Revista humanidades, 2024 (julio-diciembre), 14(2)
ISSN 2215-3934
https://doi.org/10.15517/h.v14i1.53330!
DESDE LOS ESTUDIOS ÉTNICOS, CULTURALES, DE GÉNERO Y AMBIENTALES
Emociones inmersas en las representaciones sociales del agua en
estudiantes de Monterrey, Nuevo León
Emotions Immersed in the Social Water Representations in Students of Monterrey, Nuevo León
Emoções imersas nas representações sociais da água em estudantes de Monterrey, Nuevo León
Martha Castillo-Pedraza
1
https://orcid.org/0000-0001-8425-9674
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Monterrey, México
* caastillo.pedraza@gmail.com
Recepción: 2 de diciembre de 2022
Aprobación: 2 de junio de 2024
Resumen. Este artículo examina las representaciones sociales que emergen de las interacciones
sociales e individuales diarias con el agua, convirtiendo el recurso hídrico en un un elemento
fundamental en las prácticas cotidianas de la humanidad. Estas representaciones sociales, que abarcan
creencias, significados y emociones, se analizan desde la perspectiva del gobierno de las emociones
de Victoria Camps, explorando la siguiente interrogante: ¿qué emociones caracterizan las
representaciones sociales del agua que manifiestan los y las jóvenes? El objetivo es establecer una
conexión entre las emociones presentes en estas representaciones sociales y su potencial para influir
en las prácticas sociales relacionadas con el agua. A continuación, se presentan datos empíricos
obtenidos mediante una investigación cualitativa que incluyó entrevistas en profundidad. Se comienza
exponiendo las representaciones sociales del agua, seguido por un análisis de las emociones que
subyacen en ellas.
Palabras clave: lenguaje simbólico, agua, psicología social, afectividad
Abstract. This paper explores the social representations that emerge from daily social and individual
interactions with water, making the water resource a fundamental element in the daily practices of
humanity. These social representations, which involve beliefs, meanings and emotions, are analyzed
from the perspective of Victoria Camps' government of emotions, exploring the following question: what
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Máster en Ciencias Sociales y Desarrollo Sustentable, Universidad Autónoma de Nuevo León, México.
Martha Castillo-Pedraza
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emotions characterize the social representations of water expressed by young people? The objective is
to establish a connection between the emotions present in these social representations and their
potential to influence social practices related to water. Empirical data obtained through qualitative
research involving in-depth interviews are presented. We begin by outlining the social representations
of water, followed by an analysis of the emotions underlying them.
Keywords: symbolic language, water, social psychology, affectivity
Resumo. Este artigo analisa as representações sociais que emergem das interacções sociais e
individuais quotidianas com a água, tornando o recurso água um elemento fundamental nas práticas
quotidianas da humanidade. Estas representações sociais, que englobam crenças, significados e
emoções, são analisadas na perspetiva do governo das emoções de Victoria Camps, explorando a
seguinte questão: Que emoções caracterizam as representações sociais dos jovens sobre a água? O
objetivo é estabelecer uma relação entre as emoções presentes nestas representações sociais e o seu
potencial para influenciar as práticas sociais relacionadas com a água. De seguida, apresentam-se os
dados empíricos obtidos através de uma investigação qualitativa que envolveu entrevistas em
profundidade. Começa-se por delinear as representações sociais da água, seguindo-se uma análise
das emoções que lhes estão subjacentes.
Palavras-chave: linguagem simbólica, água, psicologia social, afetividade
1. Introducción
El agua, un recurso indispensable e insustituible para la supervivencia de todos los seres vivos, se
ha convertido en un elemento de gran valor y utilidad en diversos ámbitos, tales como el
socioeconómico, político, energético, la producción de alimentos, la vida de los ecosistemas, así como
en objeto de disputas y conflictos sociales y base de acuerdos políticos, entre otros aspectos. No
obstante, al ser un elemento con una dimensión política y social innegable, el tema del agua está
indudablemente ligado a los derechos humanos, que buscan garantizar que todas las comunidades
tengan acceso suficiente al agua para satisfacer, como mínimo, sus necesidades básicas (Organización
de Naciones Unidas, s. f.).
Al pasar el tiempo, se vuelve más evidente que, en las últimas décadas, el tema del agua ha cobrado
cada vez más relevancia debido a eventos desafortunados como sequías prolongadas, disminución de
los caudales de los ríos, racionamiento del líquido, inundaciones e incluso escasez del recurso (Barlow,
2009). Hace dos décadas, Shiva (2003) ya advertía que los conflictos y guerras por el agua no eran una
predicción futura, sino una realidad presente en todo el mundo. Ante ello, la ética universal del agua
sale a relucir y expone la importancia basada en la biología y ecología, que expone que, si los cuerpos
de agua del mundo, como ríos, lagos y humedales, se mantienen en buen estado, la salud y la vida de
la sociedad también lo estarán.
La globalización ha jugado un papel fundamental en los conflictos relacionados con el agua, ya
que, según Arrojo (2008) y Shiva (2003), ha transformado las actitudes y prácticas de la sociedad hacia
la conservación y preservación del agua, exacerbando los problemas ambientales, la explotación de los
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recursos naturales y la percepción del agua como un bien económico y objeto de corrupción. En este
contexto, es esencial reconocer que las acciones son fundamentales para el cuidado del agua. Por lo
tanto, comprender el origen de las diferentes prácticas, actitudes, creencias, emociones y
representaciones que influyen en la forma en que nos relacionamos con el agua es crucial para abordar
la escasez de recursos naturales como un problema social contemporáneo.
La teoría de las representaciones sociales (RS) de Moscovici (1979, 1988) ofrece una perspectiva
invaluable para profundizar en las motivaciones que subyacen en las acciones o posturas adoptadas al
usar, pensar o representar el agua. Esto permite explorar las representaciones sociales del agua (RSA)
entre jóvenes estudiantes de Monterrey pertenecientes a la Universidad Autónoma de Nuevo León. Para
este estudio, se empleó una metodología cualitativa a 30 estudiantes, que destaca la importancia de
las entrevistas a profundidad como herramienta fundamental para comprender las prácticas de los
jóvenes universitarios. Además, se complementó este enfoque con el análisis de dibujos elaborados
por los propios participantes, aportando al análisis y comprensión aún más a fondo la RSA.
En este contexto, las preguntas de investigación son las siguientes: ¿cuáles son las
representaciones sociales del agua en jóvenes de Monterrey?; ¿qué tipo de emociones contienen estas
representaciones del agua?; ¿podría el enfoque del gobierno de las emociones encauzar la mejora de
las prácticas con el agua?; ¿cómo y cuáles serían los aportes sociales de analizar las representaciones
sociales desde el ámbito de las emociones? Como objetivos, se planteó: (1) exponer las
representaciones sociales del agua que se encontraron; (2) relacionar las emociones con el contenido
de las representaciones sociales del agua; (3) analizar si el enfoque del gobierno de las emociones
encauzaría la mejora de las prácticas con el agua; (4) explicar los aportes de investigar
desde ambas teorías.
2. Las representaciones sociales y su convergencia para el estudio del agua
La teoría de las representaciones sociales proporciona un marco para estudiar el pensamiento
social y las percepciones del mundo, lo que permite comprender cómo la sociedad adopta posturas y
construye visiones sociales para interpretar y aplicar diferentes características de un objeto específico.
Según Abric (2001), los objetos se construyen a partir de significados, actitudes y necesidades
individuales, convirtiéndose así en construcciones sociales compartidas y en constante evolución
debido a la continua atribución de significados tanto a nivel individual como colectivo. Esta construcción
social se ve influenciada por condiciones sociales contemporáneas e históricas, así como por factores
cognitivos y simbólicos.
Moscovici (1979), uno de los principales teóricos de las representaciones sociales (RS), plantea que
esta teoría busca describir, clasificar y explicar los fenómenos sociales a partir de cómo el pensamiento
social, simbólicamente, construye contextos y objetos. Estos elementos influyen en la interpretación
individual de los fenómenos, lo que a su vez moldea las acciones y prácticas sociales.
Además, destaca que los fenómenos y objetos sociales están cargados de simbolismo y significado
debido a la interacción continua de experiencias, léxico, creencias, valores, historia y memoria
individual. Estos elementos, al ser internalizados en un contexto, se transforman en conceptos sociales
en constante cambio, generando nuevas representaciones, prácticas y creencias.
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Se conocen algunas de las diversas definiciones del concepto de RS con autores como Moscovici
(1979), Banchs (1986), Jodelet (1993), Ibáñez (1994) y Abric (2001); sin embargo, a conveniencia de la
presente investigación, se considera óptima la definición de Moscovici (1988), quien las define de la
siguiente manera:
Las representaciones sociales, como ya lo mencioné, se preocupan de los contenidos del
pensamiento cotidiano y de la cantidad de ideas que dan coherencia a nuestras creencias
religiosas, ideas políticas y las conexiones que creamos tan espontáneamente como respiramos.
Nos permiten clasificar personas y objetos, comparar y explicar comportamientos y objetivarlos
como parte de nuestro entorno social.
Si bien las representaciones a menudo se ubican en la mente de hombres y mujeres, con la
misma frecuencia se pueden encontrar “en el mundo” y, como tales, se pueden examinar por
separado. Las representaciones se pueden conservar en pergamino o piedra en algunos lugares
olvidados sin dejar un rastro como tal en la mente de nadie durante miles de años. (p. 214)
Por tanto, se propone que el estudio del agua a partir del enfoque de esta teoría aportaría a
comprender y analizar los elementos y creencias que se forman en un contexto como la ciudad,
alrededor de jóvenes estudiantes, y las prácticas que puedan manifestar, ya sean favorables o no
favorables para su entorno social. Además, permitiría conocer la manera en que se construye su
realidad en torno al agua, para explicar y aterrizar, a través de la comprensión, los comportamientos
actuales en relación con el recurso natural del agua.
2.1. Las representaciones del agua
Flores (2009) ha investigado las RSA y destaca la notable presencia de representaciones
antropocéntricas. En su estudio, se observó una falta de conciencia sobre la escasez de agua, el uso
excesivo y la contaminación de los ríos debido a los desechos industriales, agrícolas y ganaderos
vertidos diariamente, lo que amenaza las cada vez más reducidas fuentes de agua.
A pesar de que el agua está estrechamente ligada a la vida humana y la higiene corporal, se pasa
por alto su importancia en otros ámbitos, como el mantenimiento de la vida de otros organismos y
ecosistemas, así como la habitabilidad general del planeta Tierra.
Según De Vanssay y colaboradores (2005), entender las motivaciones detrás de los
comportamientos hacia el agua es esencial para promover prácticas más favorables. Factores como el
contexto, los valores y la información diaria influyen en la conciencia sobre los problemas del agua,
como su disponibilidad o riesgo. Las representaciones sociales sirven justamente como marco para
comprender cómo las personas perciben y reaccionan ante el agua en su vida diaria.
En el caso del agua en México, además de ser un asunto gubernamental, los ciudadanos son
señalados por su consumo como causa de la escasez; no obstante, es fundamental comprender los
orígenes de estos hábitos y las ideologías que los sustentan. Debido a que las creencias influyen en las
prácticas, la percepción de la abundancia de agua se mantiene en parte debido a su fácil acceso en los
hogares (Rodríguez et al., 2003).
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Por el contrario, se ha encontrado que las poblaciones que han lidiado con el abasto irregular del
agua potable están más acostumbradas al ahorro y al rechazo del desperdicio del recurso. Además, en
ambos casos, las prácticas que se llevan a cabo están guiadas por la representación del agua que se
tiene, la cual es producida colectivamente por su entorno, provocando así que se utilice, o no, de
manera adecuada el agua (Rodríguez et al., 2003).
Lo opuesto se encontró en un estudio realizado en países del primer mundo, donde tienden a tener
una visión del agua más estética e identitaria, así como un fuerte apego a ella como parte del patrimonio
cultural. Esta perspectiva estética no se limita únicamente al agua en su entorno natural, sino que
también incluye elementos urbanos como fuentes y arroyos, que simbolizan la conexión con la
naturaleza (De Vanssay et al., 2005).
2.2. Emociones inmersas en las representaciones sociales del agua
Las emociones presentes en el comportamiento humano resaltan la vulnerabilidad inherente a la
sociedad, dado que estas constituyen un aspecto central de la experiencia humana. Esto se debe a las
múltiples facetas de las emociones, que abarcan desde los sentimientos hasta las experiencias,
comportamientos, cogniciones y conceptualizaciones (Ortony et al., 1988).
Gutiérrez y otros (2012) destacan que las emociones son un tema de interés multidisciplinario, con
raíces en la psicología y la filosofía, pero que ahora también abarca campos como la sociología, la
antropología, la lingüística, las humanidades, las RS, el psicoanálisis, entre otros. Estas disciplinas
estudian las emociones y sus manifestaciones corporales, como la huida o la agresividad, entendidas
como prácticas sociales.
Además, según Ibáñez (1994), las emociones tienen un papel organizativo en la evaluación del
entorno, similar a la jerarquización de objetos en las RS. Esto vincula ambas teorías, ya que colaboran
para comprender cómo las personas adoptan posturas y comportamientos hacia los objetos
representados, lo que se conoce como comportamiento social. Se entiende entonces que, tanto las
emociones como las RS, son construcciones sociales influidas por creencias, juicios, cultura e
intercambio de información. La reacción corporal de una persona hacia un objeto codepende de su
experiencia individual con este, lo que revela las ideas, percepciones y creencias que ha desarrollado.
Así, las emociones actúan como mediadoras en la construcción de representaciones.
Debido a que es una construcción social, el contexto se involucra directamente al ser el encargado
de aleccionar a tener vergüenza o no tenerla, a tener miedo o no, en qué hay que confiar y en qué no.
Por lo tanto, las emociones en el contexto social son los móviles de la acción, pero también pueden
paralizar, como lo hace el miedo. Sin embargo, todas las emociones son útiles y contribuyen al bienestar
de la persona que las experimenta (Camps, 2011).
Además, de acuerdo con Ibáñez (1994), estas cumplen un rol organizativo en la evaluación de su
entorno, lo que podría compararse con la jerarquización de objetos que se lleva a cabo desde las RS.
De ahí que ambas teorías se vinculen, dado que permiten acercarse al conocimiento de los objetos
valorativos que orientan la toma de posturas de las personas respecto a cierto objeto representado,
determinando su conducta y prácticas hacia él.
Entonces, entendemos que las emociones, al igual que las RS, son una construcción social
determinada por creencias, juicios, cultura e intercambio de información. Dependiendo de
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la experiencia individual hacia el objeto, la persona tendrá una reacción corporal particular hacia ese
algo, expresando o revelando las ideas, percepciones y creencias que las personas han estado
construyendo. De esta manera, las emociones se convierten en mediadoras de la construcción de
representaciones.
Las emociones encontradas inmersas en las RSA y que, por tanto, se desarrollan a continuación,
con base en el enfoque del gobierno de las emociones de Camps (2011), son la falta de confianza, la
indignación, el miedo y la vergüenza. Estas emociones principales se encuentran en las
representaciones y se exponen en el mismo orden de ideas para comprender cómo se construye la
emoción, a partir de cuáles razones y si se consideran emociones buenas o malas. Esto se hace con la
finalidad de entender el papel que juegan las emociones en la manera de representar objetos sociales
y sucesos cotidianos. A partir de ello, surge la imagen propia basada en las opiniones que las demás
personas tienen acerca de cómo se debe ser, señalando si la persona es aceptada o rechazada
socialmente (Camps, 2011).
En este sentido, es preciso mencionar que las emociones, al ser completamente construcciones
sociales, no son inherentemente buenas o malas, positivas o negativas. Son emociones racionales
provocadas por suposiciones y creencias creadas a partir de sucesos o hechos que son
experimentados a lo largo de la vida. Estos son los motivos principales por los que surgen tanto las RS
como las emociones inmersas en ellas, tales como: la inseguridad, el miedo, la compasión, la alegría,
la tristeza, la confianza, la vergüenza, entre otras; llegan a ser simplemente modos de reaccionar ante
la realidad que hemos creado, aumentando o disminuyendo el deseo de actuar.
3. Metodología, alcances y proceso
Para esta investigación, se contó con la participación de 30 estudiantes universitarios de Monterrey,
Nuevo León, con el fin de explorar sus prácticas y representaciones sociales del agua, así como
identificar y analizar las emociones asociadas a ellas. Estos pertenecían a seis facultades diferentes de
la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL): Economía, Ciencias Políticas (con énfasis en
Sustentabilidad y Política), Biología, Filosofía y Letras (con énfasis en Sociología) y Agronomía. Estas
facultades fueron seleccionadas para contrastar áreas de estudio con intereses sociales (Economía,
Política y Sociología) con aquellas centradas en temas ambientales (Sustentabilidad,
Biología y Agronomía).
La muestra se considera adecuada y significativa para este estudio, ya que permite obtener
percepciones diversas sobre el agua en un entorno urbano. Incluyó a jóvenes universitarios de entre 17
y 24 años, ya que este grupo se encuentra en un período de formación donde pueden ser receptivos a
cambios en sus prácticas mediante programas de educación ambiental (Torres et al., 2008). El trabajo
de campo se llevó a cabo entre abril y julio de 2019 con informantes seleccionados por conveniencia.
Castoriadis (1982) menciona que los espacios escolares son aptos para encontrar interacciones
simbólicas y construir dinámicas individuales y sociales, de donde surge la construcción de la realidad
y las causas de las prácticas de los y las estudiantes. Esta selección también permitió obtener
percepciones desde perspectivas antagónicas, pero interdependientes, lo que facilitó la comparación
y análisis de las enseñanzas y la forma en que los estudiantes jerarquizan sus aprendizajes. Estas
diferencias influyen en los discursos, prácticas y sentimientos de los y las estudiantes.
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Durante la primera etapa de recolección de datos se realizaron entrevistas semidirectivas a cinco
jóvenes de cada facultad. De acuerdo con Abric (2001), la entrevista es considerada como la
herramienta principal para identificar la producción de prácticas a través de los discursos expuestos en
ellas. Esta técnica fue aplicada para obtener el discurso de las emociones inmersas respecto al objeto
de estudio.
3.1. Recolección de datos
La aplicación del instrumento se realizó en los pasillos de las facultades, con el objetivo de no
interrumpir las clases de los estudiantes. Se estableció una duración mínima de 20 minutos y máxima
de 40 minutos para las entrevistas, de manera que no interfirieran con otras actividades de los
estudiantes. Estas condiciones de trabajo de campo se diseñaron para obtener la información necesaria
de los y las informantes, asegurando que pudieran responder todas las preguntas y participar en el
ejercicio de dibujo posterior a la entrevista. Las preguntas de las entrevistas se desarrollaron a partir de
una matriz de congruencia que buscaba abordar tanto los aspectos teóricos como empíricos
de la investigación.
Figura 1.
RSA de informante titulada con la descripción “El agua es vida…”
Fuente: Elaboración propia.
Para construir las categorías en los discursos analizados, las preguntas realizadas en la entrevista
fueron abiertas, lo que implicaba que el número de categorías podría ser infinito. Siguiendo el enfoque
de Rojas (1981), se comenzó vaciando todas las entrevistas para detectar la frecuencia con la que
aparecía cada emoción en las respuestas. Luego, se seleccionaron las respuestas más frecuentes
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(patrones generales) y se clasificaron en temas relacionados con las preguntas. Se tuvo en cuenta que
los patrones de respuesta podrían expresarse con diferentes palabras, pero referirse al mismo tema,
por lo que se unieron lógicamente y se les asignó un nombre o título. Finalmente, se asignó cada tema
a una categoría.
En una segunda etapa, se utilizó una técnica de mapas mentales, también conocidos como dibujos,
durante las entrevistas. Los y las jóvenes realizaron un par de estos mapas para expresar su percepción,
conocimientos, significados y el valor que le otorgan al agua. Según Seidmann (2013), esta técnica es
óptima para explorar y profundizar en la construcción de las prácticas sociales de los individuos.
La desventaja de esta técnica fue el hecho de que varias personas expresaron no saber dibujar y
encontraron difícil expresar lo que deseaban por este medio. Como solución, se les pidió que debajo
del dibujo explicaran lo que querían decir mediante lo que habían dibujado.
Estos pasos permitieron obtener los datos analizados, a continuación, con el objetivo de
comprender las emociones de los jóvenes estudiantes en relación con las representaciones sociales
sobre el agua. Se identificaron prácticas, usos, creencias, intereses individuales y la percepción del
entorno social, especialmente en un entorno industrial como la ciudad de Monterrey.
4. Significación y resignificación del agua a través de las representaciones sociales
En la investigación con los estudiantes
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de la Universidad
3
Autónoma de Nuevo León, se identificó
la existencia de RSA. En la mayoría de los casos, se señala a la industria y a los objetos no naturales
como los principales causantes de la crisis del agua en la ciudad, seguidos por acciones corruptas. Sin
embargo, también se detectaron representaciones que resaltaban los beneficios indiscutibles que el
agua tiene para la vida humana, la naturaleza y los animales (véase Figura 1, Figura 2 y Figura 3).
No obstante, en el segundo apartado, donde debían plasmar la situación actual del agua en la
ciudad, los dibujos mostraban una realidad bastante diferente. Se representaban símbolos de muerte,
como peces flotando en aguas contaminadas, cuerpos de agua oscuros y sucios, fábricas emitiendo
humo y contaminantes, y personas malgastando el agua. Estas imágenes transmitían una sensación de
deterioro y crisis ambiental, evidenciando la contaminación y el mal manejo del recurso hídrico en el
entorno urbano.
Estos hallazgos reflejan la conciencia sobre el valor esencial del agua para la vida diaria de las
personas, los animales y la naturaleza. Sin embargo, también se identificaron componentes clave, como
fábricas, industrias y prácticas sociales negativas, que sugieren una percepción del agua que
evoluciona desde un recurso valioso hasta ser menospreciado y enfrentar un futuro incierto. Esta
dicotomía entre la percepción idealizada y la realidad problemática del agua en la ciudad destaca la
2
México reconoce la importancia de trabajar con la juventud, debido a que son un grupo mayoritario y porque se
encuentran en un período de formación académica en el que se pueden incorporar fácilmente a programas de
educación ambiental y apropiarse de los temas (Torres et. al, 2008).
3
Las instituciones escolares son un espacio social en donde hay interacciones e intercambios de orden material
y simbólico, lo que reproduce dinámicas individuales y sociales que involucran procesos imaginarios, simbólicos
y creación incesante de figuras, formas e imágenes de las cuales, a partir de ellas, construye su realidad y
racionalidad (Castoriadis, 1982).