definición no es tan rígida, debemos tener presente los límites que podrían generar problemas a la hora de clasificarlas. En este sentido García-Page (2008) afirma:
la nómina de locuciones adjetivales, además de incompleta si se atiende sólo a las registradas lexicográficamente, varía en función de diversas circunstancias; sobre todo, de la forma lemática del registro (p.ej., para algunos autores, es locución adjetiva lo que, para otros, es parte de una locución verbal con ser o estar) y de la concepción que se tenga de la locución en relación con otros fenómenos (p.ej., colisión con colocaciones y compuestos). (p. 115)
Ahora bien, teniendo en cuenta estos inconvenientes, puntualizaremos las locuciones adjetivas presentes en nuestro corpus:
- “La ciudad escondida”: de mi vida y de tránsito.
- “Viveza criolla…”: de envergadura.
Las tres locuciones pertenecen a la clasificación de locuciones adjetivas que García-Page (2008) clasifica como sintagma preposicional: “es otra estructura que adopta frecuentemente la locución adjetiva con función bien adyacente del nombre, bien del atributo, bien indistintamente” (p. 118). El autor puntualiza unas estructuras específicas dentro de esta categoría. A ellas haremos referencia en el análisis respectivo.
- de mi vida
«prep + A + N» es la estructura: preposición, adjetivo y sustantivo. El DLE (2020) clasifica la locución como adjetiva y la define como una expresión que denota afecto, impaciencia o enfado. Sin embargo, Cabrujas no la usa con ese sentido, sino para puntualizar el momento específico de su vida en que se dio cuenta de que lo que podía concebirse como pasado en Caracas tenía una cualidad fantasmal: “En algún punto de mi vida, quién sabe si a los treinta y cinco años, la edad con la cual comienza la Divina Comedia, comencé a imaginar que todo lo que podía concebir como pasado, incluida la celebración de Panamerican, era fantasmal”9 (Cabrujas, 2009, p. 273). Por tanto, podríamos analizar esta locución con una variante de significado de la acepción principal y hasta podríamos proponer una posible segunda acepción para esa expresión.
- de tránsito
«prep + Nsing» es la estructura presente: preposición y sustantivo singular. El DLE (2020) registra esta locución como adjetiva para referirse a una persona que no reside en el lugar específico, sino que está de paso. Esta expresión es empleada por Cabrujas para calificar a las personas que llegaron a Caracas y asumieron la ciudad como un lugar de no permanencia: “Lugar de tránsito, posada de agobiados en el largo camino al sur y el oro, a veces la pequeña crónica capaz de constatarla nos habla de viajeros y huéspedes incapaces de saber a dónde habían llegado” (Cabrujas, 2009, p. 278).
- de envergadura
Presenta la misma estructura de la locución anterior: «prep + Nsing». El DLE (2020) la registra como adjetiva y puntualiza que su uso resalta una cualidad importante o que pretende serlo. Cabrujas emplea esta locución para calificar el ideal de Simón Bolívar: “frente al pasado Bolívar, al del sueño complejo, alambicado, difícil, de enorme empresa de envergadura, surge la trampa, el costado, la manera, el meandro, la forma de llegar, de no perder” (Cabrujas, 2009, pp. 252-253).
4.2 Locuciones adverbiales
A este grupo corresponden las locuciones que funcionan semántica o sintácticamente como un adverbio. Pero, como revisamos en las locuciones adjetivas, esa definición no es tan rígida ni exacta.
En este sentido, y por el variado número de posibilidades, resulta una tarea compleja determinar una estructura para cada forma, por lo que podrían existir locuciones que no puedan enmarcarse en ninguno de estos esquemas:
Dada la ingente cantidad de locuciones adverbiales existentes en el código fraseológico español, así como su heterogeneidad, es de suponer que sea muy diverso el conjunto de estructuras conformantes que pueda determinarse (García-Page 2007e), y que alguna locución no encaje cómodamente en ninguno de tales esquemas. (García-Page, 2008, p. 121)
Con esta premisa veremos qué locuciones presentes en nuestro corpus pueden encajar o no en estructuras específicas.
- “La ciudad escondida”: toda mi vida, en el fondo, mientras tanto y por si acaso,10de la noche a la mañana.
- “Viveza”: de sí, a cada rato, de paso, al fin de cuentas, todo un día, de resto.
Para facilitar el análisis, agruparemos estas locuciones de acuerdo con las estructuras básicas que propone García-Page: sintagma nominal, sintagma preposicional y binomio. De igual manera, estudiaremos, de forma especial, dos locuciones que Cabrujas presenta juntas, por lo que propondremos una estructura para ellas: esquema cabrujeano.
4.2.1 Sintagma nominal
García-Page (2008) aclara que se debe mirar desde lo sintáctico este tipo de estructuras, pues están constituidas por un sintagma nominal, pero funcionan como un adverbio. Según el criterio funcional, deben analizarse como adverbiales ciertas secuencias que tienen la estructura propia de un sintagma nominal.
- toda mi vida
El DLE (2020) registra la locución toda la vida como adverbial para referirse a una acción que se ejecuta desde hace mucho tiempo. Ahora bien, hay una variación entre el registro de la locución en el texto y la que presenta el diccionario, la sustitución del artículo la por el adjetivo posesivo mi. Sin embargo, ambas actúan como determinantes del sustantivo y toda mi vida sigue siendo un sintagma nominal que funciona como adverbio. Así, podemos establecer que sería una pequeña variante de la postulada por el DLE: “Es el perfecto ámbito de un ciego, y tal vez por eso los ciegos más diestros que he visto en toda mi vida, son los ciegos caraqueños” (Cabrujas, 2009, p. 274).
Ahora, en un sentido más amplio, Cabrujas la usa para precisar que, en lo que lleva de vida, no ha visto ciegos más diestros que los que viven en Caracas. Entonces, así como proponemos una pequeña variante en la estructura, también lo hacemos con el significado de la expresión y podríamos sugerir una nueva acepción para toda la vida: largo período de tiempo.
- todo un día
El DLE (2020) presenta la locución todo el día como adverbial y la define como una acción constante y reiterativa. Ahora bien, como en la expresión anterior, hay una variación entre el uso de la locución en el texto y la que registra el DLE: el intercambio del artículo indefinido un por el artículo definido el. Sin embargo, los dos elementos siguen determinando al sustantivo y todo el día se mantiene como un sintagma nominal que funciona de forma adverbial.
Por su parte, Cabrujas usa esta expresión para marcar la actividad inerte que diariamente realiza un trabajador venezolano durante su jornada laboral: “Pero para el hombre que martilla todo un día, no existe placer” (Cabrujas, 2009, p. 256).
4.2.2 Sintagma preposicional
Para García-Page (2008), esta estructura pudiera ser la más variada y abundante, por lo que de acuerdo con el tipo de preposición o núcleo del sintagma se podría subdividir en otros grupos: «prep + N/SN», «prep + A», «prep + adv», «prep + pron». Nos interesa al primer y último subgrupo para analizar nuestras locuciones, por lo que presentaremos dos apartados, uno con la estructura «prep + N/SN» y otro con «prep + pron»
4.2.2.1 Estructura «prep + N/SN»
Cuando el término de la preposición es un sustantivo, la locución presenta posibilidades más abundantes y variadas: «prep + Nmasc.sing», «prep + Nfem.sing», «prep + Nmasc.pl», «prep + Nfem.pl» (García-Page, 2008). Con estos esquemas analizaremos tres de nuestras locuciones.
- en el fondo
El DLE (2020) registra en el fondo como una locución adverbial que significa en lo esencial, en la realidad. Su estructura evidentemente es «prep + N/SN», pero el término de la preposición es un sustantivo masculino singular precedido de artículo, por lo que el esquema podría presentarse así: «prep + art + Nmasc.sing».
Cabrujas (2009) usa esta expresión cinco veces en “La ciudad escondida”: “Ese es el paisaje que he visto, por no decir que, en el fondo, mis ojos nunca han visto ningún paisaje” (p. 276); “Hay mucho de emblema en las ciudades, puesto que eso que hemos convenido en denominar arquitectura, es, en el fondo, la fantasía, la ilusión del espacio que nos representa” (p. 277); “Lo que solemos llamar el frente de la casa es, en el fondo, el único pedazo que salva a la arquitectura del egoísmo” (p. 277); “Si resuelvo un desagüe y lo convierto en gárgola, es porque en el fondo me interesa la admiración o el simple comentario de los extraños” (p. 279); “En el fondo somos la literatura de una ciudad que debe existir a trocitos en el resto del planeta” (p. 281).
En todos los casos, la locución es empleada en el sentido de “en realidad”. De hecho, pudiera ser sustituida por esta expresión y el significado sería el mismo.
- a cada rato
El DLE (2020) la registra como una locución adverbial que se usa para marcar acciones que se ejecutan con mucha frecuencia. Su estructura es una variante de este grupo pues el término de la preposición es un sustantivo modificado por un adjetivo, por lo que el esquema podría ser: «prep + Aindf. + Nsing.mas».
Cabrujas usa esta frase para referirse a las constantes afirmaciones del presidente sobre la crisis del país: “¿cómo entender que el Presidente nos diga a cada rato que esta es la peor crisis financiera que pueblo alguno haya vivido desde que en Génova, en 1604, se inventaron los bancos?” (Cabrujas, 2009, p. 250).
- de paso
El DLE (2020) registra de paso como una locución adverbial con tres acepciones. La primera denota algo o alguien sin permanencia fija; la segunda, alguien que aprovecha la ocasión; y la tercera, a una acción que se realiza ligeramente y sin detención. Tiene la estructura «prep + Nmasc.sing», con la preposición de y el sustantivo masculino paso. Cabrujas emplea esta locución en el sentido de la primera acepción, para resaltar cómo Venezuela era un país transitorio para los colonizadores: “Aquí no se vino el primogénito, se vino el segundón, el que no servía, el aventurero. ¿Venía a trabajar?, no, ¿para qué? Venía a hacerse rico, la vida verdadera estaba en España, este era un país de paso” (Cabrujas, 2009, p. 255).
- al fin de cuentas
El DLE (2020) registra al fin de cuentas como una locución adverbial que significa: en definitiva, en resumen. Su estructura no es exactamente «prep + N/SN», sino una variante donde el término de la preposición es un sustantivo que está precedido de un artículo y que luego es modificado por un complemento preposicional. Entonces, el esquema sería la siguiente: «prep + art + Nsing.mas +SP». Cabrujas usa esta frase para especificar que en definitiva las personas trabajan para recibir una remuneración: “Pero esta es nuestra cultura del trabajo, allí subyace, porque al fin de cuentas se trabaja para una recompensa y decir otra cosa es una hipocresía” (Cabrujas, 2009, p. 255).
- de resto
A pesar de que el DLE (2020) no recoge esta expresión, el Diccionario de Americanismos (DA) sí y la registra como una locución adverbial que implica lo relativo a otros aspectos. Es evidente que se cumple la estructura «prep + Nmasc.sing», con la preposición de y el sustantivo masculino resto. Cabrujas usa esta expresión para resaltar que uno de los pocos ricos honrados que él conoce es el pelotero Antonio Armas porque su fortuna se justifica cada vez que batea en la televisión, mientras que otras riquezas (de resto) no son honradas: “De resto la riqueza no es honrada y el disfrute de ella misma tampoco es honrado” (Cabrujas, 2009, p. 256).
4.2.2.2 Estructura «prep + pron»
Es la última de los subgrupos de sintagmas preposicionales y la diferencia con la estructura anterior es que su núcleo no es un sustantivo, sino un pronombre: «prep + pron».
- de sí
El DLE (2020) registra de sí como una locución adverbial y la define como «de suyo: naturalmente, propiamente o sin sugestión ni ayuda ajena” (RAE/ASALE, 2020, párr. 1). Como se evidencia, en la locución el término de la preposición es el pronombre sí, por lo que su esquema es «prep + pron».
Cabrujas (2009) usa esta frase una vez en “La ciudad escondida”: “Peor que eso. Fueron arrojados de sí mismos con las patadas del idioma” (p. 280) y siete veces en “La viveza criolla”: “Los pueblos tienen una noción de sí mismos y gustan mucho de concretar esa noción, esa apariencia que los pueblos arrastran a lo largo de siglos, de sí mismos” (p. 249); “Una imagen viene de un lado y otra imagen la genera un pueblo de sí mismo … pero dentro de esos íconos tenemos las dos caras, una que el país exceptúa de sí mismo: Bolívar” (p. 252); “un acto de sátira de sí mismo, así nos llamamos un país de humor, a veces de buen humor y otras de mal humor…no hay manera que un hombre español se exprese en su visión de sí” (p. 253); “ni ha logrado representar el trabajo como parte indispensable de sí misma” (p. 255).
En los ocho casos, la expresión fue empleada para denotar un sentido natural y propio.
4.2.3 Estructura binomio prepositivo con estructura «prep + lex + prep + lex»
Con respecto a esta estructura, García-Page (2008) afirma que se forma con preposiciones correlativas fijas a las que se les suman sustantivos. Vamos a analizar la única locución del corpus que encaja con esta estructura.
- de la noche a la mañana
El DLE (2020) registra de la noche a la mañana como adverbial para dar cuenta de la rapidez o celeridad que se debe de tener en un tiempo muy breve. La diferencia puntual con la estructura señalada por García-Page es la presencia de artículos delante de los sustantivos (la noche y la mañana), pero igual estos últimos se encuentran entre preposiciones fijas y correlativas de y a. De esta manera, podríamos formular una pequeña variante al esquema propuesto: «prep + art + N + prep + art + N».
Cabrujas usa esta frase para reflejar cómo los indígenas, que vivían en Caracas, fueron expulsados de las tierras que habitaban: “Los indígenas que habitaban el valle, fueron sometidos de la noche a la mañana … a la convicción implacable de que todo lo hecho por sus manos … era un error garrafal o una mentira inmunda” (Cabrujas, 2009, p. 280).
4.2.4 Esquema “cabrujeano”
Mientras tanto y por si acaso es una expresión recurrentemente de nuestro autor, no solo en las crónicas mencionadas, sino en muchas de sus producciones e intervenciones, como en “El estado del disimulo”, donde Cabrujas afirma: “Uno comprende que alguien levantó esa catedral mientras tanto y por si acaso” (2020, párr. 3). Primero, vamos a descomponerlas para luego proponer la estructura del esquema cabrujeano.
- Mientras tanto pertenece a la clasificación de sintagma adverbial de García-Page (2008), quien precisa esta categoría como: “Uno de los patrones representativos … que atendiendo a un criterio clasificatorio estrictamente categorial, le corresponde con mayor justicia el título de locución adverbial; nos referimos al constituido por un sintagma adverbial” (p. 121). De esta manera, mientras tanto cumple con la estructura «adv + adv» que el DLE clasifica como locución adverbial y la define así: “mientras (‖ durante el tiempo que)” (RAE/ASALE, 2020, párr. 1).
- por si acaso
El DLE (2020) la registra como adverbial y la define como algo que se ejecuta previendo alguna contingencia. Sin embargo, esta expresión no encaja con las estructuras propuestas por García-Page (2008) porque: “Existen locuciones adverbiales con estructura prepositiva de vida autónoma que no se acomodan a ninguno de los esquemas señalados y que denuncian –algunas– una estructura sintáctica irregular” (p. 127). Este es el caso de por si acaso y si tuviéramos que precisar un esquema sería: «prep + conj + adv».
Ahora bien, Cabrujas no usa estas locuciones por separado sino juntas: mientras tanto y por si acaso. Ambas expresiones están unidas por la conjunción y. Por esto, proponemos una nueva estructura, netamente cabrujeana, que sería un binomio coordinativo de esquema: «SAdv + conj + SAdv». Nuestro autor utiliza esta combinación para reforzar la idea de que Caracas, y el país en general, es una tierra transitoria en donde se debe estar prevenido: “Caracas es una ilusión de inconformes, y asumirla de otra manera es, sencillamente, creer que vivimos en otra parte y no en lo que hemos fabricado, mientras tanto y por si acaso” (2009, p. 276); “1988. Mientras tanto... y por si acaso” (p. 282).
4.3 Locuciones prepositivas
Si planteamos una definición simple podríamos afirmar que las locuciones prepositivas son aquellas que funcionan semántica o sintácticamente como preposición. Pero, como ya hemos visto hasta ahora, la simpleza no es lo que caracteriza a este tipo de estructuras, por lo que nuevamente trataremos de estar atentos a los límites.
García-Page (2008) plantea que las locuciones prepositivas están formadas por una categoría gramaticalizada que puede ubicarse al inicio o en el medio de la locución. Por lo que propone las siguientes estructuras: «Lexgramaticalizado + prep» y «prep + Lexgramaticalizado + prep». Veamos cuál de estas estructuras se aplican a las locuciones prepositivas de nuestro corpus.
- “La viveza criolla”: a lo largo de, frente a.
4.3.1 Estructura «prep + Lexgramaticalizado + prep»
De acuerdo con García-Page (2008), este es el esquema más numeroso y el término común de la preposición inicial es el sustantivo. Sin embargo, existen pocas expresiones con las restantes categorías gramaticales.
- A lo largo de
El DLE registra esta locución preposicional y la define como “durante” (RAE/ASALE, 2020, párr. 1). Ahora bien, esta expresión no cumple exactamente con el esquema planteado porque: “[es] una variante de la citada estructura … que incluye el pronombre lo con adyacente adjetivo” (García-Page, 2008, p. 132). Por tanto, esta variante pudiera esquematizarse de la siguiente manera: «prep + pron + Lexgramaticalizado prep».
Cabrujas usa esta frase tres veces en “La viveza…” (2009): “esa apariencia que los pueblos arrastran a lo largo de siglos” (p. 249); “Bolet Peraza nos alertaba que a lo largo de nuestra historia” (p. 253) y “¿cómo puede encontrar identidad cultural un país que a lo largo de su historia no la ha tenido?” (p. 254). En todos los casos, el sentido que le da el autor a la locución es el definido en el DLE.
4.3.2 Estructura «Lexgramaticalizado + prep»
- Frente a
El DLE (2020) registra esta locución como prepositiva y la presenta con dos acepciones. La primera responde a algo que está enfrente de o delante de; la segunda, que está en su contra o en contra de algo o alguien. La estructura se cumple, la unidad gramaticalizada es un sustantivo singular frente al que le sigue la preposición a. Cabrujas (2009) la usa una vez en “La ciudad escondida”: “Estaciono frente al automercado Cendrillon” (p. 282) y cuatro veces a lo largo de “La viveza criolla”: “Frente a él, la otra figura: Páez… la picardía empieza, la astucia, frente al pasado Bolívar” (p. 252); “pero nos mostramos displicentes frente a un aparato” (p. 254); “Nuestra manera de identificarnos, de presentarnos frente al mundo” (p. 255).
Podríamos afirmar que, en todos los casos, Cabrujas usa la locución en el sentido de la primera acepción: enfrente de. Sin embargo, en una percepción más metafórica pudiéramos plantear que las expresiones referidas a Bolívar “Frente a él, la otra figura: Páez” y “la picardía empieza, la astucia, frente al pasado Bolívar” (p. 252), se usan más bien en el sentido de una contraparte: Paéz y la picardía.
4.4 Locuciones verbales
Como hemos venido estableciendo en cada apartado de las clasificaciones, las definiciones de las locuciones presentan dificultades al tratar de establecer sus límites. Si nos apegamos a la concepción tradicional de una locución verbal, podríamos decir que es la que se comporta sintáctica y semánticamente como un verbo. Sin embargo, a la hora de establecer sus estructuras y fórmulas nos enfrentamos con una diversidad de posibilidades por el tipo de verbo y por los distintos significados que ese mismo verbo pudiera tener.
Ahora bien, si intentamos establecer estructuras para clasificar las locuciones verbales de nuestro corpus, podemos establecer, siguiendo los planteamientos de García-Page, dos grupos: tipos fundamentales y estructuras particulares. Dentro de estas clasificaciones veremos a cuál pertenecen nuestras locuciones.
- “La ciudad escondida”: tuvo/tenga/tuviesea bien, nunca me hizo falta, se tomó el trabajo de, déjame ver.
- “La viveza criolla”: estar en algo.
4.4.1 Tipos fundamentales
Dentro de este apartado, García-Page (2008) distingue dos tipos de estructuras para las locuciones verbales: “la de un sintagma verbal en la que el núcleo lleva necesariamente al menos un complemento y la de un binomio” (p. 145). Nos centraremos en la primera que está compuesta por un verbo más uno o varios complementos, por lo que su estructura es «V + compl. (+compl.)».
- tuvo/tenga/tuviese a bien
El DLE registra tener a bien como una locución verbal y la define como: “Estimar justo o conveniente, querer o dignarse mandar o hacer alguna cosa” (RAE/ASALE, 2020, párr. 1). En la crónica, el verbo está conjugado en pretérito perfecto del indicativo, en presente y en pretérito imperfecto del subjuntivo. Sin embargo, tal como plantea García-Page (2008), es regular que “el núcleo predicativo de las locuciones verbales admita, salvo tal vez contadas excepciones, flexión y modificación aspectual mediante perífrasis y formas compuestas” (p. 37). De esta manera, es válido que el núcleo predicativo sufra modificaciones porque igualmente cumple con la estructura del tipo fundamental «V + compl.».
Como ya se mencionó, Cabrujas (2009) usa esta frase tres veces en distintos tiempos verbales: “algún extraviado tuviese a bien preguntarme” (p. 272); “El general Pérez Jiménez, tuvo a bien decidir” (p. 275); “no necesitamos de ningún monumento que tenga a bien la gentileza de recordarnos su historia” (pp. 275-276). En todos los casos se aplica la acepción que da el DLE.
- se tomó el trabajo de
El DLE registra tomarse alguien el trabajo de algo como una locución verbal que significa “tomarse la molestia” (RAE/ASALE, 2020, párr. 1). Aquí observamos que el verbo está conjugado en pretérito perfecto y el pronombre reflexivo se encuentra antepuesto a él. Entonces, la estructura de tipo fundamental quedaría así: «compl. + V + compl.».
En “La ciudad escondida”, Cabrujas (2009) usa esta locución de la siguiente manera: “Lo mismo le sucedió al naturalista Humboldt cuando tuvo la ocasión de aproximarse a un temblador, sólo que nadie se tomó el trabajo de convidarlo a un monumento” (p. 278). Ahora bien, la expresión tiene como sujeto el pronombre indefinido nadie, por lo que el sentido que tiene la locución dentro de la crónica es negativo.
- déjame ver
El DLE registra dejarse ver como una locución verbal que tiene dos acepciones: “1. Dicho de lo que estaba oculto o retirado. 2. Concurrir a una casa o a una reunión; y así, al que no la frecuenta se le suele decir amistosamente” (RAE/ASALE, 2020, párr. 1). Aquí, observamos que el verbo está conjugado en imperativo y la variante pronominal unida a él es personal, no reflexiva. Ahora bien, la estructura fundamental sí se altera más, no hay complemento como tal, sino un verbo en infinitivo. Entonces, el esquema quedaría así: «Vflex + Vinf». Esto bien pudiera verse como una perífrasis verbal; sin embargo, García-Page (2008) afirma que este tipo de expresiones: “También constituyen índices fraseológicos … en [la] medida en que… ningún otro Vflex pronominal interviene en una fórmula perifrástica” (p. 137).
Cabrujas usa esta frase al final de “La ciudad escondida” para denotar que Caracas está incompleta y oculta: “¿De qué está hecha? De pasaporte roto. De pasaje de ida. De déjame ver” (Cabrujas, 2009, p. 282).
- estar en algo
Ni el DLE ni el DA registran esta expresión, pero en el Diccionario de venezolanismos (1993) de María Josefina Tejera sí. La autora clasifica la locución como verbal y la define como: “Estar al tanto de algo, conocer lo nuevo o novedoso, participar de un secreto, bien sea de droga, de peculado, de maniobras políticas, etc.” (p. 427). La locución encaja con la estructura de tipo fundamental «V + compl.».
Cabrujas la usa para denotar que las personas “vivas” siempre están participando en un secreto o un negocio ilícito. También, utiliza una variante de esta expresión está haciendo algo para reforzar el sentido anterior.
4.4.2 Estructura particular- locuciones verbales de polaridad negativa
En este tipo de expresiones pueden darse “locuciones que exigen negación preverbal (locuciones de polaridad negativa: no dar pie con bola) ... y locuciones de modalidad regular afirmativa en las que el verbo, como cualquier sintagma verbal, puede ser negado (locuciones de polaridad opcional: dar alas/no dar alas)” (García-Page, 2008, p. 146). La segunda forma está presente en nunca me hizo falta.
- nunca me hizo falta
El DLE registra hacer falta como una locución verbal con tres acepciones: “1. Dicho de una persona o de una cosa: Ser precisa para algún fin. 2. Dicho de una persona: No estar preparada en el momento oportuno. 3. Dicho de una persona o de una cosa: Causar daño su carencia” (RAE/ASALE, 2020, párr. 1). Aquí observamos que el verbo está conjugado en pretérito perfecto y le antecede un pronombre y un adverbio.
Sin embargo, cumple perfectamente con lo planteado por García-Page, hacer falta es negado en la locución por el adverbio nunca. De hecho, el significado que adquiere la expresión en la crónica de Cabrujas (2009) es el que corresponde a la primera acepción en sentido negativo: “El pasado nunca me hizo falta para vivir en ella [Caracas]” (p. 276). Al autor no se lo hizo necesario conocer el pasado de la ciudad para vivir en ella; pero sí le hizo falta su propio pasado.
5. Aproximación a la configuración ideológica-semántica de Cabrujas
Hasta este momento hemos analizado una selección de locuciones presentes en dos crónicas de Cabrujas. De las veinte expresiones estudiadas, diez son adverbiales; cinco, verbales; tres, adjetivas; y dos, prepositivas. El número de adverbiales y verbales es mayor que el resto y esto devela que son las más abundantes dentro de la gama de locuciones de nuestra lengua.
Pero, más allá de estas apreciaciones numéricas habría que evaluar también su comportamiento dentro de una comunidad lingüística, de lo contrario el análisis se centraría solo en una parcela del amplio abanico que implican las locuciones. Al respecto, Corpas Pastor sostiene que todo estudio de esta índole debería presentar ese doble nivel de análisis.
Las locuciones sostienen una relación dialéctica entre sus componentes individuales y el todo que conforman en calidad de unidades léxicas del sistema de la lengua. Cualquier estudio de ellas ha de partir, pues, de este doble nivel de análisis (Cermak, 1988): por un lado, se han tener en cuenta las relaciones individuales entre los componentes de las locuciones (plano A); y, por otro lado, las relaciones que presentan dichas unidades cuando se las contempla como todos dentro del sistema lingüístico en el cual se insertan (plano B). (Corpas Pastor, 1996, pp. 110-111)
Sin lugar a duda, las marcas expresivas son un reflejo del sentir de una determinada comunidad de hablantes. A través de la palabra se reflejan esas formas particulares de entenderse y de construir la realidad. Esto lo logró Cabrujas porque sus crónicas desnudaron el comportamiento de esa comunidad lingüística llamada Venezuela.
La expresión, como ya dijimos, consiste en el acto de exteriorizar, de sacar afuera los sentimientos, las pasiones, las emociones y las ideas que se producen en el ámbito interior de nuestra personalidad. Son fenómenos de conducta que, si no se exteriorizaran, si no se manifestasen externamente por diversos medios, no serían percibidos ni conocidos por los demás. Ahora bien, cuando tal exteriorización llega a ser percibida por otras personas, es decir, cuando éstas adquieren conocimiento de lo que ocurre en la intimidad de aquel individuo, en forma casi imperceptible se ha pasado de la expresión a la comunicación. Cuando esto ocurre podemos decir que la expresión, como mecanismo de exteriorización psíquica, ha permitido que una persona comunique a otra u otras lo que ocurre en su intimidad anímica. (Márquez Rodríguez, 1994, p. 17)
Todos los textos de Cabrujas comunican esa intimidad anímica que planeta Márquez Rodríguez y esto constituye uno de los logros más importantes de la actividad creativa del escritor. Ahora bien, las locuciones analizadas están presentes en crónicas, en textos donde la oralidad no necesariamente tiene un componente vital. Sin embargo, Cabrujas hace esto posible e inserta en su prosa un lenguaje vivo y cotidiano que, como ya mencionamos antes, refleja el acto de hablar de un país.
De esta manera, su crónica se hace más real y directa tanto para él como para sus lectores, quienes inevitablemente terminan identificándose en esas expresiones tan comunes. Y ese reconocimiento es el que buscaba Cabrujas desde el acto de enunciar: “Es el mismo ejercicio desesperado por pronunciar, por nombrar lo que se es; por reconocernos sin pudores y sin miedos” (Barrera Tyszka, 2012, párr. 5).
Por esto, habla del país sin imposturas, lo enuncia a través de esas expresiones coloquiales que tanto dicen de nuestra forma de concebir la realidad, tal vez porque, posiblemente, sea el único lugar donde sí podamos reconocernos: “A nosotros, Cabrujas comenzó a enseñarnos que era posible escribir, verbalizar, nuestra incomodidad y nuestro persistente desencuentro con nosotros mismos, nuestra incertidumbre. Que era posible, siempre en tránsito, mientras tanto y por si acaso, pronunciarnos” (Barrera Tyszka, 2012, párr. 6).
De esta manera, desde el mismo acto de nombrar al país como una tierra de paso, de tránsito, de un mientras tanto y por si acaso, de déjame ver, marca expresiones que implican provisionalidad. Por eso, Cabrujas veía al país como un campamento. En esa metáfora, el autor juega con la imagen y la lengua para definir a Venezuela desde una expresión coloquial que sí tiene fijación y permanencia. Dentro de esta paradoja ¿será entonces que lo único que sí nos permite permanecer, en esa comunidad llamada país, es nuestra lengua?, ¿será la palabra el espacio donde podamos finalmente tener alguna identidad?, ¿será la voz un lugar de reconocimiento?
Todos estos cuestionamientos se vuelven eco cada vez que leemos algún texto de Cabrujas. La voz que emplea, el uso de expresiones coloquiales y el lenguaje sin imposturas son elementos que nos permiten establecer un acercamiento a la configuración ideológica-semántica del autor y afirmar, como lo planteó su personaje Purificación, en Acto cultural (1976) : “Es la patria una cuestión de acento” (p. 124).
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Notas