HIDALGO LEIVA: Dr. Rodolfo Herrera Jiménez, maestro de ingenieros: Una breve semblanza.
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La revista Ingeniería de la Universidad de Costa Rica, en su celebración por los 30 años de
actividad en el proceso de divulgación cientíca, ha querido realizar un homenaje póstumo a quien
fuera miembro fundador y honorario de la revista. Trabajó de manera incansable por lograr una
difusión de calidad desde la dirección de la misma entre los años 1989 y el 2001; asimismo, publicó
el primer número de la revista en 1991. He aceptado la difícil tarea de hacer justicia a la memoria
de este gran maestro cuyos aportes cimentaron la estructura de la actual Facultad de Ingeniería, así
como la Comisión Permanente de Estudio del Código Sísmico de Costa Rica; instituciones cuyo
aporte a la sociedad costarricense es innegable.
El Ing. Herrera estuvo entre las aulas de la Universidad de Costa Rica desde 1950 cuando
ingresó a estudiar Ingeniería Civil. Como nos ha pasado a muchos, la Universidad de Costa Rica se
convirtió para don Rodolfo en una segunda casa. Poco después de su graduación se reincorpora a
la academia, primero en la Escuela de Física-Matemática para posteriormente integrarse al cuerpo
docente de la Escuela de Ingeniería Civil desde 1962 hasta el momento en que se acoge a su pen-
sión. Don Rodolfo disfrutaba los cursos del área de la mecánica racional, por lo que se le recuerda
por impartir cursos como Mecánica Teórica, Mecánica de Materiales y Mecánica de Estructuras,
con una claridad admirable.
Por su parte, respecto al área administrativa de la Universidad, fue director en dos periodos
distintos de la Escuela de Ingeniería Civil (1965-1968 y 1972-1978), donde ayudó a modernizar el
plan de estudios para pasar de 6 años a 5 años y además se pasó de cursos anuales a semestrales,
temas hoy superados y considerados como parte de la denición de la carrera. Entre 1982 y 1990
fue Decano de la Facultad de Ingeniería y además fue director de la Cátedra Luis González, que se
inauguró en 1986. Finalmente, fue miembro del Consejo Director del Posgrado en Ciencias Cog-
nitivas. Después de pensionarse, siguió vinculado a la Universidad como Profesor Emérito de la
Escuela de Ingeniería Civil.
Con 12 publicaciones cientícas en la Revista Ingeniería, el Dr. Herrera es uno de los autores
con más contribuciones a lo largo de los 30 años de la revista. Es necesario resaltar la variedad de
temas que, dada la formación tan diversa que poseía, era capaz de abarcar con facilidad y solvencia.
Los principales temas de investigación del Dr. Herrera se centraban en la mecánica de estructuras
[1] y la ingeniería sísmica en Costa Rica [2]. Asimismo, aportó tanto en el área losóca de la inge-
niería[3], como en la formación académica y sus sistemas educativos [4], para nalmente llegar a
discutir temas de áreas anes de otras ingenierías como la Ingeniería Eléctrica [5].
Don Rodolfo Herrera ayudó a formar muchas generaciones de ingenieros, las cuales han con-
tribuido al desarrollo del país, pero además fue pieza clave en la formulación de la primera versión
del Código Sísmico de Costa Rica [6], así como de la creación de la primera Comisión Permanente
de Estudio del Código Sísmico. Don Rodolfo fue un profesor incansable, que pasó de enseñar en
las aulas a compartir sus conocimientos ya no solo con sus estudiantes, sino con colegas y amigos,
quienes nunca dejaron de ver en él a un maestro de la Ingeniería.
Hoy más que nunca necesitamos personas como don Rodolfo. Debemos de ver más allá de
la disciplinariedad en nuestras profesiones y dar el paso a la trans/multi/pluri-disciplinariedad,