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Tatuajes y duelo...
Revista humanidades, 2025 (Enero-Junio), Vol. 15, Num. 1, E59877
inmediata a la realización del tatuaje, es decir, la primera impresión. En este sentido, ver el tatuaje
recién terminado generó en varias participantes una reacción conductual de llanto, no obstante,
acompañada de una sensación de alivio, tal como se describe a continuación:
Al principio me emocioné, pero después que me tatué me puse a llorar… nunca pensé que me
iba a estar tatuando, por ejemplo, algo por esa persona o animal... no melancolía, sino que
nostalgia y a veces tranquilidad. (E.9, comunicación personal, 15 de septiembre de 2023)
Como que igual fue un poco sanador. De hecho, ese día que me tatué llegué a mi casa y lo
miraba, y me puse a llorar porque lo encontraba como tal [sanador]. (E.10, comunicación
personal, 12 de septiembre de 2023)
Por otro lado, la segunda dimensión temporal se relaciona con los efectos de ver el tatuaje
habiendo pasado meses o, incluso, años desde su realización. En este sentido, y a pesar de las va-
riadas apreciaciones respecto a la experiencia de realizarse el tatuaje, con unanimidad las parti-
cipantes coincidieron en que siguen manteniendo el gusto por su diseño, igual que la primera vez
que lo vieron terminado. Asimismo, señalaron que están satisfechas y consideran que tatuarse fue
una buena decisión, como se puede apreciar en las siguientes intervenciones:
Creo que fue una buena decisión, la verdad que, si me lo hubiera hecho antes, hubiera sido
lo mismo. Si me lo hubiera hecho después también. Creo que es algo que tenía que pasar... es
como una buena decisión, estoy satisfecha, no me he arrepentido. (E.2, comunicación perso-
nal, 24 de agosto de 2023)
Me siento conforme, desde que me lo hice. Hasta la fecha nunca me he arrepentido de lo que
hice, eso es importante. (E.4, comunicación personal, 15 de septiembre de 2023)
En segundo lugar, las repercusiones que tuvo el tatuaje también se evidenciaron en el entor-
no social cercano de las participantes. En algunos casos, los tatuajes fueron recibidos de manera
positiva ante el entorno social de las entrevistadas, lo que fortaleció la percepción de que su deci-
sión fue acertada y generó, por tanto, emociones placenteras, como puede leerse a continuación:
Lo encontraron súper lindo, se emocionaron, encontraron que era un bonito detalle. (E.2,
comunicación personal, 24 de agosto de 2023)
Todos tuvieron una perspectiva bastante positiva ante lo que hice. (E.4, comunicación perso-
nal, 15 de septiembre de 2023)
Sin embargo, en otros casos, hubo quienes mencionaron que sus tatuajes tuvieron una re-
cepción negativa –o, al menos, no positiva– en su entorno cercano. Las participantes expresaron
sentir falta de comprensión respecto a la profundidad del vínculo entre ellas y el ser querido fa-
llecido, así como poca consideración hacia la importancia del simbolismo asociado al diseño del
tatuaje. No obstante, no se aprecia, como consecuencia de ello, un cuestionamiento o malestar
emocional asociado a la decisión de tatuarse, como puede observase en los siguientes relatos: