MOYA, MIRANDA, JIMÉNEZ: Producción de plástico biodegradable a base de almidón de yuca mediante un proceso termomecánico. 2
1. INTRODUCCIÓN
En la actualidad, el plástico es uno de los materiales más
utilizados debido a las ventajas intrínsecas que ofrece, tales como
ligereza, durabilidad, maleabilidad, elasticidad, resistencia a la
corrosión e impermeabilidad. Estas se han utilizado principalmente
en la industria de los empaques, el sector de la construcción y la
automoción [1]. La masiva producción de polímeros a base de
petróleo constituye una preocupación ambiental, ya que, en su
mayoría, terminan acumulándose en el ambiente, en donde perduran
hasta 500 años. Esto afecta muchos sistemas, principalmente a las
especies marinas, que pueden sufrir daños por ingesta, atrapamiento,
envenenamientos o asxia [2].
Las bolsas plásticas son una de las principales causas de
contaminación en el mundo y, por este motivo, se han creado una
serie de políticas para regularlas. Algunos países han optado por
su prohibición total, como Ruanda (2008), Kenia (2017) y más
recientemente China (2020). Otra medida de éxito para reducir la
contaminación causada por las bolsas plásticas es la implementación
de gravámenes, la cual ha resultado efectiva en lugares como Irlanda
(2002), Washington D.C. (2010), Inglaterra (2015) y Portugal
(2015), con una reducción inicial en el uso de bolsas plásticas del
90 %, 75 %, 85 % y 74 %, respectivamente [3], [4].
En Costa Rica, a nales del año 2019, se aprobó una ley para
combatir la contaminación por plástico y proteger el ambiente. Esta
prohíbe el uso de pajillas plásticas, así como la comercialización
y entrega gratuita de bolsas de este material, que están destinadas
a acarrear bienes de establecimientos y supermercados. Solo se
exceptúan las bolsas que garanticen su reutilización, que estén
certicadas como de bajo impacto ambiental y que, en parte, estén
hechas de material reprocesado o biodegradable.
Por otro lado, en el 2020, se reportó que cerca del 1 % de
todos los plásticos producidos a nivel mundial son bioplásticos.
Así, en los últimos años, la producción de dichos materiales ha
aumentado signicativamente, pasando de 2 t en el 2014 a 6,7 t para
el 2018. De los plásticos biobasados, un 55,5 % son biodegradables,
mientras que los restantes son no biodegradables; además, entre
los biobasados y biodegradables, los más comunes son las mezclas
con almidón y ácido poliláctico [5].
Entre las opciones para sustituir los plásticos derivados del
petróleo, el almidón se clasica como una alternativa adecuada,
debido a su abundancia, bajo costo y biodegradabilidad,
encontrándose disponible en cultivos comunes como maíz, trigo,
arroz, papa y yuca. Su abundancia se basa en que es la principal
reserva de energía y carbón de las plantas, por lo que se encuentra
en las semillas, tubérculos, raíces y frutos, en forma de gránulos
semicristalinos [6].
El almidón contiene dos polisacáridos: la α-amilosa y la
amilopectina. Ambas están constituidas por cadenas poliméricas
de glucosa y se diferencian en que la α-amilosa se encuentra de
forma lineal, mientras que la amilopectina presenta ramicaciones.
El almidón nativo presenta algunas desventajas, como su
solubilidad en agua, fragilidad, alto punto de fusión y propiedades
mecánicas bajas. Sin embargo, se pueden mejorar sus propiedades
mediante tratamientos químicos o físicos, tal como el procesado
termomecánico en presencia de plasticantes, lo cual da lugar al
almidón termoplástico (TPS por sus siglas en inglés: thermoplastic
starch).
Para producir TPS, se requiere la rotura de los gránulos de
almidón para que pueda ocurrir la gelación, lo cual ocurre en un
exceso de agua, en presencia glicerina y a una temperatura entre
62 °C y 72 °C. Sin embargo, para los almidones ricos en amilosa,
el hinchamiento de las cadenas poliméricas comienza a partir
de los 100 °C, pero se completa a temperaturas superiores a los
130 °C [7]. Por otro lado, es recomendable reforzar el TPS para
hacerlo apto en aplicaciones como el empaque, para lo cual se
ha reportado la modicación química del almidón, la mezcla con
otros polímeros, así como el reforzamiento con nanocompuestos
y microbras [8], [9].
El TPS puede ser elaborado por procesos de termoplasticación
usados para polímeros sintéticos, como la inyección, extrusión y
compresión [10], con lo cual se producen materiales con propiedades
físicas y químicas muy diferentes en comparación con la materia
prima utilizada. El uso de procesos termomecánicos para la
producción de este tipo de biomateriales es atractivo, debido a
que ofrece versatilidad, productividad, bajo costo y eciencia
energética; sin embargo, puede ser un proceso desaante, dado que
aspectos como la transferencia de calor, masa, tiempo de residencia
y su distribución pueden tener un fuerte impacto en las propiedades
del producto [11].
Puesto que las técnicas anteriores son consideradas de
producción masiva, es recomendable ensayar nuevos materiales
en equipos de procesamiento a escala laboratorio o piloto, de
tal manera que los materiales se sometan a esfuerzos de corte
similares a los que experimentan en los equipos de producción
de mayor escala. Uno de esos equipos de laboratorio se conoce
como mezclador interno, el cual se ha usado frecuentemente en la
investigación de TPS [12], [13].
En este trabajo, se seleccionaron tres formulaciones para la
elaboración de TPS con base en ensayos cualitativos. Además, las
condiciones de procesamiento fueron inicialmente seleccionadas
en forma preliminar y posteriormente analizadas estadísticamente,
mediante un estudio factorial 23 sobre las tres formulaciones
escogidas. Para el análisis estadístico, se usó como factor de
respuesta la resistencia máxima a la tensión. Adicionalmente,
se llevaron a cabo determinaciones térmicas, así como estudios
mecánicos, de interacción con el agua y biodegradabilidad.
2. METODOLOGÍA
El almidón se obtuvo a partir de yuca molida (lote
LV211901002) proporcionada por Industrias Alimenticias de la Vega
(INVALVE), ubicada en San Carlos, Alajuela, Costa Rica. Este se
extrajo, se determinó su rendimiento (26 %), porcentaje de humedad
(17,8 ± 0,8) % y contenido de amilosa (27 ± 3) %, siguiendo el
método descrito por Araya-Navarro [14]. Se usó glicerina con un
grado de pureza del 99,5 % y alcohol polivinílico (PVOH) con
un peso molecular promedio de (13-23) kDa. Para elaborar las
formulaciones, se empleó como base el almidón extraído, agua